Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SECRETLY (VKOOK) por Kris Kuro Angel

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, hermosuras~

Primero, ¡feliz año nuevo a todos!

 Segundo, si, se que tardé en actualizar y fue culpa de un bloqueo de escritor (y muchos problemas en mi día a día que me impedían escribir) pero espero que disfruten del capítulo.

Sugerencias o tomatazos serán bien recibidas.

Nos leemos pronto~

Jungkook había llegado tarde a casa, extrañamente. Su madre aun no llegaba por lo que rápidamente se puso a hacer la cena para ella (él ya había comido con sus nuevos amigos), sabía que no tardaba en llegar así que decidió hacer algo rápido.


 


—Jungkook–ah, ya llegué —escuchó la voz de su madre, además del sonido de las llaves al ser puestas en la mesa.


 


—Estoy en la cocina, Jihyun–omma.


 


Vio a la mujer entrar a la cocina, traía puesto un suéter blanco y unos jeans ajustados, así como unas botas.


 


—¿Qué preparas, cariño?


 


—Fideos fritos y creo que estoy fallando en hacerlos.


 


—Es porque no estas mezclándolo bien, es de abajo hacia arriba.


 


Al terminar de preparar la comida, ambos se sentaron en la mesa. Jungkook se había servido una pequeña porción, solo para acompañar a su madre y no dejarla comiendo sola.


 


—¿Cómo te fue en la escuela?


 


—Conocí a unos chicos nuevos, me invitaron a comer —dijo el pelinegro—. Uno de ellos está en mi salón, es raro pero muy agradable.


 


—Eso está muy bien —habló Jihyun con una sonrisa en su rostro—. Me gusta que estés haciendo nuevos amigos, desde que Suwoong se fue no has sido cercano con nadie.


 


—Sabes bien porque no tengo amigos —Jungkook bajó el rostro, contemplando un pequeño raspón en su mano, cortesía de uno de sus abusadores—. ¿Sabes que es lo bueno? Que esto pronto se acabará, hay un 90% de posibilidad de que aprueben la beca para la universidad.


 


—¿Es en serio? —Jihyun se levantó de su asiento y fue a abrazar a su hijo—. ¡Qué maravilla! Tu padre estaría tan orgulloso.


 


—Si —susurró Jungkook—. Aunque primero debo aprobar este año con notas sobresalientes.


 


—Vas a ver que si lo aprobaras —sonrío su madre.


 


Finalizaron la cena entre anécdotas y recuerdos. Antes de irse a dormir Jungkook tomó la foto familiar que reposaba en su escritorio, la que tanto atesoraba pues era la última foto que se tomó con su padre.


 


—Hola, papá —articuló suavemente observando la foto—. Sabes, hoy tuve un buen día. Quizás las cosas vayan a mejorar a partir de ahora… Buenas noches… te quiero.


 


 


******


 


 


Al otro día acompañó a su madre hasta la oficina de correos donde trabajaba, se despidió de ella y emprendió su camino a la escuela, rezaba por no encontrarse a los delincuentes que tenía el desagradable honor de llamar compañeros.


 


Y como si el destino lo odiara, allí estaban, esperándolo en la parada del bus. Jungkook dio media vuelta y corrió en sentido contrario, era un camino más largo pero no era la primera vez que llegaba tarde a clases. Antes de poder cantar victoria fue interceptado por alguien.


 


—Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí? —dijo el sujeto—. Es el hijo de la criadora.


 


—Con que intentando huir, nerd de mierda —exclamó otra voz tras de sí.


 


—Ya déjenme en paz —dijo el pelinegro entre dientes, estaba harto de esa situación.


 


—¿Qué dijiste? —un golpe llegó a su abdomen haciendo que cayera de rodillas al suelo, sostenía la zona golpeada mientras intentaba recuperar el aire—. Creo que me estabas dando órdenes, pendejo, y eso no te lo perdono.


 


Antes de que otro golpe fuera asestado contra Jungkook, algo cayó sobre su atacante.


 


—¿¡Pero que mierda!?


 


—¿Por qué no te metes con alguien de tu tamaño? —Jungkook reconoció la voz de Taehyung, parecía estar molesto y con ganas de golpear a aquellos idiotas—. ¿Qué? ¿Acaso eres tan poco hombre como para golpear a alguien indefenso?


 


—No sabes con quien te estas metiendo.


 


—Sí, me estoy metiendo con un debilucho con cerebro de camarón.


