Pájaro Negro
Capítulo V: Itachi
No podía evitar pensar en lo que le habían contado, saber todo lo que Sasuke había hecho por él, solo le hacía llegar a la suposición de que este le quería de lo contrario ¿Por qué molestarse tanto?
Además estaba el hecho de que había despojado a su propio hermano de su título con tal de estar con él.
― ¡U-una araña!
El grito de Sakura le saco de sus pensamientos.
― ¡Eh!, ¿Dónde? ―pregunto intentando encontrar el insecto
― En tu hombro ― señalo la pelirosa, a lo que comenzó a moverse frenéticamente pero no encontraba al animal.
Podía ser todo un macho alfa, pero odiaba las arañas con toda su alma.
En serio, ellas lo odiaban también solían atacarle desde pequeño, además que muchos de los espíritus que lo atormentaban tenían forma arácnida.
― Uzumaki, necesito que venga conmigo ― Como llamado por telepatía, el Uchiha se asomó y le llamo.
Naruto no deseaba moverse hasta haberse deshecho de ese animalejo, pero notaba que Sasuke estaba de pocas pulgas, de hecho llevaba varios días así.
Específicamente desde la llegada de su hermano, Itachi.
Lo siguió y este le encerró en un salón, ni tardo ni perezoso comenzó a desvestirlo ― Espera, que te pasa idiota.
Forcejeaba con él, estaba loco cualquiera podría entrar y verlos y no sería una bonita situación.
―Tienes una araña, ¿No es así?
Naruto dejo de pelear para mirarle ― Si, ¿Cómo lo supiste?
― Solo lo sé, deja que la busque antes que te pique.
Le dejo buscarla, aunque ciertamente era vergonzoso ya que prácticamente lo había desnudado, su camisa del uniforme ya no le cubría y había comenzado a abrir sus pantalones, le abrazo y le pego a su cuerpo mientras sus manos se perdían entre sus ya aflojados pantalones.
Estaba sonrojado, y si también se estaba poniendo caliente pero ¿Quién no lo haría?, sin embargo aún conservaba su cordura por lo que comenzó a retorcerse.
― Apúrate Idiota, alguien podría vernos.
El pelinegro le ignoro, sin embargo segundos después sacaba la araña y la aplastaba entre sus dedos.
―Sasuke tu…
―Naruto, no quiero que estés a solas con Itachi. A partir de hoy siempre estarás acompañado por uno de los chicos.
―Ya te dije que dejes de tratarme como una nena, no necesito que cuiden de mí, mucho menos necesito estar rodado de chicos tan llamativos.
― ¿Te atreves a desobedecerme? ― Dijo tomándole del rostro.
― Yo no tengo porque obedecerte, idiota soy tu novio no tu sirviente ― Inmediatamente después de decir aquello, se llevó las manos a la boca, como se le había salido decir eso.
― ¡Oh! Al fin aceptaste que eres mío.
― Ahgg cállate maldita sea, olvídalo.
Completamente rojo, estaba por irse pero recordó que aún estaba medio desnudo, mas avergonzado se estaba acomodando la ropa, cuando el tengu le jalo de nuevo y le abrazo por la espalda, el Uzumaki podía sentir su duro y caliente pecho pegado a su espalda.
― Lo eres, eres y serás siempre mío, y solo mío.
― Cállate, bastardo ― A pesar de eso no se separó ―En todo caso, tú también eres mío.
Si a esas iban…
El Uchiha sonrió ― Lo soy, no necesito a nadie más.
Se quedaron unos segundos así, el ambiente era perfecto. Hasta que el tengu rompió el silencio.
― ¿Sabes Naruto?, el pequeño Sasuke se está despertando ― Y como haciendo énfasis a lo dicho, su mano se comenzó a colar nuevamente entre sus ropas.
― ¡TU! Estúpido Sasuke.
Por supuesto el Uchiha termino golpeado de nuevo.
Cuando Naruto salió de la escuela se encontró al pequeño Konohamaru esperándole fuera.
―Lo siento, príncipe hoy solo estoy yo los demás se fueron a jugar. ―dijo con tristeza el pequeño tengu.
― No te preocupes, Konohamaru-chan contigo es más que suficiente.
― ¿No está molesto?
― Para nada.
― Entonces, ¿Vendrá a jugar después a la casa? ― pregunto con ilusión
― El bastardo te pidió que fuera, ¿verdad?
― Bueno si, pero a mí también me gusta que valla, además no me gusta fallarle al amo. Él siempre es tan amable.
