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Amor del demonio por Sakuriita_Henandez

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"Un gato negro me visito esta mañana, logro que rompiera un espejo y pasara debajo de unas escaleras.

¿Que esta mal?

El gorrión mudo se ha quedado al ver que un auto me ha atropellado, pero vivo aun sigo.

Algo no esta bien.

Las alertas a la orilla del tren descompuestas se encontraban y cruce sin ningún temor dejando al tren andar sobre mi, mas me sorprendí pues ileso de las vías salí.

¿Esto es normal?

Un hombre portaba un arma, disparo trece veces contra mi, ni una bala en mi cuerpo se incrusto.

Es gracias a tu constante protección.

Por ti sigo aquí"

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-Ok, primero que nada te explicaremos como estarán las cosas - informo Itona - Un ángel "original", por así decirlo, es quien nos ayudo a lograr que te encontraras con Karma, también es quien hizo posible que el Karma humano fuera visto por el demonio... Y es quien nos dijo que podías hacer para liberarte de tu condena.

-En serio!? - pregunto Nagisa fascinado - ¿A quien hay que matar? - bromeo tratando de liberar el estrés que había sentido hasta antes de esa confesión.

Claro que nunca espero recibir la respuesta que le dieron.

-Me alegro que estés dispuesto a matar... Ya que eso es justo lo que vas a hacer desde hoy...- dijo Itona.

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-Matar? - pregunto Nagisa más pálido a causa de la sorpresa - Es... Es broma... ¿Verdad?

-Nosotros nunca bromeamos...- respondió Megu en automático.

Nagisa trago en seco, una corriente fría le recorrió la espalda haciéndolo estremecer.

-No puedo matar! Esta mal! Simplemente no puedo hacerlo! - negó de forma efusiva - haría cualquier otra cosa, solo no me pidan matar - aclaro tratando de sonar comprensivo.

-Hmmm... Robar - sugirió Ritsu.

-No, ese pecado no es mortal...- descartó Megu mirando a Itona en busca de otra solución.

-La fornicación también quedó descartada, ya que dudo que la quieras ejercer, ¿o si? - cuestiono  el albino mirando de forma retadora al peliazul.

-... No

-Si, eso pensé - dijo Itona dando vueltas en la silla donde estaba sentado - y ya no podemos pedir ayuda a Nagisa, al parecer uso mucha energía...- comento molesto.

-A mi? Yo estoy aquí...

-Tu no, el Nagisa que nosotros conocemos...- le aclaro Megu acercándose a el - ¿Puedo preguntarte algo, Nagisa?

-Claro, ¿que ocurre?

-¿Cuando fue la última vez que hablaste con el? - pregunto la castaña mirándolo con seriedad y tristeza en su rostro.

-fue... Hace un día...- respondió Nagisa cabizbajo.

Llevaba mas de un día sin hablar con su contra parte, y para alguien que paso la mayor parte de su tiempo solo, la falta de alguien que se había vuelto constante en su vida era, simplemente, insufrible.

-Ok, Nagisa...- dijo Megu posando una de sus manos en el hombro del mas bajo en señal de apoyo - No me gusta ser yo quien te lo diga, pero, tomando en cuenta todos los factores de esta situación, nosotros suponemos que esa parte tuya ya se encuentra entre los castigados...

-... Entiendo. 

-¿En serio? - le cuestiono Ritsu sorprendida - pensé que llorarías, por lo menos maldecirias a los de arriba...

-Yo también...- dijo Itona mirando atentamente a Nagisa.

-Bien, pues somos tres, yo pensé lo mismo...- mencionó Megu  acercándose a Nagisa para abrazarlo, cosa que tomo desprevenido al peliazul - No dudes en desahogarte si es lo que necesitas - le aconsejo con tono maternal sintiendo como Nagisa se aferraba a su blusa mientras temblaba un poco - la tristeza mata, Nagisa, es el enemigo y peor asesino que podría existir, lleva a la locura y a otros actos desastrosos, tanto para nosotros como para los humanos...

-Además, nos tienes a nosotros, que lo único para lo que convivimos con criaturas tan insignificantes como los humanos, es ata verte feliz - añadió la pelilila sumándose al abrazo.

