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Una segunda oportunidad por chicapublicista

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Notas del capitulo:

lamento si el capitulo es tan corto, pero ando corta de imaginacion u.u

para Kakyoin cada mañana era igual desde que llego a vivir a Morioh. Llevaba viviendo en aquella pequeña ciudad casi un año y cada día tenía la misma rutina; bañarse, desayunar, partir de su hogar a la misma hora para llegar a tiempo a su lugar de trabajo, hacer las clases (algo que le encanta hacer), correr por el ultimo tren y al finalizar el día leyendo un libro, y a pesar de que no odiaba aquella rutina no podía evitar sentir que algo le hacía falta, y cada noche antes de cerrar sus ojos suspiraba recordando los 50 días que vivió junto a sus amigos, fueron días muy emocionantes, aun que peligrosos, pero esos días fueron los mejores que vivió en toda su vida, lleno de nuevas experiencias, que lo llevo a conocer gente que dejarían marca en su vida, como Kujo Jotaro, quien fue el que dejo la marca más grande en él.

“muy buenos días, escuchan radio Morioh, como cada día vuelven a encontrarse con su vecino, Kai Harada…”

La voz del locutor de la radio local se escuchaba por todo el departamento del pelirrojo, quien mientras tomaba su típico desayuno (un jugo de naranja y un pan tostado) escuchaba atentamente la canción que comenzaba a sonar.

- y otro día mas -dijo suspirando

Aquel día seria igual que los otros, solo debía terminar su desayuno y partir a la escuela sin retraso alguno. Miro el reloj que llevaba en su muñeca izquierda y comenzó a levantarse de la pequeña mesa que tenia para llevar lo que había ensuciado al lavaplatos, el cual se encontraba a unos centímetros de él; terminado el trabajo de lavar todo y guardar la vajilla en su lugar, se puso en marcha.

La mañana transcurría con total normalidad, llego como siempre unos minutos antes de que los alumnos comenzaran a llegar a la escuela de forma masiva, dejo sus pertenencias en el aula de profesores y comenzó a recorrer los pasillos de la secundaria saludando a los pocos estudiantes que comenzaban a llegar.

- ¡buenos días profesor Kakyoin! - un grupo de alumnas que iban de camino a su salón saludaron alegremente al pelirrojo

- Buenos días -les sonrió amablemente provocando un sonrojo en ellas

- está muy guapo como todos los días profesor- dijo una de las chicas que desviaba su mirada tímidamente

- muchas gracias- respondió cordialmente con una sonrisa, aquella expresión provoco un grito de alegría entre las presentes quienes comenzaron a susurrar entre ellas sobre lo tierno que fue aquella expresión

A Kakyoin le alegraba la energía que tenían sus alumnos muy temprano en la mañana, para el pelirrojo, el poder observar como ellos viven sus días de juventud le alegraba el día, pero aun que mientras más los observaba más sentía un dolor en su interior, un sentimiento que no podía dejar de sentir y que aumenta con el pasar de los años. Él no logro disfrutar por completo aquella etapa de su vida, perdió esa oportunidad y fue obligado a comenzar una vida de adulto sin poder disfrutar de aquellos momentos que tanto deseaba poder vivir junto a Jotaro.

- ¿no es ese Josuke? - una de las chicas del grupo se asomo por la ventana para poder saludar al chico de cabellos morados que venía llegando - ¡Josuke! - grito lo mas fuerte que pudo, pero este la ignoro- ¡oye, Josuke!

- déjalo, sabes que no te va a saludar -comento otra joven del grupo

- ¿quién es él? - apunto a alguien la chica que se encontraba en la ventana- es extraño, no lo hemos visto antes.

Su profesor no pudo evitar las ganas de ver quien era la persona a quien su alumna consideraba extraño, se acerco a la ventana para poder observar quien era la persona que se acercaba al chico de peinado particular, al principio le costó reconocer quien podría ser, pero a medida que se acercaba mas logro reconocerlo, provocando que su corazón se detuviera de golpe.

