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SERENDIPITY por evolet kun

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_ Dragones..._ Exclama Neji de mala leche._ “ Eso explica porque solo había dos guardias, Itachi-sama no es tan descuidado, ya sabía de esto”_ Conjetura el elfo castaño que aún cargaba al infante, uno de los dragones estiró el largo cuello hasta casi llegar a él, enseñando los dientes y bufando, esperando una acción imprudente para devorar al elfo.

_ Devuelveme a mi niño._ Escucha una voz ubicada en el marco de la puerta. Naruto logró levantarse, aunque agotado se sostiene de una de las esquinas y mira furioso al elfo de ojos perla. 

_ ¿Para que luego tus bestias nos devoren? supongo que será una muerte digna.

_ Solo dame a mi hijo, gilipollas._ Gesticula avanzando a paso lento hasta el final de las escaleras. Cuando está por caer uno de los dragones de menor tamaño, que equiparaba la estatura de un caballo, ofrece su cabeza como punto de apoyo para que el rubio avance más fácilmente hasta donde Neji. 

_ “ Fuji-sama nunca mencionó esto, no omitiría información así de importante, a leguas se nota que tiene a los dragones amaestrados, no pudo haberlo conseguido en tan poco tiempo”_ El elfo de pelo color café no dejaba de pensar intentando encontrar una explicación, era tanta su concentración que se queda en un estado sumamente dócil para que Naruto le quitará al elfito de sus brazos con facilidad.

_ Lárguese de aquí, déjenos tranquilos._ Exige el rubio de ojos azules, dándole la espalda a Neji y retirándose a su cabaña en la compañía de sus dragones, quienes sin recibir órdenes dejaron a los soldados en paz, unos volaron a lo lejos y otros rodearon la cabaña así como el campo en el que se ubicaban.

Los Dragones son las criaturas míticas más sagradas que han existido, luego de un tiempo se fueron descubriendo más subespecies de estos. Existe una leyenda solo conocida por los elfos, fue hace milenios, donde cuatro jóvenes; Dos enanos, un elfo y un humano. Rescataron un enorme huevo de cáscara azul tornasol que había rodado de un volcán dormido, pensando que se trataba del huevo de un fénix subieron hasta la cima para devolverlo, en vez de eso se encontraron con una bella bestia escamosa que hablaba su lengua, como gratitud dejó que los niños se quedaran a presenciar el nacimiento del nuevo dragón, el huevo eclosionó dejando ver a un dragón de escamas turquesa y ojos plata, los niños comieron parte de la cáscara y con ello lograron un vínculo con el nuevo dragón, el progenitor les hizo prometer que no traicionaría a su especie jamás y a cambio serían aliados por toda la eternidad. Los enanos fueron los únicos en no cumplir esa promesa, ambos hermanos desearon el poder de su propio reino, acabando no solo con parte de su raza, sino con el trato sagrado del dragón, por consiguiente, no volvieron a domar a uno jamás, esa deshonra se conoce como la avaricia del enano.

_ ¿ Qué pasó con el elfo y el humano?_ Preguntó Naruto a Itachi con la curiosidad de un niño que quiere oír el resto del cuento.

_  Sí te soy sincero desconozco la línea de sangre que tiene ese poder, hace años que esta se perdió, pero muchos eruditos de mi raza investigan el hecho al respecto, los elfos no respetamos mucho la estirpe, no sería de extrañar que aquel elfo no tuviera demasiada descendencia. En cambio de parte de los humanos, bueno, el elegido tuvo muchos hijos, eran tan abundantes que incluso se crearon como una nación, les nombraron  Jinetes de dragones.

A diferencia de los enanos tuvieron una lealtad de por vida, llegué a conocer bastantes de ellos, te puedo decir que todos eran en extremo nobles y amables, pero como era de esperarse, su propia raza, envidiosa y temerosa les tuvo miedo a tal punto de fabricar armas capaces de matar a un dragón, hace poco más de 17 años, se llevó a cabo una situación lamentable como la actual de los unicornios, para que no se extinguiera la especie y por consiguiente no afectará el equilibrio natural de la vida, todos los jinetes sin excepción, aceptaron su ejecución sin protesta, mientras no hubiera un solo jinete en este mundo los dragones serían dejados en paz ya que estos son mansos por naturaleza y se ocultan a la presencia de los bipedos.

Hasta ahora ese tratado sigue vigente, llevado a cabo por los elfos, debido a que los propios humanos no respetan sus propias condiciones, Naruto, ¿sabes por qué te lo cuento?_ Este le mira sin entender._ Sigueme._ Lo lleva a través de un túnel con muchas flores de colores pastel, al llegar del otro lado es testigo de grandes ruinas tomadas por las plantas y algunos animales. Lo que llama su atención es la criatura con altura de 2 metros y de color rojo.

