Sinopsis:
“Habían muchas cosas que Derek jamás habría esperado. Regresar a Beacon Hills fue una de ellas; y encontrar al dueño del nombre que tiene marcado en su antebrazo junto a una nueva manada fueron otras dos. Sin embargo, la muerte de Laura era por mucho la sorpresa más dolorosa e inimaginable que Derek tenía la desgracia de tener.
Ahora que su manada estaba fragmentada y en luto, Derek, como el nuevo alfa tendrá que tomar las riendas del camino más difícil que se presentaría en su vida.
Con la compañía de sus dos betas, Derek deberá enfrentarse a viejos enemigos y un duro momento de su pasado que jamás creyó superar.
Tan solo esperaba sobrevivir para poder tener esa ansiada cita con su compañero y poder traer paz a sus difuntos familiares.”
———
Primer vistazo:
El funeral que le dieron a Laura fue conmovedor.
Estaban tan sólo ellos tres mirando la pequeña sepultura que Derek había hecho para su hermana mayor. Fue algo predecible la voluntad de Derek al querer enterrar a su hermana junto a los restos de su familia; justo al lado de donde reposaba quien en su momento fue Talía Hale.
Había frío en ese momento, indicando que el otoño ya estaba cediendo su puesto al invierno; dándole a entender a Derek que el paso del tiempo no tenía piedad con nadie. Después de aquella pelea, se retiraron al loft a curarse sus heridas y poder consolarse mutuamente ante la pérdida de Laura y la traición de Peter.
Apenas fueron dos días lo que tomaron para acomodar correctamente el lugar en donde enterrarían a Laura, por lo que la ceremonia se dio con notable rapidez y mucha privacidad. La adornaron con flores de acónito para mantener su transformación a un lobo completo, con la finalidad de no levantar sospechas en la policía; y la dejaron con mucho respeto en la tierra.
Laura se reuniría con su familia después de tanto luchar.
Cuando se dio el momento de sepultura, Derek llevaba puesto aquella bufanda que Laura le había regalado en New York por su cumpleaños. Nunca había sentido tanto dolor en un gesto tan sencillo e inocente.
El silencio se mantuvo en el aire mientras se despedían de la chica y juraban darle justicia a su muerte. No fue incómodo, ni vacío ni tenso. Era un signo de respeto absoluto que todos rindieron a la mujer.
Estuvieron cerca de tres horas en los antiguos terrenos Hale, y ni Scott ni Stiles pudieron obviar la vista escalofriante que tenían de la mansión consumida en llamas.
Seis años pasaron desde que la enorme e imponente mansión fue tragada por el fuego de un enorme y trágico incendio. La estructura apenas y era un fantasma de lo que fue en un pasado, con todo resquebrajado y ceniciento, manteniéndose a duras penas de pie sobre la tierra; lo cual era una enorme alegoría a cómo se sintieron los sobrevivientes de la masacre, con la única diferencia de que ellos pudieron renovarse al pasar el tiempo...