Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Two Halves of One por CheekyMint21

[Reviews - 78]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡BEBÉS! ♥

Vale chicos, hoy nos voy a quitaros mucho de vuestro tiempo porque es Domingo por la noche y estoy actualizando algo tarde, en medio de un trabajo para la Uni… Seeh, así de malota soy LOL XD

PERO

Con trabajo o sin trabajo, aquí está Cheeky reportándose para su actualización semanal *hace un saludo marcial* Y pues bueno, cómo siempre quiero agradeceros ésta apoyo para con éste bizarro…

DP: Y muy sensual fanfic por ¡OBVIO! Aquí aparezco yo, loca escritora ñ.ñ

Spidey: ¿Y yo qué? ¿Estoy pintado o qué? >~<

DP: ¡Petey! Por supuesto qué no, amorsh… *se abraza a Spidey, restragando su mejilla contra su trasero* Vente conmigo, yo te voy a dar amor anal… *¬*

Spidey: ¡NOOO! ¡Deadpool! ¡Suelta…! ¡HMPF! *DP lo maniata* ¬¬

DP: Me encanta cuándo me hablas sucio Spidey ¬u¬ *sale de escena llevándose a Spidey  secuestrado* ¡BYE, loca escritora! ^w^

♥-----------♥

¡COSITAS! :3

Adoro cuándo se dan amor anal *¬*

¡EN FIN!

Cómo decía, hoy no voy a daros tanta lata así que, nada más quería deciros… ¡MILLONES DE GRACIAS! *0* ¡Sois la hostia! No puedo creer qué en tan poquito tiempo ya tenga +500 leídos en verdad me hacéis feliz como una lombriz :3 Mi kokoro pequeño y negro salta de alegría cada vez que veo que alguien se ha tomado un poco de su tiempo para leer mis locurillas, en verdad, sé que siempre os lo digo, pero es que no puedo dejar de hacerlo: SOIS. LOS. MEJORES ♥

Y os quiero a todos con todo el kokoro :’3

Y quiero dedicar éste capítulo especialmente a:

+ Anónimo: ¡AWWWW! Eres genial cosita, de verdad me inspiraste con lo de mi shot Stony, te prometo que cuándo la Uni dejé de darme por el culito veré si lo publico LOL XD Muchas gracias por tu apoyo, espero que sigas leyendo la historia y siga siendo de tu agrado.

+ Chiiu: ¡KYAAAAA! *sonrojo turbo kawaii* ¡Eres la put@ am@! En verdad que eres muy dulce, saber que las guarradas que escribo son del agrado de alguien en verdad me hace FELIZ ♥ en verdad me inyectaste un montón de vibras yaoísticas y me siento súper motivada a seguir la historia sin importar la Uni porque sé que hay personitas como tú que me aprecian. ¡TE ADORO! Espero que sigas la historia y te siga gustando, se vienen cosillas súper güay, te lo prometo :3

Y bien, luego de la biblia semanal de Cheeky, ahora sí…

¡A LEER! ♥

(P.D: Aquí les dejo el link de la canción que me sirvió de inspiración para éste capítulo, por si queréis escucharla y meteros más en la trama… ¡AHORA SÍ! Me largo de aquí cagando hostias, ¡os quiero!)

“Secret Things”, Ken Andrews → https://www.youtube.com/watch?v=Z2UW02znTqc

-Capítulo Cuatro-

“Stranger Danger”

POV’s Wade:

 

{Al nos va a mandar a tomar por culo…}

<La última vez nos tiró una secadora… todavía me duele el pito de sólo acordarme…>

-A lo mejor si no hacemos ruido no nos…

- ¿Wade? ¿Eres tú, cara de culo? ¡Cómo vuelvas a traer putas a mi casa de nuevo te corto el pito, cabrón! –gritó Al desde su habitación.

Wade suspiró.

{A ésa vieja cascarrabias nada se le escapa…}

<Mejor nos vamos a comprar la cena, si ve que venimos sin nada de verdad nos va a colgar de las bolas… Otra vez.>

-Cálmate Al, soy sólo yo. –le dijo Wade, sacándose la máscara y olisqueando. –Uf, aquí apesta a bragas de anciana…

-Y tú apestas a meada de borracho y a sangre. –le dijo la anciana, empujándolo a un lado y sentándose en el sofá. - ¿A cuánta gente mataste anoche?

-A nadie… el puto de Francis no aparece y ya maté a media Nueva York buscándole. –suspiró el mercenario, dejándose caer junto a ella.

- ¿A qué me suena eso? Suenas como si alguien te estuviese follando la boca y se hubiera corrido dentro… no te me haces de los que se echan para atrás tan fácilmente. –le dijo Al, cogiendo el remoto y encendiendo la tele.

Wade sonrió… por eso era que Al le caía bien: No era de ésas ancianas convencionales, sino una vieja con la boca sucia y gruñona pero siempre podía contar con que iba a decirle la verdad y a apoyarle pese a que supiera que él era un mercenario.

{Además de que está ciega…}

<Cierto, así no puede ver que tiene razón en lo de que tenemos cara de culo. Literalmente.>

Wade nada más rodó los ojos e ignoró a las cajas. Con lo ocurrido anoche, la verdad es que lo tenía fácil: Su mente seguía recordando una y otra vez el abrazo que el castaño le había dado. Y como todo un idiota, seguía sonriendo por ello como si hubiese significado algo.

{Despierta, Wilson. Si el crío supiese como lucimos realmente… seguramente saldría corriendo.}

<Además, ése abrazo no significó nada para la arañita. Él es demasiado bueno para una mierda como nosotros.>

“Ya lo sé, ni que me fuera a casar con él” pensó Wade y volvió a suspirar, porque estaba seguro de que era más que imposible que Peter fuese a fijarse en alguien como él alguna vez. Además de que tenía novia, una rubia con dos tetas bien puestas.

-¿Por qué suspiras tanto, idiota? No me dejas escuchar las noticias y… -Al olfateó en dirección a Wade. –Espera un segundo… ¿con quién estuviste anoche? No con una de tus putas, no hueles a perfume barato. Hueles a… algo dulce. ¿Vainilla? –preguntó la anciana, dando justo en el clavo como siempre.

Wade sonrió inconscientemente… Peter olía a inocencia y a pureza, algo que distaba mucho de su propio olor a sangre, prostitutas y alcohol barato.

-Vale, te lo diré, pero no vayas a salir con una de tus mierdas… -le advirtió, no muy seguro de cómo reaccionaría la anciana. - ¿Sabes quién es Spiderman?

Al le miró fijamente por un largo minuto.

- ¿Te estás follando a un crío menor de edad?

{ ¡Ja! Ya quisiéramos…}

<Ése culo arácnido está muy pero que muy fuera de nuestro alcance. Aunque ya nos lo follamos, sólo que no nos acordamos.>

- ¿Qué? No seas babosa, Al. Hasta yo tengo mis límites… -fingió indignación el mercenario.

-Sí, eso pensé. Hasta yo sé que un mocoso que lanza telarañas y se cuelga de los edificios tiene más clase como para dejarse dar por culo de alguien como tú… -la anciana se encogió de hombros, reclinándose de nuevo en el sofá.

{Uy, ¿hueles eso, Wade? Al acaba de quemarte vivo…}

<Joder, ahora sí puedo decir que estamos en la mierda… cuando una anciana de sesenta y ocho años te hace un “turn down for what?” así ya no queda dignidad.>

-Al, serás hija de…

Wade se cortó a mitad de frase porque justo en ése momento en la tele pasaban el noticiario y justo en uno de los cuadros, alcanzó a distinguir la familiar figura de un hombre alto y fornido que se dirigía hacia una motocicleta. El mercenario brincó de su asiento.

- ¡Ajá! ¡Te tengo, pequeña mierda! –gritó con júbilo, señalando a la tele.

- ¿Y ahora qué mierda te pasa, tarado? ¿Se te metió una lombriz en el culo o qué? –rezongó la anciana.

- ¡Es Francis, vieja babosa! ¡Al fin! Después de semanas… ¡Ahora sí tengo una excusa para llamar a Spidey! Iré a bañarme y a ponerme guapo para la arañita… -se alejó el mayor, como una colegiala enamorada.

-Y lávate bien la boca, no quieres andar besando al pobre crío con ésos labios con sabor a puta. –farfulló la anciana, empezando a hacer zapping.

Wade cogió uno de los tantos móviles que cargaba en su mochila, el que usaba estrictamente para comunicarse con Peter en caso de haber una emergencia. Abrió un nuevo mensaje y empezó a teclear con una enorme sonrisa en su rostro cicatrizado.

