Entrada la noche, Gladio caminaba a paso rápido por los pasillos hasta que llego a la habitación de Noctis, seguido por la chica que habían rescatado.
Cuando llegó, tocó una vez la puerta y sin esperar respuesta entró, encontrando a Noctis tocando con fuerza la puerta del baño y gritando;
- ¡vamos Prompto!... no fue mi intención... No quise decirlo así... ¡malentendiste!
-me llamaste gordo... Ya sé que estoy gordo... ¡Eres un fastidioso Noctis Lucis Caelum!... no quiero ver tu fea cara- se oía a Prompto desde dentro
- ¡Prompto!
- ¿qué pasa? - pregunto Gladio cuando la chica cerró la puerta
-Gladio. - dijo Noctis sentándose en el suelo cerca de la puerta de baño -Solo un malentendido
- ¡¿malentendido?!- grito Prompto y abrió la puerta sacando su cabeza por ahí - ¡se burló de mí y me llamo obeso solo porque no entro en mi pijama! - y volvió a meterse
- ¡fue sin querer! - soltó el príncipe con cansancio
-sabes lo susceptible que es con eso y más en su estado- dijo Gladiolus riendo. La chica lo miro con duda y Noctis agarro esa mirada
-esta embarazado- le dijo cuando ella se le quedó mirando sonrojada
- ¡y es tu culpa! - grito Prompto desde dentro
- ¡¿solo mía?!- grito Noctis e invoco su arma - ¡¿quién fue el que me sedujo cuando entro en su celo y prácticamente me violo?! -. Al oírlo, Prompto abrió la puerta, se acercó a la cara de Noctis y lo miro enfadado
- ¡te odioooooooo! - le grito y corrió hacia Gladio, saltando antes de llegar para que esté lo levantará, lo cual el gigante hizo y el rubio escondió su rostro en el cuello del escudo
-ya, ya… - decía Gladio tocándole la cabeza -ese príncipe feo no te molestará por ahora
-es un maldito
-Lo sé, lo sé
- ¡aún sigo aquí! ¡Sidéreos! - grito Noctis sentándose en la cama. Gladio bajo a Prompto y lo dejo en su nido, donde se metió entre las cobijas y solo dejó su mechón de pelo a la vista.
La chica se acercó y tomo el pijama del rubio del suelo mientras tanto. Noctis suspiro y miró a su escudo;
- ¿qué ha pasado? - pregunto con voz sombría. Gladio miro al piso con enojo y tristeza
-Aránea le informo a Crowe que Ignis fue llevado a un tipo de sala subterránea
-la sala de castigos- exclamó la chica ante la mirada de los otros dos
-explícate- pidió Gladio. Ariadne se puso de pie mientras revisaba el pijama
-es un tipo de sala de torturas donde el señor Izunia lleva a los omegas que intentan escapar o a los que lo traicionan y los lastima. El último Omega que intentó escapar... Fue vendido por partes-. Los otros dos se miraron aterrados y Prompto asomo su cabeza
- ¿qué haremos? - pregunto el rubio
-sacarlo de ahí- dijo Noctis cuando la chica le pasó la prenda al rubio
-ya te la arreglé, tenía una costura extra- dijo la chica cuando Prompto le sonrió y se metió al baño. La chica se acercó a los otros dos,
-ambos saben que Ardyn no quiere y no puede matar a su amigo. En el tiempo que llevaba ahí nunca lo había visto tan obsesionado con alguien como lo está de Ignis.
>> Sé que no lo matará... Pero lo lastimara quizá hasta el punto de volverlo loco
-debo ir por él- exclamo Gladio -Esta vez sí debo rescatarlo, por mi culpa lo llevaron ese lugar
-sabes que eso no fue tu culpa amigo, fue una trampa- soltó Noctis colocando una mano en el hombro del otro
- ¡alguien aviso que iba!
-cálmate
-Aránea nos puede ayudar a entrar y yo los puedo guiar hasta la habitación de él, lo difícil será la salida- comento la chica sentándose cerca de la ventana
-saldremos los cinco, - exclamó Noctis -traeremos a Aránea con nosotros
- ¿está seguro su Alteza?
