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Una cuestión de pelos por Orseth

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            -¿Y bien, que quería Potter? –pregunto Blaise cuando Draco regresó.

            -No sé a ciencia cierta –respondio comenzando a desvestirse para ponerse su pijama- creo que quería que fuésemos amigos.

            -Pues no te veo muy contento.

            -Es que le dije que no.

            -¿Y eso?

            -No tiene caso ser amigo de alguien a quien quieres Blaise, eso es masoquismo y yo no soy bueno para eso, además cuando me curen, estas preferencias raras desaparecerán.

            -¿Y tú quieres que desaparezcan?

            -¿Por qué no habría de querer?... solo complican mi vida y la de mis padres, además…

            -Además… -completo al verlo quedarse callado mientras se sentaba en la cama.

            -Además será más fácil para mí mantenerlo a distancia, además  si me curan, yo lo olvidaré.

            -Ay Draco… te ves hecho una mierda –exclamó Blaise aventándole un cojín a Crabbe para interrumpir un fuerte ronquido- creo que esta vez Crabbe se tragó el expreso a Hogwarts.

            Draco rió por la ocurrencia de su amigo para luego volver a ponerse serio otra vez.

            -Me dijo que quería ser mi amigo… pero yo no quiero otro amigo –Blaise suspiró suavemente mientras lo veía- lo que yo quiero es olvidarlo.

 

_____________________

 

           

            Caminando de regreso, Harry iba ensimismado en sus pensamientos, intentando discernir qué tipo de sentimientos se revolvían en su pecho pues esa reunión no salió como esperaba ¿pero que esperaba exactamente?

            -Pues no que me rechazara –pensó mordiéndose un labio en actitud pensativa.

            Exhaló un suspiro pensando en que ya no volvería a tener esas divertidas conversaciones con el Slytherin, que ya no lo haría rabiar con sus ocurrencias y opiniones tan opuestas a las suyas.

            -Creo que eso lo hacía tan divertido –pensó sonriendo.

            Lo que le hizo pensar en los motivos de su rechazo y uno de ellos había sido su forma de tratarlo en esa ocasión.

            -Mierda… -masculló sintiéndose avergonzado de sí mismo, dándose cuenta de que se había desquitado de Lucius en su hijo y que a pesar de haberlo ayudado con la poción de Chloe de nueva cuenta, el rubio no había olvidado su actitud.

            Aunque era cierto que el alejarse era lo más conveniente, que el no volverse a hablar les ahorraría muchos problemas, pero también era cierto que Draco no era lo que esperaba, que lo que había descubierto en ese chico rubio realmente le había gustado… era divertido y sensual, pues aunque en un principio nunca se le habría ocurrido verlo de otra manera, era cierto que sus ojos grises eran hermosos, que tenía un cuerpo muy apetecible debajo de esa ropa y que esos labios sonrosados formaban una sonrisa muy linda cuando se lo proponía.

            -Zabini dijo que yo le gustaba –pensó llegando a su casa- “Buñuelos de plátano”

            La señora gorda abrió el cuadro para dejarlo pasar.

            -¿Entonces porqué rechazó mi amistad?

            Sintiéndose ridículo se dio cuenta de que su vanidad había sido herida y ese rechazo le había dolido más de lo esperado.

            -¿Será que me gusta? –musito en voz baja entrando a su habitación- ¿ese rubio tonto me gusta? –repitió sonriendo mientras botaba los zapatos y sacaba su pijama debajo de la almohada iluminado solo por la luz de la luna que entraba por la ventana.

            Empezó a reír con más ganas aunque quedamente para no despertar a sus compañeros.

            -Sí, creo que si me gusta más de lo que pensé –pensó sin dejar de sonreír al tiempo que ya cambiado, se metía a la cama- pero me rechazó…

            Quedó acostado boca arriba, mirando la negrura del techo, entonces exhalo un suspiro mientras una sonrisa torcida se asomaba a sus labios.

