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Rehabilitación/Creek por javithabadeer

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Estaba sentado detrás del mostrador, sacaba cuentas con una calculadora, tenía un tazón con leche de chocolate a un lado y unas cuantas galletas. Escribía en una libreta los números que le iban dando, podía escuchar el murmullo de las personas que tomaban sus cafés y otros en las mesas. Su padre estaba sentado a su lado atendiendo la caja registradora, este atendía con buen humor a las personas que llegaban, la cafetería seguía siendo su lugar de paz. Bajó una mano acariciando su vientre abultado, cada vez podía sentir más al bebé moverse dentro de él, se movía en todas direcciones, como tenía espacio no le importaba patear sus intestinos. Craig seguía diciendo que era un pequeño alienigena, que se lo comería por dentro, pensarlo le asustaba, pero sabía que no podía serlo, eso sí escaparía de la realidad... así como su embarazo... Suspiró suavemente, tenía los pies algo hinchados, era molesto y su espalda también sufría con eso. Había subido unos kilos más, Craig decía que se veía bien con carne en los huesos, la verdad es que se sentía bien, sano, como jamás había estado. Llevaba puesta una jardinera de mezclilla, se la había dado la señora Tucker, la verdad es que le encantaba y con la barriga se veía adorable. Tomó una galleta y así la mordió, anotó en el papel el número que le había dado la suma total, el negocio iba bastante bien, una vez su padre jubilara el lugar sería totalmente suyo y de Craig, ya quería volver a preparar pasteles, con el embarazo no podía estar ahí, tantos aromas le provocaban vómitos. Pensar en eso hizo que se le subiera la leche que había bebido, puso sus dedos sobre sus labios, oh vamos, no quería vomitar más. Cerró los ojos y respiró de manera lenta y calmada buscando alejarlo. Y como si fuese poco, se mareó al respirar así, apoyó la cabeza en la mesa mientras dejaba que el mareo se fuese. Acarició con ambas manos su barriga, tenía cinco meses y todo iba bastante bien, el bebé estaba muy sano y seguían sin saber el sexo, era rebelde como su padre. 

—¿Te sientes mal? 

Alzó la vista encontrando a Wendy, la chica de cabellos negros lo miraba desde el otro lado del mostrador. Llevaba un bonito traje de dos piezas, su profesión de abogada le sentaba, se veía tan profesional y educada. Sonrió levemente mientras asentía, la chica era muy atenta con él, siempre estaba preguntando por el embarazo y había pedido ser la madrina del bebé, no pudo no decirle que no. 

—Estoy bien, sólo un mareo. ¿Qué te trae por aquí? 

—Pasaba por aquí y decidí pasar a ver que tal estás. Llevaré unos cafés, Stan está enfermo y se quedó en el departamento. ¿Ya te dije que es como un bebé? Y después de lo que hizo en la boda... Debí haber tomado más para evitar recordar su espectáculo sobre la mesa. Como sea, ¿Como estás tú y el bebé? 

—Estamos bien, la señora Tucker me dio algunos consejos para dormir y cremas para la piel. 

—Eso es maravilloso, compré algunas cositas, pero no las traje ahora conmigo. No pude resistirme, compré de hombre y mujer, ya que, no sabemos que es aún. ¿Qué te gustaría a ti? 

—No lo sé, algo me dice que es niño, pero Craig cree que es un niña. Lo que Dios quiera, ¿No? 

—Supongo. Y dime, ¿Cómo van las relaciones maritales? 

—¿Eh? —Preguntó ruborizándose. —Estoy embarazado. 

—No es VIH Tweek, ¿De verdad no han tenido nada? Dicen que se siente mejor por la presión. Propóneselo, es por el bien del bebé así como que amolde tus pezones con sus dedos, todo está estudiado ¿Qué no te informas? 

—L-lo hago, pero yo... ¿Quieres tener un bebé? —Preguntó a la chica alzando una ceja. 

—¿Qué? ¿Yo? Pf, nooo. Un bebé sólo borraría mis planes de viajar, no tengo tiempo para un bebé, con Stan me basta y sobra. Pero quizá en unos años más, lo pensaré. 

—¿Y qué sucede con Kyle? He notado que salen mucho los tres. 

—Ah, pues somos amigos ¿No? 

—Ustedes no se miran como amigos... Me atrevería a decir que quizá ustedes tres... 

—Fue idea de Stan. No lo tenía planeado y sólo paso ¿Si? 

—¡No puede ser! ¡Son un trio! 

—¡Baja la voz! —Pidió ella ruborizándose. Miró hacia el local, nadie les prestaba atención, con un suave suspiro arregló su traje y volvió a mirar hacia adelante.  —Es la cosa más maravillosa en el mundo. ¿Alguna vez has pensado que se siente tener dos penes dentro de ti? 

—No. 

—Bueno, es fabuloso. —Respondió ella sonriendo. 

—Y entre ellos... 

—Oh si, es sumamente excitante ver a dos hombres juntos. Y Kyle tiene algo que... no puedo no pensar en uno sin pensar en el otro. Que Dios me perdone. 

—No lo hará, te quemarás en el infierno. 

—Tweek, debes apoyarme. —Revisó la hora en su reloj de muñeca. —Ya, me voy. —Agarró los dos cafés que había preparado el padre de Tweek. —Saludos a Craig y no le digas, quizá como me llama ahora. 

Sonriendo la vio irse, estaba sin palabras, ¿Cómo podía amar a dos personas a la vez? Bueno, cosa de ellos. Bajó de la silla de donde estaba y así caminó hacia adentro, subió la escalera al segundo piso con suma lentitud. Generalmente le tomaba unos minutos, ahora era una proeza enorme. Al llegar arriba abrió la puerta, cerró detrás de sí y avanzó por la casa, Craig estaba sentado frente al notebook en el escritorio, usaba sus lentes negros, hace poco que se había dado cuenta que se estaba quedando un poco ciego. Se quedó mirando la forma en la que estaba concentrado, se apoyó del marco de la puerta sin hacer ruido, este tecleaba sin parar. 

—¿Pasa algo? —preguntó saliendo de su trance. 

—No, sólo me gusta mirar lo inteligente que te ves con lentes. 

Craig dejó de escribir y lo miró alzando una ceja. Sonrió negando levemente, se alzó de la silla y fue hasta donde él estaba. Sus manos tomaron sus mejillas y así besó sus labios, fue un beso cálido y dulce. Cerró los ojos para sentir de mejor manera aquella sensación, no le bastó con uno, luego fueron dos y tres. Muchas veces se había negado a tener sexo con este por su embarazo, pero si estaba bien hacerlo... 

—Craig... —Llamó con suavidad. 

—¿Si?  

—Hagámoslo. 

—¿Qué cosa? ¿Quieres hacer magdalenas? 

—No... bueno sí, pero después. 

—¿Y ahora? 

—Sexo.  

—¿Estas seguro? 

—Muy seguro. Estoy listo. 

Volvieron a unir sus labios, cerrando los ojos se dejó hacer por el otro. Caminó a la cama y se recostó con suavidad, Craig se puso sobre él con la barriga entre ellos. Rieron por eso, es que le quitaba seriedad. El azabache bajó abrazando su vientre, besó sobre la ropa cerrando los ojos. Acarició sus cabellos mirándolo, no necesitaban tener sexo, se tenían el uno al otro y con eso bastaba para sentir el amor que se entregaban. 

 


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