Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El arte de ser todo y nada. por Madafakas

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Estoy mega feliz por la cabida que esta historia ha obtenido, los animo a seguir comentando.

¡Gracias por leer y un enorme beso!

—>><<—
CAPÍTULO 2

Un suculento olor a miel y crema perfumaba el aire en torno al callejón Diagon.

— ¡Calientes, tritones de jengibre calientes! ¡No todos podrán comerlos calientes dos veces! ¡Pruébelos señora, pruébelos!—Gritaba el vendedor de la panadería mágica, mientras trabajaba detrás del horno.

Todo lo hacía a la vez: Estiraba la masa, apartaba del fuego los tritones cocidos, devolvía el cambio a los compradores y vigilaba a los pillos para impedir sus raterías.

— ¡Tritones calientes!

Tan mecánica era su labor que no prestó mayor atención al cliente cuya mano fina depositó la debida cantidad de galeones en la mesilla, en pago de tres finos tritones de jengibre. Pero sí se fijó en cómo La misma mano dejaba caer el dulce con apenas la sombra de un mordisco.

— ¡Pero qué carácter!—Dijo mientras con la varita atizaba el fuego—Permítame ofrecerle otro.

Entonces se irguió y quedó boquiabierto con la palabra en la boca al ver que el cliente a su frente ya no estaba. El hombre que estaba frente a él, que era anterior en la fila estaba igualmente estupefacto, la duda había invadido su mente y Harry se sintió estremecer.

Levantó la cabeza del pensadero.

De un frasco toma otro y con cuidado inserta el recuerdo en la fuente, vuelve a hundir la cabeza.

Un niño pequeño, su nariz respingada y cubierta de pecas logra evocar a Ron por un segundo, pero se deshace del pensamiento fácilmente. Lleva una polera rayada y en ella se cubren salpicaduras de helado, su cabello cae sin cuidado sobre su rostro.

—Cariño, ya te lo dije, debes cuidar tu ropa al comer helado—Es la madre, con tono de reproche amable. Se ha inclinado para sacar su varita—Aquí, deja que te lance un hechizo de limpieza.

—No me gustan los hechizos de limpieza—Responde el niño—Me dejan sintiendo raro.

—Quizás no sería necesario lanzarte un hechizo de limpieza si no estuvieses ensuciándote todo el tiempo.

El tono es simpático y su hechizo logra que la camisa del niño regrese a su prolijidad prístina, sin embargo el rostro sigue estando embarrado de duce.

—Buscaré un pañuelo y quiero que te limpies—Asevera. Está concentrada en su bolso sin fondo y su mano se topa con un montón de objetos antes de dar con un pañuelo, para cuando se voltea el terror inunda su cuerpo.

Su hijo no se ve por ningún lado, ni sentado junto él, ni en el páramo que rodea al parque. Un nuevo sentimiento de pánico parece acentuarse en su mente y el recuerdo se llena de eso.

Harry vuelve a levantar la cabeza y coge un nuevo frasco, este parece un poco más brillante que los demás, es nuevo, pero lo ha visto en tres ocasiones desde que lo recibió esa mañana. Lo mueve entre sus dedos y medita, ¿En qué debería estarse fijando?, ¿Qué tienen en común todas estas desapariciones?, hay algo que se le está pasando a todos y no sabe qué es, realmente no tiene una mísera idea.

Con renovado recelo empapa su rostro y se sumerge en el recuerdo.

La brisa golpea su rostro y la sensación es ciertamente placentera, el volante en sus manos está acolchado y lo aprieta con fuerza. Está conduciendo un auto muggle a la manera muggle y sólo por ese hecho Harry puede decir que es un nacido de muggles.

Va a exceso de velocidad, no puede vitar notar, pero Harry no va a juzgar al conductor, la carretera está vacía y al fin y al cabo son magos. Se dirige a Crawley por el sur de Londres.

Allí lo nota, es diminuto a la lejanía, pero claro en cuanto se acerca. Por el costado de la carretera hay un auto detenido, no está orillado, está vacío y con el motor aun rugiendo, como si repentinamente el conductor hubiese saltado por la ventana con el auto andando y este sólo se hubiese detenido eventualmente.

