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The time was not enough. por NirahGasai

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Notas del capitulo:

Hello! 

Aquí un nuevo cap. 

Lamento no haber actualizado este fic antes, lleva tiempo hacer dos fanfics al mismo tiempo. 

Sin más dilaciones.

¡Lean!

 

Chapter II. Introduce yourself. 

Capítulo II. Preséntate. 

 

Yacía en el suelo cual perro callejero esperando que alguna persona se apiade de él. La sangre en su brazo había humedecido su colorado pelaje volviéndolo bordo, sobre su cuello el collar seguía vigente absorbiendo cualquier aumento de energía. Rodeando al hombre de alborotados cabellos, los Saiyajines hablaban entre sí.

— Esto tiene que ser una puta broma. Freezer no nos puede regalar algo cuando es obvio que está molesto con nosotros. — comentó con una mano en la cadera un joven de largos cabellos mirando al príncipe con el ceño fruncido.

— Freezer tiene algo en mente. — dijo el hombre calvo cruzando sus brazos sobre su pecho.

— ¿Sabes quién es Daya? — preguntó el príncipe al hombre arrodillado.

— No, y les pido por favor que me suelten, no soy un animal. — contestó mirando con las cejas bajas moviendo su cola lentamente de un lado a otro.

— ¿Sabes quienes son los Tsufurujins? — ignoró el pedido el guerrero de mayor estatura dando un paso adelante.

— Lo único que sé de ellos es que los Saiyajines conquistaron su planeta y vivieron en él utilizándolos a ellos como esclavos. — respondió con determinación el guerrero de alborotados cabellos desafiando con la mirada al menor.

— ¿Quién te lo dijo? — preguntó esta vez el hombre calvo.

— Un viejo amigo. — dijo rápido llevando sus molestos ojos al guerrero.

— Y tu. ¿Qué eres, exactamente? — interrogó el príncipe agarrándolo de un mechón levantándole la cabeza.

— Soy Goku, un Saiyajin. — respondió sacudiendo su cabeza tratando de soltarse del fuerte agarre.

Una risa irónica salió de los labios del príncipe, tirando de los cabellos acercando su gélido rostro al confundido del hombre caído.

— ¿Me crees idiota, gusano? No puedes ser un Saiyajin. Mira todo ese colorido pelaje que tienes. Y nunca en mi puñetera vida escuché que un Saiyajin orgulloso de serlo se llamase Goku. — se burló con soberbia tirándolo al suelo, con su bota blanca sucia de tierra y sangre ajena pisoteó la cabeza del hombre. — ¡Crees que puedes burlarte de mí! ¡Vegeta! ¡El Saiyajin más poderoso de todos los tiempos! ¡Puta basura! — escupió con odio golpeando con el tacón de su bota la cabeza.

Con velocidad digna de él, Goku con su cola atrapó la pierna que equilibraba al príncipe provocando que perdiera el equilibrio teniendo que alejarse del guerrero.

— Estoy diciendo la verdad. — dijo con dolor reincorporándose sobre sus pies. — Soy un Saiyajin, ustedes no me conocen pero yo los conozco muy bien. — dijo sobándose la cabeza.

El hombre más débil del escuadrón abrió la boca para exclamar, sin embargo la voz potente y decidida del guerrero de cabellos alborotados lo detuvo.

— Tu eres Raditz, el guerrero más débil de los tres hijo de Bardock, un Saiyajin de clase baja. — miró al guerrero de gran contextura — Tu eres Nappa, la mano derecha de Vegeta y quien lo crió desde niño. Eres el segundo más fuerte. — y finalmente observó al frente donde el hombre de cabellos en flama lo miraba con ojos fríos. — Vegeta, príncipe de todos los Saiyajins. El guerrero más orgulloso de todos. El más poderoso de los tres. — el príncipe estaba por hablar pero la voz del adulto lo hizo callar. — Me dirás que todo lo que dije lo sabe cualquiera que preguntara por ustedes. Pero todo lo que sé es gracias a un viejo amigo que ahora ya no está conmigo. — su voz se quebró por un instante bajando la mirada.

