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SOY MALO PARA TI por Vanessa-Chan13

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Jin trabajaba en una tienda de ropa, lo había conocido un día en el que entré por casualidad buscando unas botas negras, y terminé pasando toda la tarde hablando y haciéndome su amigo, fue espontanea la forma en la que nos volvimos muy cercanos.

 

No como con Yoongi que a estado conmigo desde la primaria, por lo cual nuestra amistad se construyó y volvió fuerte gracias a los años. Vivir todas las experiencias de la niñez y adolescencia juntos nos convirtió en el apoyo del otro.

 

Pero aun con eso, no me sentía cómodo con la idea de vivir en su departamento, nunca me llevé bien con sus padres y ese departamento es de su propiedad, ademas ya tenia suficiente con verlo en la universidad y ir a todos lados juntos, la privacidad es algo que a ambos nos encanta y viviendo juntos podríamos tener problemas con eso.

 

En realidad él no tenia problema con que me quedara o me fuera, lo que le molestaba era que fuera a hablar con Jin, por lo que duró toda la mañana intentando convencerme para no ir. Al final se rindió y solo me pidió que le enviara un mensaje cuando fuera a volver por la maleta. Yo me despedí no sin antes decirle que debía desayunar con jugo y no con cerveza.

 

No tarde mas de media hora en llegar a la tienda de Jin "Dangerous style" ya que estaba en el centro de la ciudad, muy a la vista llamando la atención con las enormes letras del logo en negro y dorado.

 

Cuando entras te das cuenta al instante del estilo de la tienda. Las paredes, estantes y la ropa es casi toda de color negro, gris y rojo, hay botas y chaquetas de cuero, cuadros explícitos y muchos espejos. Precisamente por eso cuando la gente ve al alto y guapo cajero de la tienda queda muy sorprendida.

 

Mi amigo llama la atención a su manera, todo el tiempo viste con colores rosas de muchos tonos, y siempre lleva una sonrisa amigable en la cara, por lo que hace contraste con el entorno, haciendo a algunos clientes sentirse cómodos y a otros increíblemente incómodos.

 

El frío del aire acondicionado me hizo temblar un poco, pero aun así logré sonreír y buscarlo con la mirada. Estaba de espaldas a mi haciendo el inventario, contando y anotando completamente concentrado lo que había en las repisas de zapatos, por lo que aproveché para sorprenderlo. Me posicione detrás de él y puse mis manos a ambos lados de su cabeza chasqueando los dedos.

 

-¡Jin!- grité mientras él volteaba completamente sorprendido y con una leve expresión de molestia.

 

-¡Jungkook no me asustes así!- posó una de sus manos en su pecho y yo sonreí por haber logrado sorprenderlo.

 

-¡Te extrañe mucho!

 

-¡Yo también!- ya se le había pasado el enojo - ¿qué haces aquí? ¿viniste a comprar algo?

 

-La razón por la que vengo es mucho mas compleja- Jin me miró confundido y asintió para que siguiera hablando- antes de contarte debes prometerme algo.

 

-¿Que hicieron ahora?- preguntó frunciendo el ceño, era increíble como relacionaba a Yoongi directamente con el asunto, aunque no puedo culparlo, Yoongi y yo nos metemos en problemas muy a menudo, precisamente por eso debía prometerme que no iba a ir a formar un escándalo a su departamento.

 

-Fui yo quien se descuido, esta vez él no tiene mucho que ver en el asunto, no lo molestes.

 

-¿Dejaste embarazada a alguna tipa?- preguntó con normalidad- porque en eso no te puedo ser de mucha ayuda.

 

-¡Demonios no, eso jamás!- exclamé asqueado y sintiendo un poco de pánico, no podía ni imaginarme con un hijo, los niños no eran lo mio, ademas son insoportables.

 

-Pues dime cariño, no creo que halla algo peor que eso- suspiró divertido y dejó a un lado las cuentas para caminar al mostrador - creo que ya has hecho todos los desastres habidos y por haber ¿que te ocurrió para que pongas esa cara? parece que hubieran prohibido la nicotina a nivel mundial- se burló.

 

-Mis padres me echaron de la casa.

 

De no ser porque era yo el afectado me habría burlado de la expresión de sorpresa que puso Jin al escucharme.

 

-Mi mamá descubrió que su casa es el escondite de la mercancía de Yoongi, aunque por supuesto ella no sabe que se trata de él, se volvió loca y me dijo que no volviera a casa hasta que deje el vicio o algo así - no recordaba las palabras exactas.

 

-¿Y así me pides que no lo moleste?

 

-Era mi responsabilidad.

 

-Jungkook este no es un problema ajeno a él- Jin me hablaba con un tono de preocupación mas que de molestia - ¿qué harás ahora sin el apoyo económico de tus padres? no trabajas y solo sabes ir a fiestas y meterte en problemas con el idiota de Min Yoongi.

 

-No hables mal de él, anoche me dio refugio y sabes muy bien que antes de ti él era el único que me ayudaba en todo.

 

Me miró con reproche y resignación a la vez, dándome a entender que me apoyaría como siempre aunque no estuviera de acuerdo con la vida que estaba llevando.

 

Lamentaba tener que molestar siempre a mis amigos y no poder encargarme de las cosas yo solo. Jin tenia muchas responsabilidades con su hermano menor en casa como para encima ocuparse de un vago como yo.

 

-¿Viniste a mi para que te aconsejara?

 

Yo asentí y suspiré apoyando los codos en el mesón del mostrador. Necesitaba que alguien me guiara.

 

Yoongi era muy malo dando consejos serios, el tipo de persona que en situaciones desesperadas busca la solución mas sencilla y que de seguro traería mas problemas luego, aunque a pesar de eso seguía viviendo relajado y sin arrepentirse de nada.

 

Jin era mas maduro y comprensivo, como una madre, sabia como decir las cosas y en el momento indicado. Él había salido adelante con su hermano pequeño después de que sus padres murieran en un accidente cuando tenia quince años, por lo que trabajar duró y madurar a temprana edad lo hizo ser quien es ahora. La mejor persona que conozco.

 

-Bien- sostuvo gentilmente mi mano y con confianza acarició mis dedos dándome calma - puedes quedarte en mi casa y de paso te ayudaré a encontrar trabajo ¡eso si! tienes que mañana mismo traerme sobrio a Min Yoongi para sermonearlo y que no olvide mis palabras.

 

-De acuerdo.

 

-Y deja los vicios o te seguirás metiendo en problemas... estúpido conejo.

 

-No me pidas tanto.

 

Reímos como locos y proseguimos a hablar de las nuevas botas que habían llegado a la tienda.

 

Siempre podré confiar en Jin.  

Notas finales:

Gracias por leer y perdón por tardar en actualizar!


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