Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Medicina Experimental (Editado) por Izuspp

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este capítulo fue algo así como un one shot, de la pareja KaixGray, que se me ocurrió hacer tanto para conmemorar que realmente logré escribir 10 capítulos de este fic, como para dar un poco más de contexto a su relación. La pareja me encanta y siento que, en este fic, les di una relación bastante bonita.


¡Espero les guste!

Capítulo 11

Y así fue como todo comenzó

Gray solía vivir en la ciudad, pero decidió trasladarse al campo a un pueblecito llamado Mineral Town; en donde vivía su abuelo. El señor Saibara, era un herrero muy diestro y talentoso, único a la hora de hacer su trabajo. El anciano decidió que su nieto Gray, sería el heredero de su labor y por tanto decidió enseñarle a ser un herrero como él.

Para la desgracia del joven pelirrojo, su abuelo era una persona sumamente estricta y fría; quien no le daba ni un momento de descanso al trabajar, y mucho menos le ofrecía alguna palabra de aliento. Muy al contrario, vivía diciéndole lo mal que hacía las cosas, y recordándole que era "un inútil" que nunca serviría para ser el heredero de su legado.

Gray se sentía todo el tiempo sumamente triste y derrotado por esa situación, por más que se esforzaba no podía lograr satisfacer las exigencias de su abuelo. Su sueño era llegar a ser el mejor herrero y finalmente escuchar las felicitaciones salir de la boca del anciano; pero al paso que iba, eso se iba a quedar siendo un simple sueño. Realmente se sentía vencido, llegando a creer que era un inútil, que no servía para nada y que carecía de talento alguno.

Uno de tantos días, de casualidad una linda jovencita llamada Mary llegó a visitar a Saibara. Gray, quien era bastante tímido, aún no se había dado a la tarea de conocer bien a las personas del pueblo, únicamente conversaba de vez en cuando con Ann y Doug, sus caseros; de cosas relacionadas meramente a su hospedaje en la posada de Doug. Al resto de habitantes del pueblo, los saludaba por cortesía solamente.

Desde que llegó al pueblo, nunca se había detenido a conversar ni entablar amistad con nadie, por lo que tampoco lo haría esta vez y se limitó a escuchar la conversación de la joven con su abuelo. Pero al estar distraído no prestó atención a lo que estaba haciendo y se golpeó un dedo con el martillo, a lo que profirió un grito de dolor.

—¡Cielo Santo! — Exclamó la jovencita quien corrió a ayudar a Gray, regalándole una bandita para su herida y mostrándole una calidez, que el pelirrojo jamás había experimentado. Fue en ese momento en el que Gray comenzó a enamorarse de Mary.


 

Kai, era un jovencito quien tenía demasiados problemas con su familia. Por lo que un día, harto de todo, decidió vivir su vida libremente; dejando a su hogar y su familia para dedicarse a viajar. Como era un buen cocinero, logró sobrevivir de ese modo en los diferentes pueblos y ciudades que visitaba. Dio la casualidad de que fue a parar a Mineral Town. Como ya había reunido suficiente dinero, y le encantó el lugar desde que llegó, buscó al carpintero del pueblo y le solicitó que construyera un pequeño local en la playa, en donde montaría su propio restaurante.

Para ser un "vago" como lo decía su familia, le había ido muy bien desde que los dejó. Kai migraba a los distintos lugares, en la época más cálida, ya que no soportaba el frío. Era un joven bastante apuesto, con su piel color canela, su porte masculino y su brillante personalidad. Inmediatamente que llegaba a cualquier pueblo, cautivaba a mujeres jóvenes y mayores, y unos cuantos hombres también. Esto último, no le desagradaba en absoluto; desde que había descubierto que era un "rompecorazones", decidió que sería un buen pasatiempo el coquetear con quien fuese que se topara en su camino. Esa manera de ser, le hizo ganarse el odio de los hombres de cada pueblo, y también la aprobación de las mujeres, quienes siempre esperaban ansiosas su llegada.

