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One Shot Lemon [WiGeTaXx] por RockKaito

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Minutos después Frank ya se encontraba frente al espejo del baño admirándose a sí mismo. Había tardado un poco menos de 10 minutos en ponérselo completo, ya que se le había dificultado a la hora de atar las hebillas, sobre todo las que se encontraban el parte trasera, donde ni el mismo sabía cómo había logrado abrochar aquellas.

«No me queda tan mal...» Pensó Frank mientras probaba diferentes posturas frente al espejo para apreciar mejor el traje, el cual estaba hecho de látex negro, muy apretado por cierto, por lo que su pectorales, entrepierna y glúteos se marcaban perfectamente. Aunque eso para el menor era algo vergonzoso, por lo que pensó que sería mejor sacarse el traje. Ya había saciado su curiosidad de cómo le quedaba, así que ya no tenía nada que hacer con él.

 

Mientras tanto en otro lugar de la casa, para ser exactos, la entrada, Guillermo y Samuel acababan de llegar de hacer las compras. En el camino de ida, tanto como en el de vuelta, no se habían dirigido la palabra, y no porque estuviesen enojados, sino porque cada uno estaba absorto en sus propios pensamientos.

Cuando llegaron, lo primero que notaron fue que Frank le había hecho caso a Guille y había ordenado las cajas, ya que estas ya no estaban en el living, y como él tampoco estaba allí, dieron por hecho que se encontraría en una de las habitaciones.

Aunque por ahora lo primordial era hacer la cena, o al menos así era para Samuel, así que se dirigió directo a la cocina, mientras que su amigo se dirigió a una de las habitaciones en busca del menor, pero no estaba, al menos en la de Samuel, así que buscó en la propia, pero tampoco. Aunque en ésta pudo ver un pequeño desorden proveniente de la caja de regalos de Frank.

Y por último, o más bien por descarte, se dirigió al baño y luego dio tres pequeños toques a la puerta.

Nada...

Volvió a golpear y esta vez obtuvo un "Espera un momento, ahora salgo" como respuesta.

Pero no salió.

Guillermo podía oír a su amigo moverse dentro de él, algo estaba haciendo, y él quería saber el qué.

—¿Estas bien?-Eso fue lo único que se le ocurrió preguntar, para no parecer tan curioso, aunque la verdad si lo estaba, y mucho.

—Sí, estoy bien.- La verdad es que no, no lo estaba. Desde que había escuchado la puerta de la estrada abrirse, él había intentado quitarse el traje lo más rápido posible, pero las malditas hebillas no se lo permitían, y ahora tenía a su amigo al otro lado de la perta, preguntando por él.

—¿Seguro?- Volvió a cuestionar Guillermo.

«No, para nada seguro» Pensó Frank. Ahora mismo se debatía internamente sobre seguir intentado quitárselo el mismo, o pedirle ayuda a su amigo, y aunque la segunda no le convencía para nada, seguramente era la más efectiva.

—Algo... Tengo un pequeño problema ahora mismo.- Se estaba muriendo internamente, no quería decírselo y mucho menos quería que lo viese vestido así, pero no tenía opción.

—Dime hombre.-Dijo Guille con un tono de voz tranquilo.

—Es sobre los regalos... Una fan me regalo un traje, me lo probé... y ahora no puedo quitármelo.

Guillermo ahogó una pequeña risa imaginando la situación.

—¿Y? ¿Precisas mí ayuda?

Sí, eso mismo era lo que precisaba, pero no quería...

—Sí... pero es que... el traje es un poco... extraño por así decirlo.

—Bueno, no pasa nada, Si estas asustado de que me burle de ti, no lo haré.

—¿Seguro?

Confía en mí.

La manera en la que había pronunciado esas tres simples palabras hicieron un eco en la mente de Frank «Confía en mí» ¿Cómo es que esa simple frase podía causarle tanto en él? No lo sabía, al menos por ahora.

