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El mensajero, un espíritu aventurero por lady_chibineko

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Título: El mensajero, un espíritu aventurero

Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: The Rise of the Guardians fue una película realizada por DreamWorks Animation y distribuida por Paramount Pictures. Se basó en la serie de novelas The Guardians of Childhood propiedad intelectual de William Joyce. No gano nada más que un poco de diversión con este escrito.

Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico, además de presentar furry; por lo que si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no sigan.

Dedicatoria: A todos mis lectores Jackrabbit; gracias por todos los ánimos que me dan con los fics que publico de esta pareja. Y aunque esté con más de un año de atraso, feliz Jackrabbit week 2017 para todos.

En fin, enjoy the story please!

~.~.~.~.~.~

Capítulo II

- ¡Vamos! ¡Tienes que poder bloquear mejor que eso!- urgió el Pooka con énfasis mientras se preparaba para dirigir otra certera patada en dirección del joven hechicero.

Y por supuesto, Jack apenas logró bloquear el nuevo ataque, siendo completamente consciente de que, incluso entonces, Bunny realmente se contenía para no atacarlo con todo su potencial.

¡Y vaya si aquello era frustrante!

Sobre todo porque ya llevaban casi 4 meses con el dichoso entrenamiento. Cualquier diría que para entonces Jack habría mejorado de manera notoria, pero el chico seguía teniendo los mismos errores una y otra vez.

Y si era sincero consigo mismo, en gran parte la culpa era solo suya, porque a pesar de haber sido él mismo quien pidiese al Pooka la ayuda, pues cada que Aster se le acercaba demasiado durante los entrenamientos, los nervios por dicha cercanía afloraban y de pronto se transformaba en una criatura torpe que lo único que hacía era suspirar y sudar ante la cercanía del objeto de su deseo.

¡Más que guerrero en entrenamiento actuaba como chiquilla enamorada! Y tal vez en parte fuese porque (y había luchado mucho consigo mismo para admitirlo) justo era eso lo que era; sin ser una chiquilla, claro estaba.

Y pues sí, estaba enamorado de E. Aster Bunnymund. Y simular batallas cuerpo a cuerpo no era exactamente la manera más sana de esconder sus sentimientos, pero con la amenaza de Pitchiner, no tenía muchas opciones.

De pronto un grito de advertencia.

- ¡Jack!

Pero vino demasiado tarde. Un par de segundos después, ambos oponentes eran un revoltijo en el suelo, donde de alguna manera Jack había terminado bajo el cuerpo de Bunny, mientras que ambos se miraban a los ojos, sin aliento y sin saber que decir.

Pasaron los minutos y ninguno hablaba, concentrándose apenas en respirar y aún sin sacar la mirada del otro.

Algo se retorció en las entrañas de Jack, y un calor viajó desde en medio de su estómago con camino al sur.

Las pálidas mejillas se tiñeron de rosa y los labios se secaron, y algo en su interior le gritó que no era suficiente, que ya no se resistiese más.

Y por primera vez, Jack se dejó llevar.

Lentamente colocó todo el peso de su cuerpo en sus brazos, y utilizando sus antebrazos como punto de apoyo comenzó a elevarse lentamente, hasta sentir en sus labios el aliento cálido y errático del guerrero Pooka.

Cerrando los ojos terminó de recorrer el camino que le faltaba, hasta que sintió en sus labios el pelaje cálido del otro, y recorrió por medio de pequeños besos el mentón hasta llegar a la boca abierta e inmóvil de la criatura mágica, donde se arriesgó a dejar una suave y fría lluvia de pequeños besos.

Y continúo hasta que sintió al otro por fin reaccionar mediante un chillido y luego medio alejarse.

Aunque no demasiado.

Jack abrió los ojos y pudo observar a Bunny, a Aster, mirarlo de manera entre salvaje y asustada.

- Ja- Jackie ¿Qué?....

