Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crónicas de un nigromante por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola

Un nuevo capítulo. Ya estamos en los ultímos capítulos de esta historia. 

La luz es lo primero que noto cuando abro los ojos.  Todo se vuelve a poner oscuro, y otra vez, el sol, pero esta vez hay un viento cálido y con olor a sal, a peces. El sonido del mar a mis espaldas. Parpadeo, la mano de Hadrien me suelta el codo, donde me estuvo sujetando. Un segundo atrás estábamos en el bosque, a punto de ser incinerados. Estamos solos, en un pequeño risco. Veo casas delante de nosotros.


— Volvamos— murmuro. Hadrien se  ha sentado sin cuidado sobre la arena, me mira desde abajo, haciendo una mueca de desagrado.


— ¿acaso notaste lo que estaba pasando allá?


— volvamos.


— no.


— has dejado a Razvan, tenemos que regresar.


— No— le sujeto del cuello del saco.


— No debiste dejarlo. Nos has mentido, todo eso del orden que tocábamos las piedras… ¿¡Cuál es tu maldita explicación para todo eso!?— lo intento mover, pero sigue siendo más alto. Le basta con levantase para cambiar un poco las cosas. Con un manotazo hace que le suelte— mentiste. Y has huido también ¿Qué ha sido de aquel que se enfrentaba a todo sin importar que? No eres la misma persona.


— no, no lo soy.


— Tu…— mascullo. Intento usar magia, pero él se adelanta. Forcejeamos, le basta un empujón para hacerme caer al suelo.    


 — ¿acaso has prestado atención a todo lo que paso? seré  poderoso,  pero no soy un suicida ni deseo estar encerrado.  Era imposible escapar sin saber a qué nos enfrentamos. Siempre tengo todo bajo control, siempre se a que me enfrento, siempre hay un escape en lo que hago. Hoy ni siquiera sabía que nos iban a encontrar, así que escucha, prefiero estar vivo y libre hoy para seguir luchando mañana, deja tu magia a menos que quieras que nos sigan. 


— no teníamos que dejarlo.


— Nos dio la oportunidad de salir de ese maldito lugar— gruñe— si me hubieran dicho que te pondrías así, te hubiera dejado también y hubiera regresado solo— aprieto los puños. Debo calmarme, estoy… voy a volver a cometer errores por no estar calmado. No puedo perder el control de esta manera.


— nos mentiste.


— un poco. No era verdad que tenían que seguir una secuencia. Ni siquiera se necesita magia negra para quitarlos.  Bastaba con que él quisiera quitarlos, realmente quitarlos. Tenía que estar seguro, sin una sola duda y no podía decirle cómo funcionaba o seguiría igual. Planeaba empujarle hasta el límite, hasta que se cansara y aceptara que ya no quería eso. Así que no mentí, solo oculte un poco la verdad.


— pudiste decirme eso desde el inicio.


— ¿para qué? Es más entretenido así, creí que lo sabrías cuando hablaras con los espíritus.


— ¡No hablo con los espíritus desde hace un tiempo!


— ¿y eso como porque es mi culpa?— me levanto. No es su culpa, pero necesito culpar a alguien por lo que acaba de pasar.


— tú también puedes hablar con los muertos, también conoces el futuro. Te jactas de ser mejor que los inútiles del parlamento, y no pudiste sacarnos de allí— el viento alrededor de Hadrien se vuelve oscuro, mas frio.


— ¿me culpas por lo que paso? ¿Qué hiciste tú? Te quedaste mirando mientras yo nos sacaba de allí.  ¿Quieres ayudar a ese chico? entonces deja de comportarte como un mocoso malcriado que nunca ha hecho nada— pienso en todo lo que conto Razvan, en su temor a quedar encerrado sin volver a tener la vida que le gusta entre los humanos. A querer quedarse al margen en este mundo de héroes y villanos. Razvan quedo en el lado equivocado de la historia. Tengo que sacarle de donde quiera que esté. Una cosa era que le atraparan con los brazaletes que le impedían hacer magia, ahora que no los tiene y su magia se descontrolo de ese modo…


—tengo que  encontrarlo y liberarle. No dejare que pase su vida en una celda cuando no ha hecho nada que lo merezca— Hadrien asiente, no me dice nada— pero no puedo hacerlo solo. No voy a obligarte a que me acompañes,  sacarle será arriesgado, una locura. Si quieres irte no te detendré. 


