-¡¿Porque esas defendiendo al enemigo?!- grite, ¿que le sucede a Yami?
-¿Seguro que estas bien?- pregunto el idiota de Yami a ese horrible monstruo, ¿porque lo trata como a una persona?, el sabe lo crueles y despiadados que son.
-S-si g-gracias.- le respondió ese Kitsune, si Yami no se aparta y lo protege, me veré obligado a matarlo también...
-¡Kaiba!- grito mientras me miraba con odio - ¡¿porque hiciste eso?!- ¡¿es en cerio?!.
-¡¿Es en cerio?!- le grite -¡¿TU porque hiciste eso?!- grite.
-...- el solo miraba al suelo, el Kitsune solamente se quedaba atrás y sujetaba su garganta, se perfectamente que no le hice un gran daño, pero al menos logre que sufriera...
-Vete.- dijo mirando hacia el Zorro, el solamente asintió mientras se preparaba para irse, pero eso no lo iba a permitir...
Cuando el paso a su modo animal, rápidamente saque una daga de mi cinturón mientras se lo arrojaba, pero el se había metido a un arbusto haciéndome esperar por la respuesta.
"¿Le habré dado?" me pregunte a mi mismo.
Rápidamente escuchamos un chillido proveniente de los arbustos haciendo que Yami se dirigiera velozmente hacia ellos.
-¡Maldito Kaiba!- bien, esa fue mi respuesta.
De los arbustos salio Yami mirándome con odio mientras cargaba al Kitsune albino con púrpura en sus brazos, aun costado tenia incrustado la daga que había arrojado, sin duda tengo una gran puntería.
El Kitsune tenia la respiración muy agitada y rápida, y también una gran hemorragia en la herida, ha de estar sufriendo mucho, pues no paraba de sacar pequeños chillidos.
-Hay que llevárselo a nuestros padres.- le dije mientras me daba media vuelta y empezaba a caminar hacia le dirección en la que se encontraban mi padre Gozaburo y mi tío Aknamkanon.
-No...- escuche a Yami, al darme la vuelta pude ver como aferraba el cuerpo de ese Kitsune al suyo.
"¿Por que sufre por el?"
-¿Que te sucede Yami?- le pregunte.
-Escucha...- dijo levantando su rostro y mirándome directamente a los ojos, en ellos reflejaba odio y tristeza - si ellos realmente fueran como lo dicen nuestros padres y algunos habitantes del pueblo, ¿porque sigo aquí?- bueno, en eso tiene razón - supuestamente ellos, los Yokais nos matarían despiadadamente al toparse con nosotros - rápidamente dirigió su mirada al Kitsune que ahora yacía en el suelo al igual que yo - el no me ataco, solo me miraba aterrorizado, es como si tuviera miedo de nosotros, además, el nunca te ataco cuando tu lo hiciste, ¿verdad?- tiene razón... El nunca me ataco, solamente me miraba con terror, supongo que no todos los Yokais son como los pintan en la aldea, pueden haber buenos y malos, pero aquí la pregunta es... ¿Quien es malo y quien el bueno?, los Yokais han matado a cientos de nosotros, pero nosotros a miles de ellos... ¿Acaso... Los humanos serán el verdadero enemigo de nosotros mismos...?
-No...- hable bajo.
-Entonces, ¿porque hay que matarlo si el nunca lo intento...?- en eso tiene razón, no debería de hacerlo... El nunca me hizo daño, ¿porque eh de pagarle así?
-De acuerdo.- le dije.
El solo me sonrió mientras se agachaba y volvía tomar al Kitsune en brazos - ahora, ¿que vamos a hacer con su herida?- me pregunto, si volvemos con nuestros padres ellos querrán matarlo o hacer que nosotros lo hagamos, y si lo dejamos aquí, lo mas seguro sea que el morirá por el desangrado que esta sufriendo, además de ser muy doloroso para el, pues el metal solo no daña a los Yokais a muerte, pero si los hace sangrar y sufrir, con tan solo una pequeña cortada hecha por una arma así, los Yokais pueden morir desangrados o su herida puede infectarse creando alguna enfermedad que con el tiempo los mate -sabes que pasara si lo llevamos con mi padre y el tuyo, al igual de lo que sucedería si lo dejamos aquí - dijo mirando con preocupación al Yokai en brazos.
