Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Misión Destiel (Semi - Au) por Babaau

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

(Adivinen qué: Smut xD)

Dean había tenido sexo en el Impala decenas de veces. Siempre terminaba siendo una actividad improvisada, calurosa y comprimida, pero no por eso menos estimulante. Tener sexo con Cas en el Impala, sin embargo, era mucho más que eso. Era embriagador.

Deslizó su lengua en el interior de la boca del ángel, arrancándole un quedo gemido que reverberó contra sus labios, y abandonando las atenciones a su ardiente erección se dedicó a tirar de la cintura de su pantalón hasta quitárselo por completo. Luego de echar la prenda en el asiento de adelante procedió a quitarse su remera y desabotonar sus propios jeans, bajándoselos hasta la mitad de los muslos para dejar su propio miembro rígido al descubierto. La mirada cargada de lujuria que Cas le lanzó hizo que la piel de Dean ardiese de deseo.

Sin perder tiempo se deslizó hasta el borde del asiento, se reclinó sobre el respaldo y extendió su mano hacia el ángel, quien lo miró confundido.

-¿Cómo se supone...? -Le dijo ladeando el rostro sin despegar la mirada del objeto de su interés. Dean rió quedamente.

-Tú comandarás esta vez. Ven aquí.

Tomó a Cas por la cintura y le hizo pasar una pierna por encima de él, quedando arrodillado a horcajadas sobre su cuerpo, los dos enfrentados. El ángel se ruborizó ante la cercanía entre ambos, aunque la sensación de su propia piel desnuda contra la ropa de Dean le resultaba fascinante... y el roce de su piel desnuda con la parte que no estaba vestida de Dean, mucho más. Sin pensarlo, comenzó a mover sus caderas sobre el cazador, buscando aumentar la fricción entre ambos y arrancándole un gemido al hombre al conseguirlo, pero sus lentos contoneos no duraron mucho.

Sin perder el tiempo, el joven comenzó a estimular con sus manos la entrada de Cas para prepararlo para lo que vendría, mientras el ángel se retorcía de gusto sobre él. Cuando lo consideró suficientemente listo, direccionó su miembro y tomándolo por las caderas lo obligó a bajar sobre el mismo. Cas lanzó un grave gemido al sentir cómo Dean se abría paso en su interior, mientras se aferraba a sus hombros con ahínco.

Pasaron algunos segundos hasta que el ángel se adaptó a la ardiente sensación y recordó de paso cómo hablar español.

-Entonces... -Dijo con la voz quebrada por el placer, moviéndose con cierta timidez sobre el hombre- ¿A--Así está bien?

-¿Sabes qué? Descúbrelo tú. -Le contestó Dean con una sonrisa seductora -Prometo enviarte las señales correctas para guiarte.

Cas se estremeció ante la invitación a tomar el control de esa manera. Hasta ahora sólo se había limitado a recibir la pasión de Dean con genuino entusiasmo, pero ser él quien marcase el ritmo lo hacía sentir increíblemente expuesto, y excitado.

Afianzando sus rodillas sobre el asiento comenzó a subir y bajar lentamente, intentando concentrarse en las reacciones del cazador en busca de señales, pero distrayéndose por las propias sensaciones asombrosas en su cuerpo. Dean era grande y duro, y Cas se sentía pleno con sólo albergarlo en su interior... pero presentía que aún podía sentirse mejor.

En poco tiempo sus movimientos se hicieron más rápidos y profundos, algo que a juzgar por su expresión al cazador también le gustaba. El ángel lo sintió golpear contra su punto de placer y lanzó una exclamación de dicha. Oh dios, quería sentir eso de nuevo. En su búsqueda por satisfacción sus rebotes se volvieron más enérgicos, hasta que, de pronto, su cabeza golpeó dolorosamente contra el techo del auto y Cas gruñó de dolor.

-Ten cuidado... -Le dijo Dean conteniendo a duras penas la risa mientras le acariciaba la cintura con suavidad. Cas lo miró fijo, su rostro hasta recién arrebatado ahora cargado de frustración.

-Es este aut--

-Oye oye. No eches la culpa a Baby. -Deslizó sus manos hasta el redondo trasero del ángel y lo masajeó, sugerente. - Vamos, sigue con lo que estabas haciendo, sólo... intenta no noquearte. Recuerda que hay un techo sobre ti.

-Créeme que lo recuerdo. -Repuso Cas, su anterior enojo ahora algo distraído por las caricias del cazador.

Volvió a mecerse sobre Dean con más cuidado, y pronto su cuerpo volvió a centrarse en la deliciosa sensación de tenerlo dentro suyo. Si no podía moverse con libertad, pensó, tendría que encontrar otra forma de alcanzar el mismo placer...

El cazador gimió con fuerza cuando el ángel comenzó a mover sus caderas en círculos sobre él. Demonios, Cas aprendía rápido. De pronto la imagen del polémico video que había visto días atrás cruzó su mente y se dio cuenta que su amigo no tenía nada que envidiarle a aquel actor. Sus movimientos eran increíblemente sensuales, su rostro la expresión del placer puro, y su interior tan apretado y caliente que Dean no creyó poder durar mucho más.

-E--Eres asombroso, Cas... -Le dijo sin aliento, aferrándose a sus caderas para acompañar su ritmo. El ángel le sonrió.

