"Me gustaría recibir nuevamente un abrazo tuyo, escuchar tus consejos para andar mi camino y sobre todo, saber que tu mano estará en mi hombro para sostenerme hasta que sea capaz de andar yo solo"
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El tiempo paso rápido esa semana, tanto que ya se había acostumbrado a despertar con el brazo del pelirrojo al rededor de su cintura.
Era caso perdido reprochar, el pelirrojo no despertaba hasta que la alarma sonara o hasta que Nagisa decidiera levantarse y, siendo franco, el peliazul prefería quedarse recostado para evitar tener la misma maldita conversación sobre el contrato.
"Se había despertado cuando noto que algo, o alguien, ejercía presión al rededor de su cintura. Giro conteniendo un grito al ver lo cerca que Karma se encontraba de el. Acto seguido, el pelirrojo fue echado al suelo con una patada.
-Que mierdas te pasa? - pregunto Karma desde el suelo - son las jodidas tres de la mañana y ya estas chingando! - se quejo subiendo nuevamente a la cama.
-Tu... Tu estabas abrazando mi cintura! - reclamo el peliazul avergonzado.
-En serio? No me di cuenta, debí hacerlo mientras dormía - explico el de ojos cobrizos - solo por eso me tiraste de la cama? Maldito desconsiderado! - reclamo.
-Estabas durmiendo? Por que duermes si eres un demonio? - cuestiono extrañado.
-Yo lo soy, pero este estúpido cuerpo humano necesita dormir para no descomponerse... Ya sabes... Esta muerto -.
-Ya corta la ahí! No me recuerdes que duermo junto a un cadáver! - exigió el mas bajo estremeciéndose ante ese hecho que trataba de ignorar - pero por qué me abrazabas a mi? Hay almohadas si quieres abrazar a alguien! - reclamo.
-Memorias del cuerpo de este mocoso... Supongo - respondió Karma arropándose y halando a Nagisa para volver a la posición anterior - ahora cierra la maldita boca y dejame dormir... Yo tengo que ir a clases mañana...- se quejo el mas alto con molestia.
-Mañana? Por que? - pregunto el pequeño peliazul pero no recibió respuesta por parte de Karma pues este ya estaba profundamente dormido - Es en serio? -"
El peliazul salio de sus recuerdos cuando el repetitivo sonido de alarma y unos profundos ojos color cobre se abrieron a un lado de su cara.
-Buenos días ratoncito! - saludo Karma animado como cada mañana - hoy aceptaras el puto contrato o seguirás negándote como todos los malditos días? - si, igual que todas las mañanas.
-Sabes, hasta cierto punto, extraño vivir con mi madre; al menos las mañanas eran silenciosas y no me causaban un dolor de cabeza desde tan temprano - respondió el mas bajo con desgano - ahora, ¿me soltaras por las buenas o tengo que llamar a mi tío? -.
-Que nena amaneciste - refunfuño Karma retirando su brazo del pequeño cuerpo en el mismo momento que una sonrisa traviesa se dibujaba en su rostro causando que al mas bajo se le pusiera la piel de gallina.
-No a cualquier cosa que estés imaginando! Absolutamente no! - negó sabiendo que nada bueno, para el, ocurriría.
-De que hablas? Yo solo estoy pensando en ayudarte para que no llegues tarde a tu primer día de clases...- hablo en tono inocente el de ojos cobrizos mientras se levantaba de la cama para cambiar su pijama por el uniforme con un simple chasquido de dedos - Por que... ¿Si recuerdas que es hoy, verdad? -.
-EH!?- grito el peliazul viendo el reloj sobre la cómoda a un lado de las camas - Como puede ser tan tarde!? - grito viendo como el reloj marcaba las siete veinte y su hora de entrada era a las ocho en punto.
-necesitas mas tiempo? - pregunto el demonio.
-A diferencia tuya, yo no me cambio con un tronar de dedos - decía Nagisa corriendo de un lado a otro poniéndose el uniforme y atando su cabello en dos coletas.