            -Bueno Draco Malfoy… es hora de que me vayas conociendo.

 

__________________________

 

 

            Pasó una semana y el juicio de Merith llegó y a pesar de su renombre como pocionista, el haberse metido con un menor de edad le complicó mucho las cosas, aunado a que ese menor era el único hijo de Lucius Malfoy, por lo que fue sentenciada a un año en Azkaban, mas seis meses por tocamientos obscenos a un menor, una indemnización de mil galeones a la familia Malfoy y a la suspensión de su licencia por diez años.

            -¡No abuela, no! –sollozó Chloe cuando escuchó la sentencia en la sala de juicios del Wizengamot.

            A pesar de su entereza, Merith no pudo evitar el llanto al oír la sentencia, su vida estaba destruida y no creía poder soportar un año y medio en Azkaban.

            -No te preocupes mamá… -dijo llorando la madre de Chloe acercándose a ella- apelaremos y te sacaremos de prisión.

            -Abuela perdóname, perdóname… -dijo Chloe en medio de un llanto desesperado.

            -Tranquila mi pequeña… -respondio abrazándola- todo estará bien.

            -Pero yo tuve la culpa… por mi causa estas aquí…

            -No Chloe, por mi causa estoy aquí, yo debí ser el adulto, yo debí ser más consciente y no dañar a un chiquillo de catorce años cuya vida no volverá a ser la misma nunca más.

            -Abuela… abuela…

            Merith solo le sonrió mientras era sacada de la sala para llevarla a Azkaban.

 

________________________

 

 

            -¿Querías verme padrino? –dijo Draco entrando al salón de clases ahora vacío.

            -Sí Draco, acerca una silla y siéntate.

            Draco ansiaba saber cuándo le darían al tratamiento para su curación total, pero algo en el semblante de su profesor le dio mala espina.

            -¿Qué sucede, ya saben cómo volverme normal?

            Severus suspiró mientras entrecruzaba los dedos y se recargaba en el escritorio.

            -No hay buenas noticas Draco.

            Draco lo miró unos momentos para luego él mismo musitar:

            -No podrán ¿verdad?... no hay cura, seguiré siendo un raro toda mi vida… padrino respóndeme.

            -No Draco, no hay cura.

            Draco inclinó la cabeza mientras un nudo se le hacía en la garganta sin poderlo evitar, tenía todas sus esperanzas puestas en eso que el escuchar que no iba a ser posible fue demasiado.

            -Oh mierda… -masculló odiándose por no poder evitar el llanto.

            -Draco…

            -¿Puedo retirarme? –exclamó interrumpiéndolo al tiempo que se levantaba.

            -Claro.

            Sin decir más salió de ahí.

 

___________________________

           

 

            Draco llegó hasta su habitación en donde solamente estaba Blaise preparándose para salir a jugar Quidditch.

            -Apresúrate Draco, nos van a ganar el campo.

            -No quiero ir a jugar –respondio tumbándose en la cama y abrazando una almohada.

            -¿Qué pasó?

            -El profesor Snape me llamo…

            -Era para eso ¿no? –Dijo sentándose apresurado frente a Draco en la cama- ¿y qué te dijo?

            -Qué no… que me voy a quedar así toda mi maldita vida.

            -Oh… ¿en serio? –respondió desconcertado.

            -No, es una broma… ¿acaso me ves reír, Blaise?

            -No, claro que no.

            -Voy a ser un raro toda mi vida –exclamó tapándose la cara con la almohada- mis padres van a odiarme.

            -Tus padres no van a odiarte –dijo rodando los ojos- bueno tu papá tal vez sí.

            -Oh mierda, quiero morir…

            -Pero no te desanimes Draco, al menos él ya lo sabe y tendrá mucho tiempo para hacerse a la idea.

            -¿Y cómo va  a hacerse a la idea, Blaise?... él odia a los raros, eso me incluye a mi… ¡Oh por Merlín, me odiará por ser un anormal y no poderle dar nietos!

