Siento que floto en el aire, un aire oscuro. Aunque no estoy flotando… mis manos tocan algo solido y la luz me hace abrir los ojos. El suelo está caliente, me levantaría pero no encuentro fuerza. Una mano se extiende delante de mí.
— ¿Día agitado?— Daimmen. Tengo que mirarle fijamente porque siento que aún estoy soñando— qué suerte que estuviera pasando casualmente por ahí ¿no crees?
— Mucha suerte— no sé dónde estoy, pero Viktor está de pie, hablando con Hadrien a unos pasos de donde estoy— ¿Qué paso? creí que… el precipicio…
— puntos débiles de la ciudad… no estaba seguro del punto por el que iban a aparecer, yo no conozco la ciudad ¿no soy genial?— no me puedo concentrar, ¿estamos bien? ¿No tenemos que seguir huyendo?— es una zona segura, tendrían que quedarse unos días por aquí— deja de sonreír, y suspira— causaron más alboroto que nunca entre el parlamento, entraron a la ciudad y escaparon… o alguien los ayudo a escapar.
— bueno…
— ¿Te encuentras bien?— estoy temblando, me siento cansado y creo que si hubiera comido algo estaría vomitando, además tengo hambre y sueño, me duele la cabeza. En pocas palabras me siento jodido.
— me he sentido mejor.
— es el uso de la magia, a veces puede agotarte si no sabes controlarla.
— ¿Por qué ellos no están más alarmados? Acabamos de escapar, casi nos atrapan y estaban destruyendo una ciudad. Parece que no hubiera pasado nada— Daimmen sonríe, me da unas palmadas en el hombro y me encamina hacia ellos.
— porque es parte de ser nigromante. Son ellos o eres tú. Haces lo que tienes que hacer para sobrevivir y conservar tu libertad. Muchos prefieren morir a ser prisioneros— lo entiendo, ser culpable de lo que sea solo porque soy diferente no es muy justo. Estamos ya cerca de Hadrien y Víktor, alguien llega primero, desde el otro camino. Ignora complemente a Víktor y se pone a hablar con Hadrien— ah, vaya. Nunca tuve el honor de conocer a Kiran— Dice la palabra honor con un marcado sarcasmo. Con que Kiran… no es como Keegan. Parece amable, y si que tiene toda la apariencia de un héroe.
— entonces ¿con esto está todo olvidado? ¿No más visitas indeseadas?— Viktor se queda mirándoles, luego solo asiente. Extiende la mano hacia Hadrien.
— gracias. No me voy a disculpar por lo que hice, sigo pensando que es una mala idea de que estés con él, pero…— se encoge de hombros— estamos bien ahora.
— Eso espero…— Hadrien extiende la mano también. Una despedida muy formal. Me mira, sonríe e inclina la cabeza un poco. Luego Kiran toma su mano y desaparecen. Vaya que son una pareja imponente.
— ¿No tendrán problemas si les siguen por su magia?— pregunto, Víktor por fin voltea a vernos.
— No creo que alguien quiera enfrentarse a esos dos. En el parlamento serán idiotas, pero no suicidas. No se meterán con Kiran— caminamos, alejándonos de donde estamos, veo una carretera más adelante, pero no veo ninguna casa— estamos en un lugar seguro, el parlamento no ha llegado a todo el mundo, por más que quieran hacernos creer que sí— yo más bien pienso que deben estar más ocupados comprobando lo que paso y los daños, y después vendrán por nosotros.
— ¿Alguien me va a contar que paso con exactitud?— No tengo ganas de hablar, además ni siquiera yo se la historia completa. Cuando parece que no habrá una respuesta, Víktor comienza a hablar. Caminamos escuchando la historia desde el momento en que Víktor y Hadrien se fueron. Escuchar todo lo que paso mientras yo estaba encerrado me da la impresión de que no fue tan grave como lo pensé al inicio.
Me despiertan los susurros, son muchas voces y por unos momentos pienso que no salí del parlamento y solo fue un sueño. Estoy en la sala de la casa donde nos estamos quedando, apenas está anocheciendo, creo. Puedo ver la puerta que va al patio, y como hay un grupo de fantasmas fuera, Viktor está allí también.
