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Two Halves of One por CheekyMint21

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Notas del capitulo:

¡BEIBIS! =^.^=

¿Cómo estáis mis amores?

Pues yo extrañamente de puta madre, creo que debe de ser por el clima. Para quiénes no lo sepáis, vivo en Canadá y pues digamos que aquí el maldito invierno dura seis meses ¬¬* Y, joder, que se pone helado hasta el tuétano.

¡PERO!

Gracias a Yisus nuestro Señor, ya salió el sol y cuando es verano y hace calor es cuándo más animada estoy :3 sin contar que ya sólo me quedan pocas semanas de Uni, y aunque por ahora mis profes estén queriéndome dar por culo con tésis y ésas mierdas, aquí está Cheeky reportándose para su actualización semanal :D

¡Vale! Estoy emocionada de cojones por éste cap, os advierto desde ya que viene un poco largo así que coged vuestras chuches, refrescos, cervecitas (dos si sóis menores de 18, porque sos almas en crecimiento, ¿vale? #ConsejosdeCheeky LOL) y hasta pañuelos por si acaso, ¿vale? Porque creo que éste cap tiene tanto salseo como momentos tristes LOL MUAHAHAHAHA, me encanta ser mala ¬u¬

Y antes de empzar… sí, vale, ya sé. Les echo el mismo choro todas las veces, pero es que, ¿cómo pretendéis que actualice sin agradeceros? ¡Si cada vez que entro a AY tengo un montón de leídos y RW’s tan guapos? :’3 En verdad chicos, SÓIS LA PUTÍSIMA HOSTIA ♥ (Perdonadme por el vocabulario, ¿vale? Es que como habraís notado, soy un pelín mal hablada XD) ¡HURRA POR LOS 3K LEÍDOS! ♥----------♥ ¡MILLONES DE GRACIAS, CHAVALES! Os juro que nunca, nunca jamás me imaginé que ésta historia iba a gustar tanto y que me iban a decir cositas tan bonitas en sus RW, realmente ustedes hacen de éste fic una de las pocas buenas cosas en mí vida. Desde el fondo del heart, ahí dónde tengo metido el Yaoi a más no poder, os doy las gracias por hacerme sonreír y darme un propósito. Sóis los mejores lectores/as de la puta vida y os quiero :3

Quiero dedicar éste cap especialmente a las siguientes creaturitas, que os habéis tomado un tiempito para dejarme sus bellos, sensuales y violables reviús LOL XD

+ Gabito

+ Nai

+ HaliAinsworth

+ Anónimo (Si pudieses decirme tú nombre para saludarte en forma, me gustaría mucho guapura, gracias :3)

+ Lluvia Uchiha Namikaze

+ Shatt

¡Muchísimas gracias por vuestros reviews! Me habéis inyectado la mejor vibra con cada una de vuestras palabras, sóis lo máximo y no me alcanzan las palabras para agradeceros y describiros lo bonito y motivador que se siente ver que a alguien le mola tanta las locuras que escribes, es simplemente surreal ^.^

Una cosita más, éste cap lo escribí escuchando ésta canción de Halsey… es la puta ama, aquí os dejo el link por si queréis escucharla (aunque estoy segura de que ya la habéis escuchado LOL), por si queréis meteros más en la historia, aunque ya sabéis, es opcional :3

→ “Not Afraid Anymore”, Halsey: https://www.youtube.com/watch?v=dk4S0F0_UVw

Vale, y ya dejo de joderos y os dejo leer el cap. Paciencia, ¿eh? Y disfrutadlo ;D

¡A LEER! ♥

-Capítulo Ocho-

“Kiss Me Like You Miss Me”

POV’s Peter:

“Tranquilo, Peter, tranquilo. Nadie te mira más de lo normal, no pasa nada. No sobreactúes, tú sigue caminando… si tan sólo pudiese caminar decentemente. Maldito Deadpool” el castaño frunció el ceño, tratando de mantener la paranoia a raya, pero llevaba toda la mañana creyéndose que todos en la escuela no tenían nada mejor que hacer que notar su presencia y el hecho de que soltaba mohines cada vez que se levantaba de su asiento. Se mordió el labio, bajando la vista para ocultar el rostro encendido al rojo vivo mientras avanzaba por la atestada cafetería, buscando la mesa en la que se sentaba a diario con sus amigos. “Respira. No pasa nada, déjate de chorradas” seguía repitiéndose internamente, tratando de ignorar el hecho de que, literalmente, tenía un secretito muy sucio desde… bueno, ahora en la madrugada.

-Hey, Pete. –le saludó Andrew, sonriéndole cuando el castaño se sentó en la mesa.

Peter soltó una mueca cuando aquel dolor en la cadera volvió a atacarle y por ello volvió a maldecir a Deadpool y a todos sus muertos. Nadie le prestó atención… nadie, salvo cierta pelirroja que incluso dejó su ensalada de lado y le clavó sus ojos aguamarina fijamente al castaño que sacaba un sándwich de su bolsa de papel. Mary Jane abrió los ojos como platos al caer en cuenta… horas y horas leyendo fanfics en AmorYaoi y viéndose OVAS en YouTube le habían bastado para notar cosas que se le escaparían a cualquiera, menos a una fujoshi bien entrenada como ella.

- ¡Peter tiene novio! –chilló y de inmediato un silencio aplastante cayó sobre los demás ocupantes de la mesa.

De la impresión, Peter dejó caer la lata de refresco al suelo mientras su cara se tornaba roja… más roja que el pelo de MJ, más roja que una estufa. Joder, que bien podrían poner a cocer un huevo en su sien. El castaño era incapaz de moverse, incapaz de respirar mientras sentía que los ojos de sus amigos le escrutaban incesantemente, en especial, los ojos azul zafiro de Harry que parecía casi en el mismo estado de shock que Peter.

- ¿Qué? –Harry fue el primero en romper el silencio, en medio de un ataque de tos ya que incluso se había atragantado con su burrito. - ¿Es cierto eso, Peter? ¿Cómo lo sabes? –se volvió hacia la pelirroja, que miraba a Peter con expresión soñadora.

- ¿Qué acaso no es obvio? ¡Lo tiene escrito en toda la cara! Y a mí no me engañas picarón, vi la cara que pusiste cuando te sentaste… -MJ le guiñó un ojo al castaño, haciendo que éste se sonrojara más si era posible.

- ¡¿Es el tipo de traje rojo de la última vez?! ¡Lo sabía! –ésta vez fue Ned el que clavó otro clavo en su tumba. Para ése entonces, Peter estaba seguro de que necesitaba conseguirse nuevos amigos.

-¿Tipo de traje rojo? Esperen un segundo… ¿es el mismo sujeto por el que me preguntaste la última vez? ¿El tal Deadpool? –Harry escupió el nombre de manera ácida, recordando su último encuentro con el hombre de sudadera gris.

-¿Deadpool? ¡¿El mercenario bocazas?! ¡Peter, ¿acaso te volviste loco?! –Andrew se puso de pie abruptamente, sus ojos a punto de saltar de sus cuencas.

Tierra, trágame.

Para éstas alturas ya no eran sólo sus amigos los que le miraban boquiabiertos, sino la cafetería entera. Todos los demás habían dejado de lado sus conversaciones y toda la atención se concentraba en Peter. El castaño no podía, sentía un ataque de pánico a punto de estallar… debía largarse de ahí ahora mismo o terminaría en el suelo, en posición fetal y jadeando por aire. Lástima que sus amigos eran ajenos al pánico del castaño, sobretodo cierto rubio que a la mención de la palabra <<mercenario>> casi le había estallado la cabeza.

- ¡¿Mercenario?! ¡Peter! ¡¿En verdad estás saliendo con un jodido mercenario?! –La voz de Harry se escuchaba incluso en Rusia, Peter estaba seguro de ello.

Aquello fue más de lo que el pobre castaño pudo soportar. Peter se puso de pie abruptamente y salió corriendo, lejos de sus amigos y la multitud que no dejaban de mirarle como si fuese un bicho raro… y quizá sí fuese uno. El castaño no se detuvo sino hasta que estuvo a salvo en el armario del conserje, lejos de toda la conmoción y donde podía hacer sus ejercicios de respiración profunda sin parecer todavía más un lunático. “Dentro, fuera. Dentro, fuera. Te odio Deadpool” se repetía el menor y sin poderlo evitar, los recuerdos de la noche volvieron a su mente, encendiendo sus mejillas al rojo vivo, pero trayendo consigo una brillante y tímida sonrisa…

-La noche anterior-

Peter se dejó caer con gracilidad sobre el piso de aquel edificio, aún en llamas, pero poco podía importarle al arácnido en aquel momento. Abajo escuchó las sirenas de la policía y los bomberos, pero les tomaría unos buenos quince minutos llegar hasta aquel piso.

- ¡¿Tío Bruce?! ¡Soy yo, Peter! –gritó, su corazón latiendo de manera frenética dentro de su pecho.

Peter sabía perfectamente que su padre estaba en casa con Steve, pero su tío Bruce solía trabajar hasta muy tarde ya que no tenía una familia a la cual regresar luego de trabajar. Peter empezó a avanzar, con el calor de las llamas haciéndole sudar de manera profusa y estar más alerta. Empezó a abrir la boca para pedirle a Karen que ubicara si había más personas en el edificio, pero una voz muy familiar fue más rápida.

Peter se quedó helado…  no había escuchado ésa voz desde hacía meses. Es más, ésa voz ni siquiera hacía sentido en aquellos momentos. Ésa voz no debería estar sonando en aquel momento, pero así era.

La voz de Gwen, que aparentemente le hablaba desde la tumba.

Peter sintió que de inmediato los ojos se le llenaban de lágrimas y el corazón se le oprimía de manera violenta, la culpa pulverizándole el alma con fuerza. Se volvió lentamente, tratando de ubicar de dónde provenía la voz mientras los recuerdos, el dolor y la pérdida se mezclaban lentamente en sus venas, calcinándolo todo de la misma manera furiosa en que las llamas se disputaban el edificio en aquel instante.

- ¿Peter…? ¡Peter! ¡Peter, ayúdame! ¡Auxilio! –chillaba la voz, justo como aquel día… justo como en los mensajes de voz que Peter seguía conservando en su móvil.

El castaño cayó de rodillas al suelo, cubriéndose la boca con fuerza para ahogar los sollozos… todo era como aquel día. La misma voz lacrimosa, la misma urgencia, el mismo miedo deformando la suave y dulce voz de Gwen en una llamada de auxilio, dominada por el terror de hallarse en peligro. Peter sentía que el corazón le sangraba, a lo mejor no era visible, pero la herida… la herida que llevaba cargando desde hacía casi un año había vuelto a abrirse, dejándole el pecho desgarrado nuevamente y dándole libertad al dolor para destrozarle lenta y agonizantemente y no había nada que el castaño pudiese hacer para detener el dolor.

-Peter, por favor… por favor, no vengas… no quiero que te haga daño. No vengas, te lo suplico, no vengas… -le pedía Gwen, su voz rota por las lágrimas.

Peter dejó escapar un chillido, un grito de frustración y pena. Un grito que le desgarró el alma, un grito que dejaba en claro la clase de dolor emocional en el que se encontraba. La clase de dolor que te hace retorcerte en el suelo, suplicando que se detenga porque sientes que va a matarte… ¿y la peor parte? Que, pese al sufrimiento, pese a la agonía, Peter sabía que no iba a morir. El dolor era indescriptible, era como una operación sin anestesia, como poner las manos al fuego por voluntad propia, como caer en un mar furioso y de aguas gélidas… era como el infierno en la tierra. Y sin importar cuánto Peter deseara regresar en el tiempo y tomar el lugar de Gwen, no podía. Y la frustración era el último puñal que le atravesaba el alma. Aquel día, aquella noche… debía haber sido él y no Gwen, debía ser él quien estuviese enterrado seis metros bajo tierra.

Y en su lugar, era Gwen quién había pagado con su vida.

Peter se retorció en el suelo, ajeno a la ilusión en la que se encontraba. Las llamas no eran reales, sino para éste entonces él ya se hubiese calcinado. Todo había sido cosa de Francis, que lo miraba todo a través de las cámaras y sonreía, deleitándose con el dolor emocional del joven. El mismo dolor que le había provocado a Wade Wilson, el mismo dolor que sabía que jamás cesaba y dejaba marcas de por vida. El mismo dolor que le daba un placer enfermizo, el mismo dolor que era su refugio y tortura predilecta. Y aquello sólo había sido una prueba… una prueba sádica para comprobar que tanto Peter Stark-Rogers como Wade Wilson tenían el mismo talón de Aquiles: La pérdida de un ser amado. Y eso los hacía peligrosos, débiles, maleables. Justo como a Francis le gustaba, eso sólo se lo ponía más fácil.

