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Una cuestión de pelos por Orseth

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            Al día siguiente se despertó sintiendo de inmediato molestias en salva sea la parte, por lo que haciendo muecas de disgusto se desperezó para levantarse pues era día de clase; también le dolían las ingles y el vientre, sin embargo no había de otra que comenzar el día, así que salió de la cama estirándose viendo que Crabbe y Goyle aun dormían, no así Blaise que ya sacaba una toalla del armario para meterse a bañar.

            -Vaya, despertaste a tiempo –dijo el moreno echándose la toalla al hombro mientras se giraba a verlo quedándose con la palabra en la boca al verlo.

            -¿Qué sucede? –pregunto sacando una toalla también.

            -Draco…

            -Qué.

            -Tus orejas de gato… ¡ya no están!

            Draco se llevo de inmediato las manos a la cabeza notando que efectivamente  ya no había nada, corrió al baño para verse al espejo seguido por Blaise viendo que estas habían desaparecido.

            -¡Oh por Merlín!... ya no están… -musitó sin dejar de tocarse la cabeza.

            Entonces se giró para abrazar a Blaise y brincar abrazados mientras reían.

            -Pero entonces… -dijo Blaise deteniéndose- ¿lo hiciste?

            La sonrisa de Draco se fue apagando mientras cerraba la puerta del baño y se recargaba en ella.

            -Sí.

            -¿Y por qué esa cara?

            -Porque… fue lo más horrible que me ha pasado en la vida.

            -Bueno Draco, ya sabias que te iba a doler.

            -No hablo de eso… bueno si, pero no solo eso.

            -¿Entonces?

            Sin poderlo evitar, sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas mientras inclinaba la cabeza.

            -¿Qué sucede Draco?

            -Oh Blaise… fue tan feo… Potter se porto conmigo como un verdadero patán.

            -¿Pero porqué si ya se llevaban tan bien?

            -¿Eres tonto?... obvio es que es por lo que paso en el torneo.

            -Pero tú no tienes la culpa de que Diggory esté muerto, tu no lo mataste.

            -Pero mi papá si, él estuvo ahí aunque haya sido Pettigrew  quien mato al tonto ese, además salió impune del secuestro de Potter… oh Blaise, me dijo cosas horribles y me trato como si me odiara, como si yo tuviera la culpa de todo… fue muy ofensivo ¿sabes? hasta me jaló la cola.

            -Ah…

            -Pero bueno…. –continuó exhalando un suspiro y limpiándose las lagrimas- al fin esto termino y hay que dar vuelta a la pagina, al fin estoy libre de la molesta y tediosa rutina de secarme la cola y cepillarla para no andar dejando pelos por ahí.

            Blaise lo miró desnudarse y meterse a la ducha para al cabo de unos segundos hacer lo mismo.

            -Oye Draco, pareces jirafa ¿esas marcas te las hizo Potter?

            -Sí, es un pigmeo pero tiene unas manotas y boca de sanguijuela, además tiene un enorme…

            -Suficiente –interrumpió Blaise rodando los ojos.

            -Ego.

            -Ah… oye Draco, las orejas se acabaron ¿pero y tus gustos?

            Draco supo perfectamente a que se refería, por lo que solo inclino la cabeza dejando que el jabón escurriera por su cuerpo.

            -No sé… no sé si siga notando la belleza de los hombres, pero lo que es de Potter… oh Blaise aun siento  que algo se retuerce en mi pecho cuando pienso en él… estoy jodido ¿verdad?

            -Sí Draco… -respondio exhalando un suspiro- estas jodido.

 

_________________________

 

            La explicación que les dio a Crabbe, Goyle y Pansy fue que el profesor Snape había encontrado la cura, pero aun así sabia que lo peor estaba por llegar pues aun le faltaba enfrentar a toda la escuela y los chismorreos sobre la intervención de Harry Potter en su “cura”.

            -No te preocupes Draco –dijo Pansy caminando a su lado- yo me encargaré de decirles a todos que el profesor Snape fue quien te curó.

            -Gracias Pansy.

            Cuando entró al comedor nadie reparó en él, fue poco a poco que comenzó el murmullo y para medio desayuno ya todos se habían dado cuenta de que Draco Malfoy había regresado a la normalidad otra vez.

