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Misión Destiel (Semi - Au) por Babaau

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-Oye, Cas... -La atención de Sam volvió hacia el cabizbajo ángel frente a él. No había tocado siquiera su cerveza, y mantenía el ceño fruncido en una expresión ofuscada desde que Gabriel se había marchado. Intentó de nuevo -¿Cas? ¿Estás bien?

-Me encuentro algo confundido, Sam. La moral humana resulta... inalcanzable para mí a veces.

-¿A qué te refieres? -Sam entrelazó los dedos de sus manos y apoyó sus codos sobre la mesa, prestando atención de cerca a lo que su amigo estaba intentando decir. A juzgar por su expresión, no se sentía nada cómodo con lo que sea que estuviese pasando por su mente.

-Gabriel demostró sentir interés por Dean.

De todas las cosas que podría haber oído ese día, Sam pensó que esa seguramente sería la más rara. (Junto tal vez con cierto escalofriante ofrecimiento acerca de un barra de jabón más temprano, pero eso no contaba.) Buscando las palabras correctas, intentó tranquilizar al ángel.

-Estoy seguro de que lo dijo a modo de broma, Cas... -¿Estaba celoso?

-Gabriel nunca había sugerido algo así, fue luego de haber visto a Dean en un recipiente femenino que lo hizo. ¿Por qué?

-B-bueno, quizá Gabriel no se siente atraído por los hombres... -Sam comenzaba a lamentar no haber buscado apoyo para su misión. Si bien no tenía problema en aconsejar a Cas, temía estar metiéndose en un terreno emocional en el cual él no tenía experiencia alguna.

-Pero Dean es un hombre. Si te sientes atraído hacia alguien, ¿importa su recipiente?

De pronto se hizo obvio para Sam que ya no estaban hablando del arcángel. ¡Cas estaba confundido acerca de sus sentimientos por Dean, y el hecho de que él fuese un tipo! Supo entonces que tendría que ser muy cuidadoso con lo que fuera que respondiese a partir de ese momento.

-Quizá depende del tipo de atracción que sientas. Si sólo te importa el físico del otro... sí.

-¿Es genuino eso? -Cas no parecía conforme -Si la atracción es real, ¿no debería interesarte la persona en todos sus recipientes?

-Creo que estás confundiendo atracción física con cariño, Cas. -El ángel levantó por fin la vista, y Sam contuvo el aliento ante la confusión que se vislumbraba en sus ojos. No quería empeorar el estado en que se encontraba su ya desorientado amigo.

-¿Cómo? -Esa sola palabra salió de sus labios, casi como una súplica.

-Pongámoslo así... ¿qué te produjo Dean hoy, cuando lo viste como una mujer?

-Sorpresa.

-C--claro, pero ¿te resultó atractivo en ese cuerpo? -Sam tuvo que hacer acopio de toda su paciencia.

-Sí. Era muy hermosa. -Cas no vaciló.

-¿Esa atracción cambió en algo cuando él volvió a su cuerpo real?

-No. Dean es... agradable en todas sus formas.

Sam sintió una grata calidez en el pecho al notar lo mucho que el ángel parecía querer a su hermano. Dean se merecía un cariño así.

-Bueno -Dijo con suavidad- Eso es porque lo que tú sientes por él no es físico, Cas. Tú lo quieres de verdad. En cambio Gabriel sólo estaba pensando en su aspecto cuando dijo lo que dijo. ¿Entiendes?

Cas tomó por fin la botella frente a él, pero lejos de darle un trago, sólo se entretuvo observando su contenido a través del cristal.

-¿Esto es así para todos? -Preguntó

-¿La atracción? S--sí, en líneas generales sí. -Sam no entendía a qué quería llegar el ángel. Momentos después éste lo aclaró en un murmullo:

-No creo que a Dean le diese lo mismo que yo ocupase un recipiente femenino en lugar de éste. Él siempre se ve... más cómodo entre mujeres.

Sam abrió y cerró la boca en vano un par de veces hasta que por fin encontró un argumento que ofrecerle como respuesta.

-S-si lo que él siente por ti va más allá de lo fís...

-No me mientas, Sam. -Cas se veía abatido -Dudo que todo el cariño del mundo pudiese hacer olvidar a Dean que ocupo un recipiente masculino.

El joven Winchester no tuvo nada que replicar. En eso, probablemente el ángel tuviese razón. Dean jamás se sentiría cómodo albergando sentimientos por otro hombre y, después de todo, quizá ese fuese el único problema entre Cas y él.

