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SERENDIPITY por evolet kun

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Notas del capitulo:

La cuarentena me ha permitido escribir mis historias sin terminar y ahora la que sigue es esta :v

Dsifrutenla y animo!!

Capítulo 7

Taberna

 

A las 11 de la mañana llegaron a un pueblo muy sureño, a Naruto le recordó a el viejo pueblo en el que vivía, no porque fuera muy parecido sino más bien, por lo diferente que era, pues tenía una extensión mucho más grande, se notaba solidaria y evolucionada en cierto aspecto.

_ Procura no causar problemas._ Mencionó el elfo, que por cierto se cubría la cabeza con su capucha para ocultar las adorables orejas puntiagudas.

_ ¿por q..

_ Para que no sepan que soy un Elfo, debo mantener oculta mi identidad._ Interrumpió antes de que el otro terminara de formular la pregunta._ Sé que no lo sabes así que te lo diré, existen algunos humanos, por no decir la mayoría, que no están acostumbrados a ver a otras criaturas aparte de ellos mismos.

_¿qué quieres decir con que no están acostumbrados?, ¿Cómo pueden reaccionar si te ven?_ De un tono simple paso a uno levemente preocupado.

_ Bueno, desde lo simple hasta lo más complicado, miran con asombro y no te dejan en paz porque les das curiosidad, unos gritan y corren llenos de pánico, otros te quieren secuestrar para luego venderte, nada del otro mundo._ Terminó de narrar sin nada de impresión, quitándole su importancia, mientras tanto, Naruto lo veía con los ojos como platos; redondos y blancos.

Aun ya dentro del pueblo, el rubito estaba muy cerca del azabache, no lo tocaba pero si le rozaba el brazo de vez en cuando, como si inconscientemente le quisiera proteger de los aldeanos que ahí habitaban, luego de narrarle de sus experiencias pasadas no creyó que el humano doncel tomaría a cargo el papel de guardián protector, aunque a decir verdad a Sasuke le ocasiono algo de diversión, es decir, Naruto parecía más bien una mamá gallina cuidándolo a él como su único pollito. Protegiéndolo de una zorra que intenta comérselo. Lo cual era bastante absurdo porque tenía todas las de perder, pero lo dejo pasar. 

En medio del gentío, cada persona con su respectiva actividad, segados por sus obligaciones, el ojiazul se sintió diferente, nadie lo veía con desdén como en su vieja aldea, es más, de vez en cuando, las personas dejaban sus trabajos para voltearlos a ver. Eran preciosos, ambos, jóvenes muy atractivos, sobre todo el azabache con su ropa tan fina, pero Naruto no se quedaba atrás, aunque su ropa no era buena y lucía desnutrido, su llamativo cabello parecía oro, sus ojos demostraban dulce paciencia y se volvían más azucarados cuando miraban a su compañero alto de capucha verde. Ni que decir de sus pies flaquitos y bonitos cubiertos por unas sandalias horrorosas y en mal estado.

_ Viajeros, desean beber un poco de agua_ Ofreció una doncella con escote vulgar, en un cuenco tenia agua para los dos.

_ Gracias por tu gentileza pero pasaremos rápido de tu pueblo, bella mujer._ A la muchacha se le sonrojaron las mejillas y los pezones se le endurecieron y notaron a través de la ropa por tal alago y mirada penetrante del hermoso azabache. Naruto si quería agua para beber, antes de mirar enojado al elfo pasaron de largo a la mujer, Sasuke al frente que no vio la pataleta de celos del joven rubio; éste miro ceñudo a la mujerzuela y le enseñó la lengua mientras avanzaba y la dejaba atrás. Celoso de haberla visto excitada a causa de su elfo.

Al ojinegro parecía darle igual haber provocado y dejado con las tetas duras a la muchacha, ¿es que había sido el único que le vio los pezones a través de la ropa?, casi le saca un ojo con esa cosa.

