Era extraño caminar sin ningún motivo más que el hablar cosas sin sentido. Derek tenía mucho tiempo sin caminar con más personas que solamente quisieran hablar de temas aleatorios; en especial cuando había algo verdaderamente importante que hacer.
Aunque de alguna forma se sentía bien compartir y escuchar ideas diferentes a la cacería de alfas; se sentía como que había algo más que los unía a parte de la necesidad de proteger y hacer justicia.
En medio de las charlas, los tres terminaron yendo al bowling del pueblo que estaba lleno por ser viernes en la noche. Derek no tenía mucha afinidad por los lugares públicos en ese momento de su vida, pero Stiles y Scott lo convencieron de entrar y divertirse un rato. Todos ellos parecían una bomba de estrés andante, por lo que la necesidad de despejar un poco la mente en algo era más que necesaria.
Tal vez no jugarían, pero al menos estarían rodeados de personas y de bastante ruido que desviaría las emociones principales.
— ¿También están aquí? Joder... —Scott habló apenas entró al lugar. Derek no sabía a que se refería su beta con aquel descontento— Creo que deberíamos de ir a otro lugar.
—Por Dios, amigo —suspiró Stiles—; este es un pueblo pequeño, por lo que sí o sí terminaremos topándonos con ellos de una u otra forma en algún momento.
— ¿De qué están hablando? —Derek caminó hacia unas mesas despejadas y se sentó mientras que los demás iban detrás de él.
—Que Scott está todavía molesto por lo que sucedió en los vestuarios del instituto y no puede ver a Jackson ni en pintura —y Stiles tampoco quería verlo, pero por lo menos él no estaba centrando toda su atención en eso—. Y pues, Jackson está aquí y ya le amargó la noche.
Scott gruñó tal como gruñiría Derek en cualquier momento del día y se sentó completamente molesto. Ahora la gran nube de incomodidad se cernía sobre ellos. Genial...
Pero la noche apenas empezaba. Y como no, las sorpresas pronto empezarían a llegar.
←•→
Al transcurrir la noche, la manada aflojó un poco su incomodidad y comenzaron a hablar tranquilamente de los planes que tenía en mente.
La música ayudaba a fluir las ideas —aún si parecía que en Derek no tenía efecto— y con ella, las bebidas también. Al ser el bowling un establecimiento para todo público, tenían prohibida la venta de bebidas alcohólicas, por lo que simplemente se conformaban con beber gaseosas; y Derek lo agradeció en cierta parte, puesto que no quería que alguien pasara por ahí y lo estuviera acusando de darle cervezas a dos menores de edad.
Entre los planes que discutían estaban el armamento, la rutina de entrenamiento a la que debían someterse ahora que estaban solos, a los reclutas posibles dentro de la manada y a las diversas estrategias que tenían que ejecutar para poder tener planes sólidos. Y para la segunda hora del debate, los tres estaban hartos.
Decidieron entonces cambiar el tema poco a poco.
—No recuerdo este lugar cuando vivía aquí —comentó Derek mientras observaba el sitio—. Aunque siendo sincero, recordar no es mi fuerte últimamente.
El sitio estaba abarrotado de adolescentes que iban en pareja o en grupos grandes. El ruido y la alegría que exhalaban le daba un aire de diversión a todo el lugar que comenzaba a llenarse de hormonas y sensaciones químicas típicas de dicho grupo en cuestión. Las risas que mayormente Derek podía escuchar era de chicas, y entendió que era por las tonterías que los chicos hacían para impresionarlas; tal como en un ritual de cortejo animal. Eso le sacó una sonrisa irónica al lobo mayor.
Él no se imaginaba así mismo haciendo chistes y ridiculeces de ese estilo para cortejar a Stiles.
...
Pero sí se imaginaba así mismo cortejando a Stiles.
—Es porque el sitio lo inauguraron hace poco —le respondió Stiles. El chico estaba observando el lugar, como si buscara a alguien en concreto—. Hace dos o tres años tal vez. Desde entonces es el sitio predilecto para todos los adolescentes "sanos" que aún gustan pasar tiempo de diversión en grupo sin necesidad de terminar después en la comisaría.
—Supongo entonces que ustedes dos no vienen muy seguido, ¿verdad? —Derek insinuó.
— ¿Es tan obvio? —Scott le respondió sin percatarse del tono sarcástico que había usado Derek—. Vine en pocas oportunidades. Todas con Ally. A ella si le gusta este tipo de lugares.
—Yo vine unas dos veces más o menos... arrastrado por este idiota para serle de la tercera rueda —Stiles miró a Scott con mala expresión para después mirar a Derek. No fue difícil imaginarse eso—. Al menos tuve el consuelo de que Scott me llevó al cine después de eso a ver...
