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Rehabilitación/Creek por javithabadeer

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Sus padres lo recibieron con entusiasmo, Tricia que se encontraba en el retiro previo a su graduación no había podido verlo llegar. La casa de sus padres había sido renovada recientemente y los muebles de la sala eran nuevos, cuando se dejó caer en el sofá de su padre y estiro las piernas, pudo sentir como todo su cuerpo se relajaba, no se había equivocado, estaba realmente bien, ni un solo rastro de enojo, tristeza o temor.

Escuchó a sus padres murmurar en la cocina, no había querido prestar atención a los espacios en blanco que de pronto surgían en las conversaciones, o como parecían nerviosos cada que preguntaba por su hermana. ¿Sería acaso que Tricia estaba metida en problemas? Entró en la cocina justo cuando su madre le insistía a su padre hablar con él.

—Debes decirle, Craig tiene derecho, Thomas, hemos dejado que pase casi un año y tú sabes lo mucho que le importaba...

—¿A qué tengo derecho? — Preguntó Craig, su mirada se había tornado oscura, demandante.

Su madre salió de la cocina para dejarlos a solas.

— Craig, quiero que entiendas que, cuando tu te fuiste... nosotros nos ocupamos de Tweek —. El señor Tucker había organizado sus palabras antes de soltarlas. — Estuvimos al pendiente de él, lo acompañamos a terapia, incluso vivió con nosotros hace tres años, cuando les quitaron la custodia a sus padres, Craig, lo que trato de decirte es...

Él podía haberse ido, pudo fingir perfectamente que Tweek ya no era su responsabilidad y construir un futuro donde no tuviese ninguna preocupación, pero, sus padres habían cargado ese peso por él, así que ellos eran la razón tras la mejoría del su ex novio, apretó la mandíbula, un par de lágrimas suicidas rodaron por su rostro sin que el pudiera contenerlas, su expresión rozaba la neutralidad, pero, sus ojos transmitían frustración.

— Craig, Tweek ahora es un muchacho estable, trabajo en la cafetería, hornea todos los bizcochos, se ha aliado a Token y Clyde para crear una franquicia, esta dando todo de sí mismo por superar su pasado, hijo... — Thomas se acercó a su hijo para abrazarlo.

— No voy a volver con él papá, yo dejé de amarlo hace mucho. — Craig se mantenía estático, resistiéndose a lo que acaba de escuchar.

— Yo jamás te pediría que hicieras nada que no quieras hijo, pero, esto es sobre Tricia, ella...

— Tu hermana esta enamorada de Tweek, llevan saliendo juntos desde hace un año. — La madre de Craig, que se había mantenido en silencio hasta ese momento, se hizo escuchar. — Sé que debimos decirte, pero, no sabíamos como lo tomarías, a nosotros no nos pareció correcto al principio, pero, ellos están muy enamorados.

La noticia lo tomó con la guardia baja, se encerró en su habitación el día entero, y al siguiente se movió a la capital a distraerse a gastar algo de dinero en obsequios para sus padres y algunas baratijas para su hermana. Paró frente a la cafetería vio a través del cristal templado a Token, pero, no pudo encontrar a Tweek, cuando volvió a casa se encontró de frente con su pequeña hermana, era una jovencita preciosa de piernas largas y esbeltas, facciones suaves y largo cabello marrón rojizo.

— ¡Craigory! — Gritó emocionada, llevaba puesto el vestido que usaría para su graduación, un vestido hecho especialmente para la ocasión, ella se veía preciosa. Craig no pudo rechazarla, la estrechó contra su pecho y acaricio su espalda. — Me has hecho tanta falta, sin no fuera por Tweek creo que hace mucho que me hubiese vuelto loca. — sonrió apartándose de su hermano y peinando el cabello oscuro de Craig con los dedos. Craig casi le pegó en la mano al escuchar aquello, pero, se contuvo.

— Mamá me conto de lo que tienes con Tweek.

— Yo quería decirte desde primer instante, pero, ellos querían esperar, no pensaban que fuera enserio con él, después de todo siempre pensaron que ustedes dos eran homosexuales, pero, ya lo vez al parecer Tweek solo estaba confundido.

Craig apretó la mandíbula por enésima ocasión.

— No tengo nada que opinar al respecto, después de todo, en un par de semanas me iré de nuevo y es muy posible que nunca vuelva a este agujero. — Se burló, estaba siendo malicioso y no podía evitarlo.