Naruto trataba de recordar un momento en el que hubiera presenciado la supuesta amabilidad de Sasuke, pero solo recordaba a este gritándole a Konohamaru. Que si la comida estaba fea, que si aún no limpiaba esto, que lo otro.
― ¿Sabes, Konohamaru? Te hace falta un diccionario y una mejor compresión de la palabra amabilidad.
― No es así, en realidad él ha cuidado de nosotros. Nos dio trabajo como uno de sus sirvientes cuando nadie más lo habría hecho, y nos acogió bajo la protección de sus alas.
A Naruto le sorprendió, lo cierto es que no consideraba a Sasuke una mala persona, un bastardo pervertido sí, pero había notado que todos los que le servían le tenían, respeto, admiración pero también cariño. Todos hablaban como si le debieran algo, había tantas cosas que no sabía de Sasuke.
― De acuerdo, me pasare por la casa al rato.
Naruto llego a la casa Uchiha, después de cambiarse y terminar de hornear un pastel, quería agradecerles a los chicos y pensó en llevar un postre.
Al llegar le extraño que nadie le recibiera, sin embargo al entrar encontró a Itachi quien parecía ir llegando.
― Naruto-kun, es un gusto verte de nuevo.
― Itachi-san, creí que todos estaban fuera.
― Yo tenía una tarea asignada distinta a la de ellos, pero he terminado.
El Uzumaki se sentía incómodo, había notado cierta tensión entre los hermanos además que para ser honesto el Uchiha mayor tenía un aura, que le producía malestar, no sabía cómo explicarlo.
― Un dólar por tus pensamientos.
― ¿Eh? No es nada.
― ¿Seguro, Naruto-kun?, te noto algo inquieto. Hay algo que desees decirme.
― No, de verdad
― Vamos escúpelo.
― ¿¡Odias a Sasuke!? ― Al ver el rostro sorprendido del mayor, se quiso pegar por imprudente. No quiso soltarlo así, pero se sintió presionado hacia días que aquella idea rondaba su cabeza.
― Si ― El rubio le miro sorprendido. ― Él tiene la oportunidad de salir, con un chico tan guapo como tú. Es normal tener un poco de envidia ― dijo afable. ― ¿Qué traes en las manos?
― Es un pastel.
― ¿Tú lo horneaste?, Me encantaría probarlo.
― Porque no pasas y te sientas, y mientras yo preparo un poco de té.
Naruto se apresuró por el pasillo, mientras lo hacía no se percató de la mirada seria y un tanto siniestra del Uchiha mayor.
De la manga de este salió una serpiente, la cual se acercaba peligrosamente al Uzumaki sin embargo el ruido de la puerta abriéndose estrepitosamente cambio sus planes.
Sasuke llego a casa apresurado, le habían retenido de más en la escuela, y pensando que Naruto estaba a salvo con los demás no se preocupó demasiado, pero los chicos le informaron que ellos no estaban ahí, solo Naruto y Konohamaru.
Había mandado a Itachi a una diligencia, pero conociéndole seguramente ya estaba hecho y no confiaba en dejarlos solos.
Konohamaru protegería a Naruto, pero aún era un niño y además le tenía demasiado miedo a Itachi.
Al llegar vio a Itachi parado, mientras Naruto caminaba hacia la cocina aun así pudo ver la fría mirada de su hermano, algo le dijo que llego justo a tiempo.
― ¡Sasuke! Has llegado bastardo, ve a cambiarte en lo que preparo un poco de té para que prueben el pastel que hice.
Cuando ambos hermano se hallaban sentados frente a la mesa, se miraban tratando de analizar lo que pensaba hacer el otro, fue el menor quien rompió el hielo.
― No quiero que estés con Naruto a solas.
Itachi sonrió ― ¿Por qué? ¿Temes que te cambie?
― No te hagas el loco, tú fuiste quien puso esa araña en su ropa el día de hoy. Solo tú tienes esa habilidad de hablar y manipular insectos.
El mayor no pudo evitar sonreír un poco más, su hermanito no era tan estúpido como pensaba.
Cuando Naruto entro a la sala de estar, solo hallo a Sasuke y a Konohamaru.
― ¿A dónde fue Itachi-san?
― Fue a su habitación ― dijo el azabache por toda respuesta. ― Donde está mi pedazo de pastel. ― exigió.
― Cállate bastardo, ten y comételo.
Le sirvió también a Konohamaru, y se sirvió un poco el.
― ¿Y bien les gusto?