—Bien...-Lentamente la puerta del cuarto de baño se abrió, dejando que el chico de ojos rasgado pudiese ver al menor con ese traje de látex negro frente a él. Las mejillas de los dos se tornaron de un color carmesí, sobre todo las de Frank, aunque por parte del mayor no solo había despertado un sonrojo, pero esperaba que lo segundo pasara desapercibido por el otro, con lo despistado que era, no le sería imposible.

—No te burles por favor.-Si no fuera por el hecho de que Guille se encontraba a menos de 10 centímetros de él, no habría podido escuchar ese pequeño susurro.

Guillermo no dijo nada y solo se dispuso a desabrochar las hebillas de la espalda, aunque siendo sincero, sus ojos cada tanto se desviaban hacía los glúteos del menor, que con ese traje los dejaba más firmes y redondos que nunca.

«Contrólate» No sabía si se lo decía a sí mismo o su entrepierna que quería despertar más de lo que ya estaba. Pero al final pudo contener sus impulsos y terminó de ayudar a su amigo, para después irse, no sin antes susurrarle un ‟Te quedaba lindo" haciendo que la cara de Frank se tornara más roja de lo que ya estaba.

 

Mientras tanto, Samuel, acababa de sacar el pastel de carne del horno cuando su compañero llegó con una sonrisa peculiar en el rostro. No sabía lo que había pasado, pero estaba seguro que esa sonrisa tenía algo que ver con Frank. Pero se lo dejaría pasar, por ahora.

Luego de acomodar la mesa con tres de cada cosa y como no, simétricamente, se dispuso a llamar al menor, así que fue directamente al cuarto de su compañero, donde anteriormente lo había escuchado.

—Frank, está la comida servida...-Al momento de abrir la puerta los ojos de Samuel tomaron un brillo extraño. El menor se encontraba parado a un lado de la cama mientras que terminaba de poner y acomodase el bóxer.

Samuel no sabía si lo que estaba sintiendo eran ganas de tirarse encima de Frank y comerlo o tirarse encima de Guillermo y darle un buen golpe en la cara, la verdad es que la primera sonaba más tentadora, pero no podía, no con su compañero y rival allí afuera.

Pero más importante;

¿Qué estaban haciendo esos dos?

¿Acaso hicieron algo?

¿Por qué Frank se estaba acomodando él bóxer?

¿Acaso estaba desnudo... y con Guillermo?

¿Y qué pasa con la sonrisa que tenía antes?

Preguntas, y más preguntas... Era sabido que a Samuel le encantaba exagerar las cosas y juntándolo con sus celos, era inevitable estar de paranoico.

Mientras tanto Frank pudo notar como Samuel cambiaba su semblante normal y amigable, a uno más serio, él parecía enfadado, pero el más chico no sabía porque, así que solo se dispuso a apurarse y terminar de vestirse lo más rápido posible. Cuando terminó, simplemente pasó al lado del mayor, y este lo siguió hasta el comedor, donde Guillermo ya se encontraba sentado en su sitio.

 

Para suerte de los tres, la cena transcurrió normal, o casi. Ya que de vez en cuanto Samuel fulminaba con la mirada al de ojos rasgados, mientras que este sonreía, o viceversa.

Frank, por su parte, solo se concentró en la comida y de vez en cuando levantaba la mirada para felicitar a Samuel por esa exquisita comida que se encontraba degustando.

 

10:45 de la noche, los tres chicos se encontraban en el sillón grande la de la sale, donde acababan de ver una película de humor y patinaje artístico, titulada "Blades of Glory" aunque Frank no se enteró ni de la mitad de lo que trataba, ya que obviamente, ésta se encontraba en inglés, idioma el cual se le daba pésimo.

Y por fin o por desgracia, había llegado el momento de dormir, donde Frank tendría que buscar un lugar donde hacerlo.

Y ahí es donde Samuel y Guille entran.

