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Fortunity por ReiraUchihaHerondale

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Notas del capitulo:

Título: Fortunity

Autor: UmiReira o Mizuko-Chan Pairing: SasuNaru

Advertencias: AU, Lemon (avisare cuando sea el caso), Yaoi (si no gustas de este género, entonces te pido de favor que cierres esta página)…

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, si no a Kishimoto-sama, La última Jugada tampoco me pertenece si no a su autor David Baldacci, hago esto sin fines de solo para divertirme y divertirles un rato, y porque se me da la gana juntarlos.

Fortunity

Capitulo II.- Huida

 

No podía evitar mirar de reojo a el sujeto que le resguardaba mientras alimentaba a la pequeña Mizu-chan, tenía que reconocerlo le ponía los pelos de punta, sobre todo porque no hablaba.

Ni bien había llegado a Tokio,  le recibió en la estación de trenes según le había comentado. Nekoi le había mandado para que fuese su guardia durante este tiempo, fue llevado a un hotel lujoso y le hospedo ahí bajo una identidad falsa; según aquellos papeles era un hombre de negocios se llamaba Hiro Kuriyama, y viajaba en compañía hija y su hermano.

Aún no había hablado con Nekoi, y tenía que reconocerlo se hallaba nervioso, para este momento el cuerpo de su cuñado y aquel hombre que había intentado matarle, seguramente habían sido descubiertos.

¿Lo habrían acusado?, con pesar tuvo que reconocer que seguramente era así, ¿Creerían sus amigos que él lo había hecho?, o ¿seguirían creyendo en él? Llegaba a dudarlo, pero esperaba que al menos quienes eran más cercanos lo hicieran, entre ellos Sakura.

Había tenido el impulso de llamarle, pero Nekoi le había prohibido hablar con alguien., además que su guardia no le dejaba ni a sol ni sombra, salvo cuando iba al baño y aun así estaba seguro que le mantenían bien vigilado, se sentía como un pájaro enjaulado.

―Podríamos ―  comenzó llamando la atención de aquel hombre, que según le había dicho se llamaba Juugo ― ¿Podríamos salir a dar un paseo?, me siento encerrado, en verdad me gustaría salir.

El hombre pareció pensarlo unos momentos ―Mi jefe no prohibió que saliera, pero recomendó que lo hiciera lo menos posible y a menos que fuese necesario.

―Entiendo, pero un paseo al parque no estaría mal, a Mizu-chan le hace falta ― dijo señalando a la pequeña que se entretenía jugando con los dedos de su padre.

―De acuerdo, además que creo que sería conveniente hacer algunas compras ― dijo señalando las pocas pertenencias que el rubio había llevado consigo.

― Oh, pero yo no traigo demasiado dinero ― dijo Naruto al recordar lo poco que le quedaba, y la cual guardaba en caso de urgencia.

― No es necesario, Nekoi me dio dinero para que compraras lo que necesitaras, incluso dijo que un poco de ropa les serviría a ti y a tu hija.

― ¿De verdad? ― dijo Naruto extrañado, Nekoi no parecía ser alguien muy humanitario que digamos, y no se equivocaba, no lo era.

― Si.

― Entonces me parece bien ― dijo ya un poco más animado, necesitaba distraerse para dejar de pensar en los problemas que había dejado atrás.

 

 

 

 

 

― Vamos Naruto, contesta ―decía con cierto tinte de desesperación la chica, hacía rato se había enterado de los sucedido en la casa de su amigo, no se sabía de su paradero, y previsiblemente le habían culpado del hecho, la gente estaba "indignada" ante aquella tragedia tan atroz.

Habían pintado a Naruto como un vil maleante, mientras que Haru poco faltaba para que lo santificaran, cuando eran más que consientes que el tipo no era más que una vil alimaña.

Sakura estaba segura que Naruto no había hecho algo así, y que si había escapado había sido por miedo y no otra cosa, pero le intrigaba que no la llamara, el debería suponer estaba preocupada, tal vez creía que ella lo culparía como los demás ― Idiota, jamás haría algo así deberías de saberlo ― dijo con tristeza y una sonrisa amarga, a la nada.