Una carcajada se escuchó por todo el cuarto seguido de otras dos. La risa malvada del príncipe resonaba en sus tímpanos.

— Digamos que te creo. — una sonrisa socarrona posaba en sus finos labios, con arrogancia caminó hasta llegar a estar a solo unos pocos centímetros del guerrero de alborotados cabellos. — Todo lo que nos dijiste sobre nosotros, ¿Tiene relevancia a que seas un Saiyajin? — preguntó con sarcasmo tirando de los mechones de cabellos negros que descansaban en su pecho. Unos minutos pasaron y la tensión se podía sentir, la paciencia del príncipe se están agotando. — ¡Responde! — ordenó golpeándole en el abdomen logrando que se encorvara para golpearlo en la cabeza tirándolo al suelo. — ¡Respondes cuando te pregunto algo idiota! — vociferó enojado apunto de golpearle de nuevo.

— ¡Soy mitad Saiyajin! — gritó con desespero tosiendo sangre en el proceso. — Mi padre era un Saiyajin. — respondió con intranquilidad limpiándose con el dorso de la mano el líquido rojizo vital.

— Si claro. — exclamó con ironía el guerrero de largos cabellos bufando.

— ¿Cuál era su nombre? — preguntó esta vez el gran Saiyajin calvo.

— No lo sé, nunca conocí a mis padres. — dijo apenado levantándose limpiando con el dorso de su mano el hilo de sangre que caía de sus labios. — Fui criado por los habitantes del Planeta en el que me enviaron. (… Piensa un buen nombre…)… Aqua… — dijo dubitativo, su cola se movía inquieta detrás suyo demostrando su nerviosismo.

Nerviosismo que no pasó por alto para los Saiyajines.

— Estás nervioso… ¿Por qué estás nervioso? — interrogó divertido el príncipe avanzando a paso lento con una sonrisa casi macabra.

— Por nada… Solo que esta cosa me pone nervioso. — dijo sujetando con su mano el collar que llevaba. — Está drenando mi energía y no puedo moverme bien. — comentó tirando de él sin lograr nada.

— Si sí, no me cuentes tu vida. Además de que no veo que sea mi problema. Por lo que te diré que cierres estúpida boca tuya y te largues a algún lugar donde no me molestes. — ordenó con mala cara alejándose de su escuadrón yendo por un pasillo que daba a cuatro puertas en donde entró en la última.

Pero antes de que ingresara, la compuerta principal se abrió dejando ver al soldado de verdes cabellos junto con un pulpo violeta con largos bigotes. Con fastidio, el guerrero de baja estatura volvió a donde se encontraban los demás.

— ¿Qué sucede Zarbon? ¿Perdiste tu peine? — preguntó burlesco cruzándose de brazos demostrando arrogancia.

— No estoy de humor para tus burlas estúpido mono mugroso. — dijo con desprecio frunciendo su ceño. — Otur, haz lo que tengas que hacer para poder largarnos de esta inmundicia. — ordenó desviando la mirada del escuadrón Saiyajin.

El pulpo anciano se acercó rápidamente con herramientas en sus tentáculos hasta topar con el guerrero de alborotados cabellos que yacía arrodillado en el frío suelo. Observó como el anciano se acercaba y la desesperación nació en él encrespando su cola y vello colorado.

— Tranquilo, solo voy a quitarte esto. — comunicó con voz tranquila comenzando a quitarle el collar.

Zarbon observó con desdén los golpes que el hombre tenía en donde algunas sangraban.

— Vegeta. Al gran Freezer no le gustará ver como maltratas el regalo que él te ofreció. — comentó mirando a Goku.

El príncipe solo bufo sin quitar su sonrisa arrogante que poseía, avanzó hasta que sus botas tocaron el muslo derecho del guerrero de alborotados cabellos acariciándole estos mismos.

