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Rehabilitación/Creek por javithabadeer

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—¡C-Craig! —Llamó sin aliento.

Podía sentir su lengua tibia humedeciendo su miembro. Por el amor a las vacas, estaba haciéndole una felación en la sala de su casa. La sensación era grata, su piel se había erizado y sentía un hormigueo constante en la base de su entrepierna. Fue cuando no pudo más, sentía que algo saldría ¿Debía salir? ¿Aquel aquel líquido ligoso que a veces tenía al despertar o era pis? No podía sólo soltarlo, podría arruinar todo... Craig podría molestarse y no desear volver a tocarle. Sin poder evitarlo, el pánico inundó su cuerpo haciéndolo temblar. Empujó a su novio a un lado y así corrió escalera arriba.

Se encerró en el baño entre jadeos, se sentó en la taza y esperó a que saliera. Una sensación de liberación llegó a su cuerpo, como si hubiera hecho algo increíble. Abrió las piernas mirando hacia abajo, era el líquido espeso. Semen, eso era semen. Se cubrió el rostro son poder creerlo, podía oír la voz angustiada de Craig del otro lado. Jaló la cadena y así se acercó, se sentía muy mal... lo había empujado. Abrió la puerta con lentitud encontrando su mirada.

—Craig... lo siento... lo siento mucho. E-Es que yo jamás lo había hecho. Y-Y no sabía si, y si no estaba bien. Creí que debía alejarme. Y-Yo, ¡Ah! —Alterado se vio envuelto por los brazos de su novio. Cerró los ojos correspondiendo el abrazo. —Quédate a dormir conmigo... estoy solo y-y siento que hay alguien mirándome en el armario cuando intento dormir.

—No te preocupes, yo estoy contigo, Tweek.  —Respondió con suavidad acariciando sus cabellos. 

Le sonrió mirando sus hermosos ojos azules, asintió de manera suave y así caminaron hacia la habitación. Craig siguió de largo, bajó por las escaleras al living. Regresó cargando la ropa de Tweek, quien llevaba todo menos pantalón y bóxer. Su abrigo llegaba a sus muslos, quejando su delgadas piernas descubiertas. Se acercó a la ventana, cerró las cortinas gruesas y encendió la lámpara del velador. Se quitó el abrigo, lo colgó en el armario, tiró el suéter y camisa sobre el escritorio. No tardó mucho en ponerse algo de ropa, usaba un pantalón de pijama junto con la camisa. Miró de reojo a Craig, este se deshacía de sus prendas dándole la espalda. Sonrió levemente volviendo a su cajón.

—Ten. —Le entregó un pijama con cohetes, planetas y estrellas. —Lo compré un tiempo atrás pensando en que... podrías venir a dormir aquí. —Comentó sonriendo de manera leve. 

—Gracias,  —Respondió este mientras lo tomaba.  —Se ve realmente bonito.  

—Gracias a ti Craig. Yo... Yo no sé que sería de mi sin ti. Eres lo que me permite estar bien, tu eres como mi ángel guardián. Yo... Te... te amo.

El rostro de su novio quedó congelado, bajó la mirada sintiendo que no debía haberlo dicho, sin embargo, pocos segundos después estaba recostado en la cama con Craig encima. Cerrando los ojos se dejó derretir por sus besos dulces. Saboreó su boca con timidez, sus manos acariciaron su abdomen y pecho desnudo. Se separó de él de manera suave mirando sus ojos.

—Vayamos lento... ¿Si? Aún... Aún no me siento listo.

—Como te sientas más cómodo.  —Besó su frente con tersura.

 

Craig suspiró. Tweek yacía dormido envuelto en una gruesa cobija azul, observa su respiración, su pecho sube y baja lentamente, pasa sus dedos entre el cabello rubio de su novio. Lo ve abrir sus dulces ojos azules y buscarle en la penumbra de la noche.

—Vuelve a la cama.

Lo ve sentarse, mientras se frota los ojos y extiende la mano para alcanzar el interruptor de la mesita de noche. Craig se acerca y toma la mano de su novio para impedirlo. Se quedaron en silencio hasta que decide hablar.

—No, todo esta bien, solo no puedo dormir, no te preocupes.