El bebé se revuelve en su vientre y una palpitación de anhelo le daña el pecho provocando que se tocara para dar un suave masaje y calmar a su corazón. La bestia agita la cabeza como si intentará sacudirse algo de la mollera, despertando de su siesta.

_ M-mina?_ Aunque estaban a una gran distancia y apenas Itachi logra escuchar su susurro el animal gruñe en forma de saludo, como si supiera que su amo le llamó por su nombre. El rey de ojos rojos mira atento y en silencio. El animal echa el vuelo para acercarse al rubio de ojos azules, aterrizó a unos cuantos metros para no lastimarlos y lo demás lo hace a pie, agacha la cabeza y se restriega en el pecho de Naruto como si quisiera meterse entre la ropa, tal y como solía hacer de más pequeño._ Pero si eres tú._ Sonríe suave, le soba la cabeza y luego se disculpa con culpa._ Perdona por haberte dejado, Mina._ El aparente dragon emite un sonido tranquilo para calmarlo e indicarle que no estaba molesto._ Me alegra tanto verte de nuevo, ¡Mira cuanto haz crecido!_ Vuelve a la alegría habitual.

_ Tú aparentemente eres un descendiente, quizá el último, de aquel humano que hizo el vínculo con el dragón._ Mira de vuelta al Rey Elfo, dándose cuenta que éste no movía los labios al hablar, ¿Escuchaba sus pensamientos?_  Mina es un dragón del tipo telequinético, como él hay muchos, usualmente no sobrepasan el tamaño que tiene actualmente, es común que vayan en manada para compensar su estatura ya que son de los más pequeños. _ Explica por medio de su mente, a sabiendas de que Naruto tenía que tener contacto con el animal para que pudiera oírlo, pues esa era la habilidad principal de ese Dragón.

El doncel reflexiona sobre la información proporcionada, y es que hacía poco su lagartija de escamas rojas, aquella que encontró donde Sai, arribó muchos meses antes al jardín abundante del Rey de todos los elfos, como si éste supiera de toda la  vida que el rubio llegaría ahí en algún momento. 

_ No sé como sobreviviste, pero es un milagro que estés con vida._ Dice con su voz esta ocasión._ Te ayudare a que conozcas más sobre ti mismo y sobre esta bendición que solo tu posees._ Le peina los cabellos en un gesto fraternal._ Por favor, sé bueno.

…..

Naruto aprendió a leer con fluidez con el tiempo, tanto en lengua élfica, como la suya, su especialidad era la herbolaria, pero sus libros preferidos son los de biología de criaturas poco conocidas, en especial sobre los dragones, Itachi tenía la herencia de algunos de estos, y se los regaló sin remordimiento aun si estos son extremadamente valiosos y escasos, cuando lo supo vino a su memoria la vez que su primer dragón intentó robar uno de este tipo en la biblioteca del sabio serpiente, ahora comprendía su mal humor.  El conocimiento sobre los dragones era muy preciado, siendo bestias muy difíciles de estudiar por su naturaleza solitaria y hostil, por consiguiente, los manuales escritos por viejos jinetes son sagrados, que claro está, solo serían de provecho para otro jinete como él.

Con ellos aprendió a conocer los diferentes tipos de dragones, las habilidades de cada uno, su dieta específica, donde encontrarlos y cómo educarlos más rápidamente, su temporada y tipo de apareamiento. Poco a poco se especializa de ellos; en un inicio comienza por adiestrar a cinco, compañeros de Mina, luego 7 con una clasificación más variada, después 12, Hasta que llegó a la veintena y de ahí a dragones de mayor tamaño para finalizar con la raza más violenta.  

_ Mami.

_ ¿Sí?_ Deja de prestar atención a su lectura para ver a su criatura de 5 años con flores en las manos, extendiéndose hacia él con la intención de que las tomara._ ¡Pero que bonitas! ¿Son para mí?

_¡Sí! ¡Sí!_ Asiente repetidamente con la cabecita el bebé de Sasuke, si bien su amado falleció volvió a nacer en su hijo, Naruto lo bautizó bajo el nombre de su difunto padre pero la verdad el rubio solía llamarlo cervatillo como un apodo cariñoso, pues sus ojitos eran igual de negros, brillantes y de largas pestañas como los de una ciervita que venía a jugar con él de vez en cuando.

