Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Misión Destiel (Semi - Au) por Babaau

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cas estaba disfrutando su taza de café sentado en la biblioteca del bunker. Eran raras las ocasiones en que no estaban investigando algún crimen, persiguiendo un monstruo o intentando salvar el mundo, así que el ángel estaba decidido a disfrutar la calma, para variar.

Todos los demás estaban ocupados. En la cocina Sam discutía con Gabriel por alguna razón que él no terminaba de comprender, Charlie estaba en su cuarto poniéndose al día con su serie favorita, y Dean...

Cas sonrió. Dean dormía aún.

El joven cazador había decidido jugar con la habilidad del ángel para oír sus pensamientos, provocándolo con palabras lascivas en un momento poco apropiado, y Cas había respondido durmiéndolo para que se comportara. Aún así, se admitió a si mismo con cierto pudor, había sido una experiencia sumamente excitante, como todas las que había vivido con Dean el último par de semanas.

Su relación había recientemente escalado a nuevos e inesperados niveles de confianza e intimidad, algo que el ángel estaba disfrutando enormemente, pero que aún así lo hacía ruborizar. Jamás se habría imaginado tener ese tipo de interacción con un humano, mucho menos con uno tan destacable como Dean Winchester, y sin embargo los recuerdos de todas las veces que se había derretido en sus brazos ya eran tantos que a Cas le costaba llevar la cuenta. Gabriel tenía razón, pensó, la sensibilidad de sus recipientes humanos podía ser muy placentera de experimentar. 

No podía esperar a saber cuál sería el próximo encuentro que el cazador tendría planeado, y qué tendría que ver el poker con eso...

Estaba perdido en sus pensamientos cuando Sam apareció en la sala. Lucía acalorado y molesto, probablemente producto de lo enojado que se había mostrado un rato atrás con Gabriel, y sin embargo algo en su expresión no estaba bien. Se parecía mucho a otra que Cas ya había visto antes, pero en el mayor de los hermanos. Sam parecía...

-Tu hermano va a terminar volviéndome loco. -Bufó el joven mientras se dejaba caer pesadamente en una silla. Castiel lo observó preocupado.

-Creí que ya no tenías alucinaciones, Sam. ¿Dean sabe esto?

El joven gruñó exasperado y se puso de pie para ir hasta la licorera, donde se sirvió una medida doble de whiskey y se la tomó de un sólo trago.

-Sam... -Cas lucía alarmado -¿Qué es lo que--?

-Gabriel. Hablo de Gabriel, Cas, no del maldito Lucifer. Maldita sea esa comparación. 

-Oh. -El ángel se relajó un poco. -¿Te está dando problemas? ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

"Sí, seduce a mi hermano de una vez por todas y ahórrame esta tortura", pensó Sam. Lo que dijo sin embargo fue muy diferente.

-No, no hay nada. A menos que tengas algún tipo de diccionario para decodificar sus malditas acciones.

-Me temo que no existe tal cosa. Pero si te consuela, Gabriel siempre fue el más enigmático de mis hermanos mayores. 

-Oh, fantástico. -Sam le espetó con ironía mientras volvía hasta su silla con una nueva medida de whiskey en su vaso, sólo que esta vez bebiendo más despacio su contenido.

El ángel apretó los labios en una mueca frustrada: No le gustaba ver a su amigo tan alterado, fuera lo que fuese que ocurría entre él y Gabriel.

-Sam... -Insistió con cuidado -¿Qué es lo que mi hermano estaba ofreciéndote?

El cazador miró al ángel, hastiado. Decirle que lo que su hermano le estaba ofreciendo era una erección mal atendida y un millar de preguntas sobre su hasta entonces segura sexualidad sería más que lo que el pobre Cas podría tolerar. En lugar de eso, Sam optó por cambiar el enfoque de la charla.

-Eso no tiene mayor importancia. Él y yo estamos intentando llevarnos bien para poder... ayudar a Charlie. Con una idea. Ella cree que podría ser muy buena para Dean y para ti, de hecho.

-¿P--Para Dean y para mi? -Cas abrió grandes sus ojos azules. ¿Acaso ellos sabrían...?

Sam interpretó mal la expresión de alarma del ángel, y se apresuró a tranquilizarlo. Lo último que necesitaban era que entrase en pánico o algo por el estilo.

-Tranquilo, Cas, no es nada malo. Simplemente creemos que Dean está algo bloqueado, sentimentalmente hablando, y la idea de Charlie podría ayudar a remediar eso. No hay riesgo.

-Wow, ¿íbamos a decirle eso? -La chica apareció de pronto en la biblioteca, observando a Sam con los ojos como platos. El joven se encogió de hombros.