-Gwen… perdóname… por favor, no me dejes… tengo miedo. –susurró Peter, temblando y hecho un ovillo en el suelo, sollozando como el niño que aún era.

Las llamas desaparecieron, llevándose consigo la voz de Gwen y su doloroso recuerdo. Peter ni siquiera lo notó, se hallaba demasiado aturdido como para notarlo. Se quedó tendido en el suelo, sollozando quedamente y disculpándose una y mil veces en silencio por haber fallado… la falla más grande de su vida, la falla que jamás se perdonaría. La falla que le perseguiría hasta el día de su muerte. Tan ensimismado en su tortura psicológica estaba el castaño que para cuando su sentido arácnido le alertó del peligro, ya era demasiado tarde. Peter sintió como su cuerpo atravesaba los cristales del edificio, provocándole pequeños cortes en la espalda y los brazos y luego… nada.

Sólo el aire, disputándose su cuerpo de forma violenta mientras caía al vacío.

Peter empezó a lanzar una telaraña, pero en su lugar algo frío e inhumanamente fuerte se cernió sobre su muñeca, tirando de él como si fuese una jodida muñeca de trapo. Peter chilló con fuerza, pataleó en el aire, pero llegó a una única conclusión: Era imposible zafarse. Peter alzó la vista, pero lo único que alcanzó a distinguir fue un borrón negro, mezclándose con el negro del cielo. El arácnido tiró con fuerza intentando zafarse de aquella cosa, aquella especie de pajarraco con enormes alas hechas de metal que lo alzaban cada vez más y más alto. Para éstas alturas, Peter apenas y lograba distinguir la ciudad debajo de él.

- ¡Suéltame, pajarraco! ¡Suéltame! ¡Suéltame! –chillaba el menor, pataleando como una patética cría.

Peter estaba a punto de gritarle a Karen que disparara un rayo, pero alguien se le adelantó al dispararle a aquella cosa y el castaño sólo pudo rogar que no fuese su padre porque no sabría cómo iba a explicarle a Tony que era él y no Andrew debajo de la máscara. El menor cerró los ojos cuando escuchó el sonido de su lanzatelarañas haciéndose añicos y volvió a caer. No quería gritar, pero no pudo evitarlo, un grito de auxilio se abrió paso entre sus labios. Peter no podía pensar, no podía actuar… todo lo que podía hacer en ése instante era agitar sus brazos y esperar un milagro porque estaba cayendo en picada al suelo y estaba seguro de que iba a terminar vuelto carne de hamburguesa.

-Peter, no hay edificios en los que puedas colgarte cerca. Estás cayendo a una velocidad de 120 kilómetros por hora y el lanzatelarañas derecho está comprometido. Lo siento, pero tendré que llamar al Señor Stark. Tú vida peligra y no puedo permitir eso. Lo siento. –se disculpó al IA, haciendo que el pánico estallase en las venas del castaño y éste finalmente reaccionara.

- ¡Karen, no…! ¡ARGH! –rugió, cuando algo duró impactó contra su costado y evitó que siguiera cayendo al vacío. -¡Cómo seas tú, pájaro de mierda…!

- ¿Ésa es forma de darme las gracias, Baby boy? –Peter retorció el cuello, topándose con un brillante traje rojo que no había visto en semanas.

Deadpool.

Deadpool le había salvado la vida.

Peter no sabía si reír ante la ironía o llorar de la rabia.

No pudo decidir, porque justo en ése instante, ambos fueron engullidos por el agua fría del mar que rodeaba Nueva York. Todo mientras Deadpool se reía a carcajadas.

[…]

Peter salió del agua, tosiendo y temblequeando debido a la temperatura tan helada. Detrás suyo le siguió el mercenario, sin inmutarse ni un poco y sacándose el paracaídas ahora ya desinflado que arrastraba tras sus espaldas. El castaño se sacó la máscara y la estrujó, sacándole un chorro de agua y refunfuñando maldiciones entre sus dientes que castañeteaban.

- G-Gracias p-por no llamar a p-papá, Ka-Karen… -tartamudeó, los labios tornándosele azules con el paso de los minutos.

-De nada, Peter. ¿Quieres calentarte? Tu traje tiene incluido un calentador. –ofreció el IA cuando la temperatura del castaño descendió a quince grados de sopetón. Peter asintió, sin hallarse en facultades de hablar apropiadamente.

Karen activó el calentador y de inmediato el traje del castaño emitió vapor, secándole al instante. Peter cerró los ojos, disfrutando del calor luego de haber tenido que nadar casi diez minutos hasta la orilla. “Gracias a Dios y a Tony por la tecnología” pensó, sonriendo… sonrisa que se borró al instante cuando cayó en cuenta de que no estaba solo. De inmediato ya no era sólo el traje calentándole, sino también la ira que se encendió en su interior cuando escuchó las carcajadas a sus espaldas.

-¡Uf! Vaya chapuzón a medianoche, Baby boy. –habló el mayor, volviendo a reír e irritando aún más a un furibundo Peter. –Creo que la próxima vez deberíamos quitarnos los trajes… te aseguro que así no te vas a congelar.

Aquella fue la gota que derramó el vaso para Peter. Había pasado casi mes y medio desde que Deadpool lo había abandonado como a una simple basura y aquí estaba: De lo más jodidamente jovial, hablándole como si nada y ajeno a todas las noches en vela y en medio de lágrimas que el castaño había pasado. Peter rechinó los dientes, una sarta de insultos pugnando por escapar de sus apretados labios.

-Estás muy callado, Petey… ¿estás…? –Deadpool no pudo concluir la pregunta porque un puñetazo se clavó en su nariz justo en ése instante. - ¡Hostia puta! ¡¿Y eso qué mierda fue, Peter?! –rugió el mercenario, apretándose la nariz que ardía… Peter le había pegado duro.

No recibió respuesta alguna, en lugar de eso fue su bolsa de Hello Kitty la que le volteó el rostro. Vale, ahora sí, Peter le estaba pegando de veras y Wade no podía sentirse más confundido.

{¿Qué putas mierdas? ¿Y ahora qué hicimos?}

<Es cierto, ¿por qué está tan enojada la arañita? Nos hemos portado bien, sólo hicimos un grafiti en la casa del alcalde y follamos quince veces desde que le dejamos, ¿qué hicimos de malo?>

Peter no le contestó, no podía… temía que, si abría la boca, empezaría a sollozar y no iba a ponerse a lloriquear enfrente del cabrón de Deadpool para que se diera cuenta de lo mucho que le había afectado su abandono. En lugar de delatarse, siguió arrojándole a Deadpool lo qué sea que estuviese a su alcance: Rocas, tierra, hojas marchitas, incluso el paracaídas que el mercenario había arrojado a un lado hacía cosa de minutos. Al final, el mayor terminó por hartarse y decidió no atacar al arácnido, pero sí contenerle.

- ¡Ya basta, Peter! ¡¿Qué coño pasa contigo ahora, niño?! ¡No te he hecho nada! –Peter se retorcía entre sus brazos, pataleando como una cría. Deadpool gruñó entre dientes cuando una patada se encajó en su mandíbula. - ¡Dije que ya pares, joder! ¡Basta ya, Spidey! –Wade no tuvo de otra que acorralar a Peter entre su cuerpo y el suelo, sólo entonces Peter dejó de patalear… en lugar de eso, estalló en llanto.

{Pero… ¡¿qué clase de pesadilla de mierda es ésta?! ¡Tengo miedo!}

< ¡Wilson, haz algo! Nos está dando culpa verlo berreando y ya sabemos que cuando nos entra la culpa hacemos puras burradas…>

-Venga, Baby boy… ya no llores. ¿Es por lo que pasó con el moustro alado? Ya, perdona si no llegué antes… no sabía que iba a atacarte. Lo siento. –empezó a disculparse, ajeno al verdadero motivo tras el arranque del castaño.

{¿Creen que esté llorando porque Stark y el Capi le dijeron algo? ¿Se peleó en el instituto?}

<Quizá sea una de ésas cosas hormonales de adolescentes, a fin de cuentas, sigue siendo un crío. Pero si alguien le pegó, le vamos a arrancar el pito.>

Peter sintió que la ira volvía a estallar en sus venas. Le clavó sus enormes ojos lacrimosos al mercenario, que de inmediato sintió como la culpa le remordía el culo con fuerza.

- ¡Me importa una mierda el maldito pajarraco ése! ¡Y quítate de encima, hijo de puta! ¡No me toques! –chilló el menor, su voz rota y deforme por el enorme nudo que tenía en la garganta.

Ahora era Wade quién empezaba a sentir como se le hinchaban los cojones.

- ¿Quieres dejar de portarte como un crío malcriado? ¡Ni siquiera sé por qué estás tan enojado! –bramó, su voz fuerte como trueno.

- ¡Me abandonaste! ¡Te fuiste y me dejaste solo, hijo de la gran puta! ¡Lo jodiste todo! –gritó, y de nuevo volvió a estallar en lágrimas.

Deadpool sintió como si le hubiesen dado una patada en los cojones… ni en millón de años habría adivinado que su Spidey estaba así a causa suya. Y aquello le hizo sentir fatal, peor que una mierda… se sintió miserable y culpable.

{Nuestro Spidey boy…¿está así por nosotros? Pero… eso no tiene sentido…}

<Tiene razón… lo jodimos todo. Es obvio que le gustamos y por eso lo jodimos todo.>

-Peter, yo no… no sabía. Yo pensé que… -Wade negó con la cabeza, incapaz de formular una frase coherente debido a la impresión. –Spidey, yo de verdad lo siento, sólo quería…

- ¡Ya deja de disculparte como si eso fuese a arreglarlo todo, no arregla una mierda! –chilló, y por primera vez en su vida Wade estaba sin palabras. No podía abrir su bocota, ni siquiera para intentar salvar su pellejo. -¿Por qué te fuiste, Dead…? ¿Qué te hice para que me odies?

Aquello enfureció al mercenario… era la sandez más grande que había escuchado y escuchar a Peter diciendo que él le odiaba le causaba mucha rabia, no contra el castaño, sino contra sí mismo.

-Cierra la puta boca, Peter, eso no es verdad y lo sabes…

-¡¿Y entonces por qué te largaste?! Si hice algo que te molestó pudiste nada más habérmelo dicho, como cualquier persona normal… ¡No tenías que dejarme así, idiota!

- ¡Te ibas a morir! –bramó Deadpool, y ahora fue Peter el que se quedó boquiabierto. Wade gruñó, su humor en la mierda. -¡Argh! ¿Ves lo qué haces? ¡Ya me hiciste enojar! Espero ya estés feliz, Peter…

El mayor se quitó de encima de Peter, sentándose a un lado y mirando a la ciudad, tratando de no enfurecer aún más y perder el control de nuevo… no resistiría volver a apuntarle a Peter con una pistola, todavía no se perdonaba eso. Por su parte, el castaño se quedó ahí tendido en el suelo, pestañeando e intentando procesar lo que el mercenario acababa de gritarle a la cara: Qué había estado a punto de morir… ¿era eso lo que en verdad había ocurrido aquel día en el hotel? Porque si era así, entonces Peter podría empezar a comprender el porqué de la repentina huida de Deadpool, pero necesitaba que el mayor le explicara qué carajos había ocurrido. El castaño sacudió la cabeza, incorporándose luego de varios minutos de silencio.

-¿Es por eso que te fuiste…? Dead, tienes… tienes qué decirme que ocurrió, sino no puedo entenderlo. –susurró el castaño, de rodillas al lado del mercenario.

Wade soltó un suspiro, arrancando trocitos de pasto… como un crío al que le habían gritado.

{Venga, Wade… díselo. A éstas alturas, esto no puede ponerse peor.}

<Apoyo a Blanca… por una vez, abrir nuestra enorme bocota puede salvarnos el culo.>

-Deadpool… -le llamó el menor, apoyando una mano con suavidad sobre su hombro. Wade se volvió y pese a estar usando la máscara, Peter estaba casi seguro de la expresión penosa que el mercenario debía tener en el rostro. –Por favor, sólo… quiero entenderte.

Wade chasqueó la lengua.

-Ése día, en el hotel… una especie de mujer araña te picó y te pusiste muy mal. Y cuando digo muy mal, quiero decir que todo se fue a la mierda y empezaste a echar espuma por la boca y a retorcerte como un jodido pescado. –Deadpool apretó los puños, enfureciéndose al recordar a Peter en aquel estado. El castaño también se estremeció, más no interrumpió. –De no haber sido por Karen… de no haber sido por mi colega… -Wade negó con la cabeza, los recuerdos atormentándole en su mente. –Un pelo más y hubieses muerto. Y fue entonces que entendí… entendí que todo fue culpa mía. Arriesgué tú vida ése día por meterte en mis mierdas, Peter y yo no puedo morir, pero… tú sí. Y tú vida vale muchísimo para mí, más que cualquier otra cosa en éste mundo de mierda. –Deadpool tragó en seco, un enorme nudo asentándose en su garganta. –Por eso te dejé, ése día me prometí a mí mismo que nunca más volvería arriesgarte así. Tú eres bueno, Pete, eres un héroe. Yo no, yo… vivimos en mundos muy distintos.