(….)

- Josuke -una voz seria e imposible de olvidar detuvo el caminar del mencionado haciéndolo voltear

- ¡Jotaro-san! - grito su joven tío quien sonrió ampliamente al verlo- ¿Qué haces aquí?, creí que no volverías más, ya ha pasado un año

- la fundación nos informo que aun se encuentran usuarios de stand en la ciudad – saco unos papeles del bolso que llevaba con el- fueron creados por la flecha que poseía el padre de Yoshikage Kira, a pesar de que no pelearon contra nosotros, aún se encuentran en la ciudad – le ofreció las hojas.

- podrías saludar al menos -bufo algo molesto, pero al ver como el pelinegro alzaba una ceja desvió la mirada nervioso- A…así que estas personas son sospechosas -comenzó a examinar cada hoja, observando detalladamente a cada sujeto- desde que Kira murió, no se ha visto nada extraño en la ciudad, ya ha sido mas de un año de aquello

- aun así, debemos investigarlos, tengo información de que una serie de personas en Morioh han desaparecido de forma extraña durante el último tiempo -tomo de vuelta las hojas para volver a dejarlas en su bolso– si notas algo extraño, debes decírmelo de inmediato

- bueno, no he notado nada fuera de lo común – llevo una de sus manos a su mentón y miro al cielo intentando recordar algo por unos minutos- ¡oh sí! -bajo la mirada para observar fijamente a Jotaro- Koichi esta obsesionado con que nuestro profesor de literatura es un usuario de stand

- ¿Qué le hace creer eso?

- no recuerdo muy bien, pero dice que desde que el llego todo a sido algo mas extraño, aun que no lo siento así… llego hace casi un año, es un recién graduado, eso es lo único que sé, ¿podrías investigar sobre él?

-yare yare daze- dio un suspiro largo mientras acomodaba su gorra- ¿hum? - de un momento a otro levanto la mirada para observar directamente una de las ventanas de la secundaria

- ¿sucede algo? -pregunto Josuke quien levanto su cabeza para mirar hacia la misma dirección que miraba el pelinegro. Este miraba hacia el tercer piso

- alguien nos observaba – aquello puso en alerta al pelimorado- se fue, Star platinum no logro ver quien era

- solo veo estudiantes, ¿crees que uno de ellos sea?

- no lo creo, se sentía diferente, pero debes estar alerta ante cualquier situación -suspiro bajando un poco la guardia- y bien, ¿Cómo se llama ese profesor?

- ¡Higashikata Josuke! – el grito de una mujer asusto a ambos hombres quienes miraron de donde venia la voz

Una mujer un tanto joven de cabellos azules oscuros y de ojos color celestes venia a un paso veloz hacia el chico de cabellos morados, quien al verla levanto los hombros y bajo un poco la cabeza algo nervioso.

-di…directora- la mujer acerco su rostro al del al joven que evitaba mirarla a los ojos

- ¡otra vez llegando tarde, ¿es que acaso no vez la hora que es?! – la mujer dio un paso hacia atrás llevando sus manos a sus caderas mientras soltaba un largo suspiro- ¿cuándo será el día que llegues a tiempo a clases?

- ¡pero si hoy llegado a tiempo! -grito mostrando su reloj- además todo están entran…do. -al ver a su alrededor noto que ya no había ningún estudiante mas

- todos ya están dentro, es que acaso intentas saltarte las clases de nuevo

-no es eso -estaba nervioso, no recordaba que haya estado hablando por tanto tiempo con su sobrino

- se encontraba hablando conmigo – dijo Kujo, quien miraba fijamente a la directora, algo en ella le hacía familiar

- debo irme a clases, no quiero ser regañado – Josuke los miro a ambos antes de comenzar su camino a su salón - ¡hablamos más tarde Jotaro-san!