 


Los dos chicos empezaron a pelear, se lanzaban puños y patadas. A Jungkook le sorprendió la habilidad que Taehyung tenía para esquivar los golpes o asestarlos con precisión, parecía un experto en peleas. Los demás se quedaron absortos, igual que él, viéndolos pelear. Quizás porque casi nadie se atrevía a retarlo porque si no, acabarían como él, siendo víctima constante de sus ataques.


 


Las sirenas de la policía los alertaron, ya que iban en su dirección. La pandilla tuvo que detenerlos para salir huyendo, no sin antes recibir múltiples amenazas de su parte.


 


—¡Esto no se quedará así, maldito pendejo!


 


—Pues no te tengo miedo, cabrón —contestó Taehyung.


 


—Hyung, ¿estás bien? —Jungkook se acercó a él. Lo vio despeinado y con un golpe en la comisura de su boca, no había sido tan preciso en esquivar después de todo—. Tu boca…


 


—No es nada. ¿Tu estas bien?


 


—Sí. La policía va a venir —dijo el menor para luego escuchar voces y risas.


 


Guiu, guiu… —J–Hope y Jimin salieron por uno de los callejones, uno de ellos sosteniendo su teléfono de dónde provenía el sonido de las sirenas.


 


—Y ustedes me dejan solo, traidores —exclamó Tae en un tono parecido a la indignación.


 


—La máquina de peleas son tú y Namjoon, nosotros solo somos simples espectadores —dijo Jimin.


 


—Te recuerdo lo que paso hace dos años.


 


—Eso… él se lo buscó —Jimin se acercó a revisar al menor que no parecía muy dañado—. ¿Te hicieron algo, Jungkookie?


 


—Solo fue un golpe —contestó el menor.


 


—Esos hijos de…


 


Jungkook colocó su mano sobre el hombro de Taehyung para tranquilizarlo, esté lo rodeó con sus brazos y apoyó su cabeza en el hombro del menor. Los otros dos también lo aplastaron en un caluroso abrazo.


 


—¡Yei! ¡Abrazo grupal! —gritó Hope.


 


—Me aplastan —exclamó Jungkook.


 


—Como molestan…


 


 


 


 


 


Para suerte del menor y sus compañeros, lograron llegar a tiempo a clases. Claro que no pasó desapercibido para él las miradas de odio que eran lanzadas desde el fondo del salón, casi podía sentir como era atravesado por ellas pero no le dio importancia, debía preocuparse más por Taehyung. El mayor estaba prácticamente pegado a él (y las mesas muy juntas no ayudaban a la distancia), el profesor los había mirado extraño, preguntando la razón de su cercanía y comparando a Taehyung con una sanguijuela en busca de alimento. Tae simplemente dio la excusa de que había olvidado su libro (a propósito, claro estaba).


 


—No entiendo. Explícame este ejercicio, Kookie —dijo muy cerca de su oído.


 


—¿Kookie? —el menor se extrañó al oír ese apodo.


 


—Me gusta cómo suena, Kookie —su voz salió muy melosa y profunda—. Kookie, Kookie, es una palabra tierna.


 


—Es extraño —fue su simple respuesta—. Mira, esto se hace así…


 


Las clases transcurrieron rápidamente, para su suerte tenían las dos últimas horas libres. A Taehyung se le ocurrió una buena idea, y esa buena idea solo lo involucraba a él y a Jungkook.


 


—¿Me acompañas a un lugar, Kookie?


 


—¿A dónde? —el pelinegro terminaba de guardar sus cosas en su mochila, de repente sintió un empujón y claro que sabía quién se lo había dado. Tuvo que detener a Taehyung para que no fuera tras de él y matarlo—. Ya, calma. No quiero que te metas en problemas.


 


—¿Por qué dejas que te hagan eso?


 


—Porque si me defiendo será peor, hyung —contestó y dejó escapar un suspiro—. Estoy cansado de pelear, de discutir sin llegar a nada. Esto no se va a acabar así de sencillo.


 


—Pues yo estoy aquí para que eso se acabe —dijo Taehyung determinado—. Entonces, ¿vienes conmigo?


 


—Claro que sí.


 


Ambos salieron corriendo del salón, no repararon en nadie a su paso ni siquiera en la chica que los miraba con curiosidad. Jungkook sentía una extraña emoción al correr de la mano de Taehyung, su corazón latía desenfrenado tal como una locomotora. Se montaron en el primer autobús que paso frente a ellos ya que, según Taehyung, aquel lugar quedaba un poco lejos.


