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Una cuestión de pelos por Orseth

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            Asintiendo en silencio, la profesora McGonagall salió de ahí para notificar al director, Blaise en tanto se había alejado para pasar desapercibido y al mismo tiempo evitar ser echado de ahí y así saber más del estado de su amigo.

            -Debo hacer análisis profesor, esto llevara algo de tiempo.

            -Entiendo.

            Severus se dio la vuelta mientras le hacía una seña a Blaise de salir de ahí.

            -¿Estará bien, es grave?

            -¿Acaso no escuchaste Zabini, que aun hay que hacerle estudios?... por lo pronto sal de aquí y estate atento por si te necesito a ti o a los demás.

            -¿Y para que?

            -Para lo que sea –respondio escueto alejándose de ahí dejándolo en medio de los demás que esperaban afuera.

            -¿Qué pasó Blaise, como está Draco? –pregunto Pansy, junto a Crabbe y Goyle.

            Antes de responder, Blaise miró que en el pequeño grupo también estaban Chloe y Evangeline.

            -¿Se te perdió algo Hufflepuff?

            Chloe se sintió agredida por el comentario de Blaise, pero el cúmulo de sentimientos de culpa, preocupación y miedo hizo que solo pudiera tartamudear.    

            -Yo… yo solo quiero…

            -Vete de aquí –dijo entonces Pansy secundando a su compañero- nada tienes que hacer aquí.

            -Draco es mi novio –respondio entonces haciéndose de valor.

            -Ajá y yo soy novio de Hermione Granger –respondio Blaise dando un paso hacia adelante.

            -¿Por qué me meten a mi? –susurró Hermione escondida tras una esquina junto a Ron y Harry.

            -Shhh

            -Vámonos Chloe –dijo Evangeline jalándola de un brazo.

            -¡Pero yo quiero estar aquí y saber cómo esta Draco!

            -Basta, vámonos ya –exclamó jalándola.

            Al oír ruido de pasos, el trío Griffindor corrió a esconderse a otro lado.

            -¿Y bien Blaise, que pasa con Draco? –pregunto Pansy en cuanto Chloe y Eva se fueron.

            -No saben, van a hacerle análisis y a traer a sus padres.

            -Entonces la cosa es seria –dijo Goyle.

            -Parece que si, pero el profesor Snape dijo que nos quiere atentos por cualquier cosa que nosotros pudiéramos saber.

            -¿Pero qué cosa podríamos saber nosotros? –Exclamó Pansy- si él mismo curó a Draco.

            -Pues sí, pero ya ves –respondio Blaise- por lo pronto Draco está dormido, vámonos.

 

_____________________________

 

 

            -Entonces no saben –dijo Ron habiendo regresado a oír a hurtadillas en cuanto Chloe y Eva desaparecieron.

            -Pero es grave si van a llamar a sus padres –dijo entonces Hermione.

            Pero Harry no dijo nada, asintió intentando ocultar su preocupación.

 

______________________________

 

 

            Cuando los Slytherin llegaron a su sala común fueron avasallados por sus compañeros sobre el estado de Draco, ya después de contestar lo que pudieron subieron a su habitación incluida Pansy.

            -Pues no queda más que esperar –dijo Pansy sentándose en la cama de Goyle.

            -Así es, pero yo creo que todo estará bien, la señorita Pomfrey es muy capaz, además el profesor Snape ya curo a Draco una vez ¿no? –exclamó Goyle intentando poner buena cara.

            Blaise miró a sus amigos sintiéndose conflictuado sobre si ponerlos al tanto del posible interrogatorio del profesor, sin embargo ¿Qué tanto podría decirles sin parecer sospechoso?

            -Chicos, me voy a la cama y les aconsejo hacer lo mismo –dijo entonces- mañana hay clases y hay que levantarnos temprano ¿Qué les parece si desayunamos rápido y vamos a la enfermería?

            -Me parece bien –respondio Pansy levantándose- para entonces ya habrán llegado sus padres.

            Todos procedieron a prepararse para dormir, pero cuando pasó el tiempo y ya todos dormían, Blaise se levantó y salió silenciosamente de la habitación, encontrando la sala común vacía.

            -Ya es media noche –pensó viendo el reloj de pared- a lo mejor puedo pasar sin que me vean.