-claro que sí. - y Noctis se acercó a Ariadne -Ella se está arriesgando por Iggy y nosotros. También nos encargó cuidar de ti, la traeré a Lucis y le pediré entre en los Kingsglaive.
. . .
-Oye... Cuatro ojos... Despierta…-. Ignis escuchaba aquella voz bastante lejana, pero hacia el intento con todas sus fuerzas de abrir sus ojos -Vamos... ¿Estás siquiera vivo?
-Ara... nea- dijo el joven abriendo sus ojos con cansancio y mirando borrosamente a la bella chica de cabellos plateados
-gracias a los Astrales estás vivo chico- exclamo la mujer aliviada
-donde... ¿Dónde estoy?
-aun en la sala de castigo, Ignis... Y no puedo sacarte de aquí, él vendrá en cualquier momento
- ¿qué pasó? - el consejero intento moverse, pero fue inútil, su cuerpo no respondía
- ¿no recuerdas nada de lo que te hicieron?
-yo... No... - Aránea suspiro y acarició la mejilla del consejero. En ese momento escucho voces en el pasillo y se levantó de golpe
-por tu bien Ignis, hazte el dormido
- ¿por qué?
- ¡hazlo! - grito en voz baja y se escondió tras unos estantes que estaban atrás de la sala. El consejero cerró sus ojos en el momento justo cuando la puerta se abrió y por ella entraron dos soldados;
-demonios, - dijo uno al cual le reconoció la voz -aun no despierta
-Joshua, igual debemos llevarlo- respondio el segundo que también reconoció
- ¡¿que?! ¡Estás loco Ren! Sólo míralo. - y pateo un poco a Ignis -Lleva dos días aquí y aún está húmedo y apesta... Y su sangre... ¿Estás seguro de que está vivo? ¿Ya viste sus heridas?
- ¡son órdenes! - grito Ren -y supongo que sí está vivo... A Izunia no le sirve matarlo. - y se acercó al consejero -Solo toma su brazo y carguémoslo. Que Ardyn se encargue de lo demás
-bien- soltó Joshua irritado, tomo el brazo de Ignis, quien había caído inconsciente de nuevo y comenzó a arrastrarlo afuera de la habitación junto con Ren, mientras que Aránea los seguía de lejos.
Después de cargarlo por varios pasillos, los jóvenes llegaron hasta la oficia de Ardyn, abrieron y allí tiraron al inconsciente Ignis. Ardyn levantó la vista y se acercó cuando dio señal a los soldados de que se marcharán,
-despierta querido- dijo mientras lo empujaba, pero sin éxito alguno. Luego, como si nada lo tomo en sus brazos y saliendo del lugar comenzó a caminar hasta el piso superior, donde entró en su habitación y con elegancia camino hasta el enorme baño personal que tenía ahí dejando al consejero en el piso de la ducha.
Al sentir el frío del piso, este comenzó a despertar,
- ¿dónde estoy? - pregunto desorientado y aún con la vista borrosa -Ara...
-al fin despiertas querido. - interrumpió Ardyn haciendo aparición por la puerta -Me tenías preocupado... ¡casi tres días inconsciente! Creo que esta vez sí me pase contigo y te pido disculpas- terminó diciendo mientras le tomaba la mano y la besaba. Ignis intento soltarse, pero su cuerpo estaba demasiado débil
- ¿qué hago aquí? - pregunto arrastrándose hasta que su espalda tocó la fría pared y pudo recostarse
-es obvio ¿no? Necesitas un baño querido para poder llevarte a la enfermería. -. Ignis guardó silencio, por primera vez miraba a Ardyn preocupado por su salud y eso lo atormentaba. El chico salió de sus pensamientos e intento ponerse de pie, -Creo que mejor me encargaré yo de lavarte
- ¡NO! - grito el castaño y se comenzó a poner de pie con dificultad -Yo puedo solo
-bien, bien… entonces ve y lávate, ya luego iremos a la enfermería querido- termino Ardyn levantándose del piso con elegancia y desapareciendo por la puerta.