 El hombre detiene también su auto y se acerca, por el rabillo del ojo ve al presunto conductor deslizarse a la espesura del bosque y desaparecer, piensa en esperar a que llegue el dueño, pero hay una sensación extraña en el ambiente, un frío palpable aún bajo el sol. Espera por treinta minutos y cuando parece ser demasiado, sube a su auto y se va, planea dar aviso a las autoridades de este hecho.

Es el último registro que se detiene del desaparecido más reciente. Ocurrió el día de ayer y les tomó una noche el conseguir el recuerdo.

Harry se levanta y sacude la cabeza en negación. Sigue sin encontrar nada en ninguno de ellos, no importa cuántas veces los vea, la gente sólo está desapareciendo frente a sus narices. Ya no hay sombras negras que caracterizaban a los mortífagos, ni siquiera hay algún haz de luz verde que dé cuenta de un Avada Kedavra, no sabe si eso es bueno o malo. Supone que peor aún, pues no tienen nada.

En sí mismo esto no debería ser extraño, son magos todos ellos, pueden desaparecer a voluntad y pueden transformarse en animales si así lo practican, el verdadero problema es la evidencia en estas teorías, no hay un ¡crack! Característico de la desaparición, tampoco hay un registro de nuevos animagos, incluso si todo el mundo es animago en secreto o si la gente ha desarrollado  un nuevo hechizo que te desaparece sin sonido, ¿Cómo es que un niño aprende todo eso? Es malditamente imposible y jodidamente frustrante.

Cuando tocan la puerta Harry se acomoda el cabello y dispone su salida, ha ocupado al menos dos turnos en la sala de los recuerdos y está sorprendido de o haber sido interrumpido antes.

 —Ya he terminado aquí—Anuncia.

Un mago entra a la instancia y Harry no lo reconoce, su barba es espesa y sus cejas, igual de espesas al parecer, se disparan con sorpresa.

— ¡Harry Potter por las barbas de Merlín!—Exclama con un acento estadounidense—Lo siento si he interrumpido, puedo volver más tarde—Se apresura a decir y Harry se siente repentinamente cansado, han pasado demasiados años desde la guerra y no le gusta el trato diferencial, está un poco harto de ser reconocido y el no reconocer a nadie, Hermione dice que es por ser cerrado con sus amistades, pero él cree que es más una cuestión de costumbre.

—No se preocupe, me estaba yendo.

Apresura su salida por la puerta y puede escuchar que es llamado de fondo, pero decide ignorar, no tiene tiempo para estar firmando autógrafos a magos mayores que él. Cuando le toman del brazo se detiene brusco, es Arthur Weasley y lo puede saber sin necesidad de mirarle, su agarre es cálido y confiado, como el de un padre a su hijo—Arthur, no te escuché.

El señor Weasley hace una mueca que se divide entre el disgusto y la diversión.

—Dudo que me no me hallas escuchado, pero podría comprender los oídos sordos si tuviese a Austin Scott pisándome los talones—Sonrió completamente, sus hombros se sacudieron.

Aun así se las arregló para componer una mirad severa y no pudo evitar recordar a McGonagall en sus días de escolar. La realidad le chocó un poco fuerte, Austin Scott es un representante activo de los estados unidos, se desempeñaba como el actual jefe del grupo MACUSA, Harry lo conocía vagamente de una u otra reunión pero no lo había reconocido justo ahora.

Si fuese un empleado común estaría bastante jodido, ignorando a un superior ya fuese directo o indirecto. Pero diablo si ser Harry Potter no tenía una ventaja u otra.

—Pero no es a reñir a lo que venía, Harry—continuó, haciéndole una seña para que le siguieran, sus zapatos resonaron en el pasillo—Shacklebolt está organizando una de las reuniones semanales y estás invitado. Ya estás atrasado al menos—miró su reloj—cinco minutos, más vale que te des prisa.

Con una última sonrisa se despidieron y Harry apretó el paso, deslizando sus hombros anchos por entre los demás oficiales. Claro está que ser citado a estas asambleas no era discutir, sino escuchar los avances investigativos de las demás áreas y aprobar en conjunto las nuevas medidas a tomar.