La noche de la graduación se había calzado con uno de sus mejores trajes un valentino de corte a medida en azul marino. Acomodo las mancuernillas y el reloj de pulsera, peino su cabello y escolto a su madre durante todo el trayecto, Tricia había estado tan emocionada de llegar a la fiesta en un auto de lujo, aunque se quejo un par de ocasiones por no llegar en limosina con otras chicas. No tardo mucho para que Tweek se presentara, vestía de traje, no había manera de que el chiquillo escuálido y nervioso que tenía tatuadas la ojera pudiera ser el mismo que tenía enfrente, era sencillamente un hombre atractivo.

Los vio besarse, abrazarse... ¿Acaso era el único ofendido? Buscó la mirada de su padre o la de su madre, nadie parecía entender su frustración, ni siquiera él. Chasqueo la lengua y justo cuando creía estar con la cabeza fría sus ojos verdes se cruzaron con los ojos azules de su ex novio.  ¿Qué mierda le está viendo? No lo dejó huir, lo siguió de cerca hasta estar lo suficientemente lejos de la multitud.

— ¿Qué tal Tweek? — Lo saludó, metiendo las manos dentro de los bolsillos del pantalón. — Así que Tricia... —. Lo atrapó por el cuello de la camisa — ¿Puedes decirme por qué de todas las mujeres que hay en South Park tenías que meterte con mi puta hermana menor?

Había escupido la pregunta con urgencía, sin medir las consecuencias.

No logro avanzar mucho, mientras la familia de Craig entraba este lo agarraba y lo ponía contra la pared antes de ingresar al salón. Jadeó por el impacto, sus manos agarraron sus muñecas, mantuvo un ojo cerrado y con el otro lo observó. Era la primera vez que lo veía tan cerca, era todo un hombre. Su mentón, sus pómulos, sus labios... Su corazón latió demasiado rápido.

—Tricia estuvo ahí para mi cuando nadie más quiso. — Respondió con la voz baja. — Y se enojará mucho contigo si te ve hacer esto... si vas a golpearme al menos espera que haya pasado su ceremonia, no se lo arruines.

Sintió como lo soltaba, tenía un exquisito aroma de su loción. Cerró los ojos quedándose de pie, este se marchó dejándolo ahí afuera. Mordió su labios deseando escapar. Tomó aire y así caminó al salón, no le tomó mucho ubicar a los señores Tucker. Se sentó junto a Laura, ella le sonrió y así le habló sobre lo bien se le veía el traje.

—Gracias. — Sonrió mirando su rostro.  —Tricia se ve hermosa. Ha crecido mucho.

—Me gustaría tenerla pequeña para siempre. —Comentó la mujer sonriendo. —Pero supongo que es imposible.

Le tomó la mano intentado ayudarla, ambos se miraron sonriendo. Amaba tener aquella bonita conexión con la señora Tucker. Tricia se sentó en el escenario con su grupo de compañeros. Cuando sus ojos se cruzaron ella alzó una mano sonriendole, correspondió levantando su mano también a la altura de su rostro. Comenzaron entonando el himno nacional, seguido de palabras del director PC. Recordó cuando él tuvo su ceremonia, una en la que Craig no había estado. Escuchó con atención las palabras, luego se paso a los diplomas. Tricia había sacado a la mejor alumna y la mejor en ciencias. Aplaudió cuando ella los recibió, se veía tan hermosa en su vestido. Luego de una hora todo terminó, ella se acercó y se dejó abrazar por sus padres, luego por su hermano y finalmente por él. Sonriendo acarició su mejilla, era mucho más alto que ella, siendo que Tricia era una chica de altura. Diría que estaba al mismo nivel que Craig ahora. Tomó su mano entrelazando sus dedos y así fueron a la salida. Subieron al auto en el que Craig los llevaba. Iba atrás con las damas.

—... y su vestido es horroroso. ¿Qué crees que es esto? ¿Una fiesta de putas?

—Sabemos que no te cae muy bien, pero no deberías hablar de ella así. —Comentó Tweek de manera amable.

—Por cierto, te queda hermoso el collar. —Comentó la madre a su hija.

—¡Lo sé! Tweek me lo dio para hoy. Combina con mis ojos. —La chica terminó por acomodarse contra su pecho.