—Frank, el sillón es grande y un poco cómodo, pero para sentarse, si quieres puedes dormir en mi cama conmigo.-Samuel fue el primero en hablar, proponiendo lo mismo que el otro mayor quería.

—¿Seguro? No me molesta dormir aquí de todas formas.

—Vamos, no es como si te fuese a morder o algo.-Mientras pronunciaba aquello miró de reojo a su compañero, el cual había entrecerrado sus ojos, aunque para la vista de todos, este simplemente los había cerrado.

—Bueno, pero si me muevo mucho o algo, me dices y me vengo hacía acá, no quiero molestarte.

—¿Molestarme? Vamos, eso nunca lo harás. Así que no te preocupes por eso.

Samuel se paró siendo seguido por Frank al cual le había dicho que le prestaría uno de sus pijamas para pasar la noche.

Mientras tanto Guillermo se quedó en el mismo sitio dándose cuenta de que lo habían ignorado completamente, pero no le importó mucho, porque planeaba hacer algo más tarde.

Porque no iba a dejar que el menor estuviese en la habitación de Samuel, usando su pijama y durmiendo en la misma cama, no, claro que no.

 

No sabía cuánto había pasado, pero se encontraba en la cama de Samuel, con éste abrazándolo por la cintura, mientras que sentía su aliento en la oreja y cuello. Aquello le causó una extraña sensación y un pequeño escalofrío.

Se había despertado por algún ruido del cual no sabía de dónde provenía, pero no le dio mucha importancia e intentó volver a dormir, aún con los brazos del mayor rodeándole, pero no le importó, eso le daba una sensación reconfortante y de seguridad.

Otro ruido más, esta vez sí sabía que era y de dónde provenía, era el chirrido de una puerta, y venía de la habitación donde se encontraba.

No iba a engañar a nadie, eso le dio un poco de miedo, más cuando decidió mirar, y puedo ver como la puerta se abría lentamente y luego una mano se asomaba, dándole el segundo escalofrío de esa noche. No pasaron ni cinco segundos para que pudiese divisar la silueta de alguien, aunque ese "alguien" tenía nombre y apellido, Guillermo Díaz, el cual entró al cuarto cerrando la puerta tras de sí, mientras sostenía algo en una de sus manos.

Y él sabía perfectamente que era.

Era el maldito traje de lencería hecho con látex negro, que aunque no quisiera admitirlo, le quedaba bien en él.

Guillermo se acercó hasta quedar al lado de la cama por la parte donde se encontraba Frank, dándose cuenta de que su compañero le estaba abrazando por la cintura, pero no le importó, ahora tenía mejores cosas que hacer como para ponerse a discutir o enojarse por ello.

—¿Qué haces con eso aquí?-Preguntó el menor mientras le dedicaba una mirada llena de duda y con un poco de sorpresa.

—Creo que no debí de ayudarte a quitártelo, te quedaba muy bien...-A Guille se le formaron dos hoyuelos en las mejillas mientras sonría.

—...¿Cómo?-No es como si no lo hubiese escuchado, simplemente no se lo creía.

—Lo que dije, se ve lindo en ti, así que pensé que podrías ponértelo de nuevo, esta vez, exclusivamente para mí.

El mayor dejó el traje a un lado del menor, esperando que éste haga lo que le había propuesto.

Pero éste no lo hizo, solo se quedó mirando aquel traje que horas antes se había puesto. ¿Realmente planeaba que él que se pusiera eso? ¿Por qué?

«...te quedaba muy bien... »

También recordó aquel susurro casi inaudible cuando había salido del baño luego de ayudarle.

«Te quedaba lindo »

Frank suspiró y se puso de pie, haciendo que la sonrisa del contrario se ensanchara.

Cuando ya se había parado, se dispuso a tomar el traje que yacía sobre la cama, pero al hacerlo su mano se encontró con otra. 

 


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