― Si príncipe, me encanto cocinas muy bien.
El rubio miro al Uchiha quien solo enarco la ceja ― Esta bueno ― dijo con simpleza el Uzumaki hizo puchero, ese bastardo tanto que se esforzó.
Entonces recordó que al Uchiha no le gustaban los dulces, se lo había dicho ya, sin embargo se comió lo que le sirvió.
― Si no te gusta, solo dilo idiota.
― Tks, ya te dije que si me gusto.
― Mentiroso, dijiste que no te gustan los dulces.
― Me gustas tú.
Ante eso el Uzumaki no tuvo que objetar, a lo que el tengu le jalo a su lado. Konohamaru había desaparecido dejándoles solos.
― No te dije que no estuvieras cerca de Itachi.
― Cállate, no fue mi culpa no estabas en casa.
― Aun así ten cuidado.
― Sasuke que… ― No pudo terminar de hablar, ya que el Uchiha le tomo desprevenido en un demandante beso.
Uzumaki estaba por retirarse a su casa, iba sonrojado ya que se le había ido el tiempo con el idiota de Sasuke, quien había sido difícil de controlar, aunque si era sincero no es que el oponga mucha resistencia.
¡No era su culpa!, estaba en plena adolescencia, las hormonas estaban sueltas y la verdad es que el tengu le ponía caliente, si los demás no llegan y los interrumpen quien sabe que hubiese pasado.
No es que fuera puritano, no era una nena, pero si era virgen y aunque quería estar con Sasuke bueno esperaba que fuera en mejores circunstancias, además si era sincero le gustaba cortarle el rollo al Uchiha solo por fastidiar, aunque en el proceso se cortara a sí mismo.
― ¿Ya te vas, Naruto-kun?
La voz del Uchiha mayor le sobresalto. ― Itachi-san, si ya es tarde.
― Estas rojo, ¿Estabas haciéndolo con Sasuke?
― ¡Claro que no! ― ¿Es que estos hermanos solo piensan en sexo?, bueno el también pero era adolescente estaba justificado.
― De acuerdo, de acuerdo ― dijo conciliador. ― Mira lo que encontré ― le mostro un peluche de zorro naranja, el cual se veía viejo y maltratado.
― Oh, es Kyuubi hacía tiempo que no lo veía, creí que lo perdí de pequeño.
― Solías traerlo cuando jugábamos.
― Lo siento no tengo muchos recuerdos.
― Que extraño, me sorprendió que no me recordaras pero a mí también me conocías de niña, supongo que puede que alguien sellara tus recuerdos.
― ¿Qué? ¿Por qué alguien haría eso?
― No lo sé, pero Naruto-kun si deseas recuperar tus recuerdos ven a verme mañana después de la escuela.
Decir que estaba desesperado es poco, hacía rato que buscaban a Naruto y no lo encontraban.
Salió antes de la escuela, y en su casa tampoco estaba ya había llamado preguntando por él, y su mama le dijo que estaba con unas amigas.
Conocía a sus amigos, también les había llamado pero ninguno sabía nada del rubio.
― Amo Sasuke, tampoco hay rastro de el con Kuzunoha. ― Gaara con sus alas de tengu descendía a la casa.
Los demás le acompañaron.
― Tampoco esta Konohamaru – agrego Neji
Juugo fue el último en llegar, llevaba una seria mirada ― No encuentro a Itachi-dono por ningún lado.
Eso fue suficiente para encender las alarmas de Sasuke y de todos.
Itachi no era santo de devoción de ninguno, le conocían de todo la vida y ninguno olvidaba la vez que golpeo a Konohamaru y sus hermanos, Udon y Soujo hasta casi matarlos. De hecho de no ser por Sasuke que llego para detenerlo y poder llevarlos a curar, no lo habrían hecho., sobrevivieron de puro milagro.
Itachi había estado determinado a matarlos, alegando que estaba entrenando; muchos conocían la naturaleza cruel del mayor de los hermanos Uchiha, y no era un secreto que a muchos les causo alivio cuando Sasuke decidió contender para ser el cabeza del clan.
Era fuerte, determinado y generoso tenía muchas cualidades de las que el mayor carecía.
Sasuke apretó los puños ― ¡ENCUENTRENLOS A COMO DE LUGAR!
Todos asintieron, no permitiría que Itachi le hiciera nada a Naruto, si lo llegaba a dañar se olvidaría de todo, incluso de que eran hermanos.
Le dolía la cabeza y se sentía mareado, lo último que recordaba es haber llegado a la casa Uchiha para ver a Itachi y después.