De: Dead Su Sensualidad Pool

Para: Baby Boy <3

Noviembre 6, 2018 – 1:34 p.m

¡SPIDEEEEEEEY! :3

¿Qué crees? Estaba viendo las noticias cuando capté algo súper interesante ;)

-DP

El mayor presionó <<enviar>> y esperó.

Y esperó. Y esperó. Y esperó.

Nada.

{Seguro y está follándose a la rubia dientes bonitos…}

<Pfff, ése par de tetas jamás lo harán gozar como un par de bolas. True story.>

-Vale, esto es raro… Spidey siempre nos responde casi que al instante. –pensó Wade, mirando fijamente la pantalla del móvil. - ¡Cómo sea!

Arrojó el móvil a la cama y se tumbó en ésta, dispuesto a dormir un rato. O al menos a intentarlo, él no dormía mucho que digamos ya que las cajas nunca se lo permitían cuando tenían uno de sus “dilemas” existenciales.

{¿Crees que las palomas tengan sentimientos?}

< ¿Crees que podamos meter todo nuestro puño en nuestra boca?>

{¿Crees que los perros sudan?}

< Si a Spidey lo mordió una araña y se volvió Spiderman… ¿Entonces Batman se volvió Batman porque lo mordió un murciélago?>

Un mensaje interrumpió a las cajas en medio de su discusión. Wade cogió el móvil antes de que la pantalla se hubiese puesto negra, la sonrisa de nuevo en su rostro.

De: Spidey <3

Para: Dead Su Sensualidad Pool

6 de noviembre, 2018 – 1:57 p.m

No me esperes hoy por la noche.

Veremos lo de Francis otro día, hoy estoy ocupado.

Lo siento.

P.-

P.D: No hagas gilipolleces mientras no estoy.

{Alguien estará ocupado follando ésta noche…}

<Y, por primera vez en una semana, no somos nosotros… Por favor, date un tiro Wilson.>

Wade frunció el ceño.

-Aquí algo no está bien, Spidey nunca nos había cancelado… ¿Crees que el Capi y Stark lo hayan castigado? –preguntó a las cajas, con la preocupación oprimiéndole el pecho.

{No seas burro. Aquí los únicos que castigan a Spidey somos nosotros.}

<Además, con lo sumisa que es la arañita dudo que les dé problemas al Capi y a Starky.>

El mercenario todavía no se convencía. Algo en el texto del menor le olía muy mal, pero realmente no quería invadir su privacidad y empezar a seguirlo y acosarlo. Al menos no todavía. “Mierda, ¿debería…?” pensó, mirando la sudadera sobre una silla a un lado. Se levantó para tomarla y salir en busca del castaño, cuando otro de los móviles sonó. Su móvil privado. Wade suspiró y poniendo los ojos en blanco se decidió a contestar.

Wade ni siquiera se molestó en ver quién era: Lo sabía de antemano, sólo había una persona aparte de Al que tenía su número de móvil.

-Si no es alcohol o putas, mejor no me jodas Weasel… -gruñó el mayor, sentándose de nuevo en el borde de la cama.

-¿Y para qué otra cosa iba a llamarte, idiota? Ven al bar ésta noche… hay gente preguntando por ti. Sin mencionar que necesito que me hagas dinero, Wilson. –le dijo la voz rasposa de su mejor amigo al otro lado.

Wade dudó, volviendo a ver la sudadera.

{Peter no nos necesita, Wade. Tiene a una novia para eso.}

<Al tiene razón, Wilson… alguien como Peter jamás se fijaría en alguien como nosotros. Mejor déjate de mierdas y vámonos de putas.>

El mercenario desvió la vista al pequeño espejo, al fondo en su baño. Estaba roto, pero aún conservaba un pequeño trozo para verse de vez en cuando… para recordar cómo lucía y porque alguien guapo y gentil como Peter jamás se fijaría en un moustro deforme como él. “Tienen razón. Peter es bonito, gentil… bueno. Y yo… bueno, soy yo” pensó el mayor, apretando los labios con desprecio y asco hacia sí mismo, queriendo darse de patadas por siquiera haber considerado el que alguien como Peter pudiese siquiera acercarse a alguien podrido y horroroso como él.

{Admítelo, Wadey… Peter está fuera de nuestro alcance. A nosotros sólo nos corresponden putas hasta el culo de drogadas.}

<No seas imbécil, Wilson. Él nada más te ayuda porque quiere que te largues de su ciudad cuánto antes… no te confundas.>

Wade sintió que el pecho se le oprimía… se sentía tonto, más de lo usual al haber creído que siquiera tenía un chance con el arácnido. Sacudió la cabeza, lleno de una nueva resolución.

-¿Ésta noche, dices? Vale… cuenta conmigo, Weasel. –dijo el mercenario, seguro de sus palabras.

Peter no lo necesitaba.

Los niños bonitos no se juntan con moustros malos.

POV’s Peter:

El castaño cerró los ojos con fuerza, las lágrimas rodando por sus mejillas debido a la fuerza usada por su estómago para vaciar sus contenidos. Se sostuvo de la pared sucia y rugosa sobre su cabeza mientras las arcadas sacudían su cuerpo violentamente y terminaba de vomitar ahí, en un callejón sucio y a un lado de la calle. Por el rabillo del ojo alcanzó a ver como algunas personas le miraban asqueados, pero le importaba una mierda: Ésas personas no podían siquiera imaginarse lo que ocurría en la vida del castaño.

-Mi…erda… -masculló con dificultad el adolescente, dejándose caer en el suelo mugriento y estropeándose los vaqueros.

Daba igual.

En éstos momentos, todo le daba igual.

Se cubrió la boca con la manga de su sudadera, intentando ahogar los sollozos que trepaban por su garganta. “Lo siento, Gwen… perdóname. Perdóname, perdóname, perdóname…” se repetía internamente una y otra vez, los sollozos apelmazados contra su mano, pero aún audibles… como una cría de gato recién nacida llorando por su madre. Peter se quedó ahí tendido en ése callejón por bastante rato, nada más llorando y disculpándose con la fallecida rubia una y otra vez. Como si eso fuese a traer a Gwen de vuelta.

Como si ella fuese a perdonarle el hecho de ser un cobarde.

Peter se secó las lágrimas, inspirando hondo para calmarse, aunque era un caso perdido: Sus ojos rojizos e hinchados junto con su cabello revuelto le delataban. El menor suspiró, reclinándose contra la pared y alzando la vista al cielo grisáceo… probablemente llovería. Cerró los ojos y recordó lo ocurrido: Su abrupta salida de la clase del Señor Webber, Andrew gritándole mientras salía corriendo del instituto a toda hostia, las personas que le habían insultado cuando había pasado arroyándoles de camino al cementerio, el viento gélido cortándole las mejillas y el haberse detenido frente al enrejado del Cedar Grove Cemetery con sus pulmones a punto de estallar. Y haberse quedado ahí parado, nada más observando, petrificado al contemplar la inmensidad de tumbas a su alrededor.

Como todo un cobarde.

-Perdóname… ¡Perdóname, perdóname! –chilló el adolescente, estampando los puños en el asfalto hasta desangrárselos.

Peter no sabía por qué, no comprendía la razón por la que le era imposible visitar la tumba de Gwen. No había asistido a su funeral por respeto al Capitán Stacy pero… el padre de Gwen no iba a estar ahí ésta vez para matarle si se asomaba, ¿cuál era su excusa ahora? “Ninguna, más que soy un maldito cobarde” pensó el castaño, volviendo a suspirar y sintiéndose asqueado de sí mismo: La única vez que había encontrado los cojones para visitar a Gwen fue cuando Deadpool había abusado de él y la ira le corría por las venas… pero ahora aquella ira se había esfumado, no quedaba nada impulsándole para visitar a la rubia. Patético, sin mencionar asqueroso. El menor echó la cabeza hacia atrás nuevamente, quedándose ahí unos segundos hasta que una gota fría impactó contra su frente y descendió por su mejilla.

Había empezado a llover.

Con dificultad, Peter se puso de pie, alzando la capucha de su sudadera por sobre su cabeza y empezando a caminar. No llevaba rumbo, no tenía pensado volver al instituto y mucho menor irse a la torre Stark con las pintas que se cargaba… sus padres se preocuparían al verle en ése estado, sin mencionar que a lo mejor la escuela ya les había contactado para informarles lo ocurrido durante la hora de biología. El menor suspiró, hundiendo las manos en los bolsillos de su sudadera y dejándose empapar por el torrente que cayó sobre Nueva York en ése momento. Eso, claro, hasta que su móvil vibró en el bolsillo trasero de sus vaqueros alertándole que tenía un mensaje nuevo.

Peter se detuvo, mirando la pantalla empapada por la lluvia.

Era Deadpool.

