Lilu
Desde que la hija mayor del antiguo dueño se hizo cargo de la WCY, las mujeres formamos parte de las estrellas que tienen un contrato firmado con la empresa.
Así que, entro a las instalaciones, y me dirijo a mi camerino.
-Lilu, ¿por qué siempre llegas tan tarde?- exclama Alma, saliéndome al paso
-eres mi mejor amiga, ya deberías saber que odio madrugar. Además a Karim también se le pegaron las cobijas; así que, no me reproches- respondo sin darle importancia
-¿y qué tal que un día Velkan te cite aquí temprano?, ¿no madrugarías ni siquiera por él?- me cuestiona. Golpe bajo, debo admitir
-él también me conoce, además no lo metas en esto porque no tiene nada que ver- le recrimino sin maldad
-¿no tengo nada que ver en qué?- escucho una voz grave y muy masculina, atrás de mí
Me giro y lo veo, ahí está el chico que le roba los suspiros a muchas de las mujeres de esta compañía y del público que nos viene a ver.
Seguro debe ser por sus ojos verde claro; su nariz perfilada, perfecta y un poco respingada; sus cejas delgadas y bien delineadas; sus pómulos hundidos; sus labios tan carnosos, finos y apetecibles; y sus facciones masculinas y levemente delicadas, que le dan ese toque ideal a su rostro, y lo convierten en alguien condenadamente sexy.
Cuando sonríe, exhibe esa sonrisa blanca y sensual, que posee. Su manzana de Adán está demarcada, y se agita en el momento en que su risa se convierte en una viva carcajada.
Su torso, que bien trabajado está, lo caracterizan: sus fuertes pectorales; ese abdomen de lavadero, tan marcado, exquisito y tallado por los mismos ángeles; y esa fina línea de vello negro, que inicia en medio de su pecho y sigue su camino hasta perderse entre su pantalón.
Sus hombros y espalda son anchos y fuertes; sus brazos, fuertes y tan musculados como fibrosos; su paquete a simple vista se ve que es grande, grueso y potente; sus piernas marcadas, fuertes y largas, le dan sentido a su altura. En general su cuerpo parece como el de un Adonis griego, con ese aire glorioso e imponente.
Y toda su imagen impactante se complementa, con su piel nívea, casi traslucida; su largo cabello rubio, tan liso como suave y brillante, que le roza la parte superior de su redondo y firme trasero; su olor tan masculino, delicioso y hechizante; y su altura envidiada por muchos, ya que mide uno ochenta y cinco.
¿Qué porqué sé todo esto?, porque ese chico, es nada más y nada menos que mi novio, Velkan Crianoveanu.
Pero no viene sólo, a su lado está su hermano Gyula. Conocido por todos como el vampiro metalero, debido a sus ojos oscuros con esos inusuales visos de tono esmeralda; su nariz perfilada, respingada y con esa leve torcedura interna, que le hace ver el final del huesito nasal, ligeramente sobresalido en ambos extremos, pero aun así ésta es perfecta; sus cejas oscuras y gruesas en un punto justo, y muy bien definidas; sus pómulos hundidos; sus labios finos y sensuales, siendo el inferior carnoso y el superior delgado, pero ambos tan rojos como si también se la pasara todo el tiempo comiendo paletas de frutos del bosque; y a sus facciones masculinas y con un tinte delicado, que le dan ese toque de nobleza y elegancia a su rostro, y lo hacen lucir sumamente deseable e irresistible, pero a la vez perverso.
Su sonrisa, a diferencia de la de Velkan, es maliciosa, y aunque blanca y seductora, pareciera ocultar un par de largos colmillos, dispuestos a atacar la yugular de cualquiera. Su manzana de Adán, también tiende a sacudirse cada vez que ríe animadamente o cuando lo hace con un dejo de crueldad.
Su torso también es trabajado, y está demarcado por sus definidos pectorales; su abdomen de lavadero, que aunque no está muy esculpido, tiene aun así aspecto de chocolatina; y una fina línea de vello negro, que desciende desde la parte baja de su ombligo hasta perderse entre sus pantalones.
