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EL BEBÉ DE ALEXY por esmei

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Notas del capitulo:

Volveré a retomar el fanfics x)

Alexy despertó, con un poco de esfuerzo logro sentarse sobre la cama, pues cierto dolor proveniente de la zona de la cadera lo molestaba. Ladeo la mirada topándose con el cuerpo de Kentin; quien aun yacía dormido dando a entender que lo ocurrido no lo soñó, pasó.

Alcanzo a ver el despertador de Kentin, marcaba las 6:53. Enseguida se acordó de sus padres y apresuró a salir de la cama y vestirse, aunque esa sensación incomoda en su trasero no le permitió moverse como él quería.

Antes de salir de la habitación, se dirigió a aquel chico inclinándose a un lado de él.

—Te amo, Su… —recordó.

La mirada de Alexy paso a un semblante triste.

—Sigues pensando en ella… ¿verdad? —sonrió forzadamente, mientras trataba de controlar aquel nudo en la garganta que sentía.

Cobijó más a Kentin y se retiró de la casa.

 

 

Fue un milagro llegar a su hogar antes de que sus padres despertaran, aunque claro no pudo evitar ser cuestionado por su hermano Armin: “Acabas de llegar ¿verdad?” “¿Dónde dormiste?” “¿Por qué mejor llevaste a Kentin a su casa que a mí?” durante el resto del día Alex tuvo que esconderse de él.

 

 

El fin de semana fue un poco abrumador para el pobre chico, imaginar que su amado se haya dado cuenta de lo ocurrido le ponía muy nervioso. ¿y si ya nunca le dirigía la palabra? ¿o se iba de la escuela?

Tranquilo Alexy… Lo sabremos en unos minutos —dijo para sí mismo mientras caminaba hacia su salón de clase.

Abrió la puerta y solo vio a pocas personas, entre ellas Sucrette.

—¡Alexy!... buenos días. —saludó alegre la muchacha desde su lugar.

—Buenos días, Su… ¿Cómo estás?

El tono con que la saludó no era normal según Sucrette, Alexy se caracterizaba por ser siempre alegre y ahora… no sonaba nada de eso.

—¿Qué pasa, Alex? ¿Estás enfermo?

—¿Qué?... ¡No! Nada de eso —rió — solo que… no dormí bien por estar haciendo la tarea de historia.

—Ahh… — su respuesta no logró convencerla de todo — eso.

—Sí… eso. ¡Oye! ¿Quién se sienta aquí? — refiriéndose al lugar enfrente de la chica.

—Priya… ¿Por qué?

—¿Crees que ella se moleste si me siento en su lugar?

—No lo sé… pero siéntate de todas maneras. No creo que se moleste mucho.

Alexy le mostró una pequeña sonrisa y tomó asiento.

A decir verdad, el chico se preguntó la razón del por qué había llegado muy temprano y no fue hasta después de 15 minutos que el aula se llenaba de más gente. Alexy sintió lo que parecía un diminuto infarto cuando vio al castaño entrar. Enseguida tuvo la sensación de que su estómago se estremecía y su calor corporal aumentaba, sin embargo algo se tornó extraño cuando notó que Kentin parecía estar “normal” e incluso al darse cuenta que él no estaba a su lado como siempre, este lo buscó y al verlo le mandó un saludó de lejos.

Gracias, Dios…. —pensó aliviado, mientras se desplomaba sobre la mesa.

 

 

Las primeras horas de clases continuaron con normalidad, pero Alexy no sintiéndose seguro del todo, salió de clase recién sonó la chicharra. Caminó hacia el final del pasillo deteniéndose frente a la biblioteca. Suspiró cansado, sobándose las sienes…

—Alexy —dijo alguien tocándole del hombro.

Por un segundo Alex sintió que se le iba el alma, pero volvió a la normalidad una vez que analizó la voz y volteó encontrándose así con la sonrisa apenada de Nathaniel.

—Ah… eres tú, ¡me asustaste!

—perdóname, no creí que fuera para tanto.

—No hay problema… estaba distraído ¿Qué pasa?

—Sólo venía invitarte a la feria del libro que tendremos el miércoles en el instituto — le entregó un volante con día y hora del evento —comenzará después de clases… ojalá te interese.

—Ah… Sí. Gracias Nathan.

El delegado rubio le sonrió y siguió invitando al resto de sus compañeros.

Alexy estaba 90% seguro de que no asistiría, él era más de películas y en dado caso de ser un libro solo le llamaría la atención uno de romance y no más de 60 páginas. Sin embargo, decidió que lo guardaría el volante por si algún día necesitaba anotar algo de emergencia.

—¡Alexy!

El nombrado dejó de poner atención al papel y de inmediato chocó contra la pared al ver quien lo llamaba.

—¡Kentin!

—y ahora… ¿Qué te ocurre? Parece como si te hubiera atrapado con “las manos en la masa”. —le dijo antes de llevar una galleta a su boca.

—Eh… nada… ¡nada! ¿Por qué?

Era algo obvio lo nervioso que estaba, sin darse cuenta dejó caer el volante echo bolita, Kentin lo notó, levantó el papel y lo leyó.

—¿Una feria de libros?

—¿eh? —el cambio abrupto de tema hizo que el chico se calmara de nuevo —sí… me la dio Nathaniel.

—Mmmmm… ¿Qué te parece si vamos?

—¿En serio? —preguntó bastante extrañado —¿Te gustan los libros?

—En realidad no tanto… pero solo quiero ver que tal —sonrió —tal siquiera para salir de lo monótono.

Casi sin pensarlo Alexy aceptó.

—Bien.

 

 

Comenzaron a caminar mientras hablaban de cosas triviales hasta que…

—Oye Alexy… ¿tú me acompañaste a casa después de la fiesta?

El muchacho miró a otros lados, haciendo que Kentin preguntara por él.

—Si fuiste tú ¿verdad?

—Emmm… Sí, yo te acompañé… pero solo te dejé en la puerta y me fui. —le explicó con la esperanza de que le creyera.

—oh… ya veo… —tomó pose pensativa — la verdad no me acuerdo de lo último que hice en esa fiesta —dijo entre risas.

—Descuida… no hiciste nada ridículo.

—¡Qué bueno! Me has quitado un pendiente de encima.

Kentin en realidad no recordaba mucho, pero a decir verdad había algo que lo mantenía con cierta incertidumbre.

¿Había tenido relaciones sexuales con Sucrette? ¿O sólo fue un sueño erótico? ¿O era otra persona?

Aunque gracias a Alexy podía confiarse en la segunda opción.


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