La rodeó con un brazo besando su frente. Miró hacia la ventana, no quería volver a cruzar la vista con Craig, no quería ni imaginar lo que pensaba ahora. Llegaron hasta el salón de eventos, la música sonaba con intensidad. Bajaron todos juntos, un fotógrafo pidió fotos para todos. Tricia lo agarró del brazo y del otro lado a Craig.

—Ve con tus amigas. —Invitó a que fuera a divertirse.

—Bien, volveré en un rato.

Besó sus labios, un toque suave y así ella se marchó. La vio irse quedando a solas con su hermano, suspiró mirándolo de reojo. Ingresó al salón, en un lado había una pista de baile y del otro mesas redondas para los padres y otras para los egresados. Podía ver a los padres de Tricia sentados hablando con otros apoderados. Caminó hasta el baño y así lavó su rostro, ¿Cuanto más podía soportar el tener a Craig tan cerca? ¿Cómo era posible que siguiera sintiendo algo cuando lo había abandonado?  

Atravesó el salón poniendo distancia no quería ni podía quedarse cerca de su "cuñado", tan pronto como la palabra cobró forma en su cabeza aflojó la corbata, abrió un par de botones y antes de pensarlo con claridad estaba frente al bar.

— Dame lo más fuerte que tengas.

Chasqueo la lengua, tomando asiento sobre uno de los taburetes. Él sujeto tras la barra se le quedo viendo elevando una ceja y señalando el menú escrito en letras doradas sobre un pizarrón negro. No había ni una sola bebida alcohólica, fuera del champagne que usarían para el brindis y un vino de mesa para acompañar la cena. Craig fastidiado solo insistió en pedir una copa de vino tinto. El tipo lo escudriño con la mirada, golpeo la delgada laminilla donde llevaba escrito su nombre y extendió la mano en su dirección ¿Le estaba pidiéndole su ID?

Craig sacó la cartera del saco y extrajo su identificación, mientras no dejaba de ver la cara de "Thomas". El tipo vestía de negro, la camisa, el saco, incluso la corbata, solo el pasador era de un llamativo color dorado, era un rubio con expresión cansada, de un modo poco saludable le recordó a Tweek. El barman rió en silencio, sacó una botella y realizando una dramática entrada, llenó una copa de bordeaux, que Craig se bebió de un trago.

Había estado a punto de golpear a Tweek, que estupidez. No es como si tuviese sentimientos por él, pero, algo dentro de él no podía con la idea, ¿Por qué Trish? ¿Porqué su puta hermana menor? Tenía que agradecerle a Dios, que solo estaría en South Park un par de días más.

Le mostró su copa vacía a Thomas y el muchacho, volvió a llenarla por sexta vez consecutiva, e inmediatamente le dio la espalda para seguir atendiendo la barra. Craig debía reconocer que el muchacho era atractivo, espalda esbelta, hom  bros anchos, buen trasero. Apoyó el codo sobre la barra, justo cuando estaba por abrir la boca, a Thomas se le han caído un par de copas. Craig jamás en toda su vida había escuchado tantas maldiciones juntas, Theodoro parecía vomitar palabras inapropiadas con una maestría que si el primogénito del matrimonio Tucker había tenido dudas las despejaron por completo.

— Oye, Thomas... ¿Quieres ir a beber algo cuando todo esto acabe?

Levantó su copa ofreciéndole un brindis. Estaba terminando la oración cuando sintió como su nuca era perforada por una mirada insistente, no supo el porque de esa idea hasta que volteo para ver, y de pie a una distancia apenas prudente Tweek lo observaba. ¿Lo habría escuchado?

Una mierda con eso, él no había pensando en como se sentiría cuando decidió meterse con Tricia. Recordó el rostro sonrojado de su ex la noche que lo había derribado sobre el sofá y se la había chupado hasta hacerlo eyacular. Llevó su mano hasta su cabello negro y paseo sus dedos entre la espesa cabellera. ¿Ya lo habría hecho con Tricia? La idea le revolvió el estómago. Rompió el contacto visual y volvió su atención en Theodoro.

— ¿A que hora acaba tu turno?

Insistió. El muchacho bajó la mirada, al parecer en South Park abundaban los mojigatos, abría y cerraba la boca, apretaba los dedos con nerviosismo.