En ése momento sintió un extraño alivio inundándole el pecho, el pensar en el mercenario le traía un poco de paz a su alma… paz que se esfumó de golpe cuando empezó a teclear un nuevo mensaje, cancelando el encontrarse ésta noche. “No seas idiota, Peter” le reprendió su consciencia, recordándole que la relación suya con el mayor era estrictamente con el fin de cazar a Francis. Nada más, no había lazos de amistad entre él y el hombre de traje rojo. Aquello trajo lágrimas a los ojos del castaño nuevamente. Lágrimas que el castaño desdeñó con una carcajada amarga y un movimiento de cabeza… ¿Qué demonios ocurría con él aquel día? Primero lloraba por Gwen y ahora porque Deadpool no era su amigo y no iba a consolarle en el peor día de su vida… simplemente patético.

Más no sabía el castaño que al otro lado de la ciudad, el mismo hombre por el que suspiraba se hallaba también anhelándole en silencio.

Dos corazones, unidos por la tragedia.

[…]

El castaño alzó su móvil por enésima vez, la culpa oprimiéndole el pecho con fuerza.

Eran las 00:36 pm.

Tenía 22 llamadas perdidas y 47 mensajes de texto.

11 de ésas llamadas eran de sus padres.

El resto de sus amigos, dos de Natasha y tres de la tía May.

Nada más de Deadpool.

El castaño suspiró y decidió apagar el móvil definitivamente. Sabía que aquello estaba mal, estaba haciendo que todo el mundo se preocupara por él, pero la verdad es que en éstos momentos no sentía ganas de lidiar con nadie… quería estar solo, pese a estar empapado, con el estómago hecho un nudo y posiblemente con un resfriado encima. Daba igual, necesitaba alejarse de todo y de todos, escapar de su realidad al menos por una noche. Subió el volumen de sus cascos a tope, ahogando el sonido de las olas y la ciudad a lo lejos.

Pero Deadpool seguía invadiendo sus pensamientos una y otra vez, sin importar que tanto aumentara el volumen de la música. El adolescente suspiró con fastidio, echándose los cascos al cuello y poniéndose de pie. A lo mejor si iba a caminarse sin rumbo nuevamente, el mercenario dejase de invadir su mente con sus comentarios fuera de lugar y su fría indiferencia para con el castaño. Peter revisó las noticias de último momento antes de marcharse, pero todo seguía igual… al menos podía tener la certeza de que el mercenario había cumplido su parte del trato de no salir por su cuenta. Eso debería alegrarle, ¿no?

El menor bufó.

“Sí, claro… me meo de felicidad” pensó con acritud, subiéndose la capucha sobre la cabeza nuevamente y partiendo sin rumbo…

[…]

“Vale, y… me he perdido. Estoy seguro de nunca haber estado aquí” pensó el adolescente, mirando a su alrededor y encogiéndose de hombros con algo de miedo:  Aquella parte de la ciudad no se veía muy segura y en ése momento quiso darse de patadas por haber salido corriendo del instituto; con las prisas se había olvidado su traje en el casillero de gimnasia y no tenía forma de preguntarle a Karen dónde se encontraba o de defenderse apropiadamente en caso de que algún maleante decidiera atacarle. Suspiró… sólo tenía 11% de batería, y si usaba su GPS estaba seguro de que iba a acabársele y sepa Dios de qué era capaz Steve si se daba cuenta de que el móvil de su hijo estaba desactivado. “Me rindo. Quizá debería llamarle a Tony, decirle que venga a buscarme… ya he estado suficiente tiempo fuera. Va a comerme vivo, pero…”

- ¡Eso te enseñará, maricón de mierda! –un rugido atrajo la atención del menor, que se quedó congelado justo donde estaba.

- ¡Me das asco, pedazo de basura!

- ¡Maricón! ¡Asqueroso!

Maricón.

Peter detestaba ésa jodida palabra con todas sus fuerzas… aún recordaba como en tercer año, un gilipollas se la había gritado porque sus padres eran dos hombres y estaban casados. Basta decir que ése día, Peter fue suspendido pero el mocoso acabó en el hospital con la mandíbula desencajada. El castaño sacudió la cabeza, despabilándose del recuerdo y se volvió a ver sobre el hombro… aquellos golpes y gruñidos provenían de un callejón a un costado. No sólo se escuchaban golpes, sino también suaves quejidos, probablemente provenientes de la persona a la que aquellos desgraciados estaban propinándole una golpiza a causa de su preferencia sexual.

Antes de darse cuenta, Peter ya estaba corriendo en dirección al callejón sin importarle el que no llevaba su traje consigo. “Me importa una mierda, nadie tiene derecho a golpear a una persona sólo porque le gustan los hombres” pensó, apretando los puños con furia y preparándose para cualquier cosa: En aquel lugar desierto, a ésas horas lo más seguro es que fueran asaltantes o pandilleros y éstos últimos siempre solían llevar navajas consigo o incluso armas de fuego. No importaba, una persona estaba en peligro y eso era suficiente para que el castaño interfiriese.

- ¡Eh, ustedes! ¡Déjenle en paz, cobardes! –gritó el menor, atrayendo de inmediato la atención de aquellos tres hombretones.

- ¿Acaso no te han enseñado tus padres a no meter las narices donde no te llaman, mocoso? –le espetó uno de los hombres. Moreno, seguramente de ascendencia Hispana.

Peter deslizó los ojos al cuerpo malherido que yacía a los pies de los hombres y sintió la rabia bullir en su interior: Al igual que Steve, Peter detestaba a los bullies que se metían con otros por cosas tan ridículas como una preferencia sexual. El menor separó las piernas, preparándose para la pelea inminente que se acercaba.

-No, pero me enseñaron a no tolerar a abusadores como ustedes… ¡Toma! –gritó, cogiendo una de las tapas de un bote de basura a un lado y arrojándosela al tipo directo a la cara.

- ¡Hijo de puta! ¡Ya verás! –rugió el tipo, cubriéndose la boca ensangrentada.

Lo siguiente que ocurrió, fue que los tres hombres se abalanzaron contra Peter que les esquivó con facilidad. Pudiese ser que él fuese pequeño en comparación a aquellos tres hombres, pero él tenía sus poderes arácnidos sin contar que era muy habilidoso incluso si no tenía su traje puesto. “Gracias, tía Natasha y tío Clint” pensó con una sonrisa el menor, esquivando con facilidad los golpes y navajazos de aquellos tipos gracias al entrenamiento que le habían dado los dos vengadores. Haciendo uso de su flexibilidad, Peter le dejó ir una patada a uno de los tipos que acabó desencajándole la mandíbula. A otro, le arrancó la navaja torciéndole el brazo tras la espalda antes de arrojarle con fuerza contra los botes de basura. Y al último, al Latino, le dio un puñetazo tan fuerte en el estómago que el pobre tipo tuvo casi que arrastrarse antes de salir corriendo.

-Sí, corran… ¿Quién es el maricón ahora? Cobardes… –pensó el menor, echando los ojos en blanco mientras los maleantes se perdían calle abajo. Se volvió a ver al sujeto que aún seguía en el suelo, a lo mejor y necesitaba ir a un hospital. –Oye, ¿te encuentras bien? –preguntó el menor, acuclillándose a su lado y ayudándole lentamente a incorporarse. –No te preocupes, ya se fueron y yo no… -Peter se quedó atónito en cuanto uno de los faroles alumbró el rostro de aquel tipo. –Un segundo… ¡¿Flash?!

Peter sintió como si le hubiesen echado un balde de agua fría encima. Sí, vale, nadie merecía que le dieran una paliza… menos Flash. Flash era un hijo de puta, un abusivo, un gilipollas de primera. “Debí dejar que le dieran una buena paliza por cabrón” pensó el castaño, pero al ver más de cerca el rostro de Flash se sintió culpable al instante: Tenía el rostro amoratado, lleno de sangre y magullones por todos lados. El menor suspiró. “Me voy a odiar por esto mañana en la mañana, pero el bastardo necesita ayuda…” pensó, empujando su desagrado hacia Flash a un lado al ver que en verdad necesitaba ayuda.

-¿Necesitas ir al hospital, Flash? No tengo coche, pero… ¡Eh! ¡¿Qué carajos te pasa, idiota?! –chilló Peter cuando Flash lo empotró contra la pared. - ¡Suéltame, estúpido! ¡¿Qué no ves que nada más intento ayudarte, imbécil?!

- ¡Cierra la boca! –le rugió el otro a la cara y pese a estar malherido, tenía a Peter por el cuello de la camisa. –Escúchame bien, Parker, cómo le digas a alguien en la escuela acerca de esto… ¡Eh!