_Yo si tenía Sed._ Mencionó molesto, por la recién descubierta deshidratación y la atención que Sasuke le dio a la joven, él nunca le había dicho que era bello, nunca, en el tiempo que llevaban de conocerse le había dicho; eres un bello doncel. Y a ¡esa! Se lo decía a la primera palabra que le dirigía.

_ No aceptes todo de cualquier extraño, Naruto._ Aconsejo con pertinencia el azabache._ Además, cuando recién veníamos para acá tenías la lengua muy húmeda como para que se te seque tan rápido, verle los senos voluptuosos hizo que te sintieras como un becerrillo recién nacido que quiere mamar, por eso te dio sed.

_ ¿Y a ti no?_ reclamó ya celoso.

_espera… ¿qué?_ Lo volteo a ver muy confundido, como sintiéndose indignado de lo que le reclamaba el doncel rubio, y todavía sin entender del todo su reproche. Naruto no pudo sentirse más incómodo con esa mirada, jamás había sentido esas tremendas ganas de desaparecer de la faz de la tierra para siempre, con tal de que Sasuke no le dirigiera esa incomoda mirada de ceja arqueada y boca recta, encima sin saber que decir para zafarse del problema.

_¡Mira! ¿¡Ese es Shika!?_ Señaló detrás del elfo, esperando la oportunidad de distraerlo y cambiar de tema.

_ a Shika no le gusta la concurrencia, jamás entraría a un lugar como éste, no sé qué intentas hacer, pero…

_ ¡AHHH!_ Salió volando un hombre de un establecimiento._ ¡y no vuelvas!_ Le gritaron desde adentro, probablemente los tipos que lo arrojaron. Los dos jóvenes se le quedaron viendo, estaba como a diez pasos de ellos. Cuando se levantó se iba tambaleando, eso le dio luz roja al azabache.

_ Es el lugar que buscaba._ sonrió arrogantemente triunfal.

_ ¡¿es el lugar!?_ Exclamó el ojiazul incrédulo. No creyó que a Sasuke le gustara frecuentar ese tipo de sitios, pensaba que el apuesto pelinegro era alguien más decente. Mas santurrón por así decirlo, porque quisiera o no, Naruto conocía a la gente de su viejo pueblo. Los pecadores que se la pasaban en la taberna y salían borrachos o con una dama bajo el brazo, que veía por las noches y los sacerdotes y próximos frailes que se encomendaban a sus dioses que veía por las mañanas.

_Espérame afuera, y Naruto, por favor, no te metas en problemas, ¿bien?, es lo único que te pido._ Lo dejo en la esquinita, casi en la entrada del burdel pero no tan cerca como para que lo confundieran con un empleado del lugar. El nombrado se quedó quietecito, obedeciendo, suplicando internamente porque su compañero olvidara su discusión anterior, no soportaría esa mirada otra vez.

Dentro del burdel, el pelinegro merodeo el lugar con disimulada atención. Checando como los hombres sentados en grupos, algunos solos, bebían a consciencia y como lanzaban cumplidos de mal gusto a las trabajadoras. Se sentó a ver y a esperar. Una mujer madura, muy bien desarrollada y con demasiado maquillaje se le acercó como animal hambriento.

_ Pero qué joven tan apuesto, jamás te había visto por aquí._ sin preguntar si quiera, se sentó de manera sugestiva sobre su regazo, lo abrazó por el cuello y si no fuera por la delicada sutileza del ojinegro, ésta lo hubiera hundido en sus pechos.

_ Es común, soy nuevo en esto._ le agarró los delgados brazos con tanta ternura que la mujer madura se sintió querida por un instante sin saber que el noble gesto era para alejarla disimuladamente.

_ Ouh._ Jadeo coqueta._ conque un virgen eh, bueno, puedo lidiar con eso Y muy bien por cierto. Lo disfrutaras.   