 


Tomaron asiento, Jungkook al lado de la ventana y Tae a su lado para protegerlo. El menor se sentía extraño, su mejor amigo también solía ser así de protector pero ellos se conocían de pequeños, a Tae simplemente lo conoció hace un día.


 


Sacó su teléfono y audífonos de su bolsillo, le tendió uno a Taehyung y él se colocó el otro. Dejó que su teléfono hiciera sonar una canción al azar, la melodía de Fools de Troye Sivan inundó sus oídos. Sintió la cabeza de Taehyung descansar en su hombro así como escuchó un susurro salir de su boca.


 


—Me gusta esta canción —empezó a tararearla y Jungkook lo siguió, era extraño pese a ser una canción muy melancólica se sentía feliz. Quizás era porque a Taehyung le gustaba, porque compartían algo.


 


—Por cierto, hyung, esto es tuyo —dijo para luego entregarle el pañuelo que había lavado la noche anterior—. Muchas gracias por eso  —Taehyung lo miró sin despegar su cabeza, sonrió amplíame y lo tomó.


 


—Fue un placer —dijo para luego seguir cantando aquella canción que era la favorita de Jungkook—. Only fools fall for you, only fools fall. Only fools do what I do, Only fools fall…


 


Luego de un largo recorrido, ambos bajaron en una parada cerca de la playa en Gijang. El mayor simplemente caminó como si conociera el lugar y Jungkook lo seguía, no estaba seguro de si Taehyung estaba bien orientado.


 


—Namjoon y yo estuvimos viendo guías turísticas anoche, y encontramos este lugar —relataba Taehyung mientras subía unas escalinatas que daban hacia el bosque—. Se ve más bonito en la vida real que en fotografías.


 


—Namjoon y tu son cercanos, ¿eh?


 


—Es mi primo.


 


—Oh —dijo desviando su atención hacia el mar—. Solía venir antes con mis padres —soltó Jungkook de repente, arrepintiéndose luego.


 


—¿Por qué ya no lo hacen? —Taehyung se detuvo al no escuchar los pasos del menor, se dio la vuelta encontrándolo estático mirando al mar. Sus ojos estaban cristalizados, sus mejillas sonrosadas al igual que su nariz—. ¿Kookie? —se acercó a él, solamente dejando pocos centímetros de distancia entre ellos—. ¿Qué sucede?


 


—Papá murió… hace unos años —luchó porque su voz no se quebrara en ese momento—. Estaba enfermo. Mamá y yo nos las hemos arreglado desde entonces, siempre… hemos estado solos… y cuando él se fue, las cosas fueron de mal en peor —limpió las pequeñas lágrimas que se deslizaban traicioneras por sus mejillas—. Como vez, he tenido escasos momentos felices.


 


Sintió los brazos de Taehyung alrededor de su cuerpo, su cabeza ahora descansaba en el amplio pecho de su hyung, escuchaba claramente los latidos de su corazón. Jungkook colocó sus manos en la espalda del mayor, acariciándolo en el proceso, se ancló fuertemente a él. Hacía mucho tiempo que no sentía ese tipo de afecto de parte de alguien ajeno a él, se sentía bien.


 


—Lo siento —dijo Taehyung—. Debí preguntarte antes de venir aquí.


 


—No te disculpes, no lo sabias. Aun no me conoces.


 


—Quiero hacerlo —apretó más el cuerpo del menor contra el suyo—. Quiero conocer cada parte de ti, cada anécdota, cada sentimiento. Quiero saber todo hasta el más pequeño y sucio secreto.


 


—¿Qué estás diciendo, hyung? —el menor no sabía si asustarse o reír ante eso, era una locura lo que estaba diciéndole su hyung. Una locura que no pensaba complacer.


 


—Que… —Taehyung miró a los ojos a Jungkook, esa mirada achocolatada que poseía el mayor podía perderse en la oscura del menor— me gustas, Jeon Jungkook —el menor no podía creer lo que estaba diciendo, lo miró confundido como si no entendiese lo que acababa de decir—. Sé que es muy pronto, apenas nos conocimos ayer pero… cuando te vi por primera vez llamaste mi atención, por eso me acerqué a ti y te di mi pañuelo. Suena como una locura pero se lo que digo, yo no ando declarándome así a cualquier desconocido, por eso quiero conocerte mejor y que tú me conozcas a mí.