Peter se quedó observando fijamente a Deadpool, silenciosas lágrimas cayéndole por las mejillas. Nunca se imaginó que la razón tras las acciones del mercenario era protegerle… era evidente que Deadpool se preocupaba por él, lo suficiente para alejarse si su compañía llegaba a atentar en contra de la vida del castaño. La realización de aquello llenó de calidez el pecho del menor, su corazón acelerándose al caer en cuenta de que… Deadpool era mejor persona de lo que él creyó, aunque éste no se diera cuenta de que, tras el hecho de ser un mercenario, también se encontraba un hombre noble y con un corazón humano.

-Por favor, no llores… te prometo dejarte en paz, pero ya no llores… odio verte llorar… -susurró el mayor, sintiendo como el corazón se le contraía al ver a Peter en tal estado.

Peter nada más negó con la cabeza y se acercó, cogiéndole la cara al mayor para que le viera fijamente a los ojos. Deadpool se perdió en los ojos avellana del castaño, sus labios curvados en aquella dulce sonrisa que le contraía el corazón de ternura.

-Eres un idiota, ¿lo sabías? –Peter sonrío, acariciando la mejilla del mercenario sobre la tela de la máscara. -¿Crees que no sé a lo que me arriesgo ayudándote? Sé que mi vida corre peligro… corro peligro todos los días, por el simple hecho de ser Spiderman, pero… ¿sabes una cosa? Me importa una mierda. Me da igual, porque sé que poner a salvo ésta ciudad es mi responsabilidad y si debo poner en riesgo mi vida, pues… vale, que así sea. Y ahora Francis es una amenaza para ésta ciudad… no sólo para la ciudad, sino para ti. Te jodió la vida, Dead, y por eso las va a pagar. –Deadpool abrió los ojos como platos, escuchar a Peter diciendo que le ayudaba por voluntad propia y no sólo para deshacerse de él le llegaba a lo más profundo. –No importa si nos metemos en líos y me muerden un montón de mujeres arañas… quiero estar contigo, Dead, sin importar lo que pase porque…

Peter no pudo terminar de hablar porque Deadpool se abalanzó sobre él en ése instante, la mano del castaño sobre el pecho del mayor donde su corazón latía con fuerza mientras sus labios se encontraban con los suyos, la molesta máscara jodiendo el contacto. Peter cerró los ojos y mandó a la mierda la primera regla… cogió la cara del mercenario entre sus manos, atrayéndolo más hacia sí y devolviéndole el beso con un hambre que ni siquiera sabía que tenía. Hambre de Deadpool, de sus besos, de su tacto por todo su cuerpo. Ya era tarde para seguirse mintiendo a sí mismo…

Estaba enamorado de Deadpool.

Y quería todo él, justo aquí y ahora, sin importar las consecuencias. No quería pensar, no podía cuando tenía el cuerpo musculoso del mercenario restregándose contra el suyo, haciéndole perder el juicio rápidamente. Sin ser consciente, Peter enredó sus piernas en torno a la cintura del mercenario, contrayéndose bajo el cuerpo húmedo del mayor, rozándose lo más posible con todos sus músculos bien definidos. Y quería más… lo quería todo, no quería detenerse. Necesitaba a Deadpool, lo necesitaba ya. El castaño arqueó la espalda cuando las enormes manos del mercenario le estrujaron el trasero con fuerza, rozándose por accidente con la entrepierna semi despierta del mayor.

-Ñgh… -gimió Peter, agradeciendo que Deadpool siguiera mojado porque el traje se le pegaba más a la piel. –Deadpool, n-no pares… -susurró entre un suspiro, sus palabras un coro de ángeles para el mercenario.

{Joder… qué no sea un sueño. Qué no sea un sueño. Qué no sea un sueño.}

<Ya lo oíste, Wilson… es ahora o nunca, ¡su culo es nuestro!>

Wade gruñó en señal de protesta, su sangre hirviendo en sus venas por complacer a Peter, pero… por más sangre caliente que fuese, estaba consciente de que ambos estaban al aire libre y no era tan hijo de puta para follarse a Peter aquí. Su Baby boy se merecía algo mucho mejor y aunque no recordase su primera vez, al menos haría de su segunda una más memorable.

-Baby boy, soy un canadiense de sangre caliente… muy caliente. Pero por más que quiera ponerte en cuatro y enseñarte lo que mi bazuca puede hacer aquí y ahora, debo recordarte que seguimos al aire libre…

Peter dejó caer la cabeza contra el suelo, cerrando los ojos con frustración… el mayor tenía razón, por más que sintiese las venas inflamadas de deseo, tenía suficiente pudor como para no tener sexo al aire libre donde podrían pillarles en cualquier momento.

-Vale… ¿y qué propones? Mi casa está descartada, mis papás están ahí y deben de estar follando. –masculló Peter, la voz ronca y deforme de deseo.

Wade resopló… vale, a Al no iba a hacerle gracia, pero era lo único que se le ocurría por el momento. Ya luego se las apañaría con ésa vieja cascarrabias.

-Mi apartamento no está muy lejos de aquí… dependiendo de qué tan rápido puedas colgarte hasta allá. –Peter suspiró y alzó la mano derecha, mostrándole el lanzatelarañas hecho añicos al mayor. –Joder, justo hoy tenían que romperte ésa cosa… -Deadpool frunció el ceño, pensando. - ¡Ya sé!

Peter alzó las cejas, no muy seguro de si debía preguntar o no. Deadpool nada más sonrío debajo de la máscara. Peter volvió a cerrar los ojos, dándose por vencido… la presión en su entrepierna fue suficiente para convencerle.

-Vale, pero sólo por ésta vez… y luego devolveremos el coche, ¿lo prometes? –el menor le miró de manera severa, sin poderse creer que hubiese accedido a robarse un coche.

{Cenicienta tenía razón, Wadey… los sueños sí se hacen realidad. Al menos los sueños húmedos.}

<Estoy orgulloso, Wilson… al fin ésa jodida araña apretada va a darse un paseo por nuestra cama. Somos el puto amo.>

Wade ensanchó aún más su sonrisa y sin más, se levantó, halando a Peter consigo para posteriormente echárselo al hombro, echando a andar con el menor no sin antes soltarle un cachete en el culo. Peter chilló, las mejillas ardiéndole al rojo vivo.

Papás, perdónenme.

Y con eso, Peter cerró el trato con el mismísimo Lucifer.

[…]

Peter se dejó caer dentro de aquella habitación a oscuras, sacándose la máscara y paseando la vista por todos los detalles que alcanzaba a captar de la habitación del mercenario. No iba a mentir, la verdad es que estaba sorprendido, siempre se había imaginado la habitación de Deadpool con armas desparramadas por todas partes, pósteres de mujeres desnudas en las paredes y quizá condones usados regados por el suelo… pero, no. Nada de eso. La habitación del mayor no podía ser más normal, algo desordenada, sí con la cama sin hacer y cajas de pizza y demás contenedores de comida rápida regados aquí y allá, pero en general… la habitación de Deadpool era muy normal. Incluso, un poquito infantil si te fijabas en las sábanas de Hello Kitty cubriendo la cama. Peter se sonrojó un poco cuando distinguió una enorme fotografía de Spiderman en una de las paredes, signo de la admiración que el mercenario le tenía. Un par de brazos fuertes se enroscaron en torno a su cintura.

- ¿Debo preocuparme porque tengas una foto mía pegada en la pared? –susurró el menor, suspirando cuando Wade empezó a besuquearle el cuello. – Ni siquiera recuerdo cuando me sacaste ésas foto…

- ¿Te gusta? La tengo ahí para soñar bonito todas las noches… -le susurró el mayor, la voz ronca y deforme por el deseo abrasándosela.

Peter se volvió, sus ojos brillando ante la expectación y con cuidado, llevó sus manos hacia la máscara del mercenario, pero justo cuando empezó a intentar sacársela, éste le detuvo en seco. Peter soltó un puchero.

- ¿Por qué no? Quiero ver tu cara, Dead… -exigió, intentando volver a quitarle la máscara, pero Deadpool volvió a impedírselo. –Deadpool, de verdad no voy…

- Baby boy… sé que quieres ver mi cara, ¿vale? Pero… si vamos a hacer esto, necesito que lo hagamos a mí manera. –pidió el mayor, su voz seria. Peter soltó un suspiro, apartándose.

{¡¿Qué coño crees que haces?! ¡Ni se te ocurra ahuyentar ése culo con una de tus burradas, Wade!}

< ¡Joder, Wilson! ¿No puedes sólo cerrar tu enorme bocota por una vez en tú vida? ¡Ésta oferta es de tiempo limitado!>

- ¿Algún día vas a mostrarme tú rostro? ¿Voy a poder conocer a quién está debajo de la máscara? ¿Por qué tú sí puedes verme la cara y yo no? Estás siendo muy injusto, Dead… ni siquiera puedes besarme si no es usando ésa estúpida máscara. –Peter se cruzó de brazos, mirando al mayor con frustración.

Wade nada más suspiró y se acercó al castaño, cogiéndole de las manos y mirándoles fijamente.

-Pete… no hay nadie debajo de ésta máscara. Sólo Deadpool, ¿es qué acaso eso no te basta? –le preguntó y el menor nada más se mordió el labio. Wade negó con la cabeza, volviendo a concentrarse. –Pero, ése no es el punto.

Peter alzó las cejas, confuso.

- ¿Y cuál es el punto?

-El punto es que quiero que estés seguro de hacer esto… -le explicó el mercenario, dejando a Peter momentáneamente descolocado. –Escucha, Spidey, a veces cuando yo… cuando las emociones son demasiado intensas, a veces yo suelo perder el control. No siempre, pero, bueno… tú ya sabes lo inestable que soy, al menos en la cabeza.

{Tenías que meter lo de que estamos chiflados… Bravo, Wade, ahora ya no follamos.}

< ¿Qué parte de “cierra la puta boca” no entendiste, Wilson? ¡Lo vas a asustar! Nada más fíjate como nos está mirando… adiós al culito de Spidey.>

Wade rodó los ojos, ignorando a las cajas.

- ¿A dónde quieres llegar con esto, Dead? –preguntó el menor, asustándose un poco al ver al mercenario tan melancólico y serio.

-No quiero hacerte daño, ¿vale? Ahí quiero llegar. Y cuando tengo sexo, yo… soy muy rudo. Generalmente no puedo centrarme en lo qué hago, porque mis instintos no me dejan. Así que… no puedes esperar ésas mierdas de ser suave y gentil contigo, Peter y… y lo menos que quiero es volver a repetir lo de la primera vez. –concluyó, en tono sombrío.

Peter se estremeció al recordar aquello… él tampoco quería volver a repetir lo de la primera vez que conoció a Deadpool. El menor se mordió el labio, por una parte, sintiéndose conmovido porque Deadpool se preocupase mucho por su seguridad. Pero… por otra parte, Peter no iba a mentir, se sentía asustado de que el mercenario fuese a lastimarlo si “se metía” demasiado en el momento.

-Puedo entender si ya no quieres… -Peter le puso un dedo sobre los labios, negando con la cabeza.

-Nunca dije eso… te deseo, Dead… -el castaño se sonrojó al admitir eso en voz alta. –Y quiero todo de ti, no me da miedo… creo que, una parte de mí, siempre ha sabido cómo eres. Y está bien, puedo hacerlo.

-Pero, Baby boy… no quiero hacerte daño. No me lo perdonaría nunca. –Wade cogió una de las manos del castaño, besándosela con cariño. Suspiró. –Tenemos que poner palabras de seguridad. Sólo así me sentiré un poco más cómodo.

- ¿Palabras de seguridad? ¿Te refieres a… algo así como verde, amarillo y rojo? –Peter se río, pero cuando vio que Deadpool no estaba carcajeándose, se detuvo. - ¿Vas en serio?

-Por supuesto que voy en serio, Peter. Tú seguridad nunca va a ser un chiste para mí. –le dijo, poniéndose de pie y paseándose por la habitación. –Vale, ¿qué palabras podemos usar?

Peter rodó los ojos.