— ¿Stiles? —alguien interrumpió a Stiles antes de que dijera orgullosamente que película había visto.
Alguien que Derek comenzaba a odiar.
— ¿Qué haces aquí, Parrish? —preguntó Stiles un poco grosero pero con las mejillas coloradas. Tal vez era por la vergüenza que sentía al verse envuelto en esa situación tan extraña, o por el recuerdo fugaz del mensaje que había recibido en el instituto en la tarde.
El hombre tenía la misma ropa que Derek le había visto en la tienda de la gasolinera, pero había algo en él que lo hacía verse totalmente distinto. Sin embargo, gracias a su coraje de lobo posesivo que escalaba con creces, no se dio cuenta que eso «distinto» era una sutiles marcas de besos que tenía en el cuello; junto al olor de perfume caro sobre él.
—Vengo en...
—Una cita —respondió rápidamente su acompañante, la cual dejó a los tres chicos totalmente sorprendido. Incluso a Derek, quien no tenía mucha noción de que estaba ocurriendo—. Conmigo.
¿Cómo era que Lydia Martin, la poderosísima Lydia Martin, conocía al agente Jordan Parrish y que encima estaba con él en una cita?
Stiles juraría que había preguntas más fáciles de responder, como por ejemplo el por qué Peter había traicionado a su familia, que la antes planteada.
Se hizo un silencio muy extraño cuando los cinco se miraron casi al mismo tiempo. Lydia observaba con un poco de confusión a Derek, puesto que su rostro no le sonaba de ningún lugar —y eso era muy extraño, tomando en cuenta de que Lydia conocía a todos en Beacon Hills— y quería saber quién era él. Scott se debatía entre mirar a Parrish y a Stiles con una mueca dubitativa, y Parrish tan solo observa a Stiles sin saber la raíz del silencio. Derek y Stiles, por otro lado, trataban de no mirar a nadie en concreto.
—Vale, entonces adiós. —Lydia cortó por lo sano y agarró la muñeca de Jordan para irse hasta otra mesa totalmente lejana a la que ocupaban aquellos tres. Stiles se percató rápidamente de lo cerca que ella había quedado de la mesa de Jackson y Danny.
— ¿Estamos de acuerdo en que esto fue incómodo? —preguntó Scott después de un rato.
Sin ningún misterio, ninguno de los dos respondió.
←•→
Derek no podía dejar de pensar en unas cuantas cosas. Y tristemente, ninguna de esas eran temas de los que él realmente quería pensar.
En otra ocasion, esos pensamientos se habrian enfocado en su difunta familia . Como si fuera una rutina de la cual era esclavo. Pero en esos momentos en donde estaba sumamente concentrado en el lanzamiento que definiria la victoria para su equipo, comenzaba a darse cuenta que el recuerdo recurrente de la desgracia Hale era mil veces mas llevable que los que estaban teniendo en ese momento.
«¿Por que ese maldito idiota no deja de ser tan molesto?»
— ¡Por amor a Dios, Derek! ¡Lanza de una vez! —La voz de Stiles le perforo los oidos, que ya de por si estaban muy sensibles. Derek solto un rugido y lanzo con una fuerza moderada para derribar los bolos—. ¡Jodeeer! ¡De eso hablaba!
La sonrinsa presumida y petulante de Derek se dibujo con un plumón semi permanente. Estaba más que feliz por haber derribado a todos los bolos, pero más que eso, estaba muy eufórico por percibir la esencia irritada de Parrish. Había empatado finalmente, dejando atrás a los otros tres equipos que estaban concursando para la ronda de bebidas gratis.
Y no es como si Derek no pudiera pagar una ronda de refrescos aquella noche. Joder, tenía suficiente dinero como para pagarle todas las rondas que quisiera a su manada, e incluso a los mismos trabajadores del lugar. Pero había algo en juego que nadie habia dicho, pero quedaba tácito.
Y era elegir al mejor de la noche en el pueblo.
En especifico, al mejor entre Derek y Parrish.
Algo así como si fuera un concurso de talentos para egos frágiles. Y aunque eso no ayudara a ganar puntos, Derek queria ganar a como diera lugar. Despues de todo, el era el alfa.
— Esa fue una actuación reñida —Stiles hizo acotación mientras tomaba un exagerado trago de su refresco. Aparentar ser un humano promedio no era algo que se le diera mal, y Derek lo agradeció mucho en ese momento, porque era altamente sospechoso que tres tipos raros (o un tipo raro y dos adolescentes raritos de por sí) hubieran hecho anotaciones increíble sin sentir ni un ápice de fatiga en su cuerpo—. No esperaba que Parrish tuviera ese talento oculto. Policía, militar, jugador de bolos... Dios santo, ¿hay algo que ese hombre no haga?
