Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una cuestión de pelos por Orseth

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Snape le indico que pasara con un leve movimiento de cabeza para después ir a sentarse en un sofá frente a una chimenea encendida.

-Siéntate, debemos hablar.

¿Sentarse había dicho?... ni de broma.

-Prefiero estar de pie.

Snape lo miró por un segundo viendo al chico recargarse en el respaldo detrás del sofá de una plaza en donde se suponía debía sentarse.

-Como sea –dijo entones el profesor de pociones- ¿Qué avances has tenido en tu investigación?

-¿Investigación?

-Si Draco, sobre tus posibles enemigos, los que te hechizaron colocándote orejas y cola de gato ¿recuerdas?

Draco odiaba que le hablaran como si fuera estúpido, pero tampoco estaba en posición de reclamar nada, por lo que poniendo su mejor cara contestó:

-No  he tenido ninguno, no se dé nadie que me hubiese querido hacer esto.

-Lo imaginé, si emplearas tu tiempo en investigar y no en andar dando paseítos nocturnos saltándote el toque de queda e infringiendo las reglas tal vez podrías llegar al meollo del asunto, pero como ya me imaginaba esto tengo otra solución.

-¿Qué cosa? –exclamó esperanzado.

-Legeremancia.

-¿Qué?

-Siéntate, usaré Legeremancia en ti y así sondeare a quienes has estado castrando con tu actitud para hacer una lista de posibles culpables, aunque sospecho que será como medio colegio.

Imposible, el profesor Snape no podía ni debía ver qué cosas había estado haciendo para arreglar su asunto felino, así que simplemente se quedó en silencio y quieto sin saber qué hacer.

-¿No escuchaste?

-No usarás Legeremancia en mí, padrino –respondió con tranquilidad mientras su cabeza pensaba con desesperación que excusa dar.

-¿Y  eso porque?

-Porque… pues porque no.

-Aunque realmente me impresiona tu habilidosa elocuencia para expresar tus motivos, insisto en saber por qué no.

-Pues porque Blaise, Crabbe, Goyle y Pansy han estado haciendo conmigo un cuidadoso y detallado análisis de los posibles sospechosos, pero hasta ahora no hemos marcado a ninguno, por eso te decía que aún no hay nada, pero mañana tendremos una reunión para aportar más ideas y ver qué hacer.

Snape lo miró unos segundos que se le hicieron eternos con sus profundos e implacables ojos negros mientras él lo miraba con determinación al tiempo que tragaba saliva.

-De acuerdo… -dijo entonces haciéndolo suspirar suavemente de alivio- espero que eso sea verdad y realmente te estés aplicando en ello que  Narcisa no deja de molestarme con este asunto, me envía una lechuza todos los días pidiéndome hacer algo al respecto.

-No te preocupes, ya lo estoy haciendo.

-Eso espero Draco, ahora vete a dormir y no quiero enterarme que vuelves saltarte el horario de queda sin ningún respeto a las reglas, ya te pareces a Potter y su grupo de amigos que se creen mejor que los demás.

-No lo haré padrino, buenas noches.

-Buenas noches.

Cuando finalmente pudo acostarse en su cama, suspiró con cansancio y esperanza al mismo tiempo de que al día siguiente todo ya se hubiera solucionado por fin.

 

 

 

 

 

_________________________

           

 

En cuando abrió los ojos se tocó de inmediato la cabeza quedándose de una pieza al darse cuenta de su realidad.

-No es posible… -pensó abriendo mucho los ojos e  hiperventilando al darse cuenta de que sus orejas de gato seguían ahí- no es posible… yo hice lo que debía hacer ¿Por qué siguen ahí?... no es posible.

Blaise se levantó y se bañó viendo que las cortinas de la cama de Draco seguían cerradas, entonces abrió una y se asomó encontrándolo cubierto hasta la cabeza viéndose solamente un par de orejas blancas.

-Draco ¿no te vas a levantar?... Draco…

-No.

-Ya casi son las nueve, ya van a servir el desayuno.