-Déjate de gilipolleces, Flash… yo no soy como tú, ¿por qué iba a decirle a alguien? Además… -continuó el menor, acomodándose sus ropas. –Mi verdadero nombre es Peter Stark-Rogers para tu información, quedaría un poquito raro que me burlase de ti por eso, ¿no crees? –le dijo, rodando los ojos y enfatizando el <<eso.>>

Flash nada más parpadeó, todavía confuso ante la confesión del adolescente. Peter nada más se cruzó de brazos, viéndole fijamente y fue entonces que el moreno al fin cayó en cuenta: Peter era en verdad el hijo del Capi América y Iron Man, Flash siempre había sido fan de ambos vengadores y había leído alguna vez que ambos habían adoptado a un crío juntos, pero jamás se imaginó que fuese a ser el castaño que tenía delante.

-Cómo sea, veo que te encuentras bien, así que yo me largo de aquí. Y te agradecería que no le dijeses a nadie en la escuela. –masculló el menor sobre el hombro, alejándose del moreno.

Luego de procesar lo ocurrido durante unos segundos, Flash sacudió la cabeza y corrió tras el castaño… no podía dejarlo irse, así como así. No ahora que conocía quiénes eran los famosos padres de Peter.

- ¡Eh, espera! ¡Espera, Parker… digo, Peter! –el moreno apoyó la mano en el hombro del menor, que de inmediato se apartó con disgusto. –Vale, tienes razón… fui un idiota. Lo siento.

Peter rodó los ojos. Había pasado por lo mismo muchas veces para no darse cuenta de que la única razón por la que Flash estaba siendo amable con él era porque le había dicho quiénes eran sus verdaderos padres. Siempre ocurría lo mismo.

- ¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿El que sea hijo del Capi América y Iron Man o el que pueda acusarte con ellos? –el castaño negó con la cabeza, empezando a alejarse nuevamente. –Vete a casa, Flash. Y hagamos como si nada de esto pasó, ¿quieres?

-Parker, ¿de qué estás hablando? –dijo el moreno, cortándole el paso al adolescente. –Me importa una mierda el hijo de quién seas… salvaste mi vida y te debo una, no seas tan drama queen. –ésta vez fue el moreno el que puso los ojos en blanco.

“Vaya… ésa no me la esperaba…” pensó Peter, viendo a Flash de arriba hacia abajo: A lo mejor y el tipo no era tan mala gente, sólo era el típico abusivo que pegaba y se metía con los demás porque estaba inseguro en sí mismo. Bueno, eso y que obviamente Flash gustaba en secreto de Peter, pero el castaño era demasiado distraído como para notar ése detalle. El moreno le pasó un brazo por los hombros a Peter, como si fuesen viejos colegas. El menor alzó las cejas, mirándole confuso.

-Ya, no pongas ésa cara, Parker… -río el moreno, deleitándose con la proximidad de Peter. –Mira, ¿qué dices si te invito a unos tragos? Conozco un lugar por aquí cerca y abre hasta muy tarde… ¿Qué dices? ¿Vienes? O a lo mejor mami y papi se van a enojar si no vas a casa… -concluyó el moreno, mirándole de forma burlona.

Peter le frunció el ceño, molesto ante su comentario. Pudo haberle dicho que él no bebía, pudo haberle dicho que era menor de edad y que no debería andar en bares, pudo haberle dicho que él jamás había ido a un bar o de fiesta nunca en su vida, pero por alguna razón, nada de eso cruzó la mente del castaño en ése momento. Todo lo que quería, era dejar de pensar en cabellos rubios y trajes de spándex rojos y, por su experiencia propia con Tony, sabía que beber era una buena opción para eso. Así que, encogiéndose de hombros, nada más dijo:

-Vale, ¿por qué no?

¿Qué podría ir mal? Sólo eran un par de copas.

Lástima que aquello no estaba en los planes del moreno.

[…]

- ¡Flash! ¡¿Qué no dijiste que esto era un bar?! –gritó Peter, cubriéndose los oídos para evitar que éstos estallasen ante el enorme ruido en aquel lugar.

-Esto es un bar, Parker. Venga, no seas aguafiestas y vamos a la barra… -le gritó el moreno devuelta, cogiéndole de la mano y arrastrándolo en medio de todo el gentío.

Peter se encogió de hombros, sintiéndose completamente fuera de lugar en medio de aquel mar de cuerpos agitándose al ritmo de la música. “Joder, si esto es un bar sepa Dios lo qué es un nightclub” pensó el castaño, sonrojándose ante los cientos de hombres que se volvían a verlo y le daban guiños o sonrisas coquetas… Peter jamás se había considerado a sí mismo atractivo, por lo que tener tanta atención sobre su persona le hacía sentir incómodo y apenado. Observó a su alrededor con detenimiento, dándose cuenta que había ido a parar a un bar LGBT porque había cientos de personas del mismo sexo besándose… o más que besándose a su alrededor. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

- ¿Qué bebes, Parker? –le preguntó Flash, cuando finalmente llegaron a la barra a un costado de la pista de baile.

Peter nada más le miró, no muy seguro de qué contestarle… él jamás bebía, por lo que no sabía el nombre de ningún trago o marca de alcohol en específico. Flash soltó una carcajada cuando el castaño desvío la vista sonrojado.

- ¡No me jodas! ¿En serio nunca has bebido? Pobre alma en desgracia, déjame convidarte… -le dijo el moreno, todavía riendo y volviéndose hacia el bartender.

Peter se rascó el brazo, visiblemente incómodo y preguntándose qué rayos hacía en un bar a las tres de la madrugada si era más que obvio que él no encajaba ahí con los demás muchachos normales. “Así que esto es lo que hace Harry…” pensó el castaño, recordando las veces que su amigo llegaba al instituto con tremenda resaca de la noche anterior. Cuando Peter le regañaba, él nada más le guiñaba el ojo y le decía que era cosa de adolescentes. Y quizá tuviese razón, pero Peter estaba convencido de que su vida era de todo menos normal.

-Vale, ten… es un daiquiri de frambuesa. Me imaginé que te gustarían más los tragos dulces. –le dijo Flash, tendiéndole un vaso con un líquido colorido dentro.

El castaño clavó la vista en su trago, revolviéndole un poco antes de llevarse la pajita a la boca y darle un pequeño sorbo. Su rostro se arrugó por unos segundos, causándole otro ataque de risas al moreno.

- ¡Joder! ¡Qué nenaza eres, Parker! –le dijo el moreno, bebiendo lo que a Peter le pareció cerveza.

“Vale, no sabe tan mal. Al menos la segunda vez” pensó el menor, bebiendo otro pequeño trago del vaso, ésta vez más preparado ante el pequeño ardor que el vodka amargo le provocó en la garganta. Desvío la vista a la segunda planta, en donde se veían más personas jugando lo que parecía ser pool. El adolescente rodó los ojos. “Aquí no, Deadpool. Déjame en paz” pensó, queriendo olvidarse del mercenario que seguía regresando una y otra vez a sus pensamientos.

-¿Cómo hiciste para que nos dejaran entrar? Bueno, al menos a mí… -se corrigió el menor, recordando que el moreno tenía veinte años y no diecisiete como él.

-Conozco al dueño y eso es todo lo que diré respecto a eso. –le cortó el moreno y a Peter no le tomó demasiado darse cuenta de que Flash se refería a que conocía al dueño íntimamente.

“Vale, mejor cierro la boca” pensó el castaño, bebiendo otro buen trago de su bebida que poco a poco empezaba a gustarle. El castaño alzó la mirada nuevamente hacia la segunda planta, extrañamente desde hacía rato no dejaba de sentir una mirada clavada en él, pero era difícil decir quién era exactamente quién le miraba: Había al menos unos veinte tipos rodeando al menor que le miraban como si fuese un bistec en medio de una manada de hienas. Peter volvió a sonrojarse y desvío la mirada a sus converse desgastados, tratando de ignorar toda la atención que estaba recibiendo por parte del sector masculino del bar.

-Oye Parker, ¿bailas? –le preguntó Flash, haciéndole alzar sus ojos castaños de inmediato.

De inmediato negó con la cabeza.

-No… no, realmente. No soy muy coordinado con mis pies. –confesó, volviendo a desviar la vista apenado.

El moreno le clavó la mirada por largo rato, deleitándose con la forma en que un sonrojo se extendía por todo el cuello y las mejillas del menor debido al alcohol. “Está delicioso…” pensó Flash, mordiéndose lascivamente el labio y cada vez más impaciente porque el regalo especial que había puesto en la bebida de Peter surtiera efecto. Sacudió la cabeza y le arrancó el vaso vacío de las manos a un confuso castaño que no entendía qué pretendía el moreno. Antes de darse cuenta, Flash estaba arrastrándole a la pista de baile y pegándolo peligrosamente a su cuerpo musculoso y sudoroso.

-Flash, ¿qué haces? Te dije que no puedo bailar… -le gritó el menor, cuando el moreno le cogió por la cintura y lo pegó a su pelvis. –Flash, ¿qué…? –el castaño no pudo concluir la frase, porque justo en ése instante los labios del moreno colisionaron contra los suyos.