Pero Jack no se sentía capaz de responder, no con palabras. Así que alzó un poco más su medio cuerpo superior con ayuda de sus antebrazos y volvió a depositar besos suaves en el morro del Pooka, quien pronto exhaló de manera nerviosa y pesada.

- No tienes idea de lo que haces, mocoso.- dijo la criatura con un tinte de tristeza y desesperación en la voz, mientras que utilizaba una de sus patas delanteras para detener la lluvia de pequeños besos y mirar a Jack a los ojos.

El más joven observó entonces con detenimiento al objeto de sus afectos, y finalmente sonrió de manera entre cándida y traviesa, por fin decidiéndose a ponerle una voz a sus pensamientos, mientras mantenía a raya el nerviosismo.

- ¿Y qué te hace pensar que no sé lo que hago? Soy un adulto Bunny, sé perfectamente lo que quiero, solo que hasta hace un momento estaba demasiado asustado para hacer algo al respecto. Hasta que me di cuenta que no era el único ¿O me equivoco? Me quieres ¿Cierto? Dime que no imagino lo que me dicen tus ojos.

- Jack...

Pero el muchacho apenas y había comenzado, y no tenía pensado parar o rendirse.

Volvió a recostarse completamente contra el suelo y alzó la mano derecha, atreviéndose por fin a enredar los dedos en el pelaje cálido y, si... definitivamente suave, de la cabeza del Pooka. Acarició la base de las orejas y delineó las líneas más oscuras en el pelaje del otro. Bajó al morro y delineó la nariz y la boca, mientras sonreía de manera queda.

- Mírame a los ojos y pídeme con sinceridad que me detenga, porque no deseas esto; y me detendré ¡Lo haré! Ni una palabra más al respecto.- Jack tragó nervioso... ¿Estaba arruinándolo? ¿Cierto?- Pero que sea porque realmente no me deseas Bunny, de lo contrario... Por favor... No me alejes de ti.

Aster aspiró profundo ¡Vaya que el chico tenía cojones!

¿Y decir que no deseaba aquello? No podía, no sin mentir.

Además, era cierto; Jack era ya un adulto en términos humanos, y comparar su edad en término de años humanos era ridículo ¡Los Pooka y los humanos envejecían a ritmos diferentes!

Aunque eso también suponía pensar que aunque le llevaba varias décadas de vida al joven hechicero, posiblemente lo iba a sobrevivir por varios años ¿Iba a dejar que ese aspecto le quitase posibles décadas de felicidad? Sobre todo cuando al ritmo de vida actual, uno nunca sabía si sus días terminarían con tranquilidad en la vejez o atravesado por una flecha en medio de un campo de batalla.

No, no valía la pena pensar en todo aquello. No valía la pena negarse a aquello que más se deseaba, a compartir una vida en común con otra persona, cuando la otra mitad de la ecuación estaba mucho más que dispuesta.

Así que finalmente, con una exhalación algo nerviosa, Aster emitió una pequeña sonrisa y relajándose, juntó su rostro al de Jack, hasta que ambas frentes chocaron.

La sonrisa de Jack era deslumbrante ¿Cómo rehusarse a aquello?

- No puedo Jackie, no puedo negarme aunque lo intente... Ya no más. Tú ganas, lo admito.- se alejó un poco para mirar al humano a los ojos- Te quiero... te quiero.

Cuando Jack se lanzó en ese pequeño espacio entre ambos, a abrazarlo y terminar de arrastrarlo al suelo con él para llenarlo de besos en todo el rostro, Aster no pudo hacer otra cosa más que reír ante la reacción adorable e infantil de su hechicero.

Y que bien se sentía pensar así, 'Su' hechicero. Jack ahora era suyo y de nadie más.

Y pensando en eso.

- Jackie- dijo deteniéndose un poco mientras a la vez devolvía un par de besos y acariciaba el pálido rostro con cariño- Creo que lo mejor será entrar a la cabaña.- esbozó una mueca mientras arrugaba la nariz- El patio trasero de la casa no es exactamente el mejor lugar para este tipo de actividades, mocoso; no estoy muy interesado que digamos en el exhibicionismo.

