Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Misión Destiel (Semi - Au) por Babaau

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-Cas... ¿Dónde diablos estás? -El llamado de Dean resonó en su mente por millonésima vez en las últimas veinticuatro horas, pero el ángel lo ignoró.

Estaba sentado en la barra de un bar hacía algún rato. Había decidido intentar ahogar en alcohol la horrenda sensación que lo embargaba, como tantas veces había visto hacer a Dean, pero claramente no le estaba funcionando. Frustrado, apuró su whiskey y llamó a la cantinera para pedirle otro trago. Ella frunció el ceño al verlo.

-Lo siento, cariño, pero me temo que ya te terminaste la botella. -Le dijo agitando el recipiente vacío frente a sus ojos con un gesto reprobatorio. Cas se sintió molesto.

-Entonces tomaré otra cosa. Lo que sea, que sea efectivo.

-¿Efectivo para que termines en coma, quieres decir? -La mujer arqueó una ceja, escéptica, y se acercó a él. Luego suavizó su tono hasta hacerlo casi maternal y le dijo: -No sé quién te habrá lastimado, guapo, pero no creo que terminar en el hospital por su causa sea la solución. Te serviré un café, mejor.

-No.

Cualquier cosa menos café. El café le recordaba a Dean, y pensar en él sólo empeoraba el nudo en el estómago que tenía desde que había oído hablar a Crowley. Suspiró y a modo de disculpa agregó:

-El alcohol no me afecta tan fácilmente como al resto. Si me sirves otro trago estaré bien. Créeme.

-Incluso aunque te crea, mi consejo es el mismo. Vete a casa, duerme un rato. Lo que sea que te haya ocurrido se sentirá mejor tras un poco de descanso.

-Lo dudo... Haga lo que haga no dejo de pensar en él. -Cas bufó, molesto, y la cantinera arqueó las cejas sorprendida.

-Oh, así que por ahí viene tu preocupación... ¿Tu novio te tiene a mal traer?

-Dean no es mi... -Suspiró- No somos nada. -Aquella afirmación no hizo más que generarle un pozo en el pecho. ¿Por qué se sentía así?

-Y éste tal "Dean"... ¿sabe lo que sientes? -La mujer interrumpió sus pensamientos.

-No, no lo sabe. Ni siquiera yo entiendo cómo me siento, sólo sé que quema y me incomoda.

-¡Vaya, si eres todo un poeta! -Ella sonrió, pero Cas frunció el ceño.

-No es poesía. Es literal. Siento que mi estómago quema y se retuerce, y tengo un gusto amargo en la boca que no se quita con nada. Es muy incómodo.

-¿Acaso este Dean te hizo enojar por algo? -Se sirvió un trago a si misma mientras se disponía a sonsacarle la información a Cas. Él asintió con pesar.

-No debería. -Admitió en un murmullo- Pero sí... me siento enojado. Pensar en él en estos momentos me genera... violencia.

-Mm-hmm. ¿Y qué fue exactamente lo que hizo Dean que te enojó tanto?

Cas levantó la vista hacia la mujer y dudó. Si bien era tentador continuar desahogando sus sentimientos con ella...

-No estoy seguro de que contarle mis intimidades a una desconocida sea adecuado. -Le dijo con seriedad. La cantinera rió.

-El rol de terapeuta viene incluido en la descripción de trabajo de todo barman. No temas hablar conmigo, no diré nada a nadie.

-Comprendo. En ese caso... -El ángel suspiró antes de hablar. El sólo ponerlo en palabras acrecentaba el ardor en su interior. -Dean tuvo relaciones sexuales con otros hombres en el pasado, y yo creí que había sido su única experiencia de esa clase.

La mujer abrió grande los ojos e hizo una mueca, como sopesando la información. Luego dijo tentativamente:

-Bueno, entiendo que pueda ser decepcionante, pero no deberías juzgar a una persona por su historial amoroso, ¿no crees?

-No lo juzgo. Dean es libre de hacer lo que desee, es sólo que... todos estos años creí que él... -Gruñó, frustrado- No importa. Sólo hubiese preferido no saberlo. La sensación física que me genera hacerlo es muy desagradable.