― Donde quiera que estés, solo espero que te encuentres bien.

 

 

 

 

 

              Tenzo Himura, era el encargado de limpiar el lugar donde al día siguiente se llevaría a cabo el sorteo de la Lotería Nacional Japonesa, o al menos así, lo indicaba su gafete.

El tipo era delgado y llevaba un mono en color caqui que era el uniforme que utilizaban los empleados de intendencia, tenía la piel morena, cabello castaño y enmarañado, y tenía una horrible cicatriz en la parte derecha de su rostro, una quemadura.

Cuando se hubo asegurado que se encontraba completamente solo en aquel lugar, procedió a sacar una botella que llevaba en su carrito, esta tenía un atomizador.

Se acercó a donde se hallaban las pelotas que tenían impresos los números y procedió a rosear aquellas cuyo número no coincidiera con los que llevaba en el papel que había en el bolsillo de la parte trasera de su mono, hizo otro tanto con el tubo por donde dichas pelotitas debían de pasar, y después de asegurarse de dejar todo tal y como estaba, procedió a retirarse., al salir de aquel lugar no pudo evitar una sonrisa torcida, las cartas estaban sobre la mesa solo faltaba que comenzara el juego.

 

 

 

 

           Naruto se sentía más tranquilo, Juugo no era alguien tan desagradable es más se atrevía a decir que le resultaba simpático.

Se había sentido con tal confianza que había terminado platicándole su vida, claro omitiendo los hechos que le llevaron a aquella ciudad, pero en lo que respecta a lo demás no se había guardado nada, era alguien más bien callado, y sin embargo no sabía por qué, pero le inspiraba confianza, además que Mizuko parecía agradarle.

Habían terminado comprando más de lo que él esperaba, incluso se había comprado un par de trajes, y había podido comprarle a Mizuko un par de vestidos en la mejor tienda bebes de la ciudad.

Para cualquiera aquello parecería un sueño, sin embargo Naruto era consiente que aquello podría convertirse en una verdadera pesadilla.

Había salido a comprar un par de pastelillos que había visto en una de las tiendas del hotel, Juugo se había quedado en la habitación con Mizu-chan, podría pensarse que hacer aquello sería una locura, pero algo le decía a Naruto que Juugo no se atrevería a dañar a su pequeña, además no es como si fuese a tardar demasiado.

― Buenas noches, Naruto-Kun ― aquella voz a sus espaldas le hizo dar un brinco, giro inmediatamente para ver al dueño, topándose con un sujeto al que no había antes, arrugo el ceño, ¿Cómo sabía su nombre?

―Disculpe, pero ¿de dónde le conozco?

― ¿Eh?, oh no, no nos conocemos, al menos no tuvimos ese privilegio, pero digamos que le tengo saludos de una par de personas que seguramente si conoce, como Haru Nagas y el grandulón que usted mato ― dijo con descaro, Naruto sintió como si le hubiesen dado un golpe en el estómago, estaba seguro que el color había huido de su rostro.

Lo sabía, desconocía el cómo y el por qué, pero aquel desconocido sabía lo que había pasado en la que hasta hace unos días era su casa.

― Será mejor que hablemos en otro lugar ― dijo señalando que había gente cerca como para hablar de aquello, Naruto tan solo asintió y le siguió como autómata.

Llegaron a la cafetería del hotel, donde después de pedir un par de café expresos, el hombre procedió a presentarse ― Me llamo Suigetsu, y solo eso debe saber, sé que te preguntas como es que se lo que paso en tu ciudad. Digamos que fue por casualidad yo fui a tu casa con una orden expresa y me topé con aquel lindo cuadro, de hecho presencie parte del espectáculo, bien hecho debo felicitarte le diste una buena paliza ― dijo con una sonrisa perversa.

― ¿Qué es lo que desea? ― dijo Naruto recuperándose al fin, sabía que no le había buscado solo para felicitarlo por su pelea.

― Bien nos vamos entendiendo eso facilita las cosas, quiero dinero.

― Yo no tengo dinero.

― No, pero lo tendrá ― nuevamente los ojos de Naruto se abrieron con sorpresa ― ¿Cómo… ― no alcanzo a formular su pregunta.