            -¡Por Merlín Eva!... ¡Draco ya no tiene orejas! –Exclamó Chloe tocándole un brazo- ¿Acaso él…?

            Ambas chicas se miraron entre sí con sorpresa mientras Draco comía como si nada aunque muriera por voltear a la mesa Griffindor.

            -¡Malfoy ya no tiene orejas de gato! –Exclamó Hermione- ¡vaya! Entonces ese rumor era falso.

            -Obvio Hermione –dijo Ron pinchando una salchicha- ¿a poco creías que Harry iba a hacerle el favorcito al hurón?

            -Era obvio que era solo un chisme.

            Todos hablaban de eso mientras Harry comía en silencio sin siquiera levantar la vista de su plato, comió poco y enseguida se levantó para irse de ahí.

 

__________________________

           

 

            -En cuanto termine la clase quiero que te quedes –dijo el profesor Snape cuando paso junto al pupitre de Draco.

            El rubio asintió mientras miraba de reojo a Blaise.

            -Mierda… -masculló cuando el profesor estuvo lejos- a él no puedo engañarlo ¿Qué le voy a decir?

            -Qué encontramos al culpable, no seas tarado.

            -Bueno si, pero me da nervios… creo que ya ni cuando presento un examen me siento así.

            -Pues piensa en la respuesta que le darás porque solo faltan cuarenta y cinco minutos para que acabe la clase.

            Y cuando acabo la clase, todos salieron de ahí dejando solo al Slytherin, quien guardo sus cosas y colgándose su mochila al hombro se acercó al escritorio del profesor.

            -¿Y bien?

            -¿Bien que, padrino?

            -No te hagas el tonto Draco, eso déjaselo a los ineptos de Griffindor, sabes de que hablo y sobre todo ya sabes lo que mucho que detesto que pretendan pasarse de listos conmigo.

            Los profundos y penetrantes ojos negros de Severus Snape lo miraban de tal forma que de pronto se dio cuenta de que nunca lo había mirado así, tanto así que de repente se sintió desnudo y pequeño, por lo que paso saliva discretamente.

            -Habla.

            -Pues… bueno, ya te había dicho que mis amigos y yo estuvimos haciendo una investigación y encontramos al responsable, hable con él y arregle las cosas, me dio el antídoto y listo.

            Severus lo miró por largos segundos mientras Draco sentía una gota de sudor resbalar por su sien esperando que el profesor hablara.

            -¿Crees que soy idiota?... esperaba eso de los demás, mas no de ti Draco.

            -Pero yo no creo que seas idiota padrino –respondio sintiéndose culpable, pues era cierto que su padrino era demasiado listo como para tragarse semejante cuento- pero ya te había dicho eso ¿cierto? ¿Por qué entonces ahora no me crees?

            -Ajá ¿y dónde está el culpable?

            -Pues en clases me imagino.

            -Qué gracioso ¿desde cuándo te has vuelto así de chistosito?

            -Padrino por Merlín, ya todo está solucionado ¿Qué quieres ahora?

            -Qué me digas la verdad, eso quiero.

            -Ya lo dije.

            -¿Y dónde está el responsable, porqué no lo has llevado ante Dumbledore?

            -Porque arreglamos las cosas.

            -Así no eres tu Draco, algo me ocultas y sé muy bien que no es algo leve, una poción de sangre no se cura así como así.

            -Por favor padrino, suficiente tengo con los asuntos de mi papá como para que tu también me cargues la mano, el asunto ya está solucionado… créeme por favor cuando te digo que ya todo está bien.

            -Esa persona merece la expulsión inmediata y tú lo sabes mejor que nadie.

            -Pero ya lo perdone.

            -Draco, es más fácil que yo juegue Quidditch con Potter a que tú perdones a tu enemigo.

            -Pero es verdad padrino, por favor créeme, lo que menos quiero ahora son más problemas, si armo escándalo con esto los demás alumnos se me echaran encima aunque yo haya sido la víctima, lo de la libertad de mi padre aun está muy reciente.

            Severus exhalo un suspiro mientras juntaba sus manos y las pegaba a sus labios mientras lo miraba, conocía a aquel jovencito desde que era un bebé y lo conocía lo suficiente para saber por mucho que le estaba mintiendo, pero de igual manera sabía que a menos que usara Veritaserum no lograría sacarle al verdad al chico.