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Ahora entendía porque se le hizo bella la mujer del cuenco, era esa típica chica coqueta de buenas curvas que trabajaba en ese tipo de lugares, si a Sasuke le gustaban esos sitios, era natural que se sintiera atraído por mujeres así. Aunque después de analizarlo, recordó que el ojinegro era un intolerante con los humanos, ¿Por qué se saciaría la comezón con humanas entonces?, a no ser que fuera alguna clase de gusto culposo que no pudiera controlar y que tuviera que satisfacer de vez en cuando. no sabía cómo verlo ahora, primero le admiraba como un héroe santo, desde el primer momento en que lo vio montando su precioso ciervo albino y él… tan gallardo, masculino, tan sensato y digno de confianza, sus ojos negros, refrescantes además de su perfecta postura. 

Y ahora conocía su gusto culposo, por alguna razón no sentía decepción, lo seguía apreciando y si ese era su pecado él lo perdonaba, después de todo quien era el para juzgar, luego de que le salvó de bestias que querían comérselo y apreciar su mirada de ojos negros tan vigorizantes no podía hacer nada con sus sentimientos, sólo aceptar el porvenir.

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_ Aquí tienes, guapo, una cerveza de raíz._ Ofreció la misma mujer madura y coqueta al joven pelinegro.

_ Gracias…_ Bebió de la suculenta bebida fría que le fue servida.

_ ¿Pero no llegaste de tan lejos sólo por una cerveza? ¿A qué vienes en realidad?_ Se sentó a su lado, un poco cerca, recargaba la barbilla sobre su palma para ver los perfectos rasgos del hombre joven.

_ Quiero comprar mercancía, de la buena._ Decía suspicaz y calmado.

_ ¿De qué tipo, cariño?_ Cuestionaba de la misma manera enamorada y complaciente.

_ Despensa de Unicornio, ¿sabes dónde puedo conseguirla?_ Había hablado con voz neutral, no en tono alto ni en susurro, fue sutil y directo, sin embargo, fue suficiente para que algunos hombres de la taberna voltearan a ver a los dos con una muy bien disimulada sospecha que sólo la mujer fue capaz de percibir.

_ Claro que sé donde puedes comprar, acompáñame._ En un principio figuro estar tensa y algo asustada pero cambio de inmediato su semblante por su misma actitud de zorra. 

Ambos se fueron alejando y bajaron por unas escaleras donde apenas llegaba la luz a través de unas antorchas, más abajo se encontraba una puerta de madera que fue abierta por la mujer, pasaron y Sasuke pudo ver lo que adentro había, era una despensa de todo tipo; de armas, frascos con especias y carne de otros animales, un sujeto de largo cabello negro y barbón les daba la espalda y tenía un cuchillo de carnicero, al parecer, despedazaba una gallina.

_ ¡Ey, vago¡ ¡Aquí hay alguien que quiere comprar mercancía de unicornio!_ dijo la vieja en voz alta y molesta, el mencionado volteo y miro a ambos.

_¡¿Quién¡?_ Cuestionó igual de mala leche.

_ ¡él!_ Señaló al apuesto elfo que ni se inmuto por el comportamiento de esos dos tipos. Entonces el hombre lo vio pareció entender por fin y Sasuke creyó que les había atrapado o que estaba a punto.

_ Ah, ya veo, quieres artículos de unicornio, ¿algo en específico?_ Entre el chico joven y él había una mesa de madera vieja que los separaba, debajo de esta sacó un mantel que envolvía distintos objetos que extendió sobre la mesa. Había trencitas de cabello de variados colores tan brillantes y perfectos, unos frascos de vidrio que tenía polvo y un par de pezuñas._ Cabello, carne, tu dirás…_ Señaló los objetos con cierta cortesía, el azabache miró las cosas sobre la madera sin mayor atención, diciendo mudamente que no era la que buscaba.

_ Quiero un cuerno

_ ¡Eres una perra! ¿Por qué pedirme algo así?