“¡Pero qué…! Joder, esto se siente… raro” pensó el menor, cerrando los ojos por instinto y dejándose llevar por los labios del moreno, que sabían a cerveza y se movían de forma experta sobre los suyos. Peter gimió un poco, empezaba a sentirse… sofocado. Como si las ropas se hubiesen encogido de talla y empezaran a apretarle, causándole un calor bochornoso en todo el cuerpo. Sin saber bien cómo, a los pocos minutos estaba rodeando el cuello de Flash con sus brazos y atrayéndolo más hacía sí, buscando más contacto con los labios del moreno que ahora se movían de forma más violenta al igual que su lengua que demandaba la cavidad oral del castaño de forma experta.

-Déjate llevar, Parker… ésta noche sólo somos tú y yo… -le susurró Flash al oído, posándose detrás de él, con sus manos en las caderas de un confuso Peter.

“Todo esto se siente… tan extraño. Me duele la cabeza” pensó el menor, agitándose a duras penas al ritmo del moreno y la música reventando los parlantes. Flash le besaba el cuello, mordisqueaba su oreja y paseaba sus manos por el cuerpo de Peter pese a que éste no estaba muy seguro de que aquel contacto le agradaba del todo. El castaño cerró los ojos, dejando caer la cabeza lánguida sobre el hombro del moreno que siguió besuqueándole el cuello sin vergüenza alguna. “Esto está mal… me siento muy mareado” pensaba el castaño para sí mismo, pero a la misma vez su cuerpo parecía actuar por sí solo: Sus brazos se posaron sobre los del moreno, pegándose a la pelvis de éste cuyo miembro despierto se rozaba con el trasero de Peter.

-Flash… ¿qué… qué le pusiste a mi bebida? Me drogaste… -masculló el menor a duras penas, arrastrando las palabras de forma casi inteligible.

El moreno río contra la oreja de Peter.

-Quizá, pero… quería tenerte para mí solito. Me gustas, Parker. Me gustas mucho y no pienso desperdiciar mi oportunidad. –el moreno volteó al menor, volviendo a estrellar sus labios contra los del castaño.

Me gustas mucho.

Aquello era lo mismo que Deadpool le había dicho aquella noche, cuando se habían conocido por primera vez. “Deadpool…” pensó el menor y en su nublada mente, rodeó a Flash con fuerza, besándole de manera salvaje y desesperada porque en su estado no podía negar una cosa.

A él, Peter Stark-Rogers, le gustaba Deadpool.

No tenía caso negárselo… de alguna extraña forma, el mercenario bocazas había conseguido invadir todos y cada uno de los pensamientos del adolescente y era simple y sencillamente porque a Peter le gustaba. Le gustaba la forma en que decía malas palabras cada dos segundos, la forma en que el traje se le pegaba al cuerpo musculoso, su voz ronca y profunda, la forma en que se reía a carcajadas o le tocaba los cojones con sus comentarios fuera de lugar. ¡Joder! Qué incluso le gustaba el hecho de que el mercenario estaba loco… así de trastocado lo tenía con su presencia irreverente e inoportuna en la vida de Peter.

-Deadpool… -susurró el menor contra los labios del moreno, su pecho elevándose a un ritmo frenético y una creciente erección creciendo entre sus piernas.

Flash sonrío con malicia.

-Ven, Pete… vamos a pasárnosla de puta madre en nuestra propia fiesta privada. –el moreno ensanchó su sonrisa, arrastrando a un semi inconsciente castaño rumbo a los baños.

Todo bajo la atenta mirada de un par de ojos azules.

POV’s Wade:

Las manos del mercenario se paseaban de forma descarada por la delicada figura del que aquella noche sería su amante: Un chico coreano, de no más de diecinueve años y cuyo nombre ni siquiera recordaba luego de haber empezado a meterse mano. Wade no discriminaba a la hora de acostarse con alguien, pero ésa noche en particular había escogido a aquel chico por una simple pero muy cierta razón…

Le recordaba a Peter.

Obviamente el chico no se comparaba al castaño en los ojos de Wade, pero servía para el propósito de aquella noche con sus rasgos aniñados y su cuerpo delgado y suave. El mayor gruñó, irritado ante sus propios pensamientos porque llevaba todo el día querido olvidarse del menor y aquí estaba: Besuqueándose con un desconocido nada más porque físicamente le recordaba a ése jodida castaño caprichoso que con tanto esmero quería olvidar. “Maldita sea…”

{Admítelo, Wadey: Un culo como el de Spidey no se ve todos los días.}

<Sí al menos éste tío oliera a Petey… su olor a cereza me está volcando el estómago…>

Wade volvió a gruñir, apretando con más fuerza el trasero de aquel chico y queriendo estrangular a las voces por recordarle el hecho… Peter siempre olía a vainilla, un olor suave e inocente que iba perfectamente con su personalidad amable. El chico entre sus brazos por el contrario olía a cerezas, demasiado empalagoso para gusto del mayor. “¡Sal de mi cabeza, jodido mocoso!” pensó el mayor con irritación… era como si entre más se esforzase por olvidarse del menor, más se atravesase en sus pensamientos. Y las cajas no hacían la situación mucho mejor.

{Joder… ¿Creen qué se esté follando a ésa tal Gwen? ¡Ése culito es nuestro! ¡Tenemos más derecho que ésa rubia pelo teñido!}

< ¿Se imaginan a NUESTRO Spidey, desnudo, dándole duro a ésa…? ¡Puaj! ¡Wilson, ése trasero es nuestro!>

“¡Cállense!” pensó el mercenario con ira, mordiendo con fuerza el labio ajeno hasta abrirlo y sacarle sangre… el sólo imaginarse a Peter en brazos de la rubia le ponía de un humor de perros, le enfurecía de una manera infantil y estúpida que no sentía desde que estaba con Vanessa y debía verla con sus “clientes” a diario.

La risa del asiático lo trajo de vuelta a la realidad.

-Tranquilo, guapo… no voy a irme a ninguna parte. –le susurró con voz melosa, limpiándose la pequeña gota de sangre en su labio inferior.

-¿Qué te digo, nene? Me gusta rudo… -se excusó Wade, forzando una sonrisa, pero la verdad es que seguía con aquel sabor amargo en el paladar.

El chico volvió a reír.

-Ni qué lo digas, he oído rumores sobre ti… y esto que tienes aquí. –el joven movió las caderas hacia delante, rozando la semi despierta entrepierna de Wade.

Wade rodó los ojos, siempre era lo mismo con los tipos del bar impresionándose con el tamaño de su miembro.

-Hablas demasiado, me gustaría que usaras tu boca para otra cosa… -masculló el mercenario, atrayendo bruscamente al asiático hacia sus labios.

Ambos hombres volvieron a enfrascarse en su guerra de bocas, Wade dominando al asiático con facilidad y abriéndose paso en la cavidad oral del chico, degustando el sabor amargo a tabaco y alcohol de los tragos que ambos habían compartido antes de empezar a meterse mano. El joven se separó y hundió el rostro en el cuello rugoso del mercenario, besando y succionando con fuerza, haciendo a Wade cerrar los ojos ante el placer húmedo que sus labios depositaban en su garganta. “Joder, al menos sabe lo que hace con ésa boca…” pensó el mercenario, abriendo los ojos y desviando la vista hacia la pista de baile en donde cientos de cuerpos se agitaban al ritmo de Secret Things sonando a toda hostia.

Todo iba bien, hasta que el mayor distinguió una silueta familiar en medio del gentío. Rodó los ojos con fastidio. “Venga, Wade, ya estás alucinando… de puta madre” pensó con acritud, bajando uno de los tirantes de la camiseta sin mangas que el asiático llevaba puesta y mordisqueando el hombro que quedaba al descubierto.

{Whoa, whoa, whoa… alto ahí Wadey, nosotros NO tenemos alucinaciones. Al menos todavía.}

< Apoyo a blanca en ésta, Wilson. Además… ¿Qué tan ciego tienes que estar para no reconocer ése culito? ¡Es obvio que ése es nuestro Spidey boy, baboso!>

Wade abrió los ojos desmesuradamente en ése momento y ahora el joven que había creído era Peter se había volteado, mostrándole sus facciones bellas… y bastante adormiladas, pero bellas, a fin de cuentas. La impresión golpeó con fuerza al mayor.

- ¡¿Baby boy?! –el mayor casi rugió, arrojando al asiático a un lado para ver mejor pero el rostro ya no estaba. - ¿Qué. Putas. Mierdas? –susurró el mayor, restregándose los ojos pero su visión seguía siendo normal.