            -Te hicieron gay, no estéril, cálmate.

            -Es muy fácil para ti, siguen gustándote las vaginas.

            -Pues si… aunque realmente no he podido conocer ninguna en persona –respondio exhalando un suspiro desanimado.

            -¿Qué voy a hacer Blaise?... así no  podré olvidarlo -Blaise lo miró descubrirse la cara y mirarlo como si fuese un condenado a muerte- desde que llegamos lo he ignorado pero la verdad es que ha sido muy difícil… para mi mala fortuna sigo pensando que sus ojos verdes son los más bonitos de todo el colegio.

            -Bueno Draco, no sé que vayas a hacer, lo que sí sé que no debes hacer es quedarte aquí y pudrirte en tu cama.

            -Pero no quiero salir –gimoteó dramáticamente escondiendo la cara de nuevo en la almohada.

            -Me importa un pito, mueve las nalgas y cámbiate ya que quiero jugar Quidditch.

            Ante el amable aliciente no tuvo más remedio que levantarse y comenzar a cambiarse sin dejar de hacer  muecas de sufrimiento.

            -Muévete ya reina del drama, que se nos hace tarde.

 

_______________________

           

 

            -Tienes razón en algo –dijo Draco caminando al campo escoba en mano.  

            -¿En qué?

            -En que puedo darles nietos a mis padres, puedo casarme y tener una familia respetable.

            -Pero eso no es lo que quieres.

            -De hecho las chicas me siguen gustando… es solo que en este momento no quiero ver a ninguna… Oye Blaise…

            -Qué.

            -¿No íbamos a jugar contra Ravenclaw?

            -Sí.

            -¿Entonces que hace Potter volando sobre el campo?

            Blaise, quien iba muy ocupado abrochando una codera, alzó la vista para ver al equipo Griffindor calentando en el campo de juego.

            -Pues no sé, yo creo que cambiaron con Ravenclaw.

            -Pues entonces yo no juego –respondio girándose en redondo.

            -¡Draco no seas absurdo, pareces una maldita quinceañera!

            -Todavía no cumplo los quince tonto –respondio sin volverse.

            -¡Draco! –gritó Graham Montague al ver a su buscador; Draco se detuvo en seco mientras cerraba los ojos y hacia una mueca de exasperación- trae el culo para acá y ponlo en la escoba, que ya es muy tarde.

            -No puedo jugar Graham –respondio girándose.

            -¿Te rompiste una pierna, tienes daño cerebral, se te fracturó la columna vertebral?

            -No.

            -Pues entonces puedes jugar –dijo el capitán dándose vuelta para seguirles ladrando indicaciones a su equipo.

            -Blaise… -gimoteó mientras caminaba arrastrando su escoba.

            -Yo no sé nada, ve y arréglate con Graham –respondio Blaise subiéndose a su escoba y emprendiendo el vuelo.

            Sin más remedio tomó su lugar en el equipo y el juego comenzó sin más demora; él solo se ocupaba de buscar la snitch sin fijarse en nada más o al menos intentando no fijarse en nada más.

            El juego transcurría normalmente, hasta que en un momento dado Harry se le acercó volando para decirle:

            -No creas que porque eres lindo te voy a dejar ganar.

            -¿Eh?

            -¡Atrás de ti, tarado! –gritó Blaise con cara de desesperado.

            Pero fue inútil pues la snitch fue atrapada por Harry.

            -Eres un zoquete –dijo Blaise en cuanto pusieron los pies en el suelo- ¡estaba justo arriba de esa cabeza hueca que tienes!

            Draco no respondio, solo iba gruñendo mientras todos se dirigían a los vestidores, entonces volteó a ver al equipo contrario encontrándose con la mirada de Harry, quien le guiño un ojo y le mandó un beso dejándolo atónito ante tal desfachatez.