Mineral Town no fue la excepción, Kai de inmediato causó furor entre los habitantes, con el mismo resultado de siempre: admiración por parte de las mujeres y odio profundo por parte de los varones. Sin embargo, Kai estaba realmente cansado de que las personas lo malinterpretaran. Él solo vivía libremente sin limitaciones de ninguna clase, pero no le hacía mal a nadie, nunca le había faltado el respeto a ninguna mujer, y si bien alguna que otra vez les brindaba sus favores, nunca había sido por iniciativa propia.

La mayoría hombres por el contrario, nunca le daban oportunidad de llegar a conocerlo. Aunque eso no impedía que Kai buscara por todos los medios entablar amistad, él tampoco era una persona que se regía por géneros, y algunas veces si encontraba jóvenes apuestos; también probaba suerte en seducirlos; teniendo éxito de cuando en cuando.

Para aquel entonces, la primera vez que llegó a Mineral Town, el carpintero no había acabado de construir el local, y Kai tampoco tenía esperanzas de poder ponerlo a trabajar ese verano. Debido a ello, temporalmente pidió empleo en la posada de Doug, quien al reconocer sus excelentes dotes culinarias y un poco forzado por su hija Ann, decidió contratarlo. Por lo que Kai trabajaba medio tiempo con Doug, y el resto del día descansaba y paseaba por acá y por allá en el pueblo; llegando en las noches para dormir en uno de los cuartos de la posada.

Y fue ahí mismo en donde se conocieron…


 

Ese día Gray estaba especialmente deprimido, había presentado a su abuelo lo que creía era su mejor trabajo desde que había comenzado a ser aprendiz de herrero. Se trataba de una bonita pieza de joyería, la cual era un trabajo bastante delicado y difícil; por lo que le había tomado mucho tiempo y esfuerzo. Cuando al fin había terminado su broche, estaba muy contento y orgulloso por ello. Pero como de costumbre, su abuelo encontró miles de defectos y le dijo que era un trabajo mediocre y mal hecho. Por lo que el pelirrojo regresó muy triste ese día, a su habitación en la posada de Doug.

Hacía algunas semanas que Kai había llegado por primera vez al pueblo, pero nunca se habían hablado más que para saludarse, ya que compartían habitación. Kai por su parte estaba bastante ocupado trabajando y también algunas veces, iba a ayudar a Gotz con la construcción de su restaurante, por lo que tampoco había hecho el intento de hablarle a Gray.

Pero ese día, simplemente no pudo evitar notar la presencia del pelirrojo. Se veía tan triste y derrotado, que se sentó sobre la cama frente a él y por primera vez le habló directamente.

—¿Por qué esa cara tan triste? No te queda esa expresión afligida pelirrrojo, es mejor que la cambies.

—Lo siento, no estoy de humor— Dijo Gray, con un tono de voz muy bajo y ocultando su rostro bajo la visera de su gorra.

—¡Vamos anímate!— Insistió Kaii —¡Ya sé! Espera aquí…— dicho eso, el moreno salió de la habitación.

"Realmente no hay nada que pueda animarme en este momento."

¡Estoy de vuelta! — Kai regresó media hora después. Gray continuaba sentado sobre su cama y afligido. —¡Esto es para ti! Sé que levantará tu ánimo.— Kai le entregó un plato de comida, que olía sumamente delicioso. Era un tipo de comida que no se podía conseguir en el pueblo.

—Gracias…— Gray, que por sobre todo era muy cortés aceptó el platillo, aunque no tenía ganas de comer, y no tenía idea de cómo eso le iba a ayudar a mejorar su ánimo.

—Verás que te gustará, cuando tenga mi restaurante puedes venir a comer esto y muchos otros platillos que sé preparar. ¡Te haré un buen descuento!

—¿Abrirás un restaurante?

—¡Claro! Me encantó este pueblo, así que decidí poner un local de comidas, utilizando los ahorros que tenía guardados. Será un lugar pequeño y probablemente, pueda ponerlo en funcionamiento hasta el año próximo. Pero ¡no importa! Es lo que he soñado hacer desde hace un tiempo y lo estoy realizando, así que estoy muy feliz.

