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La primera vez por Ryouma XS

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Notas del capitulo:

Pues este es el penúltimo capítulo, jajajaja por fin, ya tengo el último así que mañana mismo podrán ver el final de esta historia, gracias a quienes a pesar de el tiempo lo han leído y adelante, disfrútenlo ??

— Jajajajajajajajajaja — El ex suicida se había abrazado el estómago cuando escucho hablar a su esposo, había Sido una risa nerviosa y ansiosa, claramente falsa pero que de alguna forma rompió la tensión.
 
— Odasaku, Odasaku, mi querido esposo, por algo el escritor eres tú, no digas locuras 
 
Era un tema que muchos años atrás habían hablado aunque no de manera tan directa
 
— Sabes que no es una locura Osamu, aquel día cuando todo parecía un deja vu, cuando fuimos a Lupin a beber y nos tomamos una fotografía
 
Aquella que estaba colgada en la sala en un lugar especial, aquella que a veces les causaba un escalofrío por todo el cuerpo.
 
Ambos se quedaron en silencio unos segundos, recordaban ese día como si hubiera sido ayer, aunque al ser un suceso que no les agradaba preferían dejarlo oculto en lo profundo de su cabeza.
 
— Sucedió algo esa noche Osamu, fue algo demasiado extraño
 
— ¿De qué hablas?
 
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Aquella noche en el Lupin, después de que Ango llegara con una curiosa cámara y los tres brindarán por los perros callejeros, la pareja se había quedado estática, el aire se había congelado por varios minutos. Era como si eso ya lo hubieran hecho y aunque no era extraño reunirse en el local y beber los tres juntos, no era esa sensación.
 
Sin embargo aquel trance se había roto cuando una bonita chica que no aparentaba más de 18 años entro al local, el encargado del bar dudo en acercarse ya que era una niña, claro que Dazai en ese momento tenía la misma edad, pero bueno, al suicida no podía negarselo.
 
La chica se quedó mirando unos segundos el asiento donde sensei descansaba y se sentó a un lado.
 
A pesar de que Osamu quiso sacar tema de plática Odasaku seguía mirando de reojo a esa mujer, por alguna razón le transmitía un aura conocida.
 
— ¿Me puede dar una taza de leche con miel?— el extraño y repentino pedido dejo en shock al encargado pero tras unos segundos le sonrió y le indico que volvería después
 
Osamu ya estaba enfrascado en una pequeña discusión con Ango referente a un trozo de tofu extremadamente duro.
 
— Entonces el curry... — solo bastaron tres palabras para regresar al recadista a su plática.
 
Estuvieron un rato más hablando y discutiendo sobre los extraños brebajes que Dazai preparaba, lo que Ango no sabía era que todo era un invento, desde la llegada de Shizune ambos vivían juntos y las tiradas suicidado habían descendido drásticamente.
 
— Gracias por la bebida— La voz de la chica se escuchó en un breve espacio de tiempo, era suave y baja, como si temiera la escucharán.
 
En el mismo tiempo que ellos acabaron con tres vasos de whisky, ella había bebido la taza de leche. El dueño no se atrevió a cobrar pero aún así ella dejo unas monedas en el mostrador .
 
En ese instante, cuando ella bajo del banquito Odasaku pudo verlo, debajo de el delgado suéter blanco que cubría su cuerpo, pudo distinguir cicatrices, blanca y otras heridas recientes, unas líneas carmesí también en sus piernas.
 
Poco después a paso lento y cansado salió de el local y Sakunosuke tuvo el instinto de ir detrás de ella, sin ninguna palabra o excusa, solo se levantó y salio detrás de ella.
 
La noche era obscura y silenciosa, principalmente en ese callejón dónde el Lupin se ocultaba, la verdad era que no se encontraban en el lugar más seguro y Odasaku atribuyo eso a su deseo de salir y comprobar que la chica se fuera. Pero lo que se encontró fue con esa pequeña silueta mirando al cielo.
 
El rostro de la mujer estaba inclinado para atrás, en esa posición se veía mucho más delgada de lo que antes pareció, sus ojos azules parecían negros en esa inmensidad, sus labios pálidos estaban ligeramente abiertos como si se hubiera quedado con algo que decir.
 
Odasaku pudo jurar que vio como estos se movían pero ningún sonido salía de su boca. De forma apacible el pelirrojo se acercó mientras buscaba algo en sus bolsillos.
 
— Aquí tienes — Por primera vez la chica giró su rostros para mirar al hombre que estaba parada a menos de un metro de ella con aún para de tiritas en las manos.
 