 


—Yo… hyung… no se… no entiendo… ¿Cómo debo reaccionar a esto? —el pelinegro estaba totalmente confundido, ni en sus más retorcidos sueños esperó que Taehyung se le declara.


 


—¡Cierto! ¡Cierto! No te lo pregunté, ¿eres de los que le van las chicas?


 


—Eh… no, nunca me he sentido atraído por una chica —tuvo que apartarse y tomar un respiro antes de volver a hablar, estaba muy confundido—. No entiendo nada. ¿Estás seguro que te gusto? No me conoces, no te conozco. Puedo ser un traficante de órganos drogadicto y tú vas y me dices esto.


 


—Kookie…


 


—Tengo manías raras, ¿sabes? Soy un nerd que vive con su enorme narizota pegada a un libro, me exalto con facilidad, ronco cuando duermo.


 


—Kookie —Taehyung no pudo evitar reír al verlo caminar de un lado a otro, como una pequeña ardilla confundida y hablando hasta por los codos.


 


—Mi amor de toda la vida ha sido G–Dragon, es la base de mi hombre perfecto. Me sé una cantidad indefinida de coreografías de chicas. Soy muy cursi, lloré con Bajo La Misma Estrella y me vi todas las temporadas de Queer as Folk sin despegarme del televisor. Le puse Ruki a mi primer conejo —tomó aire nuevamente—. ¿Quién en su sano juicio le pone Ruki a un conejo?


 


—Kookie, para —Taehyung se acercó a él tomándolo nuevamente de la cintura y plantando un beso en su frente, haciendo así que el chico se callara—. Si te consuela en algo, yo también tengo manías raras: hablo con las plantas, duermo con un osito de peluche, me gusta inventarme mi propio melodrama en mi cabeza, a veces grito de la nada y mi appa me castiga por eso. Soy muy sentimental, lloré con Diario de una Pasión y estuve un tiempo obsesionado con Crepúsculo.


 


—No te creo.


 


—Pues si —volvió a besar su frente—. Odie a Edward por dejar a Bella, luego la tipa se puso insoportable y aprobé que el vampiro con complejo de Campanita la dejara —aquello le sacó una carcajada a Jungkook—. Yo todavía creo en el príncipe azul y también creía en los dragones, me fui a cazar uno al bosque y me perdí, tuvieron que llamar a la policía para encontrarme y casi me mandan a un manicomio porque dije que había visto un duende saltarín que vomitaba arcoíris. Me gusta Shingeki no Kyojin, incluso tengo una máscara del Titán Colosal en casa con la que fastidio a Hobi–hyung, solo porque me divierte escucharlo gritar como niña cuando lo asusto con ella. Una vez dije que Jiminnie era mi Pikachu y no pararon de molestarnos como por dos semanas, y mi primera mascota se llamaba Peluquín y era una tortuga. Raro, lo sé, hasta yo tengo un límite de rareza.


 


Jungkook se estaba destornillando de la risa con todas las cosas que decía Taehyung, ese chico era una caja de ocurrencias.


 


—Estás demente —dijo entre risas el pelinegro.


 


—Por eso te dije que me iban a mandar al manicomio —dijo haciendo un leve puchero el mayor—. Además, acabo de agregar otro dato curioso: estoy celoso de G–Dragon. Mira que cautivar el corazón de mi chico y convertirse en su hombre ideal, eso nunca se lo voy a perdonar.


 


Una oleada de deseo recorrió el cuerpo de Jungkook, quería pasar su lengua por el labio inferior de Taehyung y morderlo, luego besarlo como si no hubiera un mañana. Se detuvo antes de que aquella idea se materializara, en cambio escondió su rostro en el hombro del mayor. Estaba nervioso y apenado, no sabía que responder ante aquello así que, como pudo, dijo lo primero que se le ocurrió.


 


—No soy tuyo, Taehyung–hyung,


 


—No…aún…


 


Tae besó el cuello del menor, ya que era el único lugar visible que podía alcanzar en esa posición. Jungkook se estremeció al sentir los cálidos labios de su hyung, le gustaba pero era absurdo. Aunque quiso creer en lo que le decía Taehyung, tenía miedo, miedo de que aquello solo fuera una ilusión, que Tae se  alejara de él. Miedo a que descubriera el secreto que jamás debía decirle a nadie ni soñando y lo repudiara.


 


Pese a su conflicto interno, no se despegó del mayor. Se aferró más a él, si era una ilusión entonces quería disfrutar de ese contacto un poco más antes de despertar.


 


Solo por una vez quiso creer que era un chico normal.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).