Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I Care About You (NamJin) (BTS - Yaoi) por ArShaBeuKPopLover

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sus labios tomaban a los míos contra los suyos posesivamente.


Sus manos sobre mi espalda bajo la tela de mi camisa se encargaban de estrecharme contra su cuerpo, solo para asegurarse de que yo no escaparía.


Namjoon parecía saber perfectamente que yo estaba totalmente a su merced.


¿Lo estaba? Quizás a conciencia talvez no lo estaba, pero mis labios devolviendo los besos que recibía de sus labios, y mis manos envolviendo su cuello sin ganas de separarse de él, solo me decían que la intención de dejarme a mí mismo a su merced estaba ahí. Aunque mi mente no era capaz de aceptarlo, mi cuerpo ya lo había aceptado desde el momento en que Namjoon decidió acercarse hasta mí para llegar a acariciarme y provocarme.


Pero, estábamos en la cocina, y mi mente era la única que sabía que era una mala idea estar ahí dejándome llevar por el placer en los brazos de Namjoon. Sin embargo, mi cuerpo no pensaba de igual forma, y derrotaba a mis pensamientos dejándose llevar solamente por las sensaciones que el hombre que enredaba su lengua con la mía provocaba en todo mi ser.


Mi mente sabía que era una muy mala idea, sobre todo cuando las manos de Namjoon comenzaron a descender sobre mi espalda, delineando de manera sugerente la hendidura en mi espalda baja hasta llegar al elástico de mi pantalón de pijama, donde sus dedos se adentraron lentamente en él como pidiéndome permiso para bajar sus manos completas y permitirle acariciar mi trasero en todo su esplendor.


Algo en mi conciencia me decía que debía preocuparme por ello, pero yo no era capaz de hacer ni de decir nada, ni mucho menos era capaz de demostrar preocupación ante semejante muestra de deseo.


A pesar de todo, sus manos se mantuvieron ahí. Comencé a jadear en medio de sus besos porque Namjoon había decidido acariciar con sus cortas uñas la parte superior de mis glúteos.


Iba a volverme completamente loco. Loco del placer y el deseo que Namjoon me hacía sentir con el hecho de estar deseándome, pero no permitirse hacer mucho para poseerme en ese mismo momento.


—Mghh— Gemí contra sus labios.


Y seguido a eso, Namjoon dejó mis labios para dirigirse en un camino de besos hacia mi cuello.


Demonios, pensaba. Tenía que morderme los labios para no dejar escapar ningún sonido que delatara lo que estábamos haciendo ahí en la cocina a escondidas.


Mis ojos se cerraron con fuerza, y mi labio inferior sufrió por culpa de mis dientes tras morderlo para acallar el gemido que estuve a punto de emitir cuando Namjoon mordió mi cuello sin lastimarme. Eso había sido totalmente excitante.


Me había perdido disfrutando de la sensación que me provocó esa mordida, que no me di cuenta que Namjoon había separado sus labios de mi cuello y se encontraba mirando y analizando fijamente mis expresiones con una sonrisa de satisfacción en sus labios hasta que me dispuse a abrir los ojos con mis manos sujetas fuertemente sobre sus hombros.


—Vamos a mi habitación— Espetó de repente.


Mi corazón comenzó a revolotear con esas palabras, sabiendo perfectamente lo que ellas significaban.


No sabía que decir. No tenía palabras para responderle. Solo sentía y miraba de reojo mi pecho subiendo y bajando a causa de mi respiración agitada producto de lo excitado que estaba.


Namjoon pudo comprender el estado en el que yo estaba, pero no dio indicios de retirar su oferta. Su sonrisa solo me hacía pensar que él sentía que estaba orgulloso de lo que había logrado en mí en los últimos cinco minutos de mi vida en ese momento.


—Seokjin…— Llamó esta vez, y separándose de mí con una expresión que no pude descifrar en su rostro, agregó:


—¿Vamos?


Inmediatamente después de decirlo extendió una de sus manos hacia mí, invitándome a tomarla para seguirle hasta su habitación.


De pronto le noté un poco nervioso, por lo que mordió su labio inferior en una clara muestra de ansiedad por saber mi respuesta.