-No lo sé, creí que Cas estaría más tranquilo si sabía que estamos intentando ayudarlo. - Tantas malditas molestias bien podían servir de algo, pensó amargamente.

-¡Excelente! -Charlie tomó asiento junto al cazador, sonriente, y ambos voltearon hacia el ángel.

-¿Q--Qué es lo que tienen pensado...? -Les dijo, mientras se debatía en su interior. No le gustaba ver que sus amigos, en particular Sam, estuviesen tomándose tantas molestias para emparejarlo con Dean cuando ya no era necesario. Pero por otro lado el mayor de los Winchester y él habían hecho una promesa, y Cas preferiría morir antes que fallarle al humano.

Los dos jóvenes se miraron interrogativamente una milésima de segundo, ella entusiasmada, él resignado. Entonces Charlie abrió la boca para hablar, y...

-Hola, chicos. -Una cuarta voz resonó en la sala, sobresaltándolos a todos. 

-Oh, por dios -El rostro de Charlie se iluminó, y el demonio la miró enarcando una ceja.

-Todo lo contrario, querida. Pero gracias por el halago. 

-Crowley, ¿qué quieres? -Sam ya tenía un día lo suficientemente malo como para sumarle la presencia del Rey del Infierno al mismo. Lo que sea que quisiese, mejor que lo cantase pronto y siguiese camino.

-¿Los laxantes que te envié no te están haciendo efecto, Alce? Quizá debas subir la dosis...

-Wow -Charlie intervino antes de que Sam pudiese contestar a la pulla verbal del demonio. No podía contener su entusiasmo- Cuando leía sobre usted creía que su sarcasmo sería una exageración del autor, ¡pero era super acertado! ¡Y realmente te dice Alce! -Agregó para el joven con una sonrisa.

-Sí, lo hace... Aunque sería genial si no se lo festejaras. 

-Oh Samantha, no seas susceptible, la joven sólo es una admiradora... -Crowley se acercó a la chica y tomando su mano con galantería le depositó un beso en el dorso de la misma. La pelirroja a duras penas logró contener un chillido de emoción. -Crowley, un placer.

-Estoy fangirleando tanto ahora mismo. -Murmuró ella para Sam y Cas antes de responderle al demonio con veneración. -Mi nombre es Charlie, y déjeme decirle que usted era uno de mis elementos favoritos en toda la saga. La elegancia de un villano de Bond con el sarcasmo de Dr. House... ¡Y tan clásicamente malvado!

-Charlie... contrólate... -Sam no sabía si reír o palmearse la frente. Crowley por otro lado lucía altamente complacido con la chica.

-Por fin, una Winchester honoraria con un poco de buen gusto. -Dijo con una sonrisa maliciosa. -Me agradas, Charlie. Si algún día deseas hacer un pacto por tu alma, llámame. Tal vez te dé once años por ella en lugar de diez...

-No te dejaríamos tomar el alma de Charlie para tu beneficio, Crowley. -Cas intercedió, serio, y el demonio puso los ojos en blanco.

-Como si pudieses evitarlo, Plumas... -Se acercó hasta la licorera y se sirvió él también una medida de whiskey con total confianza, mientras Cas lo fulminaba. Al verlo, el demonio carraspeó incómodo. -En fin, ¿dónde está la ardilla? No es tan divertido molestarlos si él no amenaza con asesinarme una o dos veces en la conversación.

-Dean está durmiendo -El ángel explicó con un tono que sugería que si osaba molestarlo lo destriparía. Crowley sonrió.

-¿Sueño reparador para la princesa? Cuán delicado. ¿Y qué tanto estaban cuchicheando ustedes aquí? ¿Puedo sumarme al chisme?

Tomó asiento cómodamente junto a Cas y al ver que tanto el ángel como el cazador lo estaban mirando con desconfianza se encogió de hombros.

-¿Qué? ¿Tengo prohibido sentarme en la mesa de los chicos populares? 

-Sería bueno saber para qué viniste en primer lugar, Crowley -Sam dijo intentando no perder la paciencia. Sabía bien que el Rey del Infierno jamás aparecía sin motivos.

-Estaba aburrido. Firmar papeles y decirles a los demonios qué hacer todo el maldito día es agobiante, y quise distraerme. Demándame. 

Charlie observó a Sam encogiéndose de hombros mientras arqueaba las cejas en un gesto interrogativo. El muchacho suspiró.

-Bien, como quieras. Ahora si me disculpan iré a tomar un baño... -Amagó a ponerse de pie pero la chica lo detuvo.

-Aún no le dijimos a Cas lo que tenemos pensado.

-Es verdad. -El ángel asintió, aún ceñudo. -No quisiera que se tomaran demasiadas molestias.