Ante lo último, dicho casi con un gruñido, Jack se deshizo en pequeñas risas ¡Bunny era un viejo gruñón! Pero, era SU viejo gruñón.

Con gusto se dejó alzar en brazos por el Pooka luego de que éste se pusiese de pie, y se arrebujó alegre en el calor del pelaje y los ropajes de la criatura, cuando de nuevo la voz de Aster lo sacó de su pequeña burbuja, preocupándolo un poco debido al tinte un tanto serio que de pronto se mostró ante el susurro de un simple 'Jack'.

- ¿Si Bunny?

- Has... ¿Has estado? ¿Antes?... ¿Alguna vez has tenido relaciones con una criatura? ¿O con un macho? ¿Hombre?...- la mirada preocupada sobre su persona casi lo saca de onda.

Jack se mordió el labio nervioso.

¿Relaciones? Hasta hace 15 minutos ni siquiera había sido besado, ni que hablar de sexo.

Ni mujeres, ni hombres, ni humanos, ni criaturas.

Chico encerrado en una torre desde los 12 años ¿De acuerdo?

Pero no podía ir y decirle aquello a su, dentro de poco, amante; o que además todo toque realizado sobre su cuerpo había sido hecho por él mismo, y que si aquello se había incrementado desde llegase a la aldea, se debía principalmente a la cantidad casi absurda de sueños calientes en los que el Pooka era partícipe.

Pero algo debió revelar su rostro, o tal vez fue su sonrojo; porque antes de entrar a la cabaña, Aster se detuvo y aplastando un poco las orejas contra su cráneo y suspirando otro tanto, adoptó una postura de evidente resignación.

- No te preocupes Jackie, lo tomaremos con calma. Iremos a tu ritmo, cariño.

Muy bien, quitando el hecho de que todo en su interior casi se había derretido al ser llamado 'cariño', el resto no le gustó ¡Ni un poquito!

¿Esperar? ¿Él?

¡Por favor! ¡21 y virgen! ¡Y en los brazos del protagonista de sus sueños húmedos!

Jack gruñó y se las arregló para bajar de los brazos de Bunny con gracia y facilidad, algo que un año y pocos meses atrás no hubiese ni soñado, y que ahora era tan fácil como respirar; y colocándose frente al Pooka y sacando valor y atrevimiento de quien sabe el cielo donde, se pegó todo lo que pudo al cuerpo del guerrero y coló manos algo torpes bajo la túnica del susodicho, yendo incluso hasta el punto de colocar la derecha por sobre el saco de piel que de momento no guardaba tan bien el miembro casi erecto de la criatura, y que incluso en aquellos momentos cobraba aún mayor interés en lo que sucedía, literalmente, a su alrededor; todo mientras que Jack miraba a Bunny de una manera que conjugaba seriedad y lujuria.

- ¿Y qué pasa si no deseo ir con calma? ¿Y que pasa si mi ritmo se ajusta más a una carrera?- preguntó de manera retadora.

Y bueno, como que aquello 'tal vez' pudo ser demasiado, porque de pronto Bunny, que en un primer instante había mirado a Jack confundido cuando el joven hechicero bajó de sus brazos, y luego sorprendido al sentir las manos frías sobre su pelaje y el aliento fresco a la altura de su barbilla; ahora lo miraba con las pupilas dilatadas, mientras el aliento salía caliente y entrecortado de su boca.

Estaba excitado, y el poco control que guardaba sobre sus acciones a las justas y le alcanzó para levantar de nuevo a Jack entre sus brazos, y robarle el aire con una especie de beso largo y profundo, mientras se las arreglaba para entrar a la cabaña por la puerta posterior.

Y los sonidos que salieron luego de la cabaña fueron lo suficientemente explícitos como para que a ninguno de los adultos de la aldea le quedase duda alguna de lo que sucedía.

