Era una hermosa tarde en Insomnia.
Ignis se encontraba en la biblioteca real acomodando varios libros y mirando documentos mientras que Gladio, su mejor amigo, se encontraba mirándolo caminar y moverse entre los estantes.
A Gladio le encantaban esos momentos, en los que solo estaban ellos dos. Adoraba ver a su mejor amigo en sus cosas mientras que él, solo se quedaba ahí;
-Gladio, - comenzó a decir el estratega un poco cohibido - ¿Podrías dejar de mirarme así? Me estas poniendo incomodo
-siempre lo hago Iggy y nunca dices nada. Además, no es como que te vaya a hacer algo- el otro suspiro
-lo sé, lo sé. Es solo que me parece raro que siempre me mires así
-no lo entiendo
-olvídalo.
El silencio volvió a la biblioteca, hasta que el escudo olvido a romperlo;
-Iggy
- ¿mm? – dijo el chico
- ¿puedo ir a tu apartamento hoy? – el consejero lo miró por un momento
-no creo que sea prudente. Además, tu celo se aproxima, ¿no querrías mejor descansar?
-a diferencia de los Omegas, el celo de los Alpha no es tan drástico
-eso lo se
- ¿entonces?
-no
-vamos… será solo un rato Iggy. Extraño poder tomar una taza de café y poder hablar contigo tranquilamente de algo que no sea Noct
-sabes que Noct siempre será nuestro tema de conversación, Gladio
-lo sé, pero…
- ¿me llamaron? – pregunto Noctis en ese momento, cuando salió de detrás de unos libreros
-su Alteza- dijo Ignis haciendo una reverencia ante el otro
-estoy listo para el entrenamiento Gladio, ¿nos vamos?
- ¿ya terminaste los deberes que te asigne Noct? – pregunto el de gafas dejando sobre la mesa los libros que tenía en las manos
-claro que si mamá, ya acabé mis deberes- exclamo el príncipe con pereza y burla. Ignis suspiro
-si hubiera tenido un hijo, créeme que no seria tan berrinchudo como tú, Noct
-claro que sí, porque me amas
-lo haga o no, nunca tendría un hijo como tu
-te odio Iggy
-bien, ya que me odias, creo que Prompto comerá solo el pastel de moras de Tenebrae que hice esta mañana
- ¡¿Qué?! -soltó el joven - ¡¿hiciste pastel de moras?!
-si, y ya que me odias, Prompto lo disfrutara solo
- ¡hey! – exclamo Gladio -No te olvides de mi
-esta bien, esta bien. Gladio también comerá
-Iggy… no seas así conmigo. – suplico el chico -Sabes que lo dije en broma.
Ignis comenzó a reír y tomando su maletín de documentos del piso, lo miró;
-es broma Noct, es solo que me deleito con verte en pánico. – Noctis hizo un puchero -Ahora, ve a tu entrenamiento y deja tus deberes en mi oficina, los revisare más tarde-. El chico se alejo de los otros y comenzó su camino hacia la salida, hasta que fue detenido por el brazo del escudo
-Noct, espérame un momento afuera- exclamo Gladio
-bien-. El chico se encamino hacia la salida, pero sin que lo vieran, se oculto tras unos libreros cercanos a ellos para ponerse a escuchar la conversación.
Gladio mientras tanto, le dedico una mirada al otro sin soltarle;
-Ignis, - comenzó a decir el escudo -por favor… permíteme ir y pasar tiempo contigo, quiero estar contigo- termino tomándole la mano con cariño.
El consejero se soltó del agarre y se volteo a acomodar los libros que estaban sobre la mesa;
-Gladio, sabes que no puede ser. – dijo con un leve dejo de tristeza en su voz -Ya hemos tenido esta conversación y sabes que no se puede
-vamos Iggy. Sabes que te amo y tú me amas, ¿Por qué no aceptas el que estemos juntos? – el consejero se volteo hacia el otro y se subió las gafas con una mano
-Gladiolus, ya te lo he dicho. Solo soy un sustituto y lo sabes. Ambos sabemos lo que va a pasar cuando aparezca tu pareja destinada
- ¡no pasara nada! – grito Gladio sosteniéndolo por los brazos - ¡yo te amo! Y sabes… sabes que eso no pasara, nunca te dejare
-cuando llegue tu pareja y sientas su olor ¡solo te iras! ¡un Alpha y un Beta no pueden estar juntos para siempre!
- ¡pero yo ya tengo mi olor especial! – grito de nuevo el escudo poniéndose un poco rojo, dejando al otro sorprendido
- ¿Qué dices? – pregunto en voz baja el de gafas
-si. – contesto el escudo y coloco una de sus manos en la mejilla del estratega -Es ese hermoso y delicioso aroma a café y menta, envuelto con un poco de libros viejos.
>> Es ese aroma que siempre andas encima de ti. Amo ese olor y es eso lo que hace que me levante cada mañana. Bueno y mi deber con el molesto príncipe patata- y rio por lo bajo, mientras que veía una pequeña lagrima bajar por la mejilla de Ignis. Este se limpio con rapidez y suspiro;
-está bien, tu ganas. Llega a mi oficina alrededor de las 6 de la tarde y nos vamos a mi apartamento
- ¡SI! -salto Gladio, abrazo al otro y se marcho en carrera, casi que pisandole los talones al Noctis mientras que, de nuevo, el consejero soltó un gran suspiro
-espero no arrepentirme de esto más tarde.