Ignis comenzó a despertar, siendo cegado por una luz en el techo.
Cuando por fin abrió sus ojos, el chico se alteró al ver que estaba atado a una camilla y al mirar que alrededor suyo había mesas de metal y máquinas;
-no... - dijo en voz baja y comenzó a moverse con violencia sobre la camilla, intentando soltar sus amarras, -suéltenme... ¡Ayúdenme! ¡Suéltenme! - comenzó a gritar, cuando Gladio entro corriendo a la habitación y lo sostuvo de los hombros, al ver como se estaba lastimando
- ¡Iggy cálmate! - dijo el chico, pero el otro se alteró aún más al verlo
- ¡Basta! ¡Deja de hacerte pasar por él!
- ¡Iggy soy yo!
- ¡Auxilio!
- ¡ENFERMERA! - grito por fin Gladio y de inmediato una bella mujer de largos cabellos entro corriendo en la sala
- ¿Que está pasando? - dijo al ver la escena asustada
- ¡Se descontroló al despertar!
- ¡NO! - gritaba el castaño aun alterado
-hay que sedarlo de nuevo- dijo el doctor al entrar en la sala y rápidamente coloco una inyección sobre la vía que Ignis tenía puesta, mientras que este luchaba con Gladio
- ¡¿qué me están poniendo?! ¡no quiero!... no soy… un… - decía el chico mientras que poco a poco fue dejando de pelear, hasta que por fin cayó inconsciente.
Gladio se masajeo los hombros mientras el doctor suspiro con fuerza,
-no podemos dejarle solo
-yo me quedaré aquí doctor- dijo el escudo acercando una silla a la camilla
-se lo agradezco joven Amicitia- el doctor le dio una palmadita en el brazo al joven y salió de la habitación junto a la enfermera, mientras que Gladio escribía en su celular;
Gladiolus (11:54): Iggy acaba de despertar... Fue todo un caos.
Apenas puedas, ven por favor y trae a Ariadne, necesitamos hablar.
El escudo espero por un momento, hasta que sonó su celular con un "bip",
Noctis (12:00): en camino
El escudo suspiro con fuerza y se sentó cerca de la camilla mirando al otro dormitar;
“¿qué demonios fue lo que te hicieron Iggy?” pensó para sí, cuando se dispuso a leer.
Llegada la tarde, el consejero volvió a abrir sus ojos,
-al fin despertaste- le dijo un sonriente Prompto. El castaño dudo cuando lo vio,
- ¿Prompto? - dijo en voz baja
-ese soy yo- contestó el rubio acomodándose en su silla. El castaño le dirigió una mirada de duda
-si eres Prompto... ¿Contestas una pregunta?
-claro
-la primera vez que Noct te llevo a su departamento... ¿Qué postre me pediste hacer? - Prompto se puso una mano en la barbilla y lo miro por un momento, luego sonrió
-tartaletas de mango en forma de Chocobo, porque me preguntaste por mi postre favorito. -. Al oírlo, el castaño rompió a llorar e intento levantar sus brazos para abrazarlo, pero estos seguían atados. El rubio entendió lo que intentaba hacer y se levantó abrazando con fuerza a su amigo, -Ya estás a salvó dude- le dijo mientras el castaño escondía su rostro en el pecho del otro.
Por otro lado, príncipe y escudo se encontraban en una sala un poco apartada hablando con la chica;
-... Eso fue lo que paso- termino de decir el escudo ante la mirada enojada de su príncipe y la triste de la chica,
-es normal que se ponga de esa forma y no me extrañaría que también los ponga a prueba- dijo Ariadne acomodándose en su silla
- ¿Porque lo dices? - pregunto Noctis mirándola
-Ardyn... Tiene el poder de cambiar de forma y creo que al menos a utilizado la tuya- y señaló a Gladio -y la del rubio para atormentarlo
- ¿La mía? - pregunto el príncipe
-creo que aún no
-esto está mal. - dijo Gladio golpeando su puño contra el brazo del sillón en el que estaba -Ahora no podremos acercarnos a él
-solo deben responder sus preguntas y él sabrá reconocerlos. - dijo Aránea al entrar en la habitación, -El cuatro ojos es muy listo. De hecho, acaba de despertar-. Al oírla, Gladio y Noctis se levantaron de inmediato y corrieron hacia la sala donde estaba su amigo mientras las dos chicas los vieron salir.