Nada, ¿Qué había pasado? Cuando sus ojos se acostumbraron trato de enfocar el lugar en donde estaba, estaba sobre un futón en una habitación que jamás había visto, al fijarse más observo al pequeño Konohamaru completamente desmayado.
― Konohamaru-chan ― Le llamo, el niño parecía desmayado. Intento moverse pero no pudo estaba completamente paralizado, ¿Qué mierda le sucedió?
― Veo que has despertado ― Esa voz, levanto los ojos para ver al Uchiha mayor.
― Itachi, ¿Qué fue lo que pasó? ― pregunto el aturdido rubio.
― ¿No es obvio?, te traje aquí para poder divertirnos.
Sonrió siniestramente, y a continuación de acerco al rubio que ahora notaba su ropa estaba mal arreglada, o al menos su camisa naranja la cual estaba a medio abotonar.
El pelinegro parecía disfrutar del momento, en estos momentos Naruto era una presa indefensa ante un depredador como él.
― No puedo moverme. ― El rubio trataba, de verdad trataba de liberarse, pero no podía.
― Te drogue con una poción que yo mismo hice a base de insectos. Pasará mucho tiempo antes que puedas moverte.
Desabrocho la camisa con calma, y comenzó a acariciar la piel, Naruto quería llorar la sensación no era nada comparado a cuando lo hacia Sasuke, sentía repulsa.
― Basta detente, ¿Qué ganas con esto?
― Recuperar mi lugar, no lo entiendes. Sasuke arruino todo. Yo era tu prometido como futuro líder, pero Sasuke se enamoró de ti y lucho por convertirse en cabeza del clan porque solo así podría casarse contigo. ¡Él es el culpable de todo!
― No.
Itachi estaba comenzando a meter la mano bajo el pantalón de Naruto, pero una presencia lo alerto.
― Valla Sasuke, eres más rápido de lo que pensé. Aun así no hay nada que puedas hacer, no puedes romper mi barrera, no tienes el poder suficiente. Disfruta del espectáculo, lo violare hasta saciarme y después obtendré un poder ilimitado al comérmelo.
Sasuke estaba furioso, sus ojos cambiaron del negro característico a un rojo sangre, en un rápido movimiento Itachi solo con sus manos, hizo un feo corte que atravesó todo el pecho de Sasuke, el comenzó a sangrar.
El mayor tomo mi rostro con dureza y me hizo mirar ― Míralo, míralo sangrar así podrás recuperar tus recuerdos ― Y como una película recuerdos comenzaron a pasar por mi mente.
Podía verse a un Naruto de niño, llevaba una pelota. Tenía días espiando a los vecinos que se habían mudado, había un par de niños y él quería jugar.
Ningún niño quería jugar con él, porque decían que era raro, porque les contaba de los monstruos que veía pero nadie le creía, decían que lo inventaba o que era muy raro.
Un pequeño ser mitad araña, serpiente se le apareció, comenzó a correr para escapar y entonces llego a patio de los vecinos.
Un niño acabo con su horrible perseguidor, y le tendió la mano.
― Ten más cuidado, dobe.
― A quien le dices dobe, teme. ― El rubito inflo los cachetes a modo de puchero, el otro niño solo rodo los ojos y comenzó a caminar.
― Espera, ¿cómo te llamas?
― ¿Para qué quieres saber? Tonto
― Eres un grosero, solo quería ser tu amigo. ― Por alguna extraña razón, ver al niño más pequeño triste pudo con él, por lo que accedió.
― Sasuke, me llamo Sasuke. Recuérdalo tonto.
― Naruto, me llamo Naruto y vivo aquí junto.
― Lo sé ― dijo el pequeño azabache y se fue.
Naruto siguió buscando al niño que había conocido, pero este siempre le rehuía como si le fastidiara.
También conoció a Itachi, era el hermano mayor de Sasuke y era muy amable, a diferencia del menor.
Lo trataban, le ayudaba con los espíritus que le molestaban, incluso le dijo que era su prometido y que cuando fuera se casarían.
Naruto se rio de ello, no le dio mayor importancia le dijo que si, Itachi era bueno con él.
Sin embargo, el siempre buscaba a Sasuke, le gustaba pelear con él, un día incluso le espero bajo la lluvia a que terminara de estudiar con tal de jugar con él.
Aunque el azabache menor le decía que le fastidiaba, jugaba incluso se comió las albóndigas de barro que hizo para él, Itachi las había despreciado diciendo que podía ensuciarse.