- ese chico…en serio trae bastantes problemas- suspiro la peliazul mientras cruzaba sus brazos

- ¿es usted la directora? – pregunto el pelinegro quien no dejaba de observarla con una mirada que la puso muy nerviosa- ¿Qué paso con el antiguo director?

- ¿él?...ah..él, se retiró….llevo casi un año siendo la directora, mi…mi nombre es Yura- dijo evitando mirarlo directamente a los ojos

- ya veo – la analizaba, sabía que la había visto en alguna parte, pero no podía recordar

-yo debo entrar, tengo muchas cosas que hacer en la oficina – se inclina para despedirse- si me disculpa señor Kujo- dicho eso partió rápidamente al interior de la escuela dejando confundido a Jotaro

-“¿Kujo?”-pensó el -“¿cómo es posible que una mujer a la que acabo de conocer conozca mi apellido? No recuerdo haberme presentado”- y antes de retirarse levanto la mirada nuevamente para observar la ventana de donde sintió una presencia

(…..)

Su corazón latía a mil por hora, se había salvado por muy poco de ser descubierto por la mirada perfecta de star platinum, quien al notar su presencia apareció para buscarlo.

El pelirrojo se encontraba sentado en el suelo abrazando con fuerza unos papeles que llevaba consigo, temía levantarse y que él aun se encontrara mirando hacia la ventana; en el fondo agradecía que aquel stand fuera de corto alcance o ya habría sido descubierto. Su rostro se encontraba rojo por los nervios y su respiración era agitada, pero aun así no podía evitar sentirme feliz…lo vio, vio a Jotaro…como extrañaba verlo, aunque fuera de lejos, para el era mas que suficiente.

- ¿profesor, se encuentra bien? - pregunto una de las chicas, las cuales al ver el repentino comportamiento de su profesor se preocuparon, agachándose frente a el para ayudarlo

La voz de una de sus alumnas lo saco del trance en el que se encontraba, dándose cuenta de lo extraño que se veía sentado ahí como si se escondiera de algo

-ah, si- calmo su respiración para poder sonreír tranquilamente- sí, me encuentro bien

-nos preocupó- suspiraron aliviadas todas al mismo tiempo- venga, déjenos ayudarle a levantarse- el grupo de chicas se levantaron del suelo para extender sus manos y de esa forma ayudar a su profesor, quien al principio dudo mucho en hacerlo, tenia miedo de que aquellos ojos azules lograran verlo si se levantaba - ¿profesor? - el pelirrojo al escuchar como lo llamaban decidió finalmente tomar la mano de una de ellas y levantarse

-gracias, niñas – se sentía un tanto avergonzado, recibiendo ayuda de unas chicas después de esa escena tan vergonzosa – pueden retirarse a su salón- al ver que todas ellas se retiraron sonriente voltio su mirada para ver nuevamente a donde debía encontrarse Jotaro, pero este ya no se encontraba.

Se sentía aliviado de que él ya no se encontrara ahí, no sabría que hacer si lo tuviera de frente, que decir o como verlo, no había pensado en aquella situación y tampoco estaba en sus planes pensarlo.

-¿te sucede algo Kakyoin?- una voz que provenía de atrás lo asusto provocándole un grito ahogado- tranquilo, soy yo, Will

-¡Will-san, por favor no me de esos sustos!- frente al pelirrojo se encontraba una persona que conocía muy bien; El doctor que lo cuido durante sus años de coma y recuperación se encontraba trabajando también en la secundaria.

-lo lamento -se ríe por la reacción del pelirrojo- te vi algo distraído mirando la ventana, ¿sucede algo?