— A las 12

Respondió finalmente. Craig casi pudo reírse de la situación, ¿Acababa de seducir al barman en la fiesta de graduación de Tricis? Le guiño un ojo a Thomas y se apartó de la barra, Vio a Tweek bailando con su hermana, cuando la canción terminó, los invitaron a tomar asiento, los chicos dieron su discurso, la cena fue servida comieron en silencio, para cuando la música volvió a sonar, revisó su reloj de pulsera, faltaban 10 minutos para las 12, se levantó de la mesa y le entregó las llaves a su padre, le dijo que tenía cosas que hacer y se apartó. Caminó hasta la salida de empleados, se encontró con un par de cocineros que fumaban en silencio, pregunto por Thomas y le dijeron que acaba de salir por la puerta trasera. No tardó en darle alcance, lo tomó por la mano, se sentía enfermo con solo recordar los labios de Tweek buscando los de Tricia, la forma en que sus manos la tomaban por la cintura... apretó la mandíbula.

Acorralo ala barman contra la fría pared de ladrillo, el callejón detrás del salón estaba escasamente iluminado, Craig se sentía tan frustrado, miro al muchacho desde arriba, dominante, lo sujeto por la nuca haciendo que echara la cabeza hacía atrás, a oscuras, en silencio, se prendió de sus labios con apetito, un beso furioso, su lengua invadió la boca ajena y no tardo en notar como Thomas no se resistía. Presionó el cuerpo del rubio con fuerza, frotando sus cuerpos, dejando subir la temperatura poco a poco, bajo por el cuello pálido de su compañero y cubrió su clavícula con besos.

Cubrió su boca con la palma de la mano, uso la otra para bajar hasta la hebilla metálica del cinturón, introdujo la mano entre el pantalón y el boxer, buscado el miembro del otro, cuando tuvo la certeza de que estaba tan excitado como él, no perdió el tiempo y extrajo su propio pene de entre el pantalón, él chico parecía no entender lo que estaba ocurriendo, pero, no se resistían, abría la boca ofreciéndola, permitiendo que profundizara el beso, elevando la pelvis, para facilitar el contacto, Craig mantenía el agarre sobre ambos miembros, frotándolos, estaban igualmente pegajosos... Escuchó la puerta abrirse, como un felino reacciono al instante ¿Quién diablos quería interrumpirlos? ¿Acaso no veían lo desesperado que estaba por un polvo como para hacerlo en un sucio y oscuro callejón?

Fijo sus ojos en quien había salido, una sonrisa cruel se dibujo sobre su rostro, sin apartar la mirada, mordio el cuello de Thomas, aparto el saco y le dejo ver como estaba tocándolo, como su pene se frotaba contra el otro, sin piedad alguna su boca maliciosa formo una oración en silencio, mientras levantaba la mano y le mostraba el dedo.

— "Largo, H-O-N-E-Y"

Le ordenó a Tweek.  

 —Te pedí que no arruinaras el día de Trisy. —Respondió este frunciendo el ceño. —¿Y qué encuentro? Que estas borracho y casi fornicando con un patético chico parecido a mi. Y no me lo niegues, maldito idiota.

Estaba tan molesto con Craig, si Tricia lo hubiera visto en vez de él... Apretó los puños y así se acercó, fue recibido con un golpe de su parte. Jadeó al sentir el aire salir de sus pulmones. Apretando la mandíbula devolvió el golpe, fue certero en su mandíbula haciendo que perdiera la conciencia. Lo agarró antes que cayera al suelo, por Dios, pero que idiota era. Alzó la vista encontrando al chico aún para con su salchicha afuera.

—Ya largate o te arrancó el maní que tienes por pene. —Espetó muy molesto.

La verdad es que no sabía por qué estaba tan enojado, si por Tricia o por Craig. Arregló su ropa, metió su verga dentro del pantalón y así lo arrastró hacia el estacionamiento. Buscó las llaves, pero no las encontró en su ropa. Maldijo a sus adentros. Lo dejó recostado en el suelo junto al auto y así corrió adentro, iba la mesa donde estaban sus suegros cuando Tricia lo retuvo.

—¿Lo encontraste?

—Si, estaba afuera.... Tomando aire.

—¿Está muy borracho?

—Se desmayo, pero esta bien. Lo llevare a casa, ¿Si? Tu disfruta tu noche.

—¿Seguro? Puedo decirle a mi padre que...

—Oh no, tus padres se ven bien compartiendo. No te preocupes, ve a disfrutar, después de todo, él es mi amigo ¿No?