— una locura ¿eh? Creo que hace tiempo que no saben de mí. Debería recordarles que sigo por aquí.


— ¿vas a ayudarme después de lo que hice?


— También he aprendido algunas cosas este tiempo— dice, se vuelve a sentar en la arena— si quieres sacarlo, deberíamos ir pronto. Si le encierran en una de sus prisiones seguras, será casi imposible entrar.


—  ¿si les encontramos antes de que lleguen al parlamento?


— Estamos cansados, seria entregarnos como regalo para ellos— no me siento cansado, no he hecho mucho, pero él sí.  Podría ir yo mismo,  sin embargo he aprendido de mis errores. Me confié de mi poder antes y perdí, no volverá a pasar.


— Pensare en algo y mañana…—  el viento cambia al mismo tiempo que escucho la voz de un espíritu diciendo que alguien viene. Hadrien también lo debió sentir, porque se levanta, se tambalea un poco, pero sigue de pie. No puedo creer que nos encontraran, al menos aquí no podemos ser encerrados y tenemos más elementos para luchar. No nos tomaran por sorpresa dos veces. Una persona aparece bajando el risco. Debe ser quien nos ha rastreado desde que nos encontraron en casa de Razvan. Estoy cansado de ocultarme.  El recién llegado ataca primero, aunque no es un ataque, el viento levanta la arena y me impide ver. Levanto las manos, dispuesto a terminar con esto.


— ¡Hadrien!


— ah, está aquí— Hay diversión en su tono. Me empuja el brazo hacia abajo, sin mirarme. La arena se asienta, y puedo verlo. Si es del parlamento… o lo era. Kiran D´ Chaudry— pensé que eras alguno de tus otros amigos— Kiran sube la pendiente, no llega a correr, pero tampoco es un paso tranquilo. Se detiene frente a nosotros, no deja de mirarme.


— ¿Qué estás haciendo con él?


— arreglando algunos asuntos que teníamos pendientes. Ya sabes, intente hacer eso de hablar primero que tú siempre presumes.


— ¿hablar? ¿Acaso es un chiste? En el parlamento te están buscando de nuevo, dicen que estuvieron a punto de atraparte.


— Pero que rápido corren las noticias, no han pasado ni diez minutos de eso— Kiran entrecierra los ojos. No tengo tiempo para peleas.


— Ya no estoy interesado en Hadrien. Me di cuenta que cometí errores, y si, ahora Hadrien y yo no tenemos ningún asunto pendiente, puedes confiar en que no habrá una represalia por lo pasado entre nosotros. Tenemos prisa— Miro a Hadrien.


— ¿Prisa?


— ¿Por qué no vamos a buscar un lugar para descansar?— Me doy la vuelta y no espero a ver si me siguen o no. Unos pasos más adelante les escucho murmurar. Me importa poco lo que Kiran piense de mí. Verlo en esta situación de nuevo… no siento ningún deseo de vengarme, aunque la piel me cosquille un poco, un recuerdo de nuestra primera y última pelea. Los rayos, igual que Razvan.


¿Qué estarán haciéndole ahora? necesito saber dónde y como esta. Dejo fluir mi magia, un poco, solo para atraer a los fantasmas de la zona. Fieles como siempre, se acercan hasta rodearnos. Les hago una orden a tres de ellos, y hago que los demás desaparezcan. Las casas cerca de la playa resultan ser hoteles y  casas de renta. Del otro lado de donde estamos está lleno de humanos aprovechando el buen clima, ignorantes de lo que pasa.  Dejo que uno de los espectros me señale el mejor lugar para hablar y me dirijo hasta allí sin pensármelo. No pienso quedarme mucho a tiempo, así que solo espero a que entren y me siento en una de las sillas de la mesa.


— ¿y bien? ¿Ya pensaste algo?