            -Draco, de verdad espero que tengas este asunto controlado y que al final no termine estallándote en la cara, sabes bien que no me engañas y solo espero que esto no vaya más allá.

            -No pasará padrino, te lo aseguro.

            Severus solo negó con la cabeza mientras volvía su atención a los pergaminos que tenía en su escritorio, señal de que la conversación había terminado.

            -¡Ah una cosa más! –dijo sin levantar la vista.

            -¿Sí? –respondio Draco dándose la vuelta.

            -Ve con Madam Pomfrey.

            -¿Y para que si ya estoy bien?

            -Quiero que te haga un último chequeo. 

            -Pero…

            -Irás y es mi última palabra.

            Torciendo la boca se dio vuelta y salió de ahí.

 

 

_____________________________

 

 

            -¿Qué paso, como te fue, pudiste engañarlo? –pregunto Blaise esperándolo fuera del salón.

            -Hablas de Severus Snape, es obvio que no pude engañarlo –respondio comenzando a caminar siendo imitado por su amigo.

            -¿Y entonces?

            -Aceptó dejar el asunto por la paz, eso es todo.

            -Vaya… pero al menos no insistirá ¿verdad?

            -Creo que no, por lo pronto debo avisarle a mi mamá que ya todo está solucionado.

            El día transcurrió en medio de cuchicheos y rumores que fueron apagándose pues aun a pesar del rumor acerca del antídoto de Draco Malfoy para sus orejas y cola de gato, era más que obvio que después de haber vivido cosas tan terribles, lo que menos iba a hacer Harry Potter era cogerse al hijo de Lucius Malfoy, a quien era más que claro odiaba con toda su alma y aunque eso no hubiera sucedido, entre esos dos no había habido siempre nada más que insultos y enfrentamientos, así que pronto se llegó a la conclusión de que todo fue un simple chisme de pasillo.

            -Aun no puedo creer que lo haya hecho –dijo Chloe a Evangeline mientras hablaban bajo en la biblioteca.

            -¿De verdad crees que lo haya hecho o que el profesor Snape lo haya curado como se anda diciendo?

            -Obvio es que eso es una mentira Eva, mi abuela lo dijo muy claro.

            -¡Pero era tener sexo con Harry Potter!

            -Lo dices como si no supieras esto desde un inicio.

            -Pues sí, pero es que nunca pensé que Draco accedería.

            -Mas bien que Potter accediera… sobre todo con lo que acaba de pasar.

            -Pues si… pero bueno, la lección ya está dada ¿no?

            -Pues sí, pero lamento no ver más su incomodidad al parecer un gato.

            -Pues ni tanta, ya hasta usaba la cola de gato  a su favor jugando Quidditch.

            -Tuvo suerte de que su padre no lo viera, mucha suerte.

 

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            Esa noche, después de cenar y después de que todos se hubieran acostado, Draco bajo a su sala común en donde aun ardía el fuego de la chimenea, se sentó en un sofá y encogió las piernas mientras miraba el fuego; exhalo un suspiro sintiendo que a pesar de todo lo malo que había vivido al fin lo peor había pasado, pues su padre no se infartaría al verlo con semejante pinta gatuna, sin embargo sus ánimos todavía estaban por los suelos recordando el cómo había perdido sus orejas… recordando como se había sentido en ese momento y como seguía sintiéndose.

            -Usado… -pensó suspirando suavemente- perdí la virginidad de mi culo en la sucia torre de astronomía.

            “No querrás que te lleve a un hotel de lujo” había dicho Potter, palabras que ahora que lo recordaba él mismo le había dicho a Blaise respecto a Chloe, de quien curiosamente se acordaba después de quien sabe cuánto tiempo.

            -Chloe… -pensó sintiéndose entonces avergonzado… avergonzado porque hasta ahora reconocía que también había sido un soberano patán con ella, usándola para su propio goce sin importarle los sentimientos de la chica- soy un cerdo ególatra… bien lo dijo Harry.