—Bien, cuídate.

Besó su frente cerrando los ojos, la dejó para ir con los señores Tucker. Pidió las llaves del auto y la casa y así se marchó. Llegó al auto donde seguía tirado Craig, abrió la puerta de atrás y así lo metió en el asiento trasero. Ahora estaba lleno de polvo por el suelo donde lo había dejado tirado. Cerró la puerta aún molesto, ingresó detrás del volante y así condujo hasta la casa. Fue un trayecto de media hora, South park estaba lleno de putas en las esquinas.

Al llegar lo bajó del auto, lo cargó como princesa, y si que pesaba. Lo metió dentro de la casa golpeando su cabeza en cada marco de puerta o pared que encontraba. Finalmente lo metió a su habitación, lo tiró sobre la cama mirándolo desde ahí. Dormía aún, eso o seguía inconsciente. Le quitó la ropa, el polvo lo había dejado grisácea la espada y el cabello.

—Eres un grandisimos idiota. —Murmuró mientras dejaba el pantalón a un lado y luego su camisa. 
—Vuelves y me haces sentir mal, pero para ti nada pasó aquí. Sólo me miras con desprecio por ser el novio de tu hermana. Pues ¿Te digo algo? Tricia es muy amable conmigo, es mucho mejor que tú. Ella me escucha y me insulta... me trata como tú me tratabas.... —Murmuró sin aliento al darse cuenta de lo que hacía. Las lágrimas cayeron por sus mejillas. Apretó la mandíbula apoyando su cabeza en su pecho desnudo. —Lo siento... lo lamento tanto... Creí poder olvidarte, pero no puedo... no puedo. —Tomó su mejilla mirando su rostro, su pulgar acarició su pómulo. Se acercó para besar sus labios, pero terminó besando su frente. Lo tapó con sus mantas y así se marchó de la habitación dejándolo sólo. 
Se quedó de pie mirando la nada mientras lloraba en silencio, ¿Por qué seguía doliendo?

Se encontraba en la cafetería, sentado detrás de la caja aburrido. Tenía una libreta donde dibujaba cosas, eran idioteces, garabatos de niños, pero lo hacía, lo dejaba pensar. Su padre estaba a un lado, miraba la televisión que había para los clientes. No había ninguno, era un día en el que nadie quería un puto café o un dulce. Bostezo cansado, había saludado a Tricia en la mañana, ella le daba las gracias por traer a Craig y que ya estaba mejor. Suspiró apoyando su mejilla de la barra. Miraba la televisión, hablaban de un posible tornado que caería pronto, eso explicaba el porque no había nadie.

—Deberíamos cerrar la tienda. —Comentó este.

—Podría venir algún cliente. —Respondió su padre.

—Papá viene un tornado. Dudo que alguien quiera salir de su casa.

No pasó más de una hora cuando la tormenta llegó. Y menos de media hora había un tornado azotando la ciudad. En las noticias hablaban sobre la intensidad, que pasa de ser 3 a 4 con rapidez. Estaba destruyendo casas y tiendas. Salieron afuera para así bajar las cortinas de metal, el viento era muy fuerte y cosas volaban por los aires. Se encerraron adentro esperando no ser alcanzados. Sintió las mando de Token en sus hombros, Clyde miraba las noticias angustiado por su familia. De repente el techo comenzó a moverse y sonar, cerró los ojos rezando, pidiendo que nada malo sucediera...

Estaba tirado en el suelo, tosiendo logró emerger de los escombros. Tenía cortes, en el rostro y brazos. Gimió de dolor cuando intentó mover su pie izquierdo. El huracán habían destrozado la tienda así como otros lugares a su paso. La lluvia caía ahora intensa, buscó con la mirada a su padre y los otros. ¿Por qué debía pasarle a ellos eso? ¿Por qué Dios los había traicionado? Era su sustento de vida, ahora no tenían nada. Unas manos lo sacaron de entre los restos. Eran personas que habían visto el desastre y estaban cerca. El hueso de su tobillo sobresalía por un costado, la sangre seguía cayendo. Palideció por aquello, odiaba ver sangre, no más médicos... No estaría de nuevo en un hospital, oh no.

—¡Papá! —Llamó este. —¡Clyde! ¡Token!

Nadie aparecía, debían estar bien... debían estarlo.  

 


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