— Estoy esperando— el único que sigue de pie es Kiran— los espíritus me dirán dónde está. Cuando lo sepa,  buscamos la mejor manera de ir por él.


— ¿ir por quien a dónde? Me voy unos días y terminas haciendo un desastre.


— ¿Ah? yo no he hecho nada— Hadrien sonríe— y no tenías que irte si no querías que causara un desastre—  suspiro. Hadrien me escucha, y sonríe más— aunque podrías ayudar. Estaba ayudando a Viktor y a este otro chico que no podía usar magia por unos brazaletes que hizo mi maestro. Las cosas… bueno, tus amigos se involucraron y ahora iremos a umm ¿rescatar? A ese chico antes de que le encierren.


— Estuviste en el parlamento y sabes cómo funcionan las cosas cuando pasa algo como esto— él podría decirnos mejor a qué lugar le llevan, cuánto tiempo tenemos y otros detalles que nos ayuden con el rescate de Razvan. Kiran nos mira, permanece serio, sin decir nada. No nos toma enserio al inicio, pero nota que no estamos bromeando y suspira, pasándose las manos por el cabello.


— ¿en serio? – no le respondemos. Vuelve a peinar su cabello— ¿y tú le estas ayudando?


— Me gusto eso de ayudar a los amigos.


— ¿tienes idea de lo que quieren hacer? ¿De lo que quiere que haga? ¡Eso va en contra de todo lo que creo! Ya ni mencionar que estaría traicionando a las personas que me dieron su confianza por tantos años.


— no tengo tiempo para dilemas morales— murmuro.  Es una buena oportunidad para hacer las cosas más rápido, y no voy a desaprovecharla.


— Viktor, aun quiero descansar, si quieres hacer algo hoy, adelante pero no cuentes conmigo. Tengo que hablar con Kiran— me quedo solo en la casa.


No puedo quedarme quieto, no puedo dejar de pensar que lo mejor sería ir ya mismo detrás de esos bastardos del parlamento porque cada momento que dejo pasar son valiosos minutos de ventaja que estoy perdiendo. Eso es lo que pienso con mi lado más irracional.  Esperar es lo mejor, pero no lo más fácil en estos momentos.  Por la ventana puedo verles hablar, y la inquietud que siento se convierte en molestia, y celos. Ya no son celos por ver a Hadrien con Kiran,  es por verles juntos. Tienen algo que yo nunca he tenido, ¿por eso me obsesione tanto por no verles juntos? Realmente envidiaba a Hadrien por tener esos sentimientos por alguien más,  verle empeñado en lograr sus metas para ser el centro de atención de esa persona. Quería convertirme en esa persona para alguien más.


Nunca había sido muy consiente de las cosas que tenía y perdía, porque yo siempre tenía lo que quería y si perdía algo me bastaba con conseguir  eso de nuevo, ¿Qué importaba si un sirviente moría cuando hay miles de humanos que pueden reemplazarlo? ¿Que no hay miles de lugares para vivir? Así que no importa si ya no puedo volver a un lugar o si mis sirvientes me dejaban o morían, qué más daba si mis amantes se iban si había más personas que podían reemplazarlos. ¿Acaso nunca he sentido cariño o amor por nadie más?  Y si embargo aquí estoy, desesperado por tener de regreso a Razvan


 


________________________________________________________________________________


 


No sé dónde estoy, pero no es tan malo como había pensado todo este tiempo. Es una clase de celda, sí,  pero no es una cueva ni un cuarto deplorable. Hay una cama en buen estado, y el piso es blanco. La puerta es de metal y tiene una pequeña ventanilla cerrada. No hay más ventanas, ni decoraciones más que una silla.  El que las paredes sean color azul claro es un buen detalle.


O eso me repito para no sentirme tan mal. Sigo sin sentirme mal por lo que hice, aunque preferiría no estar aquí.