—Entiendo… ¡Tienes suerte! Te admiro, ya desearía yo poder hacer cosas como esas. — Gray comenzó a comer y se percató de que el platillo estaba exquisito. Le abrió el apetito así que continuó comiendo, mientras escuchaba todo lo que Kai le contaba. Resultaba ser, que era un muy buen conversador, muy al contrario de él mismo. Pero eso era bueno, porque Gray se estaba distrayendo y no tenía que abrir la boca más que para comer; Kai de todas formas, parecía que podía hablar sin parar.

—¿Ya te sientes mejor?

—No es por ser malagradecido, pero no creo que una comida pueda ayudarme con mi problema. De todas formas, muchas gracias Kai ¡estuvo delicioso! — Gray intentó sonreír, pero sin éxito alguno.

—¿Puedo saber cuál es ese gran problema tuyo?            

—Es solo que, mi abuelo nunca nota el esfuerzo que hago. Nunca me alienta y siempre dice que lo que hago es mediocre; que no sirve y que nunca voy a lograr ser un buen herrero.

—¿Y es cierto eso?

—¿Qué?

—Te estoy preguntando que si es cierto que no sirves para nada.

—Bueno mi abuelo…

—No estoy hablando de lo que tu abuelo piensa, eso ya lo dijiste, estoy preguntando: ¿Qué piensas tú de tu trabajo? ¿Realmente crees que es tan malo?

—No. Yo estaba muy contento con lo que había hecho, en realidad…— Gray estaba un poco confuso con las preguntas de Kai, pero en ese momento, como para saber si estaba completamente seguro de lo que decía, sacó de su bolsillo el broche que había hecho y se lo mostró a Kai.

—¿Eso lo hiciste tú? ¡Es genial! Realmente eres hábil, te envidio. ¡Tu abuelo necesita comprarse unos anteojos! No entiendo cómo puede decirte esas cosas luego de ver este trabajo tan bueno.

—¿En serio crees eso?

—¡Por supuesto! Y no es que te lo esté diciendo para hacerte sentir mejor. Yo siempre soy muy sincero y créeme que si estuviera mal te lo diría enseguida.

—Gracias Kai. En ese caso, me gustaría que lo tuvieras. — Dijo el pelirrojo, entregándole a Kai el broche.

—Me parece un trabajo muy bueno como para que lo tenga alguien como yo, pero si insistes; lo tomaré como pago por la comida. — Aceptó el moreno, mientras reía animadamente.

El resto de la noche, Kai y Gray continuaron conversando acerca de sus vidas. A Gray le cautivó de inmediato el hecho de que el moreno fuera una persona tan libre, sin dejarse llevar por lo que dijeran los demás y luchando por cumplir sus sueños. Deseó en ese momento, llegar un día a ser un poco como él, y una gran admiración surgió de inmediato. Por su lado Kai, que no había notado que Gray era bastante interesante y atractivo; luego de que hubo pasado el drama, se percató que era perfecto para ser una de sus "presas". Pero ese día ya habían entablado buena amistad, por lo que decidió no arruinarlo y su jugada la haría al día siguiente.


 

—Ann, Gray se siente muy mal esta noche, así que es mejor que no subas a la habitación. Estará cerrada de todos modos, puesto que no quiere que nadie entre a molestarlo.— Le indicó Kai a su casera.

—Entiendo. Aunque no es bueno que se quede ahí encerrado. Tal vez, debería ir a ver al doctor.

—No te preocupes preciosa, ¡yo me encargaré de cuidarlo! Y si lo escuchas gritar no te asustes, le haré un masaje especial que conozco, para que los enfermos se recuperen. ¡Ya verás que quedará como nuevo!— Kai tenía planes para esa noche, y se aseguró de cubrirse las espaldas para que nadie lo detuviera. Luego de convencer a Ann, subió inmediatamente a su habitación.

—Gray, no te asustes pero, esta noche nos divertiremos mucho. — Dijo mirando al pelirrojo, que realmente no estaba enfermo, mientras le ponía en cerrojo a la puerta.

—No entiendo a qué te refieres. — Contestó Gray inocentemente.