-Verde, amarillo y rojo. Verde significa que todo está bien. Amarillo que estoy incómodo, pero puedo resistirlo. Y si digo rojo, entonces debes detenerte porque estás haciéndome daño. O al menos, es así como creo que funciona. –el menor se encogió de hombros… al menos eso le había escuchado gritar a Steve cuando él y Tony follaban.

-Nah, eso es aburrido. –Wade negó con la cabeza, hasta que tuvo una idea. -¡Ya sé! Vale, vale… chimichanga es verde, cerveza es amarillo y jalapeño es rojo… Güay, ¿no?

Peter enarcó una ceja, pero luego de unos segundos reventó a reír… a veces Deadpool podía hacerle gracia con sus chorradas.

-Vale, ya lo entiendo… chimichanga es verde porque lleva lechuga y es verde. Cerveza es amarillo porque… bueno, ésa es obvia. Y jalapeño es rojo porque los jalapeños son rojos. Lo tengo. –Peter negó con la cabeza, todavía sonriendo.

- ¡Tú sí me entiendes! –Deadpool cogió a Peter entre sus brazos abrazándolo con fuerza. –Vale, ahora júrame… que, si las cosas se ponen picantes, vs a chillar ésas palabras. Y si por alguna razón no me detengo, vas a darme una paliza… ¿trato?

Peter suspiró, pero terminó por asentir.

-¡De puta madre! Y una cosita más… -Wade empezó a dirigirse al armario, pero justo en ése momento una voz irritada se lo impidió.

-¡¿DEADPOOL?! Eres tú, ¿verdad, hijo de puta? ¡Te advertí que iba a volarte los sesos si volvías a traer putas a mi casa, cabrón! –chilló Al, dejando a ambos hombres duros donde estaban.

Deadpool de inmediato corrió hacia donde estaba el castaño, cogiéndolo del brazo y arrojándolo tras su espalda… él mejor que nadie sabía que Al no iba a dudar en dispararle por haber desobedecido las reglas. Así como también sabía que la anciana tenía una pésima puntería debido a su ceguera y ni loco que iba a dejar a Peter sin protección.

- ¡¿Qué carajos, Dead?! –siseó el menor, fulminando a bocazas con sus ojos avellana. - ¡¿Tienes un jodido roomie y no me lo dijiste?! ¡Cómo se te ocurre…!

Peter no pudo concluir su amenaza porque justo en ése instante, Al abrió la puerta de una patada y la mandíbula del castaño casi toca el suelo… Vale, en definitiva, ésta era una de las peores putadas que el mayor le había hecho. Peter deseó de corazón poder tener los poderes de su prima Wanda en ése instante, para poder derretir a Wade hasta dejarlo hecho un charco de materia en el suelo. No pudo sino mirar con furia al mayor, que nada más se encogió de hombros.

- ¿Dónde está ésa perra, puto? ¡Te dije que no quería más guarras en mi casa, gilipollas! –bramó la anciana, alzando la pistola y apuntando a una de las paredes.

-Tienes que estar de coña… ¡¿En serio, Dead?! ¡Eres un cretino! –chilló el menor, sin poder contenerse y fue entonces que una bala casi le da en la cabeza. - ¡Mierda!

- ¡Ya está, vale! –rugió el mayor, interponiéndose entre Peter y Al, arrancándole el arma a la anciana de un zarpazo. –Por la polla de mi padre, Al, ¿quieres dejar de dispararle a Spidey? Lo traigo de invitado y tú me lo espantas…

Peter sintió que la cara le ardía al rojo vivo… era la primera vez que se colaba en la casa de una ancianita que, de remate, estaba ciega y estaba intentando dispararle por culpa del idiota de Deadpool. “Ésta me la vas a pagar caro, soplapollas” pensó con ira el menor, seguro de que luego de esto le quedaban ganas de hacerle de todo al mercenario menos follárselo. Al olfateó un segundo y luego se volvió al mercenario, ajeno a la incomodidad de toda la situación.

- ¿Metiste al niño araña en mi casa, imbécil? ¿A un menor de edad? –dijo la anciana, aumentando el sonrojo en las mejillas del castaño.

-Vale, Al, sé que esto se mira muy feo, pero tienes que entender… ¡Era la única opción! ¿Dónde coño se suponía que lo llevara? ¿A casa de sus papis? Aprecio mis bolas, muchas gracias. –Deadpool se cruzó de brazos, indignado.

Peter sentía que la piel de la cara iba a derretírsele… ¡¿Cómo cojones se le había ocurrido a Deadpool decirle eso a la anciana?! Era un gilipollas. Un gilipollas baboso, inconsciente e infantil… que sin saber porque le tenía cachondo. Peter negó con la cabeza, ya había tenido suficiente de las locuras de bocazas por una noche.

-Vale, ya estuvo bueno de dejarme en vergüenza, Deadpool… -Peter empujó al mayor a un lado, acercándose con cuidado a Al, que volvió a olisquear el aire.

-Sí, ya decía yo que no podías ser una de las putas de éste animal… tú hueles muy bien, se nota que te bañas a diario. –espetó la anciana, haciéndole un nudo en el estómago a Peter.

El menor no sabía si ofenderse porque, aparentemente, Deadpool traía mujerzuelas a su casa todo el tiempo o, por el contrario, sentirse aliviado de que al menos la abuela ya no estuviese disparándole ni llamándole <<perra.>>

-P-Perdone, señora… no quise meterme a su casa, pero éste tarado no me dijo que vivía con alguien más… créame, de habérmelo dicho yo jamás le hubiese faltado el respeto de ésta forma. De verdad, lo siento muchísimo. –se disculpó el menor, con la cara cayéndosele de vergüenza.

{Joder, ni que fuera pecado follar. Al es una arruina culitos.}

<Aunque tienen que admitir, que Spidey todo sumiso y tierno… se ve tan adorable así. Ojalá que así nos pida que se la metamos más duro.>

La anciana nada más le clavó su mirada por unos escasos segundos, que a Peter le parecieron demasiado largos e incómodos. Se volvió hacia el mercenario.

-¿Viste, idiota? Así es como se trata a una anciana, no como tú… -se volvió hacia Peter, que volvió a teñirse de rojo. –No te preocupes, cariño, desde ya me caes bien, aunque debo decirte que no entiendo qué haces dejándote dar por culo de éste sinvergüenza… eres demasiado bueno para él. –dijo la anciana, y Peter se encendió como un árbol navideño.

- ¡Eh! ¡Qué sigo aquí, coño! –el mercenario se cruzó de brazos, soltando un puchero.

Peter no sabía qué decir… no sólo Al estaba enterada de qué hacía allí y le había dicho que era el pasivo, sino que Deadpool seguía haciéndose el gracioso y actuando como si nada. Al suspiró.

-Vale, déjame ver qué tan malo es… -la anciana se acercó al menor, y sin previo aviso llevó su mano a la entrepierna del muchacho, estrujando un poco.

Peter soltó un chillido, apartándose… o al menos intentándolo, porque Deadpool fue más rápido y le cogió del brazo, alejándolo de Al. Ahora el castaño sí que no sabía ni qué coño pensar… ¡La anciana era igual de pervertida que Wade! Con razón ambos vivían juntos, porque eran unos cochinos de mierda.

- ¡Oye, vieja loca! ¡Ésta es mi arañita sexi, consíguete a la tuya! –le gritó el mercenario, abrazando a Peter de forma posesiva.

{¡Jodida, Al! Manoseando a nuestro Spidey sin permiso…}

< ¿Manosear? ¡La mujer casi se come nuestra cena! Será hija de puta…>

Al negó con la cabeza, ajena a Peter muriéndose de vergüenza y a Wade peleándose con las cajas.

-Vale, sí… el pobre está más duro que mis drogas. –concedió la anciana, soltando un suspiro. –Está bien, pueden quedarse mientras yo voy a caminar… ¡Pero nada de burradas, cabrón! No pueden usar la cocina ni otras habitaciones…

El mayor soltó un suspiro de fastidio.

-Vale, está bien. ¿Ya te puedes ir? Tengo cosas qué hacer… o, mejor dicho, arañas qué coger. –el mercenario rodó los ojos, exasperado.

La anciana se encaminó hacia Peter, cogiéndole la mano y depositando un pequeño objeto en ésta. Cuando Peter vio lo que era, sintió un nudo en el estómago.

-Cuídate de éste pederasta, ¿sí, cariño? Eres un muchacho demasiado decente cómo para dejar que se venga dentro, ¿vale? Ya me voy. Qué la pasen bonito. –y con eso la anciana se despidió, cerrando la puerta.

Pasaron los minutos y sólo hasta que el castaño escuchó la puerta principal cerrándose, se volvió hacia Deadpool y lo empotró contra la pared, taladrándole con la mirada.

{¡Hostia puta! ¡Spidey no se anda por las ramas! ¡Alá!}

< ¿Será buen momento para decirle que lo nuestro es dar y no recibir? Porque luego de lo de Cable, ni de coña que vamos a volverla a hacer de pasivos.>

-Tranquilo, Baby boy, hay suficiente para… ¡Ow!

- ¡Cierra la boca, gilipollas! ¡¿Cómo se te ocurre traerme a la casa de una ancianita ciega?! ¡No tienes vergüenza, Deadpool! –le regañó, muerto de vergüenza por él, por Deadpool y por toda la mierda que acababa de pasar con Al.

El mayor nada más rodó los ojos.

-Venga ya, arañita, no te enojes… a Al le importa un huevo a quién traiga para follarme, siempre se le pasa después de un rato y haberme disparado un par de veces. –le explicó a un enfurruñado Peter que le daba la espalda, con los brazos cruzados. –Aw, ¿me estás haciendo un berrinche?

- ¡No digas burradas, idiota! –Peter manoteó los brazos de Deadpool a un lado. Vale, que lo de Al le había dejado un mal sabor de boca… pero era otra cosa la que le incomodaba. El castaño suspiró, intentando calmarse. –No voy a acostarme contigo en el mismo lugar al que has traído a tus putas, Dead.

{¡AWWWW! Alguien está celoso. Celoso, Spidey está celoso…}

<E incluso así ése culo sigue viéndose hermoso… ése ángulo de verdad resalta la forma de sus nalguitas, ¿a qué sí, Wilson?>

Wade sonrió debajo de la máscara… Peter era un crío de lo más berrinchudo, e incluso así seguía viéndose de lo más adorable. El mayor se acercó, rodeándolo por la cintura y besándole la mejilla.

-Ya, nene, no te pongas así… ¿de verdad crees que las traigo aquí? ¿A mi cama? Te aseguro que nada más el sillón está lleno de sida, pero no mi cama. Tú eres el primero, Spidey boy. –le aseguró, y el menor nada más resopló con fastidio.

-¿Eso es verdad o sólo otra de tus mentiras, Deadpool? De verdad que no quiero más locuras por ésta noche… -el castaño suspiró, volviéndose a ver al mercenario.

Wade frunció el ceño.

-Yo jamás te he mentido, Baby boy… -Wade se acercó al castaño, cogiéndole el rostro y empujándolo contra la pared. Peter se mordió el labio, recordando la dolorosa presión en sus pantalones. - ¿Por qué no dejamos de pelear y mejor te hago cambiar ésa cara a pollazos?

Peter nada más suspiró, dándose por vencido… no sabía por qué, ni cómo, pero Deadpool le excitaba. Le excitaba como nadie, y realmente ya no tenía fuerzas como para seguir cuestionando al mayor acerca de su horrible moral o para preocuparse porque ambos habían corrido a una anciana ciega de su propia casa sólo para poder follar. Todo en lo que Peter podía pensar en ése momento, era en el calor sofocante naciendo desde lo más profundo de sus entrañas y en lo mucho que deseaba volver a refregarse contra el cuerpo musculoso del mercenario. Alzó la vista, sonriéndole al mayor con todos los dientes.

-Bésame como si me hubieses extrañado, Poodle… -el corazón le latió con fuerza cuando llamó al mayor así, era la primera vez que le decía un nombre cariñoso como los que el otro le decía todo el tiempo.

Wade sonrió debajo de la máscara, su corazón desbocándose al ver a Peter viéndole de manera pícara, excitado y a la vez tan feliz.

-Vale, pues ven aquí entonces, Baby boy… -y dicho aquello, Peter se arrojó a sus brazos, colgándose del mayor y rodeándole la cintura con sus piernas mientras el otro rodeaba su cintura con sus enormes brazos.

El castaño no dijo nada, ni siquiera cuando el mayor deslizó un antifaz de dormir sobre sus ojos para prevenirle de ver su rostro por debajo de la máscara. No importaba… Peter ya encontraría una forma de que Deadpool le mostrase su rostro, pero en ése momento todo en lo que podía concentrarse era en la explosión de fuegos artificiales que estalló en su estómago cuando su lengua finalmente se encontró con la del mayor. Decir que Deadpool besaba de puta madre era quedarse corto… y corto era algo que definitivamente el mercenario no era, de eso Peter podía estar seguro ya que sentía la erección del mercenario contra su vientre. El castaño se maldijo y a todos sus muertos por haber esperado tanto para finalmente aceptar intimar con Deadpool… el mayor en verdad sabía cómo tocarle, cómo besarle para hacerle perder el control.