Aunque en apariencia el mayor era muy amable con el rubito, lo cierto es que él no se sentía de la misma manera como cuando estaba con Sasuke, por eso le gustaba más.
― Valla, parece que al “Senka” le gusta más Sasuke, podrías casarte con él.
El pequeño pelinegro miro al rubio, quien se había acomodado a dormir sobre sus piernas, tomándole de almohada humana después de jugar un rato. Le miro con tristeza.
― Sabes que no es posible Abuelo, solo el cabeza de clan puede reclamar a la “Senka” y en este caso será Itachi.
― Tú también podrías ser el líder ― toco la cabeza del menor de sus nietos ― si quisieras serlo, puedes.
Y con una enigmática sonrisa se fue, dejando a un pensativo Sasuke.
― Yo, realmente ¿podría casarme con Naruto?
El rubio volvió al presente al ver como nuevamente Itachi atacaba a su hermano, Sasuke estaba mal herido y se veía débil estaba perdiendo mucha sangre pero extrañamente no se defendía ante su hermano.
― Mírate, eres realmente patético hermanito. No entiendo porque te eligieron, soy más fuerte que tú, ni siquiera eres capaz de romper mi barrera. Disfrutare mucho mientras ves como hago mío a Naruto.
Tomo al rubio por el pelo, y estaba por besarle cuando repentinamente el rubio se soltó de su agarre, sorprendido miro un buen mecho de cabello rubio, era imposible pasarían horas antes de que el Uzumaki pudiera moverse.
Sin embargo al mirar hacia abajo pudo notar al pequeño Konohamaru, quien llevaba un cuchillo se veía débil.
― Deje en paz al príncipe, Itachi-dono.
― Oh, veo que el efecto en ti pasó más rápido. Jajaja pero que puede hacerme alguien tan débil como tú, ¿oh ya olvidaste lo que paso la última vez que entrenamos?
Ante el recuerdo el pequeño Konohamaru, tembló. ¡Claro que se acordaba!, difícilmente sería algo difícil de olvidar, el sentirse impotente mientras veía como sus hermanos perdían fuerza, como iban perdiendo la vida, como a el mismo se le estaba yendo de las manos.
Pero por el amo Sasuke, y por el príncipe tenía que ser fuerte, se puso de pie o al menos lo que sus temblorosas piernas le permitían, y enfrento a Itachi.
Pero no era rival para él, de un par de golpes lo redujo. Sasuke veía todo con impotencia, aún estaba débil y eso le dificultaba el poder romper la barrera.
Cuando vio a su hermano acercarse nuevamente a Naruto, al ver las lágrimas de impotencia en los ojos añiles ante la crueldad de Itachi, y de lo que este pretendía hacerle es como si algo se liberara dentro de él.
Sus ojos comenzaron a sangrar, y lo sabía un nuevo poder nacía en estos.
El Sharingan, que era un poder ocular de los Uchiha que únicamente recaía en la familia principal o real, era heredado. No todos lograban obtenerlo, Itachi y él, habían logrado despertarlo.
Sabía que su hermano era poderoso, realmente lo era pero, Sasuke no se había convertido en el líder porque si, no solo había sido la crueldad en la procedencia de sus actos, su abuelo Madara le había dicho que él quería que Sasuke fuera el líder porque había visto que tenía capacidad para despertar un poder aún mayor que el de Itachi, incluso pasarlo a él mismo. Dentro del Clan nadie había podido igualarse en poder a su abuelo.
― Solo tú tienes el potencial para superarme, no lo olvides Sasuke.
La barrera se rompió, un sorprendido Itachi solo pudo observar como Naruto era arrebatado de sus brazos, y su hermano se apoderaba de él.
― Valla, valla así que tienes poderes escondidos.
― Itachi, ya basta por favor. Si estás enamorado de Naruto entiendo que…
― ¿Enamorado? No me hagas reír, esa tonterías es de humanos solo alguien tan estúpido y patético como tu pudo cometer el error de enamorarse, y de un humano. La “Senka” solo sirve para satisfacernos y hacernos poderosos, amarlo es un error y eso muy pronto lo descubrirás.
Itachi se preparaba para atacar de nuevo, sabía que su hermano no se defendería sin embargo fue detenido.
Los demás tengu fueron llegando, no podía pelear contra todos.
― Ya basta Itachi-dono. ― Un serio Juugo le detuvo, pero todos podían observar que estaba muy molesto.