Así que, cuando al día siguiente un algo cansado pero bastante relajado E. Aster Bunnymund salió de la cabaña para conseguir algo de pan, leche y fruta fresca para el desayuno, fue casi una necesidad que fuese recibido por un bastante serio Nicholas Saint North, quien prácticamente lo obligó a escuchar lo que le iba a pasar si al joven Jack le sucedía alguna cosa por culpa del Pooka; discurso que perdió todo su significado cuando casi de inmediato Toothiana lo abrazó con una gran sonrisa en el rostro y lo felicitó, al tiempo que más de un aldeano que pasaba por allí señalaba con voz aburrida que 'Ya iba siendo hora' o 'Menos mal y la tensión entre esos dos se resolvió', junto a otras frases similares.

Bunny no sabía ni donde meterse, y fue un milagro que llegase con el desayuno a casa, donde un Jack remolón lo recibió con un beso en el morro y algo de avena recién hecha.

Y de pronto, para ambos, la vida no podía ser más perfecta.

~.~.~.~.~.~

Poco más de un año después

Jack y Viento sorteaban con gracia y maestría el camino que los llevaba de vuelta a la aldea, y Jack no veía la hora de llegar y arrebujarse en los brazos de Bunny.

Había estado 4 días fuera de la aldea, siendo que un halcón había llegado hasta Toothiana, avisándole sobre un envío de parte de sus hermanas, y por supuesto Jack fue a buscarlo. y por lo general el viaje ida y vuelta eran 5 días, teniendo en cuenta que jinete y corcel se quedaban a descansar; pero ni Jack ni Viento lo necesitaban, no cuando el viaje de un punto al otro les tomaba apenas unos minutos, y el resto de esos días Jack se la había pasado entrenando su magia en los vastos descampados helados.

Decir que había mejorado era poco, se había vuelto casi letal en su técnica.

Pero aun así no le había dicho nada a Bunny, o a Nick, o a nadie; y eso lo hacía sentir culpable. En especial en lo referente a su Aster, quien no solo le entregaba todo su amor, tiempo y cuidados; sino que además seguía entrenándolo en combate cuerpo a cuerpo.

Y ni que decir de haber pronunciado palabra alguna sobre su verdadera identidad. Cada vez que pensaba en eso, un gran peso se instauraba sobre sus hombros, pero el miedo a ser rechazado era demasiado grande.

Más todo pensamiento fue erradicado de su mente al llegar a la aldea y saludar a los primeros que se cruzaban en su camino. Entre risas y juegos se dirigió a la cabaña de la familia Saint North y sonrió contento al encontrar allí dentro no solo a Nick, Toothiana y las niñas; sino también a su amado Pooka.

- ¡Jack! ¿Ya de vuelta? ¿Y mi recado?- preguntó Tooth ansiosa, volando literalmente a su encuentro.

Jack emitió una risita y produjo un paquete de mediano tamaño de entre las alforjas de cuero que ahora traía al hombro.

- Todo suyo, milady.

Tooth sonrió y luego prácticamente desapareció en un suspiro, con sus niñas detrás.

Jack volvió a soltar un par de risitas ante aquello. Toothiana siempre se comportaba como una niña cuando el recado que venía era de parte de su familia.

Tras tranquilizarse un poco, el joven hechicero se dirigió hacia donde se encontraban Aster y Nick.

- ¿Qué hacen?- preguntó curioso, a lo que Nick le mostró un libro con retratos.

- Llegas justo a tiempo Jack; estaba pidiéndole a Bunny que hiciese tu retrato para añadirlo al libro ¿Da?

- ¿El libro? ¿Qué libro?- preguntó el muchacho cada vez más curioso.

Nick entonces hinchó el pecho.

- El libro donde solo llegan los retratos de los mejores estudiantes de la aldea, así como la historia de sus poderes, avances, logros y demás.

Jack miró a Nick un poco alucinado.

- ¿Yo? ¿Me quieres poner a mí?- preguntó de pronto de manera tímida.

- ¡Da!- respondió Nick alegre.

- Te lo has ganado, Jackie.- agregó Aster.