- él estaba ahí -volvió su mirada nuevamente hacia la ventana dando un suspiro

- ¿él? -pregunta intrigado mirando hacia la entrada de la escuela

- Jotaro…el se encontraba ahí -su voz se volvió lenta y con un tono triste

- ¿hasta cuando planeas esconderte de él? - lo mira fijamente, notaba a simple vista la tristeza que se formaba en el ojivioleta – ya han pasado años y aun te niegas a verlo

-es mejor así- lo miro dándole una sonrisa, la cual no lo convenció- ya no pertenezco a su vida

- Kakyoin…- lleva sus manos a la nariz del pelirrojo apretándola con fuerza- no seas idiota, si no hablas con el no sabrás si te elimino de su vida – lo suelta- bien, es hora de hacer las clases, yo volveré a la enfermería

Noriaki lleva su mano a su nariz la cual se encontraba un poco adolorida por tal apretón- no hagas eso mas -sin darse cuenta aquel doctor ya no se encontraba en el pasillo, él se había ido dejándolo con aquellas palabras rondando por su mente.

Desde aquella situación el día se volvió totalmente difícil para Kakyoin, quien no podía dejar de pensar el pelinegro. Aun que los años pasaran la aún tenía el poder de hacer que su corazón se acelerara, y aunque muchas cosas en el cambiaron, sentía que aun era el joven de mirada fría, pero de corazón tierno que conoció hace más de 11 años.

(…..)

La noche había caído en Morioh y para Jotaro era la mejor hora para sentarse a ver el mar en una banca que se encontraba frente al océano, escuchar las olas del mar y el sentir la brisa de la noche  era la mejor combinación de todas, lo cual le permitía ordenar sus pensamientos; Si bien su mente se mantenía intentando averiguar de dónde conocía aquella mujer extraña, aquel paisaje tan calmado le traía un deseo que siempre llevaba consigo; Se veía a si mismo sentado en ese mismo lugar acompañado de una de las mas dulces sonrisas que había visto en su vida…Kakyoin…como deseaba tenerlo a su lado, en ese silencio admirando juntos el océano mientras se encontraban tomados de la mano, sin decir ninguna palabra, solo escuchando las olas llegar a la orilla de la playa, en aquella tranquilidad, era su anhelo más grande….pero bien sabía que eso nunca podría cumplirse.

-señor Jotaro- la voz de alguien lo saco de sus pensamientos, un hombre de mediana edad se sentó en la banca que se encontraba detrás él- hemos hecho lo que nos pidió, pero lamento informar que no encontramos nada

- ¿no encontraron NADA? - dijo algo irritado, recalcando la última palabra

-no hay datos sobre los nuevos empleados que ingresaron a trabajar a la secundaria de Morioh en este último año, no hay nombres, edades ni información profesional – guardo silencio por unos segundos, temiendo de que lo que fuera a decir ahora pudiera provocar al pelinegro- mi superior…nos prohibió seguir investigando, todos los datos importantes sobre este ultimo año han sido bloqueados

- ¿a qué te refieres?

- la fundación está escondiendo algo, señor Jotaro….lo mejor es que tenga cuidado

- lo tendré…por ahora, encárgate de encontrar información sobre los sospechosos de la lista- Kujo sentía en aquel momento una gran intranquilidad, ¿Qué es lo que ocultaba la fundación? Ellos siempre habían sido fieles a los Joestar y nunca habían ocultado ninguna información a ellos, pero ahora si….y sabía que algo se ocultaba y debía llegar al fondo de eso.

-como usted ordene- se levanta para hacer una reverencia antes de partir- cualquier cosa que necesite, aquí estaremos

(…..)

Era la mañana siguiente y Jotaro se encontraba de pie en la entrada en la secundaria Morioh, la noche anterior no logro dormir del todo bien pensando en las cosas extrañas que habían pasado y sus años de experiencia le decían que debía actuar cuanto antes, quería llegar al fondo de todo lo mas pronto posible, así que llevaría a cabo el plan que pensó con cuidado.

Espero a que las clases comenzaran, cada alumno se encontraba en sus respectivas aulas y los pasillos estaba desiertos, era ese el momento ideal para comenzar su búsqueda; el plan ya lo había ideado detalladamente; esperaría a la hora en que comenzaran las clases para ir en búsqueda de la directora y cuando la encontrara, la haría hablar a las buenas o a las malas.