_ Soy una perra que sabe lo que quiere, tu eres el que vende, Yo el que paga quiero el cuerno._ Alegó con tanta elegancia a pesar de los insultos dichos, la única mujer sin duda quedo más prendada del apuesto chico, ya que no sólo era guapo, educado, era también muy varonil, que sabía lo que quería y que sobre todo tenía clase… y de la mas alta.  

_ jejeje, de acuerdo, te daré lo que quieres, después de pagar._ Estiro la mano.

_ Primero muéstrame el cuerno._ Dijo exigente.

_ No has entendido todavía, niño bonito._ Lo veía sardónico._ No estás en posición de exigir._ Mencionó burlón.

_ ¡AHHH!_ De las escaleras por donde bajo venían un par de personas, una al parecer gritando y forcejeando._ ¡Suéltame, bastardo, me das asco!_ Era su compañero doncel que era abrazando por la espalda por un grandulón que lo venía cargando._ ¡Sasuke!_ Gritó con cierto alivio de ver su amigo por fin.

_ Te dije que no te metieras en problemas._ Lo vio aburrido a pesar de lo comprometedora que era la situación.

_ ¡YO no me metí en problemas! Me quede donde me dijiste, este sujeto fue el que se acercó a mí y…

_ ¡Silencio de una vez! No estáis entendiendo su lugar y eso me da dolor de cabeza._ Miro al elfo encubierto._ Pensaste que simplemente llegarías aquí, un bar cualquiera, y que de forma tan burda pedirías carne de unicornio como si nada, hay reglas muchachito, piezas tan preciosas no se piden así, y menos si son artículos tan caros y difíciles de conseguir. _ Comenzó a afilar su cuchillo de carnicero con otro y se fue acercando a donde estaba Naruto._ Es más que evidente que no eres de aquí y más importante que no perteneces a nuestra asociación._ Pasaba el filo del arma por el cuello del rubio que le lanzaba una mirada intensa y furiosa.

Sasuke empezó a entender mejor, al parecer había que acceder con los contrabandistas con una especie de clave para que le vendieran lo que requería y no pedirlo así de la nada, de esa forma se sabría que era de confianza, que no habría filtración de información, ahora entendía la mirada sospechosa de los demás hombres en el bar.

_ Y encima de todo, querer un cuerno de unicornio_ Alegaba molesto sin voltearlo a ver._ No tenemos eso por aquí y eso se sabe, ese producto se exporta a las tierras del relámpago._ La mujer a su lado lo sabía, por eso se mostró tan anonadada al principio y cambio de actitud para no levantarle sospechas._ Ahora, ambos debéis morir pequeños renacuajos, no queremos que nos clausuren el lugar ¿o si, primor ?_ Le decía al ojiazul.

_ ¿¡A quien le dices Primor!? ¡Igualado! _ Que le hablaran así enfrente de Sasuke lo consideraba muy vergonzoso, como si él fuera una resbalosa como la chica del cuenco de agua o la gorda que estaba a lado de su amigo de orejas puntiagudas. 

_ Acabare con tu novio por ser tan estúpido pero primero te cortare la lengua y te sacare los ojos enfrente de él por venir así a mi propiedad._ le susurraba seductor._ Pagaran muy bien por tus vísceras, las de un muchachito tan bello son las más preciadas para los brebajes de las brujas.

¡CHALK!!!!

_ ¡MALDICIÓN!_ Sin que se dieran cuenta, Sasuke había sacado una de sus dagas, fue silencioso y muy rápido, cortó el antebrazo del hombre para que soltara el cuchillo y se alejara de Naruto._ ¡atrápalo!._ Le exigió al tipo grande. El rubio sin saber de un poder oculto que tenía logró poner sus pies en la tierra, se inclinó un poquito, tanto como se lo permitió la distracción del otro y usando todas sus fuerzas dio un cabezazo hacía atrás pegando en la barbilla de quien lo tenía cautivo, ocasionando que se le pusieran los ojos en blanco por el impacto recibido para finalmente soltarlo. 