― ¿Lo sé?, fácil trabajo para Nekoi, aquella noche él me había enviado para asesinarte, no me lo tomes a mal no tengo nada contra ti pero ese es mi trabajo.

― ¿Por qué?

― Habías rechazado su oferta, y nadie que se halla entrevistado con él y rechace alguno de sus ofrecimientos sale con vida.

No contesto ahora lo entendía todo, quién estaba frente a él, era un mercenario que trabajaba para Nekoi, el demonio con el que ahora sabia había hecho un trato. Así eran las cosas o hacia lo pedía o le mataba así de simple.

― De acuerdo ¿cuánto quieres?

Suigetus sonrío ― Quiero el 20% de tu premio, no es mucho comparado con lo que tendrás.

― ¡Es demasiado!, no sé si podré disponer de él, Nekoi no me ha dicho nada.

― Tendrás que arreglártelas para hacerlo, no te conviene que se entere ― dijo con una sonrisa, por supuesto omitiendo el hecho de que a él, tampoco le convenía que se enterara, hacerlo le supondría muchos problemas sobre todo por qué no le informo antes.

Naruto apretó la mandíbula se sentía impotente,  le tenía en sus manos, y a él no le agradaba aquello, pensaba mandarlo al diablo y decirle que le dijera que no le importaba pero, recordó a su pequeña, seguramente Nekoi no se tentaría el corazón para matarla.

― De acuerdo.

― Perfecto, este es mi número de cuenta ahí deposítalo ― Naruto asintió, y se levantó deseaba salir de aquel lugar.

 

― Ah por cierto, suerte ― dijo con burla aquel sujeto, antes de que Naruto saliera de aquel lugar.

 

 

 

 

 

               Se hallaba nervioso no podía negarlo, mientras que el conductor se dedicaba a anunciar a los patrocinadores, su expectación aumentaba, ¿en verdad ganaría? No lo sabía pero después de lo sucedido ayer esperaba que así fuese.

Sabía que la mirada de Juugo estaba sobre él, así que trato de sonreír con naturalidad, aquella sonrisa tan falsa y tan suya, que había logrado perfeccionar con los años, con tal que nadie supiera que las cosas le afectaban.

Pero a pesar de los pocos días que llevaba de conocerle, Juugo había podido descifrar aquella sonrisa, sabía que algo le preocupaba, algo que había sucedido cuando bajo por lo pastelillos, no solo no los traía consigo sino que además se le veía tenso, muy tenso.

Nekoi había llamado ese día bastante temprano, pidiéndoles que viesen el sorteo desde el hotel, contrario a lo que pensaba Naruto no había puesto demasiada objeción. Finalmente el conductor daba inicio al sorteo; las pequeñas pelotitas de plástico comenzaron a danzar por el contenedor de plástico donde se hallaban, finalmente una por una fueron saliendo 1…8…9…5…3…

Naruto no pudo evitar contener la respiración con cada una, si aquello salía mal y el no ganaba, estaba muerto.

 

Pero los números comenzaron a caer a su favor uno a uno…6…3…el ultimo numero estaba por caer, solo hacía falta un 4 y Naruto seria millonario, la pelotita con el número cinco se paseó peligrosamente por aquel agujero, intento pasar pero, por alguna extraña razón el tuvo pareció repelerla, las pelotitas volvieron a girar, y finalmente aquella que contenía ultimo numero cayo.

― Yon ― dijo el hombre finalmente.

Naruto estaba incrédulo, ¿¡Como había sido posible!? Había ganado, y eso le provoco escalofríos, ¿Cómo lo había logrado? acababa de ganar ¡500 millones de Yenes!, aquello era demasiado.

― Felicidades, oficialmente eres millonario.

El rubio aun estupefacto tan solo asintió, provocando una pequeña risa en el rostro de Juugo, se sentía bien hacia mucho que no sonería, y por alguna extraña razón aquel rubio lo lograba, no sabía como pero se había encariñado con él y la niña.

El sonar del teléfono les alerto, Juugo contesto el aparato sabiendo de quien se trataba después de un par de palabras le paso el teléfono a Naruto.

― Felicidades, eres millonario ― dijo con burla.