-Ahh, Deadpool… -suspiró Peter, cuando éste le dejó caer con brusquedad sobre la cama y se posicionó sobre él, dejándole indefenso en pocos minutos.

Peter nunca había sido sumiso, obediente, sí en general, pero… la manera en que Deadpool le dominaba con su físico y musculatura, simplemente le hacían perder la cabeza. Le gustaba sentir la presión del cuerpo del mayor contra el suyo, la forma en que el mercenario apartaba sus manos cada vez que intentaba tocarle y las aprisionaba sobre su cabeza. El castaño arqueó la espalda cuando Wade empezó a descender por su cuello, en un rastro de besos húmedos y chupetones que luego tendría que cubrir de sus padres… pero no importaba.

Nada importaba, nada más que el sabor a nicotina y a salsa picante que el mayor había dejado en su boca, haciéndole desear más de ésa extraña combinación que era Deadpool… mortal y peligroso, pero más excitante que cualquier otro hombre en la faz de la tierra.

-Ahh… -Peter gimió, cuando el mercenario le sacó la parte superior del traje y luego la inferior, dejándolo expuesto nada más en bóxers. Peter se mordió el labio hasta abrírselo cuando sintió la boca del mayor prenderse de uno de sus pezones. - ¡Ahh, Poodle! ¡Ñgh!

-Quieto… -le ordenó Wade, mordiéndole el lóbulo de la oreja y cerrando un par de esposas en torno a las muñecas del menor.

-Ugh, ¿es en serio? ¿Por qué? –protestó el castaño, al verse imposibilitado de usar sus manos a libertad. - ¡Agh!

-Otra de mis reglas, Baby boy… y no me cuestiones o te daré otro. ¿Quieres otro? –le preguntó con voz ronca a Peter al oído, dándole otro sonoro cachete al menor que resonó en toda la habitación.

-N-No… no lo sé… -susurró Peter, retorciéndose bajo el cuerpo de Wade que tenía una mano sobre sus muñecas, dejando sus manos inmóviles y la otra le había dado una nalgada. Sintió aquel ardor de nuevo en su culo, un ardor placentero y se estremeció. –No…

- ¿No qué? –ésta vez, el mercenario cogió uno de los pezones sonrosados de Peter entre sus dientes, tirando de él y haciendo que una corriente eléctrica atravesase la espalda del menor.

- ¡No, señor! –chilló Peter, y su chillido dejó al mayor descolocado por un segundo…

-Mierda, ¿estás bien? –preguntó Wade alarmado, temeroso de haber cruzado la línea… era muy difícil concentrarse cuando Peter se la pasaba gimiendo de ésa manera tan jodidamente sexi.

-S-Sí, estoy bien… chimichanga. Continúa… por favor, no pares… -le pidió de forma temblorosa el menor, ansioso por volver a sentir las caricias bruscas de Wade sobre su cuerpo.

Wade sonrió de forma traviesa y volvió a descender por el cuello níveo del castaño, mordiendo uno de sus pezones mientras pellizcaba el otro y lamiendo el abdomen de Peter, en medio de besos húmedos y chupetones que poco a poco hacían aparición en la piel suave del menor, complaciendo al mayor ante su obra. Peter sólo podía cerrar los ojos ante el placer, retorcerse cuando sentía los labios del mercenario devorándole sin escrúpulos ni reparo alguno… la forma en que Wade le marcaba y dominaba, le empujaba a los bordes entre el dolor, el placer y el desenfreno y ahora podía entender porque sus padres parecían conejos todo el tiempo. Él mismo no quería detenerse, no quería que los labios rugosos del mayor se separasen de su piel ni por un segundo. El menor arqueó la espalda con violencia cuando la lengua de Wade se paseó por el interior de su muslo, su respiración peligrosamente cerca de su sexo.

- ¡Deadpool! N-No… -gimió Peter, cuando la lengua húmeda y tibia del mercenario se paseó sobre su miembro, sobre la tela de los bóxers.

- ¿No quieres que te toque aquí? ¿Seguro? –Peter sintió como el mayor colaba su mano por debajo de la tela de los bóxers, acariciando su por demás despierto miembro que palpitaba ante el contacto. –No pareces muy seguro, Pete…

-E-Eres un ca-cabrón… -masculló Peter, retorciéndose bajo las manos expertas de Wade, una fina capa de sudor cubriendo su nívea piel.

Wade se relamió los labios, complacido al ver a Spiderman, retorciéndose como un jodido gato indefenso en su cama… en verdad que ver a Peter con los cabellos revueltos y sudorosos, casi desnudo revolviéndose entre sus sábanas de Hello Kitty era una de las imágenes más eróticas y sensuales que hubiese podido ver en su vida. Sin pensarlo más, Wade tiró de los bóxers del menor, dejando los casi veinte centímetros de hombría del menor expuestos ante sí. 

{Joder, Wade… así es como se ve el paraíso. El paraíso entre las piernas de Spidey.}

<Dame tu cosita, nene… joder, quién sea que parió a Pet-Pet, hizo un trabajo de puta madre. Éste chico es un milagro.>

Wade volvió a relamerse los labios, disfrutando la vista del miembro rojizo de Spidey, la forma en que el líquido pre seminal le escurría por los lados y había mojado los bóxers… húmedo, a causa de él y sólo para él. El mayor cogió los bóxers y se los llevó a la nariz, inspirando el aroma de su castaño con fuerza, la dulzura de la humedad del chico araña revolviéndole todos sus sentidos y sus hormonas. Wade llevó dos de sus dedos a la entrada del menor, paseándolos casi con dulzura y deleitándose con el estremecimiento de Peter, que degustaba el sabor metálico de su propia sangre luego de haberse rasgado los labios debido a la fuerza con que se los mordía. El mercenario se inclinó sobre el cuerpo suave y pálido de su amante, llevando sus dedos a la boca del menor en donde fueron recibidos por la cavidad húmeda y tibia de Peter que no dudó en empezar a succionar los dedos de Deadpool, degustando el sabor de su propia excitación.

-¿Saboreas eso, Pet-Pet? Ése es tú sabor… el sabor de lo mojado que estás, por mí. –Peter chupó con más fuerza, perdiéndose en la dulzura de su propia humedad.

“Qué extraño…” pensó el menor, sin entender porque su excitación sabía tan dulce, casi como fuese miel y estuviese intentando atraer a un macho con quién aparearse. La vez anterior… nada quedaba de ésa vez, ni siquiera el recuerdo. El Deadpool que estaba haciéndole el amor ésta vez, definitivamente nada tenía que ver con el Deadpool brusco y sanguinario de aquella noche. Éste Deadpool era sensual, brusco, pero sin ser violento, dominante, pero sin hacerle daño. Era el macho perfecto, con el cual moría por “aparearse” … o, mejor dicho, follarse hasta que su cabeza estallara. El menor soltó un puchero en cuanto sintió los dedos del mayor abandonar su boca, cosa que le duro poco en cuanto sintió como su miembro era absorbido por la boca cálida, húmeda y experta de Deadpool.

- ¡Mierda, Dead! ¡Argh! –chilló, sus gemidos resonando en cada una de las cuatro paredes que eran testigo de lo que se llevaba a cabo entre el héroe y el mercenario ésa noche.

Peter echó la cabeza hacia atrás cuando sintió la lengua del mayor pasearse por toda su extensión, para luego ser absorbida nuevamente en la boca experta de Deadpool que no tardó en empezar a succionar el miembro de Peter, en medio de sonidos obscenos que no hacían sino excitar aún más al castaño, que estaba seguro que aquella era la mejor mamada que le habían dado en su vida. Hilillos de saliva caían por las comisuras de la boca del castaño, signos claros del placer que el mercenario le proporcionaba con su boca experta, succionando con fuerza, su lengua moviéndose de forma circular en torno al glande rojizo del menor mientras sus dedos jugaban con las bolas de Peter, apretándolas un poco de manera dolorosamente placentera. Peter recordó las estrellas fosforescentes en el techo de su habitación… y estuvo seguro de estarlas viendo de nuevo, porque Deadpool y su boca definitivamente le estaban llevando al infinito y más allá.

-P-Poodle, v-voy a… ¡Argh! ¡Joder, Dead! –bramó el menor, cuando Deadpool le dio vuelta bruscamente, dejándolo sobre su estómago. - ¿Qué estás…? Ahh…

Peter se acomodó sobre sus codos, apretando un puñado de sábanas entre sus manos cuando sintió que Wade subía por su espalda, en un recorrido de besos húmedos. Éste hombre era locura… y estaba haciéndole perder la razón a él también con cada uno de sus besos y caricias en lugares prohibidos, zonas atrevidas y partes de su cuerpo que no sabía qué podían ser usados para ser estimulados de forma placentera. Peter dejó escapar un suspiro cuando Wade tiró de sus cabellos suavemente, echándole la cabeza hacia atrás mientras sus labios devoraban su cuello. Peter soltó una maldición… detestaba a aquel antifaz y aquel par de esposas con toda su alma, quería con toda su alma tocar al mercenario, arrancarle el traje y refregarse piel con piel contra ése montón de músculos cincelados que sentía contraerse contra su piel con cada movimiento que el mayor hacía.

-D-Deadpool… -susurró el menor, y Wade rugió porque hubiese deseado que fuese su verdadero nombre el que se escapaba de entro los labios hinchados y rojizos de Peter. –Q-Quiero…

-Sssh… aún no, Baby boy. Todavía no. –le advirtió el mayor, soltándole otra nalgada que dejó una marca rojiza en el trasero de Peter.

Antes de darse cuenta, Peter sintió algo húmedo y cálido, el músculo preferido en todo del cuerpo… justo ahí. Sí, ahí, en su entrada. El menor chilló, abriendo los ojos como platos, pero la impresión le duró poco porque fue sustituida por un placer irrefrenable, abrasante como brasas vivas de fuego que nacían desde lo más profundo de las entrañas. Peter no tuvo de otra que morder una almohada, o de lo contrario los vecinos iban a escuchar sus chillidos. Cerró los ojos, retorciéndose ante el placer que tener la lengua de Deadpool en su entrada virgen le proporcionaba, entrando y saliendo, simulando embestidas que se moría de ganas porque fueran verdaderas. Peter estaba en la cima, en la cumbre del placer… placer que abruptamente fue interrumpido cuando sintió otro intruso, junto con la lengua de Wade en su entrada. El menor gimió de dolor ante el escozor.

-Lo siento, sé que duele ahora…

-Chimichanga… hazlo. Estoy bien. –susurró el menor, viéndole con una dulce sonrisa en sus labios.

Wade frunció el ceño, era evidente que a Peter le dolía, podía verlo en su rostro contorsionado cada vez que metía y sacaba el dedo del interior del castaño. El mayor se mordió el labio, pensando… y sin más, volvió bruscamente a Peter hasta quedar sobre él. Más específicamente, hasta que su miembro quedó sobre el rostro del castaño, en la famosa posición del 69.

-Joder, Dead, ¿quisieras dejar de moverte así? Yo… -Peter se cortó en seco cuando sintió la punta de algo rugoso golpear sus labios. Tragó en seco. - ¿Eso es…?

-Sip, tu cena. Así que te sugiero que la comas antes de que se enfríe… -bromeó el mayor. Bueno, más o menos, porque se moría porque Peter le diera una mamada para aliviar el dolor en sus pelotas.

Peter tragó en seco… él jamás le había hecho eso a nadie. Claro, había visto vídeos y leído fanfics describiéndolo. Incluso, una vez pilló a sus padres cuando Steve le daba una a Tony, pero todo eso era muy diferente a hacerlo él. Era su primera vez, era torpe e inexperto… sin contar que probablemente Deadpool se había follado a mujeres con más experiencia, ¿quién era él a comparación de ésas mujeres? Seguramente nada más le iba a dar vergüenza ajena al mayor.

-Dead, yo no…

-Baby boy… por favor, siento que me van a estallar las pelotas. Además, esto te dará algo qué hacer mientras yo hago esto… -Deadpool deslizó otro dedo en el interior del castaño, arrancándole un chillido.

Peter se mordió el labio hinchado una última vez y, de forma tímida y silenciosa, estiró su cuello hasta que sintió la punta de aquel miembro sobre sus labios. Cerró los ojos y abrió su boca, alzando las cejas un poco cuando sintió la textura rugosa del miembro de Deadpool en su boca y sin saber porque, aquello le recordó a…

A Wade. Wade Wilson, el extraño de las cicatrices.