— así que despertaste. Bienvenido de regreso al mundo de los vivos— Daimmen no me ve, pero suena divertido tras el libro que sostiene frente a su rostro— dormiste casi un día completo, dudo alguien pudiera despertarte.
— ¿un día?
— sí. Es mejor que enfermarte por usar magia. Yo me enfermaba seguido cuando recién comencé a usar magia negra, ya sabes, es más difícil para un humano— no, no lo sé. Todavía hay muchas cosas que no sé.
— ¿Qué está haciendo?
— hablando con los muertos sobre el futuro. Ahora debemos tener más cuidado, el parlamento no está feliz por lo que paso— aun me siento cansado. Algo me empuja hacia el sofá de nuevo— deberías quedarte acostado un rato más, es temprano.
— todavía es confuso… la magia…
— no es tan difícil, pero lo será si sigues pensando así ¿has pensado sobre mi propuesta para enseñarte magia? Viktor comento que hiciste algo con el suelo antes de que los sacara de la ciudad. Tienes potencial, Razvan.
— debería aprenderlo bien, si estaré huyendo por el resto de mi vida, debo aprender a defenderme y ser un poco más como ellos…
— No, no. nunca como ellos, deberías pensar mejor lo que dices, si te vuelves como ellos, perderías todo lo que te hace especial— no me gusta que hable de ese modo, nunca se si habla en serio o solo es parte de su forma de hablar. Yo no estoy interesado en Daimmen mas allá de pensar que es genial por haber aprendido magia siendo un humano— ¿sabes? Hay algo que todavía me da curiosidad ¿podrías…?— me hace una seña para que me levante. Qué extraño, me acaba de decir que me quede en el sofá. Me levanto, Daimmen se levanta también y se sienta en el sofá donde yo estaba— no te gires.
— ¿Qué haces?
— aun hay algo…
— ¡Hey!— me sorprende sentir sus manos levantando mi camisa.
— Solo quiero ver la marca, vamos— suspiro. Me ha ayudado más de lo que parece, y nunca he hecho nada para darle las gracias. Además necesito cambiarme la ropa. Me saco la camisa y espero. Aunque no lo veo, siento la admiración de Daimmen— Así que esta es tu marca. Bastante interesante.
— Creo que hay otras más interesantes.
— umm... no creo que lo entiendas, debido a que tienes una marca hermosa— su dedo se siente frio cuando toca mi piel, recorriendo las líneas de mi marca— yo no sé cómo es tener algo que te haga completamente diferente incluso entre los que ya somos diferentes, pero si sé lo mucho que puede acomplejar tenerlas. Esto no podría acomplejar a nadie. Muchos desearían tener una marca como la tuya.
— no siento que sea especial.
— eso es porque es hermosa y puedes ocultarla, no puedes ocultar mucho tiempo el color de tus ojos, piel o cabello. ¿Imaginas como es vivir entre humanos normales teniendo el cabello de un color diferente? ¿La piel de un color imposible? Muchos ni siquiera llegaron a conocer el mundo debido a esa marca. Muchos han sufrido por ser hijos de demonios. Y tu…— su dedo baja mas, y estoy por apartarme cuando sus manos me detienen, me abraza pasando sus brazos por mi cuello, cuando habla su voz suena muy cerca de mi oreja, me hace cosquillas con su aliento— tú eres hijo de ángeles. ¿Vendrás conmigo?
— Lo siento, pero…
— Así que has despertado— Viktor está en la puerta, no le vi al inicio porque se confunde con los fantasma que hay tras él— Veo que te encuentras bien.
— Aun estoy cansado— como si no fuera importante, me muevo. Tengo que buscar más ropa, quizá darme un buen baño y comer. Hace mucho calor en este lugar, y la sensación que deja es muy desagradable. Parece que estamos en pleno verano. Cuando salgo del baño, con ropa limpia y mucho más cómodo, lo primero que veo es a Viktor de pie reclinado en la pared de enfrente— ¿Dónde está Daimmen?
— dijo que tenía cosas que hacer todavía, vendrá por la mañana.
— ¿No tienes nada que ver con eso?— Me frunce el ceño, pero no me responde— Aun tengo algunas dudas sobre tu cambio, a veces extrañamos las viejas costumbres— me excuso, encogiendo los hombros.