-Estaba pensando lo mismo de tí. -Murmuró, inclinándose sobre él para depositarle un apasionado beso en los labios, que Dean correspondió hambriento.

Se besaron durante un buen rato mientras Castiel continuaba sus ondulantes giros sobre Dean, deleitándose con los sonidos ahogados que escapaban de sus labios cada vez que lo atrapaba hasta el fondo en su interior. Si esas eran las señales que le había prometido enviar, pensó, al parecer se estaría sintiendo tan bien como él en ese momento.

Al poco tiempo el cazador aumentó la presión de sus manos sobre las caderas del ángel, e incapaz de permanecer más tiempo quieto lo inmovilizó en el lugar y comenzó a bombearlo a un ritmo frenético. Cas lanzó un gemido agudo ante su apasionado avance y colocó una de sus manos en el techo sobre su cabeza para afirmarse. Se sentía totalmente fuera de sí, con cada embiste del cazador golpeándolo justo en el lugar correcto, llevándolo más y más cerca de la locura mientras exclamaba su nombre entre sollozos de placer.

Dean sintió su orgasmo alcanzarlo con la fuerza de una ola, y aferrándose al ángel como si la vida se le fuese en ello se derramó profundamente en su interior. La mano de Cas se cerró sobre el hombro del cazador con desesperación y éste sintió una deliciosa quemazón sobre la piel cuando lo oyó gemir su nombre una última vez, preso de su propio éxtasis. Ver y sentir a Castiel venirse en torno a él tenía que ser, honestamente, una de sus cosas favoritas en el mundo.

Cuando logró recomponerse del placer abrumador que acababa de experimentar, Dean rodeó a Cas por la cintura y le apoyó la frente en el pecho, aferrándose él en un cálido y silencioso abrazo. No era que no se sintiese algo incómodo aún, pero de pronto sintió la necesidad de sentir al ángel más cerca, de oír los fuertes latidos de su corazón. Cas le deslizó las manos alrededor de los hombros y el cuello mientras posaba su mejilla en el cabello sedoso del cazador, con una enorme dicha inundándolo por dentro. No hubiese podido poner en palabras cómo se sentía estando así en sus brazos ni aunque se lo hubiesen ordenado.

Continuaron abrazados durante varios minutos, con una sensación de profunda intimidad rodeándolos como un hechizo, ambos demasiado temerosos de decir o hacer algo que pudiese arruinarlo... hasta que un extraño dolor hizo a Dean quejarse.

-¿Qué demonios--? -Dijo soltándose de Cas, mientras se llevaba una mano al hombro. El ángel se bajó de encima de él, sobresaltado, y volvió a sentarse a su lado.

-¿Qué ocurre? -Inquirió preocupado, inclinándose sobre él. Cuando Dean giró para mostrarle, los ojos azules del ángel se abrieron como platos.

-¿Tú hiciste... esto? -El cazador tenía una quemadura roja en la piel con la forma exacta de la mano de Cas, muy parecida a la que había traído de recuerdo del infierno años atrás. El ángel palideció.

-Y--Yo... Creo que sí -Se miró las manos, culposo, y de pronto fue demasiado consciente de su desnudez. Cohibido, se estiró para agarrar su ropa y se cubrió con ella mientras explicaba lo ocurrido a un confundido Dean. -Debo haber perdido el control de mi gracia al momento de mi descarga, y eso te ocasionó una quemadura. No fue intencional, lo lamento Dean.

El cazador lo miró, asombrado y extrañado a la vez. Al ver que el ángel se cubría, él también volvió a acomodarse la ropa. Finalmente encontró algo para decir, mientras tanteaba en busca de su remera.

-¿Es decir que cuando me rescataste... tú...? -Su expresión se transformó en espanto puro -¡Viejo! ¿Quién se excita por rescatar un alma del infierno?

-No me excitó rescatarte del infierno. Fue una tarea ardua, y violenta.

-¿Entonces?

-Para batallar contra los demonios en nuestro escape tuve que usar mi gracia, al máximo de su capacidad, y al tenerte sujeto en mis brazos eso te dejó una marca. Lo mismo ocurrió recién, sólo que mi gracia se activó por motivos... diferentes.

-Oh. -Dean miró alrededor, algo incómodo, y el ángel dejó caer los hombros, avergonzado.

-Lo siento, puedo intentar borrarla si...

-Tsk, ¿qué dices? -Chasqueó la lengua y se echó la remera encima, acomodándola con cuidado sobre su hombro lastimado. -He recibido marcas de pasión con los años, pero ninguna como esta. La conservaré.

-¿Marcas... de pasión? -Cas frunció el ceño, desorientado.

-Cardenales, por lo general. ¿Pero la quemadura de la gracia de un ángel? La llevaré con orgullo. -Se inclinó hacia Cas y tomándolo por la barbilla le dio un suave beso en los labios que lo hizo estremecer. Luego agregó en un murmullo: -Además... en cierta forma ya la extrañaba.

-¿A la marca?

-A tu marca. -Le sonrió seductor y abrió la puerta a su lado -¿Tienes hambre? Yo mataría por una hamburguesa.

-Estoy bastante satisfecho -Contestó el ángel con honestidad. Dean rió.

-En eso tengo que concordar. Pero hablaba del otro tipo de hambre, Cas.

Y riendo aún lo tomó de la mano y lo arrastró con él rumbo a la cocina.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).