El sistema funcionaba a su manera, citaban a alguien al azar de cada departamento, con ello no sólo lograban obtener la visión del auror regular sobre la situación, sino también comprobar que todos en el caso estuviesen al tanto de los avances investigativos de los demás.

Para Harry resultaba algo idiota, aunque eso no evitó que se le revolviese un poco el estómago mientras caminaba a la oficina, no importaba qué edad tuviese, lo cierto es que nunca se dejaría de sentir como un niño siendo citado por su director. Intimidado, avergonzado y levemente neurasténico. Ser cogido por hacer algo malo y no saber cuál, de todas tus travesuras fue descubierta.

Así que también fue natural que cuando cruzase las grandes puertas que daban paso a la oficina, los colores se le fuesen de la cara. Pero también era un adulto, no un niño, y aquel era su jefe, no su director de colegio. Ya no estaba Dumbledore para sonreírle con paciencia ni consentir el despiste. Así que infló su pecho y atravesó las miradas de todos, se disculpó por la tardanza y se situó al lado de Gawain, que permanecía impasible.

Al otro lado de la mesa se encontraba Neville y Harry supuso que trabajaba en la investigación del área, él tenía esa predisposición a la naturaleza que no podía sino admirar, una paciencia por cosas que a él se le hacían aburridas. Quizás Ginny vio eso en él y se enamoró, de verdad que podía entender por qué querrían a alguien tan encantador como Neville.

Harry supuso que él nunca tendría tales encantos, la fuerza de la empuñadora de su varita ya no valía nada, tampoco el ímpetu con el que desarmaba a sus oponentes, ni siquiera sus hechizos sin varita más avanzados. Porque ya no eran tiempos de guerra y estas habilidades dejaban de ser apreciadas.

Aunque tampoco eran tiempos de paz exactamente.

—Como le decía, ministro, no podemos observar que se esté desarrollando ninguna anomalía biológica—Escuchó un sonido ronco, no sabía quién era pero llevaba el uniforme de sanador—Hemos utilizado la calidad de algunos inefables en la cámara de cerebros, planeamos explorar si existe alguna relación entre el estado de la magia y la conciencia, pero en definitiva no tenemos nada ni sugerente ni definitivo.

Se preguntó si esa idea había sido de Hermione.

—Harry, si fueses tan amable de relatarnos tu experiencia y logros—Lo tomó con la guardia baja que todos los ojos se posaran en él, a su lado Gawain se tensó y su mirada estricta le hizo saber que no estaba permitido cagarla frente a la directiva.

Se mentalizó para responder y se lamentó ligeramente por no pensar en algo que decir mientras se encontraba de camino. Aun así se las arregló para recordar.

—Como equipo hemos investigado y descartado de forma satisfactoria y plena a catorce sospechosos, mientras que a la vez, cuatro están siendo desestimados de forma no concluyente, pero que se visualiza como una confirmación a futuro, disminuyendo la cantidad de sospechosos a sesenta—La mirada de Gawain seguía sin dar signos de caer, por tanto, o ya había metido la pata, o debía aventurarse a continuar su misiva, optó por la última—De forma personal, he obtenido y analizado los recuerdos de tres personas esta tarde, tres desaparecidos de los últimos cinco días que se han sumado a la lista. Me resulta meritorio el señalar la dificultad para contactar a los familiares de las víctimas anteriores—Se aclaró la garganta y dejó en la mesa el pergamino que llevaba con anotaciones—anoche realicé el informe que corresponde a los recuerdos obtenidos.

Shacklebolt asintió con la cabeza, animándolo a continuar.

—Las versiones otorgadas por los testigos coinciden en la mayoría de los casos. Los magos están desapareciendo sin señales de algún hechizo. Lo cual propondría el descarte de un secuestro, si bien en ningún momento los testigos observan el momento propio de la desaparición de la víctima—Explicó— El último recuerdo que hemos obtenido es de ayer y el desaparecido no parece estar bajo los efectos de algún encanto. Fue visto por última vez por el hombre y planeo, con el consentimiento de mi jefe por supuesto, asistir con la brigada expedicionaria para analizar el terreno y confirmar si esta desaparición forma parte de nuestro marco original con respecto a la alteración mágica o si se trata de un caso fortuito.

