El soldado abrió la puerta e introdujo a Ignis en el despacho. Al entrar, vio a Ardyn con una vaga sonrisa, sentado en el escritorio y a Ravus de pie a un lado;
-bienvenido Ignis. - exclamó Ardyn cuando el soldado salió por la puerta. Ignis no dijo ni hizo nada, se mantuvo en silencio y se dignó a mirarlo, -Ahora querido, ¿sabes porque has venido?
-no- contesto el de gafas
-claro que... ¡No tienes idea! - exclamó Ravus con enojo. Ardyn lo miro por lo bajo
-me han informado que hay quejas sobre ti querido. En primer lugar, te di una orden y la desacataste, te dije que me esperaras en la biblioteca
-la mujer que trabaja ahí fue bastante grosera y me hecho como si fuera un vándalo
-la segunda es que solo con permiso tendrías contacto con los otros, pero vas, lo haces y montas todo un espectáculo causando un alboroto
-eso es poco Izunia. Este hombre golpeó a cuatro de nuestros mejores omegas para venta, dejó a dos malheridos y peor aún... Tu mascota intentó escapar con una chica Omega también...- al oírlo esto, la cara de Ardyn se contrajo en una mueca de enojo -Ahora tenemos que ver como tapar esos golpes que tienen, ya que las pociones no ayudaron
- ¿tienes algo que decir al respecto? - pregunto Ardyn manteniendo esa cara desagradable
-eso no paso así- contestó Ignis con calma
- ¿dices que mis soldados mienten? ¿Y que tú no hiciste esas cosas Scientia? – pregunto Ravus cuando se volteó hacia Ardyn -Izunia, exijo que castigues a tú mascota
-aahh... Créeme Ravus, será castigado- Ignis se mantuvo derecho, cuando la puerta se abrió de golpe
-señores, ¿porque no le permiten que se explique? Es justo oír su versión- dijo Aránea al entrar
-bien... ¡Habla Scientia! - exigió Ravus encolerado. Ignis respiró hondo y lo miro,
-no desmiento el hecho que los golpee, si a eso se refiere señor Nox, pero fue en defensa propia. Yo no me dedico a atacar gente como ustedes- dijo con calma
-explica eso querido- pidió Ardyn aún molesto
-ellos... Solo me irritaron cuando empezaron a desvariar cosas sin sentido y a ofender a su Alteza. Me hicieron enojar
- ¿y la huida con la chica? - Ardyn apretó los dientes al terminar esa frase
-La señorita Ariadne, solo me saco del lugar antes de que me lincharan. Las personas que ustedes tienen aquí son bastante violentas
-da igual. Arruinaste la venta de hoy. - dijo Ravus con enojo -Exijo un castigo Izunia y no seas blando con él
-claro. Pueden irse
Aránea miro a Ignis de manera extraña y salió en silencio junto a Ravus, quien le dejo una media sonrisa.
Ignis se mantuvo de pie justo donde estaba, mirando al otro que no se había movido se su escritorio,
-así que, - comenzó a decir Ardyn poniéndose en pie -primero no estás comiendo bien, segundo armas un alboroto en el comedor y tercero... Escapas con una jovencita. ¿Qué haré contigo querido?
-no permitiré que hablen mal de mi príncipe o de Lucis. Esas personas son unas mal educadas
-en vez de hacer enemigos deberías crear lazos, a eso te dedicas ¿no? -. Ardyn se acercó al otro lentamente, -Debemos de ser más prudente Ignis y más... Sociables- agregó mientras que lo rodeaba como si fuera un buitre. Ignis respiró hondo y miró al otro,
- ¿puedo irme a mi celda por favor? - pidió con cautela ante la sonrisa maligna del otro
-lo harás solo si cumples con tu trabajo
- ¿mi trabajo?
-darme placer querido, así que... - el hombre camino hasta su escritorio y volvió a sentarse -Ven aquí. - ordenó. Ignis resopló y obedeció de mala gana, pero de antemano temiendo que pasaría. Ardyn se puso de medio lado y se comenzó a desabrochar su cinturón mientras abría sus piernas -Arrodíllate y comienza a lamer querido...
- ¿qué está diciendo? - pregunto Ignis con desagrado
-Lo que oíste... Ya que eres un Omega... Haz lo que ellos hacen. - y jalo al castaño de sus ropas pegándolo junto a su cuerpo al caer - ¿Sabes cuántos desearían estar en tu lugar en este momento?
-pues que vengan ellos. - soltó el otro e intento alejarse, pero Ardyn lo jalo hacia él y lo aprisionó en sus brazos -Ay un chico llamado Neithan… estaría complacido de venir aquí
- ¿quieres que nos estemos llevando de mala manera o que puedas estar tranquilo querido? O quizá sea que te guste que te tome a la fuerza ¿no? - Ignis tragó fuertemente
-no... - dijo manteniendo su voz
-entonces... Hazlo y podrás irte a tu "habitación" y leer todo lo que gustes
-no tengo que leer, esa mujer me hecho
- ¿Y también te hizo esto? - pregunto el mayor tocando la pequeña marca de corte que tenía el hombre en su mejilla -Sé que esos simples omegas no pudieron hacerte esto
-eso no es nada
-iré contigo a la biblioteca mañana para que elijas todo lo que quieras solo si cumples tu trabajo-. Ignis levantó la mirada hacia el otro. Luego asintió con la cabeza y se arrodilló frente al pelirosa
Ignis abrió el cierre del pantalón del canciller y sin más, dejo salir el miembro de este y lo tomo con manos temblorosas,
"Debo aguantar... Debo fingir obedecer sin reclamar... Debo hacerlo por mí y mis amigos" pensó para sí, cuando metió el miembro del otro en su boca y empezó a lamer.
Ardyn comenzó a hacer ruidos sucios y a jalar el cabello del castaño, haciendo que este se irritara bastante,
-hazlo más rápido- ordenó Ardyn, a lo cual Ignis obedeció y continuó con su labor.
El joven sintió como el hombre estaba empezando a calentarse y de pronto comenzó a profundizar su miembro en su garganta, haciendo q Ignis empezará a tener nauseas.
Ardyn llegó a su clímax y se corrió dentro de la boca del chico. Al sentirlo, Ignis se separó violentamente de él, comenzó a toser escupiendo todo en el piso y buscando algo con que limpiarse,
-muy bien hecho pajarito- exclamó Ardyn mientras se acomodaba sus ropas y le pasaba un pañuelo al castaño, quien lo tomo y comenzó a limpiarse. El hombre se levantó y levantando al otro, salió del despacho y comenzó su recorrido hacia la parte de abajo.
Cuando llegó hasta el cuarto de Ignis, le abrió la puerta y lo miro con una sonrisa de satisfacción,
-puede que venga más tarde querido, por ahora haz lo que quieras- dijo cerrando la puerta ante la mirada del otro.
Ignis se quedó mirando la oscura habitación, solo iluminaba por una poca luz que entraba por la ventana,
"Debo ser fuerte" se dijo al encender la luz y sentándose en su escritorio, saco unas hojas de papel y un lápiz que tenía escondidos en sus ropas;
-al menos esto me entretendrá un rato- dijo en voz alta comenzando a dibujar en los papeles.