—Tú solo no te resistas, te haré sentir cosas que nunca has experimentado en toda tu vida, y sé que te encantará. — El moreno no perdió tiempo y se acercó peligrosamente a la cama de Gray.

—¿Sentir? No entiendo. — Gray no pudo continuar hablando, ya que de inmediato sus labios fueron capturados por los de Kai. Fuera de la enorme sorpresa que fue, haber sido besado por él de pronto, también se trataba de su primer beso. Al ser un muchacho tan tímido, jamás había tenido el valor de acercársele a ninguna mujer, y mucho menos de besarla.

—¡¿Qué haces?! — Preguntó asustado cuando logró liberarse. Además de ser su primer beso, era un hombre quien estaba besándolo. Como él venía de la ciudad, eso tampoco era algo totalmente ajeno; pero jamás en su vida había pensado en ser él precisamente, quien se relacionaría de ese modo, con otro hombre.

—Eres bastante mi tipo ¿sabes? No es que yo sea totalmente homosexual, las mujeres me encantan también, pero no discrimino géneros. — Admitió sin vergüenza alguna. —Tú solo relájate y disfruta, tampoco intentes pedir ayuda. Ann cree que te daré un masaje y le dije que ignorara si le gritabas.

Gray estaba atrapado, y no había nada que pudiera hacer al respecto. Lo siguiente que supo fue que el moreno rápidamente se deshacía de cada una de las prendas que cubrían su cuerpo, dejándolo completamente desnudo. Su nívea piel le hacía agua la boca al voraz moreno, que ahora ya se encontraba sobre él, recorriendo rápidamente con su lengua, el torso del pobre y asustado aprendiz de herrero.

—¡Relájate! Ya verás que si lo haces comenzarás a sentirte muy bien. — Kai, era todo un experto cuando se trataba de relaciones; tanto amorosas como sexuales. Su diestra lengua daba atenciones especiales a los rosados pezones del contrario; los cuales, vírgenes hasta ese momento, eran sumamente sensibles a los estímulos que la cálida lengua les proporcionaba, por lo que ya se encontraban erectos. —Deliciosos…— Murmuró el moreno, concentrándose en el pezón derecho de Gray; delineándolo con su lengua de manera circular lentamente, para luego succionar de igual modo, y poco a poco haciendo que el color rosado de este se intensificara.

Lo siguiente fue besar lentamente el cuello de Gray, dando pequeños mordiscos indoloros, causando que la piel de Gray respondiera de inmediato a semejante estímulo, enrojeciendo sus mejillas y jadeando un poco. Si bien le resultaba repulsivo, estar dejando que un hombre le hiciera eso, no podía evitar que su cuerpo se sintiera bien y reaccionara de distintas maneras.

Kai, quien no era una persona que perdiera el tiempo, le sonrió pícaramente, indicándole que no cerrara sus ojos ni se resistiera a lo siguiente que iba a hacer. Nuevamente bajó desde el cuello de Gray, lamiendo, hasta llegar a la entrepierna del pelirrojo, quien no pudo evitar sentir que moría de vergüenza. Se tapó el rostro con las manos, a pesar de lo que Kai le había dicho y únicamente quedó a la espera de lo que siguiera a continuación.

El moreno comenzó a lamer con la punta de su lengua el miembro de Gray, quien a la primera lamida reaccionó con un espasmo, y un escalofrío recorrió su espalda ante esta nueva sensación. La ágil lengua recorría toda la extensión de su erección, que había comenzado a endurecerse; desde la punta hasta su nacimiento y de vuelta a la punta. De cuando en cuando, el moreno también daba pequeñas mordidas. Con su mano mientras tanto, Kai alcanzó el pezón izquierdo de Gray para no dejar su parte alta sin atenciones. Ante tales caricias, el novato cuerpo del pelirrojo respondió enviando su semilla hacia el exterior, logrando salpicar el rostro del contrario con ella.

Gray, muerto de vergüenza, pero sintiéndose muy bien luego de haber llegado a su clímax, volteó a ver a Kai quien se encontraba lamiendo alrededor de sus labios los restos del blanquecino líquido. A Gray esa escena le pareció sumamente desagradable.