Pero como Draco ya no contestó no le quedó más remedio que irse con sus compañeros al comedor, ya estando ahí llegaron las lechuzas con los correos de los estudiantes  yéndose a parar una en la mesa de Slytherin, lechuza que Blaise reconoció propiedad de los Malfoy al ver el anillo de su pata.

-No está aquí –dijo entonces- irá por ella a la lechucería.

Como si entendiera lo que el chico había dicho, la lechuza emprendió el vuelo saliendo por la ventana; entonces Blaise tomó un trozo de pan, le metió queso y huevo con jamón y envolviéndolo en una servilleta salió de ahí dejando a Crabbe y Goyle desayunando.

-Draco te traje algo.

Pero las cortinas seguían cerradas y un leve ruido le hizo aguzar el oído dejándose escuchar de nuevo reconociéndolo entonces como un sollozo, así que esta vez no espero permiso y abrió la cortina encontrando a Draco recargado en la cabecera con un montón de pañuelos desechables alrededor.

-¿Qué sucede? –pregunto sentándose en la cama.

Draco sorbió la nariz y negó con la cabeza sin decir nada, solamente se limpiaba la nariz y seguía sollozando.

-¿Es por lo de tu papá?... me dijiste que hoy viene a recogerte ¿no?

Al oír eso Draco sollozó más fuerte haciendo que Blaise se preocupara de verdad.

-Vamos amigo, el profesor Dumbledore encontrará una solución… o tal vez tu padrino, para eso te llamó ayer me imagino.

-Oh Blaise… -dijo entonces en un tono lastimero- soy tan tonto… tan idiota… me la volvieron a hacer y yo caí como un completo estúpido.

-¿De qué hablas?

Realmente no quería confesar lo que había hecho y menos a su mejor amigo, pero había llegado a un punto en que sentía que ya no podía más.

-Esto ya no tiene solución… mi vida esta arruinada…

-No digas eso, todo tiene solución en esta vida.

-Ya lo intente… ya lo intenté y no pasó nada…

-¿Qué intentaste Draco? –Pregunto Blaise entrecerrando los ojos, pero Draco comenzó a sollozar más fuerte haciendo a Blaise comenzar a desesperarse- Draco cálmate y habla claro ¿Qué hiciste?

-Me da tan-tanta vergüenza contigo… nunca debí hacerlo… p-pero estaba desesperado…

-¿Pero qué hiciste?

Draco se limpió la nariz antes de comenzar a hablar pues aunque muriera de vergüenza realmente necesitaba desahogarse.

-Lo que decía la carta.

-¿Qué carta?

-La carta Blaise…

Blaise tardó unos segundos en reaccionar.

-Ah… ¿esa carta?

-Sí, esa carta.

-Sé más claro Draco, no estoy entendiéndote nada.

-La carta Blaise –dijo entonces con exasperación- ¿recuerdas la solución que proponía esa maldita carta de mierda?

Blaise lo miró en silencio quedándose congelado por unos segundos antes de decir:

-Draco no querrás decir…

-Si… -completó mirándolo con ojos enrojecidos e hinchados por el llanto- lo hice… busque a Potter y le pedí que me hiciera el grandísimo favor de darme por el culo.

Blaise solo cerró los ojos mientras Draco solo lo miraba  moqueando desconsolado.

-Pero mírame… no sirvió de nada… bueno si, al menos Potter si la pasó bien el muy bastardo.

-Draco… Draco no sé no que decir –dijo al fin negando con la cabeza.

-Yo sí, di que soy un idiota, porque eso soy.

Ambos chicos se quedaron en silencio por unos minutos, hasta que Blaise dijo:

-No puedo creerlo… ¿tú y Potter?

-Sí, yo y Potter.

-¿En serio accedió a ayudarte?

-No creas que fue tan fácil, primero no quería.

-¿Fue ayer que andabas fuera tan tarde?

-Si… pero esa fue la segunda vez.

-¿Qué? –Exclamó casi con un graznido- ¡¿la segunda?!

