Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Huellas||Sterek|| por Dark_Ness

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

    Hey :D, hola a todos ♥

   Los días pasaron desde que Derek junto a Laura habían conseguido regresar a su antiguo hogar.

    El sitio en donde estaban durmiendo era acogedor; aunque vacío y carente de esa calidez que extrañaban. Peter hacía todo lo posible para obviar algunas cosas; no mencionaba nombres, ni sucesos, ni mucho menos hacia ademanes de revivir los recuerdos; en cambio, miraba hacia el futuro, aspirando el orden de los nuevos chicos en la manada. Porque eso es lo que eran, o al menos aspiraban ser; una nueva manada.

    Ninguno de ellos sabía quien había mordido a los chicos. Buscaban día y noche por el bosque; en busca de algunas pistas que seguir o indicios que descubrir. Derek seguía las órdenes de Laura inconsciente; ella podía pedirle que saltara, y él preguntaba qué tan alto. Y estaba bien. Después de tanto tiempo estaba satisfecho con algo.

    Y como Laura era el alfa de la manada Hale, estaba cada día más convencida de que debía buscar su propio hogar —o casa, en su defecto—, en donde vivir con Derek. No es que estuviera rechazando la amabilidad de Peter, pero eran instintos a los cuales no podía huirle.

    Peter entendió, y de buena manera ayudó a sus sobrinos a buscar su propio sitio. Derek esta vez estaba buscando por su lado; y encontró un loft que se adaptaba a todas las necesidades que podían desarrollar en el futuro. Era espacioso, con unas cuantas habitaciones, y sobre todo, estaba aislado de los vecinos estratégicamente.

    Podría pasar las noches de luna llena sin problema entre esas paredes. Entonces, cuando estuvieron todos de acuerdo; Peter ayudó a sus sobrinos con la movilización de su bienes heredados de la antigua matriarca Hale, los que le tocaba con herencia. Probablemente esa fue la única vez en esos días en donde Peter habló en voz alta de su hermana.

    Debajo de toda esa ironía, aún guardaba sus recuerdos sobre Talía. Aún la recordaba con cariño.

    Luego, después de unos cuantos papeleos y burocracia aparentemente interminable; los hermanos Hale tenían acceso a los bienes antiguos de la manada. Con ello pudieron comprar el loft casi inmediatamente; por ende, la mudanza fue más rápida.

    Ahora, después de todo el ajetreo, Laura miraba a Derek fijamente. Éste estaba leyendo una novela que le había recomendado Stiles, la cual lo tenía cautivado desde hacía días; de repente, sintió la picosa mirada de su hermana mayor sobre él. Con un suspiro interrumpió su lectura para encararla. Algo se traía la chica entre manos, aunque no sabía si era un plan del cual quisiera enterarse.

— ¿Necesitas algo? —Laura siguió observándolo; parecía buscar un detalle extraño en Derek, como si algo estuviera faltando o al contrario, como si hubiera algo nuevo— No volveré a explorar el bosque a las tres de la mañana; la policía empieza a sospechar de mí y Stiles no puede cubrirme por siempre.

    Laura sonrió enigmática. Pareció encontrar aquello que buscaba.

—Así que Stiles es tu socio de travesuras —el tono jocoso de Laura le hizo colocar los ojos en blanco a Derek. Ahí iba otra vez su "sabia" alfa— ¿Cuando lo invitarás al loft para entrenar correctamente? La estación abandona del subterráneo no es un lugar adecuado para llevar a tus visitas; mucho menos para entrenar a un cachorro inquieto.

    Era cierto.

—Y la razón para tener el loft es para entrenar —Derek asintió. Eso era cierto también. Pero no quería darle la razón a Laura; soportar esa mirada de superioridad le daba migraña; y tener migraña siendo un hombre lobo era algo de lo cual debía preocuparse, aunque sea un poco.