            Miró el fuego crepitar y deseo haber aprendido esa lección sin haber tenido que pasar por tanto, sin embargo sabía que de otro modo no habría podido reconocer lo hijo de puta que había sido con algunas chicas; solo con Chloe había tenido sexo pero era porque apenas comenzaba su vida sexual, sintiéndose todo un galán adulto reconociendo que apenas sabia limpiarse los mocos, que si no hubiera sido por lo que le paso, hubiera seguido por ahí echándose a todas las chicas posibles sin hacerse responsable de nada… tal vez Chloe se sintió como él cuando Potter le dio la espalda al terminar de cogérselo… a saber, lo único que sabía era que para bien o para mal, ya no era ni volvería a ser el mismo de antes.

 

_______________________

 

 

            La semana pasó  y Lucius Malfoy llego de improviso a Hogwarts causando revuelo entre los alumnos, pero a pesar de todo Draco se sintió feliz de verlo sano y salvo, de saber que todo estaba bien afuera y que su familia estaba fuera de peligro.

            En el saloncito de visitas, libre de miradas indiscretas, Lucius abrazó a su hijo feliz de que todo lo sucedido afuera no hubiese afectado a su muchacho para nada.

            -¿Todo bien papá?

            -Eso debería preguntarte yo Draco –respondio Lucius sentándose junto a él.

            -Leí todo lo que decía “El profeta”

            -Ese periódico dice muchas tonterías, pero una noticia era verdad y es que salí libre de todos los cargos.

            -Pero… ¿lo que dijo Potter era verdad? –pregunto mirándolo fijo.

            -¿Y qué dijo además de lo que leíste?

            Draco se quedo callado, sin saber realmente que preguntar… bien sabía que su familia y él mismo eran fieles seguidores de la filosofía de lord Voldemort, entonces ¿Por qué se sentía tan inquieto ahora?

            -¿Qué pasa Draco?

            -Nada… creo que solo estoy nervioso por todo esto, no quiero que vayas a prisión.

            -Ese asunto está zanjado, no hay de qué preocuparse, lo único terrible de todo este asunto es que quien tú ya sabes ya no está entre nosotros.

            -Claro.

            -¿Seguro estas bien? Te noto aprensivo… como preocupado.

            -Todo está bien papá, tú me has quitado un gran peso de encima.

            -Tranquilo, no queda más que ser orgullosos portadores de nuestra sangre pura –concluyo Lucius palmeándole un hombro.

           

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            Después de la visita de su padre, decidió caminar por el colegio aprovechando que Blaise y los demás se habían ido a Hogsmeade, deseaba aclarar su mente o por lo menos pasear sin ser molestado, entonces la vio… la vio acompañada de un par de amigas y sin siquiera detenerse a pensarlo, apuró los pasos para alcanzarla.

            -¡Chloe! -Chloe volteó a ver quien la llamaba encontrándose ni más ni menos que con Draco Malfoy- ¿puedo hablar contigo tantito?

            Chloe miró a sus amigas que sonriendo picaras se alejaron de ahí para dejarlos solos.

            -¿Sí? –pregunto sintiendo temor de haber sido descubierta de algún modo.

            -Deseaba hablar contigo.

            -¿De qué?

            -Mira, no es fácil… -dijo sonriendo cansinamente- pero es algo que debo hacer.

            -¿Qué cosa?

            -Pedirte disculpas.

            -¿A mí? –exclamó sorprendida.

            -Sí… a ti, lamento haberte tratado como lo hice, fui un patán desconsiderado y tú no merecías eso- Chloe miró el rostro serio de Draco y comprendió que éste hablaba sinceramente.

            -Draco…

            -Perdóname por favor.

            -Claro… -respondio obligándose a salir de su estupor- claro, no te preocupes.

            -Gracias, espero que podamos seguir siendo amigos.

            -Sí, me parece bien.

            Sonriendo y tocándole un hombro se alejo de ahí dejándola prácticamente boquiabierta.

 

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            -¿Por qué debo ir con esa vieja? –Masculló mientras se dirigía a la enfermería para cumplir a regañadientes la orden del profesor Snape- si ya estoy bien.

            Madam Pomfrey lo vio entrar y se sorprendió al verlo ya sin orejas de gato.

            -¡Vaya!... veo que rompiste en hechizo ¿Cómo fue?

            -Pues la persona que me hechizo me dio el antídoto.

            -Me parece perfecto ¿Quién fue?

            -¿Quién fue qué? -Madam Pomfrey alzo una ceja mientras Draco se sentaba en la cama- mi padrino quiere que me haga un último chequeo.

