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Amor del demonio por Sakuriita_Henandez

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"Y entonces despierto de ese sueño"

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Despertó antes de que la alarma sonara, estaba agitado, lo cual le sorprendió y preocupo a partes iguales.

Escurría en sudor, el corazón, supuestamente muerto, latía desbocado, temblaba ligeramente, sus ojos no veían con total claridad y sentía unas fuertes ganas de buscar a alguien en particular, pero esas ganas se fueron al traste en cuanto el pequeño peliazul  que se hallaba dormido a su lado, de forma inconsciente pronuncio su nombre mientras tanteaba la cama hasta dar con la esquina de la pijama del pelirrojo.

En ese momento todo volvió a la normalidad, fue como si de sus hombros quitaran una gran roca o, en este caso, como si le sacaran la espada del arcangel Miguel, a quien le agradaba molestar con frecuencia.

El ver a Nagisa lo tranquilizó de una forma tan incomprensible que lo puso nervioso.

Trato de recordar que era aquello que acababa de soñar y la sorpresa lo hizo morderse la mano para no gritar y asustar a Nagisa.

Los demonios no duermen.

Pero el dormía por que ese patético cuerpo humano lo necesitaba.

Los demonios no comen la misma comida que los humanos.

El lo hacia porque ese cuerpo, a diferencia del suyo, no se podía mantener de almas y el odio que había en su entorno.

Los demonios no pueden soñar.

Pero el lo hacia y, lo que mas le preocupaba, no sabia por qué.

Otra cosa que tampoco podía explicar era que con solo ver a Nagisa, su corazón (supuestamente muerto) latía, todo era para el demasiado humano y eso jamas le había pasado cundo poseía a algún humano.

-Necesito hablar con el pulpo...- murmuro levantándose de la cama.

Miro el reloj con molestia, aun faltaban unas cuantas horas para que la alarma se activara, Nagisa no se levantaría a no ser que una bomba nuclear estallara junto a el, eso o que alguien pasara regalando sushi (por lo que había escuchado el día anterior cuando Asano y Nagisa conversaban, el mas bajo deliraba con eso), así que tenia tiempo para ir y volver sin que nadie lo notara.

-Bien, sera una visita rápida... El sello no me permite estar ahí abajo por mas de dos horas...- se dijo al tiempo que derramaba unas cuantas gotas de sangre en el suelo para dibujar un pentagrama que pronto se convirtió en dos grandes rejas de acero negro y oxidado, las puertas del infierno.
Lo absorbieron al instante en que se abrieron, unas enormes llamas negras envolvieron su cuerpo humano y extrajeron al demonio haciéndolo descender hasta el cuarto circulo infernal.

-Tu no deberías estar aquí, Karma-kun...- dijo una lúgubre voz detrás de el, una voz por demás conocida para el.

-Lo se Korolo se. Pero debo preguntarte algo - respondió Karma buscando q su maestro por aquel lugar - y me seria mas cómodo hacerlo si te materializas, pulpo de mierda.

-Que grosero, deberías respetar mas a tus mayores! - grito Koro mostrándose ante su pupilo - en especial y son tus maestros, insolente.

-También es bueno ver tus tentáculos - se burlo el pelirrojo esquivando unas rocas que iban directo a su cara - Por el contrario, no me alegra ver tus lentes por este lado, Okuda-chan.

-Que lastima, mi amor pero, a diferencia tuya, yo si quería verte - respondió la chica de lentes arrojando una piedra mas grande, pero también fue esquivada por el, pero no por el ser de tentáculos amarillos.

-Manami-chan! Afina esa puntería!

-Lo siento sensei.

-Mira, tengo poco tiempo y hay algo que quiero hablar con el pulpo, así que... Largate - mando Karma haciendo volar a la chica lo bastante lejos para que no molestara durante un rato.

-No pues... Todo un caballero, galán - ironizó el pulpo reprochando la actitud del pelirrojo - no puedo creer que, aun con ese carácter de mierda que tienes, traigas a varias tras de ti...

-Que te digo, tengo mi encanto. Pero no es de eso de lo que quiero hablarte - respondió Karma adquiriendo un tono de voz mas serio al igual que su mirada.