            Caminó por los pasillos cuidándose de no ser pescado por Peeves, Filch o incluso la chismosa de la señora Norris; pero casi al llegar a la enfermería alcanzó a ver algo que lo desconcertó, vio a Harry Potter doblando una esquina en la misma actitud que la suya, entonces corrió para alcanzarlo viendo con sorpresa que no había nadie.

            -No puede ser, yo lo vi…-pensó atónito- Potter, sé que estas aquí o apareces o comienzo a armar un escándalo.

            -¡Cállate que nos van a oír! –exclamó Harry destapándose la cabeza dando la impresión de ser una cabeza que volaba.

            -¿¡Pero qué…?!

            -Es una capa de invisibilidad –respondio Harry caminando hasta él y jalándolo a un rincón- ¿Por qué no hablas más fuerte? Creo que Filch no nos escuchó.

            -¿Qué haces aquí?

            -Creo que lo mismo que tú.

            -No, yo vengo a saber de Draco porque es mi amigo, tú en cambio no sé.

            -Pues yo… bueno, yo también quiero saber cómo está.

            -¿Por?

            -Bueno pues… ¿Qué hay de malo en que quiera saber?

            -¿Después de cómo lo trataste me vas a decir que te preocupa su estado?

            Harry quedó sin palabras y evidentemente impactado al darse cuenta de golpe que Blaise sabía acerca de sus encuentros sexuales y sobre todo, del  último.

            -Vete de aquí Potter, aquí no hay nada que te interese –dijo comenzando a caminar.

            -Espera –exclamó tomándolo de un brazo.

            -¿Qué quieres? –respondio con impaciencia.

            -Tienes razón… mucha razón… me porte muy mal con Draco y si hay alguien a quien debo darle una explicación es a él, no a ti.

            -Pues lástima pigmeo de cuatro ojos  porque él es mi amigo y no voy a permitir que le sigas diciendo cosas que lo hagan sentir mal.

            Harry hizo una mueca de contrariedad, tontamente apenas se daba cuenta de que los Slytherin eran igual de protectores que él con sus amigos.

            -De acuerdo, otra vez tienes razón, sé que me porte muy mal ¿pero acaso tú no te has equivocado?

            -Eso no tiene nada que ver, en cambio…

            -¡Shhh!

            Harry jalo a Blaise del brazo al tiempo que lo cubría con su capa de invisibilidad y se hacían a un lado, justo a tiempo para ver pasar al profesor Snape, al director y los señores Malfoy.

            Harry sintió de inmediato la furia renacer en él al ver a Lucius pero un jalón en su brazo le hizo mirar a Blaise.

            -Ni se te ocurra Potter.

            -¿Acaso me crees estúpido? ¡Obvio no iba a hacer nada!... mejor ven, vamos a entrar a ver si podemos oír algo ¿no era eso lo que querías?

            Torciendo la boca por tener que estar cerca de Harry, pero reconociendo que de otra manera no iba a poder entrar, lo siguió en silencio; se colaron a la enfermería alcanzando a escuchar la voz alterada de Lucius.

            -¿¡Cómo es que no ha sido trasladado a San Mungo?!

            -Señor Malfoy –dijo Madam Pomfrey- soy una medimaga perfectamente calificada, también es obvio que después de notificarle a usted y a la señora Malfoy, si la situación de su hijo se agrava, se trasladara de inmediato.

            -¿Pero qué es lo que tiene, porqué se queja aun estando dormido?

            -Tomando en cuenta los antecedentes de su hijo, el profesor Dumbledore tuvo que ir a San Mungo personalmente por  una poción para una última prueba.

            -¿Antecedentes?... ¿de qué habla?

            En ese momento Narcisa exhalo un pequeño suspiro sabedora de que otra tormenta se aproximaba, como si no tuviera suficiente con la angustia de ver a su único hijo tumbado en la cama.

            -Hablo de la poción de sangre ¿lo olvido?

            -¿Poción de sangre?... ¿de qué maldita poción me está hablando?

            Todos los adultos, a excepción de Narcisa lo miraron extrañados para caer en cuenta casi al instante de que evidentemente Lucius no sabía nada.

            -Señor Malfoy –dijo entonces Madam Pomfrey- su hijo fue hechizado hace unos meses con una poción de sangre.