— Aún así llegando a tu casa debes de limpiar las heridas.
 
Las manos temblorosas de la chica tomaron el regalo y agradeció con un movimiento de cabeza, Odasaku no era quien para juzgar algún estilo de vida, pero verla tan joven y así de herida le recordaba a Dazai, incluso tenían la misma mirada, o bueno...la misma mirada que tenía antes de conocerse.
 
De nueva cuenta ambos se quedaron en silencio, Odasaku aprovecho para prender un cigarrillo y el color rojizo fue lo único que dió algo de luz a ese encuentro.
 
Por un segundo Oda escucho un murmullo venir de boca de la chica, pensaba que estaba hablando sola, pero antes de decir algo, una frase llegó a sus oídos.
 
— La luna está preciosa, ¿no crees? — No había ninguna luna en el cielo, ni siquiera la silueta de ella  oculta detrás de alguna bruma y aún así, era verdad, donde sea que estuviera, la luna era preciosa.
 
— Hmm— así de sencilla fue su respuesta aceptando las palabras de la chica y Sakunosuke en ese momento pudo verlo, la mujer se había girado para mirarlo y sonrió, era una sonrisa torpe Infantil, de esas que quedaban rezagadas en el corazón cuando tuviste que madurar demasiado rápido.
 
— ¡Odasaku!
 
Aquella cantarína voz atrajo la atención de el recadero quien sintió como su novio se colgaba de sus hombros de forma cariñosa.
 
— ¿Qué hacías?
 
— Yo estaba...— Cuando de nuevo quiso ver a su compañera, se encontró con que el lugar a su lado estaba vacío, nadie admiraba la luna a su lado— fumando, solo estaba fumando.
 
En Lupin no tenían prohibido el fumar, pero ahí estaba, Odasaku mintiendo, ocultando de alguna forma recelosa en su corazón ese encuentro.
 
Después de ese encuentro había sucedido una extraña circunstancia, la mafia se vio involucrada con una peligrosa organización dónde parecía que tendrían las de perder de alguna forma, Odasaku se encontró con el que podría llamar su peor pesadilla, alguien que era tan parecido a él, pero al mismo tiempo tan diferente. Alguien que no tuvo esa cuerda salvavidas y no supo aferrarse a algo a un sueño y ahora, a una familia.
 
Dazai había llegado a solucionar algunos problemas antes de que sucedieran, no quiso hablar de cómo realizó esas estrategias, pero nadie las cuestionaba ya que estaban funcionando. 
En esa última pelea, esa donde sería el fin, tanto Osamu como Oda hicieron frente asesinando a la mente maestra de este "suicidio" colectivo. Aunque por unos segundos Osamu sintió que perdería a su novio.
 
Unos meses después, ambos desaparecieron, habían visto la muerte tan cerca, si bien en otro momento la aceptarían, ahora no podían hacerlo, había razones por las cuales aferrarse a ese desdichado panorama.
 
— Vivamos en la playa Odasaku...podría tener una granja de caballitos de mar, sería un granjero acuático
 
Esa frase tan estúpida y sin sentido, había tenido toda la razón del mundo, esa estupidez se estaba volviendo el sueño por el que querían escribir su futuro, su historia juntos.
 
Cuando Odasaku terminó su relato se giró a ver a su esposo pero lo encontró recostado en su hombro mientras roncaba.
 
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Era verdad, por más extraño que fuera el pasado, este era su presente, esa casa llena de risas, quejas y alegrías, ese aroma a sal y humedad, esos postres incomibles que el amor de su vida y su princesa habían hecho, esos logros que le llegaban en cartas de esos cinco pequeños que estaban haciendo su vida con familias que los adoraban. Eso era lo que le importaba ahora.
 
Como pudo logró acomodar a su esposo y rápidamente se acurrucó a su lado. Era todo lo que necesitaba.
 
Osamu no se había dormido, sabía que su esposo lo había notado pero lo dejo pasar, el ex suicida en ese momento cerro los ojos y recordó unas noches atrás, cuando su hija cierto día había salido a jugar y se quedó parada mirando al cielo, este había salido por ella ya que se podía quemar, pero en el instante en el que se acercó, la animada voz de su hija se hizo oír mientras señalaba a ningún punto en específico.
 
— ¡Papi! La luna está preciosa, ¿no crees?
 
Notas finales:

Bueno en el que seguí se terminarán de explicar ciertas cosas y pues por si alguien no lo sabía. La frase "La luna está preciosa, ¿no crees?" Es una frase que uso Natsume S?seki, es una forma sutil y poética de decir "Te amo".


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