Sabía que todo eso podría ser mala idea, sin embargo, segundos después de hacerle esperar mi respuesta, cuando sentí que se había dado por vencido y miré que estuvo a punto de bajar su mano, mi cuerpo se armó de valor y en un impulso una de mis manos atrapó la suya antes de que él la bajara.


Sus ojos se posaron fijamente sobre los míos mostrando lo sorprendido que estaba por mi respuesta.


Yo seguía sintiendo los movimientos de mi pecho a causa de mi excitación, y al parecer, eso fue lo único que Namjoon necesitó ver para no dejar perder más el tiempo.


Su mano se afianzó de la mía y entrelazando sus dedos con los míos Namjoon decidió guiarme atrás de él comenzando a recorrer el camino hacia su habitación.


No iba a negarlo, a esas alturas quería estar de nuevo entre los brazos de Namjoon sintiéndome maravilloso mientras él se encargaba de poseerme.


Lo deseaba tanto, y esa noche no iba a hacer nada para impedirme demostrárselo.


Caminamos hacia el pasillo de las habitaciones pasando detrás de todos los demás en la sala, sin importar que alguno de ellos decidiera voltear la mirada en ese momento para encontrarse con Namjoon y yo tomados de la mano caminando hacia su habitación. La suerte estuvo de nuestro lado en esa ocasión, o quizá fue el destino quien ya tenía predicho lo que Namjoon y yo estábamos a punto de hacer en ese momento.


Dentro de su habitación, Namjoon decidió poner el seguro cuando los dos estuvimos dentro. Más que por ser descubiertos sentí que lo estaba poniendo para asegurarse de que no tendríamos interrupciones.


Estampó sus labios contra los míos cuando se olvidó de la puerta.


Con nuestras bocas explorándose la una a la otra, Namjoon fue guiándome hasta su cama.


Se detuvo hasta toparse con el borde derecho de esta. Dejó de besarme por un momento y se sentó en la cama mientras tomaba con sus manos las mías indicándome que quería me sentara sobre él.


No le hice esperar demasiado, subí una pierna y después la otra a cada lado de las suyas quedando a horcajadas sobre sus piernas.


Inmediatamente buscó mi boca con la suya y se dedicó a besarme como nunca antes lo había hecho.


Sus besos eran lentos, pero la seguridad de lo que querían transmitirme en ellos podía notarla en el compás que había comenzado a realizar. Quería demostrarme con sus besos las palabras que me había dicho esa misma tarde antes de la cena. Podía sentirlo.


Yo había comprendido anteriormente que él no sabía lo que él sentía cada vez que me besaba, pero ahí estaba de nuevo, permitiéndose a él mismo disfrutar de lo que él mismo sentía mientras se empeñaba en degustarme la boca a besos. Y yo se lo estaba permitiendo.


Sus manos, por primera vez mientras me besaba, no estaban paseándose por todo mi cuerpo; solamente estaban ahí en mi espalda sosteniéndome para que no llegase a caerme, o…, a soltarme de él. Pero no iba hacerlo, llevaba años enamorado de él y estar ahí en esa situación había sido como un sueño inalcanzable cuando acepté que lo amaba. El simple hecho de estar ahí besándolo sentado sobre sus piernas solo me hacía disfrutarlo. Disfrutarlo y dedicarme a guardar cada cosa que Namjoon me hacía en lo más profundo de mi corazón.


Continuó con sus besos todo lo que quiso.


No había rastros de desesperación en ninguno de sus movimientos.


Algo en esa situación estaba siendo diferente.


Lo noté aún más cuando en medio de los besos que nos dábamos, me tomó de las caderas para poder levantarse de la cama, y cuando lo logró, me depositó en ella colocando con sumo cuidado mi cabeza sobre la almohada.


Antes de hacer cualquier otra cosa Namjoon decidió deshacerse de la camisa de su pijama, mientras miraba atentamente mis ojos puestos en los movimientos de sus manos al quitarse la camisa.


Sonrió dulcemente ante la expresión que vio en mi rostro justo antes de subirse a la cama encima mío a horcajadas sobre mi abdomen.


Demonios, pensé, este hombre va matarme un día de estos con esos hoyuelos que adornan su sonrisa.


Volvió sus labios a los míos mientras una de sus manos se dedicó a subir delicadamente sobre mi brazo, como si no quisiera lastimarme.