Y bueno... eso fue lo que Derek definiría como su derrota en el concurso de talentos para egos frágiles. ¿De qué le servía ganar el dichoso momento de los bolos si Stiles reconocía el talento del enemigo?
Teóricamente hablando, claro. Porque Parrish no era un enemigo.
O por lo menos, no uno declarado abiertamente.
— ¿Y solamente Parrish es el que tiene talentos ocultos? Bro, Derek prácticamente lo barrió contra la pista como si fuera un vulgar trapo —Scott refutó totalmente eufórico ante la idea de ganar por fin uno de los concursos del bowling—. ¿Y viste la cara de Lydia? ¿Por qué ella no quiso jugar?
— No tengo ni la menor idea —respondió Stiles un poco enrojecido. Derek percibió la vergüenza provenir de él—. Pero si estaba molesta.
Y Derek podía percibir el por qué.
No era muy difícil indagarlo tampoco. Ellos habían llegado juntos, en una cita —y expresado de manera explícita por la mismísima adolescente pelirroja—; y lo próximo que había hecho el muy cretino —que es lo que Derek pensaba que era Parrish, sólo por si le preguntaban— fue abandonarla para irse a la mesa en donde estaba la manada pasando el rato para invitarlos a jugar una ronda de bolos.
Era tan, pero tan irrespestuoso que Derek se sentía mal por la chica.
— Ahora vale, ya tuvieron mucho por hoy —Derek dio por terminada la noche. Los adolescentes se miraron entre ellos un poco confundidos—. Ya es algo tarde, y no quiero tener que hablar con sus padres porque sus retoños estuvieron fuera de casa por mucho tiempo. Recojan todo. Andando.
Y con sendos reclamos, Derek salió rápidamente del bowling sin ofrecerle mayor mirada a nada.
Eso hizo que se perdiera la expresión absolutamente irritada de Jackson al ni siquiera haber clasificado en las semifinales del concurso de bowling, seguido de las esencias mezcladas de disgusto de Lydia Martin y Parrish; pero por supuesto, hizo que se perdiera de las rondas gratis de refrescos para el resto de la noche.
Una pérdida total.
←•→
Como habían estado caminando durante todo el trayecto hasta el bowling, retomaron el camino para llegar a las casas de los adolescentes.
Según lo que había dicho Scott, su casa estaba más cerca del bowling que la casa de Stiles, por lo que ellos caminaron primeramente hacia aquel destino.
— ¿Crees que si regresamos el viernes que viene, la promoción de las rondas gratis siga vigente para nosotros? —Scott preguntó genuinamente decaído. Más que las ansias por los refrescos, quería retomar el momento de felicidad con su manada. No era algo que haya dicho, pero si reconoció que la burbuja se rompió cuando comenzó la competencia—. No reclamamos el premio, pero sigue siendo nuestro, ¿verdad?
— Supéralo, Scott. —gruñó Derek. Ya por algún motivo que el conocía (pero que no quería asimilar) quería evitar el bowling.
— ¿Por qué estás molesto, Derek? —interrogó Stiles—. Nosotros ganamos. No hay motivos para estar enfurruñados como niños pequeños.
Derek colocó los ojos en blanco.
— No estoy molesto —expresó—. Y esta conversación no continuara si queremos mantener la diplomacia, ¿entendido?
— ¡Pero que carácter tienes, Derek! Entendido...
Y con ello, Stiles se molestó también, dejando al pobre Scott perdido en medio de la disputa de pareja.
Que momento tan incómodo.
Scott supuso que así de incómodo se debió de haber sentido Stiles cuando quedaba como la tercera rueda en esas ocasiones donde peleaba con Allison. Era un poco gracioso saber que ahora a él le tocaba tomar el papel de su mejor amigo sin siquiera haberse dado cuenta en un principio.
O lo hubiese sido sin el enorme vacío que sintió al recordar a Allison.
Eso lo hizo sentirse terriblemente solo.
A partir de ahí la manada continuó su camino en un silencio denso e incómodo, con cada miembro hundido en sus propios pensamientos.
Sin embargo, la incomodidad no duró mucho. Llegaron misteriosamente rápido hasta la casa de Scott y el chico rápidamente entró, despidiéndose del alfa y su hermano del alma mientras escuchaba los pasos de Melissa resonar por las escaleras.
Eso dejó a Stiles y a Derek solos de camino hacia la casa del chico más joven.
Porque sí, Derek aún mantendría el trato de pasar las noches restantes en la casa Stilinski hasta que tuviera la suficiente fortaleza como para poder ir él solo al loft sin sentir el inmenso dolor de la ausencia de su hermana.
— En serio, Derek —habló Stiles después de un rato de caminar en silencio—. ¿Cuál es tu problema? Estábamos muy bien en el bowling pasando la noche y de repente te pusiste todo... ¡tú! —en otro contexto hubiera sido muy gracioso ver como Stiles se trababa con las palabras mientras trataba de explicar algo totalmente molesto. Pero Derek no estaba de humor como para apreciar ese tipo de cosas.