-¿Es la primera vez que sientes celos por alguien? -La mujer le sonrió amablemente, y Cas frunció el ceño.

-¿Celos? -¿Era eso lo que sentía? Confundido, observó a la cantinera con un gesto interrogativo en el rostro, y ella asintió.

-Claro que sí. Dime, ¿acaso no te imaginas a Dean con otros hombres ahora que sabes lo que hizo?

-Todo el tiempo. -El ángel admitió con pesar.

-¿Y cómo te sientes cuando tienes esa imagen en tu cabeza?

-Siento náuseas, frío en las extremidades y deseos de golpear algo.

-Bueno, no creo que necesites golpear nada. Lo que sientes son celos, y mi consejo para que dejes de sentirlos es que hables esto con Dean.

-Hablar no cambiará los hechos. -Cas murmuró, sombrío.

-No, pero quizá ayude a devolverte un poco la confianza en ti mismo. No importa con cuánta gente se haya acostado Dean antes si ahora lo hace contigo. -Agregó antes de irse a atender a otro cliente.

El ángel bajó la vista y suspiró. El argumento de la mujer era razonable, pero por alguna misteriosa razón a él le resultaba momentáneamente imposible verlo de esa manera.

Estaba por pagar su último trago para irse del bar cuando de pronto su celular comenzó a vibrar, apoyado sobre la barra.

"Dean", rezaba la pantalla. Cas volvió a resoplar, indeciso, mientras la cantinera regresaba frente a él.

-¿Es él? -Inquirió con suavidad. El ángel asintió, mientras la llamada se cortaba e iba a archivarse con las otras setenta y seis perdidas a lo largo del día.

-Estuvo llamándome todo el día. -Explicó mientras pagaba lo que debía. La mujer tomó el dinero y se encogió de hombros antes de hablar.

-No lo sé, guapo, entiendo que estés enojado pero nadie a quien no le importes te llamaría tantas veces en un maldito día.

Cas salió del bar tras agradecer por sus consejos a la mujer. Afuera, la noche estaba fresca y despejada, todo lo contrario a su mente. Resignado, tomó su teléfono y marcó el número del cazador.

Lo atendió antes de que sonase el primer tono.

-¡Cas! ¿Dónde demonios te metiste? ¿Estás bien? -Dean sonaba preocupado y enojado por partes iguales. Bueno... quizá un poco más preocupado.

-Estoy bien, Dean. Sólo necesitaba tiempo para pensar.

-¿Pensar? ¿¡Desapareciste sin previo aviso para pensar?! -Ahora definitivamente sonaba más enojado, reflexionó Cas.

-Sí, Dean. No necesito darte explicaciones de cada cosa que hago, como tú no me las das a mí.

-¿Qué demonios? ¿Eso es un reproche?

-Es un hecho.

-Ok, Cas, ¿qué diablos está pasando? ¿Dónde estás?

-A la salida de un bar.

-¿Te fuiste a un bar? ¿? -Remarcó sorprendido- Viejo, ¿estás bien? Dime dónde estás e iré por ti.

-Sabes que no necesito viajar en auto, Dean.

-Ok, entonces aparécete aquí en este maldito instante y dime qué rayos te pasa, Cas.

El ángel se materializó frente a Dean con un batir de alas. De inmediato éste avanzó un paso en su dirección y le posó las manos en los hombros, buscando en su rostro alguna señal de que algo anduviera mal...

Sólo notó que lucía más ojeroso que lo usual, y que sus ojos relucían de una forma distinta, más fría.

-No vuelvas a asustarme así, ¿me oíste? -Dean le reclamó soltándolo. Cas sintió el calor de sus manos abandonarlo y la furia en su interior se despertó. ¿Cuántos otros habrían sentido sus caricias antes que él?

Sin poder contenerse, se cruzó de brazos y fulminó con la mirada al joven, quien frunció el ceño confundido.

-Cas, ¿qué está pasando? Sam me dijo que habías discutido con Crowley, y...

-¿Te dijo por qué? -El ángel espetó de mala manera, interrumpiéndolo.

-No. Sólo dijo que te había hecho enojar y te habías ido. Te estuve tratando de ubicar desde entonces para preguntarte qué había ocurrido, pero no pude comunicarme.