Craig no esperaba que su novio fuese tan inocente, era como si en los cuatro años que estuvo lejos el tiempo se hubiese detenido, solo que en lugar de encontrar al Tweek que dejó, se encontró con una figura cansada, pálida y sin fuerzas, lo rodeó por los hombros y besó su frente. 

Nunca volvería a dejarlo solo.

—Vamos a dormir, ya es muy tarde.

Se metió en cama, estrechando con fuerza a su novio.

                                                            

Era día lunes y como cada lunes estaba desde temprano en el café ayudando a su padre. Craig había vuelto a su casa luego de que desayunara en la suya. Durante la mañana permaneció hablando con Tricia, le gustaba mandarle vídeos virales a la pequeña hermana de su novio, siempre hablaban, aprovechaba de preguntar por Craig, saber lo que hacía cuando no estaba. Tricia era como su espía, agente secreto. Durante el horario de 8 a 9 todo estuvo muy lleno, los trabajadores iban a comprar café, el cual había mejorado mucho hace años luego de la competencia contra Starbucks. Habían hombres terminando de arreglar lo que sería la cocina para la pastelería, su lugar. Fue un día aburrido como siempre, pensaba en lo que había sucedido con Craig, que casi habían tenido sexo... eso lo hacía ruborizarse hasta las orejas. Necesitaba estar más preparado para la próxima, no quería ser una carga.

A eso de las dos entró el grupo de Stan, pidieron algunos cafés y derivados. El que se quedó más tiempo fue Eric, estaba mucho las alto, pero igual de gordo que siempre. Le charlaba de idioteces hasta que llegó a su punto.

—Tengo dulces nuevo para ti, Tweek.

—Yo ya no los consumo. —Respondió sin alzar la mirada.

—Pero estos son nuevos. Los necesitas. ¡Solo mírate! Te ves super cansado, agotado. Pobre Craig, debe ser difícil tener que preocuparse tanto por ti.

Aquello lo dejó sin aliento, tenía razón en eso. Alzó la vista al castaño, este le sonrió y le hizo un gesto para que fueran atrás. Cerró la caja con llave y así lo invitó a pasar a la habitación de empleados. Este sacó de  su bolsillo un frasco de plástico transparente con las pastillas alargadas adentro.

—Estas, amigo mío, te ayudarán a no sentirte cansado. Te renuevan el ánimo. Estoy seguro que a Craig le gustara el nuevo Tweek.

—¿Cuánto?

—Treinta. Y estoy siendo generoso.

Con un suspiro sacó dinero de su bolsillo. Eric sólo agarró todos los billetes siendo que habían las de treinta dólares ahí.

—Con esto esta bien. Disfruta tus dulces. —Con ello se encaminó a la puerta, se detuvo antes de salir. —Ah y no le digas a Craig que te las vendí. Dirá que fue trampa, hazle creer que te recuperaste tu sólo. —Le guiño un ojo sonriendo y luego se fue.

Se quedó de pie mirándolo irse. Miró el frasco, sabía que lo que hacía no estaba del todo bien, pero Eric tenía razón... Salió afuera, su grupo seguía allí sentado hablando como si nada. Detrás del mostrador ordenó los envases de azúcar. A los 10 minutos ellos se marcharon y no pasó mucho para que entrase Wendy. Le sonrió amablemente a lo que ella respondió de igual manera.

—Hola Tweek. Tanto tiempo. Te ves bastante delgado. —Comentó ella. —Escuche que sigues con Craig, me alegra que lleven tantos años juntos.

—G-Gracias. ¿Que vas a pedir?

Le sirvió su pedido y luego se disculpó. Ingresó a la habitación de atrás donde saco el frasco. Sus manos temblaban, había bebido algunas tazas de café en la mañana y ahora su cuerpo le pedía más. Quitó la tapa y así vertió el contenido sobre su palma

 

Se sentía cansado tras pasar toda la mañana paleando la nieve que cubría el pórtico de la casa, Tricia lo veía sentada en el último escalón de la entrada, jugueteaba con su teléfono móvil, de repente estallaba en carcajadas y buscaba disimular su risita aguada. Craig resopló, quitándose el gorro sobre su cabeza, al pasar a un lado de  ella de camino al interior y le arrebató el móvil, quería molestarla, pero, se sorprendió cuando vio con quien hablaba "Tweek".