Sus hombros y espalda son un tanto anchos y fuertes; sus brazos son fuertes y no tan musculosos, pero sí fibrosos; no he visto sus piernas, sin embargo, supongo que deben ser fuertes y largas. En términos generales, su cuerpo está bien moldeado y es un deleite para la vista.
Todo su atractivo se complementa, con su piel nívea y levemente traslucida; su cabello negro, ondulado y hasta los hombros, el cual es suave y brillante; su voz seductora, hipnotizante y no tan grave; su altura de uno ochenta y cinco, al igual que su hermano; y sus gustos musicales, encaminados hacia el metal gótico y el rock pesado.
-no me has respondido la pregunta, ¿en qué es lo que no tengo nada que ver?- insiste mi pareja, sacándome de mi embelesamiento
-en mis llegadas tarde a la empresa- respondo acercándome a él
De inmediato me besa y al separarnos, comenta:
-tengo que mostrarte algo, pero tiene que ser en un lugar privado-
-no pensarás hacerme un striptease ¿o sí?- digo un tanto nerviosa
Él ríe cerrando sus ojos, y aun así no pierde su aspecto de chico sexy.
-Gyula, ¿has visto una chica más hermosa y tierna que Lilu?- le habla a su hermano entre risas, con un tono retórico
-sí. Alma- responde el peliondulado, exaltando a mi amiga
Ella se sonroja y yo la codeo confianzudamente
-amor, deberíamos ir a mi camerino, quiero saber qué es lo que me vas a mostrar- hablo mirando a Velkan
-vamos entonces- contesta con disposición
-me cuentas todo lo que pase- le susurro a mi mejor amiga
Acto seguido, le guiño un ojo, para luego irme con mi novio.
Alma
Gyula se aproxima más a mí, y dice:
-tienes que saber que desde el momento en que te conocí, cuando entramos a la primaria, llamaste mucho mi atención, por eso quise que fuéramos amigos. Pero es tiempo de que te diga la verdad, me gustas y mucho; tal vez yo no a ti, es normal. Total, sólo quería que lo supieras-
-Cómo osas creer que no me gustas, si cada vez que te veo me pongo nerviosa, se me traban las palabras en la boca y siento mariposas en el estómago. Eres tan bravo y masculino, no sólo por tus fachas de cantante de rock, sino por tu forma de ser y la seguridad que siempre tienes en ti mismo. Por lo que, no me gustas, me encantas- respondo, tras llenarme de valor
-eso significa que tengo oportunidad contigo, ¿verdad?- pregunta interesado
-sí, por qué no habrías de tenerla- contesto dispuesta
-entonces, ¿quieres ser mi novia?- indaga, sonriendo de lado
-sí, claro que sí- respondo asintiendo
-bien, ven aquí- contesta, y me toma por la cintura para arrastrarme hacia su cuerpo.
Cuando ya estoy bien pegada a su pecho, él se acerca a mi cuello y lo huele con instinto posesivo. Continua delineando el contorno de mi rostro con la punta de su nariz; y al llegar a mis labios, se apodera de ellos, besándome con ímpetu y deseo.
Wow, qué manera tan arrolladora y deliciosa de besar, el sabor de sus labios es increíble.
Al faltar el aire, nos distanciamos y él sonríe. De inmediato lo abrazo cariñosamente y le devuelvo el gesto; Dios, nunca pensé que esto fuese a ser posible algún día, pero heme aquí, entre los fuertes brazos de mi amor platónico. Soy tan feliz.
En otra parte...
Lilu
Velkan se ha quitado la chaqueta, y ahora se está despojando de su camiseta.
Al quedar con el torso al desnudo, se acerca a mí.
-mira, me lo hice anoche y quise que fueras de las primeras personas en verlo- comenta, señalando hacia su ombligo
Me agacho un poco, y veo que tiene un piercing plateado, con la argolla hacia adentro y las esferitas de las puntas por fuera; justo ahí. Qué cosa más sensual.
