-No puedo creer que haya decidido eso!, ¡¿por que no me deja vivir?!.- grite a la nada.
Realmente odie esa decisión de mi padre, ¿por que no me deja a pesar de que sabe lo que se siente el no poder salir, el no poder explorar y saciar tu curiosidad?
-Ahh...- suspire, estaba muy alterado por lo que había pasado con mi padre anteriormente...
Se que solo quiere protegerme, pero yo también necesito salir, poder explorar y aprender mucho mas, eso es lo que no entiende mi padre, el solo quiere alejarme de todo lo "malo", según el, pero yo no le veo lo malo, si se supone que los humanos son como nosotros, ¿porque alejarnos en vez de convivir con ellos?, eso es lo que no logro entender, todo es tan confuso para mi...
Sin darme cuenta había llegado a un lago, era hermoso, lleno de diversas y coloridas flores, frondosos árboles de gran tamaño, el agua del lago era cristalina, reflejaba los pocos rayos de sol que se filtraban por las hojas de los arboles, sin duda era un lugar hermoso donde podía descansar y despejarme un poco
-mm..- me estire un poco tratando de relajar mis nervios por lo vivido anteriormente.
Conforme me iba acercando mas al lago, podía observar diversos animales, todos estaban tranquilamente, sea descansando, comiendo o bebiendo agua del lago, todos se hallaban felices y en paz, a un lado de un árbol cerca mio, podía ver a una pareja de zorros con su cría, realmente era muy lindo el ver a una familia de zorros unida de esa manera.
Al llegar a la orilla del lago remoje mis pies mientras me sentaba en la orilla, era una sensación agradable, sentía como una paz y tranquilidad me llegaban repentinamente, una pequeña sonrisa se poso en mis labios.
Sentí de la nada algo sumamente suave rozando mi mano derecha, al voltear pude ver como uno de los zorros que había visto anteriormente se acurrucaba en ella, los Yokais tienen un vinculo en especial con la naturaleza, pero mas con la especie a la que pertenecemos, por lo que seria normal que los Zorros que estuvieran a mi alrededor se acercaran a mi y convivieran conmigo, o si me hallara en peligro o herido, ellos no dudarían en brindarme su ayuda, después de todo, soy como uno mas de los suyos; al poco tiempo de llegar el primero, tanto la madre como la cría se acercaron a mi, la madre se acurruco junto al macho y su cría en mis piernas. Aveces mi padre me hablaba sobre que los humanos se referían a nosotros al insultar a alguien, la verdad no entiendo el por que, los zorros somos astutos, leales, nos apoyamos el uno al otro, e incluso somos tiernos, no entiendo el porque de ello.
Me quede un momento así hasta que los zorros se separaron de mi para tomar agua, amo el bosque, todos los animales y plantas que existen aquí, pero también me gustaría el poder explorar la ciudad, el saber que hacen allí y como es la vida de los humanos, pero eso es imposible, por ahora...
Me recoste en el pasto acobijandome con mis nueve colas, pero una la utilicé como si fuera un peluche al cual abrazar, y sin darme cuenta, había caído en los brazos de morfeo
[....]
Sentí una ligera caricia en una de mis colas, era tan agradable que no pude evitar enrollar la cola acariciada en aquella mano, era suave, se parecía a la de un Ōkami, supongo que sera Joey que salio detrás mio cuando salí de la guarida. De repente sentí mas caricias en todas mi colas, era algo agradable, pero aquel acto me había sorprendido haciendo que despertara poco a poco, lo primero que vi fueron unos ojos carmesí, tan profundos y bellos, pero, ¿a quien conocía que tuviera unos ojos así?
Tal vez sea Darkness...
Pero los de el son negros con rojo...
Estaba confundido, hasta que mi mirada se enfoco mas, e-era un humano... Sin poder evitarlo, mi cuerpo empezó a temblar, pude ver como el me sonreía cálidamente y me miraba con cariño...
A-alto... ¿Q-quien e-esta atrás suyo.?
Alcance a ver una silueta atrás suyo, y...
E-estaba alzando u-un cu-cuchillo...
-Tranquilo.- me hablo de manera suave, pero aquella silueta se acercaba mas y mas hasta que pude ver con mayor claridad quien era...
Era otro humano de cabellera castaña y ojos azules, pero me miraba con odio y desprecio, pero, ¿porque?, yo no le eh hecho nada...
-Yami, muevete- dijo aquel sujeto, su voz era bastante fría y seria
-Seto?- pregunto el de ojos carmesí, creo que se llamaba Yami...
-Alejate de el Yami.- dijo con seriedad si dejar de mirarme, su mirada me daba escalofríos...
-Baja eso Seto, estas asustándolo.- dijo mientras me miraba de manera preocupada y dulce
-¿Como?- dijo bajando un poco el cuchillo y mirando incrédulo - ¿Acaso estas protegiendo a ese monstruo?- dijo señalándome, ¿porque me llamo monstruo?
-No es un monstruo Seto, si lo fuera, ¿no debería de estar muerto y calcinado?- dijo acariciando levemente mis colas, era una sensación bastante agradable a decir verdad.
-Deja de hacer eso Yami, el es el enemigo, no hay razón para protegerlo o mimarlo.- se acerco a paso rápido a nosotros y separo bruscamente a Yami, luego se abalanzó en sima mio mientras me colocaba el cuchillo en el cuello
-Seto, basta.- Yami se acerco a nosotros y trató de quitar al otro de encima mio, pero el otro solo acercaba mas su cuchillo a mi garganta, tanto que empezó a escurrir un fino hilo de sangre, a los Yokais no les afecta tanto el hierro solido, pero si nos quema, y eso era justamente lo que el estaba haciendo.
-¡Ahh!- me ardía tanto que no pude evitar sacar un grito de dolor, y eso fue aun peor, pues al hacer eso, enterraba aun mas el cuchillo en mi garganta
-¡Basta Seto, lo estas lastimando!- grito Yami y con una gran fuerza apartaba a el cuchillo del oji-azul de mi garganta.
En cuanto lo apartó se dirigió rápidamente hacia mi mirándome preocupado
-¿Estas bien?- me pregunto preocupado, yo solo le asentí.