-Ellas tienen razón, eres nuestro amigo, aunque no lo recuerdes, y nos has ayudado de mas de una forma - confeso Itona relajando su fría mirada - Solo no esperes que yo te abrace, eso no es lo mio...

-...Gracias...- susurro el pequeño peliazul, aun acurrucado en el pecho de la castaña.

Todos guardaron silencio durante unos minutos, esperando que Nagisa se calmara, aun había cosas de que hablar y, mas importante que cualquier cosa, una decisión que tomar.

-Dices que lo has entendido... Así que lo preguntare una vez más - hablo Itona rompiendo el silencio en aquella aula - Para liberarte de esa "maldición", ¿Aceptas hacer lo que te mandemos?

Nagisa se separo de la castaña limpiándose las pocas lágrimas que habían escapado de sus ojos, pensando un poco en las cosas que estaban pasando.

Ya no tenia a su padre para aconsejarlo y defenderlo, su madre había intentado utilizarlo como sacrificio para un ritual donde el había terminado haciendo el contrato con un demonio, de una u otra forma, el formaba parte de un ángel (o era un ángel, aun no lo tení muy claro), estaba enamorado del demonio que exigía su alma, el demonio estaba enamorado de el, su otro yo había sido separado de su alma.

-Tengo una vida miserable... Y en parte parece novela romántica para adolescentes hormonales...- dijo Nagisa con lastimera burla a su persona - desde que apareció Karma en mi vida solo me han pasado cosas agradables, pese a ser un demonio, y ahora resulta que el Dios al cual yo le soy fiel intenta separarme de la persona que amo y me ha hecho sufrir durante mil vidas solo por su gusto... ¿Ustedes que piensan que elijo?

-...

-Claro que pienso aceptar! - aclaro decidido a realizar toda tarea que le dieran - no permitiré que se me arrebate lo único que aprecio..  No de nuevo...

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La tarea sonaba fácil.

Claro que, entre verse y hacerse, era mucha la diferencia.

Según había explicado Itona (y anotado en una pequeña hoja para que Nagisa no lo olvidara), su objetivo se encontraría con uno de sus "socios"  en un restaurante cercano al centro comercial, para llegar a el, debía pasar por un corredor poco transitado que, según le habían prometido, estaría totalmente vacío para cuando el hiciera su tarea.

También le habían mencionado que su víctima era un maldito pedófilo que gustaba de hacer sufrir a sus víctimas antes de dejarlas morir en condiciones deplorables.

Lo único en lo que no lo habían instruido, había sido en como demonios lo mataría y por que diablos tenia que hacerla vestido de colegiala.

-"Te ves divino! Bueno, divina!"

-"Ya nos hacia falta verte así, Nagisa. *Inserte sonido de chiflido*

-"Solo Nagisa podría lucir tan bien en un traje de marinera..."

-Yo se que me veo bien, no era necesario que hasta Itona me lo dijera...- murmuro apenado al recordar las palabras de sus nuevos amigos - ojala me hubieran dicho como se mata a una persona...

Camino rápido, evitando todo contacto visual con otra persona, no quería toparse con alguien que pudiera reconocerlo.

Pero no presto atención a quien lo seguía de cerca.

Llego al punto indicado, inhaló, exhaló, trato de relajarse y, cuando lo consiguió, espero apoyado en la pared de un edificio.

Tal y como le habían dicho, el andador quedo solo después de unos minutos, solo se oía el trinar de las aves, algunos vehículos que transitaban la avenida cercana y el silbido de su víctima.

--Papá... Perdoname... No tengo otra opción...- se disculpó Nagisa sintiéndose observado - Espero me guíes de ser posible...

A los pocos segundos pudo divisar a quien seria su presa, un hombre robusto de rostro simpático y cabello castaño, caminaba muy tranquilo, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. 
No miran nada especifico, pasaba su vista de un lado a otro, hasta que vio a la pequeña peliazul recargada en el muro de un edificio.

Ante sus ojos se veía indefensa, frágil.

¿Que se sentiría poseer a una niña como ella?

¿Como serian sus gemidos mientras el la penetraba con brutalidad?

¿Cuanto tiempo le serviría?