— En ningún momento se me pasó por la cabeza herir a esta pobre criatura. Solo lo estoy educando — dijo mirando al hombre verde. — Este enorme chico es un poco desobediente. — acarició con su mano enguantada todo el cabello negro y abundante del guerrero dándole un escalofrío.

La mano derecha del emperador no le creyó del todo a lo que el príncipe sacudió un poco los cabellos negros desordenándolos. El científico se puso nervioso al sentir la presencia del Saiyajin de gélida mirada tan cerca que terminó su labor más rápido de lo que ameritaba y con velocidad se alejó del Saiyajin con el miedo en todo su cuerpo.

 Cuando el collar se le fue retirado el guerrero sintió como si le volvieran el alma al cuerpo. Con brusquedad se zafó del agarre levantándose vigoroso, formó una esfera de energía celeste en su mano derecha observándola con curiosidad como si nunca hubiera visto una. La hizo desaparecer segundos después.

— Gracias. — dijo amablemente sonriéndole al científico solo como él solía hacerlo.

— Al parecer todo está en orden. — dijo altanero el guerrero de verdes cabellos alejándose lentamente por la entrada siendo acompañado por el anciano.

Con todos fuera del cuarto de los Saiyajines el príncipe giro sobre sus talones para ir a su, aparentemente, habitación. Sin embargo la voz del guerrero de alborotados cabellos lo detuvo a tan sólo unos pocos pasos de su puerta, giró su cabeza para ver sobre su hombro al hombre que tenía su brazo como si quisiera alcanzarlo.

— Por favor escúchame, quiero salir de este lugar tanto como ustedes lo desean... — dijo mirando a los otros dos restantes. —… Podemos ayudarnos unos a otros... — hizo dos pasos para poder alcanzar con su brazo en el hombro.

— ¿Cómo estamos seguros que no eres un infiltrado? — preguntó con inseguridad el Saiyajin calvo acercándose a él sujetándole con fuerza el brazo extendido.

Goku frunció su ceño llevando sus ojos a ver al hombre fornido.

— ¿Un infiltrado? Como puedo serlo si el mismo Freezer me capturó hace unas horas, y dio la casualidad de que llegaron y me “regalaron” a ustedes. — dijo con seriedad en su faz zafándose del agarre. — No tengo malas intenciones. Solo quiero regresar a mi hogar. — susurró con pena bajando la cabeza.

El príncipe en todo momento seguía en la misma posición, de espaldas a los guerreros escuchando atentamente cada una de sus palabras.

— ¿Seguro que tu planeta no está destruido? A Freezer le gusta hacer eso… — comentó esta vez el guerrero de largos cabellos ingresando en la conversación cruzado de brazos.

— Freezer me capturó aquí… — respondió el viajero del tiempo más calmado al ver como se alejaban de él y le daban su espacio. — Y sé que mi planeta está seguro… —

— ¿Goku? ¿No es así? — preguntó el príncipe dándose la vuelta viendo como el susodicho asentía. — Bien… Si vas a estar con nosotros de ahora en más, tendrás que demostrarnos que vales la pena. — dijo con seriedad avanzando hasta quedar frente a frente con el hombre de mayor estatura mirándolo con soberbia. — ¿Entendido? — cuestionó con seriedad en la palabra.

— Si… — respondió un poco intimidado por el tono de voz que usó el hombre de menor estatura.

— Ahora que eres nuestra bestia puedes dormir donde tú quieras. — dijo el príncipe burlesco cruzándose de brazos. — ¿Raditz, hay una nueva misión? — preguntó girándose caminando hacia las puertas.

— Ninguna, por ahora. — respondió el guerrero de largos cabellos observando una tableta blanca que llevaba en sus manos, anteriormente agarrada de una mesa redonda.

— Entonces… Hagan lo que quieran. — dijo Vegeta desinteresado entrando en su habitación.