Peter no pudo seguir pensando en Wade y en sus cicatrices porque su atención se volcó de lleno en la tarea qué tenía entre sus labios… la enorme, hinchada y gruesa tarea que empujaba suavemente contra el fondo de su garganta. El menor trató de no dejarse intimidar por el tamaño del mercenario, ni siquiera cuando pequeñas lágrimas empezaron a formarse en las comisuras de sus ojos. El castaño nada más se enfocó en succionar, repetir la forma en que antes había succionado los dedos del mayor hasta que en cierto momento, se encontró deleitado al escuchar leves gruñidos por parte del mercenario, que empujaba sus caderas contra el rostro de Peter, raspando la garganta del castaño de forma brusca, cosa que no molestaba a Peter sino todo lo contrario… le excitaba. El castaño movía su cabeza, de arriba hacia abajo, al ritmo de las embestidas de Wade que cada vez cogían más fuerza y precisión.

-Joder, Spidey… vas a hacer que me corra… -le susurró el mercenario, cogiéndolo entre sus brazos y limpiándole la saliva que se derramaba por la comisura de los labios del castaño.

Peter soltó un puchero… más porque quería seguir succionando el miembro de Wade. Y, por otra parte, sentía un terrible vacío en su entrada… vacío que no podía esperar para llenar con el miembro que antes había tenido en su boca. Sin más, Peter empujó a Wade contra la cama, posicionándose sobre la pelvis del mayor, ambas piernas a los costados del mercenario que miraba todo desorientado. Sus ojos se abrieron como platos cuando comprendió lo que el castaño se proponía hacer.

-No, Peter, espera… -empezó, pero el menor no le escuchó… nada más se acomodó sobre el miembro de Wade, y se dejó caer sobre éste sin contemplaciones. - ¡Mierda, Peter! –rugió Wade, sobre sus codos y echando la cabeza hacia atrás.

Peter contrajo el rostro un poco cuando sintió aquel escozor en su entrada, que luego se regó a su espalda baja provocándole una sensación de haber estallado en llamas. Sin embargo, a pesar de todo, en ése mismo dolor… sintió un placer indescriptible. Quizá fuese porque Deadpool se había tomado la molestia de prepararlo ésta vez, quizá fuese porque el mercenario tenía dedos mágicos que le habían dedeado con maestría… por la razón que fuese, Peter nada más podía sentir un dolor deliciosamente placentero y tenía que volver experimentarlo, necesitaba hacerlo. Mordiéndose los labios y apoyándose del mismo Wade, Peter movió sus caderas hacia adelante y hacia tras suavemente, el miembro del mayor moviéndose en su interior al mismo ritmo, arrancándole un sonoro suspiro de excitación.

Por su parte, Wade sólo podía mirar fijamente al muchacho de cabellos castaños y deleitarse con el espectáculo que estaba montando nada más para él… todo en Peter era jodidamente erótico, desde su inexperiencia hasta la forma en que decía su nombre o, al menos en éste caso, el de su alter ego entre gemido y gemido. El mercenario contempló con ojos predadores cada detalle en el rostro de su amante: La forma en cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia atrás cada vez que gemía, la forma en que su cabello sudoroso se agitaba cada vez que el castaño saltaba en su entrepierna, la forma en que sus manos se aferraban a la tela de su traje, buscando apoyo para seguir cabalgándole con un andar casi frenético. Todo en ése chico, su piel pálida y sudorosa, llena de chupetones y marcas rojizas, su cabello revuelto y echo un desastre… todo en él era perfecto. Si Wade antes era ateo, ahora se había convertido porque lo que tenía sobre sus piernas era cualquier cosa menos un chico. Era un ángel, su milagro.

-Ahh… ¡Ah! D-Deadpool… m-más deprisa… -pidió el menor entre labios temblorosos, su trasero rebotando contra la entrepierna de Deadpool en un andar descontrolado.

Aquellas palabras eran como dinamita para el mayor, como pólvora que se incendiaba en sus venas y calcinaba todo a su paso. Sin pensarlo siquiera, cogió al castaño con fuerza de las caderas, acomodándose hasta quedar sentado y empezó a moverse junto con Peter de manera salvaje, desenfrenada y, extrañamente, perfectamente sincronizada. Los jadeos de ambos y sus cuerpos chocando el uno contra otro eran los únicos sonidos que podían escucharse no sólo en la habitación del mercenario, sino en toda la casa. Peter no podía pensar de forma racional, nada más podía dejarse arrastrar por el placer alocado que Deadpool desataba sobre su cuerpo con cada embestida vigorosa y certera, empujándolo a los confines más sensuales de la locura. Y no quería parar, quería hacer de aquel momento un paraíso eterno… y por ello iba al encuentro de cada una de las embestidas de Deadpool, como si ambos estuviesen en una batalla para ver quién le daba más placer al otro.

-¡Argh! ¡Deadpool, joder! ¡Justo ahí! –chilló el menor, cuando Deadpool tocó su próstata de una embestida y lo volvió un manojo de nervios.

El mayor nada más sonrío, complacido al haber encontrado el punto G del castaño.

- ¿Dónde, Baby boy? ¿Aquí? –y con ello, volvió a embestir, tocando de nuevo el punto dulce del menor. - ¿Ahí? ¿Así?

Peter quiso gritarle a Deadpool que dejara de ser un cabrón y que siguiera follándole de ésa manera salvaje, pero en lugar de eso, rodeó por el cuello al mayor a cómo pudo estando esposado y volvió a cabalgarlo, enterrándose el enorme miembro de Deadpool en sus entrañas, tanto, que estuvo seguro de que de un momento a otro iba a atravesarle por la mitad. Wade nada más gruñó de puro placer, un gruñido gutural y masculino al ver a su Peter prácticamente saltando como un desquiciado sobre su entrepierna, buscando más contacto y placer. El mercenario cerró los ojos y se dejó llevar, prendiéndose de la maltratada carne del cuello del menor, mordiendo, besando y succionando como si los enormes chupetones púrpuras no fuesen prueba suficiente de la pasión de aquella noche. Peter se aferró a la espalda del mayor, arañándole por sobre el traje y sacándole más gruñidos de placer al mercenario que eran la mejor melodía que había escuchado en su vida.

- ¿Te gusta mi bazuca, Pet-Pet? ¿Te está calentando bien? –le susurró al menor, que se hallaba incapaz de responder porque todo lo que salía de su boca eran gemidos.

-P-Poodle… n-no p-puedo más… v-voy a…

Wade no dejó acabar al castaño, en lugar de eso, se abalanzó sobre él dejándole en posición de misionero y embistió con más fuerza aún, golpeando la próstata de Peter con violencia una y otra vez, haciendo que el castaño pusiera los ojos en blanco y babeara por las comisuras de la boca debido al intenso placer. Peter veía estrellas, el cosmos y la galaxia entera… jamás se hubiese imaginado posible que su cuerpo experimentase tanto placer, pero a lo mejor cuando dejas que la locura y un mercenario con labios, manos y pene mágico se apoderen de tu cuerpo, entonces sí podías hacer un viaje astral. Era como estar drogado, Wade era la droga más placentera que había probado en su vida y estaba más que seguro de que era más que adicto; no había forma de que pudiese renunciar al mercenario ahora que ya había aprendido lo que él y su “bazuca” sabían hacer. Peter se retorció bajo el cuerpo de Wade, temblando ante la corriente eléctrica que atravesó su cuerpo y sólo un nombre podía ser dueño se su orgasmo:

- ¡Deadpool!

- ¡Peter, mierda!

Ambos hombres se corrieron al mismo tiempo, Peter entre los abdómenes de ambos y Wade en las sábanas… su Peter era demasiado puro para que se viniese dentro de él. Al menos no sin condón, para Wade él estaba podrido por dentro y no dejaría que Peter se pudriera también… pero en ése momento, nada importaba.  Nada más que él y el joven que respiraba agitadamente debajo de su cuerpo. El mercenario cerró los ojos, dejándose caer rendido sobre el cuerpo del menor y reventando a reír a carcajadas. Peter, a pesar de seguir esposado e incapaz de ver debido al antifaz, se unió a las carcajadas del mayor… aquella había sido la noche más loca y desenfrenada de su vida, su cuerpo todavía cosquilleando debido a la intensidad del orgasmo.

{Hostia. Puta. Sin palabras, Wade… nada más WOW.}

<Joder, Wilson… ¿dónde carajos a estado éste niño toda nuestra vida? ¡A la mierda la pedofilia! Hay que compensar por todos los años que no hemos comido culito de araña.>

Wade nada más asintió, todavía jadeando y concediéndole la razón a las cajas por primera vez en su vida. Con cuidado, se acercó al castaño y le sacó el antifaz de encima, encontrándose con dos enormes ojos avellana que le miraban con un brillo muy intenso y especial. El mayor sintió como su corazón se aceleraba… Peter tenía la inocencia de un ángel en sus ojos y no pudo sino inclinarse para depositar un suave beso sobre los labios rojizos del menor, su manera de darle las gracias por haberle dado la mejor noche de toda su miserable vida. Con una sonrisa pícara que hizo sonrojar a Peter, se separó.

- ¿Listo para el segundo round, nene?

Y con ello, las mejillas del menor ardieron.

-fin del flashback-

-Presente-

Peter se lavó la cara, intentando disminuir el sonrojo en sus mejillas carmesíes, pero era imposible cuando los recuerdos de la noche pasada con Deadpool asaltaban su mente una y otra vez. El castaño no pudo evitar sonreír de manera bobalicona cuando vio los chupetones en su cuello asomarse entre la tela del suéter que usaba… era obvio que había hecho un pésimo trabajo intentando cubrírselos, tendría que ir a pedirle a MJ que le ayudase a cubrirlos con un poco de maquillaje o en verdad estaría en líos con sus padres. La puerta abriéndose abruptamente acabaron por traerle del todo a la realidad, sus cejas alzándose con confusión al ver a su amigo entrando al baño y cruzándose de brazos, su rostro una mueca, mezcla de asco, decepción y enojo. El castaño se estremeció.

- ¿Harry? ¿Qué ocurre? ¿Por qué has…?

- ¿Es verdad? –espetó el rubio, sin explicarle al castaño a que se refería. Se pasó las manos por la melena dorada, exasperado y cada vez más frustrado. –Lo que dijo MJ a la hora del almuerzo, sobre ti y ése… ése… -Harry negó con la cabeza, incapaz de siquiera encontrar un diminutivo lo suficientemente malo con el cuál calificar a Deadpool. - ¿Es verdad, Peter?

El castaño suspiró y con pesadez, cerró el chorro del grifo y se volvió a encarar a Harry, tratando de no demostrar cuán incómodo se encontraba de tener que explicarle a su mejor amigo que ayer un mercenario, con claros problemas mentales y bastante inestable, le había desvirgado. El hecho de estar en medio del baño, en donde cualquiera podía entrar y oírles sólo hacía las cosas todavía más difíciles.

-Sí, es verdad. –admitió, más nunca en su vida se hubiese esperado la reacción del rubio.

- ¡Hijo de la gran puta! –rugió el rubio, acto seguido se volvió a la pared a sus espaldas, soltándole un puñetazo tan fuerte que consiguió abrirse los nudillos.

Peter sacudió la cabeza, horrorizado al ver las gotas de sangre cayendo al suelo y a su amigo vuelto un verdadero demente.

- ¡Harry, cálmate! ¡No te hagas daño! –Peter quiso abrazar al rubio, pero éste nada más le empujó a un lado. Peter retrocedió, herido ante sus acciones. –Harry, ¿por qué estás portándote así?

Aquello fue la gota que le colmó el vaso al rubio, sentía ganas de tirarse de los cabellos y ponerse a gritar. Ganas de zamarrear a Peter, hacerle entrar en razón y que viese lo obvio… pero un vistazo a los ojos vidriosos de su amigo, le hizo desistir de ello. Resopló, frustrado y tratando por todos los medios de no salir a buscar al jodido Deadpool y abrirle la cabeza a patadas.

-Pete, nada más quiero que me expliques… quiero entender qué cojones haces juntándote con un delincuente asqueroso. Un… un… ¡un jodido mercenario, maldita sea! ¡¿Qué acaso has perdido el juicio?! ¡Ése tipo es un mierdas!

- ¡Él no es nada de eso! ¡Deja de insultarle! –chilló Peter, lágrimas de ira derramándose por sus mejillas cuando Harry empezó a insultar al mercenario. - ¡No vuelvas a hablar así de él!