-¿te gusta?- pregunta emocionado
-sí, obvio. Te hace ver tan terriblemente sexy, que no puedo sino pensar que eres un dios griego en la tierra- respondo maravillada
-Lilu- oigo la voz de Inkeri, que acaba de entrar sin tocar
-wow, qué arriesgado- dice, en cuanto le ve el piercing a Velkan
-a la próxima toca antes, no me gusta que la gente se meta aquí como si esto fuera de su propiedad. Ahora, ¿dónde están Martina, Marco, Camilo y Karim?- respondo con cierta molestia
-afuera, sólo te venía a decir que a la hora del almuerzo quedamos de encontrarnos todos en el casino de la compañía- contesta mi amiga, cabizbaja
-de acuerdo, ahorita nos vemos entonces- respondo tratando de ser más amable
Ella asiente y se va, dejándonos de nuevo solos a mi novio y a mí.
A la hora del almuerzo...
Nos reunimos Velkan, Alma y yo, con Gyula, Inkeri, Martina, Marco, Camilo y mi hermano. Ya que son nuestros amigos.
-dímelo todo- le susurro a Alma, y ella entiende a qué me refiero
-sí, también me quiero enterar- comenta la peliblanca
-yo igual- apunta su melliza
-cuando nos quedamos solos, me dijo que le gusto y le respondí que él también me gusta a mí; entonces preguntó que si tenía oportunidad conmigo, y le contesté que sí. Luego quiso saber si querría ser su novia, y se lo confirmé.
Al final me agarró de la cintura para pegarme a su cuerpo, me olió la piel del cuello y el rostro, y lo culminó todo con un beso. Pero, Dios mío de mi vida, qué manera tan sensual y deleitosa de besar; me mató el sabor de sus labios, y ese estilo demandante para capturar los míos- responde la ojiazul, ruborizada y a la vez apenada
-simplemente perfecto. Alma Coyote y Gyula Crianoveanu, suena a novela romántica- comento sonriendo
-¿qué se quedan haciendo ahí paradas?, vengan a sentarse a almorzar- nos recrimina Marco, con el ceño levemente fruncido
-cielo, no te desesperes, ya vamos- le contesta Inkeri, con tono cariñoso; después de todo es su novia.
De inmediato nos acercamos a ellos, y nos sentamos a un lado; en ese momento, mi mejor amiga y yo, vemos pasar a Alik en compañía de Hilary, la última mira con deseo a Gyula, pero Alma rápidamente pone su mano encima de la del pelinegro, y él se la entrelaza, al tiempo que gira el rostro para sonreírle .
La peliazul voltea la cara para otro lado con enojo, y yo celebro internamente tal acción.
-me encantó qué hicieras eso- le digo en tono bajo, a modo de felicitación
-nadie se mete con mi novio, mientras yo esté presente- contesta con orgullo
Acto seguido, le sonrío y tomo la mano de Velkan, él por su parte me la acaricia, sabiendo que soy yo.
En eso noto que Tadashi está buscando al ruso-japonés y a su prima; cuando los divisa, camina rápido hacia ellos.
Ahí me uno a la charla que están sosteniendo mis amigos, y mantengo la alegría tatuada en mi rostro, al escuchar las divertidas anécdotas de Camilo, con Karim como entrenador. A lo que se les une Martina, contando acerca de los planes alocados de Inkeri, cuando quería llamar la atención de Marco.
Sin duda no cambiaría nada de mi vida, porque para mí es ideal. De no haber nacido de padres luchadores, nunca habría querido incursionar en la lucha; si Ggio no hubiese estudiado medicina en el extranjero, no tendría la cuñada y la sobrina que tengo ahora; y si yo no hubiera entrado a estudiar a ese colegio desde pequeña, no tendría los amigos y el novio que presumo actualmente.
En conclusión, sé que todo a mi alrededor no es perfecto, pero por lo menos está bien para mí. Porque si yo soy feliz, nada de lo que ocurra hará que cambie mi forma de ser. Esa es ley natural de la vida, y yo lo creo con firmeza.