Leyó un par de mensajes, ellos bromeaban y se enviaban vídeos tontos...

Devolvió el teléfono a Tricia, de pronto no se sentía de buen humor.

Embutió las manos en los bolsillos del abrigo y salió rumbo al centro. No podía ponerse celoso, pero, al ver que no tiene ni un solo mensaje de su novio mientras Tricia conversaba con él...  eso  lo ponía de mal humor. Lo que sentía en ese preciso instante le demostraba que tan enamorado estaba. Iba pensando en aquello cuando frente a él aparecieron ellos, Cartman, Kyle, Stan y Kenny... Los había estado evitando desde que había llegado, prefería no meterse en problemas pero, al chocar con ellos no puede fingir no verlos.

—¡Hey! es el neoyorquino... ¿Qué tal? ¿te has vuelto más homosexual por vivir rodeado de maricas?  —Se burló Cartman. 

Suspiró intentando no alterarse, debía mantenerse relajado por el bien de Tweek... Kenny rió por el comentario del gordo,  su boca iba cubierta por una gruesa bufanda. Stan y Kyle sólo ruedan los ojos, siguen siendo el mismo cuarteto de idiotas, ¿Cómo era posible que nada cambiara en aquel sitio?

—El único marica que veo aquí, eres tú Cartman.  —Respondió con molestia. Sin esperar siguió andando pasando a un lado de ellos. Quizás no iría a Canadá a estudiar, pero no podía resignarse, debía esforzarse por su futuro y el de Tweek. Atravesó el umbral de la puerta, en la barra de la cafetería no estaba su novio, Token atendía a un tipo que pedía un café. Miró cada ángulo del local,  en la barra encuentra a Wendy, la chica lo reconoce a primera vista a pesar de que ella se ve completamente distinta, al igual que él, Wendy había salido de South Park para ir a estudiar a DC.

—Craig, cuanto tiempo sin verte, si buscas a Tweek lo vi ir al cuarto de empleados.

La chica sonrió y sus dientes blancos, perfectamente delineados, se muestran entre sus labios rosa. Agradeció su información, pasó por el costado de la barra hacia la puerta que daba a aquella habitación donde tenían el abastecimiento. Al abrir la puerta del salón de empleados,  encontró a Tweek metiéndose un puñado de tabletas a la boca.

—¿Qué estás haciendo?

Tweek estaba por llevarlas a la boca cuando lo escuchó. Soltó un grito de susto dejando caer el envase junto con los preciados dulces. Se arrodilló buscando recogerlos del suelo, sus manos temblaban sin poder parar. Frunciendo el ceño se acercó a este, se arrodilló tomando su muñeca para que le contestara su pregunta. Pero este seguía sin mirarlo a la cara.

—Te estoy preguntando algo, ¿Que mierda es esto? ¿No juraste que te recuperarías?  

—¡No lo entiendes!  —Explotó el rubio mirando sus ojos. —¡Estoy cansado de sentirme como una carga! E-esas pastillas que me obligan a tomar me hacen sentir tan agotado que no puedo hacer nada más que parecer un vegetal. ¡N-No quiero eso nunca más! ¡¿Pero que sabes tu lo que se siente?! Estoy tan agotado que no puedo dormir bien, estoy tan cansado que mi cuerpo no responde aunque los monstruos intenten sacarme las tripas por la noche. —Hiperventilado se quedó mirando su rostro mientras jadeaba. —¡Estoy cansado de ser ese Tweek que todos quieren! ¡N-No soy yo! ¡¿ALGÚN PROBLEMA CON ESO, CRAIG?!

Estaba dolido y asombrado, apretando la mandíbula le dio una bofetada en la mejilla. El sonido que provocó llenó la habitación. Esperaba que quedara ahí, pero Tweek decidió enfrentarlo, se le lanzó encima jalando sus cabellos y golpeándolo como un gato herido. Intentaba alejarlo, logró rodar sobre el cuerpo del otro, quedando arriba le dio de lleno en la mandíbula. El impacto dejó al cuerpo del otro inerte, jadeando y con la nariz sangrando se quedó mirando a su novio inconsciente. 


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