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La primera vez por Ryouma XS

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Notas del capitulo:

Ya saben que los personajes no son míos, a excepción de unos cuantos OC. Disfruten el capítulo.

Ambos estaban por cumplir cerca de tres meses en una relación, a pesar de que aún tenían algunos problemas en general las cosas les salían bien, eran embalagosos cada que podían y se hacían compañía de cualquier tipo.

  Unas semanas atrás Odasaku había llevado a Osamu a ver a los niños, si bien en un inicio lo veían como un blanco de bromas y a este no le gustaba, poco a poco le tomo gusto...o por lo menos le tomo cariño a ver la etapa paternal de su novio.   — Odasaku sería un padre increíble, es tan dulce y cariñoso ...   Dazai fantaseaba con esas ideas, sabía que no podía darle hijos pero por lo menos lo acompañaría viendo crecer a esas cinco plagas.   — Ahora que recuerdo... Él dijo que yo también podría ser buen padre — No lo creía, si no podía cuidarse el solo, dudaba que pudiera proteger a alguien más.   Mientras estaba perdido en sus pensamientos a lo lejos se escuchaba el caos de explosiones. El dúo de negro estaba limpiando una zona, o realmente se debía decir que Chūya lo hacía mientras el suicida perdía el tiempo.   Un gimoteo llegó a los oídos de Osamu sacándolo de sus pensamientos, provenían de un edificio a medio colapsar, le parecía extraño que hubiese alguien vivo, tuvo que ir en caso de que fuera un enemigo, pero lo que se encontró fue a una hermosa mujer.   En algún otro momento le hubiera ofrecido suicidio doble...si no fuera porque tenía pareja y la mujer agonizaba.   — Por favor, salvala— la voz de la mujer era tan suave que Dazai pensó que había imaginado esas palabras, de no ser porque las repitió.   Bajo el cuerpo herido de la joven logro empujar un pequeño bulto, con las pocas fuerzas que contaba la mujer logro ponerlo en un lugar "seguro" y tras una sonrisa, esta dejo salir su último aliento.   — Yo no soy Odasaku...   Ese fue su pensamiento, él no podía estar recogiendo huérfanos de esa forma, por lo menos hasta que se encontró con ese par de ojos, se parecían a los del recadero, tenían ese azul tan relajante y peculiar.   — No me mires de esa forma, es una lastima que yo te encontrara, tal vez incluso Chūya te hubiese recogido — No, no podía, Odasaku era la única persona que despertaba cierta humanidad en él.   Estaba decidido a dejarla atrás, aunque no iba a ser tan desalmado por lo que la cargo en sus brazos y la llevo a un área donde no le diera aire.   — Alguien te va a encontrar, sólo encargate de llorar— Le decía esas palabras como si una bebé de casi 6 meses pudiera entenderle.   Una vez que volvió a dejarla en el piso dió unos pasos atrás pero la pequeña criatura se sujeto de su abrigo.   — Vamos suéltame, ya regalé una prenda antes y sólo me gane un perro obsesivo— a pesar de sus palabras intentaba de la forma más suave posible que lo soltara. Cuando por fin lo consiguió vio como algunas lágrimas se asomaban de esos grandes ojos.   Dió un paso para atrás, luego otro y otro, no era su responsabilidad, no podía sentirse mal por una huérfana, había muchos más como ella, ¿Por qué ahora?   — Ya dije que no, así que espera hasta que me haya ido para llorar.   En el departamento de Odasaku, el pelirrojo preparaba algo de curry, ese día sabía que Dazai estaría ocupado por lo que podía quedarse escribiendo unas cuantas horas antes de ir a la cama.   Por lo menos era el plan inicial hasta que escucho que golpeaban su puerta de forma insistente y frenética.   Rápidamente se apresuró a abrir recibiendo en el proceso uno de los golpes en su pecho   — ¿Dazai?   — Odasaku...¿Qué hago?— Fue en ese momento que fue consciente de lo que pasaba. Su novio iba sólo en camisa, entre sus brazos con su ropa envolvía a una pequeña criatura quien estaba muy interesada tironeando las vendas del cuello del ejecutivo...para colmo ambos parecían haber salido de una mina polvorienta.   Sakunosuke había hecho pasar a su novio y dejo que se metiera a dar un baño mientras él veía a su "invitada"   La chiquita estaba recostada en el sillón, le colocó varios almohadones para impedir que se moviera.   — ¿De dónde la sacaste Osamu?— Cuando el suicida salió del baño usando únicamente una de las camisas de su novio fue abordado por preguntas.   — De un repollo...   — No es momento de tus bromas   — ...Su familia fue asesinada durante una limpieza en la zona norte, no quería traerla pero   — ¿Por qué?   — Bueno la traje ya que estaba empezando a hacer frío y el departamento estaba por colapsar    — No, me refiero a que por qué pensabas dejarla — Aunque conocía la respuesta, la mirada obscura de su novio le confirmo su sentir.   — Bueno, ya está aquí, ¿Qué planeas hacer con ella?   — No sé, por eso es que vine contigo— la mirada de Osamu era de total desconcierto y eso hizo que el pelirrojo se acercara a abrazarlo.   — Iré a comprar un bote de fórmula, por el momento debemos alimentarla, cambiar su ropa y acomodar un espacio, puede quedarse aquí un tiempo.   Tal como Dazai imagino, Odasaku era un padre ejemplar, desde la llegada de Kyabetsu (nombrada de esa forma por Dazai) se encargó de su total cuidado, Osamu de vez en cuando intentaba ayudar, pero sentía que rompería en miles de pedazos a esa frágil criatura, aunque ella amaba ver a su "salvador"   — Deberías dejar de tenerle miedo— Llevaban dos semanas y Osamu no se atrevía a tocarla por más de cinco minutos y no debía hacerlo ya que tenía a quien la cuidara por él.   — No es miedo...es respeto   — Sobre eso, será mejor que le pierdas el respeto entonces, mañana saldré por un trabajo, no tendría que tardar más de una noche.   — Pero no sé si esté libre...hay un caso importante, parece que alguien se está metiendo con la mafia, principalmente nuestras armas   — Estarás libre, por eso es que estás aquí hoy, solo es una noche, te dejare todo listo así que no debes hacer mucho.   El día siguiente paso tan rápido que puso a Osamu nervioso. En la cocina del departamento estaba una lista de cosas junto con un horario.   — Tiene una caligrafía tan hermosa...— Dazai estaba embobado con los trazos de su novio, a pesar de ser un miembro de la mafia su letra era suave y fluida.   — Buuuuu— Ese grito fue lo que le regreso a la realidad, en la sala estaba la pequeña en cuna improvisada mirando a su compañero.   — Tienes las mejillas algo rojas ...— era un día bastante caluroso así que imaginaba esa era la causa.   — Bien, ya que estamos solos veamos lo que tú "papi" dejo listo.   8:00 pm: Preparar el biberón uno, sólo coloca agua tibia y agita (comprueba temperatura antes de dar)   8:30 pm: música, la distrae, tercer cajón a la derecha   9:00 pm: dormir   Osamu siguió las indicaciones de la leche cuando fue la hora acordada, sin embargo la pequeña no quiso beber, comprobó casi cinco veces la temperatura y nada.   — Tal vez no tienes hambre ...   Esperaría un poco y mientras curioso se puso a leer las libretas de Sakunosuke, ya había descubierto unos cuentos a medio escribir ahí.   Cerca de quince minutos después vio que la pequeña jadeaba y estaba aún más roja que antes   — Oh vamos, no puedes ponerte como berrinche— aunque no parecía un berrinche.   Cuando paso un poco más de tiempo y vio que las cosas no estaban saliendo bien entro en pánico, no podía llamar a Odasaku por su seguridad, ¿A Mori? No, ni siquiera sabía de la existencia de ese bebé.   — Chūya...no, Akutagawa menos...— En su estado de ansiedad de momento sintió algo cálido en su dedo, esa pequeña manita le sujetaba mientras sus ojos se encontraron. Fue ahí que algo despertó en él y rápidamente llamó por teléfono a alguien que lo ayudaría.   — Hirotsu San, traiga un pediatra y vengan a la siguiente dirección.   Unos minutos después el hombre estaba esperando en la sala junto a Osamu, el diagnóstico del médico respecto a la niña.   — Tiene inicios de un resfriado, no es tan grave, solo siga las siguientes indicaciones y todo estará bien   — Gracias, puede retirarse— Hirotsu fue quien despidió al médico, la bebé ahora dormía tranquilamente, la fiebre la había bajado y Dazai estaba más tranquilo   — Agradezco llegara tan pronto, y agradecería más su discreción   — Has cambiado un poco Dazai, nada saldrá de mi boca, solo vine a fumar un cigarrillo a un nuevo lugar   Osamu sabía que podía confía en él y dicho eso agradeció una vez más antes de despedirlo.   Después de ese día lleno de adrenalina fue a la cama principal donde la bebé dormía y se recostó a su lado y acaricio temeroso su mejilla.   — Me has dado un buen susto, pero estás bien, estarás muy bien   Se quedó un rato más confirmando que los síntomas disminuían y cuando la pequeña abrió los ojos unas horas después y acepto comida se sintió mucho mejor.   — Tu papá me matará si sabe que entre en pánico, que sea nuestro secreto Kya...— en ese momento recordó a la protagonista del cuento de Odasaku, por alguna razón, así como la imagino, así veía a esta pequeña — Shizune... serás Shizune Oda.    

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