A su lado, vio por el rabillo del ojo a Gawain mientras asentía y aligeraba la mirada. Inmediatamente luego de terminar se sintió más tranquilo, pero el nudo en su estómago no se deshizo, en la sala seguían observándolo.

—Gracias Harry—Shacklebolt le hace un gesto y luego redirige su mirada—Señor Longbottom, por favor.

—Por supuesto—Neville se puso de pie y explicó a todos que en la tierra se habían registrado diversas anomalías mágicas, pero que eran temporales. Nunca se había visto algo así antes. Además de esto se estaba reconociendo actividad mágica en diversas zonas que poca o nula cualidad mágica poseían antiguamente, lo que resultaba extraño.

A decir verdad, utilizó muchos tecnicismos que el propio Harry no entendía y no se molestó tampoco en entender, pues más tarde le consultaría a Ron sus descubrimientos, y el propio Ron, siendo amigo y compañero de holgazanerías de Harry, sabría explicarse sin caer en tanta palabrería. Snape, probablemente, estaría extremadamente disgustado.

Lo que no se le pasó fue su desplante a la hora de comunicar su teoría con respecto a estos hechos, estaba seguro de sí mismo y lograba transmitirlo al resto. Era un adulto por completo.

Para Harry nunca se dejaría de sentir como un pequeño jugando a ser grande.

—Han pasado cuatro semanas desde el incidente y tres semanas desde que se lograron organizar los departamentos—Shacklebolt recuperó la palabra—, puedo ver avances en dos áreas, lo que me hace plantearme que hemos dirigido este caso en la dirección correcta. No quiero que veamos la frustración del equipo médico como una derrota, sino como una nueva pista. De momento sólo estamos descartando posibilidades, pronto podremos entrar de lleno a suponer, pero no se desesperen. —Notó que no se refirió a ello como un fracaso en sí, que es lo que Hermione expresó en el desayuno—Ya están enterados de que se llegará a un punto en que todas las áreas trabajen en conjunto para solucionar este problema. Los aires en londinenses se están calmando luego de la euforia inicial que inspiró este operativo, esperemos que se mantenga así.

La reunión continuó, larga y detallada; luego de que los investigadores brindasen su declaración, fue el turno de los jefes departamentales y más tarde del propio Shacklebolt. Todos se retiraron solemnes.

Harry estaba volviendo a la oficina en ese mismo instante.

Cuando llegó, el lugar estaba vacío. El reloj dictaba que la hora de salida había sido hace una hora, pero eso no le impidió dirigirse a su mesa de trabajo.

La lista de desaparecidos parecía haber aumentado en grosor desde la última vez que la vio, y había sido sólo esa tarde, pero no se sorprendió, los desaparecidos se agregaban mágicamente al archivo.

En cuanto lo abrió, se sintió estremecer.

El primer archivo siempre le causaba problemas, luego de verlo era simplemente difícil ver los demás, hojeó un poco pero volvió a la primera foto, el hombre se dirigía a la cámara con una mueca de seriedad y luego volteaba, el ciclo se repetía una y otra vez, con su cabello moviéndose desde la cara hasta los hombros y su cuello, pálido y largo, doblándose.

Un momento en el que practicaba su mueca, la foto pareció quedarse atrapada en la mirada de Harry, sólo por un segundo. Y Harry vislumbró ojos grises, un gris suave y ameno, que le hizo pensar en el momento previo a la tormenta, cuando las nubes se contenían hasta el último minuto antes de estallar en un torrencial.

La imagen estaba detenida, mirándole fijamente, aunque quizás fue un efecto del cansancio, no lo supo. Cerró el archivo y lo tiró sobre la mesa, como si quemara, porque sintió que si lo miraba un segundo más, quedaría atrapado para siempre.

1

Pasaron dos días antes de que un equipo de exploración estuviese listo para ir a campo, se formó toda una estrategia para abarcar la mayor cantidad de terreno posible y a las diez de la mañana el grupo de aurores se encontraba bordeando la carretera. Harry reconoció el exacto árbol por el que el chico había desaparecido, pero apenas si podía vislumbrar la forma del cuerpo que este tenía, o siquiera el color de cabello.

