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Rehabilitación/Creek por javithabadeer

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Su padre había vuelto temprano del trabajo, se encargaba de asegurar las ventanas y bajar algunos suministros al sótano de la casa. Craig se mantenía frente a su ordenador sobre la mesa de la cocina, por la mañana había llegado un correo de su jefe de departamento y no pudo negarse cuando le pidió ayuda con un asunto que al parecer ninguno de sus compañeros podía solucionar por su cuenta. Su madre se mantuvo al teléfono hablando con Tricia, su viaje de graduación había coincidido con el anuncio de un posible tornado, sin embargo, su hermana pequeña estaba a pocas horas de llegar a su destino muy lejos del alcance de la tormenta. 

Apartó la mirada del monitor y observó por la ventana, el día se veía claro no entendía nada del asunto del tornado, pero, había elegido esperar hasta que sonara la alerta para entrar en pánico, resguardo su auto en la cochera de la casa y bajó todas sus pertenencias al sótano como su padre le había ordenado. Pasó revista a la habitación, rodó los ojos al ver cómo había dejado de lado su traje, el mismo que usará para la graduación. ¿Cómo era posible que se emborrachara con vino de mesa? Tomó asiento sobre la cama, se había metido con el barman... sin olvidar que Tweek lo dejó en blanco de un puñetazo. Sonrió por eso, no sabía por qué, pero le causó gracia el que lo hubiera dejado fuera de combate con un solo golpe. Llevó ambas manos a su cabeza tratando de no sentirse más abrumado de lo que ya estaba... fue entonces cuando la alerta se hizo escuchar, su madre lo llamo y los tres bajaron por la escalera hasta el sótano. Su atoró la puerta con un enorme candado y permaneció al lado de su esposa, estrechándola entre sus brazos para darle seguridad. Craig hacía tronar sus dedos y muñeca, el viento gemía en el exterior, las luces comenzaron a fallar, su padre encendió la radio de baterías para escuchar lo que ocurría. La voz del locutor de un pueblo cercano llenaba el lugar con un tono de voz angustiante,  al parecer el tornado estaba dando un paseo salvaje en South Park. 

 

Cuando todo acabó, una a una las personas fueron emergiendo de sus escondites, la casa frente a la de los Tucker fue barrida por el tornado, solo un montón de escombros quedo en su lugar, en su patio se había anclado un poste de luz, solo Dios sabía desde donde diablos fue arrancado. Los vecinos comenzaron a organizarse para ayudarse, Craig soló quería preguntar por Tweek, se mordió el labio tratando de vencer su orgullo. Estaba caminando hacia la casa del frente, el desastre se veía en todos lados, sin dudas había sido debastador. Buscó con su padre a los dueños de la casa, ellos salieron del sótano, no les había sucedido nada. Eso era bueno, pero por alguna razón sentía algo extraño en las entrañas, un malestar que no le dejaba respirar bien. 

Nichole, la chica morena novia de Token, le llamó al celular. Tenía su número desde hace años atrás, pero jamás habían compartido tanto. Aquello le dio miedo, ¿Por qué ella le llamaría? Contestó llevando el celular a su oreja.

—¿Craig? —Llamó ella con un tono de voz temeroso.  

—Si, ¿Qué sucede? ¿Estás bien? ¿Te pasó algo? 

—A mi no... La cafetería de los Tweak está en ruinas...  —Logró decir entre leves sollozos. —Craig necesito ayuda, tienen que estar bajo las ruinas... Te llamé porque tu eres amigo de Tweek,  ya lo encontramos, pero está herido.

Sintió un dolor profundo en el pecho, por más que quisiera no sentir nada por él era imposible. Le habló a su padre para que fuera por ayuda y así corrió hacia la cafetería. Las calles estaban devastadas, casas destruidas, tiendas, autos volcados... Tantas cosas pasaban por su cabeza en ese momento. Mordió su labio con fuerza, no quería dejar a su mente divagar en el abanico de posibles heridas que podría tener. Una mujer pedía ayuda, tenía un fierro atravesando su pierna, ya habían personas yendo por su ayuda. Entre jadeos y sudor llegó hasta la cafetería, habían vecinos sanos ayudando en distintos puntos, sólo dos ayudaban en la cafetería.  Nichole estaba tomando la mano de Tweek, mientras los otros dos hombres buscaban entre las ruinas, ella lloraba porque aún no encontraban a su novio, el rubio tenía un paño en la boca con el cual impedían que gritara tan fuerte debido al dolor de su pierna. 