— no hice nada, él mismo se marchó porque dejo lo que sea que estuviera haciendo por ayudar. Es el único al que podría llamar amigo, pero no por eso sé todo lo que hace o no hace.
—Ya.
— Razvan ¿te irás con Daimmen?— La pregunta me toma por sorpresa, tanto por la elección de palabras como por el tono que usa, bien, suena normal, pero estoy acostumbrado a darme cuenta de lo que las personas esconden. Y Viktor está intentando que esta conversación sea casual, cuando es claro que para él no lo es.
—… no lo sé, me dijiste que no ibas a enseñarme, ir con Daimmen es una buena opción para aprender… ¿no quieres?— Se da la vuelta, reprimo un suspiro y le sigo por el pasillo— creo que hay cosas que debemos aclarar. No estoy interesado en Daimmen, es increíble que fuera un humano, pero es todo. Si voy con él solo será para aprender.
— lo sé.
— nadie te está diciendo que no puedes venir, o que tenga que estar todo el tiempo con Daimmen.
— también lo sé.
— ¿Qué es lo que te molesta entonces? creí que ya habíamos superado esa desconfianza.
— no es desconfianza… Te observe en la ciudad, tienes talento para la magia. Yo pensé que estaría bien si alguien más te enseñara, porque a pesar de que le he enseñado a humanos como hacer magia, nunca los considere aprendices. No eran más que…
— herramientas.
— supongo. Nunca los tome en serio pero ahora hay cosas diferentes. Lo mejor sería que no estuvieras conmigo para enseñarte, pero no creo que me quede solo observándote con alguien más, aunque sea solo para eso.
— Pff ¿en serio? ¿Ese es el problema?— Viktor me mira, tiene un aire ofendido pero siempre es tan anticuado que no puedo evitar reírme— tu apariencia podrá ser tan juvenil, pero sigues siendo muy estricto ¿Por qué motivo no puedes enseñarme tu? Si dices que no puedes es solo porque no quieres.
— pero…
— eso es lo que te hace diferente de Hadrien, lo que hizo que al final eligiera a Kiran. No todo es tan estricto como tú lo has hecho parecer. ¿Quieres que me quede?
—…
— Viktor ¿quieres que me quede contigo?
— sí.
— entonces me quedare contigo, encontraremos la manera de que aprenda magia en el camino, no creas que estoy demasiado ansioso por saber, quiero defenderme pero mi principal preocupación era no encontrar quien me enseñara y causar un caos debido a no controlarme.
— el parlamento nos perseguirá.
— confió en que sabrás como librarnos de ellos en lo que yo aprendo a resolverlo por mi cuenta— sonrió, le revuelvo el cabello y le paso el brazo por los hombros— y no pienses que será fácil estar conmigo.
— eso debería decirlo yo.
— Pero lo que tú no sabes es que yo si se lidiar contigo, pero yo solo estaba portándome bien porque teníamos ese acuerdo con los brazaletes.
— umm.
— ¿confías en que voy a quedarme? Y quedarme porque quiero y no porque necesite algo de ti, lo cual no puedo estar seguro de ti— Víktor mueve la cabeza y me mira, con el ceño fruncido.
— lo podrías saber si preguntas a los espíritus. Yo lo hice.
— ¿y? ¿Qué dijeron?
— no sé si pueda creerles de nuevo.
— pero si todo lo que te han dicho ha sido verdad, no como tu esperabas, pero no por eso deja de ser verdad.
— no lo entiendes, ¿realmente alguien podría amarme?— cuando veo a Víktor de esta manera, sin su máscara de indiferencia, sin poner ninguna de sus barreras, es cuando me doy cuenta que incluso las personas como él tienen la necesidad de ser queridos.
— la gente te amara por lo que eres, otros te odiaran por la misma razón, no tiene caso que te preocupes por eso.
— ¿y tú, en cual categoría estas?
— Adivínalo tu— le beso el cabello y me doy la vuelta. Me detiene, su mano me sujeta con fuerza la muñeca. Cuando me giro, él ya esta parándose sobre las puntas de los pies para alcanzar a besarme. Dejo que casi se cuelgue de mí, que me abrace y me intente empujar hacia la cama.
— Incluso los peores villanos se enamoran— y me lo dice uno de los peores villanos. Nos besamos de nuevo, pero ahora soy yo el que nos lleva hasta la cama.