- ¡Ow! ¡¿Qué carajos, Wade?! – chilló el asiático en el suelo, sobándose el trasero en el que había ido a rebotar luego de que Wade lo empujase a un lado. - ¿Qué mierda pasa contigo? ¿Ya no quieres follarme o qué? –el chico se cruzó de brazos, viendo al mercenario con el ceño fruncido.

Wade sacudió la cabeza, aún en shock y volvió a escanear la pista, pero ahí no había ni rastro de su Petey. “Un segundo, ¿MI Petey? Pfff, ¿desde cuándo? Como si ése culazo fuese a abrirse de piernas para mí…” pensó, soltando un resoplido.

{Hazme caso, Wilson… ése era NUESTRO Petey porque tampoco es sólo tuyo. Cabrón egoísta.}

<Extrañamente sigo apoyando a blanca, Wade… ése era NUESTRO culo. Yo sé lo que te digo.>

Un par de dedos chasquearon frente a su rostro, atrayendo nuevamente su atención.

- ¿Hello? ¿Baekhyun llamando a Wade? ¿Hay alguien ahí? ¡Quiero qué me folles duro, tonto! –chilló el muchacho, señalando el bulto en sus pantalones.

Wade parpadeó, sintiéndose completamente fuera de lugar junto a aquel crío. Apretó los labios con fuerza, una repentina incomodidad asentándose en su estómago justo en ése instante que contemplaba al asiático junto a él.

-Lo siento, chico… ya no tengo ganas. –susurró, pero el joven le había escuchado perfectamente y su mandíbula casi toca el suelo de la impresión que las palabras de Wade le habían causado.

{Es coña, ¿verdad, Wade?}

<Wilson… empiezas a preocuparme, cabrón… ¡¿Desde cuándo dejas pasar un culo?!>

“Vale, ni que fuera para tanto…” pensó el mercenario, rodando los ojos y empezando a alejarse, pero un tirón en el brazo le impidió seguir su camino. Se volvió, frunciendo el ceño con irritación.

-Espera, espera, espera… ¿De verdad estás diciéndome que EL Wade Wilson no quiere follar? Estás jodiendo, ¿verdad? –la sorpresa del chico rápidamente fue reemplazada por irritación. - ¡No puedes dejarme así, hijo de puta! –chilló, intentando abofetear a Wade pero éste detuvo su mano en seco.

- ¿Quieres dejar de ser un jodido drama queen? Chillándome así no vas a conseguir nada de mí, corazón… -el mercenario rodó los ojos, su paciencia acortándose con cada segundo. El asiático se zafó de forma brusca, mirando a Wade con desprecio. –Ya, relaja las pelotas… dame un segundo.

Wade se abrió pasó entre el gentío hasta distinguir una melena rubia y desgreñada y sin previo aviso, cogió a Weasel de su sudadera y empezó a arrastrarlo en dirección al asiático.

- ¡Eh, suelta! ¡¿Qué carajos te pasa, Wilson?! –se quejó el rubio, pero Wade hizo caso omiso a sus quejidos.

El mercenario dejó al rubio y al asiático frente a frente.

-Weasel, éste Baekhyun. Es coreano y es mayor de edad. Baekhyun, éste es Weasel y le gusta follarse niños bonitos como tú. Ahora… follen entre ustedes, bésense, pásense sus perfiles de Facebook… me importa una mierda. Ya me lo agradecerán luego. Me largo de aquí…

Y con eso, el mayor se alejó de ambos hombres solos y empezó a abrirse paso nuevamente entre la gente en dirección al baño de hombres… necesitaba echarse un poco de agua en la cara, en verdad que sí. Wade se movió con confianza entre la multitud, algo que normalmente no haría de estar a plena luz del día: En medio de la oscuridad, nadie podía ver sus cicatrices por lo que no había nadie mirándole con asco o miedo. El mercenario volvió a apretar los labios, estudiando su alrededor en busca del familiar rostro del castaño, pero no había más que varias lesbianas casi follando en la pista de baile y varios tipos intentando tocarle el trasero.

-Esto es culpa suya… ustedes y sus alucinaciones de mierda. –masculló el mayor, suspirando de alivio cuando vio los baños asomándose al fondo.

{¡Qué no fue una alucinación so burro!}

<Yo qué tú mejor estuviera buscando quién rayos estaba manoseando NUESTRO Spidey Boy, Wilson… con lo bonito qué es cualquier pervertido podría írsele encima…>

Wade soltó una mueca de asco… el sólo imaginarse a Peter en brazos de cualquier otra persona en una situación sexual bastaba para revolverle el estómago.  El mercenario suspiró, intentando despabilarse y cerciorándose de que nadie fuese a entrar subió las mangas de su sudadera dejando sus brazos cicatrizados expuestos. Metió las manos bajo el chorro de agua fresca, siendo cuidadoso de no alzar la vista para no toparse con su reflejo en el espejo… no quería tener otro ataque de psicosis en medio de un baño público.

-… No… espera, Flash… no… -susurraba una voz débilmente desde uno de los cubículos.

Wade se quedó de piedra y de inmediato cubrió sus brazos. No era extraño que hubiese parejas follando en los baños de aquel bar, pero el mercenario prefería no estar cerca de otro ser vivo fuera de la oscuridad que brindaba el bar. Cogió un montón de toallas de papel y empezó a secarse rápidamente, queriendo marcharse cuanto antes pero un estruendo atrajo su atención.

- ¡Dije que me la chupes, Parker! ¡Joder, eres un maldito inútil! –aquel bramido fue seguido de un montón de quejidos y sonidos sordos que claramente eran golpes.

“Joder, que a mí me gusta duro, pero si no supiera diría que se está violando al pobre chico…” pensó Wade, frunciendo el ceño porque desde lo que había ocurrido con Peter aquella primera noche… no podía siquiera tolerar el pensamiento de alguien más tomando ventaja de otra persona de ésa manera. Sacudió la cabeza, despabilándose: Aquel no era asunto suyo, no tenía por qué meterse.

-Flash, no… suéltame… ¡Ouch! ¡Qué me sueltes! ¡Me lastimas! –se quejó aquella voz…

Aquella voz.

La voz de su Petey.

Wade se quedó petrificado, incapaz incluso de respirar debido al shock… y a la ira que lentamente iba subiéndole hasta nublarle el juicio. Desde dentro de aquel cubículo se oyeron más quejidos, seguidos de golpes hasta que finalmente escuchó como Flash o cómo mierda se llamara empotraba al castaño contra la pared del cubículo.

-Escúchame bien, pedazo de mierda… no me gasté veinte pavos en éxtasis ni me esforcé en drogarte para que me salgas con tus chorradas, ¿entiendes? Así que como no empieces a chupármela ya te juro que…

Flash no pudo terminar su amenaza porque justo en ése momento Peter se tambaleó al mismo tiempo que Wade abría la puerta del cubículo de un tirón… el castaño cayó de espaldas al suelo, quedándose ahí tendido y murmurando cosas sin sentido. Wade sintió que el corazón se le estrujaba al ver a su Baby boy en tal estado… era obvio que el tipo había estado pegándole, tenía la mejilla roja e inflamada y varios magullones en los brazos. Quizá más, pero por el momento era todo lo que el mayor alcanzaba a ver.

- ¡Pete! ¡Peter! –rugió el mayor, arrastrándose en el suelo y cogiendo a un inconsciente Peter entre sus brazos. Wade sintió que la sangre le hervía en las venas. –Cariño… ¿qué mierda fue lo que te hizo ése hijo de puta? –preguntó Wade, más para sí mismo que para el castaño.

{Wade… dime que trajiste la Desert* (N/A: Un tipo de pistola). O al menos un cuchillo porque como no mates a éste cabrón…}

<Mátalo, Wilson. Y dáselo de comer a los perros luego…>

- ¿Dead… Deadpool? ¿Eres tú? –murmuró el castaño, parpadeando, pero su visión era muy borrosa, se desmayaría pronto. El mayor le acarició los cabellos con dulzura y fue entonces que Peter reventó a llorar. - ¡Deadpool! ¡Maldito idiota!

-Sssht. Tranquilo, Petey, ya pasó… tranquilo, cariño. –le susurró el mercenario con dulzura, besándole los cabellos ahora con olor a cigarro y sudor.

-E-Estaba solo y… y luego lo de Gwen… y luego tú… y… ¡Y te extrañé mucho! –chilló, apretándose contra el pecho del mayor y empapándole la sudadera con lágrimas. –Por favor, no me dejes, Dead… no me dejes solo… no me gusta estar solo…

Wade estaba abriendo la boca para consolarle, pero justo en ése momento Peter arqueó el cuerpo violentamente hacia un lado y empezó a vomitar en el suelo del baño. El mayor no se inmutó, ni siquiera cuando el vómito le chispeó las ropas… todo lo que hizo, fue apartarle el pelo a Peter de la cara lo mejor que pudo y frotar su espalda con dulzura una vez que éste hubo acabado de devolver el estómago.