Una vez más, era extraño, realmente extraño, pero iba olvidando los detalles si no veía el recuerdo en el pensadero, y supuso que si no lo hubiese visto todos los días al menos una vez, se hubiese olvidado por completo de que alguien había desaparecido por estos lares.

Le restó importancia, atribuyéndolo al estrés, cualquiera olvidaría cosas como estas si tuviesen a todo reino unido encima.

Todos estaban alineados a lo largo, a unos cinco metros de distancia unos con otros. Quienes iban a realizar la búsqueda de forma aérea se montaron en sus escobas y quienes lo harían a terreno, prepararon sus hechizos. Un pequeño grupo se mantuvo fuera, era el equipo de investigación del entorno. Ron y Harry se saludaron con la cabeza antes de que se diese la partida del rastreo.

Por el rabillo del ojo vio a muchos correr, él en cambio se lo tomó con calma. Como si fuera el chico, se aventuró lento al bosque, justo por ese pasadizo entre matorrales y árboles, intentando imaginar que no era él quién estaba allí, sino que lo estaban guiando. Los pasos fueron largos, pero también inseguros, llevaba las gafas tan limpias que podía vislumbrar las esporas de tierra que levantaba su andar y esperó que en verdad no se le ensuciasen.

Analizó todo el lugar con la mirada y volvía a hacerlo con cada paso. Al principio era claro, los árboles estaban separados unos con otros, pero mientras más se internaba, más frondoso se volvía el paisaje, hasta que llegado un momento el cielo parecía haberse oscurecido, lo cual no le hubiese extrañado dadas las condiciones climáticas propias del invierno, pero al alzar la vista cayó en cuenta de que eran las propias ramas y hojas de los árboles las que se cernían hasta taparlo de tal forma que sólo algunos rayos de sol lograban filtrarse.

Era bochornoso estar ahí dentro, la humedad del lugar empañaba sus gafas y hubo de lanzar un Impervius. Los árboles cada vez parecían más y más reacios a dejar entrar la luz del sol, como si estuviesen escondiendo un terrible secreto. Pero no encontró nada.

Se dijo a sí mismo que iban a encontrar algo, no podían no encontrar nada. Viendo las condiciones que el bosque ofrecía parecía imposible el sobrevivir de cuenta propia, una vez más se recordó que eran magos. Pero entonces se hubiese aparecido y lo hubiésemos encontrado, pensó, ¿Y si no era bueno con la aparición?, seguían existiendo otros hechizos, como un mago el vivir como ermitaño debería ser pan comido. Pero si entonces estaba allí, viviendo de cuenta propia en el bosque, lo que parecía totalmente improbable, lo encontrarían, incluso si estaba muerto, lo encontrarían. Es decir, incluso si hay fuerzas mayores interviniendo en el asunto de las desapariciones, no puedes simplemente esconder a cien magos a no ser que se les lance un Avada Kedavra y diablos, no deben pensar en esa maldición justo ahora.

Siguió andando por lo que parecieron horas, le sudaban las manos y dolían los pies, probablemente al finalizar tendría ampollas. A estas alturas no podía saber si la oscuridad era porque el sol finalmente se había puesto o por si realmente llegó un punto en el que los árboles se cerraban por completo, el hecho es que tuvo que lanzar un Lumos máxima y ni con ello lograba iluminar todo el lugar.

Se le ocurrió mirar el reloj, sólo habían pasado dos horas desde que había descendido al bosque y esperaba sinceramente no estar dando vueltas en círculos, había lanzado demasiados Diffindo para abrirse paso hasta allí y todo indicaba que el camino no mejoraba más adelante. El chico difícilmente llegó hasta esa zona. Se permitió llegar a un árbol y marcarle una X con la varita, estaba volviendo al campamento de investigación.

Sintió voces, como si le estuvieran gritando desde muy lejos un claro “¡Potter!”, volteó intentando identificar desde dónde venía el sonido y se encontró con la nada, agudizó el oído otra vez pero no logró percibir otro eco y decidió que la mente le estaba jugando una mala pasada.

La vuelta fue tan sinuosa como la ida, pero mucho más rápida. Se lanzó sobre sí mismo un encantamiento estimulante y pasados veinte minutos ya estaba de vuelta en la base.

