Osamu llevaba días sin salir de su departamento, simplemente no podía darse el lujo de estar en las instalaciones de la Port Mafia, y la razón tenía nombre, apellido y una comida favorita.
Desde un tiempo atrás había aceptado que cierto hombre le ponía nervioso y causaba unas reacciones peculiares en su cuerpo, pero había sido hasta dos semanas después de una supuesta cita cuando ese sentimiento consiguió un nombre.
"Amor" El ejecutivo mas joven de la mafia estaba enamorado de un hombre mayor que él, adicto al cigarro y con una personalidad que te hacía preguntarte que pasaba por su cabeza.
- Joder Osamu, espabila, ¿cuántas cabezas has cortado?, ¿cuánta gente ha suplicado frente a ti? Y nada de eso te ha quitado el habla, un enamoramiento no hará la diferencia.
Eso era lo que se había estado repitiendo, Mori básicamente lo había amenazado para que volviera a su trabajo, Dazai era como su hijo pero por eso se tomaba en serio su falta de compromiso con el trabajo.
Durante toda la noche se repitió su conjuro mágico, por la mañana simplemente se colocó lo limpio que tenía y salió a su destino, había llegado a muchas conclusiones y claro a muchos propósitos.
Durante su caminata matutina repetía el plan en su cabeza:
1.- Saluda a Odasaku
2.- Acompaña a Odasaku a almorzar curry
3.- Seduce a Odasaku
4.- Declara te a Odasaku y serán felices como Shrek...y burro
Todo parecía sencillo, en su mente había cubierto todos escenarios posibles...o por lo menos los que pensó, sin embargo cuando memorizaba por milésima vez su plan, chocó contra una espalda que ya conocía, pero lo que vio no le gusto.
— Odasa...¡¿Chūya?!
Ahí frente a él tenía una imagen que le revolvió el estómago, estaban a una distancia que cualquier enamorado consideraría peligrosa, su compañero tenía las mejillas teñidas de un rojo bastante intenso y Odasaku tenía su mano derecha en los cabellos de este y la izquierda en su mejilla.
— Oh, Dazai, justamente estaba por... ¿Estás bien?
El suicida no podía ocultar lo que le había causado la escena, una sensación de rabia y dolor le estaban inundando a tal grado que de alguna manera mecánica escapó de ahí, recordaba vagamente decir algo como
"Perdón por interrumpir, te veo más tarde" pero ya en ese momento no estaba seguro de nada.
Le estuvo dando vueltas a la situación casi todo el día, jamás los había visto juntos, recordaba que Chūya le había dicho que no le agradaba, ¿Acaso habían pasado tiempo y se había dado cuenta del buen partido que era?, No, tampoco era eso, de hecho ni Dazai se creía esas cosas, sólo se estaba planteando los argumentos basura de aquellos libros que había encontrado de romance.
Los días siguientes eran igual, en su mayoría buscaba evitar al recadero y a su compañero, gracias a Mori pudo conseguirlo ya que le dió algo así como vacaciones al ver que parecía un zombie. Durante ese tiempo habían hecho uso de sus habilidades para espiar a su enamorado y a "su rival", los había visto hablar más de lo que le hubiera gustado y por eso, casi al final de su periodo libre fue a molestar a Ango a su oficina.
— ¿No sé supone que cuando te enamoras es recíproco?
— No sé si yo sea la mejor persona para responder eso Dazai San
— Entonces, si me gusta debería dejarlo ser feliz con quién le gusta a él
— Si vas a buscar a otra mujer para...espera ¿Él?
— Quizá deba ser como la sirenita, me arrojare al mar mientras él se casa con la bruja de las zanahorias
—...ahora en verdad no sé de qué estás hablando
Había ido por un consejo, aunque parecía más que estaba interpretando un monólogo, se estaba decidiendo por apoyar esa extraña e improbable relación que estaba viendo, podía jurar que ahora que los observaba se veían flores a su alrededor y el sonido de una arpa calmaba el ambiente.
— Si, tienes razón Ango, debo dejar de ser egoísta, les desearé felicidad y si en algún momento se me olvida detener corrupción lo veré cómo una señal del destino, eres un gran consejero.
