Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crónicas de un nigromante por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, un nuevo capítulo. Espero lo disfruten.

 La parte inferior de este lugar siempre esta helada. No es un sótano, porque cuando se construyó este lugar los sótanos no existían, pero tienes que bajar algunas escaleras para llegar al lugar donde hago mis experimentos. Este lugar me recuerda mucho a mi primer hogar, ni siquiera me importo haber pagado una pequeña fortuna y tener que hacer demasiado papeleo debido a la antigüedad. No deje que nadie más que yo lo restaurara, me tomo un par de meses encontrar el modelo que me gustara, y algunos años terminar por completo este lugar pero no porque la magia no funcionara, solo lo tome como un pasatiempo.


— ¿tenemos que bajar más? me estoy congelando.


— es un poco más allá. No me gusta que se quejen— él hace un ruido inconforme con la boca.  No comprendo cómo es vivir sin morir, sin cambiar y no usar magia. Es imposible para mí pensarlo si quiera. Razvan quería que hiciera todo en la mesa, como si fuera algo adecuado. 


— ¿y en serio puedes quitarlos?


— eso creo.


— ¿Qué pasara? Digo, cuando los quites, ¿Qué es lo que va a pasar? ¿Me sentiré diferente?  ¿Tendré que hacer algo?


— No. es decir, solo tienes que aprender a usar magia— y no creo que eso vaya a ser sencillo, porque técnicamente Razvan es un adulto y no un niño, que es cuando se aprende normalmente. No conozco a nadie que haya aprendido magia siendo adulto. Espero que no sea un cabeza hueca como parece. Solo me interesa quedarme con los brazaletes.


— vaya… ya no estoy tan seguro de querer quitarlos.


— no acepto que te retractes. Has perdido la oportunidad que tenías para negarte y ser mi sirviente— una oportunidad que sin duda era mucho mejor que lo que sea que vayamos a hacer de ahora en adelante— muy tarde.


— ya lo sé. De cualquier modo… no importa. ¿Podré ir al menos a ver si ese anillo está en mi trabajo?  Puedes llevarme si quieres, en vista de que no tengo idea de donde estoy, necesitare dinero para viajar, y si estoy fuera del país también mi pasaporte y…


— llegamos.


— Cool.


— ¿ah?


— Que es genial— no veo nada de especial en la sala en la que trabajo. Es amplia, y las estanterías que hay alrededor están llenas de hierbas, sustancias y otros ingredientes que uso, además de mis propias pociones y venenos. Las lámparas que iluminan todo tienen una luz amarilla que da una coloración exagerada a todo. — ¿todos tienen algo así?


— supongo que no. la mayoría de quienes usan magia no necesitan esto.


— la mayoría… o sea, quienes no son nigromantes.


— exacto. Aunque yo prefiero lo tradicional a lo moderno, por eso este lugar se mantiene así. Ahora, pon las manos en la mesa—la mesa es verdadera reliquia que ha sobrevivido casi seis siglos y el único objeto en mi posesión que se mantiene intacto desde esa época. Razvan se acerca la mesa, subiéndose las mangas y dejando expuestos los brazaletes.


— si piensas solo en cortarlos,  pierdes el tiempo, no funciona. Intente cortarlos con todo lo que puedas imaginar.


— ¿Incluso magia?— Se queda callado. Los brazaletes brillan como si fueran nuevos y no tuvieran doscientos años.  Uno lo distingo rápidamente como plata. El otro parece cobre, o una aleación con cobre. A simple vista parecen idénticos, el patrón es el mismo y los dos tienen siete cristales.


— no conocí a ningún mago, brujo, hechicero… lo que sea. Tenía la esperanza de nunca encontrarme con alguien así. Creo que era imposible.


— umm. No son idénticos— comento, mirando de cerca los brazaletes— los cristales están en posiciones diferentes en ambos, unos milímetros a un lado. Apuesto a que si intentamos moverlas y colocarlas en un solo brazalete, lo cubrirían por completo.


— ¿y eso es algo bueno o malo?


— debería ser parte de lo que te impide usar magia. No es casualidad que este de esa forma. Pero no siento absolutamente nada de magia viniendo de ellos. Es un reto bastante interesante, quitarlos.


— Yo quiero saber algo, antes de seguir— dice, retirando las manos y poniéndolas tras su espalda.  Me observa, sin moverse— ¿Qué harás con ellos cuando me los quites?— no entiendo porque quiere saberlo, si yo tuviera esas cosas lo último que querría saber es en donde van a terminar mientras no los vuelva a ver.