—Ellos no son parte oficialmente de la manada, y sabes que traerlos hasta aquí puede aumentar tu autoridad —Derek respondió después de un rato. No había mentiras en su afirmación; pero tampoco era totalmente cierta. Y de paso, Derek sentía que estaba traicionando a Stiles al no considerarlo parte de la manada— No es bueno provocarlos, ni a ti.

    Laura lo pensó cuidadosamente antes de hablar.

—Ellos no son omegas, Der... Tienes que traerlos aquí al loft; así los incluiré "oficialmente" —Laura remarcó la última palabra con burla, a lo que Derek le gruñó un poco fastidiado— en la manada. Y quién sabe, puedes descubrir algo interesante con respecto a eso —Laura le dio una palmada suave a Derek en el antebrazo, justo en donde estaba ese extraño nombre y le sonrió— Ahora mueve el culo, tenemos que comprar comida.

    Derek asintió y se quedó pensativo durante un rato con las palabras de hermana. Una de las grandes razones por las cuales Derek se rehusaba a llevar a Stiles y su despistado amigo Scott —alias el lobo inestable—, era por la cercanía que eso implicaba.

    Era muy distinto salir a caminar y entrenar por los rincones de Beacon Hills junto a ese par de idiotas, a llevarlos directamente a su casa. En un pasado confió ciegamente en una persona equivocada; y las consecuencias fueron mortales.

    Sin embargo, Stiles no era un mal tipo. Era extraño, hablaba como si fuera su talento predilecto y le enseñaba el entorno sin que Derek se lo pidiera; le ayudó a buscar un lugar fuera del alcance de los ojos curiosos de los policías, y aprendía rápido cualquier cosa que le enseñara Derek.

    Stiles era un buen aprendiz.

    Las últimas semanas se desviaron un poco de las enseñanzas habituales de la manada. Y Derek se permitió un pequeño sentimiento cálido en su pecho con ese pensamiento.

    Al parecer, Stiles era un chico muy curioso; demasiado en la opinión de Derek; así que no debió sorprenderse cuando le preguntó acerca de los nombres.

—Derek, ¿por qué siempre andas tocándote el brazo? —ese día estaban entrenando entre los vagones abandonados del subterráneo; Stiles logró esquivar una potente zarpada que le lanzó Derek mientras le devolvía el golpe. Derek agarró la pierna de Stiles en el aire y lo arrojó al suelo, causando un rebote duro— ¡Bien, bien! Tiempo —Derek detuvo el ataque y ayudó a Stiles a levantarse. El chico castaño jadeaba cansado, y movió su brazo en círculo mientras liberaba la tensión— Tienes la mano un poco pesada.

—No debes apresurarte a los movimientos del enemigo —Derek le aconsejó mientras caminaba hasta un asiento mohoso; tenía una botella con agua que empezaba calentarse. Le pasó un poco a Stiles— En el mundo real nadie se detendrá a darte tiempo cuando caigas.

—En el mundo real no todos son hombres lobos que pareces una montaña; y tampoco quieren matarme... Pero no me respondiste, ¿tienes algo malo en el brazo? ¿Es algo de hombres lobos?

    Esa vez, Derek se llevó la mano al nombre inconsciente. El relieve de las letras le dejaba una sensación tranquilizante en el cuerpo. Una manía que no sabía que había desarrollado hace tiempo.

—No es algo que te incumba.

    Y con eso, se acabó la conversación. Aunque el pensamiento quedó arraigado.

—Vamos Derek; la comida no se compra sola —Laura encabezó la aventura mientras que Derek salía de sus ensoñaciones— Y esta tarde los traes a los dos al loft. Fin.

    Derek colocó los ojos en blanco. Era un dolor en el culo.