            -Lo cual me parece muy bien –dijo yendo por sus cosas.

            Draco la vio llegar con una charolita en las cuales iba una jeringa.

            -¡Un momento! ¿Va a sacarme sangre otra vez?

            -Así es  -respondio acomodando todo en la mesita que estaba a un lado de la cama.

            -Pero… ¿es muy necesario?

            Madam Pomfrey miró su cara de pánico mientras comenzaba a preparar la jeringa.          

            -Claro ¿sino como voy a hacer el test?

            -Pues… no sé, debe haber algún otro modo.

            -Tranquilo, solo será un piquetito.

            -Pero la aguja está muy grande.

            -Es una aguja normal.

            -Pues a mi parecer parece que va a ensartar a un caballo.

            -Claro que no.

            -Claro que sí.

            -Será rápido, anda descúbrete el brazo –dijo con algodón y jeringa en mano.

            -Pero… no sé ¿con saliva no se puede?

            -Obvio no Draco –respondio Severus llegando en ese momento para alivio de Madam Pomfrey.

            -Pero padrino…

            -O lo hace ella o lo hago yo.

            Ante tan amable opción, no le quedó más remedio que obedecer y cerrar los ojos con fuerza cuando la jeringa se clavo en su brazo; después miró como la medimaga vertía la sangre en un vasito de cristal con al parecer la misma poción reveladora que había usado la vez anterior.

            -¿Eso es normal? –pregunto viendo el liquido que anteriormente se había tornado de un fuerte azul eléctrico, a uno de color azul muy tenue.

            Madam Pomfrey y Severus se miraron entre sí provocando más ansiedad en el chico.

            -Padrino ya dime ¿es normal ese color, significa que ya estoy bien?

            -El color ideal sería ninguno –respondio él.

            -¿Entonces…? –pregunto sintiendo angustia de nuevo- ¿Por qué esta azul?

            -Técnicamente ya estás bien –contestó Madam Pomfrey dejando el vaso en la mesita- ¿pero recuerdas la analogía que uso el profesor Snape para hablar sobre una poción de sangre?

            -¿De verter tinta en un lienzo en blanco contando solo con agua para limpiarla?

            -Exacto.

            -¿Y qué hay con eso?

            -Tomaste el antídoto y es obvio que funcionó, pero al haber utilizado un líquido tan trascendental como es la sangre, quedó una huella en ti, por eso el test muestra un azul tan tenue.

            -¿Y eso es malo, volverán a crecerme orejas?

            -No habría porqué.

            Al oír eso suspiro de alivio pues ni de broma pensar en volver a pasar todo lo que paso para lograr su cura.

            -¿Y bien, eso es todo?

            -Sí, eso es todo –dijo ella.

            -Entonces puedo irme ¿no? –pregunto ante la mirada inquisitiva de los dos adultos.

            -¿Cómo fue la poción que tomaste? –pregunto entonces Madam Pomfrey.

            -¿Qué?

            -El antídoto ¿Qué consistencia tenía??

            -No me acuerdo –respondio muy seguro de sí mismo- ¿pero qué más da? Estoy curado ¿no? ¿Ya me puedo ir?

            -Sí, ya puedes irte –respondio ella.

            -¿Qué piensa? –pregunto Severus en cuanto el chico desapareció de ahí.

            -El color residual en la poción reveladora después de haber ingerido una poción de sangre es normal, puedo decir que esta estable y darlo de alta formalmente, pero no está de más observarlo pues siendo sincera y aunque usted es su padrino, permítame decirle profesor Snape, que con este chico no se sabe.

            Severus asintió pues sabía que Madam Pomfrey tenía razón.

 

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            Conforme los días pasaban Harry fue recuperando la calma aunque el resentimiento con Lucius Malfoy siguiera igual y la  muerte de Cédric como resultado de ese encuentro tan absurdo aun seguía carcomiéndole el alma, sin embargo había decidido sobrellevar aquello como todo lo que le había tocado en su vida, así que gracias a sus amigos comenzó a salir de su depresión y mal humor; sin embargo cada que veía a Draco el sentimiento de culpa le hacía girar el rostro y hacer como si no existiera y a un mes de aquel encuentro ya había sepultado muy dentro de su cabeza el que alguna vez fuera amigo de Draco Malfoy.

 

 

 


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