 Apenas vi que Viktor y Hadrien se fueron,  me sentí tan feliz, que no me importo que me ataran de nuevo las manos, ni que me hicieran levantarme y  me llevaran con Keegan y luego a una casa vieja, antes de venir aquí. Me quede sentado en el suelo, deje que me hablaran, y hablaran, y fingí que no sabía ninguno de los idiomas en los que me hablaron.  No conocí todos, así que no es una mentira.  Muchos de los que estaban con Keegan me miraban con temor,  ¿Cómo puedo dar miedo? está bien que use ropas un poco rebeldes, pero no es para tanto. Opte por no levantarme, quedarme sentado y no decir nada, lo que hizo que ellos se relajaran un poco y les dio la confianza para creer que yo estaba derrotado.


La verdad es que no sé qué debería hacer.


Ruedo la cabeza y me golpeo la nuca con la pared. No ha venido nadie desde que me encerraron aquí. Tener de nuevo algo deteniendo mi magia no me preocupa, no debe ser tan complicado como lo que tenía puesto antes ¿Qué paso con los brazaletes? ¿Alguien los tomo? ¿Sabrán lo que son? Eso es lo que me preocupa más. Mientras pienso en ellos, siento el calor subiendo por mis pies, como una niebla invisible, que llega hasta mi cabeza y desaparece. Me da una sensación de poder que me hace sentir invencible, la magia es mucho mejor de lo que mi temor me dejo pensar. Lástima que no puedo usarla ahora tampoco, las sogas que me atan no me dejan usar magia, y no lo he intentado. Soy un buen prisionero, no hago desorden  y obedezco lo que quieren que haga, ni Viktor ni Hadrien se comportarían tan bien aquí. Deberían darme libertad condicional por buena conducta. Me rio, mi risa hace eco en la sala. ¿A quién quiero engañar? Ahora mismo deben estar pensando si es mejor quemarme, ahogarme en un lago o ahorcarme. Ah, me estoy aburriendo aquí, tanto que estoy imaginando cosas, como una persona aquí mismo en este lugar, un niño… me enderezo, notando que no estoy imaginando nada. Es un fantasma. El niño mueve la cabeza, un movimiento extraño, rígido, una fea imitación del movimiento humano real.


— Razvan—  los ojos muertos del fantasma me atraviesan, pero es la voz de Viktor la que escucho. Los labios del fantasma no se mueven.    


¿esto es un sueño? ¿Me quede dormido?


no es un sueño. Es bueno comprobar que tienes la suficiente salud para hacer esos comentarios. Quiero que me digas donde estas.


— ¿otra vez con las ordenes? Al menos pídelo por favor— me alivia tanto darme cuenta que no estoy soñando, y que Viktor me está hablando a través de este fantasma— no sé dónde estoy. No puedo salir, y no puedo hacer magia.


no la hagas, te meterás en problemas por no controlarla. Iremos a buscarte.


— ¿Cómo haces esto? creí que en este lugar no se podía hacer magia— escucho un resoplido, como si contuviera una risa.


los magos del parlamento siempre han subestimado nuestros poderes. Creen que todo lo que hacemos es magia, hablar con los muertos es algo natural en nosotros, no requerimos magia. Y eso les ha hecho perder más de una batalla.   


— no lo entiendo, pero es útil. Me estoy aburriendo como ostra aquí.


¿Qué?


olvídalo, no importa… alguien viene— susurro cuando escucho el metal golpeando en la puerta, como si estuvieran quitando un candado o una cadena. La puerta se abre y  Keegan entra.  Arrastra una silla y se sienta frente a mí. Me recuerda tanto a las películas de espías donde hacen interrogatorios, que me dan más ganas de reír.  No lo hago. Comienza a hablarme, primero en lo que parece chino, luego francés, inglés. En algunos le entiendo, pero aun quiero quedarme callado. No parece gustarle  mi silencio.  Suspiro, y por fin le respondo— te entiendo— Él parece satisfecho, se inclina un poco hacia atrás.


— ¿Entiendes porque estás aquí?— el fantasma se queda a un lado, en silencio. ¿Aun esta Viktor viendo esto?


— No, la verdad es que no sé porque me trajeron aquí, ni siquiera sé quiénes son ustedes—   prefiero al menos intentar aclarar mi situación, ser ingenuo y creer que estaré bien si digo la verdad. Me dirige tal mirada que sé que no me cree— si es por lo que paso antes, lo siento, no era mi intención hacerlo.