Todos quienes habían partido en escoba ya estaban de vuelta, ninguno probó la suerte y todos argumentaban lo mismo: llegado un punto, los árboles no dejaban ver el contenido del bosque. Sus compañeros de búsqueda terrenal ya estaban casi todos de vuelta, faltaban tan sólo uno o dos y todos habían enviado el mensaje de que ya venían en camino.

El departamento de Ron no fue mucho mejor.

—Amigo, es realmente extraño, es como si le hubiesen chupado la magia a estas tierras—Dijo, y parecía algo exasperado a los ojos de Harry.

Chupado la magia, esos eran términos que Harry podía entender. Neville apareció por su espalda y ambos se estrecharon en un abrazo amistoso. “No es nuestro día al parecer” expresó con una sonrisa triste.

Nunca es nuestro día, pensó en respuesta Harry, pero no quería sonar tan deprimente—Seguiremos intentando—dijo en cambio, pareció complacer al resto de los aurores, pero no logró convencerse a sí mismo.

Seguía pensando en el “Potter” y sintió que ya lo había escuchado en alguna parte.

2

¿Habían sacado algo bueno de esa experiencia? Podría parecer que no, pero de hecho sí. Tal sucede que esto lograba sustentar la hipótesis de que están haciendo desaparecer a las personas, no simplemente secuestrándolas. Aunque eso desvió la investigación a muchas direcciones.

Para empezar, no se quería asumir lo peor. No se buscaba, bajo ningún precepto, arrogarse que estos magos estaban hechos cenizas en algún lugar del mar, sino que, literalmente, quizás lo habían hecho Desaparecer, no es como si fuese un hechizo tan complicado de lograr y dependiendo de tu experticia en el campo podías llegar bastante lejos. Por lo que se solicitó el apoyo internacional en esta búsqueda, cada ministerio de hechicería de cada país del mundo estaba revisando en sus archivos en caso de avistamientos de algunos de los magos señalados. Que por cierto, siempre eran magos, lo que logró desconcertar aún más a las masas. La teoría de la revancha de los mortífagos se había derogado por sí sola, se había estado invalidando en los primeros días, con toda la evidencia que se había reunido, pero ahora estaba oficialmente abolida.

Habían pasado tres semanas de aquel día, el invierno dio paso a la primavera y para el once Mayo la mediocridad de los hechos no hizo sino desalentar a todos los aurores y comenzar a descartar la marcha de que habían sido llevados a otros países. País por país, cada uno fue dando su veredicto final, afirmando que no había ni un mago del que no estuviesen enterados, o que habían hecho su mejor esfuerzo para identificar extranjeros ilegales pero sus resultados habían sido negativos.

Por otro lado, la lista de sospechosos no sólo se había visto reducida, sino finalmente agotada, y cuando se hubo terminado con ella se comenzó con otra, esta vez no sólo se estaban investigando personajes ya conocidos, sino gente potencialmente peligrosa, pero uno a uno fueron cayendo, como piezas de ajedrez que son derribadas en el juego, como las cartas de naipe que en algún momento son descartadas.

El equipo de área sin embargo, estaba teniendo muchísima diversión. Por lo que alcanzó a entender, el día de la búsqueda se habían tomado muchas pistas del terreno y lo que había dicho Ron ese día no estaba tan cerca del veredicto final.

La magia natural se había acabado en un radio de cuatrocientos metros, lo cual por sí mismo lograba ser un hecho natural, el desgaste mágico de un sitio en desuso es bastante común de hecho, pero ese precisamente era un espacio que había registrado un buen índice de magia activa, y ahora nada.

Nada, no podía esa ser una palabra buena, últimamente se estaban escuchando muchos nadas por todas partes. Nada en el departamento de biología, nada en el de criminalística y ahora un terreno lleno de nada en la división de área.

Por las tetas de Circe, están viviendo una vida de ensueños.

3

De haber buenas noticias, las hubo, la siguiente semana estuvo llena de ellas. El día lunes, que se suponía era el peor día de la semana por defecto, fue quizás uno de los mejores días para el ministerio.