— ¿importa? No los vas a tener tú.


— los piensas usar en alguien más.


— aún no se en quien ¿puedo seguir con mi trabajo?— me da una larga mirada antes de volver a extender los brazos sobre la mesa. Inicio por lo más sencillo, intentar abrirlo. No se abre, y no esperaba que lo hiciera. Mientras más observo e intuyo todo lo que puedo hacer, más me parece que es un artículo interesante ¿Quién dice que se necesita una gran maldición para terminar con alguien? Esto es simplemente sofisticado y perfecto. Estas dejando vulnerable a quien los porte.


— no me gusta esa expresión que pones ¿podrías al menos poner una expresión más amable mientras estas mirando mis manos? Siento que sacaras un cuchillo y cortaras mis manos.


— podría ser una opción para quitarlos.


— ¿hablas en serio? Ahora entiendo porque no tienes amigos. Y para tu información, quiero conservar mis manos, gracias— ruedo los ojos, este sujeto es insoportable. Hay cicatrices alrededor de los brazaletes, anchos cortes mal atendidos.  Uso mi magia para intentar abrirlos, solo dejando que fluya hasta los brazaletes. Tampoco pasa nada— eso da cosquillas.


— son fantásticos.


— ¿en serio?


— mágicamente hablando. Con algunos de estos bien podría poner las cosas a mi favor en cualquier momento. Y lo mejor es que son totalmente inofensivos en apariencia, nadie dudaría de que sean solo un bonito par de brazaletes. Restringen por completo el uso de la magia, no siento ni un solo rastro de magia en ti. ¿Me pregunto…?


— ¿Sí?— le dejo allí mientras busco entre los estantes— ¿Qué haces?


— deje por aquí… ah, aquí esta. Hace un tiempo hice una pócima para estimular la magia, pensé que la necesitaría en algún momento si tenía una batalla y quedaba exhausto, personas como nosotros no podemos quedarnos desprotegidos, así que invente esto para poder usar magia, al menos para escapar.


— una bebida energética, pero no necesito usar magia.


— solo quiero comprobar una cosa. Bébelo— se lo paso, él lo mira, poniéndolo contra la luz de las lámparas, luego lo destapa y lo huele.


— ¿es seguro?


— No lo sabrás si no lo bebes— suspira y lo bebe con los ojos cerrados— no va a matarte. Si quisiera matarte no lo haría usando un veneno.


— es bueno saber eso. Algo está pasando— dice, extendiendo sus manos. Luego lo veo, los hilos azules y blancos de electricidad por su cuerpo, rodeándolo y moviéndose como si fuera una esfera de plasma— ¿Qué demonios es esto?— solo dura unos segundos, inmediatamente  toda la estática se mueve hacia las manos y desaparece. Los brazaletes ni siquiera destellan o humean y eso que han absorbido toda esa magia.


— Entonces por eso la magia no funciona— murmuro, mirándolos— tampoco abrirlos manualmente o con artefactos humanos, podría intentar abrirlos con algo mágico, pero necesitaría investigar primero que y donde está.


— ¿Qué fue eso?— le miro, no entiendo a qué se refiere— la… electricidad en mi cuerpo, ¿Qué era?


— electricidad. Posiblemente sea la magia a la que eres afín, la que hubieras dominado a la perfección. Muchos no tienen una, así que no estás tan mal, además, muy pocos nacen con esa magia afín en particular, normalmente la aprenden y es muy difícil de controlar— pensar en ello me hace recordar mi última batalla y a ese maldito que uso una tormenta para detenerme. Se tendría bien merecido ponerle uno de esos brazaletes para ver cómo se las ingenia.   


— qué extraño, siempre creí que era el fuego. Mi madre me hablo de eso, pero nunca di muestra de tener una magia natural, y con el tiempo aun con estos puestos podía hacer lo del fuego— en su mano aparece la llama azul de nuevo— nunca invoque ni una sola corriente eléctrica.