-Te escucho.

-Veras, hay cosas que me están pasando y no deberían pasar - soltó el pelirrojo nervioso - entiendo que el cadáver en el cual resido necesita comer y dormir para no pudrirse, ¿cierto?

-Correcto.

-Bien, entonces respondeme algo, ¿Puede un cadáver soñar? ¿Volver a vivir?

-Hmmm... Soñar, por lo que se, es algo imposible tanto para los cadáveres, vampiros y demonios - respondió el ser amarillo bastante pensativo - Ahora, con respecto a volver a la vida... Seria algo similar a un zombie en dicho caso, sin embargo, para que este ser reviva, es necesario un ritual vudú o uno de magia negra.

-Ok, no recuerdo que ninguno de esos rituales me hayan pasado recientemente, asi que... Quisiera que me explicaras la razón por la que recientemente he tenido sueños y un estúpido palpitar en mi pecho - pidió "amablemente" sentándose en una roca para escuchar la respuesta de su profesor.

-Karma-kun... Estas seguro que ese humano esta muerto?

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Sintió como si le retiraran una bolsa de su cabeza. El aire entrando a sus pulmones le hizo toser con fuerza debido a la sensación de ahogamiento.

La luz le quemaba los ojos, su cuerpo se sentía raro, todo a su alrededor era diferente a lo ultimo que el recordaba y poco faltó para que, muy a su estilo, saliera a buscar respuestas o problemas, lo que se atravesará primero, le daba igual.

Pero esas ganas se fueron al traste en cuanto vio algo, o mas bien a alguien, que lo hizo abrir de forma abrupta los ojos, sus mejillas se encendieron cual farolas en la calle y el palpitar de su corazón le delato su nerviosismo.

Ahí, en una de las camas que esa desconocida habitación tenia, estaba una cabellera azul que el ya había visto con anterioridad.

Sintió el impulso de asomarse a la cama para comprobar si era, o no, la persona que el creía, pero no le fue necesario. El pequeño cuerpo de finos cabellos azules giro mostrando su tranquilo rostro al dormir, tanteo un poco la cama, como si buscara algo o alguien que le hacia falta y, al no encontrarlo, empezó a llamarlo.

-Karma... Karma...

El de ojos cobrizos quedo hecho piedra al escuchar su nombre salir de esos delicados labios rosas que mas de una noche había deseado probar.

Muy bien, quizás había muerto y ahora se encontraba en el cielo, uno donde ese ángel lo llamaba para que durmiera con el.

¿De donde se conocían?

El jamas olvidaría la primera vez que lo vio.

Habían pasado quizás ya mas de tres años, pero una persona como Nagisa jamas se olvidaría.

 

Flash back

 

Había sido un día agotador, el estúpido de Asano seguía jodiendo en su casa, en su escuela y, ¡por todo el universo!, hasta en el parque. Quería vengarse, hacer que ese estúpido pasara por la humillación mas grande que pudiera haber, pero existía un problema.

El no sabia absolutamente nada de ese fastidio andante.

Como lo sabría, no llevaban ni tres días de conocerse y, si lo iba a hacer pagar por joderle la existencia, debía saber cual era su punto débil.

Así que ese día, después de que las clases terminaran y Asano saliera cual rayo como era su costumbre, el se dispuso a seguirle.

Caminaba a una distancia prudente, no muy cerca para ser visto ni muy lejos como para perder a su objetivo, algo que había aprendido muy bien de los colegas de sus padres. El resultado, como siempre, un trabajo exitoso.

Lo siguió hasta el otro lado de la ciudad, lo vio entrar a un restaurante y, pasados unos minutos, también entro el, pero algo lo hizo caer y golpearse.

Un pequeño peliazul se había tropezado con el y había caído de bruces contra se pecho.

-Lo siento, no fue mi intención - se disculpo el mas bajo sumamente apenado y levantándose.

-No... No hay cuidado - respondió Karma embelesado con la belleza de aquel pequeño ser que trataba de levantarse pero no podía - Tu... Estas bien?