— eres un nigromante.


— ah, eso… sí, bueno, lo soy. O casi. Es la primera vez que uso magia, de cualquier tipo. Estaba con ese otro porque quería que me ayudara con un asunto…— puedo limpiarme un poco ¿no? no creo que pueda empeorar más mi situación— fue el único que quiso ayudarme.


— ¿quieres hacerme creer que no lo conoces?


— Unas pocas semanas— me encojo de hombros. No quiero hablar de los brazaletes,  empiezo a contar mi historia, alterando las cosas para que  parezca que mi problema era una maldición o hechizo y no un artefacto. También altero las fechas reales. Keegan me deja hablar, mira al suelo durante lo que hablo hasta que me quedo callado, tengo sed, algo de sueño y mucho aburrimiento. El fantasma sigue aquí, parece estar como en pause, nada en él se mueve, pero me distrae.


—  te creo.


— ¿ah? ¿De verdad?— el fantasma gira la cabeza hacia Keegan.


— sin embargo eso no te hace menos peligroso, ni menos culpable por lo que paso en la ciudad.  Si eres incapaz de controlar tu magia, entonces no podemos permitir que estés libre— ah, iba muy bien para que terminara bien. Es injusto, tal y como me dieron todos. No digo nada, le observo levantarse, dejando la silla.


— ¿sería diferente si yo  no fuera un nigromante? – se detiene en la puerta, no me voltea a ver.


— Sí, sería completamente diferente— es la voz de Viktor la que me responde.


— entonces te diré algo. Saldré de aquí, y te demostrare que no soy como los otros. Les mostrare el gran error que comenten.  Porque no se han cuidado de no convertirse en aquello que tanto odian— la puerta se cierra, y suspiro— apúrate a sacarme, no quiero quedar como un charlatán delante de ellos.


estamos en eso. Seguiré a ese perro del parlamento.


¡Oye! Espera ¿Cómo puedo encontrarte?


vendré  a ti, no ocupas preocuparte por eso.


¿y si se algo nuevo que les importe? Lo que paso en la cabaña, lo soñé hace días. Sabía lo que iba a pasar, y sabía que tenía que hacer algo. Lo vi en mi sueño, Viktor. Vi a mi madre también— el fantasma se queda cerca de la puerta.


todos nosotros tenemos distintas formas de hablar con los muertos, ya lo he dicho. Pero solo los nigromantes tenemos esa habilidad ¿sabes por qué?— me quedo callado,  pensando.


— no, no lo sé.


porque las almas muertas solo sueñan con la muerte. Búscame en serio con tu alma, y me encontraras— el fantasma desaparece.  Vuelvo a suspirar, echando la cabeza hacia atrás. El golpe que me doy me distrae unos momentos de mi encierro.


Bien,  las cosas están así, estoy encerrado en un lugar donde no puedo hacer magia, capturado por unos brujos anticuados que piensan que por ser alguien que puede levantar a los muertos soy alguien malo y les causare problemas. Me van a dejar encerrado por un tiempo, si bien me va. Aunque pudiera hacer magia, no es una opción para mí, no sé cómo hacer magia más allá de encender llamas en mis dedos. Víktor va a venir a intentar sacarme, pero ¿funcionara? Si le atrapan también entonces no llegara nunca. No puedo esperarlo.


¿Qué es lo que me dice siempre? Soy un brujo que no tiene magia. Soy más humano que brujo. Y esta es una prisión para brujos. Ja, parece que salir de aquí no va a ser tan complicado después de todo. Soy un brujo que no usa la magia, soy un brujo con un alma humana. El miedo por saber dónde y con quienes estoy me impide pensar con claridad. No necesite la magia para resolver mis problemas en el pasado, no la necesite para resolver los asuntos con Víktor, y no la necesito para salir de este lugar. ¿Quién es más listo ahora?  

Notas finales:

Gracias por leer, nos leemos posiblemente el próximo sábado. 

Hasta pronto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).