Jack estaba sin palabras, y no fue hasta que Aster le preguntó si quería dar un vistazo al libro, que alguno de los tres se movió.

Pronto Nick comenzó a señalar, uno por uno, a partir de la primera página, a los que habían formado y formaban parte de la historia mágica de la aldea, tomándose su tiempo en cada uno e hinchando el pecho al llegar a la mención de su retrato, uno donde se veía mucho más joven.

Jack no pudo evitar reír a costa del líder, así como no se contuvo a la hora de lanzar piropos y frases de doble sentido cuando retrocedieron para ver la hoja de Bunny una vez más, antes de continuar con quien seguía a Nicholas.

Aunque toda la travesura se le borró de un plumazo al llegar a cierto retrato de una dama de cabellos violáceos claros.

En realidad se quedó demasiado quieto para gusto de los otros presentes.

- ¿Jackie?

- Quién... ¿Quién es ella?

Nick miró el retrato con un aire casi paternal.

- ¡Ah! ¡La bella Katrina Frost! La ilusionista, la historiadora. Una hechicera particularmente poderosa... y amable. Salió de la aldea hace muchos años en busca de su propia historia, nunca volvió.

Jack cerró los ojos un momento, tomando aire y los abrió una vez más.

- F-¿Frost?

- Sep. Hija de Jockul Frosti, lo pasamos hace varias páginas ¿Recuerdas? Ella se cambió un poco el nombre familiar, aduciendo que así sonaba mejor.- respondió Bunny con una sonrisa.

Jack volvió a cerrar los ojos y aspiró profundo, pero ni así pudo evitar el sollozo que escapó de su garganta.

- ¿Copo de nieve? ¿Qué pasa?- preguntó el Pooka de pronto preocupado.

Jack abrió los ojos y delineó con un dedo las facciones del retrato.

- No lo sabía, ella nunca me lo dijo...

- ¿Katrina? ¿La has visto?- preguntó Nick de pronto- ¿Dónde está?- añadió, ganándose una mirada de desaprobación de parte de Aster.

- Falleció... hace mucho tiempo, cuando yo aún era un niño.

- ¿Katrina? ¿Muerta?- Nick se sentó de manera pesada- No tenía idea.- dijo apesadumbrado.

Las lágrimas resbalaron libres por sus mejillas, igual que en las de Jack.

- Pero ¿Que pasó?

Jack ahogó un sollozo.

- Enfermó, y no mejoró. Luego... luego se fue.

Aster lo rodeó con un brazo en busca de confortarlo.

- Ya pasó, Escarcha. Traquilo.- besó su cabello- ¿La conociste bien?

Jack bajó la mirada.

- Era mi madre...

~.~.~.~.~.~

Aster besó una vez más la pálida mano que sostenía entre sus patas delanteras, sin obtener respuesta alguna del muchacho frente a él, tal y como había venido sucediendo durante la última hora desde que hubiese logrado sacarlo de la cabaña de Nick y lo llevase a la de ambos, tras lo cual se sentó en una silla de la cocina y le hizo una bebida caliente que casi y le obligó a tomar; cosa que el chico al final hizo de manera prácticamente automática.

Bunny hasta se decidió a dejarlo a solas, diciendo justo eso tras levantarse y besar su cabeza; pero el firme agarre sobre su muñeca derecha por parte de Jack dijo más que mil palabras, tras lo que Aster optó por quedarse al lado de su pareja.

Pero el silencio no era lo usual en su Jack, y la verdad era que estaba sumamente preocupado por todo lo que sucedía en aquellos instantes.

Y en esas estaba, cuando el silencio por fin fue roto.

- Nunca dijo nada. Cambié cuando ella murió... pero yo no sentí cambio alguno, y ahora sé por qué. Yo no cambié, solo se desvaneció su ilusión ¿Estoy en lo cierto?

Bunny tragó con dificultad ¿Así que eso era lo que rondaba la cabeza de su Escarcha?

- Es lo más probable.- respondió en voz baja.

