Gray aspiraba tranquilamente el humo de aquel cigarrillo que tenia entre sus dedos. Estaba recargado en su barra, como de costumbre semidesnudo hasta la cintura mostrando su perfecto cuerpo. Dejaba escapar el humo de su boca con tranquilidad, como si aquel humo se llevara sus preocupaciones y deberes.
Aun así, no podía olvidar del todo aquella noche. Aquella noche en la que choco con aquella persona. Persona que ni siquiera pudo identificar, pues esta había sido veloz y había logrado desaparecer de su radar.
-Ese tipo habría sido un excelente bocadillo mañanero.- Apago el cigarrillo en el cenicero mas próximo y tomo su bebida para dar un profundo sorbo.
-Hace mucho que no disfruto de un buen alimento.- Sonería tratando de ocultar su anormal dentadura.
La noche para el transcurría normal. Disfrutaba preparar de aquellas elegantes y exclusivas bebidas, debía admitir que aquella actividad humana le gustaba. Gray siempre fue un ser de mundo, disfrutaba de una vida alocada, una vida en la que nadie le decía que hacer, disfrutaba en verdad llevar una vida nocturna de fiesta y diversiones excéntricas en donde su imaginación era su limite.
-¿Rosa?.- Recordó aquella cabellera que fue lo único que logro ver en aquel incidente.
Encendió otro cigarrillo, pues tenia la esperanza de que este lograra sacar aquellas inquietudes de su mente, aquello no era normal en el.
-Gracias, pero no.- Tomaba del memento a un cliente al tiempo que se alejaba seductoramente.
-¿Qué debo hacer?.- El chico elegantemente vestido suplicaba por una respuesta, para poder pasar un momento con el pelinegro. -¿Cuanto debo pagar? Estoy dispuesto a pagar lo que sea.- Tomo su chequera firmando un cheque certificado, en blanco. –Tomo, tu pondrás los números que te plazcan.- Extendió su mano con el cheque.
Gray sonrió de lado, tomo aquel cheque. Miro aquel documento firmado y sin números en donde estos deberían de ir. Y simplemente lo arrugo y lo arrojo contra la frente del chico.
-El dinero es efímero para mi, al igual que la muerte es una ilusión. – Acerco un nuevo trago hacia el chico. –Bebe, y utiliza tu dinero para algo productivo.-
Y así Gray, se daba el lujo de rechazar una nueva oferta, de un multimillonario joven y guapo chico.
-No tienes lo que busco, para una noche de diversión.- Se alejo.
Fura del establecimiento, cobijado por las sombras de una callejón oscuro, recargado en una húmeda pared a merced del frio de esta noche, cierto pelirrosa hacia su guardia.
-Objetivo localizado. Citación nivel 3.-
Se decía a si mismo mientras localizaba a su objetivo de esta noche.
Gray se disponía a marcharse, se coloco el saco sobre sus desnuda espalda. Como todas las mañanas se disponía a marcharse antes de la salida del sol. Particularmente este noche había terminado antes, apenas eran las 4 de la mañana.
-Bien.- Ya fuera del establecimiento sintió el frio de la mañana chocar contra su pecho.
Inicio el camino hacia su casa. Justo al pasar, por el lugar de su incidente de la ocasión pasada se detuvo. Solo imaginar que había un humano que podía desaparcar de sus súper sentidos lo excitaba.
Natsu miro al chico salir del establecimiento, le llamo la atención la particular tendencia del pelinegro a no utilizar camisa. Aquel chico si que era un Dios griego. Esta era la primera vez que Natsu miraba directamente a Gray, e inmediatamente algo vino a su mente.
-El tipo de aquella vez.-
Recordó como iba caminando por aquel callejón, cuando si mas alguien impacto contra su pecho, a lo que Natsu solo acato a tomarlo de los hombros para amortiguar el impacto.
Natsu no era de las personas que pedía disculpas por chocar con alguien. Al contrario eso le parecía casi una declaratoria de guerra, así que justo cuando se disponía a colocar su arma en la frente de aquel tipo, recordó que iba retrasado de tiempo, así que por esa única vez en su vida lo dejaría así, y simplemente se limitaría desaparcar, antes de que aquel tipo siquiera lo notara.
-El mundo es tan pequeño.- sonrió ampliamente. -¿verdad ….?.- No pudo terminar pues se dio cuneta que no conocía el nombre del pelinegro.
Gray comenzó su andar, hoy decidió caminar tranquilo, pues tenia tiempo de sobra, faltaba mucho para la salida del sol, así tomo su tiempo.
-No queremos que se repita lo del otro día, ¿Verdad….?.- Igual no pudo terminar, pues no conocía el nombre de aquel pelirrosa contra el que choco.
Natsu seguía al pelinegro con suma cautela y discreción, lo que no le suponía un problema pues el pelirrosa era conocido por ser la mismísima sombra de la muerta, silencioso y letal, prácticamente no había ser vivo que pudiera detectar su presencia.