Ésta vez fue el rubio el que retrocedió… ver a Peter defendiendo, prefiriendo a un maldito mercenario de mierda al que acababa de conocer, era como una bofetada a la cara. Una patada a su hombría, un desgarre a su corazón. No podía creer que el mismo chico dulce del que estaba tan enamorado fuese el mismo chico que se había revolcado con un asesino a sueldo. Peter se mordió el labio, consciente de que acababa de meter la pata.

-Harry, yo… lo siento, ¿vale? No quise gritarte, es sólo que…

-Qué prefieres a un tipo que mata gente para vivir antes que, a mí, eso me queda claro. No te preocupes, yo también lo siento… lo siento muchísimo por mí mismo. De verdad creí que eras mejor que eso, Pete… -Harry no pudo evitarlo, aquello dolía como el infierno.

Peter alzó la vista deprisa, las palabras de Harry… la forma en que le miraba, el tono que había usado… no sólo era obvio que su amigo estaba herido, sino que también le había defraudado. Y no había cosa que le desgarrara más el alma que defraudar a la gente que más quería.

- ¿Y eso qué quiere decir? –preguntó, cruzándose de brazos e intentando no parecer afectado.

Harry suspiró y luego río. Una risa ácida, amarga y burlesca que molestó profundamente a Peter. Aquello se estaba saliendo de control, Peter quería que su amigo dejase de sentirse tan herido… le estaba desgarrando el alma verle así, sobretodo porque Harry jamás lloraba y era obvio que estaba conteniéndose las lágrimas a duras penas.

-He estado ahí para ti, siempre. Te he apoyado cuando más lo has necesitado, estuve ahí cuando pasó lo de Gwen, incluso a costa de mis propios sentimientos… y tú vas y lo escoges a él. A un mercenario, al que no le importas una mierda. –Harry no pudo más, estalló… las lágrimas se derramaron por sus mejillas, a pesar de que quiso apartarlas al momento.

Peter se quedó de piedra, incapaz incluso de respirar. “No, esto… no es posible. Él no puede… no puede estar diciéndome esto, ¡no puede! ¡No ahora! ¡¿Por qué coño justo ahora?!” pensó el castaño, tratando de encontrarse la voz, pero sentía un nudo tan apretado en la garganta que nada más pudo mascullar un ruido inteligible. Harry volvió a reír, ahora una carcajada temblorosa y deforme por el mismo nudo que Peter tenía en la garganta.

-Me gustas, ¿vale? No, ni siquiera me gustas… estoy enamorado de ti, Peter Stark-Rogers. Y debería ser yo y no ése imbécil. –dijo, firmemente, dejando al castaño todavía más pálido. Negó con la cabeza. –No te preocupes, no tienes qué decir nada… es claro que tú no sientes lo mismo, sino no te hubieses revolcado con ése desgraciado.

Peter sollozó… en verdad quería decir algo, decirle a Harry que las cosas no eran así… no estaba listo para perder a su mejor amigo, ya había perdido a Gwen… no podía perder a Harry, y menos por sus sentimientos hacia Deadpool. El rubio suspiró, se enjugó el rostro y alisó sus ropas. Peter volvió a sollozar, sabía lo que se avecinaba… Harry siempre actuaba así cuando iba a rendirse, cuando iba a jugar a hacerse el fuerte y a pasar de todo. Harry siempre actuaba así cuando estaba herido y se refugiaba, levantando enormes paredes para protegerse. Paredes que ahora le cerraban el paso al castaño, dejándole fuera. Dio un paso, pero ya era tarde… Harry ya se había dado media vuelta, listo para marcharse hasta que se quedó en la puerta.

-Y Pete… él sólo te está usando para que le ayudes a encontrar al tal Francis. –Peter ni siquiera pudo tratar de comprender cómo cojones Harry sabía eso.

El rubio se marchó, dejando al castaño solo en el baño.

A Peter y al sobre manila que había arrojado al suelo antes de marcharse.

Peter sintió como aquel día, aquel puñal retorciéndose en su interior…

Sintió que moría de nuevo, justo como cuando le falló a Gwen.

-Perdóname, Harry… -susurró.

Pero su mejor amigo ya se había ido.

[…]

Peter se revolvió inquieto en la silla de su escritorio, incapaz de concentrarse en la tarea de cálculo que tenía al frente… el sobre manila que Harry le había dado seguía rondando por su cabeza, como un fantasma que no deja de atormentarle. El castaño suspiró, volviéndose a ver la mochila desparramada en su cama, con una esquina del sobre asomándose afuera. Peter se rascó las sienes, soltando una maldición exasperado porque era como si el sobre tuviese vida propia y le estuviese llamando para que echara un vistazo. “Maldita sea, ¿por qué a mí?” volvió a maldecir el menor, volviéndose bruscamente con los puños crispados y la mandíbula tensa… el maldito sobre de los cojones estaba volviéndole loco.

-No… no. –repitió el castaño con firmeza, como un mantra que se había estado repitiendo desde ésta tarde.

Peter se rehusaba a abrir el sobre, a leer lo que ahí ponía. Se rehusaba a juzgar a Deadpool, a conocerle de éste modo… él quería esperar a que el mercenario se abriese a él, no quería forzar las cosas y abrir ése sobre sería como apuñalar a Deadpool por la espalda. Y no era porque estuviese cegado, por supuesto que no… Peter estaba más que seguro que el mayor tenía muchísimos secretos terribles, empezando por su rostro el cual le ocultaba de manera tan celosa… pero si algo había aprendido de sus padres, era que jamás debías juzgar a las personas por su pasado, de lo contrario él seguiría creyendo todas las barbaridades que los tabloides y la prensa amarillista decía acerca de Tony. Peter se quitó las gafas, pasándose las manos por el rostro, exasperado.

Sí, vale, eso, por una parte.

Pero por otra… él siempre había sido extremadamente curioso, era uno de sus mayores pecados. De ahí el que le gustase tanto la ciencia, entender cómo funcionan las cosas e inventar nuevas tecnologías. Lo jodido de ser un metiche y un curioso, era que una vez tenías un secreto entre manos, no podías sólo pasar de él y ya… Peter no podía pasar del sobre manila y ya, sin siquiera saber lo que había ahí dentro. “A la mierda…” se dio por vencido y yendo hacia su mochila, cogió el maldito sobre y regresó a su escritorio, dejándolo frente a él. El sobre se sentía un poco pesado, pero aparte de eso… Peter seguía sin entender porque le ponía los pelos de punta así. “Tranquilo, Peter, tú puedes” se animó, cogiendo una profunda bocanada de aire y prometiéndose que, sin importar lo que hubiese ahí dentro, él no juzgaría a Deadpool. Ni siquiera si se enteraba de algo muy, muy malo acerca del mercenario.

-Vale, vamos a ver… -murmuró el menor entre dientes, zafando las cuerdas que mantenían el sobre cerrado. Se quedó de una pieza cuando vació sus contenidos. - ¿Qué mierda…?

Peter cogió la Tablet entre sus manos, examinándola de arriba hacia abajo, el entrecejo fruncido. Vale, por eso era que pesaba tanto. El menor frunció el ceño y presionó el único botón en todo el aparato, que volvió a la vida desplegando un menú que parecían ser archivos clasificados… de S.H.I.E.L.D. Peter se quedó de una pieza, aquello ya no estaba gustándole… ¿De dónde coño Harry había conseguido acceso a archivos clasificados de S.H.I.E.L.D? ¿Por qué estaba enterado de su trato con Deadpool? El castaño sintió que la cabeza se llenaba de preguntas que zumbaban, como abejas furiosas y su curiosidad crecía y crecía al segundo. Examinó el menú, una sensación incómoda instalándose sobre su pecho. En la Tablet ponía así:

Ø  Deadpool, Vancouver, CA -2005.avi

Ø  Deadpool, Weapon X Project, 2008.avi

Ø  Deadpool, Task Force X, 2010.avi

Ø  Deadpool, Arkham Asylum, 2012 – 2015.avi

Ø  Deadpool, Gotham City, 2016.avi

Ø  Deadpool, X-Force, 2017.avi

Peter sintió un estremecimiento en toda la espalda… la sola mención del Arkahm Asylum ya le ponía los pelos de punta, sólo las peores escorias como el Joker habían ido a parar ahí y darse cuenta de que Deadpool estaba tan… tan inestable como para ser llevado ahí, le revolvía el estómago. Todos eran vídeos, vídeos que Peter no estaba muy seguro de querer ver, ya que podía imaginarse de qué trataban y no sabía si tenía corazón para resistir ver al mercenario en sus momentos más oscuros. Se mordió el labio, sintiendo un poco de miedo… ¿Y si los secretos de Deadpool eran demasiado oscuros? ¿Podría mantenerse a su lado sin importar qué tan malo fuese su pasado? ¿Podría olvidarlo? ¿Tolerarlo? ¿Su corazón lo soportaría? La Tablet empezó a sacudirse, junto con sus manos temblorosas al caer en cuenta de que… en verdad, no conocía al mercenario de nada. Ni siquiera sabía cómo lucía.

¿Cómo se podía estar tan enamorado de alguien cuyo rostro ni siquiera has visto?

Peter negó con la cabeza, volcando su atención devuelta a la Tablet, revisando qué más había aparte de los vídeos y se topó con una galería de imágenes. No decía nada en específico, eran nada más fotos. El castaño inspiró profundamente y cliqueó en el ícono de fotos, su corazón estrujándose de nervios ante lo que podría toparse ahí… y estaba en lo cierto. Deseó jamás haber husmeado, jamás haber cogido el sobre en primer lugar. Sus manos empezaron a temblequear tanto, que acabó por romper el aparato por la mitad, debido al horror que sentía al haber visto aquellas fotos.

Fotos de su Deadpool, de ésa misma mañana, justo después de haberse entregado a él… con una mujer.

Y no cualquier mujer, sino una que él conocía.

Neena Thurman…

O, como ella prefería ser llamada… Dominó.

Y ambos estaban besándose.

[…]

Peter pegaba con todas sus fuerzas a aquel saco de arena, como si fuese el mercenario al que tanto quería tumbarle los dientes. Con cada puñetazo que soltaba, así también dejaba escapar un insulto hacia el mayor… nunca en su vida Peter había sentido tanta rabia, tantas ganas de hacer daño a alguien. Ni tampoco se había sentido tan humillado, usado y asqueroso. Decir que el odio que sentía por Deadpool ahora mismo era proporcional al que sentía por sí mismo, era quedarse corto. Siguió pegando a aquel saco, lanzando insultos al aire, pero sobretodo… siguió llorando. Lágrimas amargas y cristalinas se deslizaban por sus mejillas rojizas, como si fuesen la sangre de su corazón maltrecho. Peter odiaba a todo y a todos ahora mismo.

Odiaba a la puta vida, por ser tan injusta.

Odiaba el que todos a quienes quería, acabasen haciéndole daño.

Y odiaba a Deadpool, por ser un cabrón mentiroso e infiel.

Pero sobretodo, se odiaba a sí mismo por haberle creído. Por ser tan idiota de en verdad llegarse a creer que un hombre que metía putas a la casa de una anciana iba a tomarle en serio algún día.

Aquello era lo que más le magullaba el corazón.

- ¡Hijo de puta! ¡Imbécil! ¡Estúpido! ¡Mentiroso! ¡Infiel! –gritaba Peter, fuera de sí, pegando cada vez más fuerte, las lágrimas cayendo al suelo. - ¡Te odio! ¡Te odio, te odio! ¡Por tu culpa Harry me odia! ¡TE ODIO!

Y con aquel grito desgarrador, lanzó un puñetazo tan fuerte que acabó por atravesar el saco de arena, arrojándolo lejos de él. Peter sintió tanta furia, tan frustración que se dejó caer al suelo de rodillas y gritó con todas sus fuerzas… gritó con el dolor que le atenazaba el corazón y le desgarraba el alma, gritó con el dolor de la pérdida de su mejor amigo y gritó con la pena que le causaba el no tener a Gwen a su lado para que le consolase. Más que su novia, Gwen había llegado a ser su mejor amiga y ella siempre había sabido qué decirle cuando el castaño más lo necesitaba. Estaba solo… y la realización de su propia soledad no hizo sino enfurecerle y desgarrarle más, pegando al suelo y abriéndose los nudillos.

-Por favor, no te hagas daño… -le pidió una voz suave, dejándole descolocado porque él creía estar solo en aquel gimnasio, a altas horas de la madrugada.

Peter se volvió, topándose con Steve que le miraba con profunda pena en sus ojos azules… y a juzgar por la forma en que apretaba los labios, Peter se dio cuenta de que había estado viéndolo y escuchándolo todo, dejándole descargarse en silencio mientras le escuchaba soltar las peores palabrotas. el menor sorbió por la nariz, tratando pobremente de disimular el hecho de que había estado llorando la última hora.

- ¿Lo viste todo? –susurró, entre sollozos.