-Lo sé. Oí tus llamados.

-¿Oíste mis...? -Dean se mordió el labio, conteniendo su exasperación- O sea que no me contestaste a propósito.

-No quería hablar contigo, Dean. -El ángel se explicó, mientras el cazador arqueaba sus cejas, sorprendido- Aún no estoy seguro de querer hacerlo, pero la cantinera dijo que sería una buena idea.

-¿Así que te dignaste a darme señales de vida por lo que una maldita cantinera te aconsejó hacer? Vaya, espero que le hayas dejado una buena propina.

Cas lo fulminó una vez más y Dean suspiró, fastidiado. Lo que sea que le ocurriese ahora al ángel sería mejor que se lo dijese pronto, o se lo sonsacaría a golpes. Molesto, hizo un gesto interrogativo con la cabeza mientras se apoyaba contra el armario de su habitación.

-Bien, te oigo. Lo que sea que te haya dicho Crowley que hizo que me evadieras todo el condenado día. Quiero saberlo. 

Castiel frunció los labios, indeciso. En su mente una cascada de reproches se agolpaba pidiendo salir, pero una parte de él le decía que no era prudente dejarlos. Sin embargo allí estaban los dos, y Dean le estaba pidiendo explicaciones, y el fuego en su interior ardía con fuerza, y...

-¿Es verdad que tuviste relaciones con otros hombres en el pasado? 

Dean había imaginado un millón de posibles respuestas de parte del ángel, excepto esa. Descolocado, carraspeó nervioso e hizo su mejor esfuerzo por evadir el tema mientras sus mejillas se tornaban de un ligero tono carmesí.

-¿De dónde diablos sacaste que...?

-Crowley nos lo dijo. 

Crowley tenía los días contados, pensó Dean furioso.

-Es cosa del pasado, Cas. -Le dijo intentando restarle importancia al asunto. Después de todo, aunque le irritase que el maldito Rey del Infierno anduviese ventilando sus secretos por ahí, no veía por qué el ángel tenía que estar molesto por eso. Éste sin embargo no parecía pensar lo mismo, a juzgar por la mirada asesina que le lanzó.

-Entonces es verdad. -Le dijo con un tono tan sombrío que la piel de Dean se erizó.

-¿En qué te afectaría que lo fuese? ¡Era un demonio, no pensaba lo que hacía! 

-¿Entonces tampoco lo piensas ahora, estando conmigo? 

-¿Eh? ¿Qué tiene que ver eso? -El joven comenzaba a exasperarse.

-Tiene mucho que ver, para mí. -Al ver que Dean no respondía, Cas agregó con firmeza: -Creí que yo había sido tu primera vez con un hombre.

-Pfff, ¿y por eso estás así? -El cazador dejó escapar una carcajada, y el ángel se tensó visiblemente. -¡Diablos, Cas, si vas a reclamarme que no haya llegado virgen a tus brazos te estás olvidando de las decenas de mujeres con las que me acosté también a lo largo de los años! 

-De ellas tenía conocimiento. -Repuso el aludido, tan serio como antes. Dean suspiró.

-¿Y entonces qué importa que haya algunos tipos en esa lista? Es lo mismo.

-No para mí, Dean.

-¿Tengo que preguntar por qué...?

-No, si no quieres hacerlo. -El ángel sentenció.

-¡Bien! Porque en verdad le estás dando una importancia ridícula--

-Pero si pudiste tener sexo con ellos -Cas lo interrumpió- ¿Por qué no podías hacerlo conmigo? 

Los labios de Dean se curvaron en una sonrisa ladina, y el ángel se preguntó qué habría dicho para hacerlo reaccionar así. Confundido, vio como el joven ladeaba la cabeza con una ceja en alto, y tras mirarlo de arriba a abajo le decía:

-Si quieres acostarte conmigo, Cas, hay formas más fáciles de pedirlo que haciéndome una escena de celos.

El ardor en el estómago del ángel se disparó con furia, y de inmediato sus manos se volvieron dos apretados puños. Sí, estaba celoso, eso ya lo había definido. Pero oír a Dean burlarse de ello por alguna razón acrecentaba sus deseos de asesinarlo.