Gray se detuvo en medio de aquella avenida. A lo que Natsu hizo lo mismo. Gray sonrió, y retomo su andar.
Finalmente Gray llego a su casa estilo gótico, se abrió paso por esta hasta llegar al baño de la misma.
-No me vendría mal un baño.- Ya estaba semidesnudo, así que se decido por la ducha.
Natsu contemplaba aquella hermosa casa, sin duda alguna era una joya del arte, una casa demasiado costosa para un adolecente normal. Memorizo la avenida, el numero del domicilio y la fachada.
Llamo su atención la luz que se encendía de una de las habitaciones, así que rápidamente se dio prisa a posicionarse, en le mejor punto que le permitirá ver lo que pasaba en aquella habitación.
Para sorpresa del pelirrosa se trataba del cuarto de baño, que extrañamente contaba con un ventanal muy grande, que daba vista de la tina de baño, y este no contaba con algún tipo de cortina o persiana.
-Interesante.- Musito el chico. –El chico es todo un exhibicionista.-
Estaba apunto de abandonar su poción, cuando miro aparecer en escena a su objetivo, el pelinegro vestía una bata de baño azul. Preparo el agua caliente y el vapor comenzó a invadir el lugar, semi empañando aquel enorme ventanal.
Natsu apenas si podía distinguir la silueta del pelinegro. Lo que si noto fue como el color del cuerpo del chico se transformaba del azul de su bata de baño, al de una piel ligeramente pálida, podrí asegurar que no era demasiada pálida.
Gray ingreso en la bañera, comenzando con un típico y largo baño de espuma. Le entre cerraba sus ojos mientras frotaba su pecho con aquella esponja. Aprovechaba para mirara el ventanal, el solo imaginar que alguien pidiera estarlo mirando, lo excitaba.
-Seria el espectáculo de su vida.- Enjuagaba su cabellera.
Hoy extrañamente aquella ventanal le llamaba mas la atención. Solía mirarla con el rabillo de su ojo, esperando ver algo o a alguien, pero no era así, simplemente no había nadie, o eso creía el. Así que continuo frotando su majestuoso cuerpo, sin darse cuenta que deleitaba las dilatadas pupilas de alguien que lo espiaba con tanto profesionalismo.
No es que esas cosas le interesaran a Natsu, el estaba en este lugar para cumplir una misión y listo. Pero estaba disfrutando de aquella escena, el solo imaginar lo cálido que debía ser el cuerpo del chico sumergido en ese baño de vapor, mientras el estaba congelándose en el frio amanecer de Londres, le hacia querer ingresar aquella habitación y, porque no, talvez disfrutar de una cálida compañía, quizá lo que necesitaba en ese momento era una sesión mañanera de sexo en la bañera. Y no hay algo mas excitante que un extraño en la bañera.
-¿Qué dominio es estoy pensando?.- Reacciono. –Por Dios.- Des enfundo su ARM 13mm. –Fue divertido.-
Apunto el cañón de esta hacia el la indefensa escultura de Dios Griego, esperando que esta se desmoronara en polvo, como si le disparara a una escultura del mismísimo Miguel Ángel.
Pero al mirar que el chico salía de la tina completamente desnudo, quien comenzaba a secar su cabello con toda la tranquilidad del mundo, recorriendo con aquella toalla todo su cuerpo perfectamente marcado.
Gray escuchaba la música de fondo de Jaz, sintiéndose un poco nervioso. Quizá un trago antes de dormir le sentaría bien, y no precisamente de wiskhy.
Seguía enfocando su objetivo, con el dedo en el gatillo, librando lo que parecía una especie de batalla mental. Nunca le había pasado esto, normalmente jalaba del gatillo sin remordimiento y en menos de cinco segundo ya estaba caminando en dirección contraria de su victima, pero en esta ocasión le costaba trabajo. Cuando su celular sonó, sacándolo de aquella batalla.
-¿Si?.-
-Estaba apunto de…..-
-No he terminado el trabajo.- contesto.
-Poro estoy justo a punto de…. – La voz del otro lado le interrumpió. –De acuerdo, veo que a cambiado la situación, me are cargo de esto, estaré ausente un tiempo.-
-Yo me encargo.- Dijo tranquilizando al del otro lado y colgando sin darle oportunidad de replica.
Bajo su poderosa arma, al tiempo que retiraba el gatillo de este. Normalmente nunca aceptaría que le dijeran como hacer su trabajo, pero esto fue una excepción.
-Te has salvado por poco.- sonrió. –Vamos a divertirnos.- Su cálida sonrisa, poco a poco se torno psicópata. –Se buen chico y ve a dormir.-
Gray termino su quehacer con la misma delicadeza que trataba su cuerpo en cada baño, sonriendo de lado miro nuevamente con el rabillo del ojo, y se dispuso a salir de la habitación.