— es más que obvio que eso era, si hubiera sido fuego, hubieras estado encendido— hace una mueca.  No puedo evitar sonreír, porque no es una experiencia agradable y él debe estar pensando lo mismo.  Estiro la mano para acercar la suya y poder tocar los brazaletes. No pasa nada cuando los toco, ni siquiera una corriente eléctrica o algo que me impida tocarlos. Normalmente eso hubiera hecho yo de hacer una maldición. Ah, sí, Razvan me dijo que había intentado cortarse las manos, las marcas deben ser las pruebas. También hay cortes más pequeños, como si hubiera intentado arrancarse los brazaletes. 


— ¿y bien? ¿Puedes hacerlo o no?


— puedo, pero no lo puedo hacerlo en un día, humano insolente. Estas cosas toman tiempo, y a nosotros nos sobra tiempo justo ahora. ¿Por qué quieres quitarlos?


—  ¿nunca escuchaste que el que no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera?  Quiero regresar a mi casa. Tengo que volver a mi trabajo o van a despedirme, y ni siquiera pude mandarle un mensaje a mi jefa.


— En serio eres una persona extraña— Pone una expresión idiota, y luego se pone a reír.


— ah… estas diciéndome extraño como si no te hubieras mirado en un espejo antes. Tú eres igual de extraño que yo, o incluso más.


— ¿Extraño? yo soy normal, no soy nada extraño— Razvan sigue riendo, apoyándose en la mesa. Comienzo a molestarme ¿acaso todo es un chiste para él? no parece tomarse las cosas en serio, ni siquiera con algo tan delicado como su magia.


—  bien, bien, no tiene sentido discutir eso, es evidente que eres de esas personas tradicionalistas. Quisiera asearme, y tener algo de ropa, ¿no puedo al  menos ir por mis cosas a casa? no te ofendas, pero la ropa que tienes aquí no es mi estilo— puedo enviar a alguien por las cosas, sin duda, pero si hay un defecto que tenemos los magos, no solo los nigromantes, es que somos curiosos, cualquier cosa que pueda darnos algo de conocimiento nos llama inevitablemente. Y este humano que alguna vez fue alguien con magia es un caso único. Conocí y conozco  a muchas   personas que han vivido siglos, y todas ellas arrastran consigo costumbres que adquirieron en algún momento de sus vidas.  No conozco a ninguno que se adapte al mundo actual por completo.


— te llevare.


— ¿ah?


— mandaría a alguien por las cosas, pero posiblemente  vas a quejarte porque no traen lo que quieres, o pondrás alguna tonta excusa para poder salir de aquí.  Soy una persona práctica, así que lo más sencillo es que te lleve.


— como quieras ¿terminamos aquí o quieres seguir estudiándolos?


— Quiero hacer algunas pruebas más— él pone las manos extendidas de nuevo sobre la mesa.  Sé que él dijo que intento córtalos, pero no veo ninguna marca de cuchillas— ¿Qué sabes sobre ellos? tu padre fue herrero, algo debiste aprender.


— bueno, nada los daña. Antes use todo tipo de herramientas, luego químicos. Solo me falta intentar fundirlos, pero es imposible sin destrozarme las manos.


— dudo que funcione, pero lo intentare también.


— ya te dije que quiero conservar mis manos.


— Eso no pareció importante antes— ya me lo había dicho, y además las marcas en sus muñecas son evidencia de que no importaba mientras estuviera libre. Por eso no entiendo porque  es que de pronto parece enojado y me deja a solas. 


Aunque todo esto no sea más que fracasos, ahora sé que quiero esos brazaletes.


No veo a Razvan en el resto del día, ni tampoco lo busco. Paso el día entre mi biblioteca y mi sala de experimentos, leyendo e intentando recordar algo que me lleve hasta la respuesta sin matarle. Nunca hablamos de no matarle, bien podría usarlo a mi favor, si lo mato, no tendría problemas en apoderarme de los brazaletes. Y matarlo no sería difícil porque es un humano desprotegido.  Solo sería un paso más en su trayecto por este mundo.


 


Razvan es extraño, no tiene ninguna relación con la magia a pesar de poder usarla. Está completamente fuera de un mundo del que nunca debió salir. No sabe absolutamente nada, y solo se ha mantenido vivo porque ha estado fuera de la atención de todos. Si yo no hubiera perdido ese anillo no habría mirado dos veces hacia él, a alguien tan común y ordinario.


— hey, tu, necesito mis cosas ¿podemos ir ahora mismo a casa? y dile esos fantasmas que dejen de seguirme, me ponen los pelos de punta— desde que llego puse a dos espíritus a seguirle, nunca se es lo bastante precavido.