— ...¿Gracias?
Así como lo ignoró toda la tarde, lo hizo al salir del despacho, debía hacer frente a su ahora amor no correspondido, pero para eso pensó que tendría que tomar cartas en el asunto.
Preparó algunas cosas en su casa, o mejor dicho, compró algunas cosas para no cocinar y envenenar a la gente en el proceso, realizó unas llamadas importantes y se puso a trabajar en su discurso.
— Más te vale que lo hagas feliz maldita zanahoria, o yo misteriosamente olvidaré como usar corrupción... Si muy bien, ahora, Odasaku, si llegas a adoptar un hijo con esa cosa, recuerda ponerle Osamu, para que no olvide la amenaza.
Le parecía algo que el diría...aunque no podía ser más mentira, sin embargo, ¿Qué más daba?
Las 20:00 horas, el ejecutivo se había sentado en una silla frente a la puerta, unos minutos después se escuchó el golpe intenso en la puerta, era Chūya
— ¿¡Ahora que mosca te picó?! Te desapareces todo este tiempo y ahora me dices que venga a cenar a tu...
Osamu le hizo callar con un dedo, y el otro tras maldecirlo le hizo casó, pero no esperó que siguieran en silencio unos minutos más, ni siquiera lo había invitado a sentarse o un vaso de agua.
— Si es una estupidez yo...
El sonido de la puerta interrumpió el comentario del asesino, tras un pase, Odasaku hizo acto de presencia, parpadeó en señal de confusión al ver al dúo de negro ahí, ¿Lo iban a matar?, ¿Mori ya había dado la orden?
— Dazai que...
— No Odasaku, soy yo quién debe hablar, más te vale que lo hagas feliz maldita zanahoria, o yo misteriosamente olvidaré como usar corrupción, ahora, Odasaku, si llegas a adoptar un hijo con esa cosa, recuerda ponerle Osamu, para que no olvide la amenaza.
Si, le había salido tal cual lo había ensayado, y esta vez sin ganas de sentir una presión en el pecho, había cerrado los ojos para hablar, y cuando los abrió vio aún más confusión y ahora no sólo en el rostro del mafioso que no mataba.
—¿¡ Cómo que Zanahoria?!, Sabía yo que esto era una estupidez, me largo
Y de un portazo se marchó dejando sólo a los amigos quienes se miraban fijamente.
— Osamu...se que tienes una imaginación curiosa pero, ¿No crees que es demasiado para una broma? Estaba muy preocupado cuando desapareciste así hace una semana
— Es que...no es una broma ¿No estaban enamorados?
— ¿Quiénes?
— Chūya y tú
—¿ Nakahara y yo?
— Si lo repites así, me haces ver como un idiota
— Lo siento, pero, simplemente no entiendo cómo fue que llegaste a esa conclusión, no hay nada entre nosotros, de hecho creo que me odia
Ahora la cabeza del asesino parecía un hámster dando vueltas sin razón alguna, ¿Si se había equivocado o si querían ocultar su interés?, Qué se supone que debía hacer ahora.
— No debes mentir Odasaku, no tengo la mente tan cerrada como para preocuparme de que te guste otro hombre
— Repito, no se como llegaste a esa conclusión, a mí sí me gusta alguien voy directamente...sea chico o chica, además, hay alguien que me interesa.
— ¡Oh! Si es el caso...yo, lo siento mucho, Odasaku, no pensé que había alguien, bueno, ya compré unas órdenes de Yakimeshi así que puedes comer con..
No pudo terminar cuando el pelirrojo le tomó la mano y la subió para dejar un beso en sus nudillos dejando callado a Osamu.
— Ango me llamó, me dijo de tus delirios raros, cuando estás cerca todo parece ir en cámara lenta, me congelas el mundo para que pueda centrarme en ti, me pones nervioso, no sé qué pasa por tu loca cabecita, pero es parte de eso lo que hace que me gustes, quería buscarte en la semana para decírtelo.
— Eh...¿Estás ensayando algo?
— También me gusta tu falta de experiencia, aunque ahora mismo me está desesperando...me gusta Osamu, el hombre del que me enamoré eres tú
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