-Jovensita, es algo peligroso estar en lugares solos - le dijo el mayor cuando llego al lado de *la peliazul - hay muchos locos sueltos hoy en día...- le advirtió colocando uno de sus brazos en los hombros de *la chica.

-Lo se, es solo que...- la voz de Nagisa se quebró haciendo que su acto diera inicio.

De forma dramática y desesperada, comenzó a llorar en el pecho del hombre mayor, fingía temblar y, de forma discreta,  rozaba cierta zona sensible en el pantalón del mayor, quien se encontraba mas que fascinado.

-Tranquila, tranquila... Mira, tengo algo de tiempo antes de atender un compromiso - le informo alejándose un poco para ver  el rostro de la chica - (Que excitante! No puedo esperar a verla agonizando de dolor en mi cama!) - pensó pasando su lengua por sus labios - (Casi puedo saborear sus lágrimas y sangre...) Que te parece si vamos a un lugar mas privado y me cuentas que es lo que te pasa?

-¿Un lugar privado? - cuestiono Nagisa fingiendo inocencia, entendía perfectamente a lo que se refería el enfermo que tenia enfrente, pero si era tal cual lo habían descrito Itona y las demás, posiblemente, aparentar inocencia absoluta, seria la mejor estrategia para lo que aun no sabia como realizaría - A donde?

-Hmmm... Me estoy hospedando en un hotel cercano, podríamos ir ahí y hablar tranquilamente - menciono el mayor con tono persuasivo, creyendo que ya tenia ganada la jugada.

-Pero me acaba de conocer... No seria correcto de mi parte aceptar tal muestra de amabilidad - negó el peliazul como cualquier chica haría... O por lo menos como su madre lo había educando.

-Que va, una joven cita tan linda y educada no podría hacer mas que aceptar la invitación que le hago - insistió Takaoka tomándola de los hombros para empezar a dirigir sus pasos por calles aun mas solas.

-(Perfecto! Esto facilita aun mas mi trabajo!) - celebro Nagisa dejándose hacer.

Pero ninguno de los dos seres en la calle noto la presencia de un tercero, que preocupado por su pequeño y azulado amor, caminaba con sigilo detrás de ellos.

Llegaron cerca de un baldío, no había señal alguna de personas al rededor, tampoco edificios, y mucho menos cámaras de seguridad.

Entonces el león suizo atacar a la serpiente.

Un golpe directo al estomago, pensando que con eso le dejaría inconsciente.

Claro que no fue el caso.

Con los años de maltrato físico dado por su madre, ese golpe había sido como un golpe en el dedo meñique del pie con la esquina de algún mueble, había dolido bastante, pero nadie moriría por el...

Bueno, no  el por lo menos...

Su agresor por otro lado...

-Bien pequeña... Que te parece si comenzamos con este acto? - pregunto el mayor acercándose al cuerpo de la joven que yacía tirado boca abajo.

Se acercó confiado, comenzó a subir la blusa de la adolescente deleitándose con la hermosa piel que, según sus deseos, pronto se teñiria de rojo.

Estaba apunto de llegar al sujetador (que Ritsu le había puesto a la fuerza), cuando el cuchillo se enterró en su garganta.

Sin gritos.

Sin escrúpulos.

Sin remordimientos.

Nagisa sintió una satisfacción enorme en cuanto vio como el mayor se retorcía agonizante mientras se ahogaba con su propia sangre.

-Esto es... Interesante...- murmuro Nagisa levantándose y pateando el cuerpo moribundo de su víctima - supongo que ahora debo deshacerme del cuerpo... Llamare a Ritsu...- se dijo viendo como la vida terminaba de salir de aquel cuerpo - Si eras un maldito asqueroso... Así que no estuvo del todo mal matarte...

Estuvo tan concentrado que no lo noto.

Tan concentrado en el cuerpo de Takaoka que no lo escucho.

Tan divertido que jamas sintió la presencia de un tercero en la escena.

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-Que acabas de hacer Nagisa?

Los ojos cobrizos del pelirrojo no daban crédito a lo que acababan de ver, su voz no salia mas que en susurros y, aunque en parte fuera bueno para él que su amado comenzara a comportarse de esa manera, no estaba feliz.

Su Nagisa no podía volverse un asesino cualquiera.