Se acercó a él, tomó el hombro de la chica y se ubicó del otro lado, lo tomó entre sus brazos, este lloraba teniendo el rostro manchado con rojo debido al sufrimiento. Miró su pie tomando valor, el hueso salía de la piel, era una imagen que no podría borrar fácilmente de su cabeza. Había un listón apretando un poco más arriba, lo había hecho la chica para evitar que saliera más sangre. Volvió su mirada a Tweek, estaba pálido y sudaba frío, sonrió levemente para darle fuerzas.

—Tranquilo, ¿Si? No pasa nada, no es grave. Es solo el dolor. —Mintió para hacerle sentir mejor. —Respira lento, yo estaré contigo tweek, ¿Okay? Nada malo va a pasarte. Te lo prometo. 

Sintió un horrible estremecimiento recorría su cuerpo, este se aferró a sus prendas mientras apretaba los párpados y gritaba ahogado. 

—Ya llamé a una ambulancia, pero hay tantos heridos...—Murmuró la chica. —Token... ¿Crees que esté bien? —Se llevó una mano a la boca mientras lloraba. 

—Lo estará, —Respondió tomando su hombro. —lo estará. 

Pasó cerca de cuarenta minutos, entre que levantaban tablones, evadían vidrios rotos y sacaban el escombró para encontrar a los otros trabajadores. Token estaba inconsciente por un golpe en la cabeza, sangraba pero no tenía más heridas. Clyde logró salir con ayuda, no tenía nada, solo algunos raspones y el señor Tweak se encontraba bien, había logrado protegerse contra una mesa que le ayudó. Su padre de unió a ellos en el auto, con el miedo había olvidado que tenía uno. Subieron a todos arriba y así fueron al hospital, paso al infierno.

Iba sentado atrás, Tweek estaba sentado en su regazo, ya que, debían caber los otros también. A su lado iban Token y el señor Tweak, adelante Clyde quien iba despierto. Nichole iba sobre el regazo de su novio, sosteniendo su cabeza y murmurando cosas, como que estaría bien. Podía sentir el calor que emanaba el rubio contra su cuerpo, después de tantos años, volvían a estar tan cerca, podía sentir el aroma suave de su shampoo. Su pie colgaba, su padre hacía todo lo posible por manejar sin hacer que el auto se meciera mucho. Miró por la ventana, a las fueras del hospital habían numerosas carpas, médicos se reunían para atender a las víctimas que llegaban una tras otra, así dejaban libre las habitaciones para los pacientes más graves. Clyde le abrió la puerta, cargó a Tweek como princesa y así lo llevó adentro, su padre se encargó de Token. 

Dieron unos pasos adentro del lugar, Tweek de la anda comenzó con un ataque de histeria, gritaba y se removía en sus brazos gritando que no entraría en aquel lugar. Además gritaba de dolor al mover su pie, lo mantuvo aferrado para que no se le escapara de los brazos, unas enfermeras se acercaron para ayudar.

—Él necesita ayuda, por favor. —Pidió Craig a las mujeres. 

Lo condujeron a la UCI, habían camillas por ambos costados, gente gritando de dolor, otras personas durmiendo o eso parecía. Recostó al rubio sobre una camilla, este intentó zafarse de sus brazos queriendo salir de la cama, lo tomó por los hombros hundiendolo en ella para impedirlo. 

—¡Craig no! —Pidió este. —¡No quiero estar aquí! Sacame, por favor, sacame de aquí. — Rogaba mientras lloraba. 

—Tweek, estarás bien, ellos van a ayudarte. ¡Quédate quieto!