-Ugh… estoy hecho un asco… -farfulló el menor, con restos de vómito rodándole por la barbilla. -L-Lo siento, Dead…

-Ya está, Petey… no te preocupes. Aquí estoy, Baby boy… aquí estoy…-le susurraba el mayor, limpiándole los restos de vómito de la cara con la manga de la sudadera.

-Qué puto asco, yo me largo… -interrumpió una voz, y Wade sintió como si le hubiesen dado una bofetada en plena cara.

{Oh, no… ésta perra no lo hizo…}

< ¿Podemos destriparlo, Wade? ¿Podemos? De veras deberíamos sacarle las tripas a éste hijo de puta a lo Hannibal Lecter.>

Wade nada más suspiró y con cuidado arrastró a Peter lejos del vómito, reclinándolo con cuidado contra una de las puertas de los cubículos. Una vez el castaño consiguió mantenerse ahí, el mercenario se puso de pie lentamente y sin más se sacó la capucha.

-No sé cómo mierdas te llames, pero resulta que al chico que intentabas violar es mi chico… -masculló el mayor, de manera sombría y amenazante. –¿Y quieres saber qué les pasa a los que se atreven a ponerle un dedo encima a mi chico? –preguntó el mayor, acentuando el <<mi>> de nuevo.

{Vale, técnicamente él todavía no sabe que es nuestro chico…}

< ¡PERO! Aunque no lo sepa, ése culo tiene “Deadpool” escrito dentro y fuera, perra…>

Flash tragó en seco, sintiendo como los vellos del cuerpo se le erizaban ante el tono de voz tan sombría y arisco que aquel hombre estaba usando con él en ése momento. Miró hacia la puerta por el rabillo del ojo, quizá si corría… él era capitán del equipo de fútbol americano así que era rápido, tenía la ventaja de su lado.

Lástima que no contaba con que Wade era un mercenario. Un mercenario que aparte de tener basto conocimiento en tácticas militares, armas y combate cuerpo a cuerpo también estaba chalado de remate… el moreno chilló cuando Wade le tiró del pelo con fuerza, estampándolo contra la pared y cortándole la respiración con el antebrazo. El moreno abrió los ojos como platos cuando contempló el rostro de quién bien podría ser Satanás… aquel tipo era horrible. Las enormes cicatrices que surcaban su rostro y lo deformaban sólo aumentaban el horror que el moreno sentía en ésos instantes.

-¿Ves ésta cara, cabrón? Ésta es la cara de alguien que ha ido al infierno y ha bailado con el diablo… -le susurró al moreno, aumentando la presión en torno a su cuello. El rostro de Flash empezaba a enrojecerse. –Podría matarte aquí mismo, partirte el cuello y ya… pero eso es demasiado fácil y la mierda como tú no merece morirse tan fácil. Así que te diré lo que vamos a hacer… vas a salir de aquí, vas a ir directo a tu casa y vas a darte de baja en el instituto y como me enteré de que has llamado a la policía o has siquiera respirado en dirección a Peter… -el mayor presionó más, haciendo que los ojos de Flash se llenasen de sangre. –Te voy a encontrar, te voy a cortar el pito y voy a hacer que te lo comas mientras me cago en tu cuerpo despedazado, ¿te ha quedado claro? –el moreno era incapaz de asentir. Wade hizo más presión, un poco más y acabaría por partirle el cuello. –Dije, ¿te ha quedado claro?

Flash hizo ápice de todas sus fuerzas para asentir y sólo entonces Wade le soltó, dejándole caer al suelo en medio de toses y gemidos ahogados.

-¡Oh! Casi se me olvida… -Wade se volvió y le encajó una patada en las pelotas al moreno, sonriendo al verlo retorcerse de dolor. –Eso quizá te enseñé a no poner drogas en la bebida de la gente, maldito cobarde…

Flash aulló de dolor, sosteniéndose sus partes nobles que estaban por demás rotas… Wade se había asegurado de eso. El mayor se encaminó de nuevo hacia Peter, que seguía farfullando incoherencias en su estado de estupor. El mercenario suspiró, apartándole los cabellos castaños del rostro sudoroso.

-Perdóname, Baby boy… no debía de haberte dejado solo… -le susurró, sintiéndose como una mierda por no haber seguido sus instintos.

-Dead… tengo miedo… -masculló el menor, lanzándose a los brazos de Wade que le acogió contra su pecho. –Tengo miedo, no quiero estar solo…

Wade atrajo al castaño contra su pecho, besándole los cabellos con dulzura. A pesar de estar impregnados de olor a cigarro y sudor, los cabellos de Peter seguían desprendiendo ésa dulce esencia a vainilla que el mercenario había buscado desesperadamente en un cuerpo ajeno ésta noche… no tenía caso: Nadie jamás iba a ser tan dulce e inocente como el muchacho entre sus brazos.

-No estás solo, Pete… aquí estoy. Y prometo no volver a fallarte nunca. –le prometió el mercenario, enredando los dedos en el cabello suave del menor.

El castaño se separó de Wade, sus ojos todavía nublados por el efecto de las drogas todavía en su sistema. Peter parpadeó, intentando ajustarse la vista, pero todo lo que distinguía frente a él era un borrón gris… un borrón gris que estaba seguro era Deadpool, reconocería la voz ronca del mayor en donde fuera y pese a que no estaba parloteando incoherencias como de costumbre, estaba seguro de que aquella mancha borrosa era el mercenario. Peter tomó el rostro de Wade entre sus manos, acariciando la piel rugosa del mercenario.

- ¿Qué estás haciendo…? –susurró el mayor, tensándose ante el contacto… había pasado muchísimo tiempo desde la última vez que alguien le había acariciado el rostro.

El castaño nada más sonrío. Una sonrisa débil pero dulce, una sonrisa adormilada que le indicaba al mayor cuán drogado estaba y lo próximo que se encontraba a desmayarse. Wade se relajó, consciente de que pese a estarle mostrando su rostro, Peter con suerte y recordaría su rostro a la mañana siguiente.

-Dead… -susurró el menor y antes de que Wade pudiese razonar, los suaves labios del castaño se encontraron con los suyos.

{¡Wade, rápido! ¡Clávate un cuchillo en la pierna o vuélate los sesos! Estoy seguro de que estamos soñando porque ni de coña Petey nos besaría con ésta cara de mierda…}

< ¿Volarse los sesos? ¿Para qué? Escúchame bien, Wilson, ésta es tu oportunidad… sugiero que cojas ése culo, lo llevemos a casa y nos lo follemos como si no hubiera un mañana… ¡Es nuestra oportunidad!>

Wade gruñó contra los labios de Peter, silenciando a las cajas y concentrándose en los suaves que se sentían los labios del castaño contra los suyos… Peter sabía amargo, un poco a vodka, pero dulce a la vez como si hubiese estado bebiendo sirope de maple todo el día, eso tomando en cuenta que no hacía mucho había devuelto el estómago en el piso del baño. Wade cogió el rostro de Peter suavemente entre sus manos, profundizando el beso y sintiendo como su cuerpo lentamente le exigía más… necesitaba más de los labios del castaño que eran los más dulces que había probado en toda su vida.

-Deadpool… me gustas… -susurró Peter, jadeando ante la falta de aire. Wade clavó sus ojos en los del castaño, sin poder creerse lo que acababa de escuchar.

{Por el coño de Al… ¿Ése trozo de hombre acaba de decir que le gustamos?}

<Le gusta Deadpool, no nosotros, idiota. De saber cómo lucimos debajo de la máscara saldría de aquí cagando hostias…>

Wade frunció el ceño, al caer en cuenta: Peter nada más le había besado porque estaba demasiado drogado como para distinguir como lucía realmente… justo como todas las demás personas con las que se acostaba, que siempre estaban demasiado drogadas o borrachas como para fijarse en la apariencia del mayor. Aquello le causó una leve opresión en el pecho al mercenario.

-Baby boy, estás muy… -empezó Wade, negando con la cabeza.

-Dead, creo que voy a…

Peter no pudo terminar de advertir al mayor porque justo en ése momento otro puñado de vómito salió disparado de su boca y fue a parar… bueno, justo en las partes nobles de Wade. Sin embargo, el mayor no se inmutó lo más mínimo, al contrario: Volvió a tratar a Peter con dulzura, apartándole el cabello y dejándole vomitar sobre él en silencio. “Entre más rápido salga ésa porquería que te dio ése desgraciado, mejor” pensó, limpiándole las lágrimas que se le habían escapado al menor.