←•→

—A veces me pregunto si esto no es más que un sueño que se esfumará en un abrir y cerrar de ojos —Derek levantó la vista de los productos lácteos y observó a Laura; ella tenía entre las manos una caja de cereales, de esos que los tres acostumbraban a comer en los desayunos. Derek sintió un latigazo en todo el cuerpo cuando los recuerdos le bailaron en la mente. Cora era la que más disfrutaba de las mañanas de cereales. Laura y Derek preferían las tortitas de Talía con café— Creo que puedo escuchar la risa de Cora cada vez que veo estas cosas —Laura sonrió con ese deje de nostalgia, y la garganta de Derek se hizo pequeña— A ver, ¿qué tienes ahí?

    La mirada de Laura era mayormente indescifrable; siempre tenía esos ojos puestos en las extensiones del pasado y parte del futuro; como si evaluara la rueda de los acontecimientos. Ella siempre estuvo bajo la tutela de Talía, recibiendo el adiestramiento riguroso para llevar las riendas de la familia; y ahora que su madre no estaba, era turno de demostrar que el legado familiar de los Hale no estaba extinto. Pero era difícil tomar las riendas en lo que respectaba a los negocios; y eso eran cosas que habían hablado anteriormente con Peter; él estaba un poco tenso mientras se tocaba ese tema, y no pudieron sacarle nada al respecto sobre los negocios de Talía, lo que les daba a entender que algo malo había pasado.

    Ese momento, cuando Derek entendió que la mente de Laura era más profunda de lo que parecía ser, comprendió que durante todo este tiempo estuvo en un bucle infinito de pensamientos destructivos. ¿Acaso Laura lloraba todas las noches como Derek, por la pérdida de su familia? ¿Ella extrañaba su vida tal como lo hacía él? ¿Cuánto dolor tuvo que tragarse sin que Derek se diera cuenta?

    Derek pareció regresar a la realidad y dejó que Laura le quitara el frasco de mermelada que cargaba en la mano.

— ¿Sigues teniendo debilidad por las cosas dulces? —Laura soltó una risita— Le diré a Peter que te prepare un pastel de moras con mucho glaseado. Serás el primer lobo con diabetes.

— ¿Peter haciendo pasteles? Yo quiero ver eso —de repente, una voz jodidamente conocida interrumpió el momento; venía desde el pasillo junto al sonido escandaloso de pasos chocando contra el suelo. Derek colocó los ojos en blanco cuando el brazo de Stiles se instaló en sus hombros— Le he dicho que debería abrir una pastelería en vez de vivir de su vida de mafioso. ¿Y crees que el muy ingrato me ha hecho caso? —la voz ofendida de Stiles hizo reír a Laura. Derek la miró estupefacto— ¡Pues no! Y eh, no da risa señorita. Peter podría hacer millones si hiciera alo útil por su vida.

— ¿Útil? ¿Cómo sepultarte bajo cinco kilómetros de tierra? —Derek gruñó a Stiles; y éste retiró su brazo como si la piel de Derek le quemara. La sensación fantasma del peso del brazo de Stiles en los hombros de Derek le acompañó durante un rato. Fue curioso— ¿Estás siguiéndonos?

—Para tu información, lobito amargado; Beacon Hills no es lo suficientemente grande como para poder visitar muchos supermercados —Derek frunció el ceño ante ese estúpido apodo— Y dejé de seguirte hace dos semanas...

—Sigues siendo insufrible, Stiles —la risa cantarina de Laura repercutía en el pecho de Derek. Escuchar reír a su hermana aliviaba sus males— Eres igual que cuando eras un niño.

    ¿Niño? ¿Laura ya conocía a Stiles?

—Mi lema de vida es ser insufrible hasta la muerte —la risa de Laura hizo sonreír a Stiles. Pero las últimas palabras cayeron en la mente de Stiles, borrando así su sonrisa— ¿Desde niño? ¿Quieres decir qué...?

    Laura asintió, colocando en el carrito de las compras el frasco de mermelada que agarró Derek junto a la caja de cereales. Stiles se le acercó a la mujer un poco más, olvidándose que el amenazador lobito amargado estaba mirándolo atentamente.