_ Las coronas de flores serán más hermosas esta vez._ Ante tal afirmación, el elfito con ojos de cervatillo sonrió  sumamente ilusionado y contento._ ¿Me ayudaras hacerlas?

_ ¡Sí quiero!

Durante la mañana el rubio se dedicaba a fabricar hermosas coronas que después iba a vender a algún pueblo cercano, ya que él y su hijo vivían muy alejados en el campo en una de las tantas cabañas pertenecientes a Sasuke para sus largos viajes. Como era costumbre, mucha gente en el pueblo le compraba dichos objetos para sus hijas, niñas y esposas como regalos, sin querer Naruto se había hecho  la fama de ser hijo de una ninfa, lo que explicaba su agradable belleza, bondad y su vida natural lejos de los demás ciudadanos, lo que hacía la venta de sus objetos tan atractivos. Ciertamente el ojiazul dejó de tener necesidad de esa labor pues se mantenía muy bien de lo que cosechaba para su hijo y para él, además de contar con un par de vacas lecheras y unas cuantas gallinas para obtener leche y huevo.

Su vida era tranquila y sobre todo; alegre.

Su hijo al ser un tanto tímido y presumido como su difunto padre, no gustaba de jugar con los otros niños, sobre todo por la vez que una niña intentó quitarle la capucha que usaba para ocultar sus orejitas puntiagudas. Naruto no le ocultaba el hecho de que era meztizo, pero aun con su sinceridad y con todos sus intentos de que se relacionara con más personas, Sasuke pequeño se empeñaba en ser solitario.

_ El muchacho guapo siempre huele bien._ Exclama una niña que le cogió de la camisa para olisquear de a poco, mientras se dejaba colocar la tiara por el rubio.

_ ¿En serio? Gracias por el cumplido._ Sonríe amablemente.

_ ¡Deja a mi mami! ¡Es mío!_ Exige el elfito alterado, reclamando a la niña y señalando con el dedo.

_ Cervatillo, no seas así, solo esta siendo amable, compórtate por favor._ Le dice a su hijo sin voz regañona ni enojada, de todos modos los ojos del pequeño se humedecen, hace un puchero tembloroso y se va corriendo detrás de un árbol para llorar a solas.

_¡Buaaaaah!

_ Ha..._ Suspira ya acostumbrado a los celos e hipersensibilidad de su niño._ ¿ Qué voy hacer con él?, si fuera más sociable se le quitaría esa actitud.

Pasaron horas y en lo que Naruto terminó de hacer los mandados su hijo permaneció en el mismo lugar, con la cara escondida entre las rodillas, moqueando de vez en cuando, hasta que por fin su mami lo recogió para ir a casa.

_¿Cervatillo? Ya acabé… ¿ nos vamos?_ dijo con voz indulgente para saber el humor de su crío, este contesta con un quejido demostrando que  aun seguía enojado._ Ven, te haré tu cena favorita, ¿te parece? y te dejaré tomar un bocadillo extra si te portas bien.

_ ¿Una golosina?

_ Sí, pero tiene que ser de arroz, si comes algo muy dulce demasiado tarde no podrás dormir después.

_ Está bien._ Ve la mano extendida del rubio, la coge y la fuerza que aplica es suficiente para levantarlo. 

…..

Su hijo dormía plácidamente en la cama, mientras Naruto, en un baño aledaño de la casita se lavaba el cuerpo con agua fría por medio de cubetadas, esta al tener contacto con la piel hacía choque y produce un vapor como si el líquido se calentara. El rubio se sentía relajado, suspira pensativo, su hijo tenía 5 años y próximamente estaba por cumplir los seis en pocos días, había preparado un regalo para él, recuerda a su padre, a Sasuke, a quien con el pasar de cada día sentía que olvidaba una pequeñísima parte de su rostro pues constantemente veía su reencarnación en su hijo, sin embargo. Naruto se daba cuenta que su cervatillo  a pesar de ser una copia llegaba a tener ciertas características diminutas que lo diferenciaban de su otro padre, por eso, en cada año, esas distinciones se volvían borrosas y temía que al llegar a la vejez ya no fuera capaz de recordar a Sasuke el elfo como realmente era y conformarse con la imagen de su bebé.

_ Te echo de menos, Elfo traidor._ Dice sin un tono en específico.

Tener la cabeza tan ensimismada le hace bajar la guardía.

_ Está aquí._ Derriban la puerta de baño y hombres uniformados invaden el espacio.

_Naruto… el doncel domador de dragones._Gesticula a modo de saludo el hombre de imponente estatura y armadura oscura._ Hemos venido a por tí.