° ° °

Dean llegó al bar más cercano y aparcó el Impala en el estacionamiento. Antes de bajar echó la cabeza hacia atrás en el asiento y dejó escapar un exasperado suspiro, pasándose las manos por el rostro. Vaya día. Primero no había tenido nada productivo para hacer; luego había sido presa de las bromas pesadas de un arcángel con demasiado tiempo libre; por último tenía que lidiar con la extraña sensación que le había quedado en el cuerpo luego de esa maldita experiencia, como si necesitase más incomodidad que la que ya experimentaba cerca de Cas.

¿Y qué rayos era eso, por empezar? Sí, Castiel había sido torpe y embarazoso desde el momento en que se había quitado el palo que traía cuando lo conocieron del culo. Pero con el pasar del tiempo, y a medida que fueron haciéndose más cercanos, las cosas se habían vuelto... complicadas.

Dean confiaba ciegamente en el ángel, incluso habiendo sido decepcionado por él en más de una ocasión. Sabía que los errores de Cas eran siempre con la mejor intención, y aunque muchas veces hubiese querido que el muy idiota compartiese sus preocupaciones con él antes de meterse en malditos problemas, al final del día siempre terminaba comprendiendo y perdonando su necesidad de hacer las cosas bien por su cuenta. Vamos, como hermano mayor responsable él mismo había experimentado en más de una ocasión lo que era sentirse un completo inútil al ser despojado de su antigua autoridad.

No, ese no era el problema. Simplemente había algo en Cas, que... Dean gruñó. ¿Qué rayos hacía perdiendo el tiempo de esa manera? La mejor forma de volver a ser él mismo sería recuperando la hombría que el maldito arcángel había hecho tambalear con sus poderes. Una buena sesión de sexo con una mujer atractiva y volvería a ser el de siempre.

Decidido, salió de su vehículo y se dirigió hacia el interior del establecimiento. Era hora de enderezar las cosas.

° ° °

Sam tamborileaba ansioso sobre la mesa de su cabina en aquella solitaria cafetería sobre la carretera. Se había citado allí con quien esperaba aceptase ser su nueva cómplice en la misión, la cual a cada segundo le parecía más y más disparatada, sobre todo después de la desalentadora charla que había mantenido con Cas más temprano.

Ojalá un nuevo enfoque lo ayudase a recobrar los ánimos, pensó sin demasiado convencimiento mientras jugaba con un salero. Momentos después la voz de una amable mesera junto a él lo distrajo:

-¿Vas a querer algo por fin, jovencito? -Era la segunda vez que le preguntaba desde que había llegado. Sam no estaba muy seguro si la mujer era muy impaciente o si él habría llegado demasiado temprano.

-Por ahora un café estaría bien, gracias. Sigo esperando a alguien -Le sonrió a modo de disculpa y la mujer se fue a buscar la jarra. ¿Dónde se había metido?

De pronto la campanilla de la entrada sonó y alguien exclamó:

-¿Qué hubo, perras? -La familiar voz llegó a oídos de Sam como una melodía, y levantando la vista hacia ella suspiró, aliviado. ¡Por fin!

Con su melena color zanahoria brillando como fuego bajo el sol del atardecer, la enérgica muchacha se acercó al cazador y le dio un cariñoso abrazo, qué él correspondió con una sonrisa.

-Charlie, muchas gracias por venir -Le dijo una vez que se hubieron soltado.

-¡Cualquier cosa por mis chicos! -Repuso ella tomando asiento frente a él. -¿Qué ocurrió con Dean ahora? ¿Está bien?

-Sí, ehm... ¿Qué te hace pensar que te llamé por él?

Sam tenía planeado algo de charla casual primero, como para no atacarla con un pedido de socorro de inmediato, pero la joven no parecía de acuerdo con ello. Arqueando una ceja, le dijo en tono irónico:

-¿De veras? ¿Me citas a diez kilómetros del bunker, sin tu hermano y sin previo aviso, y esperas que crea que sólo quieres saber cómo estoy? Vamos Sam, no nací ayer. ¿En qué se metió Dean ahora?

Sam suspiró resignado y sin más procedió a blanquear su descubrimiento sobre Cas y sus sentimientos, y luego sobre su reciente plan, sin dejar ningún detalle fuera. Esperaba que si alguien pudiese ayudarlo con un tema tan delicado, ese alguien fuese Charlie Bradbury.

Al finalizar, la chica lo observaba con los ojos entrecerrados, mientras daba pequeños sorbos al milkshake de frutilla que había ordenado poco después de llegar.