— ¿Por qué no lo dijiste antes? Pensé que era mi imaginación —la voz de Stiles adquirió un tono que Derek no supo identificar— Eso quiere decir que entonces él...

—Oh no, eso no lo sé —Laura interrumpió a Stiles antes de que finalizara la oración. Pareció que un yunque de malas noticias cayó sobre los hombros de Stiles; la tensión regresó a su espalda y sus emociones tristes tiñeron su aroma— Te toca averiguarlo tú mismo. Ahora, tienes que venir y traer al inútil de Scott; supongo que su asma se le habrá curado con la mordida.

— ¿Qué estás haciendo? —Derk intervino antes de que Laura hiciera lo que él temía.

    Sin embargo, esa mirada que siempre significaban problemas se paseó por los ojos de su hermana. Derek comprendió que se había jodido.

—Derek cocinará en la noche, así que ustedes dos vendrán a cenar. Así que cancela tus planes para esta noche —Derek se palmeó la cara cuando Stiles no lo vio. Justo lo que no quería que pasara, pasó— Nos vemos a las siete en el loft.

    Stiles asintió. No es como si tuviera muchas opciones para pasar la noche; entre ver un maratón de Star Trek en la soledad de su habitación, o ser el recoge velas de Allyson y Scott, prefería mil veces cenar con los Hale. Aunque eso significara que tenía que hacer que su estúpidamente enamorado amigo cancelara una cena con su chica.

—Bien. ¿Necesito llevar algo para la cena? —Stiles estaba haciendo una lista mental de su presupuesto y de todas las tiendas de comida congelada que había en Beacon Hills. Pero Laura lo interrumpió a mitad de sus cálculos.

—No te preocupes, Derek se encargará de complacerte en todo —Laura esta vez miró a Derek directamente a los ojos; parecía que ella sabía algo que él no, y estaba causándole un enorme agujero en su cordura. Derek quería estrangularla, por primera vez en la vida— Pero pídele a Scott que actúe como una persona normal.

—Eso es difícil —comentó Stiles, y por primera vez en lo que iba de hora, Derek le dio la razón— pero puedo hacer milagros. Ahora tengo que irme; hay un asunto en la comisaría que me espera.

— ¿Te refieres al ayudante del sheriff? —la voz burlona de Derek petrificó a Stiles. Entre todas las personas que podían meterse con Stiles por su "enamoramiento" con el agente Parrish; le sorprendía bastante que Derek se uniera al club— Porque se ve que es un asunto muy importante —Derek remarcó el muy mientras que su sonrisa se ensanchaba.

    Meterse con Stiles era un pasatiempo entretenido para Derek; mucho más cuando hacía enrojecer de vergüenza al chico castaño, y lo dejaba tartamudeando en busca de una defensa. Lo que le gustaba de hacerlo enfadar, era el cosquilleo suave que le recorría entre los bordes de la letra; lo cual no quería descifrar.

    Repentinamente, el dolor en el antebrazo se había calmado todos estos días; ya no tenía necesidad de colocarse hielo ni nada de las cosas raras que le daba Laura para aliviar la tensión de sus músculos en esa parte. Pero también experimentaba cosas rarísimas; ese sentimiento de soledad que tenía la mayor parte del tiempo de esfumaba en presencia de Stiles; como si fuera algún tipo de pieza que necesitaba para armar un gigantesco e intrincado rompezabezas; y ni siquiera hacían la gran cosa, no necesitaban hablar o mirarse, o estar del todo juntos. Sólo bastaba compartir una cercanía relativa con él, como estar en una misma habitación; y automáticamente se sentía más relajado.

    Como si hubiera nadado durante toda una vida, y en presencia de Stiles pudiera por fin llegar a la orilla y descansar.

    Pero también tenía sus contras. Como por ejemplo, esa ansiedad que experimentaba cuando pasaba tiempo sin verlo; casi podía catalogarlo como síndrome de abstinencia. Oh, genial, ¿qué tan mal estaba Derek como para poder compararse con un drogadicto?

