¿En que piensas ahora...?

Olive Stone es una estudiante de último año en la carrera de Psicología, con tan solo 23 años es la número uno de su generación, destacando no solo por sus calificaciones…sino por su físico además de su carismática personalidad. Pero ella oculta un no tan pequeño secreto…es Madre de una pequeña niña de tan solo 6 años llamada Susan

Olive no solo tendrá que luchar contra sus deberes como Madre, hija, amiga y estudiante…sino que igual tendrá que atender un caso…un tanto “especial” que le encargo como favor su profesora. Ya que están en la recta final…y a todos sus compañeros se les otorgo un caso en el cual depende su titulo.

¿Qué podrá hacer Olive? Cuando conozca a la problemática, misteriosa y arrogante Solange Hartell, de tan solo 20 años, su futuro dolor de cabeza…Eso si, no estará sola. Cuenta con la ayuda del Doctor Hastings, su mejor amiga Sandy e inesperadamente…su hija.

Acompaña a esta futura Psicóloga a conocer a la persona que le marcara su vida para siempre…ya que tanto ella como Solange tienen algo en común…

-¿puedo decirle algo sin que se enoje Psicóloga?-me pregunto con esa estúpida sonrisa arrogante que le caracterizaba en el rostro

-Dígalo- accedí sabiendo el riesgo que corría con ella

-tiene cara de que no ah tenido un orgasmo en mucho tiempo-contesto riéndose la muy estúpida

-…-yo solo me rasque la cien frustrada, no puedo creer que este soportando esto

-es una broma…-la escucho decir de repente, pero no volveré a caer esta vez

-siempre tan ocurrente Solange-rodo los ojos

-la verdad…es que me gusta tu rostro cuando discuto contigo-dijo de repente y me sorprendí por la sonrisa en su cara, no tenia una mirada de broma como las otras veces incluso podría decir que…era sincera

-espero que algún día puedas conocer a una persona…que con solo estar a su lado…te haga sentir bien-la escuché hablar dentro de mi cabeza, aquellos recuerdos de sus palabras…

-te veo muy alegre-su voz me saco de mi cabeza y voltee a verla enseguida

-…-no le dije nada, simplemente la mire y le sonreí; Ella ladeo la cabeza extrañaba por mi repentino cambio de humor pero no importaba. Era feliz en este preciso momento, aun sabiendo que ella odiaba cuando le sonreía de diferente forma.