Naruto frunció el ceño ― ¿Qué quieres? ― dijo con hosquedad, no podía evitarlo saber que le había mandado a matar le enfurecía.

 

― ¡Valla!, que desagradecido eres tu vida acaba de cambiar y así lo agradeces, no, no, Naruto tendrás que aprender a comportarte mejor ― el tono satírico que empleaba al hablar le hacía rabiar aún más ― En fin, llamo para decirte que tienes que recoger el premio, dan un plazo de 24 horas, entre más rápido te presentes mejor, te harán una pequeña entrevista  de televisión. Al terminar regresaras al hotel yo te daré nuevas instrucciones ― dijo en aquel tono de vos que no permitía replica.

 

― Espera, dijiste ¿televisión? ― dijo no pudiendo evitar cierto tono de nerviosismo en sus voz, que no pasó desapercibido para quien se hallaba del otro lado del teléfono.

 

­― Si, a los ganadores se les hace una pequeña entrevista, es para que el público vea que el premio es entregado y eso, nada del otro mundo, ¿Qué tienes miedo escénico? ― se burló.

En verdad que como le gustaría romperle la cara a ese idiota ― No es eso, es que no quiero que me encuentren en mi pueblo es todo, ya te dije tuve problemas con mi cuñado.

― No importa ahora eso, eres millonario si deseas puedes desaparecer y viajar al país que quieras, tan solo pide.

― De acuerdo, estaré esperando su llamada ― dijo el rubio suspirando, no podía hacer otra cosa, de momento no le convenía contradecir a Nekoi, podría llegar a sospechar.

La llamada se cortó pero Naruto no pudo dar dos pasos, antes de ser interceptado por Juugo ― Ahora me dirás que sucede, desde ayer estas raro, te conozco poco pero sé que algo sucedido.

El rubio le miro sopesando sus posibilidades, ¿Podría confiar en él?, finalmente aquel hombre trabajaba para Nekoi, el mismo le había dicho que era fiel por gusto y que jamás lo traicionaría porque le debía demasiado, ¿Podría arriesgarse?

Tampoco tenía muchas salidas, Juugo era bastante perspicaz y Naruto podría asegurar que no tardaría en enterarse, sabía que su secreto era como una bomba de tiempo y estaba a punto de estallar.

Sin embargo tenía un punto a favor, Juugo parecía haberse encariñado con Mizuko, incluso el mismo parecía agradarle, ¿Podría ser Juugo, la ayuda y el soporte que tanto necesitaba en estos momentos?

Ciertamente no lo sabía, pero se tenía que arriesgar, y sin más dilación, procedió a relatarle lo que había acontecido días atrás en su casa.

 

 

 

 

 

― ¡Lo que me dices es imposible! ― el castaño estaba azorado, sus puños apretados y la mandíbula tensa reflejaban la mezcla de desconcierto y rabia que se entremezclaban.

― Iruka, cálmate ― pidió con parsimonia.

― ¿Cómo me pides que me calme?, estás hablando de Naruto quien prácticamente fue un hijo para mí, el no, el jamás haría algo como eso ― su voz fue perdiendo fuerza conforme cada palabra salía de su boca

El hombre de cabellos plata que se encontraba frente a él, le miraba impasible, lo entendía, Iruka le había contado lo que aquel chico significaba para él, por ello mismo había pedido ser quien le diera la noticia de aquel reporte que le llego días atrás, procedente de la región de Nagano-ken más específicamente del pueblo de Midokaito, donde Naruto Uzumaki era buscado por haber asesinado a su cuñado, y un hombre cuya identidad se desconoce.

Se decía que tenía que ver con la mafia, incluso al chico Uzumaki se le vinculaba con el tan temido y buscado Clan Hebi, como se le llamaba a aquel grupo que era buscado incluso fuera de las fronteras del país del sol.

Nada se sabía de sus miembros, incluso como en este caso cuando alguien aparecía muerto su identidad era borrada, como si jamás hubiese existido sobre la faz de la tierra, lo que les identificaba como miembros de dicho clan, era el tatuaje de serpiente que portaban en la espalda, nada más.