-Hmmm... Ok, te ayudo - declaro Karma tronando sus dedos haciendo que Nagisa portara el uniforme de la academia, pero...
-Con una chingada! Soy hombre, idiota! - grito el de ojos azules en cuanto noto que, si bien portaba el uniforme de la escuela, el maldito demonio había hecho de las suyas y le vistió con falda.
-Huy~ que susceptible estas hoy... No andarás en tus días, ¿o si? -.
-Maldito demonio estúpido, soy hombre cabrón! Hombre! Tengo pene! - le grito el peliazul molesto.
-Ave Maria, ese lenguaje pitufito! - dijo Karma con sorpresa fingida - ruega al idiota de arriba que tus tíos no han escuchado eso - sugirió aguantando la risa al ver la expresión de pánico que se formaba en el rostro del mas bajo.
-Mis tíos pensaran lo peor de mi...- murmuro Nagisa sintiendo que su alma abandonaba su cuerpo al igual que su sangre.
-Ja! Realmente eres ingenuo! - se burlo nuevamente el de ojos cobrizos - tus tíos salineros desde temprano a su oficina - dijo entre grandes y sonoras carcajadas.
El peliazul quedo inexpresivo, ¿como se supone que conviviera con ese demonio y pretender que todo esta bien? No podía simplemente ignorar el hecho de que convivía con un demonio... ¿O si?
-Karma-kun, creo que deberíamos apresurarnos para ir a la escuela - señalo el peliazul con un tono totalmente calmado mientras se quitaba la falda.
-...- el pelirrojo se quedo mudo en cuanto noto como la prenda descendía delineando las piernas del mas baja, causando en el un ligero cosquilleo en la garganta - Disculpa? -.
-Si, no es bien visto que se llegue tarde a clases - aclaro Nagisa pasando por delante del pelirrojo para coger el pantalón correcto del armario - Es bueno que la academia quede tan cerca de la casa, no te parece? - le comentó demasiado tranquilo.
-Que? - volvió a preguntar Akabane sin entender el cambio de actitud en su pequeña víctima.
-Vamos a coger algo de la nevera y lo comemos en el camino - apresuro el ojiazul saliendo de la habitación con su mochila al hombro - Apresurate o me iré sin ti - dijo desde la primer planta.
-Eh? Si recuerdas que yo, con solo tronar mis dedos, puedo llegar a la escuela en segundos? - menciono el de ojos cobrizos saliendo de la habitación.
-Que cosas dices Karma-kun, hay que apresurarnos, nos quedan veinte minutos para llegar a la escuela - respondió el pequeño peliazul terminando de servir un vaso de jugo - No quisiera llegar tarde a mi primer día de clases - murmuro para si mismo el peliazul.
El pelirrojo no dijo nada, se quedo parado frente a la mesa donde Nagisa desayunaba velozmente, estudiando su comportamiento.
-(Esta loco? Ya cayo en la demencia? Si es así, sera fácil que me de su alma...)- pensó el demonio formando una sonrisa ladina en sus labios - Nagisa, harías un contrato conmigo? -
-Eres abogado? - respondió/pregunto el peliazul terminando su desayuno.
-No...-
-Entonces, ¿como quieres hacer un contrato Karma-kun?- cuestiono el mas bajo pasando al lado del pelirrojo.
-Soy un demonio, yo puedo...-
-Pues por mas horrible que sea tu actitud, no eres abogado ni nada similar como para que yo haga un "contrato" contigo Karma-kun - interrumpió Nagisa saliendo de la cocina - ¿nos vamos? - pregunto ya en la puerta de la casa.
-¿Juntos? - se burlo el pelirrojo mirando con desprecio al mas bajo - jamas iría junto a ti... A no ser que me des tu...-
-Ok, entonces te veo en clases - le interrumpió nuevamente para salir y correr tan rápido como sus piernas le permitían -(Puedo hacerlo! Puede hacerlo)- pensó mientras subía por la calle bajo la mirada atenta de un pelirrojo y también la de otros ojos azules.