_ Mhh… Creo que me confunden de tipo._ Dice de vuelta el rubiales sin amedrentar a su vulnerable situación, lo que es más, se endereza y saca el pecho para imponerse ante los otros, agregando una cara calmada y ojos fríos.

_ Mi señor..._ susurra el soldado lacayo a su superior._ Tal vez sea el caso, en las órdenes lo describen como Doncel delgado y bajito._ Miran al joven de contextura marcada y fibrosa._ No se ve muy delicado que digamos.

_ Esos datos fueron recopilados hace 6 años, en ese entonces era un adolescente huérfano y desnutrido, Mui-sama mencionó que es común en los jinetes aumentar masa muscular y fuerza bruta una vez llegan a la adultez. Además tiene las demás características; ojos azules y cicatrices en las mejillas. No hay duda de que es él. 

_ ¿Mui-Sama?_ Naruto saborea el nombre con cierto interés  e inquietud pero lo olvida de inmediato al saberse descubierto, no sabía quién era el tipo aquel pero tenía razón respecto a la condición física de los jinetes de dragones, ya no poseía el cuerpecito flacucho de antaño por la falta de comida y atención, cuando Sasuke se hizo cargo de él, acumuló mayor grasa corporal, la piel tomó un color saludable y tenía mayor fuerza, una vez dio a luz su cuerpo comenzó a cambiar a uno más masculino, no le molestaba, de hecho le gustaba más, era más fuerte ahora, un concepto imprescindible para montar a un dragón.

_ Sera mejor que se vayan ahora._ Habla de modo amenazante, pero la verdad estaba desprotegido porque ninguna de sus bestias se encontraba cerca debido a la época de incubación._ No estoy interesado en matar gente pero si me orillan a hacerlo no tendré compasión.

_ Nosotros si lo estamos, veras en nuestro grupo contamos con un mitad demonio que en este momento vela el sueño del bonito elfito que duerme en tu cama._ Los ojos azules se abrieron abruptamente._ Desconozco si es tuyo, pero si lo es y si no lo sabes, los mestizos son prohibidos en el régimen. 

En la habitación el cervatillo dormía en su misma placentera y tranquila posición, con la particularidad de que ahora el cuarto estaba totalmente a oscuras, agregando al extraño sujeto o criatura que estaba por un lado de la cama en posición de rezo, con una enorme daga apoyada en el pecho del niño._ Nuestro compañero es una excepción por que sirve al rey como soldado. Si haces lo mismo dejaremos al muchacho en paz.

_ ¿Por cuanto tiempo?_ Pregunta con voz dura.

_ Hasta que ganemos la guerra.

_ Eso es mucho e inmedible, podrían pasar siglos para que esta guerra acabe, si quereís mi poder y lealtad merezco una mejor oferta que la de amenazas. _ El soldado nota la inconformidad del joven, busca darle un mejor trato.

_ En ese caso te dejaremos libre hasta que mates con tus dragones una cifra considerable de enemigos, podemos negociarlo en el camino, pero el número debe ser alto para dejarnos a nosotros con ventaja, así podrás volver con tu hijo en menor tiempo, ¿ mejor?

El hombre mitad demonio permanecía en su posición, tenía la estricta orden de matar al mestizo si se escuchaba un ruido sospechoso, como el de dragones atacando a sus compañeros por ejemplo.

La puerta se abre despacio y en la entrada aparecen sus aliados y el hombre al que chantajearon, Naruto lo ve y cuando da un paso firme al frente el mitad demonio hace presión el pecho del niño quien emite un quejidito de dolor, sólo entonces el rubio desiste. Escribe una nota que fue revisada por los otros, los cuales leen una despedida bastante sobria. Además, aprovechan para que Naruto haga contrato con la criatura demoniaca, No matar a su hijo y no separarse de él hasta cerciorarse que el Rubio se encuentre en el país donde le solicitan.

_ Es hora de irnos.

_ ¿ Qué hay de él?

_ No se alejara de su puesto hasta que estemos en nuestra base militar, no te preocupes que no lo matara, tienes un  contrato demoníaco, así que puedes estar relajado.

_ Relajado, que hipocrita de tu parte.

……

Naruto llega finalmente a la zona de entrenamiento y preparación para la guerra, lo primero que le retuerce el corazón es la desdicha, pues en una zona restringida observa con dolor centenares, tal vez miles, de cuernos de unicornio, por fin comprende el motivo de caza desmesurada de dichas criaturas, lo que no entiende es la ambición y egoísmo de esas personas a las que ahora debía jurar lealtad 

 

Fin del ventigésimo capítulo

 

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