Deseaba golpear con todas sus fuerzas a Itachi, acabar con él por todo lo que acababa de hacer.
― Juugo, ya basta ha sido suficiente sangre por hoy.
Ante el mandato de Sasuke, este no le quedo de otra que acatarlo.
Itachi sonrió con burla ― Muy pronto hermanito, descubrirás el gran error que has cometido al enamorarte del Senka.
Itachi fue encerrado, la calma parecía regresar a la casa Uchiha. Konohamaru y sus hermanos se hallaban en el mismo cuarto, habían tenido que curar al pequeño y ellos no quisieron separarse de él.
Sasuke estaba con Naruto, mientras los demás tengu se mantenían en la sala.
― Sasuke debería matar a Itachi. ― Suigetsu expreso su pensamiento, que si eran honestos era el que todos tenían.
― Ya deberías de saber, que jamás haría algo así. ― El calmado Neji decía lo obvio.
― Me da rabia, él podría hacerlo si quiera, pero ni siquiera se atreve a defenderse de Itachi; todo por ese estúpido sentimiento de culpabilidad que aún tiene por haberle quitado su lugar.
Todos se quedaron en silencia, era verdad Sasuke se sentía culpable por eso no se atrevía a molestar e Itachi, ni a defenderse si este le atacaba, nada, no le gustaba actuar en su contra.
Es una pena que el sentimiento no fuera mutuo.
― Itachi no deja ser un miembro de la familia real, como tal no podemos hacer nada. Lo importante ahora es que el amo Sasuke y el príncipe se recuperen.
― Oh, estoy seguro que en estos momentos se están recuperando bastante bien. ― Dijo Sai con una sonrisa enigmática.
En el cuarto del pelinegro, este se hallaba vendado del pecho. Naruto estaba a su lado, había intentado curarlo pero el pelinegro le dijo que no era necesario sus heridas sanaban solas.
― Sasuke, deberías dejar que te vea esas heridas.
― Ya te dije que no es necesario, dobe. Pero si tanto insistes hay una manera en que puedes sanarme.
― ¿Cual? ― pregunto el rubio emocionado.
― En un ágil movimiento dejo al rubio bajo su cuerpo. ― Si me dejas darte amor, me recuperare de inmediato.
Naruto pensaba golpearlo, pero recordó las palabras de Kuzunoha “Tus simples besos nos dan energía”. Bueno la verdad es que él también lo deseaba había estado tan asustado pensando que Sasuke podría morir, en verdad estaba aterrorizado.
Para sorpresa del Uchiha, fue el mismo rubio quien lo jalo para besarlo, y por supuesto no se hizo del rogar.
Cuando el aire fue necesario se separaron. ― ¿Ya estas mejor? ― pregunto el rubio.
― Quizás un poco más, pero antes ― le dio un coscorrón en la cabeza rubia.
― ¡PORQUE ME PEGAS, ESTUPIDO! ― grito el rubio sobándose.
― Te dije que no estuvieras a solas con Itachi, tu Usurantokachi.
El rubio inflo los mofletes ― Ya, ya lo siento es solo que ― bajo la mirada azulina, un tanto avergonzado de lo que estaba por confesar. ― El me ofreció la manera de desbloquear mis recuerdos, hay cosas que olvide y tras que recuerdo pero yo solo quería recordar tantos recuerdos de Sasuke como fuera posible.
― Dobe. ― susurro y apretó al rubio en un abrazo, era imposible seguir enojado con ese tonto. ― Es probable, que el mismo Itachi sea quien bloqueo tus recuerdos.
― Si, eso pienso quería que me olvidara de Sasuke, pero a pesar de todo yo aún te recordaba.
El pelinegro sonrió y el rubio correspondió ― Pero, ¿sabes? Ya no me importa, porque ahora estoy enamorado no del Sasuke de mis recuerdos, si no del hombre que es.
Sasuke le beso con pasión, tomándolo desprevenido pero el respondió con el mismo ímpetu.
― No sabes cuánto soñé con volver a estar contigo, con escucharte. Ahora al fin Naruto sé que al estar contigo he encontrado mi hogar.
― Sasuke.
― Ahora, cúrame.
Y volvió a besarle una y otra vez, y Naruto se atrevió a decirle en voz alta y una y otra vez cuanto le quería.
Porque ya no tenía dudas, Sasuke le amaba tanto como él, ambos estaban atrapados y no había manera, ni deseaban ser liberados.
Probablemente, jamás podría escapar de esa dulce jaula en que estaba preso.
Continuara….