Y como si ese tacto de sus dedos sobre mi brazo era lo único que yo necesitaba para recordar cómo ardía mi piel mientras él me acariciaba durante nuestra primera vez, fue lo único que me hizo vibrar y sentir nuevamente el ardor que provocaban sus dedos al pasearse sobre mi cuerpo. Ese ardor que me excitaba y me volvía loco por sentirme suyo una vez más.


—Mghh— Jadeé en medio de uno de sus besos cuando metió sus dedos bajo la manga de mi camisa para dejar sus dedos sobre mi hombro.


La acción no había sido nada sexual, pero, la manera tan simple y delicada con la que lograba emitir sus movimientos sobre mi piel, me prendía de sobremanera, fuera en el lugar de mi cuerpo que fuera.


Y Namjoon lo notó.


Segundos después se separó un poco de mis labios y con sus ojos fijamente sobre los míos, dijo:


—Esta vez haré que sea mucho más especial para ti, Seokjin.


Sí, Namjoon estaba encargándose de que esa vez fuera completamente diferente. Y lo estaba logrando.


Después de decirlo, se deslizó un poco sobre mi cuerpo hasta tener acceso a mi cintura y al borde de la camisa de mi pijama que ahí descansaba.


Volvió a sonreírme mientras comenzaba a desplazar mi camisa hacia mis brazos para poder sacarla de mi cuerpo.


Cuando lo logró, dejó caer la prenda al lado de la cama donde había quedado la suya sobre la alfombra de la habitación, y después se dedicó a observar mi abdomen y mi pecho desnudo, mientras él mismo mordía sus labios.


Le encantaba la vista que tenía debajo suyo, más ese labio mordido también significaba para mí que estaba conteniéndose a tocarme.


Él quería que el momento fuera especial para mí, sin embargo, él no sabía que con el simple hecho de ser con él con quien yo estaba haciendo todo eso, no sólo era especial, sino que, era maravillosamente perfecto.


—Tócame Namjoon… También tiene que ser especial para ti— Dije.


La verdad es que no supe de donde había sacado esas palabras. Ahora parecía que hasta mi boca hablaba por sí sola.


Totalmente de acuerdo con mis palabras, Namjoon decidió deslizar sus manos sobre mi abdomen y comenzó a subir pasando por mi pecho y deteniéndolas en mis hombros.


Al sentir su tacto recorriendo nuevamente en mi piel, volví a retorcerme por las sensaciones que su piel me provocaba al entrar en contacto con la mía.


Había cerrado los ojos mientras soportaba esa exquisita sensación, pero los abrí inmediatamente cuando escuché la voz de Namjoon.


—Te gusta esto— Dijo, con una sonrisa de satisfacción en su rostro.


Y mi boca no quería ni podía quedarse callada.


—Como no tienes idea— Respondí, mirándole fijamente a los ojos y tratando de que con mis palabras se diera cuenta de todo lo que yo sentía por él.


Quizá y solo quizá Namjoon pudo comprenderlas, eso porque al escucharme decirlo su sonrisa se borró, dando paso a que sus dientes atraparan su labio inferior entre ellos, en una expresión que me decía que le sorprendió pero que también le gustó lo que escuchó como respuesta.


Después de eso regresó sus labios a los míos y sus besos comenzaron una nueva ronda de labios devorándose los unos con los otros que solamente nos permitieron disfrutar de las sensaciones que éstos nos provocaban.


Estaba mucho más que claro que ambos nos deseábamos y disfrutábamos de las sensaciones que nuestros cuerpos sentían al entrar en contacto el uno con el otro.


Sus manos se dirigieron a mis mejillas para poder guiar los besos a su gusto y antojo. Besos fuertes pero lentos, así era el compás que Namjoon había adoptado para devorarme.


Casi con timidez mis manos se aferraron a cada lado de su cintura en el borde elástico de su pantalón de pijama.


Namjoon gimió en mi boca cuando mis dedos comenzaron a adentrarse bajo su ropa interior y se quedaron ahí como instándola a quitársela.


Segundos después, con un sonoro beso se separó de mis labios para decirme:


—Estas desesperado, eh.