—¡NO! —En su arrebato logró golpear a la enfermera. Una mujer más grande y gruesa se acercó a ayudar, lo amarró con una cintas especiales a la camilla para que no pudiera moverse. La otra joven inyectó un sedante en su brazo haciendo que este terminara tan dócil como un oso perezoso. 

Se quedó en silencio, su pecho subía y bajaba con rapidez debido al esfuerzo. Las mujeres le dijeron que estaría bien, que vendría un doctor a ver su lesión. Lo mandaron afuera, salió encontrando a Nichole esperando, no la habían dejado entrar. Tomó su mano y así tomó asiento con ella esperando. 

Hace cuatro años atrás... 

Iba sentado atrás en el auto de sus padres, no le habían dicho a dónde se dirigían, sólo que era por su bienestar. Se detuvieron en las afueras de South Park, había un enorme lugar cerrado bastante bonito y armónico. Lo hicieron bajar, se detuvieron frente a la puerta, fue cuando lo leyó "Clínica Psiquiátrica, el edén" Se volteó hacia sus padres incrédulo, estos lo miraban intentando excusarse.

—Cariño, es por tu bien.

—Yo no estoy loco... —Susurró sin aliento. Negó con la cabeza, sus cabellos rubios se agitaron mientras hacia aquel movimiento. —¡Yo no estoy loco!

—Te amamos. —Respondió su padre.

Dos hombres, altos y fuertes lo agarraron por los brazos. Asustado los miró, intentó zafarse de sus garras para era imposible. Gritaba implorando a sus padres que no lo hicieran, que no podían dejarlo ahí. No estaba loco, solo tenía TDAH...

Abrió los párpados de manera lenta, sentía un peso enorme que evitaba que pudiera abrir bien los ojos. Miró el lugar viendo borroso, todo era blanco, las paredes y el techo. Intentó moverse, pero sus manos estaban amarradas a la camilla en donde yacía tendido. Intentó alzar la cabeza, su torso, pero una cinta gruesa pasaba por su pecho impidiéndolo. Sus tobillos estaban igual de presos. Comenzó a moverse con fuerza, buscando soltarse, quizá podía liberarse y huir, podría viajar a Canadá y estar con Craig... le diría lo que pasó, que en realidad no lo quería lejos y todo estaría bien...

Unos hombres ingresaron al lugar junto con enfermeras, iban vestidos todos iguales.

—Joven Tweek. —Saludó uno de ellos. —Bienvenido seas a nuestro centro psiquiátrico. Aquí te ayudaremos con tu adicción a las pastillas y la cafeína.

—Mentira... Ustedes van a matarme, ¡Ayúdame! ¡Mamá! ¡Papá! —Gritó intentando salir de ahí.

El hombre bajó la sonrisa que tenía, como si el papel de buen samaritano no le hubiera funcionado.

—Sedenlo y apreten bien sus amarras.

Dos hombres se acercaron a él, uno tomó una jeringa y la acercó a su brazo. Se movió intentando alejarse de él. El otro paso sus brazos por sobre él agarrando su brazo derecho. Aprovecho para morderlo desde ahí, el enfermero gritó del dolor y luego le dio un codazo mandándolo a dormir.

 

Reaccionó de manera lenta, su cabeza daba vueltas y sentía un agudo dolor emanando de su pie derecho. Intentó llevar sus manos a su rostro, pero sus manos estaban atadas a la camilla. Frunciendo el ceño miró las cintas que evitan que pudiera alejarse mucho. Miró el lugar, todo era blanco... Comenzó a hiperbentilzarse, su pecho subía y bajaba con rapidez debido a los recuerdos que llegaban a su mente. La máquina que media sus signos avisaron de su estado de alteración. Intentando zafarse comenzó a gritar, no quería estar ahí, debía irse de aquel lugar. Movió su pie pero un horrible dolor recorrido su cuerpo. El sonido que emitió estremeció a los pacientes de la sala alertando a todos.

—¡Sueltenme! ¡Me quiero ir! ¡No quiero estar aquí! ¡Alejense!

La médico se acercó a ver junto con una enfermera. Pidió que suministrara una dosis intravenosa para el dolor y otra para la relajación o más bien, sedacion del paciente.