Alguien tiró una idea al aire en la sala de criminología mientras preparaban teorías en el caso. Nadie sabe quién la señaló y parecía un poco tonto al principio, << ¿qué tal si marcamos en el mapa todos los lugares de las desapariciones en el mapa?>> Dijeron. E incluso dicho de nuevo suena banal porque ¿eso lo deberían haber hecho en un principio, no?

Entonces lo que obtienen pone al departamento de cabeza, parece una coincidencia al principio, luego es demasiado ridículo para ser cierto y para cuando han terminado de ponerlos a todos hay una gran cruz, de noreste a suroeste y de noroeste a sureste. No sólo es risible, es que es absurdo, ¿Por qué diablos nadie se había dado cuenta de esto antes?

Pero entonces surge el nuevo problema, sí, tienen una maldita cruz que atraviesa todo Inglaterra y cuya proyección evita tentativamente a Irlanda y a Gales, ¿Qué diablos significa esto?

La sala queda en silencio, pero no es el silencio espeso que había sido todo el mes anterior, este era un silencio lleno de ideas no expresadas, pues todas estaban siendo pensadas con detenimiento.

—Hagamos lo mismo con el departamento de área—Logró articular Harry. Todos los rostros en el salón se transformaron, primero en escepticismo, porque parecía tonto, luego en aceptación, pues la anterior idea también había parecido tonta en su momento.

Se mandó a buscar a los debidos representantes y en no menos de tres minutos Saul Croaker entraba acompañado de Ron y otros dos ayudantes.

Sin demora, extendieron otro mapa por encima de la pizarra.

Cuando comenzaron a señalar con tinta los lugares en los que actualmente se estaban registrando bajas anormales en los niveles de magia natural y lugares en los que de plano la magia natural se había acabado, compusieron un trazado no muy distinto al que su propio departamento tenía. Nadie cabía en su asombro. Incluso el callejón Diagon registraba una baja inusual en el plano mágico.

Había algunos espacios en blanco, ambos mapas coincidían en ellos, parte del extremo al noroeste de Inglaterra no registraba cambios, al igual que las costas al suroeste.

—Van a rellenarse en algún momento—Dijo Ron, quien había estado en silencio desde el principio. Y el término no era del todo correcto, “Van a vaciarse en algún momento” probablemente era más acertado

—Quizá quieras informar al resto de tu equipo sobre estos hallazgos, Croaker—Gawain dijo suavemente, Saul debió haber estado de acuerdo porque giró sobre sus talones y se dirigió a la salida.

4

Un candelabro de plata, rematado por un grueso cirio rodeado de una corona de velas, alumbraba la mesa repleta de pergaminos que Harry acababa de examinar. Al otro lado de los ventanales la luna se elevaba y el barrio se hundía en el crepúsculo; Harry, observando la noche, contempló cómo las sombras se acentuaban cubriendo los autos.

Desde su separación, había vuelto a la destartalada casa en Grimmauld Place, la morada no era acogedora en lo más mínimo, pero había mejorado bastante desde su época como guarida y la esencia de Sirius se respiraba en los salones. Tenía una afición a este espacio silencioso, aunque dijese lo contrario. Encerrado entre altas paredes, con ventanales enormes por doquier y antiguos retratos de gente que no conocía. No era acogedor en lo absoluto, pero Harry apreciaba la tranquilidad.

—Y es mío—había declarado cierto día a sus amigos. No había mucho que explicar en aquella frase, sus posesiones desde pequeño siempre fueron un tanto limitadas.

Hermione había llegado un mediodía, al término de una jornada en el ministerio. Se había enfrentado al polvo de los años y a las baldosas negras, convirtiéndolas en un blanco cremoso, las paredes se pintaron claras y remplazó las cortinas, corroídas por los años. Había ahora una nueva claridad. Ron y Harry, con rostros risueños, habían respondido con voz de circunstancia a semejante acto de arrebato.

Eso había sucedido hacía ya unos años y ahora las cortinas nuevamente comenzaban a adquirir un color amarillento, incluso las baldosas parecían recordar su color original algunos días y se cambiaban al negro cuando no las miraban, pero a Harry no podría importarle menos, la casa estaba medio viva después de todo.