Los guerreros restantes ingresaron a sus habitaciones dejando al hombre de alborotados cabellos en el medio del cuarto principal. Sin pensárselo mucho el guerrero con una sonrisa típica de él se dirigió a la última puerta por donde había ingresado el príncipe, al entrar pudo observar al hombre de cabellos en forma de flama quien le daba la espalda. El hombre de menor estatura estaba desnudándose ajeno a que unos ojos lo observaban por detrás. La sangre, bombeada por su corazón, se dirigió velozmente a sus mejillas dándole un color más rojo a su piel, un hermoso color bermellón. Pudo ver su espalda esbelta cubierta por cicatrices de batallas pasadas recorrer la espalda, leves raspaduras y cortes superficiales cubrían parte de su brazo derecho y espalda, su cola marrón se mecía tranquilamente. Lentamente el guerrero de élite se bajó los pantalones ajustados azul oscuro dejando ver sus piernas bien formadas con alguna que otra lastimadura y golpe al igual que sus firmes y bien formados glúteos.

El calor que estaba en las mejillas del guerrero de mayor estatura comenzó a dirigirse a su bajo vientre al ver tal escena.

— (Maldito, incluso cuando no tenías un físico definido, Ahh... No sabes como te cogería de todas formas… ¡…! ¡¿De donde saqué eso?!) — pensó alarmado el salvador del universo asombrado de sus propios pensamientos.

 Un suspiro salió de los labios entreabiertos de Goku lo que provocó que el guerrero detuviera sus movimientos, mirando por el rabillo del ojo atrás suyo. Rápidamente se subió la ropa y giró su cuerpo apuntando con su mano derecha al invasor con una esfera de energía celeste.

— ¿Qué haces aquí? — interrogó Vegeta severamente sin desaparecer la esfera de su mano.

— Na-nada, solo... Ehh. Estaba… Ehm… — el nerviosismo estaba ganando rápidamente terreno en la voz de guerrero.

El príncipe se acercó a él desapareciendo la esfera de energía de su mano. A pesar de la diferencia exagerada de estatura el príncipe miraba con arrogancia al de mayor edad, intimidándolo.

— ¿Te pongo nervioso? — preguntó divertido tocando con su mano desnuda el pecho de Goku.

— N--No, no. Solo que… Bueno si pero. (… ¡No te acerques más!…) — balbuceaba el guerrero sintiendo una molesta erección en sus pantalones –que por ser holgados no se notaba– creciendo lentamente.

— Te pongo nervioso. — una risa entre dientes se escuchó provenir del menor que giró yendo a una puerta blanca en el lado izquierdo de la habitación. — Es normal en la gente que yo provoque esos sentimientos. El nerviosismo siempre viene acompañado de miedo… Pero al parecer, tú no lo tienes. — dedujo con una sonrisa apunto de entrar en lo que parecía ser un cuarto de baño. — Espera aquí mientras me baño. No quiero que te pierdas en este “espantoso” lugar. ¡Jajaja! — rió estruendosamente moviendo su cola de un lado a otro ingresando al cuarto.

El mayor suspiró tranquilizándose sobándose la cabeza con su mano izquierda. Dejando de lado todo el nerviosismo del momento, el guerrero observó con detenimiento la habitación. Era un lugar no muy espacioso, un mueble que parece ser una cama a un costado de la habitación, una compuerta y cajones blancos. Pudo ver como en la pared de la cama había un marco rectangular de color grisáceo como las mismas paredes, se acercó con curiosidad a la pared subiéndose a la cama pasando sobre ella, unos cincuenta centímetros había de distancia entre la pared y la cama así que se paró en ese pequeño lugar. Examinó el marco notando un botón su presionó dejando abrir lo que parecía una ventana mostrando el cielo oscuro cubierto por un manto de estrellas. Se quedó contemplando el planeta en donde fue capturado.