— volveremos a tu… casa ahora mismo— le extiendo la mano.  Razvan se queda mirando mi mano, dudando. No está convencido todavía cuando se acerca y la toma. No espero mucho, ahora que conozco el lugar, solo pienso fijamente en esa casucha. Llevar ahora a alguien más tampoco es problema, ya no me siento tan débil y solo pienso en lo que hare, planear mi venganza.


El lugar esta tal y como lo dejamos la última vez. Razvan suspira, y casi siento la felicidad que siente al estar en este lugar que no tiene nada de especial para mí.


— bien, de cualquier modo ya he vivido mucho tiempo aquí, creo que es hora de volver a empezar en otro lugar— no suena muy convencido. Le dejo ir de un lado a otro, seleccionado cosas y metiendo ropa en una maleta.  Mientras lo hace, me doy cuenta de algo más: Razvan está apegado a su vida humana, a vivir entre los humanos, convive con ellos y se apega a ellos.


— ¿Por qué lo haces?


— porque necesito la ropa, y las cosas para poder irme y no tener que…


— eso no.  Si sabes que te tienes que ir de un lugar ¿Por qué te apegas a los demás? Es obvio que solo te causa dolor— él se detiene, luego me mira, es como si me viera por primera vez. Siento que está viendo más allá de la apariencia de joven que tengo— no tiene sentido hacerlo, es como tropezar con la misma roca una y otra vez.


— Supongo, pero… es imposible no hacerlo— sonríe tristemente y termina de meter las prendas en una maleta— creo que ninguno de los tuyos lo entenderá, porque no saben cómo es ser un humano.


— tú eres humano. Un humano atrapado en un cuerpo inmortal.


— si… creo que ese es el problema. Antes no tenía inconveniente, era divertido, hasta que comencé a divertirme con los demás. No es divertido tener que dejarles, siempre quería quedarme, pero no podía. A veces regresaba, muchos años después pero era doloroso ver como no me reconocían, verles morir y no hacer nada.


— que tonto, sabes lo que pasara,  y aun así haces todo eso. Eso es justamente una forma de masoquismo.


— Es cariño. Nunca dijeron que el  amor no doliera, y si no entiendes eso, no entenderás que no debes imponer tu voluntad sobre otros— ciertamente no lo entiendo. Me reclino en el muro, esperando.  Amor, cariño… ¿eso en lo que me equivoque? Creía que el agradecimiento seria lo bastante fuerte para mantener a una persona conmigo, siempre funciono, comprar la lealtad de las personas con algo que realmente quieren… pero no sirvió con Hadrien. No pude hacer que se quedara conmigo.  Creo que…  realmente no era ese mago del parlamento el problema.  El chico, el aprendiz por el que Hadrien arriesgo su vida. Ahora es más que obvio.


Maldición, si hubiera prestado más atención, las cosas serias diferentes. Que estúpido fui, confiando ciegamente en que las cosas estarían bien si alejaba a Hadrien de la influencia de ese mago, cuando era otra persona la que debí controlar… ¿Cuándo me volví tan distraído? Es realmente fastidioso, doloroso, darme cuenta de que he subestimado muchas cosas. Me confié, y ese fue el resultado.   


— Sea lo que sea que estés pensando, estas poniendo caras aterradoras, deja de hacerlo— alcanzo a ver de reojo como las sombras se mueven. En la sala hay otras dos maletas a parte de la que ya ha terminado.


— ¿terminaste?


— no tengo más maletas, necesito llevar más cosas así que o consigo otra maleta o hacemos otro viaje.


— regresemos ahora. Pensare en eso después— si él quería decir algo más, no lo hace y es algo bueno, no estoy de humor para recibir órdenes o quejar de alguien como él.  Camino hasta él y le tomó del brazo antes de desaparecer con todas las cosas que ha puesto allí.  Le escucho quejarse cuando le dejo en la entrada, sin tocar nada de lo que él llevo, al fin y al cabo son sus cosas y no mías.


— ¿Qué te pasa ahora? No hice nada para que te enfades ¿siempre te enfadas con los demás sin motivo? ¿O te acabas de dar cuenta de que no eres tan genial como has creído?— le levanto usando magia. Me acerco, pensando en la mejor manera de matarle. Algo lento, y doloroso, o quizá solo doloroso.


— tienes la desagradable costumbre de no mantener la boca cerrada.