Camino por cerca de 20 minutos en cada piso, pero no la encontró, reviso su oficina, la sala de profesores, baños y miro dentro de las aulas, pero nada, ella no se encontraba en la secundaria. Kujo ya comenzaba a molestarse, había perdido 20 minutos buscándola y no la había encontrado, estaba decidido a irse y buscarla al día siguiente, pero cuando se ponía en marcha para retirarse se encontró de frente con uno de los amigos de su tío.

- ¡Jotaro-san! – grito un chico de estatura bastante baja mientras se acercaba- ¿Qué hace por aquí?

- Koichi – estiro su mano para estrecharla con la del contrario- estoy investigando

- ¿investigando?

-Josuke me comento sobre tus sospechas, de que uno de sus profesores es usuario de un stand-comento, aun que esa no era la razón por la que se encontrara ahí.

- ya veo -llevo una de sus manos a su mentón- aun que el diga que no es nada raro, estoy seguro de que el es un usuario de un stand

- ¿Por qué tan seguro de ello?

-lo vi con mis propios ojos – la mirada en el rostro de Koichi se volvió seria a medida que hablaba, agravando mas su voz- cuando me encontraba limpiando el salón de ciencias, por error una chica de mi clase golpeo un estante, el cual estaba seguro de que se le caería encima, pero, el profesor llego de repente salvándola

-no veo que tenga eso de raro

-eso no fue …lo extraño fue que una de las cajas que se encontraba sobre el estante se debió caer, pero vi como unos tentáculos verdes sostuvieron la caja evitando que esta cayera

- ¿tentáculos verdes? - aquello le había llamado bastante la atención al ojiazul

-sí, eran como esmeraldas…-baja la mirada- no quiero pensar de que es una persona malvada, es un gran profesor, pero desde que llego, muchas cosas cambiaron…nuestro director y enfermera fueron remplazado por dos personas nuevas.

- yare yare daze -suspira, no esperaba que alguien más además del director fuera cambiado- ¿la enfermera también fue remplazada? -se disponía a sacar un cigarrillo de sus bolsillos pero su acción fue interrumpida por algo que vio; a lo lejos, a través de la ventana, logro visualizar a alguien que caminaba en el patio de la secundaria, esa persona era muy familiar para él, y aun que solo lograba ver su espalda, aquel cabello rojo y ese mechón rizado que sobresalía en su cabellera, era algo característico de alguien que nunca podría olvidar. Al principio pensó que sus ojos le jugaban una mala pasada, pero aun que fuera así, su cuerpo no obedeció a su cerebro y comenzó a correr para poder alcanzar a aquella figura.

- ¡¿Jotaro-san?! -grito confundido Koichi al ver como el hombre de gabardina blanca comenzaba a alejarse a toda velocidad.

Corrió lo más rápido que pudo hasta el patio trasero de la escuela olvidando incluso la habilidad de su stand, busco desesperado con la mirada a quien intentaba alcanzar, pero no lo encontrar por ninguna parte, sin rendirse comenzó a caminar por el patio de la escuela con tal de dar con el y en su búsqueda se topó con quien debía ser su principal objetivo.

- ¿señor Kujo? – la directora había aparecido de la nada y ahora se encontraba frente a él mirándolo fijamente- ¿Qué hace por aquí?

-yo…. – busco con la mirada a lo que creía era su imaginación, pero al no encontrarlo centro sus pensamientos en quien se encontraba frente a el- la buscaba

- ¿a…a mí? - su voz era nerviosa y temblorosa, comenzaba a dar pasos hacia atrás intentando marcar distancia con el pelinegro, que al notar su comportamiento se dio cuenta de que algo ocultaba- ¿y…eso por qué?

- ¿Por qué tan nerviosa? – dio un paso hacia ella- solo tengo unas preguntas para usted

- ¿preguntas?