-Sí, porque la primera no funcionó… pero mira, la segunda tampoco… oh Blaise, fui engañado y caí redondito -Blaise ya no dijo nada, solo miró a su amigo que ya tenía la nariz roja e hinchada también- fue tan humillante pedírselo tanto la primera como la segunda… y todavía muy ufano me dice “De acuerdo, pero no traje mis preservativos, como comprenderás no los ando cargando todo el tiempo, voy  por ellos y regreso” –completó haciendo un tono petulante de voz.

-Pues no… sigo sin saber que decir.

-¿Podrías dejarme solo para revolcarme en mi miseria antes de que llegue mi padre y me mate?

Blaise solo asintió en silencio y se levantó, solo que antes de terminar de darse la vuelta recordó algo.

-Te llegó correo, está esperando en la lechucería.

Draco asintió en silencio, así que después de un rato decidió ir por él pues seguramente ahí diría la hora en que debía estar listo, así que solo se  puso su bata de dormir encima y salió calzando sus pantuflas mientras Blaise solo lo miraba en silencio desde su cama.

Draco caminó por el castillo importándole un rábano que los demás lo vieran con cero glamour, incluidas algunas chicas de Beauxbatons que iban a la salida del colegio a tomar el autobús que las llevaría a Hogsmeade, resultando que entre ellas iba Amelie Feraud quien al verlo dejó  a sus amigas y caminó hasta él.

-¡Draco, que milagro! Hace semanas que no platicamos.

-Lo siento, llevo algo de prisa –respondió sin detenerse dejándola con la palabra en la boca.

-¿Qué pasó? –dijo una de sus amigas acercándose.

-Nada, ni siquiera se detuvo a hablarme.

-Lastima, se ve tan lindo con esas orejitas.

-Ajá, aunque ande por ahí en pijama –añadió otra.

Haciendo una mueca de resignación se alejó de ahí con ellas en tanto  Draco se dirigía a la lechucería encontrándola por fortuna sola; ubicó la lechuza de su casa, tomó la carta y sin más se sentó a leer su sentencia de muerte en un escalón removiéndose incomodo en la dura piedra.

“Querido Draco, soy mamá y te envío esta carta para avisarte que tu padre canceló la reunión de hoy pues surgió un imprevisto en Francia que ha aplazado este encuentro por tiempo indefinido, aunque seguro es que al menos tienes un par de meses de tiempo; los motivos  no importan pues lo más importante aquí es tu situación, casi le hago un baile a Merlín por este afortunado hecho, así que espero que las reuniones con Severus estén rindiendo fruto y pronto podamos terminar con esto, espero noticias tuyas  lo más pronto posible, cuídate mucho, te ama mamá”

Cuando terminó de leer se quedó como lelo un par de minutos para luego volver a leer el pergamino, así estuvo un rato más hasta que por fin una sonrisa de alivio se dibujó en sus labios haciéndolo agachar la cabeza.

-Gracias Dios.

Más animado regresó a su habitación encontrando a Blaise recostado en su cama.

-¡Blaise no lo vas a creer!

-¿Qué cosa?

-¡Mi papá no viene hoy, canceló su viaje!

-¿En serio?

-Si… Ahora si ya creo en Dios –exclamó tumbándose en su cama con aire teatral.

-Oye Draco, tengo una duda… bueno dos –pregunto Blaise sentándose y recargándose en su cabecera.

-Qué cosa.

-Si Potter esta embarrado en este asunto también y el hechizo requiere que te dé por el culo, entonces tomaron algo de él ¿no?... Draco…

-Blaise, no vuelvas a decir esas cosas –respondió furibundo.

-Responde.

-Mmm… pues no sé, supongo.

-Otra cosa, cuando Potter te estaba cogiendo ¿usaba condón?

-¡Blaise!

-Perdón, corrijo… cuando Potter te la estaba metiendo ¿usaba condón?

-Con un carajo… -gimió enterrando su cara en  la almohada.

-¡Te lo mereces, te lo mereces por ocultarme cosas! Yo soy tu mejor amigo y me excluiste de esto.

-Sí, sí, perdón, lo acepto… debí confiar más en ti y decirte que estaba pasando.

-Pues no creas que con eso ya te perdone, pero bueno…  ¿y entonces?