            Lucius miró a Madam Pomfrey con estupefacción para mirar luego a su esposa, quien dando un paso dijo:

            -Lucius…

            -¿Me ocultaste que mi hijo fue atacado dentro del colegio?

            -Lucius…

            -¿Y usted se dice director de esta escuela? –dijo dirigiéndose a Dumbledore.

            -Lucius…

            -¿Y tú te dices mi amigo y me ocultaste un hecho tan grave? –dijo ahora a Severus.

            -¡Lucius, las cosas no fueron así! –exclamó Narcisa exasperada.

            -¿¡Y entonces cómo si se puede saber?! ¡Se supone que tú debes ponerme al tanto de lo que le sucede a nuestro hijo!

            -Draco no estaba herido de gravedad, le hicieron un hechizo gatuno.

            -¿Qué?

            -Le crecieron orejas y cola de gato.

            -¡Pero fue con una poción de sangre, eso no es un hechizo inocente ni inofensivo!

            -Lucius, por favor… -respondio acercándose a él y poniéndole las manos en el pecho- no es momento de recriminaciones… mi hijo está sufriendo y no saben por qué.

            Ver las lágrimas en los azules ojos de su esposa hizo que Lucius recobrara la compostura e intentara calmarse.

            -Bueno… y que con esa sustancia que trajo de San Mungo.

            Madam Pomfrey estaba desenvolviendo el paquetito que Dumbledore había traído para preparar lo necesario y hacerle esa prueba a Draco.

            Todos vieron como la medimaga saco sangre a Draco para después verterla en un vaso lleno con un liquido claro como el agua.

            -Qué diablos… -mascullo Severus al ver el contenido del vaso tornarse de color púrpura.

            -¿Qué significa eso? –pregunto Lucius.

            -Severus, que está pasando… -pregunto Narcisa tomándolo del brazo.

            Madam Pomfrey se pasó una mano por la frente, impresionada de ver el color del vaso.

            -Poppy… -dijo entonces Dumbledore.

            -Su hijo había sido hechizado y había recibido el antídoto, pero una poción de sangre deja una huella indeleble en el organismo y recibir otra es un golpe muy duro para el cuerpo, sin embargo las reacciones pueden ser muy variadas tanto como variada es la poción… el paciente puede reaccionar de muchas maneras y Draco está reaccionando con un excesivo dolor.

            -¿De nuevo otra poción  de sangre? –Dijo Narcisa estupefacta- mi pobre hijo… ay mi hijo…

            -Por todos los… -masculló Blaise abriendo tremendos ojos- no puede ser…

            -¡Shhh!

            -¿Pero quién lo hechizo la primera vez? –Pregunto Lucius- ¿acaso fue el mismo sujeto, que hicieron con él? ¿Acaso ya lo denunciaron? Porque quien hizo esto merece ir a Azkaban.

            -No, no sabemos quien fue –respondio Severus.

            -¡Pero eso es inaudito, eso merece una denuncia! ¿¡Dumbledore, que diablos se supone que hace en el puesto de director además de calentar el asiento?!

            -Créame señor Malfoy, que este asunto no se tomó a la ligera.

            -Lucius, tu hijo no permitió que nadie interfiriera –intervino Severus.

            -¡Tiene catorce años! ¿¡Desde cuando permites que un adolescente decida esas cosas?!

            Severus ya no respondio, sabía que Lucius tenía razón y opto por recibir todos los reclamos en silencio.

            -Como si no conocieras a tu hijo, Lucius –dijo entonces Narcisa- es tan terco como tú.

            Lucius exhalo un suspiro mientras negaba con la cabeza, la preocupación le estaba nublando la razón y sabía que todos sus reclamos eran inútiles ahora.

            -De acuerdo –dijo entonces acercándose a la cama de Draco- ¿Qué procede ahora?

            -Draco dijo que ya se había arreglado con la persona que lo hechizó –dijo entonces Severus- que le dio el antídoto y todo quedó en paz.

            -¿Entonces esa persona es otro estudiante?

            -Eso parece.

            -¿Y ya fue expulsado? Porque si es así, solo hay que llamarlo ¿no?

            -Draco no quiso decir quien fue.

            -¿Qué?

            -Algo muy desconcertante ciertamente, no es propio de Draco el ocultar a su agresor, pero así fue.