-Sal de ahí - ordeno el pelirrojo al sentir que no era el único que espiaba a su presa - Sal ya o iré yo mismo por ti y te arrastrare de ese estropajo rubio que traes en tu vacía cabeza - advirtió mostrando sus "garras" mientras caminaba a uno de la arbustos cercanos.
-Kyaaaa~ desayunaste perro o que? - pregunto con cantarina voz una chica delgada y de largos cabellos rubios y lacios - yo que todavía vengo a visitarte a este mundo - le reprocho.
-Nadie te lo pidió Nakamura - comento Karma bajando su mano amenazante - tu no tenias un contrato en curso? - cuestiono volvieron do su vista a donde el peliazul había desaparecido - si que corre rápido el pequeñin...- murmuro.
-Tenia... El contratista ya murió - respondió ma chica buscando algo entre las bolsas de su short de cuero negro, luego entre las de su chaleco del mismo color y material, luego entre los cierres de su mochila y finalmente te entre sus senos que solo eran cubiertos por un top rojo de licra - aquí esta! - dijo encontrando lo que buscaba - saluda a Takaoka-sensei! - comento mostrando un pequeño frasco con una cucaracha encerrada.
-Eres desagradable...- "saludo" Karma a la cucaracha - debió ser un asco de persona - comento estudiando al insecto.
-Si, no tienes una idea... Pero bueno, ni tu ni yo podemos juzgarle, no es nuestro trabajo... Ya Koro lo hará - dijo la chica volviendo a guardar al insecto pero esta vez en su mochila - Y el tuyo? -.
-Huyendo de mi - respondió Karma de lo mas normal - se esta haciendo el difícil, pero en cuanto vea quienes son sus compañeros, hará un contrato conmigo sin chistar -.
-Hueles a exceso de confianza y fracaso seguro - dijo la chica burlona - Hace unos cuantos siglos te hicieron lo mismo, ¿no? - comento Nakamura causando una mueca de molestia en el rostro de Karma.
-Calla con eso, esa idiota fue muy necia y por ello murió antes de realizar el contrato conmigo - gruño el pelirrojo - pero el caerá... Tiene maldad en su corazón, yo lo se... El caerá tarde o temprano...- aseguro confiado - Ahora desvanecete de aquí, no quiero verte por este lugar -.
-Como digas jefe, no me veras por aquí - acepto la chica desapareciendo entre pequeñas llamas rosas.
-Bien, ahora me voy yo - dijo el demonio consumiendo su imagen en llamas carmín, mismas que iban mostrando poco a poco su cuerpo en el techo de la escuela.
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- Bien, quizás al ratoncito le daría miedo viajar de esta for... Ahhh! - grito al sentir que su piel se quemaba al ser rociada con agua.
-Al fin te apareces... Demonio - hablo una voz desde dentro del edificio en el que se encontraba.
-Vaya, vaya... Pero si es el hermanito cobarde - comento el pelirrojo mientras hacia presión en la zona afectada - Y planeas seguir jugando con la pistola de agua o trataras de matarme? -.
-Planeo torturarte... Y después matarte...- se mofo el otro aun sin mostrar su ubicación.
-Oh, vamos bro... Cuanto rencor puedes tener por mi? Tu "familia" ni siquiera era tuya y te llevabas horrible con este insecto - dijo el de ojos cobrizos caminando al único lugar donde podría esconderse su atacante, pero una barrera se lo impidió quemando parte de su brazo -(mierda, esto no es bueno para mi...) -.
-No intentes escapar, esa barrera la hice con sal y agua bendita, además de algunos talismanes que me dio mi maestro - le advirtió saliendo de la parte trasera de las escaleras.
-Lindo vestido, nicchan...-.
-No me llames así - ordeno molesto retirando la capa larga que cubría desde su rostro hasta sus pies - tu no tienes derecho a llamarme de esa forma - espeto con odio mientras las dos gemas violetas en su cara, ardían como hogueras - para ti soy...-.
-Gakushū-nisan?-.
-Nagisa!? -.