Y no, no había sido una pregunta, pero mis labios sintieron la necesidad de responderle mientras le miraba directamente a los ojos.


—Sí Namjoon. Estoy desesperado, esto es lo que tú provocas en mí.


Ante mis palabras sus ojos se agrandaron de sorpresa, pero, más que sorpresa era deseo lo que brillaba en ellos.


—Si sigues hablando así, te juro que no podré contenerme, Seokjin— Dijo, mordiéndose el labio inferior nuevamente, sus manos casi temblando sobre mis mejillas solo me decían el sobreesfuerzo que él estaba haciendo realmente por contenerse.


—No lo hagas Namjoon. No te contengas.


Las palabras que salieron de mi boca fueron lo único que bastaron para hacer que Namjoon se lanzara nuevamente a degustarme la boca a besos.


Sus besos seguían siendo los mismos, no había ni un rastro de desesperación en ellos, lo único que lograba transmitirme era seguridad con ese movimiento lento y fuerte con el que sus labios atrapaban a los míos.


Entre beso y beso su respiración también logró descontrolarse. Ambos sabíamos perfectamente al estado que estábamos llegando.


Mis manos se aferraron a la piel de su cintura cuando sentí su hombría creciendo contra mi abdomen.


Un gemido acalló en mis labios cuando por inercia levanté mis caderas haciendo que su creciente hombría se apretara contra mi cuerpo.


—¿Quieres encargarte del resto de mi ropa por favor?— Había sido una pregunta, pero a mis oídos había parecido una súplica.


Y mis manos no quisieron hacerlo esperar más.


Con una sonrisa ante sus palabras, comencé a deshacerme de su pantalón y de su bóxer admirando la vista que lo que iba descubriendo se estaba empeñando en regalarme y en esa posición.


A como pudo Namjoon logró moverse encima mío para permitirme quitarle lo que quedaba de su ropa por completo.


Tiré su ropa a un lado de la cama y en ese mismo instante noté sus dedos delineando mi abdomen bajando en dirección a mi vientre. Ansiaba quitarme lo que me quedaba de ropa también.


Volvió a acercar su rostro al mío, y sin despegar sus manos del elástico de mi pantalón de pijama se dedicó a besarme de nuevo.


Segundos más tarde, separó sus labios para preguntar:


—¿Puedo?


Asentí con un ligero movimiento de cabeza sin despegar mis ojos de los suyos, y eso fue lo único que le bastó a Namjoon para dignarse a quitar mi pantalón de pijama junto a mi ropa interior mientras una sonrisa asomaba en sus labios, sin despegar tampoco sus ojos de los míos.


Cuando quedé completamente desnudo Namjoon se permitió admirar la vista que tenía frente a él.


Devoró mi cuerpo con su mirada, de arriba hacia abajo y al final de nuevo hacia arriba, donde sin pensarlo dos veces, al ver mis labios sedientos de los suyos, volvió a acercarse hasta mí para besarme nuevamente mientras se acomodaba entre mis piernas.


Ambos sabíamos muy bien lo que queríamos en ese momento.


Nuestros gemidos acababan en la boca del otro perdiéndose entre nuestras lenguas cuando la fricción entre nuestros miembros completamente erectos en todo su esplendor nos hacía casi que gritar de placer al momento que movíamos nuestros cuerpos por inercia, tan solo para sentir a nuestras hombrías rozarse.


Pero sus labios no querían despegarse de los míos. Al menos el único momento en que lo hizo después de eso, fue cuando buscó en el primer cajón de la mesita de noche contraria al lado de donde nosotros estábamos, y de él sacó el mismo bote de lubricante que habíamos usado para hacerlo horas antes cuando hicimos el amor por primera vez.


Un ligero temblor recorrió mi espina dorsal tras el recuerdo de nuestra primera entrega de amor, había sido tan hermosa, y ahora que estaba a punto de suceder por segunda vez, sentía como si fuera la primera vez que nos íbamos a entregar a causa de todos los sentimientos explícitos que llevábamos demostrándonos en ella.


No sé cómo ni cuándo pasó, pero después solo sentí los labios de Namjoon volviendo a unirse a los míos cuando también sentí sus dedos dispuestos a prepararme comenzando a rozar mi entrada con algo húmedo en ellos.