    También había hechos inquietantes, como experimentar repentinas explosiones de ira cuando escuchaba ciertas cosas referentes a Stiles. De ello se dio cuenta hace días; cuando pasaba por el Beacon Hills High School y se encontró con Stiles y Scott saliendo de clases. Derek esa vez estaba en el Camaro negro que había usado Peter para buscarlos al aeropuerto; el cual era de Derek; y gracias a los buenos dotes sobrenaturales que vienen con la naturaleza de licántropo, escuchó todo el embrollo que se formó en el estacionamiento. Resulta ser, que el líder del equipo de lacrosse del instituto, le gustaba molestar a aquellos marginados que casualmente resultaban ser Scott y Stiles.

    Admiró el control que tenía Stiles sobre sí mismo al no transformarse cuando el rubio gigante le insultaba; pero se sorprendió al saber que sus manos se apretaron sobre el volante del auto hasta que sus nudillos se blanquearan. Eso, y el hecho de que estaba a menos de tres segundos de sacar sus garras y descuartizarle la garganta a aquél pretencioso idiota que los estaba humillando. Derek no aguantó más, y para no ceder a la tentación, arrancó el Camaro hasta dejar la secundaria muy atrás. Ese mismo día, una persona anónima se comunicó con el sheriff y le dejó una nota en donde decían que su hijo sufría de acoso por un idiota de la secundaria llamado Jackson. Al día siguiente, el ayudante del sheriff fue a poner orden, y Derek se sintió molesto por el hecho de que "el salvador" de Stiles —y Scott, Derek a veces olvidaba la existencia de Scott— fuera el agente Parrish y no el mismísimo sheriff.

    Pero entre tantas cosas, le molestaba de sobremanera esas pequeñas cosas; y por ello no averiguaba sobre ellas.

—Eso no es tu problema, Derek —la voz dura de Stiles sacó de sus ensoñaciones a Derek. Al parecer la había cagado con su comentario— Bueno, hasta entonces.

    Stiles salió molesto del supermercado y Laura suspiró. Derek de repente se sintió incómodo con todo lo que había pasado; y el silencio reinó durante el resto de la compra.

←•→  

 — ¡Stiles! ¡Hermano! ¡Stiles, necesito ayuda aquí! —la voz de Scott venía desde el baño, y parecía que le faltaban cinco segundos para sufrir un ataque al corazón— ¡Stiles!

    Stiles salió de la página de Wikipedia en donde tenía un artículo con el nombre de todos los dioses que salían en las sagas de Percy Jackson, y corrió al llamado de Scott. Se escuchaba bastante serio.

— ¿Qué es lo q... ¡Scott, súbete los pantalones! —Stiles se tapó la cara como si le hubiera caído ácido en los ojos y retrocedió; pero como seguía siendo un poco inexperto en sus habilidades, tropezó con sus pies y cayó de espaldas al suelo— ¡¿Qué hablamos sobre enseñarnos nuestras partes?!

— ¡Tengo algo ahí, mira Stiles, ayúdame! —el pánico en la voz de Scott era muy genuino, y sus palpitaciones eran erráticas; Stiles escuchaba el concierto que sacudía el pecho de su mejor amigo, y el miedo se le contagió. ¿Y si Scott realmente tenía algo ahí en su miembro?— ¡¿Y si después tengo que amputar..?!

    Stiles respiró lo más que pudo y se levantó del suelo. El dolor de espaldas se esfumó rápidamente y encaró a su amigo para ayudarle. Scott siempre había sido su mejor amigo desde que tenía memoria; y los momentos más felices e intrépidos los tenía con él; pero en ese momento, no quería hacerlas de doctor y examinarle... eso.

    Sin embargo, Scott estaba cerca de un ataque de pánico. Así que observó y... demonios; nunca se esperó eso

— ¿Esa es... una letra? —Stiles observó perplejo. Había una pequeña letra A escrita con trazo cursivo en la extensión de la piel que cubría el tallo del miembro de su amigo. Eso si que era un nombre curioso para tener un nombre destinado— ¡Amigo, tienes una letra en tu pene!