-No estoy pidiéndote nada. -Le dijo con los dientes apretados. 

-¿Entonces por qué reaccionas así? -Dean inquirió, extrañado - ¿Que por qué no tuve sexo contigo antes? No lo sé, Cas, porque nunca se había dado la oportunidad... O quizá porque no me había dado cuenta que me sentía atraído por tí... ¡No tengo idea! Pero si lo que te interesa es recuperar el tiempo perdido, te sugiero que dejes de pelear conmigo y nos pongamos manos a la obra.

-Yo no quiero recuperar ningún tiempo perdido, Dean. Sólo quería corroborar si era o no el primer espécimen masculino en tu extensa lista de parejas sexuales. 

-Eres el primer áng-- bueno, no, primero estuvo Anna... -El cazador murmuró más para sí que para el otro- Aunque era mujer, ¡así que técnicamente sí eres el primer espécimen masculino con que me acosté de tu especie! -Le sonrió, travieso, y el rostro de Cas se volvió aún más pétreo que antes. Dean carraspeó. -B--Bueno, no sé qué más decirte, viejo. Pensé que eso te animaría un poco.

Cas se sentía de todo menos animado. Había esperado que las explicaciones de Dean aplacasen un poco su furia, pero habían logrado justo el efecto contrario. Ahora no sólo estaba celoso, sino también abatido... 

Disperso, dejó que su mente divagase una milésima de segundo hasta que una nueva pregunta traicionera se formó en el fondo de su cabeza.

-¿Cómo sabía Crowley con quiénes estuviste en tu época como demonio? -Le dijo. Dean suspiró.

-Fuimos muy cercanos en esa época, Cas. Probablemente me haya visto yéndome con alguien de algún bar, o algo... ¿podemos hablar de otra cosa?

-¿Tuviste sexo con él también?

La pregunta tomó al joven por sorpresa, tanto así que se atoró con las palabras al contestar.

-¿Q--Qué? ¡No! ¡Por supuesto que no! ¡Diablos, Cas! 

-¿En serio?

-¡N--No! Es decir, sí, sí. En serio. -Dean se corrigió enseguida al ver que el gesto ángel se desfiguraba. -Sólo... 

Sus palabras murieron en su garganta antes de poder esbozarlas, pero Cas se percató de su amague.

-¿Sólo...? -Le dijo con un tono que no admitía réplicas. Dean tragó saliva, súbitamente nervioso.

-Bueno, no cuenta en verdad. Es decir, no fue entre nosotros, pero... ambos participamos.

El ángel sintió que sus tripas se retorcían en un apretado nudo. ¿Qué demonios quería decir eso?

-¿Ambos participaron? ¿Esa es la orgía de la que hablaba Crowley? -Inquirió. Dean volvió a atropellarse con las palabras al responder.

-Trío, no orgía. La orgía fue otra.

-¡Entonces sí lo hicieron! -Cas no recordaba que pronunciar una oración le hubiese enojado tanto en el pasado. 

-No, Cas, no funciona así... Es decir, los dos tuvimos sexo con la misma chica al mismo tiempo, pero no entre nosotros. ¿Entiendes?

-Crowley y tú estuvieron al mismo tiempo dentro de una misma mujer. -Recapituló el ángel con total frialdad, y Dean asintió.

-Exacto.

-Ambos desnudos.

-Generalmente la gente se desnuda para tener sexo, Cas.

-Sus cuerpos se rozaron.

-N--No intencionalmente, pero vamos viejo, es una actividad algo... comprimida. ¿Estás intentando incomodarme, de casualidad? Porque está funcionando.

-Es decir que llegaste a mí luego de haber tenido algún tipo de intercambio sexual no sólo con decenas de mujeres y otros tantos hombres, sino también con Crowley. 

-Y--yo no... -El ángel lo fulminó- Ok, sí, técnicamente sí. Técnicamente. -Dean suspiró.

-Fantástico -Dijo descruzando los brazos y dejándolos caer. -La cantinera se equivocaba. 

-¿En qué...? -El otro inquirió con cautela.

-Ahora me siento si es posible peor. -Afirmó Cas, y antes de que el cazador pudiese responder, desapareció otra vez en el aire.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).