Por ello se creía que el chico pertenecía a dicha organización, él no podía opinar mucho, no le conocía, pero conocía a Iruka, y él creía en aquel chico, ¡Joder!, era como un hijo, era natural que esta noticia le afectaría.

― Eso es precisamente lo que tenemos que averiguar Iruka, iremos a Midokaito, la policía local nos ha pedido apoyo, al parecer el Clan Hebi está involucrado.

Involuntariamente el castaño tembló, sabía lo que significaba aquello, lo que sucedía cuando el nombre de aquel clan se involucraba en algún crimen, temía, no por ellos, finalmente eran policías y como tal conocía los riesgos de su trabajo, no, temía por Naruto.

Sabía que estaba desaparecido y se había concentrado más en tratar de defender su nombre, que en pensar en su paradero, porque no quería aceptarlo, no quería pensar en a posibilidad que estaba latente, y que podía ser real, pero él se negaba a verla.

Naruto podría estar muerto.

Se obligó a sí mismo a sacar aquel pensamiento, aceptarían el caso y no solo limpiaría el nombre de Naruto, también lo encontraría, pasara lo que pasara daría con el.

 

 

 

 

           Los orbes azules de Naruto miraban con cierto temor al de cabello naranja, después de contarle lo sucedido, Juugo se había sumido en un enorme mutismo, parecía estar meditando el asunto.

 Comenzaba a arrepentirse de haberle contado aquello, y justo cuando se levantaba de su asiento, la voz de Juugo le sobresalto.

 

― Te creo, por alguna razón algo me dice que tu no mentirías, pero si Nekoi se entera, no puedo garantizar tu seguridad, créeme.

― Lo sé, por ello accedí a darle el dinero a ese hombre, Suigetsu ― Naruto noto no sin cierta curiosidad como el guardia torcía la boca en un gesto de desagrado, cada vez mencionaba al mercenario.

― Esto es lo que haremos, te arreglaras y vestirás a Mizu-Chan e iremos por el premio. Después de que se te haga entrega del cheque, tendrás que salir lo mas rápido posible de ahí, probable que en el pueblo donde vivías te vean por lo que no tardaran en pedir la ayuda de la policía de Tokio, ya que según me contaste tu cuñado es hijo del jefe de policía ― Naruto asintió ― Para cuando lleguemos aquí, Nekoi se habrá enterado, le contaras lo que sucedió se enojara es seguro, pero no te preocupes no te matara.

― ¿Cómo puedes estar seguro?

― Confía en mí, no lo hará.

― Hare lo que me digas, solo espero que esto salga bien ― En verdad lo esperaba, sobre todo por su hija.

 

 

 

 

 

              Seguía aquel programa de televisión en la soledad de su habitación, era en lugares como esos en que podía ser libre, y ser simplemente el, dejar atrás los disfraces y sobre todo dejar de ser Nekoi.

Naruto Uzumaki había seguido sus instrucciones, sus negras pupilas se deleitaron con la figura del chico, era atractivo, tenía que reconocer para sí mismo, había cierto magnetismo que no podía explicar, aunque no le daba demasiada importancia. Lo mandaría a donde el rubio quisiera largarse y él se encargaría de administrar su dinero, le enviaría una cuota mensual, lo suficiente para que el rubio y su hija vivieran a sus anchas y sin necesidad de trabajar.

A partir de hoy tendría el más mínimo contacto con él, y después de 10 años no volvería a verle, era el plazo en que terminaba aquel trato, hoy estaba determinado a darle los detalles.

El chico recibió su premio, dio una corta entrevista y salió rápidamente de ahí, parecía tener prisa, valla al parecer en verdad no le gustaba la televisión.

 

El sonido de su teléfono le saco de sus pensamientos, miro la pantalla y arrugo el ceño, era su contacto en la policía y al parecer le tenía noticias.

 

― Nekoi ― dijo por toda respuesta, cambiando abruptamente el tono de voz habitual.

La persona del otro lado comenzó a relatarle las noticias que tenía para él, las cuales no parecían ser agradables ya que el teléfono entre sus manos estaba a un paso de ser historia, su mano libre se había cerrado en un puño en el cual se hallaban las sabanas de su cama.

