Mil años después…
Taehyung salía del centro comercial como alma en pena. Su novia había roto con él ese mismo día.
De la nada alguien vestido de oso le ofreció un pañuelo en donde se encontraba sentado. Sin pena lo tomo mientras que el oso regresaba a su trabajo como repartidor de volantes.
Taehyung seguía observando al oso desde su lugar. Fueron unos minutos cuando vio que se sentó dejando los volantes aún lado y se quitó la enorme cabeza para poder quitar el sudo empapaba su rostro. Sus ojos se agrandaron al ver aquel rostro aniñado con un toque de madurez. Pudo ver la hermosa sonrisa que adornaba sus labios reflejada con la puesta de sol. Todo brillaba. Su corazón se aceleró y con ello se dio cuenta que podía caer rendido por esa sonrisa y su dueño.
Cuando se acercó le devolvió el pañuelo sorbiendo su nariz mientras sus ojos aún lagrimaban.
-¿Estas bien?- Decía el castaño algo preocupado.
Taehyung, al escuchar su voz sonríe por educación ocasionando que el joven se levantara algo nervioso y le diera unos pequeños golpes en la espalda para animarlo un poco.
-Si no puedes responder lo entenderé.
-Se supone que los hombres no deben llorar- Taehyung escucho la leve risa del castaño volteando a verlo.
- El llorar es dejar que esos sentimientos dolorosos salgan. Es la mejor forma de superarlos y seguir adelante.
El castaño miel observa como el joven vestido de oso extiende su mano a él.- Soy Jungkook, ¿y tú, cómo te llamas?
El castaño miel, con algo de temor, estrecha la mano de Jungkook sorprendiéndose de lo cálida y suave que era. –Taehyung, pero mis conocidos me dicen Tae.
Jungkook movió imperativamente su mano- Es un gusto conocerte Tae.- De la nada, soltó el agarre mirando su reloj.- Lo siento, debo irme. Tengo otro empleo y estoy a punto de llegar tarde.- Con algo de torpeza toma la cabeza de oso saliendo corriendo- ¡Nos vemos! ¡Y ánimo, Tae! –
Jungkook, por querer despedirse animadamente casi tropieza haciendo reír a Taehyung que inconscientemente agito su mano para despedirse de él.
…
La noche llego para Jungkook regresando a su casa en el bosque.
El tiempo estuvo muy calurosos, y con el disfraz de oso el hijo del bosque pensó que se iba a cocinar vivo dentro de él.
Sabía que esforzar de más su cuerpo no era bueno para su salud, además de haberse alejado mucho del bosque, que era un área de seguridad para su vida.
-De seguro Jimin debe de estar preocupado- El nerviosismo del joven se debía a que sus tutores los cuidaban con sumo cuidado debido a sucesos anteriores.
Cuando el joven entro a su casa pudo ver desde la cocina el cabello naranja de Jimin.
-Estas en problemas- Fue lo que le dijo Suga desde el pasillo que lo había visto entrar. Jimin dio un manotazo a la mesa y camino hacia ellos.- Tiene sus motivos para llegar tarde, así que no te pases.- Fue lo último que dijo el ahora pelinegro ha Jimin. Sin embargo, fue lo que activo su ira dándole a Suga una mirada adulada haciéndolo retroceder hasta que este entrara a su habitación.
-¿Me puedes decir lo que estabas haciendo para llegar a estas horas?
Jungkook sonríe extendiéndole el sobre de dinero que había ganado en toda la semana.- Con esto podrás comprar comida.
Jimin abre el sobre y en vez de felicidad su cara es de desilusión- ¿Qué te hace pensar que lo necesitamos? Sabes bien que Suga y yo tenemos buenos trabajos y podemos conseguir la suficiente cantidad para sobrevivir bien los tres.
-Jimin hyung, es necesario. Últimamente he estado comiendo a montones.- Jungkook no puedo evitarlo. La impotencia de que su cuerpo requiere más energía lo hacía llorar y sentirse mediocre.- Desde que me encontraron en el bosque no han hecho nada más que cuidar de mí.- Lagrima tras lagrima hacen que Jimin lo consuele acariciando su cabeza.- Perdón por no ser más de ayuda.
El joven, al alzar la vista ve una inmensa tristeza en Jimin debido a que el peli naranja puede ver como de su mejilla salía una mariposa azul.
Jungkook cubre su rostro pero Jimin aleja su mano- ¿Cuántas han aparecido el día de hoy?
El hijo del bosque sonríe alejando la mano.- Esta vez fueron dos.
-Es bueno que estén disminuyendo.
El castaño asiente mientras se alejaba del Gumiho.
Su rostro cambia cuando entra a la cocina prendiendo la cafetera de la estufa.
Por su puesto que le había mentido a Jimin. Desde que había despertado habían aumentado el número de mariposas azules que habían salido de su cuerpo.
-Debes cuidarte, ¿de acuerdo? Y tienes que dejar tu empleo. Es lo último que diré.
Jungkook ahora estaba pensando en la forma de decirle a su jefe que iba a renunciar. Sin embargo, sus pensamientos cambiaron al recordar al chico apuesto y llorón.
Una sonrisa lo saca de sus pensamientos.- Fue bueno conocer a alguien nuevo.
…
Suga se aleja de su escritorio yendo a la cama, acostándose a un lado de Jimin.- ¿Volvió a mentir?- el peli naranja asiente, girándose para quedar frente al mayor.
-Lo bueno que no se ha dado cuenta que mandaste a tu sombra a seguirlo.-
Ambos chicos se ven suspirando al pensar como su mundo iba cambiando.
Con el tiempo Serendipity fue desvaneciendo, y Danger con él.
Hoseok se fue de Mama una vez que el rio disminuyo, despidiéndose de los tres.
En cuanto a Yugyeom, a veces sabían de él y otras… Se preguntaban si aún estaba vivo.
Tanto Jimin como Suga tuvieron que cambiar su apariencia ya que empezaban a llamar mucho la atención de los humanos. Y si querían ayudar a que Jungkook siguiera con vida tendrían que buscar sustento trabajando como simples mortales.
Ambos abrieron una pequeña cafetería vintage bastante famosa. Aunque aquello no se lo habían dicho a Jungkook debido a que este estaría fastidiando en querer trabajar ahí. Cosa que no permitirían ya que con los años, mariposas azules salían del cuerpo del menor anunciando su límite de vida.
Jimin tomo la mano de Suga tragando su dolor.- Espero no sea demasiado tarde.
Suga aprieta su mano mientras dejaba un beso casto en la frente de su amante.- No lo será. Ya lo veras.
…