Jack asintió, mientras que los pensamientos en su cabeza lo lo llevaban a revelar su secreto más grande hasta el momento; pero ¿No habían sido los secretos de su madre los que lo llevaron a ser encerrado? ¿A escaparse? Los secretos no traían nada bueno, y era hora de enfrentar los suyos.

Aunque eso pudiese significar perder la vida que se había hecho en la aldea... perder a sus amigos, su nueva familia.

Perder a Aster...

Pero al mal paso, darle prisa.

- Jack Frost... Suena tan raro.- susurró entonces, aún sin mirar a su pareja.

Aster alzó una pata y acarició la fría mejilla.

- ¿Luego de ser 'Solo Jack'?- preguntó tratando de alegrar un poco el ambiente.

El aludido tragó y alzó la vista, fijando su mirada en la del Pooka.

Allí estaba la entrada que esperaba.

- Luego de ser Jackson Overland los primeros 20 años de mi vida.

El silencio cayó pesado sobre ambos, envolviéndolos.

Jack volvió a desviar la mirada.

Bunny recordó los sucesos del año anterior y cerró los ojos ante la grandeza de lo que acababa de escuchar.

'Jackson Overland', el príncipe fugitivo. Quien estuvo cautivo por casi una década en una torre del castillo de Burgess; a quien el reino aún buscaba...

El Pooka abrió los ojos de nuevo.

- Katrina... ¿La reina Katherine?

Los ojos de Jack volvieron a llenarse de lágrimas mientras asentía.

La mente de Bunny casi explotaba ante la información.

Pero por sobre todo, un pensamiento predominaba; y lo mejor sería exteriorizarlo de una vez antes de que la mente de Jack volase más allá en su miseria.

- Jack Frost suena bien después de todo, Escarcha; mucho más que Jackson Overland.

No, no iba a permitirlo.

- Sin embargo...

No iba a dejar que nadie lo alejase de él, ni siquiera el mismo Jack.

- Jack Bunnymund suena mucho mejor ¿No te parece?

Jack jadeó. Bunny se levantó de su asiento y se acercó a Jack, abrazándolo, pegándose a él, aspirando su aroma.

- Eres mío Jackie... así como yo soy tuyo. No voy a dejar que nadie te aleje de mi, no después de haber tardado tanto en encontrarte, menos por algo sobre lo que no tienes ningún control, como la identidad de tu madre, o la familia en la cual naciste.

Jack aspiró profundo y exhaló de manera errática, mientras cerraba los ojos y dejaba que ese peso por fin se disolviese de encima de sus hombros.

Y entonces, por fin esa noche lloró entre los brazos de su amante todo lo que le faltaba por llorar, y se durmió en la seguridad del calor del Pooka.

Y luego, al día siguiente, la pareja decidió conservar en secreto el linaje real de Jack.

- No es asunto de nadie más que de nosotros, compañero.- señaló Aster con severidad.

Jack asintió y aceptó.

Un secreto entre dos ya no era tan pesado.

Aunque aún le quedaban unos cuantos, y el valor para revelarlos lo había abandonado.


Fin del segundo capítulo


Notas de la autora:

Subo este capítulo, aunque la verdad ya tengo todo el fic hecho; pero llevo con el capítulo final terminado en mis hojas de borrador a mano desde hace un mes y medio, y nunca terminaba de pasarlo a la computadora. Lo sé, soy una desgracia. El próximo capítulo ya subo lo que falta, y con suerte lo hago pronto.

Y bien, sé que a nadie le interesa, pero me metí a estudiar Post-grado y el tiempo me falta, por favor no crean que se va a quedar así. En serio tengo el capítulo terminado a mano, solo tengo que pasarlo.

De antemano, muchas gracias por su paciencia y espero que este mini adelanto haya sido de su agrado.

Un poco de smut, que ya hacía falta; otro tanto de h/c que no es que haya querido del todo ponerlo, es que la historia va así.

En fin ¡Muchas gracias amantes del Jackrabbit por leer!

Un beso felino para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

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Campaña de NO AL PLAGIO

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