― Mantenme informado ― dijo sin más y corto la llamada, una vez que esta termino estrello el aparato contra la pared provocando que se hiciera añicos.

― ¡Maldición! ― dijo furioso, aquello sin duda alguna afectaba sus planes. ¡Estúpido Naruto Uzumaki!, ahora por su culpa tendría que replantear todo lo que ya tenía armado ― ¡Con una mierda!, debía haber dejado que Suigetsu lo matara ― se dijo a sí mismo, y fue al recordar al asesino, que algo ilumino su cerebro, imbécil Suigetsu, ¿Por qué no le había dicho nada?, al parecer alguien pasarse de listo.

Se froto la sien en un intento por tranquilizarse, tenía que mantener la cabeza fría para saber qué es lo que haría, debía formular un nuevo plan, y hacerlo ya.

Después de procesar la reciente información, y hacer unas llamadas salió de su casa, no sin antes adquirir una nueva personalidad, llevo sus estuche de preparación, lo necesitaría según el nuevo plan a seguir, y salió de su casa rumbo al hotel donde se hospedaba el rubio, tenía que hacerle ver que a partir de ahora, Naruto Uzumaki no podía mover ni un solo dedo que él se lo permitiera.

 

 

 

 

 

            Naruto preparaba sus maletas a una velocidad record, era ayudado por Juugo, se hallaban esperando al orquestador de todo aquel enredo, había llamado segundos antes informando que hicieran sus maletas y estuviesen preparados, en el estacionamiento del hotel les estaría esperando una limosina negra.

Según Juugo, Nekoi ya sabía lo que había sucedido.

Terminaron de empacar todo, y salieron de la habitación, el de cabellos naranja, se encargó del papeleo y 2 minutos después se hallaban en el lugar indicado, no esperaron demasiado segundos después una limosina negra se hallaba frente a ellos.

― Suban ― ordeno aquella voz que Naruto tan bien comenzaba a conocer. Obedecieron y en cuanto entraron el automóvil arranco.

 

― ¿Cuándo pensabas decírmelo?, cuando estuvieras en la cárcel, ¡Imbécil! ― espeto con furia.

― No deseaba ocultarlo solo…

― ¡Oh! Claro, pensabas decírmelo por carta con fotos incluidas ― dijo con sarcasmo, sin embargo la irritación en la voz aún se hallaba ahí.

― ¡Yo no los mate!

― No, si fue el gato del vecino.

― ¡Coño! Esto es serio ― dijo Naruto ya exasperado.

― ¡Claro que lo es idiota! ― Ambos se hallaban gritando ― Ya no solo la policía local te busca, también lo hace la del país, no podrás ir a ningún lugar sin que te atrapen, incluso lo aeropuertos, y las estaciones de trenes están cerradas, alégrate eres el hombre más buscado de Japón.

Naruto rechino los dientes ― Lamento no haberlo dicho, pero si lo hacía podrías matarme ― Nekoi no se sorprendió por lo dicho ― Hablaste con Suigetsu ― afirmo.

 

El rubio asintió ― Me dijo que lo habías enviado a matarme.

― Es verdad ― dijo sin pena, como si no estuviese revelándole a alguien que había pensado en asesinarle, Naruto tuvo que admitir que le sorprendía aquella frialdad ― Y lo hubiese hecho de saberlo antes de que recogieras el premio, pero ahora no me es posible, todo el país sabe que eres millonario y prófugo de la justicia, tu muerte me trae más problemas que soluciones en este momento, escucha esto es lo que haremos ― dijo dejando su asiento y acomodándose junto al rubio.

― Juugo, carga a la niña ― ordeno, Naruto dudo un poco pero finalmente obedeció fue ahí que pudo ver a Nekoi por primera vez desde que habían subido al automóvil, y no pudo evitar abrir los ojos en sobre manera, Nekoi no era un "el", sino un "ella", o al menos así lo indicaba su apariencia.

Ante sí tenía a una mujer rubia de unos 30 años, llevaba un traje sastre en color negro, sus ojos eran de un castaño chocolate, y tenía la piel morena, una par de cicatrices similares a los bigotes de un gato se hallaban en su rostro, las mismas cicatrices que él tenía.