-Lo se...- respondí redirigiendo la mirada de Yami a mi persona - entonces, ¿que es lo que propones tu?- le pregunte, el solo miraba a la nada pensativo - la única salida que veo es llevarlo con su manada, pero no sabemos donde puede estar su guarida, así que esa opción queda descartada - le dije.
-¿Y si lo llevamos a la aldea?- ¡¿que?!- escucha, se que es una locura, pero nadie se debe de enterar sobre ello y podemos conseguir lo necesario para curarlo - pero...- podemos esconderlo en algun lugar en el que nadie lo veo y protegerlo y cuidarlo hasta que se haya curado por completo-
-Pero aun así es muy arriesgado Yami!- le grite - ¡¿Sabes que si lo descubren lo torturaran en miles de formas?!- el solo se quedo callado - ¡¿acaso quieres que sufra?!- Yami solo me miro y abría su boca para hablar - se que es la única manera de ayudarlo - dije calmado antes de que el pudiera decir algo - pero también piensa en las consecuencias de hacer eso -
-Lo se.- dijo mirándome - pero... ¿Hay acaso alguna otra forma?- me pregunto, dirigí mi mirada al Kitsune en sus brazos, se miraba tan indefenso, espera... Si se mantiene así hasta que lleguemos a la aldea... Tal ves podamos hacerlo, es pequeño así que podríamos meterlo a algún saco de uno e nosotros hasta llegar.
-Bien, acercate - le dije mientras me quitaba el bolso que llevaba cruzado, por suerte había traído vendas y alcohol por si Yami se habría lastimado, el al ver lo que había sacado del bolso se dirigió rápidamente hacia mi recostando con cuidado al Kitsune en el césped.
Lo primero que hice fue el retirar la daga se su costado y empezar a desinfectar su herida con el alcohol, no se si sean igual a nosotros o no, pero intentare curarlo como a un humano, al empezar a ponerle el alcohol en la herida empezó a chillar y a patalear, por lo visto si es como nosotros, e inclusive un poco mas sensible -shh.. Tranquilo - le dije mientras con cuidado pasaba mi mano por sus orejas y acariciando detrás de estas levemente tratando de tranquilizarlo, cuando paro de chillar y patalear seguí desinfectando la herida, cuando volvió a chillar levemente, Yami se dirigió hacia el e hizo la misma acción que yo para calmarlo, solo le agradecí con la mirada siguiendo con mi trabajo, al terminar de desinfectarle, proseguí a vendarle levantando con cuidado su cuerpo, era bastante ligero en realidad, en los libros dicen que son tan pesados como una roca, pero este era tan ligero como una pluma, seguramente por ello Yami logro cargarlo.
-Bien, volvamos - le dije mientras guardaba los materiales que había usado en el bolso y Yami cargaba al Yokai - ahora, ¿como hacemos para llevarlo hasta los caballos y dejarlo en un saco sin que nuestros padres se den cuenta?- le pregunte.
-Bueno, eso es fácil - dijo mientras se dirigía hacia mi y señalaba a mi bolso.
-De acuerdo - le dije, empecé a acomodar y tirar algunas cosas del bolso hasta crear un lugar para que el cupiera - sera algo justo pero servirá hasta llegar a los caballos - le dije, el solo me asintió y coloco con cuidado al pequeño Yokai que nos miraba confundido, por lo visto había recuperado un poco de su conciencia - tranquilo, solo quedate así unos momentos - le pedí, el me miraba confundido para después recostarse en los vendajes que había utilizado para que fuera un poco mas cómodo el viaje.
-Bien, volvamos - dijo Yami y yo solo le asentí, cerré un poco el bolso para que pudiera pasar algo de aire, y empezamos a caminar en dirección de nuestros padres.