— No tengo ni la menor idea de lo que estás hablando —mintió con soltura. Tristemente Stiles también era un lobo, por lo que descubrió la mentira de Derek rápidamente—. Y generalmente soy "todo yo" la gran mayoría del tiempo.
— ¿En serio eso es todo lo que tienes que decirme? —Stiles espetó molesto. Al estar juntos, tal vez no se habían percatado, pero las siluetas de las letras de sus nombres comenzaron a quemar lentamente—. No sé si lo sabes, pero la comunicación es la base de todo; en especial para una relac...
Y con las mejillas calentándose rápidamente, Stiles silenció su diatriba enojada. Derek, por otro lado, sintió un salto enorme en su corazón al saber que tipo de palabras estaba a punto de mencionar Stiles.
Eso sirvió para aplacar su temperamento totalmente enfurecido.
Un poco nada más.
— Puedo sentir tu inquietud y tu molestia como mía —Stiles retomó unas cuadras más abajo. Derek estaba reacio a seguir hablando del tema, pero realmente eso último había llamado su atención—. Derek, sé que me estás escuchando. Y precisamente porque me estás escuchando es que quiero que me digas qué jodidos sucede. Aún no me gradúo como adivino, así que no puedo saber que es lo que está sucediendo aquí adentro. —Stiles rozó la sien de Derek con sus dedos. El toque simple y etéreo hizo que cada terminación nerviosa de Derek saltara.
— Si te digo que nada sucede, entonces es porque realmente nada está sucediendo —murmuró de vuelta, totalmente consternado. Estaba en esas ocasiones en donde realmente no sabía como expresarse; puesto que, por un lado realmente quería sincerarse con Stiles y contarle todo lo que estaba pasando por su mente, pero por otro lado, no encontraba las palabras correctas para hacerlo y eso le llevaba a sentirse totalmente frustrado. Así que era mucho más fácil cortar todo tipo de apertura emocional—. Fin del asunto.
— ¡¿Fin del asunto?! ¡Tienes que estar bromeando! —Stiles gruñó totalmente molesto ahora. Sus iris parpadearon rápidamente alternándose entre el whisky natural de su mirada y el dorado sobrenatural de su lobo. Derek tomó la amenaza rápidamente, cambiando los suyos del verde prado hacia ell rojo caarmín—. No tengo ni la menor idea de como resolvias tus antiguos problemas con otras personas, pero yo no soy de esos que deja pasar las cosas. Así que si tienes un problema, dímelo.
— ¡Estoy molesto por culpa de ese idiota! ¡¿Comprendes ahora?! —rugió, realmente enojado— ¡No soporto la idea de seguir escuchando como hablas de él bajo cualquier aspecto! Ni tampoco soporto el pensar que podrías tener algo que ver con él.
Stiles se quedó congelado.
Por decirlo de cierta manera.
Era tan extraño encontrar momentos como eses.
No exactamente por el hecho de escuchar a Derek tener repentinas explosiones de sinceridad, sino por el hecho de reafirmar que no estaba viviendo en una alucinación inducida en donde estaba en un mundo en el que Derek, el hermano mayor de su difunta amiga Cora, resultó ser su alma gemela, y que dicho sea de paso, está ahí para corresponderle.
Sus mejillas, casi por inercia, se colorearon en un rosa brillante.
Estaba feliz.
Feliz por ser considerado por Derek. Feliz por saber que importaba más allá del aspecto de ser un beta en la manada. Feliz porque su alma gemela realmente lo quería.
— Oh, Derek —respondió Stiles. Se veía realmente curioso ante los ojos del alfa molesto. El chico no hizo mucho excepto acercarse a él con una tonta sonrisa en su cara. Derek pensó que algo pasaría—. Si tenías esos pensamientos, debiste compartirlos conmigo. Por más que estemos aprendiendo a vibrar en la misma sintonía, no puedo leer tus pensamientos al pie de la letra.
Stiles entrelazó su mano con la de Derek.
Un repentino corrientazo los recorrió desde la yema de los dedos de sus manos unidas hasta terminar en la punta de las hebras de sus cabellos. Fue intenso a pesar de haber sido un toque suave e inocente. Sus nombres entraron el mismo bucle de vibración y cosquilleo, dejando una sensación extraña de satisfacción y calma que los embargó desde lo más profundo.
De esa forma, con sus manos entrelazadas, caminaron de vuelta hasta la casa Stilinski, en donde esperaban que los problemas venideros se aguantaran un poco en la línea de salida hasta que Derek y Stiles pudieran tener una calmada noche juntos como compañeros.
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