            -¿Y no lo obligaste a hablar?

            -¿Crees que si lo hubiera obligado, tendríamos esta conversación ahora?

            Lucios resopló mientras negaba con la cabeza.

            -Eso es muy extraño Severus –dijo Narcisa sentada del otro lado de la cama- debemos saber quien fue.

            -Lo mismo pienso –dijo Madam Pomfrey- debemos saber qué tipo de hechizo uso en la primera poción y verificar si fue quien le administro la segunda.

            -¿Y quién mas, sino? –Exclamó Lucius- al ver que nadie castigó su fechoría y que aquí cada quien hace lo que se le pega la gana, se le hizo fácil volver a atacar a mi hijo.

            -De acuerdo –dijo Severus- hay que movilizarnos, Draco no puede hablar en este momento, así que a quien voy a preguntarle es a Zabini, él debe saber.

            -¿Y qué estamos esperando?

            En cuanto escuchó eso, Blaise tomó de la muñeca a Harry y lo jaló tras de sí mascullando:

            -¡Va a ir por mí, va a ir por mí, va a ir por mí!

            Llegaron a la puerta de la enfermería y antes de salir de debajo de la capa dijo:

            -¡El profesor va a ir por mí, tu quédate aquí para seguir escuchando!

            -¡De acuerdo, vete ya!

            Blaise salió de ahí y corrió con todas sus ganas hasta llegar a su habitación, se metió bajo las mantas intentando calmar su respiración, al cabo de diez minutos escuchó la puerta abrirse y la luz encenderse.

            -Blaise, despierta.

            Escuchó bajo las sabanas la voz del profesor Snape, así que secándose el sudor con la sabana, se destapó intentando poner cara de sueño.

            -Mmm… ¿profesor?

            -Sí, levántate, debes venir conmigo.

            Severus salió de ahí y espero a Blaise en la sala común, quien un minuto después bajo en pantuflas y bata y todo sin que Crabbe y Goyle despertaran.

            -¿Qué sucede profesor, es Draco?

            -Ven, te necesitamos en la enfermería.

            Blaise caminó en silencio detrás del profesor hasta llegar a la enfermería, en donde vio a quienes ya había visto.

            -Buenas noches –saludó sintiéndose intimidado.

            -Ven Zabini, siéntate aquí –dijo Severus acercándole una silla, posición nada cómoda pues le hacía sentirse en el banquillo de los acusados.

            -¿Qué sucede?

            -Draco me dijo que ustedes averiguaron quien fue la persona que lo hechizo.

            -Pues no.

            El grupo de adultos lo miraron de tal forma que Blaise se sintió como una hormiga a punto de ser pisada.

            -¿Qué dices?

            -Qué no.

            -Zabini… -dijo Severus armándose de paciencia- Draco dijo que entre todos lo averiguaron y es más que evidente que si no Crabbe y Goyle que con trabajos saben en donde tienen la cabeza, tú si debes saber quien fue.

            -Pues no profesor, Draco fue quien lo averiguo cuando dábamos por hecho que no lo sabríamos nunca, además simplemente amaneció ya sin orejas de gato y me dijo que ya se había encargado del asunto.

            -¿Acaso pretendes verme la cara de idiota?

            Blaise se estremeció al ver la expresión de su profesor, sin embargo no se amilanó en lo más mínimo.

            -La verdad es que discutimos, yo también quería saber… pero no quiso decírmelo, yo no sé que ocultaba.

            -Blaise, cariño… -dijo entonces Narcisa acercándose y tomándole las manos- dinos la verdad, Draco y tú son como hermanos, se conocen desde que tenían tres años… por favor, si sabes algo…

            -De verdad que no, señora Malfoy… se los juro.

            -Blaise, si me estas mintiendo, te juro que…

            -Lucius, no lo amenaces –exclamó Narcisa molesta- tu todo lo arreglas con amenazas.

            -Lo siento señor Malfoy, Draco es mi amigo y quisiera poder ayudar, pero no quiso decirme por mas que le pregunté.

            Lucius suspiró palmeando el hombro del chico en señal de disculpa y aceptación, por lo que sin más remedio, le dijeron que regresara a su habitación… y él lo hizo… aparentemente.

            -¿Por qué no les dijiste la verdad? –pregunto Harry en un susurro cuando el chico estuvo de nuevo oculto bajo la capa de invisibilidad.