Ambos jóvenes emprendieron por las escaleras, Naruto por delante que era el que iba más cerca de la entrada, abajo se escuchaban los gritos de la mujer al ver tremendo jaleo. Siendo perseguidos por los sujetos, el de gran altura y el barbón de cabello largo los cuales ya tenían navajas a la mano para hincarles el diente a los muchachos.

_¡Corre, Naruto, no te detengas!_ fueron empujando a cualquier desvalido por el alcohol que se les pasara por los pies, saliendo de la taberna el rubito se sostuvo de sus propias rodillas para agarrar aire, el ojinegro le jalo del antebrazo para seguir corriendo aunque el doncel ya no tenía aire para respirar, cuando se dio cuenta, ya estaban sobre un árbol fuera del pueblo, el más frondoso que el elfo alcanzo a apreciar en la atardecer. 

_ Sasuke, ya no puedo más._ Decía muy agitado y cansado.

_ Shh…_ Le acalló, bajo ellos pasaron los mismos hombres que les había perseguido, confundidos y frustrados porque les perdieron el rastro. Por instinto y acostumbrado a las metidas de pata de Naruto, le colocó la mano sobre la boca para que no emitiera ningún sonido y sus suavidades se contrastaron con tanta sabrosura que el rubio deseaba darle un beso en la palma que le acallaba, El chico de ojos azules apreció como el elfo cuidaba a los persecutores sin prestarle atención a su mirada de amor inocente. Se quedaron trepados en el árbol por 20 minutos luego de que los hombres se fueran, pero contrario a lo que pensó el hermoso doncel, regresaron al pueblo, con el gran riesgo de que los cacharan de nueva cuenta, sin embargo, ahora el azabache actuaba más precavido, ocultándose ambos entre las sombras hasta avistar a los sujetos de los que huyeron que al parecer traían consigo cosas ligeras para viajar por la premura de lo acontecido. Los siguieron a paso prudente, pero siempre en silencio extremo para gran molestia del rubito que acostumbraba hacer platica con el chico de orejas puntiagudas. 

Iban tres hombres en el nuevo viaje; el barbón, el grandulón y uno nuevo y más joven. Justo al medio día de la mañana siguiente pasaron entre arboles de hojas castañas, como si hubieran sido azotados por el otoño, lo cual no era probable porque estaban en pleno verano, Sasuke y Naruto iban detrás de los hombres de la taberna como a 30 metros para evitar que los vieran, justo en ese instante, el azabache se ocultaba atrás de uno de los arboles con plaga para ver que los humanos en trio se detuvieron en una zanja a descansar, y como mala broma, el rubito se asomaba también, usando a Sasuke como su medio para ocultarse, solo por maña de tocarle la espalda y estar cerca de él. Aun así, el elfo no se molestó pues estaba más entretenido en su misión que en su incomodidad. Lo que fue extraño para el joven rubio era la joven mujer que se bañaba en el riachuelo cerca de ellos dos, con solo un camisón cubriendo su desnudez.

_ oye, Sasuke, hay una muchacha en el agua por allá._ Le tocó repetidamente con un dedo casi lastimándolo pero ganando la atención del pelinegro que por hacerle caso giró a la dirección que le pedía Naruto que mirara.

_ Probablemente sea una Ninfa del bosque, déjala se está acicalando._ dijo normal, sin ser en lo absoluto afectado por la imagen obscena._ Tiene suerte de que la viéramos nosotros y no esos parientes tuyos, sino ya hubiera sido mancillada._ El elfo dijo tantas palabras nuevas que al joven de ojos azules le asaltaron un sinfín de dudas, pero decidió no preguntar esta vez porque estaba más entretenido viendo a la chica. Sin duda era bonita.

Pero no tanto como Sasuke.

 

Fin del séptimo capítulo.


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