Sam miró de Cas a Charlie con un gesto significativo que apuntaba a Crowley, como advirtiéndoles de su presencia. El demonio bufó al verlo.

-Oh, ¡muy disimulado, Alce! ¿No quieres un cartel de neón para ir con tu obvia advertencia? -Apuró de un trago el whiskey, dispuesto a irse, pero una vez más la pelirroja intervino.

-Simplemente estábamos hablando de Dean, aprovechando que está noqueado en cama para que no escuche.

-¿Qué hay con él? -Crowley se volvió a acomodar en su silla, al parecer interesado por el tópico de la charla. La chica se apresuró a hablar.

-Bueno... creemos que está muy solitario últimamente, y estábamos considerando la posibilidad de conseguirle una cita.

Tanto Sam como Cas la miraron con los ojos muy grandes. La chica sólo sonrió con inocencia mientras el demonio analizaba sus palabras con una ceja en alto.

-¿Una cita? -Sus ojos volaron al ángel con total descaro, quien se tensó de inmediato.. -Envíenselo con un moño de regalo a su habitación y problema resuelto.

-¡Justamente! -Charlie asintió alegre y Sam casi se atraganta con el aire. -Es lo que quisiéramos, pero Dean está algo... reacio a sus sentimientos por Cas. Físicamente, sobre todo.

-Bueno, admito que le vendría bien quitarse esa estúpida gabardina gastada, pero...

-Nos referimos al hecho de que Castiel sea un hombre. -El menor de los Winchester intercedió, cansado de seguir disimulando. Si Charlie había estallado aquella bomba de información y Cas no se había desvanecido en el aire presa del pánico, entonces quizá no tuviese sentido ocultarlo. Crowley, por su parte, entrecerró los ojos con escepticismo.

-¿Y? -Les dijo como si fuese obvio. La chica sonrió.

-Oye yo no tengo nada en contra de eso tampoco, pero Dean... digamos que no juega para ese equipo.

Cas sentía que sus mejillas ardían. Por un lado había algo muy incómodo en que estuviesen hablando de él y Dean tan abiertamente, pero el saber que lo hacían para ayudarlo disminuía el shock. No, lo peor era que ninguno de los otros tres (o cuatro, contando a Gabriel) conociese lo que realmente estaba ocurriendo entre ellos, y él no pudiese decírselo. Quizá tendría que contárselo a Dean para que pudiesen hacer algo al respecto...

Estaba perdido en sus pensamientos, cuando la respuesta de Crowley lo hizo volver de un bandazo a la conversación:

-Dean juega para ambos equipos. 

Sam y Charlie ambos ladearon la cabeza confundidos, en una mala imitación involuntaria del clásico gesto de Cas. Éste, sin embargo, hizo más que sólo interrogarlo con la mirada.

-¿Qué significa que juegue para los dos equipos? -Le dijo al demonio, aunque interiormente creía suponerlo. El otro lo miró como si fuese una obviedad.

-Pues que le gustan tanto los churros como las donas. Es una pregunta bastante idiota hasta para venir de ti, Castiel.

-Estoy seguro de que a Dean jamás le interesó un hombre antes, Crowley -Sam intercedió en un murmullo. Temía que su hermano apareciese de un momento para el otro. El demonio lo miró con un gesto despectivo.

-Tú no estuviste con él en su época como demonio. 

La sencillez de su declaración dejó pasmados a los otros tres. Charlie había curvado su boca abierta por la sorpresa en forma de sonrisa, Sam tenía sus pequeños ojos verdes abiertos como cuentas, y Cas lucía como si lo hubiesen abofeteado. Crowley sonrió complacido.

-Ah, la cara de la sorpresa... Creí que lo sabrían, pero nuevamente, ustedes no estuvieron a su lado en ese momento tan especial de su heroica vida. Sin embargo, créanme cuando les digo que como Deanmon tenía un paladar mucho más amplio que el que muestra ahora. Caramba, si habremos disfrutado aquellas noches... Y eso sin contar la orgía con--

-Es suficiente. -Cas le espetó con el rostro lívido. Sentía un extraño ardor en el estómago, como si algo estuviese bullendo allí, robándose el calor de sus extremidades. El demonio lo observó entretenido.

-Lo siento, olvidé que estás perdidamente enamorado de Dean. Pero tranquilo, estoy seguro de que eres especial para él también... 

-No necesito tus burlas, Crowley. Y no es mi problema lo que Dean haya hecho cuando estaba corrompido por la Marca de Caín. 

-¿Pero sí lo es ahora? ¿Qué me perdí? -El demonio le sonrió, socarrón, y las orejas del ángel se pusieron moradas. 

-No te perdiste nada. -Y antes de que cualquiera de los otros pudiese acotar nada más, se desvaneció en el aire con un furioso batir de alas.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).