Comenzó maquillarle el rostro, le coloco una peluca y le dio un traje similar al suyo para que se lo pusiera, Naruto obedeció no sin evitar sentir cierta vergüenza al cambiarse ante ellos; estaba seguro que le daría un sincope en cuanto Nekoi le paso un espejo, en aquel espejo se refleja la misma mujer que ahora le regresaba una sonrisa torcida.

― Lo de las cicatrices me pareció un buen detalle, podríamos decir que es una marca de nacimiento.

― ¿Qué? ― Naruto ciertamente no tenía idea que preguntar, pero su cabeza era una maraña de dudas.

Nekoi pareció comprenderlo ― La policía busca a un hombre joven con una bebe, no a dos gemelas, una bebe y su guardaespaldas, somos Hikari y Akari Tamuya, y somos gemelas ―  paso los papeles que le acreditaban como tal, y Naruto seguían si creer lo que veía y es que la imagen que le regresaba el espejo y la mujer de la foto eran las mismas, él hombre frente a sí era escalofriante, desalmado y estaba loco sin duda alguna, pero era un genio.

― Saldremos rumbo a China, allá tomaremos un avión con rumbo a Estados Unidos, olvídate de todo y todos los que conociste aquí, a partir de ahora serás Robert Williamson., tú y tu hija siempre han vivido en Estados Unidos. Me entregaras el cheque que te acaban de dar por completo, a partir de ahora tu dinero me pertenece, vivirás bajo mi techo y nunca óyeme bien, nunca harás nada sin que antes yo te lo permita, ¿Estamos?

Naruto sentía la rabia fluir en todo su cuerpo, ¿Qué se creía ese idiota? ¿Qué iba a gobernar su vida y que él le seguiría como fiel perrito faldero?, estaba rematado de la mente si pensaba algo semejante, el jamás, jamás permitiría que hiciera eso.

Y se lo dejo claro al estrellar su puño con furia en la mejilla derecha de aquella mujer, que sin embargo le regresaron la mirada fría, impasible ― No soy tu esclavo, ni de tu propiedad para que decidas que hacer con mi vida y la de mi hija, hare lo que crea conveniente para mí y ― No pudo terminar su discurso, la mano de aquella mujer le tenía firmemente tomado del cuello, el Uzumaki sentía como la respiración comenzaba a fallarle, los ojos se le había nublado y comenzaba a perder el sentido, comprobando así que su verdugo tenía más fuerza de la que el imaginaba.

Nekoi aflojo el agarre, y Naruto tuvo que inspirar grandes bocanadas de aire tratando de recuperar el oxigeno que le había sido robado ― Parece que no me entendiste del todo, te dejare las cosas claras a partir de ahora, tú vida es mía, y me vale una mierda estés de acuerdo o no, no estás en condiciones de pedir o exigir nada ― sin liberarle, acerco su rostro hasta que sus labios se posaron a milímetros de la oreja del rubio ― Naruto Uzumaki a partir de ahora me perteneces ― dijo en susurro tan aterrador, que al Uzumaki le provoco un escalofrío por la espalda, algo le decía que a partir de ahora su vida se complicaría más de lo que ya de por si era.

 

Continuara…

Notas finales:

¡OMG!... pobre Naru, a que de cosas le pasan a él, ahora la policía le busca, pero me temo que no es el único problema que se le viene encima, dejando de lado al maniático "Nekoi", quien por cierto aquello de "Me perteneces" y la forma en que lo dijo me sonó, perversa jajajaja XD, sé que no era la intención de Sasu, cof, cof digo, Nekoi XD pero aun así sonó, extraño; en fin dejando de lado eso, como les comentaba un problema aún más grande se viene para el kitsune, pobre.

Aparecieron Kakashi e Iruka, ya aparecerán más personajes por ahí, en fin creo que no tengo nada más que agregar. Para el próximo capítulo, nah, lo dejo en duda, cuídense mucho, ya saben se aceptan reviews, no muerdo por eso :D.

Saludos.

Nota 2: Bueno, les dejo el Segundo capítulo, honestamente me releo la historia, y me emociona como la segunda vez porque recuerdo todo lo que aconteció y está por suceder.


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