-Ya, no me mires… soy un asco… -le decía Peter, entre gemidos. Había rompido a llorar otra vez. Sus ojos castaños se posaron en los vaqueros vomitados del mayor. –Mierda, he estropeado tus vaqueros… Dead, lo siento mucho… lo siento muchísimo… y-yo… perdóname… -le decía el castaño entre hipidos.

Wade nada más suspiro, con la plena certeza de que Peter no sólo estaba disculpándose por haberle vomitado encima sino por otra cosa.

-No pasa nada, Petey… tranquilo. –le dijo el mayor, limpiándole el rostro nuevamente hasta que Peter se precipitó hacia sus brazos. - ¡Joder! ¡¿Peter?! ¿Estás bien? –el mayor esperó una respuesta, más no recibió ninguna por parte del castaño. - ¿Baby boy…?

Wade sostuvo al castaño entre sus brazos, contemplando su rostro apacible y sus labios entreabiertos. El mercenario deslizó dos dedos bajo la nariz del joven para comprobar que siguiera respirando y suspiró aliviado en cuento comprobó que el menor respiraba con algo de dificultad, pero nada que le indicase que debía llevarlo a un hospital. Wade se quedó un par de minutos nada más contemplando el rostro aniñado del castaño en silencio, memorizando cada detalle en ése rostro de rasgos suaves e inocentes y sonriendo un poco para sus adentros.

{Vale, se desmayó… ¿Y ahora qué, genio? Ni de coña vamos a ir a dejarlo a su casa, Stark nos vaporizaría las bolas antes de siquiera explicarle lo qué pasó…}

<Y ni hablar de Al, la última vez que llevamos a alguien a casa nos agarró a escobazos… todavía duele…>

Wade se estremeció ante ambas opciones, pero el apartamento de Weasel no era una opción con todas las enfermedades sexuales que debía haber flotando en el aire y menos el suyo… no resistiría ver la expresión de asco y miedo de Peter cuando viese su rostro por la mañana. El mercenario negó con la cabeza, de eso nada. Suspiró frustrado.

-Ay, Baby boy… ¿qué voy a hacer contigo? –susurró el mayor, acariciando el rostro del castaño con cariño.

{¿Follárnoslo…?}

< ¿Darle duro contra el muro…?>

Wade puso los ojos en blanco.

- ¿Es que acaso no piensan en otra cosa que no sea sexo? –preguntó, irritado.

{¿Comerle el culito a Spidey cuenta como “sexo”? porque si es así, entonces sí.}

< ¿De qué te quejas, Wilson? Cuando te jalas el ganso no te molesta nuestra imaginación creativa…>

-Ya, cierren la boca y déjenme pensar… -pidió el mayor, y las cajas se burlaron de él arrancándole otro suspiro de fastidio. -¡Ya sé! Vale, Petey, por favor coopera…

Wade se puso de pie, echándose el brazo lánguido de Peter sobre el hombro y cargando con su peso fácilmente… después de todo, Wade era 95 kilos de puro músculo y los 75 kilos de peso muerto que era el castaño en ése momento eran nada a comparación del mercenario. El menor masculló algo inteligible a lo que Wade no prestó atención y de forma rápida y discreta empezó a moverse entre la multitud nuevamente: Necesitaba que Weasel le prestase su coche, de ninguna manera iba a montar a Peter en su motocicleta y exponerlo así en la noche gélida.

-Joder, Petey… pesas bastante para ser tan delgado… -masculló el mayor, con el sudor escurriéndole por la espalda mientras subía escaleras arriba.

Wade farfulló una maldición por lo bajo, agradecido de que al menos ya no tuviese que seguir subiendo escaleras. Escaneó el lugar con la vista en busca de su pervertido amigo y dio gracias al cielo cuando distinguió su melena desgreñada justo en el mismo lugar donde lo había dejado: Con las manos debajo de la camisa del chico coreano y en lo más lindo de follar. “Desgraciado…” pensó Wade, envidiándole un poco el hecho de que al menos el asiático estuviese consciente. Se dirigió hacia donde estaba el rubio.

-¡Weasel! Saca tu lengua de la garganta de ése crío y mejor ayúdame… -le gritó el mercenario, claramente irritado con la tarea entre manos.

El rubio se volvió a verle, dispuesto a decirle que se fuera a la mierda cuando sus ojos repararon en el crío que Wade llevaba a un costado. Los ojos del rubio se abrieron desmesuradamente.

-¡¿Qué carajos hace un crío aquí, Wilson?! Ése niñato no pasa de los diecisiete años… ¡No debería estar aquí! –masculló el rubio, mirando hacia todos lados para cerciorarse que nadie hubiese visto a Peter. - ¿Cómo mierda entró ése niño aquí?

-Ya me dirás tú cómo, es tu jodido bar y no hace mucho lo encontré hasta el culo de drogado a punto de ser violado en los baños… -le espetó el mayor, todavía iracundo ante el hecho.

-Mierda… -susurró el rubio, consciente de que si alguien se enteraba iba a estar en un buen aprieto. Volvió la vista hacia el mercenario. –Un segundo, ¿por qué estás ayudándolo? ¿Le conoces?

Wade rodó los ojos, fastidiado.

-No, para nada… por eso lo estoy cargando, porque tengo un fetiche con cargar críos drogados encima… ¡Por supuesto que le conozco, imbécil! –el mayor estaba furioso con Weasel, pese a que éste no tenía la culpa de lo ocurrido en el baño.

-Vale, vale… relaja las pelotas. ¿Alguien más lo ha visto? –preguntó el rubio, a lo que Wade sólo negó con la cabeza. –De puta madre, ¿qué necesitas?

-Tú coche, necesito llevarlo a casa… -el mayor desvió la vista hacia Peter, que parecía más un cadáver que un ser humano.

Weasel rebuscó entre los bolsillos hasta sacar las llaves de su viejo Volkswagen Rabbit del ’86. Wade extendió la mano, pero Weasel retiró las llaves antes de dejarlas caer. El mercenario le lanzó una mirada asesina.

-No quiero restos de semen ni ningún otro tipo de fluidos corporales en los asientos y hablo en serio, Wade. La última vez tuve que cambiar la tapicería entera… sin mencionar los rasguños a la pintura. –le recordó Weasel, haciendo que Wade volviese a poner los ojos en blanco.

-Estás de coña, ¿verdad? ¿Crees que éste chico está en sus plenas capacidades como para follar? –Wade cogió la cara de zombi de Peter entre sus dedos, mostrándosela a Weasel.

-¿Y yo cómo voy a saber? Tú te follas a cualquier cosa que se mueva, Wilson… -dijo el rubio, encogiéndose de hombros.

Wade estiró la mano y le arrancó las llaves del coche de un zarpazo, dirigiéndose hacia la salida de la parte trasera del bar.

- ¡Ningún rasguño, Wilson! –le gritó el rubio, haciendo que el mercenario nada más gruñera en respuesta.

{Joder, ni que ése maldito Rabbit fuese el coche de la reina…}

< ¿De qué puñetas se queja, Weasel? Él folla en su coche todos los putos días y cuando ensucia la tapicería no dice nada… cabrón egoísta.>

Wade ignoró a las cajas, contemplando el pálido rostro de Peter una vez dejaron el bullicio del bar atrás y los recibió la gélida noche en Nueva York.

-Deadpool… me gustas… me gustas mucho… -masculló el menor, en su inconsciencia.

Wade suspiró, acercando sus labios rugosos a la sien del menor y depositando un suave beso… quizá el último que pudiese darle antes de que sus caminos volviesen a separarse.

-Tú también me gustas, Baby boy…

Una sonrisa apareció en los labios del castaño.

Notas finales:

¡OKAY! Ü

Ése fue el capítulo de la semana, espero no haberme pasado mucho con Al… ¡Adoro a ésa anciana! Yo sinceramente me la imagino igual de guarra y boca sucia que Wade, de otra forma no sé cómo podrían vivir juntos LOL

Y creo que fue un capítulo un poquito más largo de lo normal, pero espero que haya sido igualmente de su agrado. ¿Qué opináis? ¿Esperabáis que Flash tuviese un hard crush en la arañita apretada? ¿Será que Petey recuerda el verdadero rostro de DP? Ojalá podáis tomaros un tiempito para decirme qué opináis en los RW, pero si no, ya sabéis que con sólo leerme yo ya tengo un derrame nasal XD

De nuevo muchísimas gracias a todos por vuestro apoyo, ver que les gusta el fic y tengo muchos leídos me mantienen motivada para seguir actualizando, yo ni siquiera esperaba llegar a los cien leídos ni hablar de que ahora tengo casi seis grandes… ¡LOS AMO MUCHO! Sé que es súper raro y todo, pero me hacen tan feliz que no puedo evitarlo :3

Y pues, nos vemos a la próxima actualización, seguid igual de guap@s!

¡Un besazo! ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).