En pocos minutos llegaron y abrieron la puerta, mirando a Prompto sentado en la orilla de la camilla aun abrazando a su amigo,
- ¡Por los Astrales! - exclamo Gladio entrando en la habitación, seguido por un cohibido Noctis. El rubio se separó del otro y cuando se iba a alejar, Ignis lo tomo del brazo y lo sujetó,
-no... - dijo en voz baja, a lo que Prompto asintió
-no me iré Iggy- dijo sonriente. Gladio intento acercarse, haciendo que el ojiverde apretara con más fuerza la muñeca del otro -Son los verdaderos
- ¿Cómo estás tan seguro? - pregunto el consejero
-mi bebé reconoce al tonto de su padre y a su tío- y tomando la mano de Gladio, lo acerco colocándose él junto a Noctis,
-gracias a los Astrales ya despertaste Iggy, estaba preocupado por ti- dijo el escudo acercándose, pero el otro bajo la mirada y unas pequeñas lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos
-porque… ¿Por qué no viniste por mí? – dijo en voz baja
-no te escucho Iggy
- ¡¿Por qué no viniste por mi Gladiolus?! Yo… ¡yo estuve esperando por ti!... – el chico comenzó a llorar ante la mirada de los otros - ¡Dia y noche espere por tu promesa de volver por mí! Pero… pero nunca llegaste… me dejaste solo… ¡¿Por qué?!
-no es así Iggy, fui pero… pasaron cosas y…
- ¡ESPERE POR TI Y NUNCA LLEGASTE!
-Ignis, de verdad…
- ¡TE VI HUIR!... Hasta… hasta Ravus me dijo que te habías marchado y me habías dejado, una vez más….
-Yo… Iggy… ¿Puedo abrazarte? - pregunto el escudo torpemente haciendo que Ignis lo mirará con miedo mientras aun lloraba y asentía con la cabeza -Perdóname Iggy, de verdad que no tengo escusa
-yo... - y el castaño respiro hondo -Tu aroma...
- ¿Huelo mal? - pregunto el escudo oliéndose por encima
-no... Es... Dulce- Noctis y Prompto se miraron sorprendidos mientras Gladio lo veía sin comprender.
El silencio inundó la habitación. Ninguno decía ni hacia nada, hasta que Ignis se movió incómodo y miró a los otros,
- ¿Cuándo podrán soltarme? ¿Cuándo podré irme? Quiero ir a casa
-hasta que el doctor lo diga. - respondió Gladio rozando su mano, a lo que Ignis se paralizó -Cuando despertaste la primera vez tuviste un ataque de histeria y tuvieron que sedarte, sin mencionar tu intento de suicidio en aquel lugar
-entiendo
-creo que para pasado mañana ya te podremos llevar a casa Iggy- mencionó Prompto, el castaño le sonrió
-debemos irnos- exclamo Noctis sin mirar a Ignis
-si- asintió el rubio y se alejó mientras Gladio se sentó al lado de la camilla
-nos vemos- dijo y los despidió con la mano. El silencio volvió y duro bastante. Hasta que de nuevo fue el castaño el que lo rompió,
- ¿No irás a casa? - pregunto
-no.- contestó el escudo -Me quedaré aquí a cuidarte, no me alejaré de tu lado
- ¿Me darías agua?
-claro- Gladio le acercó un vaso de agua al otro y se lo coloco en los labios. El otro comenzó a beber cuando una imagen vino a su cabeza, lo que provocó que el castaño escupiera en el vaso,
-aléjalo... Por favor- pidió con una mirada asustada. Gladio obedeció y alejando el vaso, le limpio el agua que escurría por su boca
-lo siento, - dijo el escudo terminando de limpiarlo -supongo que fui algo brusco
-no... Yo, solo... Recordé algo... Lo siento. No fue tu culpa- y le regaló una sonrisa, que el escudo le devolvió.