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De regreso al presente.

-Me estas diciendo que viste a Nagisa matar? - pregunto Asano incrédulo - eso es estúpido! Nagisa no mata ni a un mosquito porque teme lastimarlo! - grito consternado sin poder si quiera imaginar lo que el pelirrojo le contaba.

-¿Crees que no lo se? ¡¿Por que demonios crees que te lo cuento?! -  bramó Karma con desesperación - No es algo que yo pueda digerir... Y hoy... Hoy lo que paso con el idiota de Terasaka...

-Se lo merecía...

-Estoy de acuerdo - acepto Karma tumbándose en el sofá de Asano - tu sofá es incómodo...

-Me alegro.

-No invites a nadie a no ser que cambies esta cosa...

-No te invite - corrigió el de ojos púrpuras - Te invitaste solo cuando me dijiste lo de Nagisa.

-Pero tampoco me corriste...

-... - Asano guardo silencio, se maldecía a si mismo, pero ese maldito demonio era su único "amigo", por llamarlo de alguna forma - Guarda silencio. Solo te deje porque es Nagisa de quien estamos hablando.

-Bueno, bueno... Tampoco es para que te enojes...

-Si ta no tienes nada que decir, vete de mi casa...

-Que delicado eres...- refunfuño el pelirrojo acomodándose cual gato en el sofa - la verdad es que estoy preocupado...

-¿los demonios sienten? - pregunto Asano sorprendido.

-¿Por que carajos todos preguntan lo mismo? - pregunto Karma con molestia - si Nakamura estuviera aquí, te daría una buena platica sobre el tema...

-¿Nakamura?

-Un amiga - le aclaro rápidamente - ¡No me desvies del tema! Vine a hablar de Nagisa, no de mis conocidos!

-Tu te desvías solo, yo no hago nada.

-Como sea... ¿Que piensas que debemos hacer? - pregunto volviendo  a su seriedad inicial.

-Esa es una buena pregunta...- respondió el de ojos violetas soltando un largo suspiro.

Si Nagisa había matado a una persona, alguna razón debía tener, y, si esa razón existía, el la averiguaría. Para su suerte o su desgracia, trabajaría junto al demonio, le seria algo útil.

-¿A donde crees que haya ido hoy?

-No lo se... No puedo sentir su presencia ni por el medio del contrato.

-Hmmm... Bien, quizás ya esta en casa, ¿no lo crees? - pregunto Asano tratando de sonar lógico.

-Tal vez - respondió el demonio - Bitch-san y Karasuma dijeron que querían hablar con nosotros en la cena de hoy...

-¿De?

-Yo que se, soy un demonio, no psíquico... Eso se lo dejo al pulpo...

-Si no lees la mente y no haces mas que vagar por ahí, que clase de demonio eres?

-Un contratista, vendedor de vienés raíces en el infierno y el sueño de muchas súcubos.

-Eres una estafa...

-... No...

-Da igual, sera mejor que vayamos a la casa de Nagisa...

-También es la mía.

-Casa de Nagisa, para comprobar si esta ahí y, en dado caso, preguntarle de frente que es lo que le esta pasando...

-Me parece bien.

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Llegaron tan pronto como habían terminado de hablar, sin embargo no encontraron al peliazul.

Esperaron durante horas.

La noche cayo con prisa.

Comenzaban a tener que algo malo le hubiera pasado cuando apareció como si nada, saludándolos y burlándose de que habían podido estar juntos sin matarse, y justo cuando iban a tratar el tema por el que lo habían esperado, aparecieron los adultos.

-Bien, les dijimos que teníamos algo de lo que hablar con ustedes - dijo Karasuma tan serio como siempre - No esperábamos que Asano nos acompañara, pero como Nagisa lo considera casi un hermano, no hay problema... La cosa es que...

-Por dios Karazuma! No te había visto tan nervioso desde que dijiste el "si" en nuestra boda - se burlo la rubia poniéndose de pie para que su esposo se sentara - lo que pasa, mis niños, es que nos vamos a ir del país por un tiempo... Y eso los incluye a ustedes...

-¡¿Que?! - grito Nagisa conmocionado - ¡Yo no me puedo ir! Recién tengo amigos! Además hay cosas que debo hacer aquí!