- si – acomoda su gorro antes de continuar- ¿Quién eres? – la mira con una mirada que la hizo temblar, y si las miradas mataran, la joven mujer ya estaría muerta

- ya…ya le dije, mi nombre es Yura, soy la directora de la secundaria Morioh -intento seguir retrocediendo, pero sintió como si unos brazos la sostuvieran, obligándola a quedarse quieta, busco con la mirada a quien podría ser, pero no encontraba nada, solo encontraba ella y Kujo.

- mientes -su mirada se volvió más fría y seria, haciendo que su stand, quien era quien sostenía a la peliazul, la sostuviera con mas fuerza, provocando en ella un sonido de dolor- sabes mi apellido, nunca me presente, se que te he visto antes, y si no tuvieras algo que ocultar no estarías tan nerviosa

Había sido descubierta, Yura no sabia que hacer, no podía huir, era una simple humana que estaba atrapada por un stand, el cual no podía ver al no ser usuaria de ninguno; cerro sus ojos con fuerza deseando que alguien la ayudara, tenía miedo, conocía a Jotaro de lejos, sabia lo peligroso que podía ser un hombre como el, aun que sabia que no la mataría, no quería ser la enemiga de un Joestar.

El silencio duro unos minutos, ninguno de los dos pronunciaba ninguna palabra, y aquello irritaba mas al pelinegro, que al no tener respuesta provocaba que star platinum la sujetara más fuerte; no quería matarla, solo hacerla hablar, saber que ella ocultaba algo lo molestaba, no le importaba si era bueno o malo lo que ocultaba, solo sabía que debía hacerla hablar.

- ¡suéltala Jotaro! - el grito de una voz conocida para el Kujo lo estremeció, no oía esa voz desde hace 11 años y era imposible que la volviera a oír mas haya de sus recuerdos vividos en los que aun escuchaba al pelirrojo despedirse de él.

-¡Kakyoin!-grita la directora, quien al oírlo abrió los ojos para ver al ojivioleta

-¿Ka…Kakyoin?- el pelinegro voltea para ver si aquella voz provenía de quien el creía y así fue.

Frente al mayor se encontraba un hombre de cabellos rojizos, con mechón rizado y ojos color violeta, y a pesar de que su rostro se veía un poco más maduro no había duda de quién era. Kakyoin, quien se encontraba frente a el no sonreía, solo lo miraba fijamente sin emitir ningún sonido.

Con miedo de que fuera una simple ilusión causada por su mente, Jotaro comenzó a avanzar hacia su dirección lentamente, pero el menor al sentirlo cada paso más cerca, comenzó a retroceder, marcando una notoria distancia, era una especie de juego de avanzar y retroceder que ya estaba molestando al ojiazul con cada paso que daba.

-no te acerques más Jotaro -ordeno Noriaki quien hizo aparecer a su stand, preparado para atacar si llegaba a ser necesario, aunque no quisiera – suelta a la directora, por favor… – y en un abrir y cerrar de ojos, sin saber cómo, vio al pelinegro frente a él, ¡¿Como es que avanzo tan rápido hacia el sin notarlo?! No lo entendía

- Kakyoin, ¿eres tú? – llevo una de sus manos al rostro del ojivioleta, quien cerro sus ojos al sentir el tacto de la mano del mayor.

Con los dedos de su mano disponible trazo delicadamente una de las cicatrices que la menor tenía en sus ojos, bajo lentamente por aquella línea, recordando cómo él había conseguido esas cicatrices en su rostro; con su otra mano acaricio tiernamente su mejilla viendo como un leve sonrojo aparecía. El sentir el calor y la suavidad de ese rostro despejo de la toda duda, no podría tratarse de una ilusión y menos de una imitación, y sin dudarlo lo envolvió entre sus brazos dándole un fuerte abrazo.

-suéltame Jotaro – decía el pelirrojo mientras intentaba con sus brazos separarse del mayor, pero era inútil, este no se separaba de él y lo apretaba cada vez más– me lastimas, suéltame.