—Vamos pelirrojo, no pongas esa cara, que dentro de poco tú comenzarás a disfrutar de este tipo de cosas también. Y no creas que todo termina aquí, que aún no ha sido mi turno. — Al escuchar estas palabras Gray abrió sus ojos lo más que pudo, dejando ver el intenso color azul de sus orbes. ¿Qué más podía pasar? Cuando dijo “su turno” ¿se refería a que lo obligaría a hacer lo mismo? Se preguntaba sumamente atemorizado.

La siguiente acción del moreno, fue algo que Gray no se esperaba, al ser totalmente ignorante de ese tipo de prácticas. Kai había tomado sus dos piernas separándolas mucho y había comenzado a lamer su entrada muy lentamente, llegando a hacerle incluso cosquillas. Repasaba despacio con su lengua, mientras Gray sufría de contracciones al sentir el nuevo estímulo del que estaba siendo víctima. Luego de un rato, Kai decidió brindar atención a la nueva erección del contrario, introduciéndola esta vez en su boca, a lo que Gray contestó largando un ahogado gemido de placer, uno que jamás había experimentado.

Gray sentía su parte baja muy caliente, y el ardor solo aumentaba, mientras el moreno movía su cabeza hacia adelante y hacia atrás, engullendo su miembro por completo una y otra vez. Gray ya no podía contenerse más y dejaba que los gemidos se le escapasen. Finalmente, una vez más regó su esperma ahora dentro de la boca de Kai, quien lo saboreó y lo tragó enseguida.

El aprendiz de herrero jadeaba y sudaba mucho, su mente ya se encontraba nublada por el placer y se sentía exhausto. Pero el moreno no había acabado, después de todo "aún no había sido su turno". A continuación, Kai tomó de su bolsillo un pequeño tubo, del cuyo contenido, aplicó una generosa cantidad en el ano de Gray, lubricándolo, para luego comenzar a introducir uno de sus dedos lentamente.

Gray dejó que un grito de dolor saliera. Ese dedo dentro de sí, no se sentía para nada bien, y estaba muy asustado; deduciendo a qué era lo que Kai se refería “con su turno”. El moreno mientras tanto, se ocupaba de mover su dedo con lentitud preparando el cuerpo del contrario para recibir lo que venía a continuación, sacando su dedo para aplicar más lubricante y volverlo a introducir, repitió este proceso unas cuantas veces, mientras se deleitaba con los gemidos que emitía Gray; los cuales eran música para sus oídos. Finalmente, sacó sus dedos, y bajó rápidamente sus propios pantalones, dejando salir su erección la cual pedía a gritos por atención.

— Sé que a estas alturas es un poco hipócrita de mi parte preguntar esto, pero no podría hacerlo sin tu consentimiento, tampoco quisiera violarte; no soy ese tipo de persona... ¿Puedo entrar en ti Gray? Prometo que seré cuidadoso.

Gray se sorprendió de sobremanera con aquello, y lo pensó por un momento. Si quisiera, todo podría parar ahí, pero ¿realmente quería que Kai se detuviera? Restando el miedo del sorpresivo ataque, Kai realmente había cumplido lo que le anunció en un principio: hacerle sentir cosas que jamás había sentido.

De manera que, atemorizado de todas formas, Gray asintió tímidamente, concediéndole su permiso para continuar.

Kai no perdió el tiempo e inmediatamente, comenzó a introducirse dentro de Gray, tratando de hacerlo lo más lento y cuidadosamente posible.

El pelirrojo sintió su cuerpo ser invadido. El enorme miembro del moreno se abría paso en sus entrañas, sentía que se desgarraría, el dolor era agudo mientras más el contrario lo introducía. El dolor y la incomodidad solo aumentaron, en cuanto Kai comenzó a moverse cada vez más rápido en su interior, logrando un ritmo bastante rápido, con cada estocada llegaba más profundo.