-¿Eso es todo? -Le dijo casi desanimada. Sam se encogió de hombros, confundido.

-Creí que era todo un descubrimiento... -Dijo en un murmullo.

-Oh dios, Sam, yo tuve que leer los libros para saberlo, y las adaptaciones siempre ofrecen el riesgo de que algo quede fuera, ¡pero tú lo viviste todos estos años! ¿No te habías dado cuenta antes?

-¿T--tú sabías que Cas estaba enamorado de Dean?

-¿¡Duh?! -La chica esbozó una sonrisa socarrona - ¿"Yo soy el que te aferró fuerte y te rescató de la perdición"? No sé cuántos fan fictions leí sobre esa frase, pero la mayoría coinciden en un punto: Castiel se enamoró de Dean el segundo en que lo vio en el infierno. Es bastante obvio.

-No para mí. -Sam arqueó sus cejas asombrado y tomó un sorbo de su café para despejarse. - Siempre me pareció que se llevaban bien, pero...

-Sugerir que en verdad no notaste que Cas estaba enamorado de Dean es como que me digas que Sherlock no ama a Watson. -El incómodo silencio de Sam la hizo suspirar -Wow, estás más perdido de lo que creí, Samwise. Ok, veamos...

Charlie adoptó una pose pensativa juntando las yemas de sus dedos, apoyando los codos sobre la mesa y posando su mentón sobre los pulgares.

-Bien -Dijo -Así que le pediste a Gabriel que le mostrase a tu hermano el mundo del boyxboy con él como protagonista. Arriesgado, ¿no crees?

-Valía la pena intentarlo.

-Pero podría haberse disparado en el sentido contrario, debe haber sido una imagen muy fuerte para alguien como Dean... Por cierto, ¿dónde está él ahora?

-Se fue en el auto luego de que sospechó que Gabriel le había hecho esa broma.

-Rayos. -Charlie negó con la cabeza. -A estas alturas debe estar bien hundido entre las piernas de alguna chica. Es lo que yo haría para recuperarme si me viese a mí misma en la cama con un tipo. -Sam dejó caer los hombros, desanimado por la más que probable suposición de Charlie, pero ella lo ignoró -Bueno... tendremos que ser más sutiles a partir de ahora. ¿Qué hay de Castiel? ¿Está dispuesto a colaborar para seducir a Dean?

-Bueno, ese es otro problema. Cas está algo abatido porque sabe que Dean jamás se sentiría atraído por un hombre.

-Sí pero no estamos hablando de cualquier hombre, estamos hablando de su ángel. No es lo mismo.

-¿Cómo no?

-Sam, no creo que Dean sea realmente gay... pero sí creo que Cas es su excepción.

Sam frunció el ceño, intentando comprender.

-Es como Loki para mí. -Explicó Charlie- Yo preferiría recorrer la Tierra Media de rodillas antes que estar con un hombre, pero por él rompería mis propias reglas.

-¿Supongo que eso es bueno, entonces?

-¡Claro! Va a ser más fácil hacer que Dean admita que siente algo por Cas únicamente, que por todos los hombres del mundo. Sólo necesitamos el contexto adecuado para que ocurra la magia.

Pasaron el siguiente rato sugiriendo ideas, pero todas resultaron demasiado absurdas o azarosas para gusto de Sam. Charlie sin embargo no se daba por vencida.

-¿Y si los alcoholizamos? -Dijo de pronto.

-Cas es casi imposible de embriagar.

-Cierto. ¡Pero Dean no! Podríamos encerrarlos en las mazmorras y...

-¿"Hasta que no se apareen no salen"? -Sam rió con ganas -Dudo que funcionase.

-De acuerdo... Está difícil, te lo admito, pero no te preocupes, Sam, ¡tarde o temprano formaremos esa pareja!

Terminaron sus bebidas y tras pagar se dirigieron a sus respectivos vehículos estacionados afuera. Sam se acercó a Charlie para despedirse de ella pero la chica frunció el ceño, sonrió con malicia y le dijo que no pensaba ir a ninguna parte.

-Tomaré una habitación en el bunker, genio. Necesito estar cerca de mis objetos de investigación si quiero descubrir más sobre cómo unirlos.

-Pero Charlie, ¿no resultará sospechoso?

-No desconfíes de mi sutileza, Samwell. Tengo práctica en misiones encubiertas. ¡Andando!

Y sin más se pusieron en marcha.

 


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