 

#*#*#

 

Sin darse cuenta el tiempo pasó y el viajero del tiempo seguía observando por la ventana, se había olvidado de todo a su alrededor que no notó cuando el príncipe salió del cuarto de baño con tan solo ropa interior blanca muy sugerente y lo miraba con ojos fríos. Se acercó por detrás lentamente y sin hace ruido estando lo suficientemente cerca tirándole del cabello negro haciendo que cayera en la cama arrastrándolo hasta el otro lado tirándolo al suelo.

— ¿Acaso te dije que pudieras tocar las cosas? — preguntó con enfado sin soltar del cabello al mayor levantándolo hasta su rostro propio.

— ¡Ouch! ¡No! — respondió adolorido tratando de soltarse inútilmente.

— Entonces. ¡¿Por qué lo haces?! — vociferó el príncipe soltándolo logrando que su rostro fuera directo al suelo girándose a donde estaban los cajones.

— Perdón… — se disculpó levantado su cabeza. Un gran error por su parte, al hacerlo pudo ver con total claridad el trasero bien formado del guerrero. — (¡Deja de mirar ese perfecto trasero en forma de corazón! ¡Él no te conoce y ya estoy pensando en cogérmelo! ¡¿Qué me pasa?!) — pensó alarmado negando con su cabeza aún en el suelo.

— ¿Te vas a quedar ahí en el suelo como idiota o vas a bañarte? — preguntó irónico el príncipe dándose la vuelta mirando al hombre que se estaba levantando con un severo sonrojo en sus pálidas mejillas. — ¿Estas… Estas sonrojado? — cuestionó divertido cruzándose de brazos.

— No… Yo solo… — se levantó avergonzado desviando la mirada.

— Ve a bañarte. — ordenó Vegeta ignorando la situación disponiéndose a vestirse. — No te lo estoy pidiendo, ¡te lo ordeno! — elevó su voz avisando que su paciencia estaba agotándose.

Con obediencia el mayor fue al baño desvistiéndose dentro del mismo. Una vez desnudo se metió en una cavidad que supuso era la bañera, observó a su alrededor tratando de identificar como abrir el agua. Al parecer en príncipe dedujo sobre su incertidumbre ya que ingresó al cuarto de baño.

— Supuse que serías un inútil. — comentó el príncipe entrando en el baño.

Sin vergüenza alguna el hombre se aproximó al hombre desnudo.

— Perdona, es que no estoy acostumbrado a la tecnología que usa Freezer. — se disculpó avergonzado rascándose la nuca.

El Saiyajin de elite extendió su mano en donde parecía ser una pantalla negra, cuando sus dedos tocaron la pantalla giró hacia la derecha logrando así que el agua en forma de lluvia saliera por una regadera discreta encima de la cabeza del mayor.

— Gracias. — dijo con amabilidad costumbre en él metiéndose en el chorro de agua.

— Puedes regular la temperatura con esto. — informó serio indicando la pantalla negra su ahora mostraba en un idioma que el mayor no entendía la temperatura del agua. — Si en diez minutos no sales te saco por el cuello . — amenazó y antes de salir de la habitación, tomó los ropajes del viajero en el tiempo llevándosela consigo. 

El guerrero de alborotados cabellos no respondió a la advertencia mojándose todo su cuerpo.

— (No entiendo… ¿Por qué me pongo tan nervioso frente a él? Puede que sea porque lo que pasó… Ahh… Voy a volverme loco si sigo así… Tengo que hallar la forma de irme de aquí antes de que provoque una locura …) — Pensó agarrando un envase que supuso era algo para asearse, lo abrió y salió un líquido blancuzco que usó para limpiarse todo el cabello. — (… No puedo creer que me haya excitado con tal solo verlo desnudo, bueno, casi desnudo. Debería tranquilizarme e ignorar el hecho de que podría, si quisiese, cogérmelo. ¡Pero no lo haré! ¡No debo hacerlo! En cuanto menos me relacione con ellos menos problemas generaré en un futuro.) — mientras pensaba, se enjabonaba todo el cuerpo.