-¿Entonces qué?

-¡Lo que te pregunté tarado! ¿O quieres que lo vuelva a preguntar?

-¡Ah eso!... pues… pues claro que usó condón –respondió con la cara roja.

-Oye Draco ¿y si justamente ese fue el problema? –exclamó con aire dubitativo mientras ponía un dedo en sus labios.

-No entiendo.

-Si mira, si específicamente Potter y no cualquier otro es parte del problema entonces usaron algo de él para el hechizo y entonces tu cuerpo necesita precisamente algo de él para romperlo ¿pero cómo tu cuerpo va a recibir lo que él tiene si hay de por medio un plástico?

-¿Quieres decir…? –dijo comenzando a entender y sentir de nuevo las orejas calientes.

-Exacto, que aunque Potter te lo ha hecho no ha eyaculado dentro de ti propiamente sino en el preservativo… tal vez lo que realmente necesitas es que se corra dentro de ti directamente.

-Oh diablos… -masculló escondiendo de nuevo la cara en la almohada- no quiero hablar de eso, es muy vergonzoso.

-Más vergonzoso será que tu padre te vea con esas orejas.

-Créeme que estando ahí llegó un momento en que eso no me pareció tan mal después de todo.

-¿Por qué, Potter se mueve bien?

-¡Blaise!

-¿Qué? –exclamó con inocencia.

-Eres un bastardo, no dejaras de desquitarte nunca ¿verdad?

-No… mira, el pan que te traje ya esta frío.

-No importa, dámelo que ya tengo hambre.

Blaise vio a su amigo sentarse a comer el pan con huevo y jamón.

-Te ves más animado.

-Estoy más animado, esta carta me devolvió la esperanza.

-Así que se lo pedirás a Potter de nuevo.

-No lo sé, es decir… yo creo que sí pero… mierda Blaise ¡fue tan vergonzoso! –respondio mientras masticaba.

-Aun no salgo del shock –dijo recostándose de nuevo en la cama mirando al techo- tú pidiéndole a Potter que te por el…

-Basta, ya estuvo bueno ¿no?

-Es que esta vez no lo dije como burla, si lo piensas bien esto es muy hilarante ¿o no?... digo, todos estos años llevándose mal y de buenas a primeras tú y él…

-Solo es una maldita ayuda –interrumpió avergonzado de nuevo- así que deja de mencionar ese asunto de manera tan incisiva ¿quieres?... ¿o quieres que de nuevo no te cuente nada?

-De acuerdo, de acuerdo ¿y cuando se lo pedirás?

-¡Ay no sé, deja que me pueda sentar bien!

 

 

_________________________

 

 

 

Pero esa tarde Harry no se dejó ver para nada y es que Hermione prácticamente los había arrastrado a él y a Ron a la biblioteca a hacer deberes atrasados, pero Draco en realidad tampoco tenía tanta urgencia de verlo, la carta de su madre lo habían relajado y tranquilizado mucho, cosa muy buena pues sentía que en cualquier momento iba a estallar como un vil vociferador, además de que no planeaba dejarse meter absolutamente nada por ahí hasta que pudiera sentarse bien y sin ningún problema.

A la hora de la cena Harry fue liberado de su castigo y sintiéndose libre se dirigió al comedor con sus amigos, pero al sentarse a su mesa noto que en la de Slytherin ya estaba sentado Draco y su grupo de amigos, hecho que le sorprendió pues según el rubio a esas horas ya estaría en su casa con sus padres, pero más le sorprendió verlo aun con sus orejas felinas todavía, orejas que se movían de manera muy curiosa cada que Draco reía… ¿reía?

-Para estar muy angustiado se ve muy relajado –pensó Harry esperando a que el profesor Dumbledore llegara al comedor para dar inicio a la cena.

-Disculpen la demora –dijo el anciano llegando hasta la mesa de profesores- que la cena comience y buen provecho.

            -Le ha sorprendido verme aquí todavía y aun con orejas de gato –pensó Draco mientras se servía un vaso de leche- bueno, esperemos unos días para aclarar el asunto.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).