De momento estaba acomodado en la biblioteca, era su lugar preferido para aislarse. Las fotos de sus padres le miraban desde la repisa con una cálida expresión que solían dedicar a cualquier criatura, así fuera el mismo  Kreacher. Había días en que aguardaba a que su madre respondiese a los insultos del elfo, que a estas alturas parecían más una costumbre que un desdén en sí, que en algún momento dado alzase la voz y dijese algo como <<Eh tú, criatura del infierno, ¿qué me has dicho?>> pero eso nunca había sucedido.

Sacudió el whiskey de su vaso y sorbió con lentitud, la quemadura en la garganta se sintió reconfortante. Un ligero pliegue vertical marcaba su entrecejo, generalmente desprovisto de cualquier arruga.

El libro que tenía al frente se movió, intentando cerrarse, pero alcanzó a atrapar sus páginas y no pudo evitar derramar algo de licor en la mesa.

—Diablos—Murmuró, se apresuró a buscar un mantel con el que secar antes de recordar que era un mago, a estas alturas ya tenía el paño de cocina y decidió hacerlo a la manera muggle.

Su irritación se paró en seco cuando leyó uno de los tomos que contenía la caja. Había pedido prestados de la biblioteca del ministerio un montón de libros que le pudiesen ayudar en el caso, aunque a decir verdad todo había sido asesorado por Hermione y hasta esa tarde no conocía ni la mitad de los títulos que se allí se versaban.

“Estudio de la geomancia y otras magias ocultas”

Recordaba ese escrito, nunca lo había leído en sí, pero el título había sido encontrado en la sección prohibida de Hogwarts. Era un volumen grueso y pesado, de los que le encantaban a su amiga, en la portada se reproducían distintas líneas y formaban una especie de candado, no supo lo que significaba hasta que intentó abrirlo.

El libro estaba cerrado con fuerza, no se distinguían los relieves de las páginas y el lomo gruñía un pleno <<pas>> cuando intentaban abrirlo.

— ¿Cómo te abro?—Se atrevió a preguntar, sabiendo que no era una cuestión ridícula para el mundo de los magos el preguntarle a un libro cómo debía ser abierto.

El libro murmuró en francés.

—la vie et la vertu sont menées comme une simple ligne, où vont-elles?

Uno de los retratos se rio, probablemente de su rostro desfigurado en confusión, la escena de un mestizo intentando leer un libro en francés le divirtió mucho; pero irritó a Harry.

— ¿Sabes qué dijo?—Inquirió y miró, con lo que esperaba fuese una visual de dureza, a la mujer en el retrato. Alta y elegante, enarcó una ceja ante Harry y desapareció por donde había venido—Oh mierda, llevo años intentando sacarte de mí puta pared y ahora te vas—le gritó, pero por el retrato no volvió a verse nadie.

Se alejó furioso e intentó pensar en quién podría servirle de traductor para el caso: Fleur debería estar más que dispuesta, pero estaban con Bill visitando a Charlie en Rumania; Hermione no sabía francés, ella sabía un montón de idiomas, pero justamente el francés había sido tachado como un idioma “presuntuoso”; Quizás Luna supiese francés, pero ella estaba cerrando su Flú los fines de semana.

¿Qué tan difícil debía ser encontrar a alguien que hablase francés? La pregunta fue contestada cuando la mujer en el retrato apreció nuevamente. Las tetas de Merlín si los Black no hablaban cualquier idioma.

Andrómeda Tonks nunca había sido tan amada hasta ese momento.

Harry se levantó, tomó el libro entre sus brazos y se apresuró hasta la chimenea, no logró sacarse de la cabeza la idea de que esto era importante, tenía un presentimiento con esto y si algo le había enseñado la vida era a confiar en sus instintos.

Notas finales:

Vamos avanzando poco a poco con la historia, recibiendo nuevas pistas y señales. Creo que ya nos estamos formando una idea.
¡Espero que la lectura fuese de su agrado! ¡Comenten y suscríbanse para recibir las notificaciones correspondientes!

Próxima actualización: Miércoles 22 de Agosto.

Besos.

(Esta historia se encuentra disponible en Wattpad, Fanfiction.net, SlashHeaven y Amor-Yaoi)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).