 

#*#*#

 

El príncipe observaba con aburrimiento por la ventana sumido en sus pensamientos. Su cola marrón se mecía tranquilamente detrás suyo. Escuchó el ruido de la puerta del baño abrirse dejando pasar al hombre recién bañado que solo se cubría con una toalla.

— Dejé mi ropa ahí y... — fue interrumpido por él guerrero de cabellos en forma de flama.

— Ahora usaras la ropa que todos los soldados de Freezer usan. — dijo sin mirar al mayor.

— Gracias… Supongo. — contestó tomando su nueva vestimenta entre sus manos.

Se colocó la ropa interior y luego los pantalones negros ajustados, se quedó observando indeciso la armadura de color blanca con hombreras marrones que posaba en uno de los cajones. Miró al príncipe tratando de adivinar que hacer. El hombre de baja estatura ya estaba acostado en la cama dándole la espalda. Sin pensárselo mucho, el guerrero de alborotados cabellos dejó a un lado la armadura y se dirigió a la cama subiéndose sigilosamente como un felino, pero los agudos sentidos del Saiyajin acostado lo descubrieron haciendo que el menor se levantase sentándose observando con ojos asesinos al intruso.

— Ehm… — no sabía muy bien como actuar en esta situación. Goku se quedó estático en una posición un tanto incomoda para él: una rodilla sobre la cama, una mano apoyada en la frazada gris dejando estirado la pierna sobrante y su mano de igual manera. —… Dijiste que podía dormir donde quería… — comentó con una sonrisa nerviosa moviendo su cola que se escondía entre sus piernas. Con un bufido sonoro, el príncipe se tiró con pesadez sin responder. — ¿Puedo? — preguntó aventurero ya arriba de la cama apuntando al lado del menor.

— Solo te permito dormir aquí porque no quiero que molestes luego. — dijo el príncipe sin moverse de su posición.

Goku, como si fuera un perro se echó en la orilla de la cama haciéndose un ovillo enrollando su cola en su pierna izquierda.

Los dos Saiyajines no podían dormirse después de una hora. El menor de ellos daba vueltas en la cama sin poder pegar el ojo, sentía como las sabanas en sus pies eran tiradas por el peso del otro. Se reincorporó sentándose fijando sus oscuros ojos en el cuerpo quieto del hombre, su curiosidad característica lo llevó a examinar minuciosamente el cuerpo retraído del mayor. Cada vello colorado, cada hebra de cada mechón negro de su abundante cabello, su cola de mono colorada estaba estirada a un costado de él. Temía que su nuevo integrante sea un espía de sus enemigos. Lo más extraño fue que el hombre se ponía sumamente nervioso con su presencia, comportándose como un idiota a su parecer. No le molestaba en absoluto, de hecho, lo gozaba. Pero algo dentro suyo le decía lo contrario y eso lo enfadaba a sobre manera. Trató de consiliar el sueño tirándose con peso muerto al duro colchón, lográndolo a los minutos.

Goku, en la misma situación que el menor, divagaba por sus pensamientos tratando de idear un plan para volver a su tiempo original. Cosa que no logró del todo pero tenía un inicio, ir a la Tierra y pedirle a Shen Long que lo enviara de nuevo a tu línea de tiempo. Cómo era la gran incógnita que no podía resolver. Sintió como el príncipe se sentó a lo que se quedó como piedra sin hacer un solo movimiento. Sintió cuando se acostó y sintió cuando finalmente se durmió. Durmiéndose él también a los pocos minutos pensando una última cosa.

— (Pase lo que pase. Trataré de protegerte… Vegeta…) — y con esto sus pensamientos terminaron.

 

To be continued…

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado! 

Goku todo un pervertido por dentro, pero... ¿Por qué?

 

¿Quién es Daya? ¿Qué pasó con los Tsufurujins? ¿Qué pasó entre Goku y Vegeta?¿Alguna teoría?

¡¡Cuantas intrigas!!

No olviden de comentar que me animan mucho a seguir.

Nos seguimos leyendo en otros Fics!!

Bye bye!!


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