            -¿¡Pero qué le pasa a ese idiota?! –exclamó corriendo a alcanzar a Blaise.

            -¿De qué hablas?

            -¡Potter! –Dijo en voz contenida- ¡me guiñó un ojo y me mando un beso!

            -Pues tú le hubieras enseñado la lengua –respondio comenzando a quitarse su equipo y a guardarlo en su casillero.

            -¡Es en serio Blaise!

            -Mira… -dijo girándose a verlo- es un hecho que lo verás todos los días, será  mejor que aprendas a lidiar con él.

            -¿Pero cómo si me dice cosas?

            -¡Ah! ¿Como tú cuando te metías con él? –dijo irónicamente.

            -Pero yo no le mandaba besos.

            -Pues entonces no sé.

            -¿Por qué te enojas, del lado de quien estas? –pregunto mientras también metía su equipo al casillero.

            -¡Del mío Draco, del mío! –respondio azotando la puerta de su casillero y girándose a verlo- mi vida no gira alrededor de la tuya, ni siquiera he podido conseguirme una novia por estar escuchando tus lamentos, a este paso creo que moriré virgen –concluyó comenzando a caminar.

            -No inventes, no es para tanto.

            -¡Ah! ¿Te parece gracioso?... claro, como tú ya no eres virgen de ningún lado.

            -¡Hey!

            -Escucha… -dijo deteniéndose y girándose para verlo- tu vida ha cambiado irremediablemente y es hora de que empieces a aceptarlo.

             Y sin más se dio la vuelta y se fue dejándolo ahí.

            -Eso ya lo sé –pensó deprimido comenzando a caminar- es solo que mi familia no lo aceptará nunca… soy un raro y mi padre detesta a los raros.

 

____________________________

 

 

            Pasados unos días más en los que Draco de plano se escondía de Harry, estando todos en el comedor a la hora del desayuno llegó el correo, una lechuza llego al lugar de Draco, quien al no reconocerla dudó en desatar el paquetito que el ave llevaba amarrada en la pata, pero ante la insistente mirada de la lechuza lo hizo.

            Pero estando todos en lo suyo, nadie le puso atención cuando vio la notita que acompañaba el paquetito.

            “Tenias razón, los chocolates pueden usarse para ocasiones muy especiales como regalos para personas muy especiales, por lo que espero que este pequeño detalle te guste”

            Atte. H.P.

            Boquiabierto miró hacia la mesa Griffindor y vio que Harry lo miraba atento con una pequeña sonrisa bailándole en la boca, por lo que apretó los labios y enseñándole el dedo medio se levanto y se fue de ahí.       

            -¿Pero que se cree ese cretino? –masculló caminando de prisa.

            -¿Qué pasa Harry, porqué sonríes así? –pregunto Hermione dando cuenta de un panqueque.

            -Por nada Hermione, por nada.

            -A mi no me engañas, esas sonrisitas nunca te las había visto… es bueno que sonrías de nuevo, pero la verdad me intrigas.

            -No hay nada intrigante –exclamo tomando la miel y bañando su panqueque.

            -Es un chico ¿no?... ya encontraste a una víctima de tus bajos instintos.

            Harry comenzó a reír con ganas sorprendiendo a sus compañeros que estaban más cerca pues aunque no habían oído la conversación, hacia mucho que Harry ya no reía.

            -¿Lo ves? Tenía razón –dijo Hermione riendo también.

            -¿Razón de que? –pregunto Ron.

            -De Harry, creo que le gusta un chico.

            -No soy yo ¿verdad?

            -¿Y porqué habrías de ser tu? –exclamó Harry entre escandalizado, asqueado e incrédulo por semejante pregunta.

            -Uff que alivio –respondio suspirando- un momento ¿Por qué no, soy muy feo para tus gustos?

            Harry y Hermione rieron ante un ofendido Ron para luego de terminar de desayunar, enfilarse a sus respectivos salones.

 

 

 


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