            -¿Y qué les iba a decir, que te lo cogiste?

            -Pues… pues no, pero…

            -Mejor cállate, que tengo tantas cosas en la cabeza que  siento que me va a dar jaqueca, además no me dejas oír.

            -Habrá que despertarlo –dijo entonces Severus.

            -Será algo duro –respondio Pomfrey- despierto el dolor regresará.

            -Es terrible –dijo Lucius- pero si es necesario para curarlo, adelante.

            -Oh Lucius… -musitó Narcisa tomando la mano de Draco.

            -Tranquila, es por su bien.

            Pomfrey inyecto a Draco un medicamento que lo hizo despertar al cabo de un par de minutos.

            -Hijo… -dijo Lucius sentado en la cama.

            -Papá…

            -Draco, hijo… estás enfermo, pero todo estará bien si nos ayudas.

            Draco cerró los ojos mientras suspiraba, pues la jaqueca persistía aunque el dolor en su cuerpo estuviera por el momento sosegado.

            -Draco, recibiste de nuevo otra poción de sangre –continuó Lucius hablándole suavemente- así que necesitamos saber quién te dio la primera.

            Al oír eso, Draco supo que su padre sabia de sus orejas de gato y cerró los ojos sintiéndose terrible pues sabía que lo había decepcionado.

            -Lo siento papá… -musitó abriendo los ojos.

            Lucius sintió que el alma se le iba a los pies al ver a su hijo mirarlo con ojos llenos de lágrimas.

            -No tienes nada de que disculparte hijo.

            -Te decepcioné… lo lamento…

            -No es verdad, no es tu culpa, solo dime… ¿Quién te hechizo la primera vez, quien te dio el antídoto?

            Al oír esa pregunta el dolor regresó como maldición haciéndolo gritar.     

            -¡Draco! –exclamó Lucius tomándole fuertemente la mano.

            -¡Ah me duele! –gritó sintiendo como si todas sus terminales nerviosas fueses arrancadas de su cuerpo.

            -¡Draco hijo, solo dinos quien fue!

            Draco comenzó a llorar con más fuerza sabiendo que no podía decir la verdad, parte porque no la sabia y parte porque no debía.

            -No… -sollozó aferrado a la mano de Lucius- no puedo…

            -¿Por qué hijo?

            -Porqué tú lo vas… lo vas a lastimar…

            -Te juro que aunque esa persona te lastimó primero no le haré nada.

            -¡No!... t-tu no entiendes… no es la misma… no es la misma… la que me dio el antídoto y la que me hechizó… no es la misma persona…

            Para ese momento todos se miraron confundidos.

            -Hijo, eso no importa, dime quien es para preguntarle sobre el antídoto.

            -N-no… -sollozó sintiendo la cabeza estallarle de dolor- tú lo vas a lastimar…

            -Te juro que no.

            -Vas a… a hacerle daño… y yo no… no te dejaré…

            -Draco, te juro por lo más sagrado que no le haré nada.

            -¡No, no, no!... –sollozó negando con la cabeza una y otra vez- le vas a hacer daño… le vas a hacer daño… ¡Ah!...

            Narcisa lo sujetó cuando comenzó a retorcerse de dolor mientras Madam Pomfrey le administraba otro sedante.

            -No lo lastimes papá… por favor…

            -Hijito mío… -dijo Lucius con los ojos llenos de lagrimas y sintiéndose más impotente que nunca- te juro que no lo haré, pero dime quien es.

            -No… no lo haré…

            Y ante la desesperación de sus padres, volvió a dormirse.

            -¡Maldita sea! –exclamó Lucius poniéndose de pie y pateando la silla.

            -Oh hijo… -lloraba Narcisa tomándole la mano.

            -¿Legeremancia? –dijo entonces Lucius- Severus, tu eres experto en eso, puedes hurgar en sus recuerdos ¿no?

            -No puedo arriesgarlo así Lucius, en su condición no se sabe que podría pasar.

            -¿¡Y entonces que hacemos, quedarnos de brazos cruzados?! ¡Hay que trasladarlo a San Mungo de inmediato!

            Comenzaron a hacerse los preparativos para trasladarlo, solo entonces Blaise le hizo una seña a Harry para salir de ahí.

 

 


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