-Ammm... Si... Creo... No es nada...- negó el peliazul haciendo un ultimo esfuerzo para pararse, un esfuerzo infructuoso, pues al apoyarse en su pie derecho, el dolor lo hizo caer nuevamente en el pecho del mas alto - lo lamento... De verdad... Podrías ayudarme? Creo que me torcido el tobillo...- murmuró apenado sin mirar al pelirrojo que hacia mas de diez segundos había sido masacrado sin piedad por cupido.

-Claro... Ammm... Cual es tu nombre? - le pregunto mientras le cargaba para levantarse del suelo.

-Nagisa...

-Bueno, Nagi-chan, yo soy...

-Nagisa! Por dios! Que te ha pasado? - pregunto repentinamente un pelinegro, interrumpiendo la presentación de Karma, quien, solo por llevar a Nagisa en sus brazos, no se arrojaba a romperle el cuello.

-Yuma, yo... Me caí...- respondió Nagisa apenado - y creo que Torcí mi tobillo... El me estaba ayudando.

-Ya veo - acepto Isogai soltando un suspiro - yo me haré cargo desde ahora  gracias - dijo arrebatando al mas bajo de los brazos de Karma. El pelirrojo no pudo negarse a nada, cuando estuvo apunto de replicar, solo pudo observar como el pelinegro se alejaba con Nagisa en su espalda y un ojivioleta salia por la otra puerta del restaurante.

-(Cierto, yo estaba siguiendo a Asano!) - recordó, pero ya no le pareció importante, ese lindo chico de pelo azul tenia mas prioridad que el estúpido intruso al que sus padres estaban dando hogar.

Desde ese día, no había tarde en la que no fuera hasta ese restaurante con esperanza de ver a su nuevo interés.

Encontrándolo algunas veces, decepcionándose al no verlo en otras.

Se hizo amigo del chico de pelo negro solo para averiguar mas cosas de Nagisa, cosas como su color favorito, comida favorita, escuela a la que asistía, lugar de residencia y hasta horarios en su día a día.

Sin embargo, el día que había decidido confesarse, fue cuando su vida se torno oscura.

 

Fin del flash back

 

Trago en seco.

¿Que demonios hacia en la habitación de Nagisa?

¿Por que el mas bajo le llamaba?

¿Estaba bien recostarse junto a el?

¡Al diablo si era correcto o no!

Le estaba llamando a el y, por todo lo existido y por existir, el atendería a su llamado.

Poco a poco fue acercándose a la cama, levanto las cobijas y se deleito con la delicada figura que se acurrucaba en la almohada contraria, la pijama le quedaba un poco grande por lo que tenia uno de sus hombros levemente destapados, las mangas le cubrían hasta los dedos y el pantalón se le bajaba un poco mostrando parte de su vientre.

-(Que se me castigue cuando muera, pues no creo ser digno de tal belleza)- pensó estando a escasos centímetros de tocar al peliazul.

Pero una inmensa sensación de peligro lo paralizo antes de hacerlo.

-Es cierto. Tu no eres DIGNO de tocarlo - puntualizó una voz a sus espaldas. Ronca, oscura.

Aterradora.

Una figura similar a su reflejo estaba detrás de el, sus ojos, su cara, su pelo y estatura, eran exactamente iguales. Los cuernos, la cola, unas alas parecidas a las de un murciélago y unas runas tatuadas en su cuerpo eran lo que los distinguía.

-Alejate de el, escoria.

-Disculpa? Que quiere una cosa como tu con un ángel como el? - pregunto el humano poniendo su cuerpo como escudo para Nagisa.

-El, es mio - decreto el demonio con autoridad avanzando en un abrir y cerrar de ojos hasta donde el humano se encontraba - Y tu, eres parte de mi - anunció tomándolo del cabello y desapareciendo al instante de la misma forma en la que había aparecido, sin que nadie lo viera o lo notara.

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"-Karma-kun, estas seguro que ese humano esta muerto?

-Si, completamente.

-Como es ese humano?

-Sorprendentemente parecido a mi, desde la voz hasta el físico. Es como verme a un espejo si yo fuera humano.

-Karma-kun... El es una parte de ti..."


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