-Nagisa...- le llamaron sus tíos sorprendidos, su pequeño sobrino jamas se quejaba y tampoco elevaba la voz de esa manera, así que, sin duda alguna, las cosas que decía eran definitivamente importantes para el.

-Por que la decisión? Si se me permite preguntar...- cuestiono el pelirrojo igual de sorprendido que los mayores, pero con semblante mas tranquilo.

-Seguridad, básicamente - respondió el pelinegro dejando con la misma duda a los menores.

-Si no les explicas correctamente, no esperes que te entiendan, cariño  ellos no son los monos cilindreros del trabajo - reprendió la rubia divertida - Verán, como bien saben, estoy embarazada y eso, en nuestro mundo laboral y siendo quienes somos, nos pone en riesgo - explico poniendo una de sus manos sobre su vientre en modo de protección - esta semana recibimos varias cartas de amenaza y, como entenderán, no puedo arriesgarme a que algo nos pase.

-Por eso pensé en pedir que se me transfiriera a un lugar en las oficinas de Inglaterra, para estar mas seguros - termino de explicar el hombre de cejas particulares.

-Entiendo... Y tu también, ¿no es así, Nagisa? - dijo Karma con tranquilidad.

-Si

-Me alegra saber que lo entienden, así que...

-Pero de igual forma me quedare en Japón - interrumpió Nagisa a su tío - espero también entiendan mis motivos, mi madre, para bien o mal, esta aquí y no pierdo la esperanza de que un día quiera hablarme correctamente... Además mis amigos están están aquí... Irme a otro lado, en un lugar donde no conozco ni el idioma, me da terror... Perdonen me...- se disculpo el peliazul temiendo que sus tíos se enfadaran con el.

-Te lo dije! Estúpido Karasuma! - celebro la rubia con burla, desconcertando a todos menos a su esposo.

-... Eh?

-Yo sabia que tu no querrías irte, y te entiendo a la perfección, así que no te preocupes - explico alegre volviendo a sentarse.

-De... Verdad?

-Si... Ya me lo había dicho... Y si, también esta todo arreglado para eso...- aceptó Karasuma dando por terminada la conversación, por lo menos de su parte.

-Solo una cosa mas, Karma también se quedara - decreto la rubia.

-Sin problemas, Irina-san.

-Cuando se irán? - pregunto Nagisa, ahora mas tranquilo.

-En dos semanas - respondió el pelinegro.

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El tiempo paso volando y, tal como lo había dicho Karasuma, ese día se iban de Japón.

-Portence bien, ¿ok? - mando la rubia despidiéndose  por milésima vez de su sobrino.

-Nada de problemas o peleas, ¿entendido Karma? - dijo el hombre mayor con seriedad.

-Si, señor - respondió Karma intentando no reírse.

-Asano, te encargo a mi sobrino, cuidalo si no quedó eres que cierta parte de tu anatomía desaparezca - pidió/amenazo la mayor a quien, por obra del destino, había sido arrastrado al aeropuerto - ¿entendido?

-Puede estar segura... De que nada malo le pasara...- afirmo el amenazado sintiendo como una parte de su cuerpo se encogía.

-Perfecto!

-Irina, es hora de irnos! - grito Karasuma llamando a su esposa para entrar al avión.

Los vieron partir, el avión despego correctamente y todos pensaron que nada malo podría pasar.

Pero un ser colérico no lo quería así, un ente al que se le estaba desafiando.

Un terrible dictador omnipresente.

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"Pero... ¿Por que?

¿Por que ángel negro?

¿Por que si me has protegido a mi, no lo has hecho con ellos?

¿Por que los has dejado irse como lo hizo él?

¿Acaso lo hiciste para que odiara a quien nos controla?

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" Informe de ultima hora!

El vuelo A-01598 con destino a Londres, exploto luego de que el tanque de combustible hiciera contacto con alguna chispa en medio del vuelo.

Según informes de autoridades marítimas, hasta el momento se han encontrado 20 de los 90 cuerpos correspondientes a los pasajeros y pilotos.

Se sospecha que no hay sobrevivientes."

-Nagisa, la telev...

-Karma... Ahora si estoy totalmente solo...


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