— solo digo la verdad ¿vas a matarme por eso? solo te hace más mediocre. No necesito ser inteligente para saber que los problemas no se resuelven matando a los demás. Nunca ha servido y solo te estas engañando a ti mismo.


— ¿lo dice quien huye cuando le recuerdan que intento matarse?— él sonríe, en lugar de molestarse como había esperado.  Le suelto, dejando que caiga al suelo— no te metas conmigo, no tienes idea de quién soy, ni lo que puedo hacer.


— ¿a quién quieres mantener encerrado a tu lado? ¿A quién quieres ponerle estos a modo de correa para que no se vaya de tu lado? Solo vas a lograr que te odien, si quieres tener a alguien, obligarle a hacer algo que no quiere no es la respuesta.


— ¿Quién demonios te crees para decirme eso?


— solo alguien que ya ha visto como terminan las personas como tú— solo porque prometí que le quitaría los brazaletes, y porque los quiero, es que dejare que se quede. Quizá después pueda castigarle por hablarme de esa manera— te lo dije, no soy tu sirviente, no soy tu esclavo, no te debo obediencia ni nada— cierro los ojos, no quiero perder la cabeza por culpa de un humano sin educación.


— deberías tener más cuidado, nada me impide matarte si colmas mi paciencia. No soy muy paciente, deja de meterte en mis asuntos, Razvan. Te quitare esos brazaletes y luego te iras, no me importa a donde, ya no te voy a enseñar nada.


— ¿sabes? ya no estoy seguro de querer dártelos. Mejor me los quedare y seguiré viviendo como hasta ahora. Si solo me voy a topar a  personas tan desagradables como tú, no me interesa conocer nada de la magia— lanzo un hechizo, algo leve solo para que aprenda.  Razvan no es idiota, no como parece. Sus manos se alzan, y el hechizo impacta en el brazalete de cobre, que absorbe toda la magia que había.


— deja de bromear. No estoy de humor.


— Tu nunca estas de humor— la voz viene de la entrada. Daimmen está allí, como si llevara mucho rato observando lo que hacemos— veo que encontraste una nueva mascota.


— no soy una mascota.


— eso lo acabo de notar. Tienes agallas para ponerle de mal humor y no temer por tu vida. Nunca vi que nadie lo hiciera demás de mi ¿Quién eres y porque estas con él?


— Soy Razvan, y tengo asuntos pendientes con Viktor.


— ¿Qué es lo que quieres Daimmen? Si solo vienes a molestar, ya te puedes ir largando o hare que te arrepientas.


— ah, disculpa, me distraje con tu amigo. Me entere de algo que va a interesarte— le miro, esperando a que siga hablando— son noticias del parlamento. Está circulando por todos lados. Incluso entre personas ajenas al parlamento.


— ve al punto, no me interesa como te enteraste.


— Kiran D´ Chaudry ha dejado el parlamento. Renuncio.  Se dice que llego delante de todos y dijo que no trabajaría más siendo el héroe, otros dicen que solo envió una carta y no se presentó. Investigue un poco más, y supe que no le han visto desde su enfrentamiento. Nadie sabe dónde está, enviaron requerimientos pero él hizo caso omiso. Le han destituido.


—… ya no es miembro del parlamento— él dejo… ya no está allá.


— no.


— ¿Quién es Kiran D´ Chaudry?


  — un dolor en el culo para Viktor— alcanzo a escuchar eso, luego Daimmen me habla de nuevo— ¿y sabes dónde está? Todo el mundo lo dice— no lo digas. No lo digas— dicen que Kiran está con Hadrien. Que dejo todo por ir con él.


—…— ya no hay nada que impida… Imposible… él era fiel al parlamento, debería estar allá, dejando las cosas como estaban, sirviendo como perro a…  al final lo hizo. Encontró la manera de estar juntos sin problemas. Es un maldito.


—Es hora de irnos— no veo a Daimmen empujar a Razvan hacia dentro cuando  las sombras estallan a mi alrededor, golpeando todo a su alcance.  Han pasado siglos desde la última vez que perdí el control de mis poderes.


Las sombras cubren todo, hasta mis pensamientos.

Notas finales:

AVISO:

A partir de este capítulo las actualizaciones  no serán regulares en horario. Puede que actualice mas tarde o hasta el sábado, algunos viernes si estará listo. Esto es debido a que iniciare un curso.   

 

Fin del comunicado. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).