    Stiles comenzó a reírse por lo hilarante de la situación y Scott pasó del pánico a la curiosidad. 

— ¿Sabes lo que eso significa, Scotty?  —Stiles se limpió una pequeña lágrima que se escapó por la esquina de su ojo— Al fin dejarás de quejarte; encontraste a la persona que tanto buscabas.

    Scott se debatió entre las reacciones más probables. Pero sólo acertó a sonreír como un idiota y se miró su pene como si fuera el tesoro más bonito que hubiera descubierto en su vida.

—Si te vas a acariciar, prefiero no ver —Stiles se alejó un poco de Scott y se miró su propio antebrazo cubierto por la manga del suéter. Si las cosas salían bien, pronto sabría quien era el dueño de ese nombre (aunque ya tenía sus sospechas)— Pídele ayuda a Derek, puede que él te ayude. Ahora súbete los pantalones, hombre, no quiero seguir viendo tu pene.

    Scott reaccionó y se subió los pantalones torpemente. 

— ¿Hoy iremos al loft de Derek? Pensé que estabas bromeando —los chicos caminaron hasta la habitación de Stiles; la ropa estaba tirada por el suelo como si un huracán hubiera pasado por el clóset del adolescente; y habían envolturas de chucherías tiradas por doquier. El maratón de Star Trek fue provechoso— ¿Si sabes que es una cena y no una cita? No veo por qué tanto alardeo en que ponerte.

     Stiles se encogió de hombros y comenzó a juntar la ropa. A su padre no le haría gracia el desastre.

— ¿Crees que aún recuerde cuando íbamos a jugar con Cora en la mansión Hale? Dios, esa casa era gigante. Mansión era un nombre que le hacía justicia —Scott se sentó entre el reguero de sábanas de Stiles y miró como anochecía afuera, estaban llegando una hora tarde a la cena— Pensé que nos reconocería inmediatamente... Pero pasó de largo de nosotros. Hasta Peter, que es un imbécil presuntuoso nos reconoció.

    Stiles no quería tocar ese tema. 

—Aunque tal vez sabe quienes somos nosotros, y se hace el tipo duro y no nos reconoce —Stiles observaba el artículo de los dioses en Wikipedia y trataba de concentrarse en los nombres griegos; pero sus pensamientos hiperactivos se enfocaban en las risas de Derek cuando era un adolescente. Tal vez en ese entonces no era tan grande como para hablar directamente con él; pero conservaba las escenas de cuando Derek entraba en la habitación de Cora e interrumpía los desfiles de moda que Cora les obligaba a hacer a Stiles y a Scott— Amigo, ¿qué opinas de esto?

—Que deberías dejar de sobarte la entrepierna en mi presencia —Stiles rió mientras el ruido del roce entre la mano de Scott y el pantalón de Scott se detenía— Ahora tenemos que irnos; o Laura nos va a patear el culo hasta que su bota se fusione con una vértebra.

    Scott frunció el ceño y se levantó. Él sabía más que nadie lo mal que la pasó Stiles cuando ocurrió ese incendio en la mansión; y hablar de ello con él no era una buena idea. 

    Esa cena, sería probablemente muy incómoda.

    Cuando por fin llegaron a la entrada del loft, Stiles se quedó un momento observando su antebrazo. Las letras resaltaban a la vista, a pesar de no ser tan grandes —apenas y un par de centímetros—, y esperaba con ansias aquellas que faltaban para darle sentido al nombre. 

    Pero nada más con tener esa escrita en su piel, sabía —deseaba más bien— quien era el dueño.

    Sólo esperaba no equivocarse.

———

Notas finales:

JAJAJA, aquí está lo prometido Yosma; ya sabes quien tendrá el nombre en el pene 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).