-lo siento – dijo el mayor obedeciendo, mientras se alejaba de el lentamente, no quería soltarlo, pero tampoco quería lastimarlo, pero la emoción no lo hacia capaz de controlar su propia fuerza

- ¡Jotaro-san! – grito del pelimorado, quien venía corriendo junto a su amigo – Koichi dijo que saliste corriendo mientras hablabas con él, ¿sucedió algo?

- ¿profesor Kakyoin? -pregunto Koichi, quien venía junto a Josuke - ¿pasa algo malo?

Tanto Noriaki como Kujo se encontraban en completo silencio sin mirar a ninguno de los presentes, los cuales solo observaban como el ambiente se volvía incomodo

-¿Jotaro-san, conoces al profesor Kakyoin? – pregunta el chico de peinado de copete

- nosotros… -iba a conectar el pelirrojo, pero este se ve interrumpido

-si -responde Jotaro mirando al ojivioleta- nos conocemos desde hace años

- chicos, ¿Qué hacen fuera de sus aulas? La campana aun no ha sondado – la presencia de la directora había pasado desapercibida hasta ese momento – profesor Kakyoin, usted debe también volver, tiene clases que hacer

- lo sentimos directora, estábamos preocupados por Jotaro-san- responde el más bajo de todos

- todo esta bien, es hora de retirarse -Yura comenzó a empujar a los chicos de vuelta a sus salones- son ordenes de su directora.

- si -dijeron al unísono los dos mientras avanzaban

- debo irme también- sin mirar al pelinegro Noriaki comenzó a avanzar, pero fue detenido por el pelinegro, quien lo a sujeto del brazo impidiendo que continuara caminando

- aun tenemos que hablar muchas cosas, no te vas a ir

-debo irme, soy el profesor -intento soltarse de su agarre, pero esta vez no sería fácil que lo soltara- esta bien -suspiro rendido, sabia que decir para hacer que lo soltara- después de clases, prometo que hablaremos, por ahora debes dejarme ir

- te esperare – dijo soltando finalmente su brazo y dejándolo ir

Kakyoin camino de vuelta al salón de profesores sin mirar hacia atrás, nervioso de lo que vendría, no quería hablar con él, pero no tenía escapatoria, ya lo había visto y huir ya no era una opción. Con el corazón a mil se sentó frente a su escritorio mirando el reloj que se encontraba colgado en la pared, como deseaba que se detuviera y le diera el tiempo suficiente para encontrar una salida o para calmar sus emociones, los cuales se volvieron un caos en el momento que sintió aquella mano sobre su rostro, un millón de sentimiento lo inundaron…dolor, felicidad, tristeza y miedo entre ellas. Deseaba con todas sus fuerzas corresponder aquel abrazo, pero su mente le ordenada que debía alejarlo de el con todas sus fuerzas, y ahora…ahora su corazón llora, diciendo que debió dejar el orgullo a tras y fundirse en ese abrazo.

- ¿Qué hare ahora? -se abrazo a si mismo recordando aquellos enormes brazos que hace poco sujetaban con fuerza- no puedo retroceder ahora – apoyo su cabeza sobre su escritorio mientras en el fondo se escuchaba la campana que anunciaba el cambio de profesores.

Notas finales:

*No se cuantas veces reescribí este capítulo, cada vez más diferente con tal de que se pareciera a lo que mi mente imaginaba.

*realmente pensé mucho si hacer que se reencontraran tan pronto, pero al final llegue a la conclusión de que si, que así veía la historia en mi cabeza y así la escribiría

*Un dato especial: me encanta entrar en mis propias historias como un personaje, un personaje no importante, pero que si esta recurrentemente en la historia ayudando a la trama o en algo. Yura, la directora, ese seria yo y Will, ese personaje seria mi hermano.

*Se que me tarde un poco en actualizar, pero es que la universidad esta ultima semana fue una tortura y por fin tengo libre, lo cual aprovechare en comenzar el segundo capítulo.

*Espero que me tengan paciencia, soy mala relatando aun, los años me oxidaron, pero intentare mejorar con cada capítulo.

*gracias por leer <3

 


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