—Joven, necesita calmarse. Nosotros vamos a ayudarlo.

—¡No quiero su puta ayuda! ¡Suficiente han hecho! ¡Déjeme salir de aquí! ¡Son monstruos! ¡No quiero más agujas! ¡No las quiero!

Su tobillo había tenido que ser operado, le habían puestos fierros para la reconstrucción de su hueso roto. El dolor era punzante y lo tenía en el colapso de histeria. Sudaba debido al calor que emitía, el sedante hizo efecto, comenzó a bajar sus niveles quedando en un estado de lentitud. Tenía la vista borrosa debido a las lágrimas que caían por sus ojos, una mancha se acercó a él, cuando vio que iba a tocarlo se alejó con temor, no quería más dolor ni medicinas. Su voz lo llamó, abrió los ojos con dificultad viendo a Craig, lo miró desde donde estaba casi cayendo en el sueño.

—Son gente mala... —Murmuró cerrando los ojos. —¿Cómo está mi papá? Craig...—Quiso saber, pero ya se había dormido.  

 

—Se repondrá. Le decía a Tricia por teléfono. —Ya salió de la cirugía, tiene fierros en el tobillo para unir los huesos, pero dijeron que volvería a caminar sin problemas. —Podía escuchar como lloraba muy despacio, como si no quisiera ser escuchada. El olor a antiséptico predominaba en el ambiente, sacó un par de monedas de entre su abrigo.

—Yo... —guardó silencio. —Craig, no sé como hubiese reaccionado yo, nunca pude tratar con Tweek cuando sufría sus crisis. Gracias al cielo estabas allí. —Escuchaba cada palabra de su hermana, se hallaba de pie frente a la máquina de dulces de la clínica. Observaba las golosinas perfectamente alineadas detrás del cristal.

—Tengo que irme. —Terminó la llamada quedando en blanco. Llevaban ya tres días ahí, había vuelto a casa para darse una ducha y luego volver, no podía dejar a Tweek solo cuando este se despertaba de sus letargos, porque cada vez que lograba despertar comenzaba a gritar pidiendo ayuda para que lo dejaran ir. ¿Cuántas veces iban ya, en las que había tenido que tomar la mano de Tweek cuando se volvía una maquina de gritos y pataleos? Había perdido la cuenta, muchas personas estaban enojadas con él, porque no dejaba descansar a otros. Regresó a la sala de espera con un paquete de m&m's en bolsillo de la chaqueta. Sólo pensar en su ex novio bastaba para confundirlo, se había sentido tan desesperado, inútil.

Avanzó por el largo corredor, la televisión en la sala de espera funcionaba, sintonizaban un canal de noticias locales. "Es el tercer día tras el tornado que devasto la mitad de South Park, la colaboración entre los habitantes del pueblo es un ejemplo para el resto del país"

En cámara aparecía un grupo de chiquillos que repartían panecillos y café a los voluntarios. Siguió avanzando, vio a Clyde y Nichole sentados en la salita, estaban ahí por Token, Craig se fijó en la hilera de camas detrás del cristal templado. Tweek yacía sobre la cama inconsciente, completamente sedado para evitar más arrebatos. Se dirigió a la salita de espera, se sentó con ellos, junto a Nichole, ella miraba hacia la UCI. 

—¿Cómo está Token?—Pregunto con suavidad.

—Bien, hoy le dan de alta. ¿Cómo va Tweek? 

—No lo sé... su pie tiene para largos meses de recuperación, pero por alguna razón solo busca huir de aquí. Dice que le harán daño.    

—Pues, por lo que escuché, sus padres lo internaron en un lugar para locos. La clínica cerró un año después por utilizar métodos arcaicos. Quizás qué cosas le hicieron para que esté así.  

—Es mi culpa. —Murmuró tapando su rostro con una mano. —Sufrió tanto por mi culpa... —El dolor oprimía su pecho, si tan solo se hubiera quedado, si tan sólo hubiera enfrentado realmente el problema... quizá él podría haberle salvado... las cosas serían tan distintas.  

 


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