Steve nada más suspiró y se arrodilló al lado de su hijo, pasándole un brazo por los hombros y atrayéndole hacia su pecho donde el castaño se desmoronó… y nunca sintió tantos deseos homicidas como los que sintió en ése instante para el desgraciado que se había atrevido a hacer llorar a su pequeño.

-Vi lo suficiente. Y no estaba espiándote ni nada, simplemente no podía dormir y siempre vengo a entrenar cuando eso me pasa… sólo que ya estabas tú aquí. –le aclaró, apretándole los hombros con cariño. –Supongo que esto es porque te has peleado con Harry…

Peter se despegó un poco de Steve, enjugándose las lágrimas con el dorso de la mano. Steve sonrió un poco, puesto que su niño no había cambiado en nada… podía recordar perfectamente como Peter había hecho eso mismo el día en que habían ido al parque, para enseñarle a andar en bicicleta y el castaño se había caído, raspándose las rodillas. Salvo que ahora, no eran sus rodillas las que estaban lastimadas, sino su corazón.

- ¿Por qué las cosas tienen que ser así, Pops? –le dijo, entre sollozos y frunciendo el ceño. - ¿Por qué mi mejor amigo tiene que ponerme a escoger entre él o la persona a la que quiero?

Steve se quedó de piedra… aquello le resultaba más familiar que nada. Él mismo se había visto envuelto en ésa situación en carne propia, y sabía perfectamente lo mucho que puede llegar a lastimar a el corazón hallarse envuelto en tal dilema.

-Y de paso… la persona a la que quiero… -el menor negó con la cabeza, la ira tomando el lugar del dolor. –No me deja entrar, tiene tantos secretos y yo… a veces no sé ni qué creer. A veces es bueno, pero otras veces… otras veces ni siquiera estoy seguro de conocerle realmente.

Aquello fue el último puñal en el corazón del rubio, que ahora se veía perfectamente reflejado en su hijo… era como si se estuviese viendo en un espejo, trece años atrás cuando él mismo se hallaba dividido entre el amor de Tony o la amistad de Bucky. Y vaya que aquello le había salido caro, le había costado todo a lo que alguna vez amó, incluso le había costado perderse cinco años de la vida del chico que tenía enfrente. Steve cogió aire, acomodándose al lado de Peter que sólo le miró confuso.

-Por supuesto que sé lo que siente, Peter… yo mismo viví lo mismo con tu padre, hace ya un par de años. –le dijo suavemente, dejando a Peter anonadado. Steve sonrío, de forma melancólica… era tiempo. Era tiempo de decirle la verdad a su hijo. –Pete, ¿alguna vez te he contado la historia que viví al lado de Bucky Barnes?

Peter abrió los ojos con desmesura, su mente de inmediato arrojándole la memoria de un hombre de ojos grises y melena caoba desgarbada, aquel por el que su padre se había alterado tanto en el ensayo de boda de Thor y Loki aquel día. Miró a su papá fijamente, sin poderse creer que Steve fuese a contarle aquel secreto de su pasado.

El rubio cerró los ojos…

Y retrocedió trece años atrás.

POV’s Wade:

¿Alguna vez han visto la peli de “Mi Villano Favorito”? No la primera en la que Gru es un amargado, malote de mierda, sino la segunda en la que conoce a la pelirroja narizona, va en una cita y luego el cabrón va bailando al ritmo de Happy en la calle…

Vale, pues yo sí. Y recuerdo que cuando ésa parte pasó, me cabreé tanto que lancé mis palomitas a la pantalla y grité que ésa mierda no pasaba en la vida real, ni siquiera después de un buen polvo con Poison Ivy. Y luego vinieron los tipos de seguridad del cine y me sacaron, porque todos los críos se echaron a llorar por lo que dije. Ése día luego de cortarles la cabeza, me fui de putas y chimichangas.

Y no entendí porque alguien iba a alegrarse por estar enamorado…

Hasta ahora.

{♪ Because I’m happy, clap along if you feel like happiness is the truth ♪}

< ¿Sabes, Wilson? Generalmente te diría que no te alegres, porque siendo nosotros, todo siempre se nos va a la mierda. Pero hoy… hoy nada nos va a joder el día.>

No pude sino ensanchar la sonrisa de imbécil que tenía desde ésta mañana y seguí cortando a aquellos Yakuzas a los que me habían pagado para desvivir… hasta me arrojé al suelo e hice un ángel de sangre. Es parecido a un ángel de nieve, pero hecho de sangre y es la puta hostia. Ha pasado un buen rato desde la última vez que hice un ángel de sangre. De hecho, y pensándolo mejor… ha pasado un buen rato desde la última vez que sentí algo diferente a tristeza, odio, rencor o ira homicida.

Estoy feliz.

Yo, Wade jodido Wilson, estoy en el quinto cielo.

Y al recordar cierto culito arácnido, la razón era evidente.

{Pff, y pensar que pensábamos secuestrar al Capi por su culito… el de su hijo es mejor. ¿Y la mejor parte? ¡Es nuestro! Quédate con el soldadito, Stark.}

< ¿Creen que Pet-Pet vaya a enojarse por haberle sacado fotos de su pack mientras él estaba distraído follándonos?>

-No se enojó porque tenemos un póster suyo en nuestra habitación… no creo que se enoje. Y sino, hacemos que se le pase con nuestra polla mágica.

Miro mi fondo de pantalla una vez más, antes de darle un besito al culito de mi Baby boy y salir corriendo porque los Yakuza son famosos por atacar en manada y Dopinder estaba esperándome fuera. Cojo una de las cabezas que corté y me sacó un selfie para mandárselo a la esposa celosa que me contrató… lo que no supiera, no le haría daño. Además de que ya me había pagado dos millones de dólares y sí maté a su esposo que le puso los cuernos con su hija. Ya podía irme de ahí.

{¿Podemos enviarle un mensaje a la arañita? Digo, su culo es nuestro.}

< ¿Deberíamos stalkearlo en su casa? ¿O en el instituto? ¡Aw! Ya lo extrañamos.>

-¡Dopinder, arranca el puto coche, me cago en tu vida! –grité, sonriendo a pesar de que me estaban disparando a quemarropa. -¿Y si lo invitamos a cenar? Digo, el carrito de tacos de Don Pancho siempre está abierto… súper romántico. Para que no diga que somos tacaños.

{¿Por qué no se me ocurrió eso antes?}

< ¿Qué hora es? ¿Ya es hora de nuestra dosis de Spidey? Ugh, ¿podemos tomarlo prestado del Capi y Hojalata? Digo, algo así como secuestrarlo para siempre…>

Sonreí ante la idea, mi Petey-pie esperándome todos los días al llegar a casa, con un bonito mandil rosita de Hello Kitty que diga <<échamela en la carita>> y un montón de panqueques… joder, que eso sería mi cielo personal. Y ni qué decir de lo jodidamente sexi que se vería mi araña de rosita, sólo de imaginármelo ya me estoy poniendo palote…

- ¡DP! ¡¿Está bien?! Lo abrieron tipo queso suizo… -me dice Dopinder, mientras salimos cagando hostias de ahí. Yo ni siquiera me he dado cuenta… la carita de Pet-Pet llena de mi lechita es suficiente para distraer a cualquiera. -¿Algo nuevo qué contar, DP? Se ve de muy buen humor… -me dice Dopinder sonriente, con su marcado acento hindi.

Me paso hacia el asiento del copiloto, chorreándolo todo de sangre. Meh, dejaría de sangrar en un par de minutos. Además, a Dopinder no le molesta, desde que le di ésos cobertores de Hello Kitty para los asientos.

-Yo no diría tanto algo, sino alguien, Dopinder. –le digo, sacándome el móvil y enseñándole la foto de Petey medio adormilado antes de que marchase ésta mañana. - ¿Ves? ¿No es la cosita más linda? Es más lindo que los My Little Pony.

{Tiembla, Pinkie Pie, tiembla…}

< ¿Se imaginan si hubiese un My Little Pony de Petey-pie? ¡Wilson! ¡Tenemos que ir a amenazar a los productores!>

Sonrío porque un My Little Pony de Pet-Pet sería adorable. Pero como soy un egoísta de mierda y Peter es muy, muy bonito no quiero compartirlo con nadie más. Ni siquiera con un montón de críos babosos que miran MLP.

-Ah, es el niño araña de la vez pasada, ¿verdad? Pues sí que es guapo, DP. Usted siempre tiene buena suerte… ¿lo secuestró? –me pregunta, guiñándome un ojo.

-¿Sabes, Dopinder? Ésa es la mejor parte, que ése nene está conmigo… ¡porque le gustó! De veras le gustó. No sé ni cómo pasó, creo que es un caso tipo el de Fiona casándose con Shrek… mi Petey es un cielo. –estoy seguro que, de poder, me saldrían emojis de corazones de los ojos.

{Me encanta lo gays que estamos siendo y nos suda toda la polla…}

<Oye, Wilson, nuestra polla está fría… ¿podemos calentarla en la Spidey-cueva otra vez? ¡Va, porfi!>

-Paciencia, amarilla, todo a su tiempo. Además, a Pet-Pet le encantó nuestra bazuca anoche, seguro y viene a por más. –sonrío, recordando a mi potro salvaje.

Dopinder está diciéndome algo, pero no puedo prestarle atención porque aparte de estar reviviendo a Petey saltándome encima como pasiva desatada, en ése momento me suena el móvil. Si no supiera que esto es un fanfic, diría que la autora me quiere hacer una putada… le bajo el volumen a la radio.

-Deadpool follado por Spidey al habla, ¿qué mierda quiere? –contesto… ante todo, educación, señores. –Vaaaale… eso fue raro.

-¿Es su novio, DP? Seguro ya lo extraña…

-Nah, el muy cabrón va al instituto… dice que ahí aprende algo. Yo aprendí a follar, matar y cocinar y nunca puse un pie en un instituto. -¡Dopinder, detén el coche!

Me quedo muy quieto, siento que me tiemblan las manos. Sin decir nada y con la mirada aterrada de Dopinder, me vuelvo y cojo mi bolso de Hello Kitty, vaciándolo en mis piernas y viendo una pequeña cajita… un pequeño regalo. Y antes de abrirlo, sé lo que es, porque lo he abierto antes. He visto ésta cajita antes, hace tres años mientras ponía un par de Pop Tarts al horno.

Tic, tic.

Tic, tic.

Tic, tic.

El sonido del horno vuelve a mi cabeza, mientras observo la pequeña T de cobre dentro de la cajita, la misma que Ness me había regalado en nuestro aniversario aquel día… cuando… cuando…

No soy consciente de nada.

Nada, salvo el sonido del horno, indicándome que mis Pop Tarts están listas.

Notas finales:

¡ALÁ!

Vale, ¿qué os ha parecido? ¡ALERTA DE SPOILER! Stony is coming beibis ;D

Espero que  os haya gustado el cap, honestamente soy una pervertida y me encanta leer Lemon y Smut a diestra y siniestra, pero a la hora de escribirlo pues no sé… siento que no soy muy buena XD ¡ENFIN! Espero no haberos traumado o asqueado… creo que lo más que puedo esperar es que penséis “WTF?! ¿Y ésta tía le llama a eso Lemon?” XD Así que no os sintáis mla de decídmelo en vuestros RW, yo entenderé :3

¿Créeis que en verdad Wade cuernió a la arañita sensible? ¿Qué opináis de la reacción de Harry? ¿Se ha pasado de cabrón o créeis que tiene la razón? ¿Créeis que Steve va a decirle a Peter su salseo con Buck? D: En verdad me muero por qué me digáis qué pensáis en sus RW’s, yo sí os debo ser sincera, desde que vi “Civil War” pues les tengo cierto rencor al Capi y a Bucky por haber traicionado a Tony y (SPOILER… joder, qué me estoy pasando XD) de eso irán los próximos tres capítulos que he decidido dedicar a Stony, porque vamos, ¿en verdad se creían que iba a dejar a éstos dos fuera? ¡NI DE COÑA! Espero que estéis de acuerdo con ello, ya que originalmente era un three-shot que iba a hacer aparte, pero dado el rumbo que ha tomado la trama de éste fic en éste momento, se me hizo mejor incluirlo aquí… ¡VIVA EL STONY, SEÑORES! ^.^

Y pues, ya os dejo, seguro ya os tengo mareados con tanto choro :3 Iré a trabajar en los deberes de la Uni, que se supone debería haber hecho durante la semana, pero como soy güay pues me los he dejado a última hora :3 Nada más deciros qué os quiero y en aunque se los haya dicho ya millones de veces, sóis la mejor parte de mi life en éste momento, y nunca os podré agrader lo suficiente :3

Nos leemos hasta la próxima,

¡Un besazo! ♥


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