—Mghhh— Gemí en su boca cuando logró meter el primer dígito en mí.


Namjoon sonrió en medio del beso, pude sentirlo en mis labios cuando emití otro gemido en su boca tratando de soportar lo que ese dedo estaba haciendo en mi interior.


Pero a él no le bastó.


Él quería más.


Él lo quería todo.


Ensartando otro dígito en mi ya húmeda y preparada entrada, logró sacarme otro gemido que acallé mordiéndole su labio inferior.


Él también gimió ante eso, pero no sé quejó, en cambio decidió insertar otro dedo en mi entrada y esta vez tuve que apretar fuertemente mis labios y echar la cabeza hacia atrás para tratar de soportar el mar de sensaciones que albergaba en mí.


En solo segundos Namjoon había logrado encontrar mi manojo de nervios.


Estaba aferrado a las sábanas de la cama, mordiendo mis labios para no gritar lo bien que se sentía todo lo que Namjoon me estaba haciendo con sus dedos.


Mientras mi cabello se alborotaba porque estaba revoloteando mi cabeza en la almohada, Namjoon se empeñaba en besarme el cuello y la clavícula como si quisiera dejarme marcas.


A esas alturas las marcas que de seguro Namjoon estaba dejando en mi piel ya no me importaban, solo quería dedicarme a él, entregarme y dejarme en sus manos para que él hiciera todo lo que quisiera conmigo.


Y sí que lo hizo.


Segundos después Namjoon estaba acomodándose entre mis piernas.


Con la vista nublada le miré untarse lubricante en todo su miembro, y sin hacerme esperar más, lo guío hacia mi entrada y lo fue metiendo suavemente hasta quedar por completo enterrado en mi interior.


Mi boca se abrió completamente sin llegar a emitir ningún sonido con cada centímetro del miembro de Namjoon que entraba en mí.


Un gemido ronco se escuchó de su parte cuando estuvo dentro mío por completo e inmediatamente después se dejó caer sobre mi cuerpo para buscar mis labios y besarlos antes de hacer cualquier otro movimiento.


—Y-Yo…— Comenzó a decir con su voz cansada jadeando sobre mis labios, aún estático dentro de mí.


—S-Simplemente no me cansaré de esto Jin— Finalizó.


Y yo tampoco me cansaría de nada que viniera de él, quería decírselo, pero Namjoon decidió tomar ese momento para comenzar a reclamarme como suyo nuevamente.


Sus embestidas comenzaron en un lento pero fuerte vaivén.


Al parecer Namjoon había decidido usar solo esos dos adjetivos en cada una de las cosas que hacía conmigo.


Sus besos eran de esa manera, sus embestidas fueron de esa manera. Pero no me quejo, a mí me encantó. Aunque sentía que me iba a volver loco de tanto placer en cada momento que compartí con él durante la segunda entrega de nuestros cuerpos.


En todo ese tiempo que Namjoon estuvo poseyéndome, no dejó de besar mis labios y todo mi rostro gimiendo al ritmo de sus estocadas.


Yo no estuve diferente a él. Solo gemía y gemía en sus labios cada vez que él entraba y salía de mi cuerpo mientras mis manos y mis uñas se aferraron a su espalda.


En un par de minutos más y ambos habíamos llegado a nuestro clímax, primero yo por sus estocadas en mi punto dulce, y después él por la contracción de mis paredes internas cuando logré alcanzar mi orgasmo.


Sin duda alguna, Namjoon había logrado que esa vez fuera completamente diferente.


Ambos caímos en un estado de agotamiento profundo, pero eso no impidió que Namjoon dijera lo siguiente mientras se acostaba a mi lado y me acurrucaba en su pecho.


—Quédate conmigo. No te vayas esta vez Seokjin. No me abandones.


Mi corazón revoloteó con esas palabras.


Lo único que hice inmediatamente fue besarlo, entregando mi corazón en ese beso, y después, acurrucarme fuertemente contra su pecho.


—Créeme, no estaba pensando hacerlo Namjoon.

Notas finales:

Adelanto Capítulo 22...

Le miré un poco extrañado por sus palabras. Pero sabía que había llegado su momento de hablarme y decirme lo que él sentía. Y yo ansiaba también por saberlo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).