Pero Kai después de todo, era un experto en brindar placer, y paulatinamente, aquel dolor se convirtió en eso precisamente. Con certeza, logró encontrar el punto preciso, que hacía a Gray arquear la espalda y gemir involuntariamente. Kai continuaba arremetiendo cada vez más rápido, llegando también a jadear y dejar salir profundos gemidos; hasta que sintió la necesidad de aumentar mucho más la velocidad. Sus cuerpos chocaban una y otra vez, y ambos sentían como si corrientes eléctricas pasaran por sus cabezas, cada vez que el pene de Kai entraba. Finalmente, el moreno culminó derramando su caliente esperma en el interior de Gray, quien gimió largo y grave al sentir ser llenado con el líquido.

Totalmente exhausto, el moreno se dejó caer sobre Gray. Se aventuró a acercarse una vez más a sus labios, lamiéndolos, para luego besarlo una vez más, lento y profundamente. Gray se encontraba casi llorando, no sabía si de placer, angustia o ambas. También estaba bastante cansado como para oponer resistencia alguna. Pero se encontró pensando que, en realidad, no quería hacerlo. Ese beso, había sido el cierre con broche de oro perfecto, para aquella fatídica noche; que también había resultado ser excitante.


 

A partir de esa noche, Gray se hizo bastante cercano a Kai. Compartiéndole sus alegrías y tristezas, contándole acerca de sus preocupaciones. Por extraño que sonara, Kai siempre tenía algo inteligente que responder, siempre podía contar con él para que le diera un buen consejo o le levantara el ánimo. Y Kai tampoco se quedaba atrás, sabía que también podía recurrir al pelirrojo, para hablar cuando lo necesitara, siendo su único amigo varón en ese pueblo y en muchos otros.

Y por supuesto, esa fue la primera vez, pero no la última en la que se acostaron. Lo repitieron varias veces a la semana el resto del verano, nunca por iniciativa de Gray, pero tampoco llegó a negarse nunca, cuando Kai se lo ofrecía. Aún le parecía que estaba mal, pero jamás era capaz de resistirse, simplemente se convenció de que el sexo con Kai fuese parte de su cotidianidad o como un pago por ser su amigo; aunque en realidad, lo disfrutaba muchísimo.

El moreno dejó el pueblo ese verano, y Gray extrañamente sintió un gran vacío dentro de sí, que ni siquiera la dulce Mary con sus novelas, sus interesantes conversaciones, ni sus palabras de aliento; podían llenar. Ese verano, Gray se había olvidado por completo de que estaba comenzando a enamorarse de esa jovencita, y aunque quiso que esos sentimientos regresaran, no pudo lograrlo.

Un año pasó y Kai regresó a Mineral Town. Su radiante alegría y su calidez, nuevamente llenaron el pecho de Gray quien tampoco había cambiado en nada. Y fue de esa manera que durante algunos años llevaron esa extraña relación apoyándose, aconsejándose y teniendo sexo; aunque fueran solo "amigos". Eran bastante íntimos en todo el sentido de la palabra, y tal vez esa relación que llevaban, era lo que a los dos les había impedido llegar a casarse. Gray sabía que Mary estaba muy interesada en él e incluso se sentía halagado y feliz por sus sentimientos. Por su parte Kai, había entablado una bonita relación con Popuri, la bella joven de la granja avícola.

Pero ninguno de los dos se decidía a dar el siguiente paso con esas mujeres, por el simple hecho de que, aunque no querían darse cuenta ni admitirlo, estaban profundamente enamorados el uno del otro.

Continuará…

 

 

Notas finales:

El capítulo original, era totalmente una violación. Al editarlo me di cuenta del grave error que cometí al escribirlo de ese modo. Quiero decir, no le cambié mucho tampoco, pero en el original, Kai jamás pidió el permiso de Gray, simplemente hizo lo que quiso. No lo forzó ni nada, porque Gray en realidad jamás opuso resistencia.

Pero ahora me doy cuenta, de que en aquel entonces, yo estaba tan saturada de este tipo de historias, que como muchas personas, jamás vi un asalto así como algo malo, en tanto la otra persona no se quejara o saliera llorando. Ahora, ya siendo una persona madura, entiendo lo mal que planteé esto y por suerte, pude corregirlo.

Espero que les haya gustado esta mini historia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).